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En Los Umbrales de la Adoración Profética

Aquí es donde entra un tema que podríamos llamar como la mente de Dios. Y habrá que decirlo con sumo cuidado, esperando que ustedes lo reciban en la plena confianza, pero sin intentar entenderlo. Creo que por un proceso de administración de Dios Él, en algún momento, y por alguna muy buena razón o causa, decide no sanar completamente a alguna persona, porque así la puede cuidar mejor. Entonces, convengamos en que no es la salud un indicador de que todo está bien. El indicador que nosotros esperamos, es que la gente vea que esto es importante. De allí que los padres de niños que asisten a iglesias proféticas, están en un problema casi social: ¿Permitirán que sus hijos sean vacunados? No tengo una respuesta ahora, pero, pregunto: ¿La iglesia, como tal, debería tener alguna palabra al respecto o no? ¡Claro que sí! ¡Debería tenerla!

Ahora claro: ¿Cómo vas a responder a eso sin tener una mente apostólica? No podrás, vas a caer en el monocromatismo. Porque hay solamente dos respuestas a esa pregunta: o es o es no. No hay nada más. Porque en el tema salud, el Espíritu Santo actúa como una barrera elástica de contención, nunca como un guarda-rail de acero. En el primero, te acomodas, te vuelves a tu senda y te encauzas. En el segundo, si le pegas bien fuerte, te matas. Y seguidamente nos llegan las victorias en las decisiones. ¿Tiene que ver con el discipulado, esto? Sí. ¿Y cómo podría yo, entonces, saber si esta decisión que voy a tomar sobre este asunto, es la correcta? Vamos por partes: un solo ministerio actuando en la iglesia, no puede responder esto.

Míralo así, desde lo espiritual, netamente. Un pastor podrá ver las cualidades que tiene una persona, pero no puede discernir su futuro. El profeta, en cambio, podría intuir su futuro. Porque parte de su unción es prever lo que viene. De allí que cuando un consejo sale de un pastor y un profeta, en conjunto, el consejo es más completo. El siguiente punto es saber o poder reconocer los tiempos. Esto, indudablemente, está asociado a saber tomar decisiones. Y una característica evidente de una buena decisión, es que sea oportuna. Si es una buena decisión, pero tardía, en el fondo será una mala decisión.

El punto siguiente es desarrollar el carácter de adorador. Esto, en cada persona. Y cuidado que esta no es una alternativa, no es una opción. Una persona que no es una adoradora, es una persona que no califica para las cosas de Dios. Y no estoy hablando del que canta, la palabra dice adorador. Lo que sucede es que realmente no hay una cultura de adoración en la iglesia. Hay una cultura musical y de cánticos. Y esto también está relacionado con el desarrollo del guerrero, que en este caso, vendría a ser: el intercesor. La idea central es que cada creyente sea un guerrero. Que sepa pelear sus luchas, sus propias batallas. No pueden pedirme a mí ni a nadie a distancia que les pelee una batalla por ellos. Es hasta absurdo. Tres mil visitas diarias. Mil quinientos están bien, otros mil quinientos con problemas. ¿Mil quinientas batallas una sola persona? Imposible. Eso se pretende en la mayoría de las iglesias. Eso mismo, claro está, han incentivado algunos líderes.

Dios espera que nos ayudemos entre todos. ¿Nos estamos ayudando? ¡No! ¡En la mayor parte de los casos, (Y hablo de la iglesia estructural), nos estamos estorbando porque competimos! El pueblo cristiano tiene que ser una comunidad, de otro modo es apenas un calificativo hueco de día domingo. Y eso hasta que termina el culto. Allí es: adiós, que te vaya muy bien, y si comes, comes y si no comes joróbate y hasta el domingo que viene. ¡Ese es el modelo siglo veintiuno del pueblo cristiano! ¿Es ese el diseño de Dios? No me parece. No me cierra. Y cuando algo no te cierra, podrá tu mente estar afiebrada de mundanalidad o circunstancias, pero si algo espiritualmente no termina de cerrarte, no viene de Dios, Lo que viene de Dios, siempre cierra y encaja perfecto, como la piedra del ángulo.

Lo otro que se debe desarrollar es el sacerdocio familiar. Que cada persona que mañana va a formar una familia, tenga la responsabilidad de su casa. Hay muchos padres que piensan que porque llevan a sus hijos a la iglesia, los pastores los van a salvar. ¡Eso es un absurdo! Puede que una congregación les ayude a conocer un poco más del Señor, pero o traen su figura central desde la casa o no irán a ninguna parte.

El desarrollo del servicio personal, individual La diferencia entre esto y la colaboración, es que la persona cuando colabora, se suma a algo que se está haciendo. Pero cuando se habla de servicio, uno es capaz de hacer algo que nadie está haciendo. O sea: no dependo de los otros para hacer algo. Normalmente, los servidores son personas solas, porque siempre están con tiempo para mirar más allá. Tiene algo de profeta su servicio. Lo concreto es que todo ministerio, o todos los ministerios, si quieres tomar el plural, dependen pura y exclusivamente del nivel de mentalidad de cada hombre y de cada mujer que lo piense llevar adelante. No se gana nada capacitando a gente que jamás va a poder hacer nada porque no está dispuesta a cambiar lo más sustancial de sus errores cotidianos.

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noviembre 13, 2021 Néstor Martínez