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Un Viejo y Conocido Enemigo

 

Cuando las grandes cadenas de medios de comunicación lanzan ciertas “noticias” que, en lugar de ser hechos o episodios, no pasan de ser operaciones de prensa destinadas a inducir a la gente que las ve y las oye a pensar y hacer lo que ciertos intereses desean o necesitan que hagan, cuentan con un aliado espiritual: El Espíritu de Estupor.

Ahora bien; ¿Qué cosa es lo que los cristianos que alguna vez hemos recibido información o cursos sobre guerra espiritual, conocemos con el nombre de Espíritu de Estupor? De hecho, en lo literal, es un demonio que influye y grandemente en el máximo campo de batalla que tiene esta guerra: la mente.

(Isaías 25: 7) = Y destruirá en este monte la cubierta con que están cubiertos todos los pueblos, y el velo que envuelve a todas las naciones.

Aquí te lo está diciendo con toda claridad el profeta Isaías: existe un velo sobre todos los pueblos. Es decir que, bien entendido todo eso, nos estamos refiriendo a la gente que habita esos pueblos, y aún sobre cada persona, sobre cada uno en particular.

Sabemos perfectamente por mayor o menor experiencia vivida, que este velo es un velo de ceguera y sordera espiritual, y aún de incredulidad. Porque ese velo no permite que entre la luz de Dios a la vida de la persona, no permite que oiga y, por ende, que obedezca a Dios. Este es el espíritu que se llama Espíritu de Estupor, y se manifiesta como endurecimiento del corazón y manifiesto embotamiento de los sentidos.

¿Quieres comprobar o probar que esto es estrictamente verdadero y no un mero párrafo en una vieja historia bíblica? Intenta hablarle de Jesucristo a gente que ande en el alcohol, la droga u otro pecado manifiesto y fuerte como esos. ¿Crees que entenderán algo de lo que les digas, aunque les estés mostrando las miserias que hay en sus vidas? No lo verán. Y no sólo que no lo verán, sino que te atacarán, porque ese velo les hará ver que los estás agrediendo, y no ayudando. Estupor.

(2 Corintios 3: 14) = Pero el entendimiento de ellos se embotó; porque hasta el día de hoy, cuando leen el antiguo pacto, les queda el mismo velo no descubierto, el cual por Cristo es quitado.

(15) Y aún hasta el día de hoy, cuando se lee a Moisés, el velo está puesto sobre el corazón de ellos.

(16) Pero cuando se conviertan al Señor, el velo se quitará.

Los llamados Judíos Mesiánicos vendrían a ser, conforme a este texto, los que se han convertido al Señor y han podido ver caer sus velos de incredulidad. Ya no un profeta más, ya no un buen hombre que revolucionó social y políticamente su tiempo: Jesucristo, Hijo de Dios resucitado.

Esto nos deja en evidencia que cuando hablamos de velo, estamos hablando de algo que podríamos equiparar con andar por la vida con los ojos vendados. Por allí puedes pisar un lugar seguro, pero será por pura providencia. Lo más probable es que, si andas ciego sin estar acostumbrado, te lleves algo por delante y sufras las consecuencias.

(Efesios 4: 18) = Teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón.

Aquí tienes con meridiana claridad, una confirmación del texto de Corintios. Habla de que el espíritu de estupor, tiene que ver necesariamente con una previa dureza de corazón. ¿Nunca te preguntaste por qué Faraón no podía entender que las plagas que llovían sobre su cabeza y sobre todo Egipto, era una señal que el Dios de Moisés le daba para que se arrepintiera y permitiera salir al pueblo? Lo explica en el mismo relato del Éxodo: porque se había endurecido su corazón.

(2 Corintios 4: 3) = Pero si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que se pierden está encubierto; (4) en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios.

En este texto es donde Pablo deja en clara evidencia que el autor del llamado Espíritu de Estupor, es Satanás a través de cualquiera de sus demonios. A él es a quien define como “el dios de este siglo”, lo cual no se refiere a lapso de cien años, sino a sistema, a organización social, a mundo secular.

(Deuteronomio 29: 4) = Pero hasta hoy jehová no os ha dado corazón para entender, ni ojos para ver, ni oídos para oír.

Clásico entre los textos del Antiguo Testamento, adjudicarle todo a Dios. Algo así como la reiteración de “Jehová dio, Jehová quitó”, la cual no es errónea en su concepto global máximo, pero si en lo ejecutorio, ya que si bien Dios permite esta ceguera, no es Él quien la produce, sino aquellos que ganan terreno en las personas a partir del endurecimiento de sus corazones.

(Isaías 29: 10) = Porque Jehová derramó sobre vosotros espíritu de sueño, y cerró los ojos de vuestros profetas, y puso velo sobre las cabezas de vuestros videntes.  

(11) Os será toda visión como palabras de libro sellado, el cual si dieren al que sabe leer, y le dijeren: lee ahora esto, él dirá: no puedo, porque está sellado.

(12) Y si se diere el libro al que no sabe leer, diciéndole: lee ahora esto; él dirá: no sé leer.

(13) Dice, pues, el Señor: porque este pueblo se acerca a mí con su boca, y con sus labios me honra, pero su corazón está lejos de mí, y su temor de mí no es más que un mandamiento de hombres que les ha sido enseñado; (14) por tanto, he aquí que nuevamente excitaré yo la admiración de este pueblo con un prodigio grande y espantoso; porque perecerá la sabiduría de sus sabios, y se desvanecerá la inteligencia de sus entendidos.

(15) ¡Ay de los que se esconden de Jehová, encubriendo el consejo, y sus obras están en tinieblas, y dicen: ¿Quién nos ve, y quién nos conoce?

(16) Vuestra perversidad ciertamente será reputada como el barro del alfarero. ¿Acaso la obra dirá de su hacedor: no me hizo? ¿Dirá la vasija de aquel que la ha formado, no entendió?

Aquí, conjuntamente con todo lo que ya hemos venido viendo a través de los distintos textos, se menciona un espíritu que podrá sonar humorístico, pero que los que alguna vez han utilizado un púlpito para llevar palabra del Señor a un grupo humano, conocen muy bien: espíritu de sueño.

 ¿Cuánta gente que minutos antes estaba fresca, dinámica y bien despierta, comienza a bostezar y dormirse, literalmente, a los pocos minutos de comenzar una predicación? ¿Es aburrimiento, nada más, como nos han querido hacer pensar los supuestamente especialistas del tema?

(Isaías 42: 6) = Yo Jehová te he llamado en justicia, y te sostendré por la mano; y te guardaré y te pondré por pacto al pueblo, por luz a las naciones, (7) para que abras los ojos de los ciegos, para que saques de la cárcel a los presos, y de casas de prisión a los que moran en tinieblas.

Este texto es básico en lo que hoy llamamos Guerra Espiritual. Porque cuando habla de sacar a los que están en la cárcel, es más que obvio que no se refiere a cárceles literales y a internos que deberán ser liberados. Eso sería en contra de la justicia terrena, algo que Dios no impulsará a nadie a hacer jamás. Habla de ámbito de oscuridad, de ceguera y tinieblas, que es el lugar en el espíritu donde están los poseídos, influenciados y atormentados por el enemigo.

(Mateo 15: 14) = Dejadlos; son ciegos guías de ciegos; y si el ciego guiare al ciego, ambos caerán en el hoyo.

Si a esto lo analizas desde lo estrictamente literal, seguramente será como dice. Pero si lo examinas desde lo espiritual, será mucho más preciso que en lo literal. Porque un ciego físico podría tener la percepción de las cosas suficiente para llevar a buen destino a otro ciego, pero tú y yo sabemos que un ciego espiritual, alguien a quien la revelación jamás le tocó su vida, es imposible que pueda guiar a otro ciego espiritual a encontrar a Cristo. Simplemente porque él mismo no lo ha hallado.

(Mateo 6: 22) = La lámpara del cuerpo es el ojo; así que, si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estará lleno de luz; (23) pero si tu ojo es maligno, todo tu cuerpo estará en tinieblas. Así que, si la luz que en ti hay es tinieblas, ¿Cuántas no serán las mismas tinieblas?

¿Qué estás mirando la mayor cantidad de tiempo en el día? Lo que mires con mayor densidad, será lo que rija en tu vida personal, material, íntima, particular y, obviamente, también espiritual. Examínate y, si tu tiempo es ocupado por películas u otras expresiones visuales que no edifican, tú ojo será malo y estarás ciego o en tinieblas.

(Salmo 36: 8) = Serán completamente saciados de la grosura de tu casa, y tú los abrevarás del torrente de tus delicias.

(9) Porque contigo está el manantial de la vida; en tu luz veremos la luz.

¿Es un doctor en teología una garantía para que la luz del evangelio resplandezca en tu vida? No. Un teólogo te dará como máxima garantía, la posibilidad de acceder a información histórica y teológica que ayudará, llegado el caso, a caminar en dirección a esa luz. Pero sólo la recibirás plena, si el Espíritu Santo envía a alguien que es portador de luz, aunque en algunos casos, sea analfabeto.

(Hechos 28: 26) = Ve a este pueblo, y diles: de oído oiréis, y no entenderéis; y viendo veréis, y no percibiréis; (27) porque el corazón de este pueblo se ha engrosado, y con los oídos oyeron pesadamente, y sus ojos han cerrado, para que no vean con los ojos, y oigan con los oídos, y entiendan de corazón, y se conviertan, y yo los sane.

Cuando un creyente se aferra a un pecado, nunca aceptará la verdad cuando la escuche. ¿Por qué? Porque el mismo pecado trabaja en la persona como un velo que oscurece su entendimiento y, con más justificaciones, tolera el pecado y cree, además, que Dios va a comprenderlo.

Cuando el Espíritu Santo redarguye a un creyente de un pecado o hábito en particular, él va una y otra vez con advertencias amorosas, gentiles. Él enseña y guía con mucha paciencia y pone en el interior de la persona una cierta incomodidad, como una especie de luz roja, de alarma, de que algo anda mal.

El Espíritu de Dios es tierno, paciente, amante, y él esperará que el creyente responda antes de traer disciplina. Él incomodará continuamente la conciencia y el compromiso de esa persona con su Palabra convincente. Pero después de un tiempo, (Porque a veces Dios parece demasiado paciente), cuando todos los llamados y advertencias del Espíritu han sido ignorados y el pecado se arraiga, la sanción es el castigo, y finalmente el juicio.

Dios permitirá la ceguera de los ojos y una dureza de corazón. Y en este punto, ya la mente ha sido cauterizada, endurecida y es imposible para el pecador habitual ver su propia depravación. Eventualmente, si estos terribles juicios no son atendidos, la dureza del corazón se volverá impenetrable.

La Biblia nos dice que Saúl fue al Señor una y otra vez a consultarle, pero Dios e negó a hablarle. El Señor podría haber dicho a Saúl lo que dijo a los ancianos que fueron a Ezequiel: “¿Debo ser yo consultado por uno cuyo corazón está cegado por orgullo y manifiesta rebelión?” Dios no quiere saber nada de los orgullosos, de hecho si no hay un quebrantamiento y humildad en el corazón, jamás Dios nos mirará.

(1 Samuel 28: 15) = Y Samuel dijo a Saúl: ¿Por qué me has inquietado haciéndome venir? Y Saúl respondió: estoy muy angustiado, pues los filisteos pelean contra mí, y Dios se ha apartado de mí, y no me responde más, ni por medio de profetas ni por sueños; por esto te he llamado, para que me declares lo que tengo que hacer.

Aquí está el triste testimonio de este rey idólatra. Si tú estudias al rey Saúl encontrara cosas en el que disgustaban mucho a Dios. Finalmente, Dios no habló a Saúl por el resto de su vida. En este punto, el afligido rey consultó a una bruja para tratar de encontrar una palabra clara. Al final, él murió en completo terror. Aquí está el testimonio del hombre:

(Jeremías 31: 19) = Porque después que me aparté tuve arrepentimiento, y después que reconocí mi falta, herí mi muslo; me avergoncé y me confundí, porque llevé  la afrenta de mi juventud.

Sólo rechazando los ídolos con sincero arrepentimiento puedes oír la verdadera palabra de Dios y recibir, mediante ella, una auténtica guía divina. Te sigues preguntando qué podrán ser hoy, en pleno siglo veintiuno, plagado de adelantos técnicos e informáticos, los ídolos, ¿Verdad?

En principio debo decirte que son tan pero tan sutiles, que en la mayor parte de las veces se presentan maquillados de espiritualidad, y en casos, de altísima espiritualidad, muy por encima de la que podemos encontrar en iglesias o grupos creyentes regulares. Pero, ¿Sabes qué? A Dios no lo engañamos jamás.

Para definir un ídolo, podríamos decir que es todo aquello que alimenta nuestra carne y nuestros deseos egoístas. En un sentido más amplio, un ídolo es indudablemente una forma de lujuria. Sea el amor al dinero, sea la simple vanagloria, sea la tan perseguida fama, el poder, el status, el sexo ilícito, los vicios ocultos, la auto-promoción, la confianza en los bienes materiales, y muchísimas cosas similares más.

Y ten presente que la idolatría no sólo se manifiesta en la oveja rasa y común, también lo hace y con mucha fuerza en el liderazgo. ¿Qué otra cosa que un sentimiento de idolatría será el ansiar vivamente poseer una mega-iglesia?

Esto, que parecería ser una ambición noble, en principio, se ve distorsionada cuando, el procurar llegar a ese objetivo, lleva a los hombres a incursionar en grandes proyectos donde aseguran que mediante ellos van a alcanzar naciones entras para Cristo.

Con el correr de los tiempos, esos proyectos no se ven realizados en su sentido central, sino que no van más allá de promocionar a un hombre mediante conferencias difundidas por la televisión y las cadenas de radios cristianas. Que en sí mismas, no tendrían nada de malo, sólo que permiten que el centro deje de ser Jesucristo para que ocupe su lugar el nombre y el apellido de moda dentro del llamado ambiente cristiano.

He visto iglesias que, tratando de alcanzar estos sueños casi espectaculares, se han endeudado hasta lo indecible y, como consecuencia de ello, han empezado a agobiar a sus congregaciones con gastos que, conforme al amor de hermanos que tiene que estar siempre presente, todos deberán compartir por igual.

La pregunta que surge, entonces, en aquellos que no caen en la mediocridad de dejarse pensar por otros, sino que hacen trabajar esa maravillosa mente que Dios les ha dado para pensar, es: ¿Por qué si estamos haciendo algo para Dios, ese Dios nos desampara en los recursos?

La respuesta es tan simple que golpea duramente: porque Dios no está detrás de ese proyecto, sino que sido utilizado su nombre por aquellos hombres que desean llevarlo a cabo por intereses personales y hasta privados. Hombres que, al decir del viejo adagio: “han soñado con tocar las estrellas con sus manos”.

Si yo pude erigir una simple y definitivamente anónima página Web, que jamás fue promocionada por nadie y desde ningún sitio especial, y esa página creció, creció y se sostuvo siempre en crecimiento por espacio de catorce años hasta hoy, ¿Por qué una emisora de radio o un canal de televisión son inaugurados con todo el potencial técnico y humano y, al poco tiempo deben cerrarlo porque no pueden sostenerse? Simple respuesta: cuando Dios avala un proyecto, Dios paga todos sus gastos. Cuando Él no está en un asunto, los hombres tendrán que arreglárselas por las suyas.

Es muy sencillo esto. Esta, aunque muy pocos lo vean, es una forma sumamente sutil y engañosa de lujuria. Es amor al éxito, al reconocimiento y al prestigio personal, humano. Y es aún mucho peor, porque detrás podría encontrarse, añadido a todo lo demás, también el amor al dinero.

¿Por qué no dejamos los mega-proyectos para Dios y vivimos con más simplicidad? Conozco a jóvenes que egresan de los seminarios cristianos y, lo primero que hacen, es tramitar sus pasaportes, porque presuponen que muy pronto serán invitados a predicar en congresos o conferencias fuera de sus países. Algunos de ellos, jamás llegan ni a predicar en sus iglesias. En mi caso, con más de cuarenta años en el evangelio, jamás tuve pasaporte y jamás salí de mi país. ¿Deberé pensar que no pude ser usado por el Señor, por ello?

Mira; si a Dios le place darnos un mega-ministerio, de seguro que Él lo hará. Nadie podrá frustrar el propósito que Él tiene para nuestras vidas. Tú ves, cuando te arrepientes, que lo primero que vuelve es tu discernimiento, la sabiduría misma de Dios hecha visible.

Y mientras te alejas de tu pecado, se te aclarará la visión y el oído. La voz de Dios vendrá distinta, clara, con la autoridad de la verdad. Pero cristianos que buscan a Dios mientras se aferran a un ídolo, jamás oirán voz alguna, excepto la voz de su propio corazón.

De hecho, su propio deseo asumirá una voz, y finalmente esos creyentes comenzarán a creer que esa es la voz de Dios. Si te niegas a abandonar un pecado secreto, tú no necesitas ni ayunar ni tratar de orar. Porque no es con acciones ni con gestos de sacrificio, es con arrepentimiento genuino, para perdón genuino.

(Jeremías 14: 12) = Cuando ayunen, yo no oiré su clamor, y cuando ofrezcan holocausto y ofrenda no lo aceptaré, sino que los consumiré con espada, con hambre y con pestilencia.

Peor todavía es esta palabra: si tú vienes al Señor mientras consientes y justificas pecado en ti, Dios no te rechazará. Lo que sí sucederá, es lo que ocurre siempre con todos los que persisten en el pecado, y están convencidos que nada está mal en ellos. Dios responderá tu oración. Es decir que con todo, Dios no se quedará en silencio delante de ti. La duda es: ¿Cómo será su respuesta? Mira lo que sigue:

(Ezequiel 14: 4) = Háblales, por tanto, y diles: así ha dicho Jehová el Señor: cualquier hombre de la casa de Israel que hubiere puesto sus ídolos en su corazón, y establecido el tropiezo de su maldad delante de su rostro, y viniere el profeta, yo Jehová responderé al que viniere conforme a la multitud de sus ídolos, (5) para tomar a la casa de Israel por el corazón, y que se han apartado de mí todos ellos por sus ídolos.

Por ejemplo: ¿Cómo estableció Dios alimentar a su pueblo Israel en el desierto? Con el maná. Pero pronto se aburrieron del maná y querían comer carne. No era ese el deseo de Dios. Sin embargo, y aún en medio de su ira, Dios se los concedió.

(Números 11: 33) = Aún estaba la carne entre los dientes de ellos, antes que fuese masticada, cuando la ira de Jehová se encendió en el pueblo, e hirió Jehová al pueblo con una plaga muy grande.

Dios no los decepcionó. Él les dio la carne que querían. Y mientras el pueblo estaba tragando, ellos pensaban: “¡Dios nos ha oído1 Está complacido con nosotros! No. Dios sólo había respondido a la idolatría, a la lujuria de ellos.

Y mientras la carne estaba todavía en sus bocas, la gente comenzó a morirse. Cuántos lugares habrá que creen que Dios les ha respondido conforme a sus peticiones idólatras, para luego darse cuenta que todo salió mal. Y si lo dudas, recuerda cuando el pueblo de Israel dijo que ya no quería ser gobernado más por Dios y pidió por un rey.

(Oseas 13: 9) = Te perdiste, oh Israel, más en mí está tu ayuda.

(10) ¿Dónde está tu rey, para que te guarde con todas tus ciudades; y tus jueces, de los cuales dijiste: dame rey y príncipes?

(11) Te di rey en mi furor, y te lo quité en mi ira.

Dios se puso furioso con su pueblo que le demostró ser tan cabeza dura. Ellos querían insensatamente un rey y Dios, en su furia, se los concedió. Aquí se demuestra cómo nosotros podemos afligir y quebrantar tanto a Dios cuando sólo insistimos en lo que nos parece y nos gusta, y lo dejamos de lado a Él.

Cuando tú eres demasiado insistente en tu lujuria, Dios te concederá el deseo de tu corazón, pero deberás atenerte a sus consecuencias. Él advierte: “Sí, tendrás lo que pidas. Estás mimando tu lujuria, pero eso, ¡Te costará todo!

No sé ya cuántas veces habré escuchado aquello de: “Dios me dijo que hiciera esto o aquello”, cuando es sólo la voz del deseo egoísta de un corazón engañado. Podemos decir que estamos cerca de Jesús, que tenemos comunión con Él, pero si estamos aferrados a un ídolo, no puede de manera alguna haber esa clase de comunión.

Ezequiel 14: 6) = Por tanto, di a la asa de Israel: así dice Jehová el Señor: convertíos, y volveos de vuestros ídolos, y apartad vuestro rostro de todas vuestras abominaciones.

¿Alguien te ha enseñado alguna vez cuál es el primer problema que se presenta con la idolatría? Porque seguramente te han hecho panoramas muy claros, aunque al mismo tiempo, muy oscuros, respecto al final de tu existencia si te dejas llevar por la idolatría en cualquiera de sus facetas, pero no necesariamente qué te sucede de inmediato. Simple: los idólatras están destinados a vivir en profundo engaño, creyendo una mentira con la misma fidelidad que si fuera una verdad.

(2 Tesalonicenses 2: 10) = Y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos.

(11) Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean la mentira, (12) a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la injusticia.

Escucha: Dios no sólo permite en muchos casos la proliferación de voces engañosas, sino que en ciertos casos Él mismo hace los arreglos para que esas voces te lleguen, como prueba de fondo a tu discernimiento y a tu intimidad con Él. Cuidado: no es que sea Dios el que te engaña, sino que lo permite como puede permitir, llegado el caso, otras cosas que no siempre resultan agradables.

Este poder engañoso que dopa los sentidos espirituales, se llama precisamente Espíritu de Estupor. Yo he visto, y lamentablemente sigo viendo muy a menudo, ocurrir esto en la vida de muchísimos cristianos. Por esta razón, estoy en certeza que es momento de arreglar cuentas espirituales con Dios.

Necesitamos saber si en algún remoto lugar de nuestro ser, todavía hay reinado de tinieblas. Y si necesitamos que Dios nos libere de ese Espíritu de Estupor si es que nos damos cuenta que hemos caído en sus redes. Necesitamos hacer un auto-examen espiritual y ver si tenemos ceguera y sordera espiritual, y si así fuera, darnos cuenta que ese es el motivo por el cual nuestra vida espiritual no tiene victoria ni abundancia.

Dios no permita que sigamos cómodos con nuestro pecado, saltando de una iglesia a la otra donde lo toleren, y así poder seguir en lo mismo. Cuando los cristianos aprenden a vivir en su pecado, (Falta de perdón, vicios, chismes, sensualidad) el pecado eventualmente pasará a formar parte habitual de sus vidas.

Y no importa cuán a menudo son vistos en la iglesia con sus manos levantadas, sus rostros compungidos y con todas las expresiones externas mostrando a alguien consagrado, ungido y lleno del Espíritu Santo. Siguen siendo los mismos idólatras de siempre ante los ojos del Señor, independientemente de lo que cualquiera de los hombres, por encumbrados que sean, opinen de ellos.

Creo que llegado el momento, Dios les quitará su unción por completo. ¿Estás aferrándote a un ídolo en tu corazón? Te advierto que todo lo que recibirás de la palabra de Dios, será simple y llanamente confirmación de tu engaño. La palabra que debe sanarte, ahora sólo traerá ruina a tu vida.

Tú serás conducido por el espíritu de tu ídolo acomodando a tu conveniencia y pervirtiendo todo lo que lees u oyes. Vas a asegurar, profundamente engañado o engañada, que Dios te ha confirmado en lo que sea que tú creas o pienses que te ha confirmado, cuando en la realidad de ninguna manera será así. Pasa mucho, muchísimo, demasiado tal vez, en lo que todavía hoy llamamos como “llamamientos al ministerio pastoral”.

Yo no sé si estás en la capacidad de entender esto. Sabes que conforme a tu pecado, oirás lo que quieres oír y, aún en la propia Biblia, leerás versículos que parecerán confirmar lo que tú supones. Lo que tú ignoras, es que estás engañado por una atadura que puede destruirte casi sin esfuerzo.

Si estás pensando que puede haber algo así, y este mensaje te está abriendo, de alguna manera, tus ojos espirituales, entonces déjame decirte y asegurarte que hay esperanza para ti. No importa cuál sea tu ídolo, (Puede ser la codicia, el pecado sexual, la pornografía, el alcohol, las drogas, el rencor, la incredulidad o la falta de perdón, entre otros), Dios me dice que está frente a tu rostro, ahora, y que tú ahora sabes perfectamente lo que es.

Pídele por favor, ahora, que abra tus ojos espirituales a eso: búscale por una revelación de tu pecado. Pide al Espíritu Santo que ponga temor de Dios en ti. Pide a Dios, y suplícale, que ablande tu corazón, que ponga en ti un corazón de carne, en vez de una roca inconmovible, y que sensibilice tu conciencia y tus sentidos para ablandar tu corazón a Su palabra de convicción y a Su voz.

Tú tienes que odiar tu pecado, debes desear salir de él con todas tus fuerzas. Y cuando eso sea lo que anheles, entonces será con las fuerzas de Él que podrás salir, no con las tuyas. Así es como funciona. Con todo eso en mente, y si quieres acompañarme repitiendo mis palabras, pero esencialmente creyéndolo, haré una oración modelo, patrón, para que luego tú la adaptes a tu problema y puedas ejecutar tu auto liberación mediante una auténtica confesión de fe.

“Señor Jesús; yo creo firmemente que tú eres el Hijo de Dios. Tú eres el Cristo, el Mesías que vino a deshacer toda obra del diablo, toda obra de maldad. Diste tu vida en la cruz por mis pecados y resucitaste de entre los muertos. Padre, te confieso todos mis pecados, pido perdón y me vuelvo a ti en arrepentimiento.

Lávame, limpia mi conciencia con tu sangre. Creo que tu sangre me limpia ahora de toda maldad, de todo pecado. Saca, destruye, arranca de mí todo, todo lo que impida que Tú controles mi vida. Quiero ser goberando, guiado, dominado sólo por Ti, Padre Santo Altísimo.

Te pido que te quedes conmigo, en mi corazón y seas dueño y Señor de mi vida. Te confieso como mi único y verdadero Dios. Apártame para servirte, amarte, obedecerte. Dedico y consagro a ti mi vida. Gracias por redimirme, por limpiarme, por justificarme y santificarme, muchas gracias. Te amo Padre Santo. Amén.”

(Salmo 142: 1) = Con mi voz clamaré a Jehová; con mi voz pediré a Jehová misericordia.

(2) Delante de él expondré mi queja; delante de él manifestaré mi angustia.

(3) Cuando mi espíritu se angustiaba dentro de mí, tú conociste mi senda. En el camino en que andaba, me escondieron lazo.

(4) Mira a mi diestra y observa, pues no hay quien me quiera conocer; no tengo refugio, ni hay quien cuide de mi vida.

(5) clamé a ti, oh Jehová; dije: tú eres mi esperanza, y mi porción en la tierra de los vivientes.

(6) Escucha mi clamor, porque estoy muy afligido. Líbrame de los que me persiguen, porque son más fuertes que yo.

(7) Saca mi alma de la cárcel, para que alabe tu nombre; me rodearán los justos, porque tú me serás propicio.

“Me fortalezco con el gran poder del Señor Jesucristo. Me pongo toda la armadura de Dios y hago frente a todas las artimañas del diablo, y cuando llegue el día malo, permaneceré firme resistiendo hasta que acabe la batalla. Me ciño con el cinturón de la verdad, y me protejo con la coraza de justicia, y calzo mis pies con el ánimo de proclamar el Evangelio de la Paz.

Ahora tomo el escudo de la fe con que voy a apagar todos los dardos de fuego del maligno. Tomo el casco de la salvación y la espada del Espíritu que es la palabra de Dios. Como guerrero oro todos los días y me mantengo alerta y perseverante en oración de los unos por los otros.”

Ahora deberás orar por la que  es tu batalla personal. “Señor, no me dejes cegado. Si hay engaño en mí, déjalo ene videncia, muéstralo. Trae el martillo de tu palabra para derribar todas mis murallas de engaño. Llega a mí. Llegue a mí tu luz que alumbra mis tinieblas.

Yo no quiero creer más mentiras. Yo sólo quiero oír tu voz ahora. ¡Quiero que tu poder y autoridad gobiernen mi vida” Renuncio y resisto a todo espíritu de estupor ahora, lo ato y lo echo fuera de mí vida, ahora se va, ahora se va.

El velo se rompio, el velo se quebrantó, está destruido ahora ya no tengo ceguera ni sordera espiritual, lo declaro asi por fe, soy libre de todo estupor por fe, ahora en el nombre de Jesus! Ven ahora Espíritu Santo de Dios y llena toda mi casa interior y no  permitas habitar allí a ningun inmundo.

Tómame y satúrame por completo, suplico que permanezcas en mí. Suplico que no permitas que yo te apague. Enséñame, ayúdame y sáname. Espíritu Santo de Dios, te ruego que en este momento TU MISMO desalojes toda enfermedad espiritual en mi línea sanguínea.

Ven ahora y desaloja todo ESTUPOR y destruye con tu fuego todo auto-engaño que proviene del enemigo. Por Fe quedan ahora rotas toda ceguera y sordera espiritual. Espíritu Santo de Dios: Ocupa tú ahora esos lugares en mi cuerpo y en mi mente.

Te suplico que satures toda mi mente y mi cuerpo de tu presencia. Ven ahora Espíritu Santo y llena toda mi casa interior con tu presencia. Tómame y llename por completo y no dejes a ningún inmundo permanecer en mi casa interior.

Quédate conmigo y dentro mío para siempre, te ruego en el poderoso nombre de Jesús. Dios trae hoy inmensa liberación a mi vida Gracias Padre porque te has levantado para liberarme. Gracias porque TU eres el vencedor y el que libera. Bendigo tu Santo Nombre bajo el cual se sujeta toda fuerza del infierno.”

Escucha: hay liberación para ti, si realmente la quieres. Pero dios esperará que te apartes, que te vuelvas de tus pequeños grandes ídolos. Él te fortalecerá por su Espíritu en el momento en que estés listo para renunciar a ellos. Si tú renuncias a tus ídolos hoy, Dios comenzará a revelarse en ti en una manera especial. Entonces comprenderás que has caminado en la maravillosa presencia de Jesús y no como un esclavo a la atadura, sino como un hijo de Dios hecho libre por la verdad.

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mayo 9, 2018 Néstor Martínez