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Las Cinco Piedras de David

En la carta a los Efesios, nos encontramos con la mención de los cinco ministerios, y quisiera decirte, por qué razón yo creo y estoy firmemente convencido que los ministerios son importantes. No tiene lógica (No me gusta esta palabra, porque es infiltración griega y está en contraposición con la fe sencilla, pero aquí cabe), tratar de exponer algo, si no sabemos la utilidad de lo que exponemos. Es mucho lo que se ha dicho de los ministerios, pero mucha también ha sido la confusión al respecto, sólo por no haber sido definitivamente claros y concisos a la hora de mostrarlos. En primer lugar, para evitar ingresar nosotros también en el mismo nivel de confusiones, vamos a leer el texto donde se los menciona, pero en contexto, como se debe hacer siempre.

(Efesios 4: 7) = Pero a cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo. 

(8) Por lo cual dice: Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad, Y dio dones a los hombres.

(9) Y eso de que subió, ¿qué es, sino que también había descendido primero a las partes más bajas de la tierra? 

(10) El que descendió, es el mismo que también subió por encima de todos los cielos para llenarlo todo. 

 (11) Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, (12) a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, (13) hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; 

Resumiendo: los ministerios son enviados de parte de Dios, para que nosotros podamos completar la imagen de Dios en nosotros. Esa es la razón. Este es un tema de recuperar la imagen. Volvamos al ejemplo. Sigo con el relato. Cuando Jesús se va, Él había anticipado que su partida no era el final de todo. Incluso les llega a decir que es conveniente que Él se vaya, porque cuando Él se vaya vendrá el Espíritu Santo y después, todo lo que ustedes conocen. Entonces, la pregunta cabe: ¿Cuál es la utilidad de que el Espíritu Santo venga? En ese momento, los discípulos no vieron ninguna utilidad, por eso le dijeron que no, que preferían que Él se quedara, que no se fuera. Y allí es donde Jesús les dice que no, que si Él no se va, el Espíritu no puede venir.

Y los discípulos, a decir verdad, no terminan de entender del todo por qué razón tendría que venir el Espíritu Santo. Jesús les dice que Él les guiará a toda verdad y les va a recordar todas las cosas que Él les habló. En suma; Jesús les dice a sus discípulos que necesitan que venga el Espíritu Santo, para que Él les haga entender todas las cosas que todavía no han entendido. Considera que apenas un par de parábolas se les explicó a los discípulos. A la gran mayoría de las parábolas, Jesús no las explicó. Y no creo que ellos mismos las entendieran. Algo tan importante como su muerte y su resurrección, no lo habían entendido. Y eso que Jesús lo había hablado.

Entonces Jesús se va, muere, asciende, y el Espíritu Santo, en Hechos 2, desciende sobre los discípulos. ¿Y qué es lo que el Espíritu Santo trae? Antes que pienses una respuesta, te formulo una pregunta: Cuando Jesús se fue, ¿Se llevó el Reino o lo dejó? Piénsalo. Volvamos hacia atrás. ¿Qué hicieron después que Jesús se fue, los discípulos? Se llenaron de temor, se dispersaron, se escondieron, sus ojos se cegaron, tanto que ni siquiera lo pudieron reconocer, o sea: ¿El Reino se quedó o se fue? Se fue, ¿No es cierto? Sí señor, se fue. El Reino sólo estaba presente porque Jesús estaba presente.

Y no tenía una imagen, no tenía un equivalente, ni siquiera Juan tenía la imagen de Jesús, nadie podía soportarlo, nadie podía anclar el Reino a la tierra. ¡No podían! Entonces, cuando Jesús se va, se va el Reino también. Y ahí quedamos otra vez como estábamos antes que Él llegara. Por eso la reacción de todos los discípulos. El único que pasa la prueba, fíjate, es Juan. Él no tuvo temor de estar junto a la cruz. ¿Podía Juan haber sentido temor? ¡Pero claro que sí! Podrían haberlo vinculado con Él, tranquilamente, y haberlo detenido primero, metido en la cárcel después y ejecutado finalmente. Pero a él no le importó. ¿Y saben qué? Esa es la única razón por la cual, Juan, es el único de todos los discípulos que muere de muerte natural. El premio de su valentía, fue que no tuvo que pasar por martirio para morir.

Y esto se cumple en Apocalipsis. Estos son los que han vencido, aquellos que negaron sus vidas hasta la muerte. ¿Por qué él pudo morir de muerte natural? Porque mientras estuvo siguiendo a Jesús, él mismo decide no tenerle temor a la muerte. ¡Si me tienen que matar, pues que me maten! Aquí estoy yo y no me muevo. ¿Y cuál fue el premio de eso? Que la muerte, a él, no lo podía tocar. Por eso termina muriendo de muerte natural, como cualquier buen anciano de buena cantidad de días encima. Es el único. Pero todos los demás discípulos, tuvieron temor. Y la consecuencia de ello, fue que todos ellos tuvieron que vencer ese temor. ¿Y cómo lo vencerían? Sufriendo el martirio.

Nadie puede pasar al otro lado si no vence el temor a la muerte. Estos son los que han salido, los que han escapado de la gran tribulación, los que negaron su vida hasta la muerte. Son tres requisitos, pero ese es uno. Entonces, ¿Qué sucede? Se quedan sin el Reino, desconsolados, atribulados, tristes, y ¡Ni siquiera se creen entre ellos! ¿Recuerdan ustedes cuando las mujeres dicen que el Señor resucitó? ¡Nadie les cree! Ni siquiera la capacidad de confiar en sus palabras, quedó. Todo se fue. ¿De qué le hubiera servido al Señor dejar doctrina? Lo que Él esperaba en ellos, era fe. Pero la fe que ellos tenían, era una fe de Reino. ¿Qué quiere decir una fe de Reino? Que cuando tú entras a la atmósfera que Jesús generaba, automáticamente sentías fe, manifestabas fe. Pero en el momento en que salías de la burbuja, esa fe no era tuya. Se iba. Cuando el Espíritu Santo desciende, desciende al Reino. Y genera una atmósfera, genera fe, es decir: genera lo mismo que Jesús generaba. Lo mismo; los milagros, la fuerza, la convicción, la fe, la tenacidad. ¡Todo lo que Jesús generaba, luego lo generaba el Espíritu Santo!

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junio 12, 2021 Néstor Martínez