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Los Fundamentos de Tu Autoridad

La gente en el mundo aún no ha visto la autoridad que le ha sido dada a través de Jesucristo. Ni tampoco ha aceptado la autoridad que es por derecho suya, por causa de haber nacido sobre la Tierra. El hombre fue creado a la imagen de Dios para tener compañerismo con Él. El hombre fue la corona de toda la creación. Poseía capacidades que estaban más allá de su comprensión; sin embargo, fracasó porque quebró la Palabra de Dios. Cuando Adán postró su rodilla ante Satanás, perdió su autoridad espiritual. Comencemos con Mateo 8:5-10 y utilicemos este como un punto de lanzamiento a la autoridad:

(Mateo 8: 5) = Entrando Jesús en Capernaum, vino a él un centurión, rogándole, (6) y diciendo: Señor, mi criado está postrado en casa, paralítico, gravemente atormentado.

(7) Y Jesús le dijo: Yo iré y le sanaré.

(8) Respondió el centurión y dijo: Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; solamente dí la palabra, y mi criado sanará.

(9) Porque también yo soy hombre bajo autoridad, y tengo bajo mis órdenes soldados; y digo a éste: Vé, y va; y al otro: Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace.

(10) Al oírlo Jesús, se maravilló, y dijo a los que le seguían: De cierto os digo, que ni aun en Israel he hallado tanta fe.

Este hombre era un gentil. No era un hombre del pacto, era un exiliado en aquel momento y no tenía terreno legal para ir a Jesús. El Evangelio era en primer lugar para los judíos, luego para los gentiles. Hasta cuando Jesús envió a sus discípulos a predicar, les dijo lo que leemos en Mateo 10: 5-6:

(Mateo 10: 5) = A estos doce envió Jesús, y les dio instrucciones, diciendo: Por camino de gentiles no vayáis, y en ciudad de samaritanos no entréis, (6) sino id antes a las ovejas perdidas de la casa de Israel.

Este hombre no estaba incluido en el Pacto, pero Jesús dijo: «Iré y sanaré a tu siervo«. El centurión le dijo a Jesús que no tenía necesidad de ir hasta su casa. En aquellos días Jesús no podía tomar un avión o tren. Tenía que ir caminando o bien cabalgar sobre un burro, iY si ustedes nunca estuvieron sobre uno de esos burros, les digo que preferirían caminar!

El centurión le dijo a Jesús: No tiene que caminar hasta mi casa, porque soy un hombre bajo autoridad y sé cómo funciona la autoridad. Cuando a mí me dicen algo, lo hago. Tengo soldados bajo mi mando, y cuando les digo que vengan o vayan, lo hacen. Ahora simplemente di la palabra y mi siervo será sanado. Esta es la forma más alta de fe. Alguien le preguntó al Señor: «¿Por qué el centurión tenía ese tipo de fe aunque no estaba incluido en el Pacto?»

El Señor le dijo: «Era un militar que entendía la autoridad, porque estaba bajo autoridad. Si enseñas la autoridad a mi pueblo para que la entienda como la entendió este hombre, ellos podrán operar con el mismo tipo de fe». Cuando entiendas la autoridad como La Biblia la expone, te levantarás a un nuevo nivel de fe. Llegarás a usar la autoridad que Dios te ha dado cuando hables su Palabra contra las circunstancias de la vida.

Estas tendrán que conformarse a la Palabra de Dios! ¡El conocimiento de esta verdad te hará libre! Toma autoridad sobre las circunstancias Un hombre se encontró con otro y le preguntó: – ¿Cómo te va? – Bueno, no tan bien bajo estas circunstancias. – ¿Qué haces bajo las circunstancias? Hemos cantado canciones de tan poca fe durante tantos años que ¡hemos comenzado a creerlas!: «Soy un pobre peregrino, cansado de tanto vagar». ¡No somos pobres peregrinos cansados de vagar! Somos peregrinos y extranjeros, pero ¡coherederos con Cristo Jesús!

Otra canción dice: «No sé hoy lo que traerá el mañana: sombras, sol o lluvia«. A medida que obtienes entendimiento de su autoridad a través de la Palabra de Dios, no tendrás que preocuparte por lo que traerá el mañana. ¡Toma tu fe y cambia lo que le trae el mañana! . Jesús habló una verdad profunda cuando dijo lo que leemos en Juan 8:31-32:

(Juan 8: 31) = Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; (32) y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.

Dios habló a través de su profeta Oseas; dijo en 4:6: Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento. Por cuanto desechaste el conocimiento, yo te echaré. Salomón dijo en el Proverbios 2:6-7: Porque Jehová da la sabiduría, y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia. Él provee de sana sabiduría a los rectos.

Una de las más grandes necesidades de este día es darse cuenta de lo que Dios ha hecho para nosotros en Cristo Jesús. Encontramos explicación de esto en 2 Pedro 1:1: Simón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a los que habéis alcanzado, por la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo, una fe igualmente preciosa que la nuestra. Podrás observar que Pedro escribe a aquellos que han obtenido una preciosa fe igualmente que la nuestra.

En otras palabras, ¡Tú y yo estamos incluidos! Hemos obtenido esa misma fe. Y sigue Pedro en el verso 2: Gracia y paz os sean multiplicadas, en el conocimiento de Dios y de nuestro Señor Jesús. Quiero que presten particular atención a la frase, «el conocimiento de Dios«. Gracia y paz te son ¡multiplicadas, no agregadas a ti! Las personas actualmente buscan la paz. Pero la mayoría de ellas la busca en los lugares donde no se encuentra.

Observa: paz nos es multiplicada a través del conocimiento de Dios y a través del conocimiento de Jesús, nuestro Señor. Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder; mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia Dice el verso 3. Si se le han dado todas las cosas, quiere decir que no hay nada más que Él pueda dar. Esta Escritura no dice: «Él les dará todas las cosas, en algún momento«. ¡Ya lo ha hecho! Ya nos ha dado todas las cosas que pertenecen a la vida y la piedad a través del conocimiento de Él, quien nos ha llamado a gloria y excelencia.

Esto solamente viene ¡a través del conocimiento de Dios! La Palabra dice: Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio para la edificación del cuerpo de Cristo: Hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo»(Efesios 4:11-13).

Él ha dado un ministerio de cinco aspectos: apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros, para el perfeccionamiento de los santos. La verdad sola no te hará libre Recuerda las palabras que Jesús les dijo a sus discípulos: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres (Juan 8:31-32). Yo en una ocasión la había citado mal. Entonces un día el Señor me dijo: – Eso no es cierto. Yo quedé conmocionado y dije: – Bueno, tú lo dijiste. Debe ser cierto. Él respondió: – No lo citas en su totalidad. Si permaneciereis en mi palabra… entonces conocerás la verdad, y la verdad ios hará libres!

Todos no llegarán a conocer la verdad, porque no permanecen en la Palabra. ¡Es el conocimiento de la verdad el que nos hace libres! Muchos saben sobre la verdad, pero pocos tienen el conocimiento de esa verdad. El apóstol Pablo dijo: «¡Todas las cosas son suyas!» Pedro dijo lo mismo en 2 Pedro capítulo 1: «El Señor ya lo ha hecho». No está por hacerlo algún día. De hecho, La Biblia nos dice que Dios terminó su obra en seis días y luego descansó. ¡Algunos de nosotros hemos tratado de hacer trabajar a Dios a partir de aquel día! Él puso todo en movimiento. Fue hecho en Jesucristo y está disponible para todos los que quieran recibirlo.

La libertad nos viene cuando continuamos en la Palabra de Dios, porque eso produce el conocimiento de Dios. Pedro dijo: «Por su divino poder (. ..) por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina» (2 Pedro 1:3-4). No dijo que teníamos que ser participantes. Dijo que podríamos ser participantes. Está disponible para ti. Como participante de la naturaleza de Dios, tú eres capaz de operar al mismo nivel de fe de Dios. El hombre fue creado para tener compañerismo con Dios el Padre.

«Pero alguien testificó en cierto lugar, diciendo: ¿Qué es el hombre, para que te acuerdes de él, o el hijo del hombre, para que le visites? Le hiciste un poco menor que los ángeles, le coronaste de gloria y de honra, y lo pusiste sobre las obras de tus manos» (Hebreos 2:6-7). Observa: se habla de dos tipos de personas en estas Escrituras: el hombre y el Hijo del Hombre. Jesús siempre se llamó a sí mismo Hijo de Hombre. Dios estableció al hombre sobre la obra de sus manos. ¡Dios le dio dominio sobre la Tierra!: «Le hiciste un poco menor que los ángeles». El griego dice: «… por un poco de tiempo, menor que los ángeles«.

Por causa de la caída el hombre fue hecho menor que los ángeles, por un poco de tiempo. En el comienzo el hombre fue creado en un orden más alto que los ángeles. Solamente al hombre se le dio el derecho de elegir sus palabras y hacer sus propias decisiones; los ángeles no tienen ese derecho. «Todo lo sujetaste bajo sus pies. Porque en cuanto le sujetó todas las cosas, nada dejó que no sea sujeto a él, pero todavía no vemos que todas las cosas le sean sujetas» (Hebreos 2:8). Si puso todas las cosas debajo de él, no hay nada más para poner debajo. Puso todas las cosas en sujeción bajo los pies del hombre. En lo que se refiere a Dios, fue hecho cuando puso a Adán sobre todas las cosas de esta Tierra; a Adán le fue dado dominio sobre toda la Tierra.

Puedes ver en Génesis que el hombre fue creado para tener dominio. ¡Todas las cosas fueron puestas en sujeción bajo sus pies Dios no está por hacer esto por la humanidad algún día. ¡Ya lo ha hecho! ¡Dios no dejó nada que no fuera puesto bajo los pies del hombre! El hombre fue puesto sobre todo. Aún no verá todas las cosas debajo de él, pero sí puede ver a Jesús que fue hecho igual al hombre. El hombre no ha llegado todavía a esa posición, por causa de la caída de Adán, pero tú ves a Jesús. «Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo (. ..) Porque ciertamente no socorrió a los ángeles, sino que socorrió a la descendencia de Abraham. Por lo cual debía ser en todp semejante a sus hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo» (Hebreos 2:14, 16-17).

Jesús fue hecho igual al hombre. Tomó sobre sí el cuerpo de un hombre. Vino a la Tierra como hombre y puso todas las cosas bajos sus pies. Adán debía ser Dios sobre la Tierra. Como leemos sobre la creación del hombre en Génesis 1:26- 28, nos damos cuenta que la humanidad fue creada para gobernar la Tierra: Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios creó; varón y hembra los creó. Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.

Observa en el versículo 26 la palabra todo: «en toda la tierra» y «en todo animal que se arrastra sobre la tierra». y aquí hay una de las más asombrosas declaraciones de La Biblia: «Hagamos al hombre a nuestra imagen«. «Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dio lo creó; varón y hembra los creó. Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla» (vv. 27-28). Es importante observar que Dios no dijo: «Simplemente, se humilde y deja que las circunstancia de la vida te atropellen. Jamás hagas nada con respecto a tus circunstancias. Solamente di: ‘Venga lo que viniere, no hago nada para cambiarlo»‘. ¡No! Dios dijo: «¡Sojuzgadla!» En otras palabras, si la Tierra o cualquier criatura viviente se sale de su lugar, ¡Tú la pones de nuevo en su lugar! Eso es bastante diferente de las ideas que se daban en nuestras Escuelas Dominicales.

Dios creó al hombre para que sea dios sobre la Tierra. El hombre no fue puesto aquí como un gusano en la tierra. Dios creó la Tierra y se la dio a él. Se transformó en algo del hombre que debía hacer lo que deseara, pero Dios le dio algunas guías junto con la capacidad de realizarlas. Los cielos son los cielos de]ehová; y ha dado la tierra a los hijos de los hombres (Salmos 115:16). 19  Dios le dio la Tierra al hombre. Le dijo: «Si se sale de la raya, no me llames a mí. Tú la vuelves a poner en su lugar». O sea: No te deprimas y juegues a hacerte el muerto diciendo: «Oh, esto debe ser la voluntad de Dios«. Usa tu fe y cambia las circunstancias! ¡Sojúzgalas! ¡Toma dominio sobre ellas!

Dios dijo: Hagamos al hombre a nuestra imagen. conforme a nuestra semejanza. La palabra semejanza en el original hebreo significa «una exacta duplicación en su especie«. Dios ¡se duplicó a sí mismo en su especie! El hombre no surgió de un mono. No vino de una célula única que decidió arrastrarse sobre la Tierra, y después se colgó de su cola de los árboles, y finalmente caminó erguido. ¡Esa es basura intelectual! Dios creó al hombre totalmente desarrollado, como dios sobre la Tierra. Le dio esta Tierra a Adán y le dijo: «Aquí está, Adán. Sé dios sobre la Tierra y todo lo que hay en ella. Si se sale de la raya, tú la cuidas».

¡Adán fue una exacta duplicación de la especie de Dios! Fue creado a la imagen de su creador. Dios creó al hombre según su propia especie. La ley completa del Génesis lleva esto implícito: Todo produce según su especie (vea Génesis 1) «Dios es Espíritu» Juan 4:24). ¡No se plantan duraznos y se cosechan naranjas! No se plantan pepinos y se cosechan manzanas. Todo produce según su especie. Esa es la ley del Génesis, la ley de Dios. Dios dijo que «mientras las tierra permanezca, no cesarán la sementera y la siega, el frío y el calor, el verano y el invierno, y el día y la noche» (Génesis 8:22).

La ley obra. Las leyes de Dios jamás han sido suspendidas. Siguen en vigencia actualmente. Dios creó al hombre según su imagen, es una exacta duplicación de su especie. Ahora, ¿Qué especie de Dios es? Jesús dijo que «Dios es Espíritu», Tú no eres Dios. No eres igual a Dios en sus atributos divinos, pero eres un espíritu bajo autoridad. Puedes participar de la naturaleza divina: la rectitud. Adán estaba subordinado a Dios. Dios lo creó, le dio toda esta autoridad y poder, y le dijo: «Sé dios sobre la Tierra como yo soy Dios sobre los cielos».

La Biblia nos dice que el hombre fue creado a la imagen y semejanza de Dios. El hombre es un ser tripartito: es un espíritu; tiene un alma y vive en un cuerpo. Dios dijo: «Hagamos al hombre a nuestra imagen«. Si el hombre fue hecho a la imagen de Dios, entonces es un ser trino como Dios: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. 1. El hombre es un espíritu. El espíritu humano se contacta con Dios, que es un Espíritu. 2. El cuerpo se relaciona a Jesús, que fue la manifestación física de Dios en esta Tierra. 3. El alma del hombre -que se compone de voluntad, mente y emociones- se relaciona con el Espíritu Santo, que es llamado guía y maestro.

Estoy convencido que el alma de un hombre es el acople que une al espíritu con el cuerpo. Del Espíritu Santo se habla como guía a través del Nuevo Testamento. Dado que el hombre fue creado como exacta duplicación de la especie de Dios, tiene que ser un ser trino para poder calificar para la semejanza con Dios. «Y vivió Adán ciento treinta años, y engendró un hijo a su semejanza, conforme a su imagen, y llamó su nombre Set» (Génesis 5:3). Las palabras exactas utilizadas para describir los hijos de Adán, son usadas por Dios para describir al hombre. El hombre fue creado a la semejanza e imagen de Dios. Esa es la ley de Génesis.

Si todo produce según su especie, Set se habría parecido a Adán. ¿Por qué Dios iba a desviarse de su ley de estructura en el universo y crear algo que no fuera según la especie de Dios? Dios continúa con su ley, y utiliza las mismas palabras para describir a Set. «Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente» (Génesis 2:7). Observa que dijo: ‘formó al hombre«. Eso no es creación. Algunos dicen que el hombre fue creado del polvo. Eso no es cierto. Algunas veces hemos estado como aquel niño pequeño que ha escuchado decir a su maestra de la escuela dominical: «Somos hechos de polvo, y al polvo regresamos«. El niño pregunta: – ¿Ha dicho que ‘somos polvo, y vamos a volver al polvo’? – Sí. Eso es lo que Dios dijo. – Bueno, miré debajo de mi escritorio … ¡Alguien debe estar llegando o yéndose!

Algunos de nosotros hemos estado así de confundidos en nuestro pensamiento concerniente a la creación del hombre. La Biblia muestra que Dios formó el cuerpo del hombre del polvo de la tierra. Creó significa «traer a la existencia». Formar algo no es creación. Puedes tomar una sustancia existente y formar algo, pero eso no es una creación. Puedes construir un edificio a partir de árboles. Los árboles existían antes de que el edificio fuera formado. Los hombres no crearon el edificio. Lo construyeron -lo formaron e imaginaron- desde una sustancia ya existente. Dios tomó algo que Él ya había creado -la Tierra- y formó el cuerpo del hombre desde el polvo de la sustancia que ya existía. Allí el hombre fue completo con ojos, oídos, nariz, manos, pies… un espécimen perfecto.

Pero estaba tan muerto como un clavo de puerta. No había vida en él. Si Dios lo hubiera soltado, se hubiera caído. No había vida en él hasta que Dios sopló aliento de vida en él. Dios sopló su vida en Adán, ila vida de Dios! «Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación» (Génesis 2:3). Dios creó e hizo. Dios creó la Tierra, pero hizo el cuerpo del hombre. Lo hizo de aquello que ya había creado, y luego sopló vida en ese cuerpo, ¡vida del espíritu! La creación vino cuando Dios sopló vida del espíritu en Adán. La palabra espíritu significa «viento o aliento». Dios sopló su Espíritu dentro del hombre, y el hombre se transformó en un duplicado exacto de la especie de Dios.

Veamos lo que Dios pensó antes y después de la creación del hombre: «Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios los creó; varón y hembra los creó. Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra» (Génesis 1:26-28). ¿Cómo debía Adán sojuzgar la Tierra? Como una copia exacta de la especie propia de Dios, Adán era capaz de operar al mismo nivel de fe con Dios. Adán estaba subordinado a Dios, pero toda la Tierra estaba bajo su control.

Adán era hombre bajo autoridad. Algunos piensan que Dios hizo la Tierra de la nada, pero no fue así. La hizo desde algo. La sustancia que Dios utilizó fue la fe. Comparemos Génesis 1:1 con ]uan 1:1: «En el principio creó Dios» Génesis 1:1) «En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios» Guan 1:1). Luego Juan 1:3 dice: «Todas las cosas por él fueron hechas [el Verbo; y sin él [el Verbo), nada de lo que ha sido hecho, fue hecho«. Dios creó la Tierra con palabras. Dios usó su fe cuando creó. Él desata su fe en sus palabras. No había luz hasta que Dios dijo: «Sea la luz«. Produjo luz con su fe. Usó sus palabras como transportadoras de esa fe. Encontrarás las palabras «Y dijo Dios» expresadas diez veces en Génesis 1.

¿Por qué Dios le dijo a Moisés que escribiera «Y dijo Dios», y que luego hiciera la lista de todas las cosas que Dios dijo? La razón por la que quedó registrado de esta manera fue para revelar cómo Dios creó. Lo hizo con palabras. Usó sus palabras como transportadoras para llevar su fe hacia donde la creación ocurrió. Las palabras de Dios están llenas de fe, y Él las usó para traer la creación a la existencia. «Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera» (Hebreos 11:1). Fe es la sustancia. Algunas personas piensan que el mundo espiritual no existe porque no pueden verlo. Pero Dios, que es un Espíritu, iCreó este mundo! Pablo nos dice que miremos las cosas que no vemos. ¿Cómo se hace eso? A través de los ojos de la fe.

Las cosas que se ven son temporales, lo cual significa que están sujetas a cambio. Podemos ver este mundo, por lo tanto está sujeto a cambio. Este no es el mundo establecido. Pasará. El mundo espiritual es el real; creó todas las cosas que tú ves. Génesis 1: 1 declara: En el principio creó Dios,  ¿Cómo? Con la Palabra. Nada fue hecho sin la Palabra. Jesús era la Palabra. Nuevamente Juan 1:3 dice: «Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho». Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía» (Hebreos 11:3).

Las cosas que tú ves no están hechas con las cosas que aparecen. No puedes ver la fe, pero el mundo fue hecho a partir de la fe de Dios. «Las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas» (2 Corintios 4:18). En otras palabras, las cosas que ves están sujetas a cambio. Esa es la razón por la que Dios le dijo a Adán que sojuzgue la Tierra y tuviera dominio sobre ella. ¡Tú puedes tomar tu fe y cambiarla! Palabra del poder de Dios «Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días, nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo; el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas» (Hebreos 1:1-3).

«El cual siendo el resplandor de su gloria.» ¿La gloria de quién? iLa gloria de Dios! «La imagen misma de su sustancia.» Jesús es la expresa imagen de la persona de Dios. El texto griego declara: «una expresión exacta de la sustancia de Dios». Si quieres saber qué aspecto tiene Dios, mira a Jesús. Él dijo: «Yo y el Padre uno somos» Juan 10:30). Realmente era eso lo que quería decir. Quiso decir que era la imagen exacta, la imagen expresada de la persona de Dios. «Y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder.» Si hubiera dicho «por el poder de su Palabra«, entonces tú podrías decir que hay algo de poder en su Palabra, pero no todo el poder. Pero no dijo eso. Él sustenta todas las cosas con la palabra de su poder: La Palabra hablada de Dios es su poder. Fue la capacidad creativa de las palabras que desató su fe.

La luz viaja a trescientos mil kilómetros por segundo. En el momento de la creación Dios llamó a la existencia a más de veinticinco billones de kilómetros de universo dentro de un período de veinticuatro horas! Los científicos dicen que el universo aún está en expansión a la velocidad de la luz. Hay galaxias más allá de nuestra vista. Las distancias en el espacio se miden en años luz, que es la distancia que viaja la luz en un año. ¡Qué vasta expansión puso Dios en movimiento con sus palabras! Dios creó a Adán a su imagen y semejanza.

Era la intención que Adán tuviera dominio sobre la Tierra., al desatar su fe en palabras, tal como Dios había hecho con las suyas. Dios utilizó las palabras para producir toda la creación. La puso en movimiento con sus palabras! Dios creó a Adán a su imagen y semejanza. Era la intención que Adán tuviera dominio sobre la Tierra., al desatar su fe en palabras, tal como Dios había hecho con las suyas. Dios utilizó las palabras para producir toda la creación. La puso en movimiento cuando dijo “Sea” (Genesis 1:3) ¡Y fue hecho! La fe de Dios fue transportada por las palabras.

En suma: todo esto que has escuchado, son los fundamentos de tu autoridad. Cuando estás con tus vestiduras blancas, símbolo de vivir una vida conforme al diseño y el propósito de Dios sobre esta tierra, tú tienes esa autoridad en todo su contexto y contenido. Y cuando se tiene autoridad, no es simplemente para guardarla en un bolso en espera de alguna ocasión que amerite usarla. Cuando se tiene autoridad, al igual que aquel legendario centurión, es para ejercerla día tras día en beneficio del Reino. Porque está escrito que cuando tú buscas el Reino de Dios y su Justicia, todo lo que te falta o necesitas, te será añadido. Todo.

Y no te dejes llevar por los tibios que te dicen que no `puedes declarar ni decretar nada. Tú perteneces a un pueblo de reyes y sacerdotes. Y hasta donde yo sé, si bien hay muchos momentos en que debemos orar, clamar, pedir, rogar y suplicar, tal como lo hace un sacerdote, también hay otros momentos en que las distintas circunstancias que nos tocan atravesar, imponen que decretemos, ordenemos y declaremos en el bendito nombre de Jesucristo de Nazaret, porque eso es también hacer honor al rey que llevamos dentro, simplemente por haber sido formados en imagen y semejanza del Dios de todo poder en el que creemos y funcionamos.

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septiembre 6, 2020 Néstor Martínez