Estudios » Blog

El Día de la Justicia

Hay una guerra, actual, dinámica, potente, cruda, cruel y sin tregua. Pero no es algo nuevo ni que nos sorprenda si es que hemos sabido buscarla en nuestro manual de vida, La Biblia. El libro de Daniel nos brinda una mirada profética de como la guerra presente va a terminar. El rey Nabucodonosor tuvo un sueño y Daniel lo interpretó:
(Daniel 2: 31) =  Tú, oh rey, veías, y he aquí una gran imagen. Esta imagen, que era muy grande, y cuya gloria era muy sublime, estaba en pie delante de ti, y su aspecto era terrible. 

(32) La cabeza de esta imagen era de oro fino; su pecho y sus brazos, de plata; su vientre y sus muslos, de bronce; (33) sus piernas, de hierro; sus pies, en parte de hierro y en parte de barro cocido. 

El rey había soñado con una enorme imagen de forma humana, brillante y terrible. Su cuerpo completo estaba hecho en metal resistente, y sin embargo, sus pies estaban hechos de barro. Daniel le señala que esta imagen representaba los reinos del mundo y el barro significaba la debilidad de los últimos poderes del mundo. Estos reinos serian menos brillantes y terribles mientras el fin se acercara. Entonces Daniel continuó:

(34) Estabas mirando, hasta que una piedra fue cortada, no con mano, e hirió a la imagen en sus pies de hierro y de barro cocido, y los desmenuzó. 

(35) Entonces fueron desmenuzados también el hierro, el barro cocido, el bronce, la plata y el oro, y fueron como tamo de las eras del verano, y se los llevó el viento sin que de ellos quedara rastro alguno. Mas la piedra que hirió a la imagen fue hecha un gran monte que llenó toda la tierra. 

La piedra que Daniel describe aquí no es ninguna otra que Jesucristo mismo. Él es la Roca de los siglos y bajará del cielo para aplastar todos los reinos del mundo. Cuando el mundo vea esto ocurrir, la divinidad de nuestro Señor será innegable. Toda rodilla se doblará delante de él y toda lengua confesará que Jesucristo es el Señor. ¿Lo hará en soledad, de manera fantasmagórica y etérea? Esa es la película, la realidad nos dice que tiene un Cuerpo, y que será ese Cuerpo su elemento ejecutor.

No vamos a derribar a los terroristas, los violadores, los narcotraficantes o los violentos con nuestras armas, bombas o misiles. No podemos librar al mundo de tan vil maldad por medio de la fuerza humana. Dios dice que el reino de Su hijo finalmente quebrantará y consumirá todos los imperios malvados. Si, habrá justicia, pero vendrá del Padre Celestial.

Que día será ese cuando todos los viles y despreciables del mundo despertarán delante del trono del juicio de Jesús. Ellos pensaran: “Se nos prometió el paraíso por nuestro sacrificio. Se nos dijo que tendríamos preciosas mujeres, y comida y bebida deliciosa por toda la eternidad.” Pero entonces de repente se darán cuenta que el mismo nombre que trataron de aniquilar completamente ahora está delante de ellos como su Juez.

Comentarios o consultas a tiempodevictoria@yahoo.com.ar

julio 18, 2019 Néstor Martínez