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La Habilidad de Entenderlo

 

El trabajo principal del maestro, es impartir el amor a la verdad. No es enseñar, como muchos suponen, no es el conocimiento en sí mismo; es el amor a la verdad. ¿Qué provoca esto en la gente? Esto motiva a los santos genuinos a cavar sus propios pozos, lo cual es esencial para una fe sostenible. Porque cada uno deberá conocer la verdad por su propio esfuerzo. El verdadero maestro, (Porque también hay falsos, obviamente), imparte tal amor al conocimiento de los caminos de Dios, que aquellos que lo oigan serán atraídos ellos mismos hacia la Palabra. Quieren más, más y más de la Palabra, cada día. Además, es capaz de encontrar sentido a una palabra que normalmente no se puede ver. Y puede darte una explicación de un versículo por más de dos horas, diciéndote cosas que están allí y tú, que lo leíste diez veces, no lo habías visto.

¿Por qué pasa esto? Porque el maestro se mueve, permanentemente, bajo un espíritu de conocimiento divino. Entonces: está lo que lee, está lo que sabe y está lo que Dios le está revelando en ese momento. Son tres factores que provocan este mecanismo. Lo que lee, lo que ya conoce y lo que Dios le está revelando. Son esos tres factores los que generan la rueda de su movimiento. ¿Sabes cuál es la prueba más gratificante que tengo a diario en mi trabajo? Que alguien me cuente que estuvo escudriñando, que estuvo orando y que cree haber recibido una determinada revelación que me comparte. ¿Sabes qué? A veces, por prisa carnal o inexperiencia, tal revelación es sólo imaginación. Pero a veces, Dios es capaz de darle a un hijito casi recién nacido, una palabra que jamás le daría a un ministro de altísimo prestigio internacional. ¿Sabes por qué? Porque el hijito es inmaduro y puede equivocarse, pero es íntegro y fiel y no la va a contaminar en su beneficio.

(1 Corintios 12: 8) = Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu;

¿Qué diferencia hay entre palabra de sabiduría y palabra de ciencia o conocimiento? En principio, digamos que los dos son dones del Espíritu Santo; los dos son dones de revelación; los dos son dones del habla. ¿Qué diferencia hay? En el griego, por ejemplo, cuando se habla de palabra de sabiduría, dice logosofía. Y cuando se habla de palabra de ciencia o conocimiento, dice logo gnosis.  ¿No te está resolviendo el problema ni respondiendo la pregunta, verdad? No. Veamos: la palabra de conocimiento o ciencia, es la habilidad para entender las cosas que otros no conocen y no pueden comprender y compartir este conocimiento con ellos bajo la inspiración del Espíritu. O sea: es el conocimiento preciso de un asunto que está escondido humanamente.

Ya lo conté en uno de mis libros, pero aquí encaja perfectamente reiterarlo. Yo era muy nuevo, todavía, y fui invitado a predicar (Porque estaba en la radio y eso me hacía conocido), a una iglesia que era un apéndice de una mayor. En el pequeño salón, había veinte personas. Cuando empecé a orar en la previa, cerré mis ojos y, sobre el fondo negro de mis ojos cerrados, se me recortó muy nítida, en color dorado, el perfil de una virgen católica muy popular en mi país, la Virgen de Luján. Me quedé sin saber qué hacer, pero sentí el impulso de decir en voz alta que había alguien presente que tenía un pacto con esa virgen y que el Señor quería que lo rompiera ya mismo. Y que para hacerlo, se pusiera de pie. Sólo me atreví a abrir mis ojos cuando escuché un murmullo creciente que terminó en aullido de glorificación a Dios. Ahí estaba una jovencita, quebrantada y temblando. Yo fui el más sorprendido de todos, aunque nadie me lo quisiera creer.

Y fíjate que, así como te dije anteriormente que en muchas cosas el profeta y el maestro chocan y se sacan chispas por determinados espacios, en este don, tengo que decirte que en muchísimas ocasiones llegan a compartirlo y utilizarlo ambos en beneficio de alguien o de la iglesia conjunta. La palabra de conocimiento es un conocimiento preciso de un asunto que está escondido humanamente. El don de la palabra de ciencia o conocimiento, tiene que ver con la revelación. Y esto significa que es conocimiento revelado por Dios, no es conocimiento obtenido a través de educación o estudios.

Un ejemplo: Jesús les pregunta a sus discípulos: ¿Quién soy yo? Pedro le responde: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. ¿Qué dice Jesús? ¡Esto no te lo reveló ni carne ni sangre! Eso es palabra de conocimiento. Y entonces, ¿Cuál es la diferencia con una palabra de sabiduría? Si tú le preguntabas en ese momento a Pedro, por qué había dicho que Jesús era el Cristo, el Hijo del Dios viviente, él no te lo habría sabido explicar. Porque sólo recibió la palabra de conocimiento, pero no la entendió. Ahora, si él hubiera podido explicarla, además de darla, entonces se hubiera convertido en palabra de sabiduría.

La palabra de sabiduría es la habilidad de recibir la comprensión acerca de cómo puede aplicarse el conocimiento a las necesidades específicas. Dado los hechos sobre cualquier situación, una persona con este don encuentra la manera de desarrollar un proceso para traer una solución. La palabra de sabiduría puede ser una visión divina, puede ser una impresión en el espíritu, o puede ser algo recibido de alguna forma, sobre una persona o una situación, que no son obvias para una persona promedio, y se combina con una comprensión de qué hacer y qué no hacer. Es decir: cuando la suma de conocimiento se articula y conforma un gigantesco rompecabezas, o puzle armado, allí es donde comienza a gestarse la sabiduría.

Cuando un profeta comienza a enseñar la mente de Dios, normalmente está haciendo uso del don de sabiduría. Y la gente le entiende, de hecho. Porque si la gente no entendiera, esa sería la señal de que no está utilizando el don. Lo cierto es que el trabajo del maestro, hace que la iglesia madure más pronto. Él trae instrucción práctica y trae revelación del cielo para tomar decisiones correctas. Y en ese amor a la verdad, y tal como lo expresa Juan en el capítulo 8 y verso 32: Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres, hay un principio vigente y activo. La verdad, de por sí, tiene la capacidad de desarticular a las tinieblas. Porque el diablo es un estratega de mentiras.

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marzo 5, 2022 Néstor Martínez