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¿Democracia o Monarquía?

En el libro de los Números, en el capítulo 13 y versos 26 al 33, más los dos primeros versos del capítulo 14, hay una historia que seguramente la mayor parte de los creyentes conocen. Los israelitas estaban en Cades-Barnea, junto al Jordán, mirando hacia Canaán. Habían recibido instrucciones de elegir un hombre de cada una de las doce tribus y enviarlos a espiar la tierra. Estos hombres eran capitanes de miles, principales de las tribus, y considerados líderes de Israel. Entre los doce, y en última instancia, entre los diez, había uno de personalidad muy interesante, que contagió un mal espíritu al pueblo. Su nombre era Setur, del hebreo sathar, que significa “esconder o mantener en secreto”.

Alguno de los diez persuadió a los líderes de que trajeran un informe lleno de temor a los hijos de Israel. Tengo mis sospechas. Ahora veamos: el hombre natural viene “como ángel de luz”. Dice: 1-Llegamos a la tierra que nos enviaste, sí, está ahí. 2-Ciertamente, fluye leche y miel. 3-Este es el fruto de ella. Y ahí dos hombres llevaban un racimo de uvas que, se sabe, pesaba entre doce y 23 kilogramos. Uvas grandes como ciruelas, literalmente.  Pero, aquí están los puntos negativos.

1-El pueblo que habita aquella tierra, es fuerte. 2-Las ciudades son muy grandes y fortificadas. 3-Vimos allí gigantes…y éramos nosotros…como langostas. Claro, primero llegaron como “ángeles de luz”. La palabra de Dios y de Moisés eran ciertas. La tierra, la leche, la miel y las frutas estaban allí. Pero Caleb tenía otro espíritu. Se puso de pie de un salto, hizo callar a los hombres y dijo: Subamos luego y tomemos posesión de ella, porque más podremos nosotros que ellos. Caleb tenía un espíritu diferente a los diez. Más adelante, en Números 14:24, Dios dijo: Pero a mi siervo Caleb, por cuanto hubo en él otro espíritu, y decidió ir en pos de mí, yo le meteré en la tierra donde entró, y su descendencia la tendrá en posesión. Esta es una clara muestra de dos clases de espíritus que quieren captar a las personas.

Uno era contrario al otro. Uno es el espíritu de incredulidad vestido de ropajes de espíritu práctico. Lo vimos, es cierto, es grandioso…pero no podemos. El enemigo nunca llega a los hijos de Dios como león rugiente. ¿Lo has oído últimamente? “Y sí…esta página está buena, trae cosas interesantes y todas bien sustentadas en la Biblia, pero…no tiene cobertura de ningún consejo de…” en fin.

¿Qué hicieron Josué y Caleb? Actuaron en fe. Y se plantaron y dijeron: 1-Más podremos nosotros que ellos. 2-Jehová nos llevará a esta tierra. 3-Nos la entregará. 4-Nosotros los comeremos como pan. 5-Su amparo se ha apartado de ellos. 6-No los temáis.

La pregunta, entonces, es: ¿Quién ganará? El pueblo, les creerá a los diez espías que dieron informes negativos-`positivos? El enemigo siempre usa lo positivo para abrir la puerta de nuestro espíritu, y luego coloca allí dudas, temor, orgullo y ambición. ¿Lo es creerán a Josué y Caleb, que tenían “otro espíritu” que el de los diez? Bueno, por supuesto, el relato es claro. Siguieron el espíritu y el consejo de los diez. ¿Por qué?

Porque a la gente, (Y esto lamentablemente también incluye a muchos cristianos), le seduce seguir lo que piensa y hace “la mayoría”. Y esto, inclusive, en algunos estamentos determinados, se practica a nivel oficializado por medio de una denominada democracia en la iglesia. ¿Democracia en la iglesia? La iglesia, hasta donde yo sé, es el cuerpo de representantes de Dios en la tierra, ¿Verdad? Y hasta donde yo también sé, Dios es Rey, ¿Verdad? De acuerdo: ¿Alguien podría explicarme como adaptamos una democracia a una monarquía?

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junio 26, 2019 Néstor Martínez