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En la Unidad de Los Dones

Algo está claro: Dios envía los dones del Espíritu, para que sean los dones los que nos lleven a la unidad de la fe. Míralo así. Suponte que una persona es activada en el don profético. Entonces empieza a ver, a oír, pero nadie más en su comunidad ni en su familia lo hace.  Un día, y por una de esas «casualidades» que Dios sabe, esta persona llega a una reunión donde se encuentra un grupo de personas, y quedándose en silencio, escucha como hablan las otras personas, y nota que se refieren a lo que el Señor les muestra en el espíritu. Automáticamente, esta persona que acaba de llegar y por lógica no conoce a estas personas que ya estaban reunidas, se identifica con ellos. Y se une al grupo. No los conoce, no sabe de dónde vienen, no sabe cuánto tiempo tienen allí, no sabe nada, pero se une a ellos. Y participa y se siente integrado a ese grupo. ¿Por qué sucede esto? Porque el don une a la gente. Y no pasa por la mente, pasa por el corazón. Actúa como actúan los niños pequeños. No se conocen, pero a los pocos minutos de haberse conocido, ya están jugando juntos como si fueran amigos de años. ¿Por qué crees que ocurre esto? Simple, porque eso es lo natural. Amo a los maestros y pasaría horas hablando con ellos, cualquiera fuera su nivel de conocimiento. Eso es más que natural para mí.

Es decir que los dones vienen a provocar un determinado nivel de unidad. Ahora claro, en una comunidad en donde los dones son extraños, son escasos, una persona se une con otra u otras que tienen el don. Pero ahí se genera una división entre los que tienen el don y los que no tienen el don. Pero, si todos funcionáramos en los dones, ¿Qué creen que tendríamos? Simple respuesta: tendríamos un nivel de unidad extraordinario. ¿Por qué? Porque todos tendríamos los dones y todos los usaríamos para unirnos. Escucha: los dones no es algo que ni tú ni yo podamos procesar mentalmente. ¿Tratar de entender mentalmente una lengua extraña? ¿O una palabra de ciencia que te muestra que en una persona opera un determinado espíritu maligno? ¡Imposible! ¡Eso no pasa por la cabeza! ¡Esa es la razón por la que todavía es tanta la gente que viaja decenas de kilómetros para ir en búsqueda de alguien “que le ore” por algo que necesita oración!

De todos modos, es suficiente con que un don se manifieste en toda su plenitud, para que tú reacciones de la única forma en que se reaccionará en estos casos, uniéndote. Llega una persona en una silla de ruedas y luego de orar esa persona se levanta de su silla y empieza a caminar, tú sales disparado a unirte a los dones que propiciaron ese milagro. ¡No pasa por tu intelecto! Los dones unen a la gente. Seamos uno en la fe. Uno de los grandes problemas del pentecostalismo tradicional, es que se ha quedado en el fuego pentecostal. Y no se han dado cuenta todavía de algo muy importante: los dones no vinieron para entretenernos, sino para llevarnos a Cristo. Y te doy un ejemplo con algo muy caro a ese sector: las lenguas.

La Biblia dice que aquel que habla en lenguas, busque a alguien que las interprete. A eso lo vemos en Corintios, ¿Verdad? ¿Y por qué se supone que habría dicho eso? Simple: porque la iglesia no puede ser edificada por lenguas que nadie entiende. Entonces dice: si no hay quien interprete, entonces es mejor que el hermano se calle. Porque lo que queremos, es que la iglesia sea edificada. Claro está que esto no significa que se prohíba hablar u orar en lenguas, que es lo que han hecho los grupos más conservadores. Y esta aseveración mía tiene un argumento irrebatible, cómo vas a ver. Porque, pregunto: si tú no permites que los hermanos que dicen poseer el don de lenguas lo ejerciten, ¿Cómo sabrás que no hay quien lo interprete? Si tú prohíbes las lenguas porque no hay quien interprete, estás haciendo censura previa. ¿Cómo adivinaste que no hay quien interprete si nadie oró en lenguas? No lo adivinaste nada, sólo te fastidia tu doctrina.

Ahora supongamos que esa persona que habla en lenguas sí es interpretada. ¿Qué crees que saldrá cuando esa persona repita en idioma entendible lo que el que ora en lenguas está diciendo en idioma no entendible? Va a salir algo que dé a conocer más a Cristo. Si es de Dios, seguro será así. Porque el enfoque central del que provienen los dones, siempre nos lleva a conocer a Cristo de forma más profunda y exquisita. De eso se habla cuando se nos dice que debemos desarrollarnos en la perfección, con Cristo como nuestro modelo. Sólo de esa manera podremos mantenernos estables y no caer engañados por falsas doctrinas. Sin embargo, mi duda permanente y legendaria, es: si lo que sale respecto a Cristo de esa interpretación de lenguas, no coincide del todo con los postulados doctrinarios de ese lugar, ¿Tú crees que lo van a aceptar como legítimo?

Recuerda que es imposible que venga un funcionario del gobierno de tu país a tu iglesia y pretenda darte una nueva doctrina. No le creerás, porque será muy funcionario y muy importante, pero tú sabes que no es creyente. Ahora; si el que viene con un cambio raro en la doctrina es el pastor de la iglesia, o el ministro invitado a predicar, entonces sí es probable que seas engañado y te la creas. ¿Entiendes ahora de dónde vendrán las falsas doctrinas? Una de las cosas que los dones del Espíritu producen, (Y aquí entran también los ministerios), es el testimonio interno de que esto es de Dios. Por eso es que Dios les dice, por medio del profeta, que al rechazarlos a ellos, no los están rechazando a ellos, sino a Mí. No es el problema el que trae el don, el que trae el ministerio. El problema es el ministerio.

Yo no tengo nada contra ti, pero lo que estás enseñando no me parece correcto. Eso es lo que genera el problema. No somos nosotros. Entonces, cuando el Espíritu Santo empieza a soltar su riqueza, nosotros nos establecemos. No somos engañados por vientos raros, nos mantenemos. Y por último, maduramos. Es bueno que digamos que maduramos en Cristo. ¿Por qué? ¿Cuál es el perfil adonde apuntamos? ¿Cuál es la definición de un hombre maduro? Por ejemplo, una persona que enfrenta sus problemas y los resuelve. Sin duda, eso es algo que tiene que ver con el carácter. Una persona que superó algo así como los celos, el miedo, el temor, etc.

Es cierto, pero tengo la sensación que la vida es más que eso. Los creyentes promedio hemos cometido en masa el error de circunscribir nuestras vidas a la actividad de la congregación a la que pertenecemos, pero ¿Sabes qué? ¡Allá afuera hay una vida para vivir! Nuestro modelo es Cristo, pero no un Cristo elaborado a la medida de una doctrina, sino el Cristo único y visible que salta de la propia Palabra. No me alcanza con ser alguien que no padece de ansiedad. Deseo ser como Cristo, quiero tener ese modelo en mi vida. Sabemos que no se puede. Hay algunos fundamentos importantes que debemos conocer, para saber cómo opera todo esto. Eso es, en grandes rasgos, ir Caminando hacia la Estatura del Varón Perfecto. O Maduro, como mejor te guste llamarlo; es lo mismo.

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julio 24, 2021 Néstor Martínez