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¿Podemos Unir Cielo y Tierra?

Creo que todo creyente, por poco o mucho que haya escudriñado, tiene que tener al menos alguna idea respecto a lo que es el Reino de Dios. Podrá faltarnos mayor o menor información, mayor o menor revelación y confirmación divina precisa, pero de uno u otro modo, creo que nadie ignora que existe algo que se llama Reino de Dios y que está allí, como dijo Jesús, acercándose a cada uno de nosotros. Hoy quiero, aunque más no sea de modo fragmentado, aportarte algo más para que tengas algo más respecto al tema. Y quiero partir desde un texto sumamente conocido y predicado por mucha gente que es o dice ser cristiana. Está en el capítulo 3 del evangelio de Juan.

En esta charla que tiene Jesús con Nicodemo, saltan a la luz algunas cosas bien particulares. No se justifica que lea todo el pasaje porque la mayoría de nosotros lo conoce muy bien. En el verso 5, cuando Jesús le empieza a responder a este hombre, le dice: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. En otro texto dice que no puede ver el reino. Y luego le añade que Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. No creo exagerar nada si digo que a primera vista parece ser una respuesta bastante simplista, ¿No te parece? Yo me pregunto si el buen Nicodemo estaría entendiendo realmente lo que Jesús le estaba diciendo.

Aparentemente, no, por lo que vemos en el verso 9 que dice él: ¿Cómo puede hacerse esto? A mí particularmente me gusta lo que Jesús le dice y aquí lo expresa Juan en el verso 11: De cierto, de cierto te digo, que lo que sabemos hablamos, y lo que hemos visto, testificamos; y no recibís nuestro testimonio. Yo creo que muchas veces, muchos de nosotros que andamos en esto, caemos en una discusión onda bizantina de preguntarnos si es primero el ministerio y luego la teología, o si es primero la teología y luego el ministerio. No es tan sencillo ser equitativo aquí. Y te daré un ejemplo que tiene que ver con nuestras diferencias doctrinarias a partir de diferencias denominacionales existentes dentro de la misma iglesia cristiana que conoces.

El ejemplo: la iglesia XX de la denominación JJ, dice que es imposible que un cristiano pueda tener demonios. Pero aquí es donde aparece un ministro de los llamados itinerantes, que no pertenecen a ninguna denominación en especial y realizan campañas o conferencias interdenominacionales y te dice que él solo ha llevado a cabo no menos de veinte liberaciones de demonios en sus campañas, y el noventa por ciento de ellas, a cristianos que asistían a una iglesia XX. Allí es donde muchos empiezan a pensar que tienen una teología antes de comenzar sus ministerios, y otra al terminar sus ministerios. Eso sería como decir que un ministerio seguramente va a modelar tu teología. La pregunta que salta, es: ¿De dónde sale esto?

Y, sale en gran parte de este verso: lo que hemos visto testificamos. Nadie puede hablarte de cosas que no ha experimentado. En todo caso, tendría que decirte: “Me han contado qué”. Ahora bien: ¿Cuál fue la dinámica de la extensión de la enseñanza de Jesús en los primeros cien años? Si tú revisas con cuidado los hechos, vas a darte cuenta que la única biblia que tenían los primeros cristianos, era el Antiguo Testamento. No te olvides que el canon del Nuevo Testamento aparece más o menos por el año 140, por allí. Y lo que nosotros llamamos el Nuevo Testamento, técnicamente eran cartas, muchas de ellas circulares, tipo memorándums, que Pablo y otros apóstoles enviaban a las iglesias para mantener contacto con ellos y recordarles algunas cosas que eran esenciales.

Al pasar los años, cuando cualquiera de ustedes que hoy estén en el ministerio sale del seminario, ya tiene en su mente una carga teológica muy buena, y entra a la vida ministerial práctica, vas a darte cuenta que no todas las cosas son como te las habían enseñado. Eso se da en todos los planos sociales donde te toque interactuar o sencillamente trabajar o estudiar. Y eso también ocurre en la vida ministerial, No creo que exista un ministro que luego de quince o veinte años de ministerio siga con su teología primaria intacta. Tú ya sabes que ninguna letra de tu biblia será cambiada ni modificada, pero ahora sí puedes saber que Dios mismo puede revelarte hoy algo que hasta hace un rato estaba escondido un texto incomprensible.

Todo en el evangelio del Reino es progresivo. Durante muchos años hubo denominaciones enteras que no creían en guerra espiritual. Se sujetaban firme y literalmente al verso que nos dice que el diablo está vencido. Todos ellos creían fielmente eso. Se rascaban la nuca cuando se llenaban de problemas, pero no pensaban ni remotamente que Satanás o algunos de sus demonios estuvieran involucrados. Más bien a todo lo negativo se lo adjudicaban a la carne. Desde allí iban a nacer más tarde los tremendos y monumentales movimientos de santidad. Los que de alguna manera hemos transitado muchos kilómetros en el evangelio, hoy podemos evidenciar una amplitud mayor a la hora de comprender o entender estas posturas, aunque no las compartamos ni las justifiquemos como válidas.

Es decir que, con el transcurrir de los tiempos, todo este marco teológico en el que navegamos comienza a cambiar, porque empieza a ser elástico. Cuando nuestro marco teológico es rígido, nos hemos vuelto religiosos. Si en algo yo digo que no, y cuando me preguntan por qué, respondo ¡Porque no! Ya está, listo, nada más para discutir. Y creo que cuando una iglesia ha llegado a esa posición, Dios directamente la desecha. ¿Sabes por qué? Porque la revelación es progresiva. Si la iglesia es un organismo vivo, cuando van pasando los tiempos, tiene que ir incorporando cosas que hace tiempo atrás no conocía. Porque todo lo que crece, cambia. Si no cambia, no crece. Si no crece está muerta.

Y es por esa razón que Juan, recordando algo dicho por Jesús, escribe lo que leemos en el verso 12: Si os he dicho cosas terrenales, y no creéis, ¿cómo creeréis si os dijere las celestiales? ¿Por qué dijo esto Jesús? Porque es una verdad que es verdad desde el principio, aunque en nuestras iglesias no se haya enseñado así, al menos en su enorme mayoría. De todos modos, hay que considerar que Jesús jamás puso una línea que dividiera lo celestial de lo terrenal de un modo claro. Jesús comenzó en la primera parte de su ministerio, hablando de cosas terrenales, de cosas que todos entendían. Pero lo fue terminando con un lenguaje y un vocabulario a veces ciento por ciento celestial. Por eso en el final no fueron muchos los que lo entendieron. Y también es por eso que dice lo que aquí dice que dijo.

1 Corintios 2: 6: Sin embargo, hablamos sabiduría entre los que han alcanzado madurez; Mira que dos palabras les tira Pablo aquí: sabiduría y madurez. ¿Cuántas veces te has encontrado con una persona mayor y te ha resultado mucho más inmadura que una más joven? Hay una relación entre sabiduría y madurez, que no necesariamente tiene que ver con una edad cronológica. Así como me puedo encontrar con un Samuel, que con 8 años tenía un comportamiento y madurez de un hombre adulto por su sabiduría, así también puedo encontrarme con lo opuesto. Lo que hace expresarme en el mundo espiritual, son unas cuantas variables. Una de ellas, mi nivel de justicia. De hecho, en el mundo espiritual no cuenta tanto cuantos miembros tienes en tu congre ni cuanta gente te sigue en las redes, sino qué nivel de justicia tienes.

Por ejemplo, dice que la oración del justo es eficaz, pero… ¿Quién es justo? ¡En Cristo, todos! Ni lo sueñes. Ser justo es ser obediente total. Por eso es que, si una persona es justa, esa persona tiene mayor autoridad que otras. Si una persona tiene mayor nivel de luz en su vida, esa persona tiene mayor autoridad, independientemente del cargo o posición que tenga. Hay muchas variables, y una es el término Sabiduría. Yo no puedo pesar a una persona por la edad que tiene, sino por su sabiduría, porque su sabiduría me expresa su grado de madurez. Y termina el verso diciendo: no de este siglo, ni de los príncipes de este siglo, que perecen. Allí la palabra es Era. No es tiempo, es sistema.

Mas hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria, la que ninguno de los príncipes de este siglo conoció; porque si la hubieran conocido, nunca habrían crucificado al Señor de gloria. Dice aquí que Dios ha predestinado para ti, sabiduría. Esta sabiduría está guardada como en un misterio, que ninguno de los príncipes de este siglo conoció, porque si la hubieran conocido nunca hubieran crucificado al Señor de gloria. Jesús sabía eso, por eso no se enojó con los que lo crucificaron. ¿Por qué? Porque ellos no estaban actuando con sabiduría. Verso 9: Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, Ni han subido en corazón de hombre, Son las que Dios ha preparado para los que le aman. 

Seguramente que ustedes, como yo, hemos escuchado predicar decenas de veces sobre este verso. Y casi siempre en el sentido de lo que ocurrirá cuando estemos en la gloria. Sin embargo, me gustaría que le prestes mucha atención a lo que dice el verso 10: Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; (Con mayúscula) porque el Espíritu (Con mayúscula) todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios. ¡Está hablando en tiempo pasado! Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu (Con minúscula) del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu (Con mayúscula) de Dios. Este pasaje es por demás revelador. Recuerda esto: el tiempo es algo creado, por lo tanto, es algo manipulable.

Dios tiene guardadas cosas para de aquí a diez años, pero si tú haces algunas cosas hoy, el Señor te las dará mañana. También hay que saber que existen tiempos en los que se desatan cosas contra la sociedad o a veces contra la iglesia. Pero, a causa de tener una mente muy natural, nosotros no siempre estamos preparados para hacerle frente a esas situaciones. Es para recordar cuando el ángel despierta a José, el padre adoptivo de Jesús y le dice que se tiene que ir ya mismo de allí. Y Jesús tiene que salir, con su familia, como si fuera un prófugo, un delincuente, escapando hacia Egipto, de donde no pudo volver hasta que no se murió Herodes. Ese espíritu que movió a Herodes, todavía hoy muchas veces se desata en contra de la gente que realmente fastidia al infierno.

Eso pasa cuando la iglesia ignora o rechaza lo profético. ¿Qué crees que sucede? Sucede que es como si estuviera corriendo una maratón con los ojos cerrados. Hay que reconocer que en muchos casos es la respuesta o reacción a pseudo movimientos proféticos que han terminado devastando a muchas buenas congregaciones. Lo que ocurre y no muchos lo saben, es que lo profético requiere un orden, un protocolo que es de origen divino, no humano y mucho menos religioso. En primer término tengo que decirte que, te parezca lo que te parezca, hay que tener mucho cuidado, porque normalmente ningún ministerio es desechar. Si Dios dice que necesitamos esto, necesitamos esto y punto.

El problema es que muy seguido nosotros andamos en la carne. Eso no quiere decir que seamos pecadores carnales. Significa que nuestra confianza está, prioritariamente, en lo que perciben nuestros sentidos naturales. Una de esas personas a las que suelen llamarse sensuales, que sólo aceptan lo que escuchan y pueden ver y comprobar. Pero coincidirás conmigo en que hay muchísimas cosas que no podemos ni escucharlas ni verlas, y sin embargo existen y son reales. Mínimamente, lo que necesitamos es tener la humildad para reconocer y aceptar que, si Dios quiere liberar algo profético y nuevo para nosotros, tiene toda la libertad para hacerlo. A veces porque no lo vemos bien y a veces porque no lo entendemos, muchos nos hemos cerrado a la elasticidad de la revelación que Dios quiere darnos.

Dice la palabra que conocemos las maquinaciones de Satanás, ¿Verdad? ¿Has leído esto, no es cierto? Te pregunto: ¿De verdad conocemos las maquinaciones de Satanás? Yo tengo mis dudas, porque a veces ni nos damos cuenta de lo que se cierne sobre nosotros y caminamos a ciegas. Es muy triste que gente como nosotros, que verdaderamente camina en Dios, tenga que exponerse a ciertas cosas simplemente porque no las entiende. De todos modos hay cosas que están escritas y nos pueden ayudar. Mira el verso 10: Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios. Hemos leído esto veinte veces y nunca nos hemos detenido un momento a evaluar qué es lo que quiere decir cuando dice que el Espíritu todo lo escudriña, aun LO PROFUNDO de Dios. ¿Lo profundo de Dios? ¡Wow! Y Re ¡Wow!

Dice: Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios. A ver: Tú sabes que dentro de ti hay un espíritu que te fue soplado en tu nariz cuando viniste al mundo, ¿Verdad? Y también sabes que ese espíritu que mora en ti, sabe de ti absolutamente todo lo que eres, haces y piensas, ¿Estoy en lo cierto? No te olvides que la iglesia es columna y baluarte de la verdad. En muchas patologías, la medicina es como que adivina o tira los dados, mientras que la iglesia debería ser certera, ya que debería moverse en la dimensión del Espíritu. Pero para que eso sea real, tiene que suceder. No podemos dar una conferencia sobre cuestiones sobrenaturales sustentados en cosas que hemos leído en algún libro, porque la palabra dice que hablamos de lo que sabemos, y de lo que hemos visto testificamos.

Porque si crees que Dios tiene reservadas para nosotros cosas que no han subido a nuestra mente, cosas que no hemos escuchado ni hemos visto todavía, puedes estar seguro que Él sí que las tiene y las tiene para hoy y ahora, no para mañana o para dentro de diez años. ¡La iglesia de Jesucristo es sobrenatural! ¡La iglesia de Jesucristo es creada y diseñada en los cielos, no es terrenal! Tiene los pies en la tierra, pero su mente está en los cielos. Ha sido diseñada por el Padre para que exprese Su gloria. Somos seres multidimensionales, ¡Somos seres sobrenaturales! Estoy hecho a la imagen de mi Padre y mi Padre es Espíritu y yo soy un Espíritu con Él. Porque el que se une con Dios, un espíritu es con él. ¡Yo estoy creyendo en la palabra! El Espíritu lo escudriña todo9, aún lo profundo de Dios. Somos baluarte de Dios en la tierra. No van a venir a preguntarnos como se interpreta alguna parábola, van a venir a que les digamos como sanar un cáncer, el autismo o la epilepsia. ¡Tenemos que tener una respuesta!

Soy un hijo de Dios y se supone que mi mente tiene que ser celestial. Y dice aquí que Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios. Y esto, por más equilibrado que seas, te conmociona. Y no es nada eso, porque en el verso 12 dice Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido, Te voy a volver a hacer la misma pregunta filosa que te hice antes: ¿Sabemos lo que Dios nos ha concedido? ¿De verdad lo sabemos? Y si no lo sabes, ¿Por qué crees que sucede eso? Porque todavía hay mucho mundo en ti. ¡No lo entiendo! Es simple: apaga tu televisor, deja de ver fútbol, la novela o película por ese servicio. Deja de jugar con y en las redes sociales y métete en el Espíritu. La respuesta está en 1 Corintios 15:48: Cual el terrenal, tales también los terrenales; y cual el celestial, tales también los celestiales. ¡Esa es la razón!

Te voy a decir algo: tú eres celestial, pero no lo has descubierto, todavía. No estamos aquí para suspirar por el día que vea la nueva Jerusalén. Estoy aquí para implantar el Reino de Dios. Pero resulta ser que el Reino de Dios es un Reino celestial, así que la pregunta, es: ¿Cómo puedo implantar un Reino celestial, si todavía soy un ser terrenal? Por eso dice en el verso 13: lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual. ¿Vas a un seminario? ¡Buenísimo! Pero sólo te sirve hasta un cierto lugar. ¿Has egresado en tu carrera de teólogo? ¡Excelente! ¡Felicitaciones! Pero eso sólo te sirve hasta un cierto lugar. Porque llega a un punto en que todo lo que hago aquí con pretensión espiritual, en realidad lo estoy interpretando o entendiendo desde el punto de vista terrenal. Hermenéutica. Exegética. Apologética. Etc.

Es obvio que a ti que te has perforado las cejas estudiando de madrugada para obtener buenas notas, esto te pega y te lastima, pero mira lo que dice el verso siguiente: Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente. No te diré más nada, pero si con todo esto que digo te estoy pareciendo un loco que dice cosas locas, ahora ya lo estás sabiendo. Un montón de versículos que hasta hoy habías leído sin entender un pomo porque para ti no tenían sentido, ahora cobran vida y se revelan como palabra tremenda y contundente. ¿Dónde estaba eso? Te preguntan. Estaba en nuestras biblias.

Siempre lo estuvo. ¿Y como no lo vimos antes? Es que sí, lo vimos antes, pero no lo entendimos porque no recibimos la revelación que estamos recibiendo ahora. Estos son apenas pequeños ejemplos, pero…piensa: si el Espíritu iba a venir a enseñarnos, a recordarnos y a guiarnos a toda verdad, ¿No te parece interesante sacarle provecho a todo eso? ¿Quién te hizo creer que ya te sabías toda la verdad y que no había nada más para aprender? El verso 15 dice: En cambio el espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie. Esto está muy bueno, pero mucho mejor estará cuando sepamos con certeza quienes o cuantos son realmente espirituales.

Mira lo que tiene para decirnos la carta a los Hebreos. Que, dicho sea de paso, es uno de los textos más celestiales. Y es muy singular, porque esta carta es enviada a los dispersos en Roma. Lo lógico sería que la carta sea dirigida a Jerusalén. Alguien ha dicho con calidad de enseñanza que esta es una carta para el pueblo de Israel. No es verdad. Te lo explico por dos cosas. Primero, que está dirigida a los dispersos en Roma, y segundo que está escrita en griego. Y en griego clásico, lo que la hace la más sofisticada del Nuevo Testamento. Y pensar que todavía estamos discutiendo quien escribió esta carta. Algunos creen que fue Pablo, pero resulta ser que Pablo siempre escribió lo suyo en griego, pero no en este tipo de griego clásico con el que está escrita esta carta. De hecho, sería más que raro que Pablo les escriba a los hebreos usando un griego clásico. No sabemos quien la escribió, pero parecería ser alguien de origen sacerdotal.

Hebreos 12: 18: Porque no os habéis acercado al monte que se podía palpar, y que ardía en fuego, a la oscuridad, a las tinieblas y a la tempestad, ¿Qué monte es ese? Hechos 19, Monte Sinaí. (19) al sonido de la trompeta, y a la voz que hablaba, la cual los que la oyeron rogaron que no se les hablase más, (20) porque no podían soportar lo que se ordenaba: Si aun una bestia tocare el monte, será apedreada, o pasada con dardo; (21) y tan terrible era lo que se veía, que Moisés dijo: Estoy espantado y temblando; Hasta este3 verso que acabo de leer, ustedes no se han acercado a este monte. No sé si se dan cuenta, que Israel recibió una herencia que no entendió. (22) sino que os habéis acercado al monte de Sion, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles,

Hay mucho comercio hoy con los viajes de cristianos a Israel, pero si tú tratas con una agencia seria, honesta y responsable y le pides que te lleve al monte de Sion, van a responderte que ese monte no existe. Porque es así, geográficamente ese monte no existe, es un monte espiritual. Y lo tremendo es que el autor de Hebreos dice que nosotros nos hemos acercado al monte Sion. No que un día de estos nos vamos a acercar, o cuando muramos. ¡Ahora! Está hablando en tiempo pasado. Te está diciendo que, al haber entrado a la iglesia, nos estamos acercando a todo lo que luego relata. Ninguna descripción de lo que dice es natural, es espiritual. Dice que nos hemos acercado al monte Sion, que es un monte espiritual. A la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial. Perdón…¿No era allí donde nos íbamos a ir después de morir? No, está hablando en tiempo pasado. Y a la compañía de muchos millares de ángeles. ¿Qué estás viendo? El Reino de Dios.

El Reino de Dios es el lugar en donde lo terrenal y lo celestial están unidos. Por eso es que iglesia es distinto a Reino. La iglesia puede llevarme al Reino, pero ese Reino no necesariamente está donde está la iglesia. Porque muchas veces la iglesia es más terrenal que los terrenales. Cuando Jesús nace, ¿Cómo se lo hace saber a los que creían en Dios Padre? No usa ni WhatsApp, ni Instagram, ni Facebook, manda a los ángeles. Esto sería lo celestial invadiendo lo terrenal. Que por otra parte no es ninguna novedad, ya que todo el ministerio de Jesús estuvo acompañado de ángeles y de lo celestial. Y no sólo eso, ¡Lo vieron charlar como buenos amigos con Moisés y Elías! Y Juan termina diciendo en el capítulo 20 que hizo muchas más cosas que, si se escribieran todas, no cabrían en los libros. Aquí la hermenéutica dice que Juan exageró, pero igualmente nos queda claro que los evangelios de ninguna manera registran todo lo que Él hizo.

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enero 3, 2024 Néstor Martínez