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En el Tiempo del Reposo

En tiempos en que el stress la ansiedad y la falta de certidumbres claras dominan la escena y determinan que muchos hombres y mujeres no sientan seguridad en nada de lo que hasta ayer se las proporcionaba, siempre es bueno volver a la Palabra de Dios, que no por antigua está pasada de moda ni mucho menos.

(Mateo 11: 38) = Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.

¿Cuántas veces leímos esto y pensamos…”que bien le viene esta palabra a…y allí pusimos el nombre de un amigo, de una amiga, de un familiar o un conocido? Es cierto, este texto ha sido y sigue siendo el motor de la recuperación espiritual y anímica de mucha gente. Lo que no siempre hemos pensado, es que un día esta palabra pudiera ser factor de nuestra propia recuperación. Estamos trabajados y cargados y necesitamos, descanso, que es como decir…reposo.

(Hebreos 3: 7) = Por lo cual, como dice el Espíritu Santo: Si oyereis hoy su voz, (8) No endurezcáis vuestros corazones, Como en la provocación, en el día de la tentación en el desierto, (9) Donde me tentaron vuestros padres; me probaron, Y vieron mis obras cuarenta años.

(10) A causa de lo cual me disgusté contra esa generación, Y dije: Siempre andan vagando en su corazón, Y no han conocido mis caminos.(11) Por tanto, juré en mi ira: No entrarán en mi reposo.

Reposo. Necesitamos desesperadamente reposo. Y no estoy hablando de mullidos sillones ni cálidas camas, estoy hablando de una clase de reposo que solamente viene del cielo, en cualquier otra esfera no hay similares, salvo burdas imitaciones de las tinieblas. Pero el Padre dice que no nos deja entrar en su reposo porque estamos vagando. Entonces nos deja la pregunta obvia: ¿Qué es vagar? Vagar es ser inconstante, es de alguna manera deshacer el propósito de Dios. Por eso es que, todavía hoy, aquí y ahora, en este tiempo tan particular, Él sigue mandándonos a oír su voz, a escucharlo, a encerrarnos con él y aprender, sin utilizar tus sentidos naturales, a conocerlo.

No importa lo que te esté pasando, ahora mismo, en tu vida. Si hay miedo, si hay dolor, si hay angustia, si hay ansiedad, suelta todo en las manos del Padre celestial y entra ya mismo en la quietud del Su Espíritu. Él tiene tu solución y también tu salida. No pierdas relaciones valiosas y no dejes de escuchar su voz, porque en ella está tu respuesta. Jesús ya venció, venció la muerte y está reinando junto al Padre. En Su nombre puedes, ya mismo, tomar control, dominio y autoridad de tus emociones y de tu vida entera.

(Salmo 95: 7) = Porque él es nuestro Dios; Nosotros el pueblo de su prado, y ovejas de su mano. Si oyereis hoy su voz,

Es una promesa clara… ¿Estará vigente aún? ¿Si me decido a oír su voz, podré alzar mis ojos al cielo, no por altura, sino por superioridad, y reclamarla para mí? Entonces el Padre, con su Espíritu de amor, de misericordia, de paciencia y de infinito cuidado te mira y te responde desde su misma palabra de manera clara y precisa.

(Éxodo 33: 14) = Y él dijo: Mi presencia irá contigo, y te daré descanso.

¿Necesitas más? Ya tienes la promesa del Padre. Y Él siempre cumple. Entra ya mismo en Su Reposo.

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mayo 23, 2020 Néstor Martínez