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Tecnologías Para el Movimiento

Creo que ya llevamos suficiente tiempo caminando juntos como para que no ignores de qué hablamos cuando hablamos de principios. En este caso, lo haremos con principios para edificación. Que no sólo tendrán que ver con la iglesia o el Reino, sino también con cada actividad cotidiana que el hombre realice dentro o fuera de lo que llamamos “la iglesia”.

Queremos llevar el evangelio más allá de cuatro paredes religiosas. Queremos afectar el mundo. Con nuestras vidas, con nuestros pensamientos y nuestro acceso a Dios conforme a lo que sabemos hacer, más las gracias naturales que Dios nos ha dado.

Aquí cuentan tanto los dones naturales como los espirituales que nos han sido dados, siempre y cuando operen de una forma espiritual y práctica al mismo tiempo. Creemos en el misticismo porque creemos en un poder que es invisible; se llama el Espíritu Santo.

Pero el exceso de mistificación es sólo para crear una religión, y nosotros deseamos ser eminentemente prácticos, y aprender a ministrar la gracia de Dios en la tierra sin que la gente se asuste y que sí sea verdaderamente ministrada

Cuando en nuestro interior hemos mutado a un sentido de grandeza, es decir, a realidad que es más grande que lo que anda en la faz externa, a eso se lo llama crecimiento. Lo digo una vez más: cuando interiormente hemos mutado a un nivel más grande que las experiencias externas, a eso le llamamos crecimiento.

Cuando internamente hemos migrado, hemos transicionado, o hemos mutado, a un estado que es más grande que la circunstancia o las experiencias externas, entonces hemos crecido. Si mi trabajo, como ministro y como hombre de Dios es engrandecer a personas, ese es un trabajo de todo ministro.

Lamentablemente, muchos sólo nos enseñan a memorizar escrituras, y nosotros luego les damos galardones, y cintas, y títulos, y mientras más memorices, más posición y título te damos. Eso no es grandeza. Grandeza tiene que ver con cuán grande es uno por dentro.

Y eso no requiere de títulos. La grandeza interna, rebasa la realidad externa. Ya tú no dominas tu vida ni la regulas por medio de lo que estás viendo mediante tus cinco sentidos naturales. Sino que ahora tú vives de acuerdo con los principios gubernamentales que tenía tu vida por dentro.

De manera que tú edificas el futuro, y tu futuro deja de convertirse en una experiencia del pasado. La vida se vive cuando uno camina hacia el frente y no impulsado por su pasado. Porque no somos un resultado del pasado, sino lo que percibimos de nuestro futuro.

Queremos ser eso. No queremos más ser el resultado de las experiencias. Sino que queremos que nuestro presente sea determinado por lo que percibimos que nuestro futuro debe ser. Porque si la iglesia está mal hoy, es porque no sabe para dónde va.

Cuando el interior de un hombre ha mutado a un estado de grandeza superior a sus realidades externas, entonces ingresa en lo que en un determinado tiempo se dio en llamar Le Tecnología del Crecimiento.

(Isaías 46: 9) = Acordaos de las cosas pasadas desde los tiempos antiguos; porque yo soy Dios, y no hay otro Dios, y nada semejante a mí, (10) que anuncio lo por venir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún no era hecho; que digo: mi consejo permanecerá, y haré todo lo que quiero; (¿Cuántos saben que Dios es soberano? ¡Gracias a Dios por eso! O sea que no importa cómo parezca la situación; sabemos que el fin del libro dice que ganamos. Y Él dice que su consejo prevalece) (11) que llamo desde el oriente al ave, y de tierra lejana al varón de mi consejo. Yo hablé, y lo haré venir; lo he pensado, y también lo haré. (Nota que si nosotros no obedecemos, Dios va a llamar a otro.)

(Isaías 48: 3) = Lo que pasó, ya antes lo dije, y de mi boca salió; lo publiqué, lo hice pronto, y fue realidad.

(4) Por cuanto conozco que eres duro, y barra de hierro tu cerviz, y tu frente de bronce, (5) te lo dije ya hace tiempo; antes que sucediera te lo advertí, para que no dijeras: mi ídolo lo hizo (Mis ideas, mis conceptos o mi doctrina lo hicieron. Porque ídolo no es otra cosa que imágenes talladas en la mente de un hombre.

A veces las imágenes son más profundas en nuestra mente que nuestras ideas o conceptos de Dios. Son los más difíciles de cambiar. Y que no vienen del cristianismo, vienen del abuelito que cuando éramos chicos nos habla de un Dios que él se había armado a su gusto.

Todavía muchos se arrodillan cuando entran a un templo, y eso no viene de los cristianos, viene de…bueno…de allí mismo. Todavía importamos formas. ¡Es que es nuestro concepto de Dios! El mundo ya tiene un concepto de Dios. Por eso cuando nos convertimos, tenemos que estar cuatro o cinco años para poder expresar a un Dios distinto al que supuestamente ya conocíamos.

El concepto no viene de la iglesia, ya lo traemos. Y muchos de nosotros llegamos con esa imagen tallada en nuestra mente.) mis imágenes de escultura y de fundición mandaron estas cosas.

(6) Lo oíste y lo viste todo; ¿Y no lo anunciaréis vosotros? Ahora, pues, te he hecho oír cosas nuevas y ocultas que tú no sabías.

Me gustaría que dijeras junto conmigo, ahora: Yo no lo sé todo. Nuevas y ocultas que no sabíamos. No importa de qué camino de vida vengamos, o que título tengamos. Nuevas que no sabíamos, ¿Estamos?

Ahora han sido creadas. Esto es para los que dicen que ya Dios no hace nada nuevo. Esa palabra, ahora, significa “sin precedentes”. O sea que es nuevo, es la primera vez que lo hizo y punto. ¿Cuántos saben que Dios es el mismo ayer, hoy, mañana y siempre?

¿Cuántos saben que Él sigue siendo creador? Así que puede crear hoy lo que Él quiera. Aunque si crea algo, entonces la iglesia lo desconocería. Tendría que enseñarse entre ellos como novedad o como herejía. Porque herejía significa establecer nuevos fundamentos, no necesariamente erróneos.

Herejía significa “algo nuevo”. No significa error, como muchos suponen y hasta enseñan. En todo caso, Cristo fue un hereje. ¡¡Pero tenía razón!! Martín Lutero también fue un hereje. ¡Y lo mataron por hereje! Pero también tenía razón.

Es imposible ser pionero o apostólico, sin primero ser considerado un tanto hereje. Porque el que viene abriendo surcos, no tiene detrás a nadie quien le ayude, pero sí tiene a un montón de gente que comienza a caminar por los senderos que él abrió. Que si vamos a empezar algo nuevo, será algo nuevo. Y no más de lo mismo. Tenemos que entender que no se necesita que alguien sea punta de lanza. No existe tal cosa como un punta de lanza.

(Verso 7) = Ahora han sido creadas, no en días pasados, ni antes de este día las habías oído, para que no digas: he aquí que yo lo sabía.

(Isaías 43: 19) = He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿No la conoceréis? Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad.

Nota que lo que Él va a hacer nuevo, quiebra los patrones de expectativa. Nadie está buscando caminos en el desierto, ni ríos en la soledad. No es normal. Si quisiéramos buscar ríos, no iríamos a buscarlos allí. Pues esto que Él va a hacer nuevo, no fluye igual que lo antiguo.

Antes, íbamos a buscar agua allá, pero ahora lo que produce agua ya no está allá, sino que está acá. Antes yo recibía bendición de esta manera, pero ahora el agua no está aquí. Y llegó el momento de recibir bendición de otra manera. Porque el agua es lo que estamos buscando.

(20) Las fieras del campo me honrarán, los chacales y los pollos del avestruz; porque daré agua en el desierto, (¡Eso no es normal!) y ríos en la soledad, (¡Mucho menos!), para que beba mi pueblo, mi escogido.

Nota que Él va a cambiar la expectativa, aquello que se espera, y el propósito es: bendecirnos. O sea que el método que Dios va a usar para bendecirnos, no va a tener la misma infraestructura que el del pasado. Es algo nuevo. Dilo conmigo, ¡Atrévete! Es algo nuevo. Totalmente nuevo.

Dios hace eso cada vez que un tiempo en Dios, pasa. De Elí a Samuel; de Saúl a David; de Juan el Bautista a Cristo; de Cristo a los apóstoles. Siempre que hay una transición mayoritaria de ese tipo, se levantan nuevos hombres y las metodologías cambian.

A mí siempre me gusta decir que, cuando Dios tiene que cruzar una masa de agua, podemos ver en la Escritura que aunque lo dice muchas veces, jamás lo dice igual. Primero fue fuerte y abrió el Mar Rojo. Luego fue una vara. Lo que hizo el ministro fue levantar la vara. Y la próxima ocasión, será en los pies de los sacerdotes. Aunque haya muchos buscando la vara.

Nadie hoy está buscando una vara para abrir el agua. No siempre se puede hacer lo mismo para conseguir el mismo resultado. Había que usar un método diferente, y así usó los pies de los sacerdotes en el Jordán. Luego Elías tuvo el mismo problema; tuvo que cruzar el río.

Pero él tampoco usó los pies ni la vara, sino que usó el manto. Dios no cambia sus propósitos, pero sí cambia sus métodos. Dios es un Dios relativo a todos los tiempos. Y estamos en el siglo veintiuno. Y muchas de estas cosas se vienen diciendo desde mediados del siglo veinte.

Una vez más te lo digo: cuando el interior de un ser humano ha mutado a un estado de grandeza o superioridad con respecto a sus realidades externas, a ese proceso muchos le siguen llamando tecnología del crecimiento. Lo que yo quiero hacer en tu vida, es ayudarte a llegar a la estatura del varón perfecto.

Engrandecerte. Maximizar tus potencialidades. No arrugarte ni atacarte, sino maximizarte. Si tú eres maximizado, nosotros estamos maximizando la utilidad de un ministerio. Abrimos más acceso a Dios. Yo no puedo cambiar tu figura, tampoco puedo cambiar tu espíritu que ya viene programado desde lo anterior; así que lo único que puedo trabajar es tu alma.

Así que hoy todo nuestro mensaje, todo nuestro esfuerzo y toda nuestra búsqueda constante y permanente, es el crear una nueva mentalidad en la gente. Porque la única parte que yo puedo afectar en tu vida, es en la forma en que piensas. Y eso es lo que determina cómo tú manejas luego tus realidades externas.

Toda canción, todo testimonio, toda actividad, toda conferencia. No hacemos nada porque no tenemos nada que hacer. Todo lo que hacemos lo hacemos con el propósito de crear esta tecnología para el crecimiento.

Todo lo que escribimos, sean canciones, sean mensajes, sean revistas al público, tienen que crear una mentalidad que ennoblezca al hombre internamente en base a sus realidades externas. Esa es la función de la iglesia; no adoctrinar. En ninguna parte se nos ha dicho que adoctrinemos a la gente.

Yo no predico ni enseño doctrina. Cuando estamos acostumbrados a recibir doctrina, entonces es cuando encontramos claras a las doctrinas. Pero en esto no hay doctrina alguna si no estamos engrandeciendo gente.

Hay algunos principios que si bien no son nuevos, en muchas ocasiones suenan como nuevos en la iglesia. Por ejemplo, el que nos enseña que la revelación del Espíritu Santo tiene que traer necesariamente descontento al hombre exterior. Si te gusta la revelación, es porque no la has entendido.

Porque en lo que tiene que ver con tu carne, con tu hombre exterior, la revelación es un fastidio. No sé si está bien utilizada aquí la palabra “fastidio”, pero lo que sí sé es que, cuando viene una revelación de Dios para la iglesia o para tu vida, lo primero que sentís, es que te molesta.

Y te debe molestar, créeme, porque está creada para producir cambio, y todo cambio rompe viejas estructuras y duele y molesta. ¡Ay! ¡Qué bonito que predica el hermano! ¿Ah, sí, eh? ¿Bonito? Si te parece bonito y no te fastidia, déjame decirte que no entendiste nada.

Porque toda revelación es para función. La gente madura puede describir los procesos de Dios en su vida. ¿Qué está haciendo Dios? Explícalo con detalles, y no lo relaciones con cómo estás tú emocionalmente. ¿Qué está haciendo Dios? Explícame con palabras. Un lenguaje que carece de emociones. Explícame cuál es la tecnología de Dios en tu vida, hoy. Eso es madurez.

Cómo está trabajando Dios en medio del caos que hay en algunas latitudes del planeta. Explícame cómo se está moviendo Dios ahí. Cómo está la mano de Dios en medio de nuestra sociedad secular. Cómo está la mano de Dios en tu vida.

Esas son las cosas que debemos crear en nuestras vidas. Concepto: una migración constante, nos trae dolor. Pero son los dolores del crecimiento. Cuando un niño crece, le duelen los huesos. Es normal. Si las revelaciones te están retorciendo, entonces ese dolor es algo familiar en tu vida.

Hay tanta gente con tremendo dolor en su alma simplemente porque está creciendo. Porque crecimiento causa dolor. Lo que quiero decir es que el gozo más profundo, es producido por la aflicción del alma. Cuidado; no estoy hablando de felicidad ni contentamiento. Estoy hablando de gozo. Y el gozo es una fuerza, no es una sonrisa.

Cuando vemos las fiestas de Israel, que hoy son tipología para nosotros. Vemos la Fiesta de los Tabernáculos, que comienza con el sonar de la trompeta, que es un mensaje claro. Cuando el mensaje claro se decreta, lo próximo que viene a la fiesta es la aflicción del alma.

Quiero decir que si tú estás trancisionando porque tu alma está afligida, ese es un buen comienzo. Ahora si me estás escuchando porque en tu iglesia no te dan lugar o el pastor Fulano no cree en tu ministerio, entonces déjame decirte que estás equivocando la ruta.

Recibir luz o revelación, es darnos cuenta o tener una realización profunda de nuestra doctrina. Es confrontada. La Palabra dice que si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo se alumbra. Pero si tu ojo es malo, entonces estás lleno de tinieblas.

Tu postura ante la Palabra, determina cómo vas a ser medido en tu grandeza. En idioma informático quiero significar que, si tu disco rígido ya está lleno, yo no puedo transferirte nada, aunque sea muy bueno lo que te transfiero.

Mucha gente reacciona ante el mensaje examinando para ver si está de acuerdo con lo que ya sabe. Entonces, no hay forma de transferir. Si nosotros hablamos el dialecto del Espíritu, los misterios de Dios de la otra dimensión y no tenemos las características de Cristo, estamos engañados.

Y créeme que hay mucha gente así dentro de lo que llamamos “la iglesia”. Hablan de los misterios de Dios, hablan y oran en lenguas, profetizan, predican, enseñan, lideran, pero no tienen las características de Cristo en ni una sola área de sus vidas.

La única forma de ver luz, es reconocer que hay tinieblas en ti. Estos principios parecen muy sencillos, pero son sumamente profundos. Tú no puedes entrar ninguna luz de Dios a tu vida si no echas fuera todas las tinieblas, antes. Eso ofende tu previo entendimiento de la palabra.

Porque a veces adquirimos conocimiento mental, intelectual, pero no hemos recibido una genuina impartición espiritual. Una impartición espiritual, te cambia. Afecta tu comportamiento, tu vida; lo otro, en cambio, sólo te hace un poco más cabezón con algo más de conocimiento para lucirte.

No existe tal cosa como gente muy ungida, conmovida, levantada y en alto impacto ministerial que no haya experimentado profundos cambios en su vida y siga conduciéndose como el año pasado. No es posible. No es genuino. Eso es sólo barniz religioso.

Esa es la tecnología de la cual estamos hablando. Algo tan grande en el interior de nuestras vidas que, pase lo que pase externamente a nuestro alrededor, siempre seremos capaces de controlarlo y solucionarlo. Cero consejería.

En el crecimiento verdadero, el cambio es constante. Una de las cosas que más molestan es que las iglesias digan que están creciendo cuando lo único que cambian son los números. Pero la gente sigue pensando igual, siguen siendo los mismos. Año, tras año, tras año, tras año.

Así que gozo no es estar contento. He sido testigo de verdaderos dramas vividos por hermanos que de ninguna manera se podría decir que andaban contentos con su vida. Sin embargo, había una fuerza tremenda en sus vidas interiores que los llevaban a superar largamente las circunstancias externas.

Lamentablemente, eso no es popular, sólo es necesario. La gente prefiere ir a lugares a buscar ser bendecidos. Y a pasarle la mano a las características que ya traes, y sin experimentar grandes cambios. Todo eso se hace por medio de la palabra.

Ni por manipulación, ni por control, ni por imposición. Sino por la palabra de Jesús de Nazaret. Eso es pretender crear una postura correcta ante lo que vas a estar recibiendo. Aunque tú sabes tan bien como yo que estamos creciendo juntos. Cada uno con su llamado.

Dios nos puso aquí a cada uno de nosotros con una función diferente. Y todos nos sometemos a algo invisible que se llama Dios. Sin imposición, sólo porque nuestro corazón está correcto en esa palabra. Es la palabra la que lo hace.

La palabra no es un libro, es una persona. Porque mucho antes de que hubiera un libro, la palabra ES. Mucha gente toca el libro durante toda su vida y jamás llega a tocar la palabra. Porque si tocas la palabra un solo día, tu vida cambia.

La palabra es una persona. El libro en todo caso la describe. El hombre fue el que hizo el canon de escritura. Todas ellas testifican de mí, decía Él. Y les decía a los fariseos: “Ustedes andan con la Biblia como si esto fuera santa, creyendo que ella te da salvación”. Y nosotros hoy todavía andamos haciendo lo mismo.

Y no te das cuenta, dice Dios, que lo que el Libro hace es expresarme, a mí. Por eso, si tú vienes a mí, yo te hago más que el Libro. Que es mostrarte la palabra. Eso cambia mucho, pero sigue siendo cierto. Antes que Abraham, yo soy, dice. No dice “yo era”. La palabra es principio y fin. Alfa y Omega. Es eterna. La palabra, es Jesús.

La Biblia, en todo caso, es una forma externa de traernos a una realidad interna. Es el marco, es la tecnología que Dios usó para transicionarnos de esto que nosotros llamamos realidad, pero que sólo es ilusión, a un mundo de realidad que está más allá del mundo natural.

Si la vida está confinada a lo que nosotros llamamos la realidad, entonces tú y yo somos cautivos a la naturaleza. ¿Cómo, entonces, podríamos hablar de vida eterna si lo que llamamos realidad, tangible, externa, controla nuestra vida interna?

Si la vida solamente se limita a esta dimensión, entonces somos esclavos del mundo tangible. El cual tiene como sistema del mundo como gobierno, y no sirve. Entones, ¿Qué vida es esa?  Lo digo así: si la vida sólo se determina dentro de un mundo tangible, entonces somos cautivos de los sistemas del mundo.

Recuerda que toda la gente, en la Biblia, que venció, venció siempre “como viendo al invisible”. Moisés. Dice que no temió de la ira del Faraón. Escúchame; ese era el poder de todos los poderes de su tiempo. El que no tenía influencia con él, moría.

Pero Moisés salió de Egipto no temiendo al poder de su tiempo, porque pudo ver más allá del mundo natural. Y no me refiero a tiempo cronológico. La vida, dentro del mundo natural, se vive conectada a otra dimensión.

Porque si nuestra vida se rige por lo que este mundo dicta, nosotros somos esclavos. Nuestras vidas se rigen desde la otra dimensión, y es cómo podemos trascender esta. Si tú gobiernas tu vida por lo que tú estás viendo todos los días, serías cautivo de tu situación. Como los hay muchos.

Pero si aprendemos a conectarnos más allá del dedo, y mantenernos en ese lado, entonces allí viviríamos una vida superior, que afectaría positivamente a todo el que lo necesite en esta dimensión, porque nosotros estamos caminando al ritmo del ostracismo, que viene como resultado de la dominación.

Esa es la verdadera iglesia; lo demás, es religión. La única forma de recibir luz, es reconocer nuestras tinieblas. Sin ir más lejos: la prosperidad del creyente ha sido predicada hasta tales extremos que ha conseguido ya producir una falsa identidad en él. Cuanto tienes, cuanto crees. Jamás.

(Mateo 13: 3) = Y les habló muchas cosas por parábolas, diciendo: he aquí, el sembrador salió a sembrar.

¿Salió a qué? A sembrar. Nota que aquí la identidad del sembrador, está relacionada con su actividad. El sembrador salió a sembrar. Nosotros estamos en esa postura. Sembrador hoy es plural, porque Cristo está en nosotros.

Nosotros no vinimos aquí para recibir, sino para producir acceso para sembrar. Somos los sembradores. Y los sembradores, siembran. Muchos inician ministerios buscando cosechar. El sembrador no cosecha, siembra.

La actividad y su identidad, es una: el sembrador siembra. Hay muchos sembradores que no están sembrando lo que creen cosechar. Dice que este sembrador salió a sembrar, no a cosechar. Nuestra identidad tiene que estar consistente o alineada con nuestra acción.

Puedes comenzar allí donde te encuentras este maravilloso proceso bíblico ciento por ciento: sembrar, que en términos de negocios, sería sinónimo de invertir. ¿Cuántos saben que cuando se comienza con un negocio, la utilidad siempre se guarda para un futuro?

Entonces me pregunto por qué cuando iniciamos algo dentro de la iglesia, enseguida estamos buscando frutos que, por norma, deberían nacer mucho más tarde. Va a transcurrir un tiempo antes que tú veas cambios en áreas en las cuales ya tienes muy poca paciencia.

Y eso es porque tú has salido a sembrar. Y no hay siembra que de fruto de manera inmediata, no la hay. ¿Y cuántos saben que Marcos dijo que cuando llegó la siega, él no sabe cómo fue? Llegó el tiempo de la siega, creció de la noche a la mañana y no se dio cuenta cómo.

No somos ni responsables de eso. Porque el sembrador, siembra. Y nuestra actividad como sembradores, entonces, ¿Cuál sería? Sembrar. Yo quiero decretar, entonces, que nuestra fase inicial como cualquier otro ministerio del Señor, es sembrar.

Y cuando hablo de sembrar, me estoy refiriendo a todo lo que eso implica. Lo espiritual y lo material. Todo lo que en los papeles concretos sea necesario para poder hacer lo que vinimos a hacer: extender el Reino de Dios hasta el último confín de la tierra, para así pueda venir el fin de los tiempos o sistemas.

Es decir que estamos sembrando una semilla en la nada. Porque el sembrador sembró, pero sólo una cuarta parte produjo. Y de esa cuarta parte, hubo sólo una tercera parte que produjo al ciento por uno. Eso significa que se siembra en fe en los pocos que responden.

Porque deberás saber qué recibir no es necesaria ni exclusivamente oír un buen mensaje, o estudio. ¡Claro que se crece y se alimenta haciéndolo! Pero no es eso lo excluyente para recibir. Se recibe mucho más cuando hay una impartición. Y una impartición, a veces, se da simplemente oyendo una voz ungida. Diga lo que diga en ese momento.

Claro está que lo que tú recibas de esa manera, a lo mejor pasa un año en tu interior sin que tú sepas de qué se trata, pero ya está allí; y un día florece y resplandece. Impartición. Alta tecnología en el crecimiento espiritual. Tan alta que muy pocos llegan a tocarla de verdad. Muchos se quedan tocando trompetas desafinadas y fuera de tono.

Entiendan que no someternos a demonios y principados territoriales, es una obligación. La estructura de nuestra mente, repele a los principados que existen en el territorio. Porque no vamos a penetrar nada si no creemos que Dios nos ha dado la autoridad. En el evangelio de Marcos, la misma parábola dice que él no sabe cómo creció. O sea que la tierra produjo el fruto.

(Marcos 4: 26) = Decía además: así es el reino de Dios, como cuando un hombre echa semilla en la tierra; (27) y duerme y se levanta, de noche y de día, y la semilla brota y crece sin que él sepa cómo. (28) Porque  de suyo lleva fruto la tierra.

¿De dónde sale? De la tierra. ¿Y de quién es? De suyo.  O sea: nuestro trabajo es sembrar. Trabajar con el terreno y sembrar la semilla, y abonar esto con fe. Y de tu singularidad, de la dotación que Dios te ha dado a ti, de tu profesión, de tu trabajo, de tu círculo de influencia, de tuyo, la tierra produce.

La gracia excluye toda forma de legalismo. Escucha esto y no te lo olvides jamás: el hombre no fue creado para ser gobernado por hombre. Porque nosotros somos administradores de la gracia, no dueños de ella. Entonces, la tierra produce.

Lo que esta parábola me está diciendo, es que el sembrador no tiene control del fruto. Qué diferente es verlo al modo en que se ve allá, a lo que existe acá, ¿Verdad? Cuando tú tienes un negocio, la parte que no compartes, la pierdes.

Es un principio. En este mundo de hoy, el que lo quiere hacer todo él solo, no termina. Por eso yo a veces me permito fluir como profeta, en otras ocasiones como apóstol, en algunos casos como evangelista y muy a menudo por pedido de hermanos, como pastor. Pero mi Señor me puso eminentemente como uno de Sus maestros; que no se me olvide.

Eso se llama supervisión. Que de ninguna manera es plantarse en un lugar a decirles a todos cómo tienen que hacer las cosas para las cuales fueron capacitados, mientras que tú no lo has sido. Eso va derechito al error.

Lo que un supervisor hace es preguntarle al subordinado qué es lo que sabe hacer mejor. Y este le va a responder con algo grande para impresionarlo. Entonces el supervisor le va a encargar que haga y muy bien aquello que él mismo dijo que sabía hacer. Eso es supervisar. Yo, supervisor, debo reclinarme sobre la gracia de él, que es el que sabe cómo hacerlo.

Supongamos que soy supervisor en una línea de producción. Voy y le pregunto a uno de los operarios: “Oye; ¿Cuántas unidades puedes hacer en ocho horas?”. Él, para impresionarme un poco y quedar bien conmigo me dice que puede hacer más o menos quinientas.

Entonces, si yo soy un buen supervisor, ¿Qué tengo que hacer? Pues voy y le pido como directiva precisa y superior que me haga trescientas cincuenta, sí o sí. Y ahí queda comprometido a full, porque no lo está con algo que yo ordené, sino con algo que él declaró. De suyo lleva el fruto, ¿Lo estás entendiendo? Siempre con ese tipo de inteligencia. Siempre de esa manera, la tierra sí va a producir. Y fíjate ahora como concluye ese fragmento de Marcos 4.

(Verso 29) = Y cuando el fruto está maduro, enseguida se mete la hoz, porque la siga ha llegado.

Nota como el sembrador cambió de identidad, cuando cambió el tiempo de Dios. Ya no era sembrador, ahora era cosechador. Pero eso no fue sino hasta que la semilla cambió y se convirtió en fruto. O sea: vamos a cosechar, hijos, bienes, respeto, cuando el fruto esté maduro, no antes.

Hemos visto que hay una transición de sembrador a cosechador, que es determinada esencialmente por la condición del fruto, no a la tierra. Hay gente que dice “¡Esta es buena tierra, yo quiero cosechar!” No. La tierra tiene que producir el fruto, y el fruto tiene que llegar a su madurez.

Cuando el fruto está listo y ya tiene sabor y forma de Dios, entonces sí comenzará la cosecha. Y esto puede ser tranquilamente como dice allí, de la noche a la mañana. Cuando la Biblia habla de la noche a la mañana, casi siempre se refiere a cambios de tiempos divinos.

Y son muchos los que hoy, en las iglesias, están posicionados de manera contraria a la disposición de Dios. Sembrando en tiempo de cosecha y cosechando en tiempo de siembra. Queremos ministrar de acuerdo con el tiempo de Dios. Pide lluvia en tiempo de lluvia.

¡Dame duraznos! ¡Dame ciruelas! ¡Dame damascos! No hay, estamos en invierno, y en Argentina esas son frutas de verano. En invierno se consiguen algunas muy caras y les falta mucho para madurar. Pide lluvia en tiempo de lluvia. No pidas paraguas.

¿Entonces, el Reino es al revés? ¡No! ¡Nosotros estamos al revés! ¡El Reino está perfecto! Fíjate que dice que si está lloviendo, le pidas a Dios lluvia. ¿Por qué? ¡Porque te llega más rápido! Queremos de Dios, justo lo que Él hoy no está dando.

Entonces Él, porque te ama, va y te lo trae, pero te llega mucho más tarde y te cuesta el doble. ¿Qué está haciendo en su pueblo hoy, Dios? Produciendo madurez. ¡Es que yo quiero ser bendecido! Pide lluvia en tiempo de lluvia. Pide madurez.

Porque va a ser la madurez, precisamente, la que te va a llevar a un nivel donde las bendiciones serán mayores y más importantes. ¿Por qué? Porque estás pidiendo exactamente lo que Dios está dando. Nunca te olvides que la oración jamás empieza en el hombre, siempre empieza en Dios. Recuerda: las aguas que ahora no están en los ríos, están en el desierto.

(Juan 4: 34) = Jesús les dijo: mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra.

Eso es mi verdadera comida. Lo que me nutre, lo que me inquieta, lo que me saca de la cama cada mañana, lo que me da la energía suficiente para que valore a aquello que es el soplo de mi vida, aquello que nos pone de pie en tiempos de crisis, aquello que me inspira y me produce inercia en mi diario vivir.

Es hacer y terminar. Hacer. Ministerios con cobertura apostólica genuina y no declamada o arreglada en reuniones humanas. Donde el énfasis es la implementación y no la simple profetización. El profeta señala para mañana. El apóstol agarra lo que era para mañana y lo hace hoy.

Yo no digo que no haya que profetizar, lo que estoy diciendo es que debemos cambiar el énfasis. Mientras sigamos diciendo que vendrán días, lo que hacemos es prolongar el tiempo. Tiene que llegar el día donde alguien diga que esto es aquello que había de venir.

Como hizo Pedro. Agarró la palabra de Joel y la implementó. Con la licencia de él, nadie se la dio. Él dijo esto es aquello y se acabó. ¿Cuántos saben que estaba cincuenta por ciento errado? ¿Qué para lo de Joel todavía falta?

Pero él lo hizo ver e implementó una porción de ello. O sea que lo apostólico está enfatizando en hacer y terminar. Porque muchos comienzan, pero pocos terminan. Pero nota: mi vida, mi nutrición, mi comida, mi combustible, aquello que me pone a andar, es el querer hacer. Y ahí comienza a hablarles sobre la siega, que es de lo que estamos hablando nosotros.

(35) ¿No decís vosotros: aún faltan cuatro meses para que llegue la siega? He aquí os digo: alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega.

Nota claramente que si vemos las cosas con nuestros ojos naturales, siempre vamos a estar diciendo que faltan cuatro meses. Pero si nos conectamos a la otra dimensión, que eso es lo que Él quiso decir cuando dijo: levanta tus ojos, vamos a ver todo desde una posición más elevada.

Y no tiene que ver con altura física. Cuando Dios dice: sube acá y razona conmigo, no está hablando de subir a una nube. Lo que te está demandando es que eleves tu forma de pensar por encima de las cuestiones externas que ven tus ojos naturales.

Él dice que sus caminos son más altos que los nuestros, y eso no significa que se encuentre en un décimo piso y nosotros en la planta baja, sino que son más excelentes sus patrones. Somos nacidos de arriba. Y no es que descendimos de una nube, sino que somos parte de una esencia superior allá, antes de la caída.

Entiende; cuando Adán cayó, no es que cayó del planeta Tierra al planeta Mercurio o Plutón. Cuando Adán cayó, redujo su existencia. Cuando nosotros decimos que somos nacidos de arriba, elevamos nuestro nivel de existencia.

Por eso, cuando la iglesia no eleva eso, anda por el suelo. Y para peor, con elocuentes discursos que hablan de grandezas y grandeza. ¿Mentira? Quizás no, pero es ocultamiento de verdades. Tú me dirás si en el equivalente no lo debemos considerar del mismo modo.

El tiempo que se mete la hoz cuando tenemos el fruto maduro, o sea: el segador discierne el tiempo de madurez espiritualmente, nunca en lo natural. O sea que tú vas a ver el fruto cuando aprendas a discernir por el espíritu. No lo vas a ver en lo natural, primero.

Estamos viendo la transición de crecimiento que vamos a experimentar juntos. Así que la siembra se hace en fe de los pocos que responden. Porque donde se siembra en energía profética, se cosecha en implementación apostólica.

Simplemente se trata de creer que lo estás dando, sí funciona. Porque hay mucha gente que predica y no termina de creer en lo que predica. Ya es tiempo que la iglesia tenga una vida constante con su decreto. Por eso es interesante el capítulo 13 de Mateo y sus parábolas. Toda la Biblia está escrita en parábolas. Un relato literal que encierra un principio espiritual. Tienes que encontrarlo.

Si tú vienes de paseo a mi ciudad y cuando llegas por la autopista te detienes donde está el letrero que dice Rosario, tú te vas a ver bien ridículo parado allí en medio del campo y todavía a unos cuantos metros de la entrada a la ciudad. Así hemos hecho con la Biblia en muchas ocasiones.

La religión debate escrituras, debate las parábolas, discute respecto a dónde está metido el trono, cuántas pulgadas tiene el templo, dónde lo vas a edificar, quién lo puede edificar, qué día, qué fecha, a qué hora, qué nación y una serie de lineamientos más. Pero se le olvidó lo que eso señala, que es lo realmente importante del asunto.

Se quedó debajo del letrero y nunca llega a Rosario. Así es una parábola, algo que señala lo que en definitiva es superior a la parábola. Un ejemplo típico es cuando dice que Abraham tuvo dos mujeres. Y sí las tuvo: Agar y Sara. Pero estas dos mujeres son dos pactos. ¿Y qué es lo importante?

Qué tienes que estudiarte muy bien a Sara, y estudiarte mucho mejor a Agar, para ver las diferencias que contienen estos dos pactos que tienes ahí. Y si buscas estudiar la vida de Sara para cualquier otra cosa que no sea ver el pacto que tenemos allí, entras directamente en la religión.

Porque te vas a mandar una tremenda predicación sobre la vida de Sara que no tendrán nada que ver con los principios de la Gracia. Te fuiste. O sea: desglosar esas dos vidas, para entender cómo operan y funcionan esos dos pactos.

Y luego te dice que tuvo dos hijos: uno es Isaac y el otro es Ismael. Entonces nosotros, si buscamos las características de Isaac y las características de Ismael, podremos ver que dentro de la familia de un mismo padre, Abraham, que representa a Dios en toda la Biblia, hay dos iglesias.

Hay una que se ríe de todo lo que se inicia por el Espíritu. Esa se llama Ismael. Que se burla de lo que no entiende. Y que la separación viene cuando Isaac es destetado. O sea que la madurez produce una separación. ¿Dónde? En la propia casa de Dios. El padre.

Escucha: no estoy inventando nada, ese es el mensaje de Abraham. Lo otro es doctrina, castillos de arena y todo eso que a lo mejor es bueno porque ayuda y acompaña, pero no lleva a terminar. Porque la esencia de la parábola, nos lleva a entender que, cuando veamos esa separación de la iglesia Ismael, no es ninguna división de lamentar.

Una división es algo que produce escisión y dolor. Una separación por madurez, es algo que produce crecimiento y victoria. Es el tiempo en que las enseñanzas se nos confunden y no podemos creer lo que oímos. Pero sí es cierto, aunque Ismael diga que es blasfemia, herejía y qué sé yo qué más.

(Mateo 13: 10) = Entonces, acercándose los discípulos, le dijeron: ¿Por qué les hablas en parábolas?

(11) Él respondiendo, les dijo: porque a vosotros os es dado saber los misterios del reino de los cielos; más a ellos no les es dado.

Cuando habla de los misterios, dentro de sus raíces, habla de secretos. Que son secretos desde antes de la fundación del mundo. Las parábolas nos raen principios eternos que sí funcionan. Pero había un pueblo que seguía a Jesús, pero sin producir acceso al Reino de los Cielos. Venían por los panes y los peces. A ellos no les era dado entender.

La palabra secreto, es la palabra crupto, que es de donde luego vendrá nuestra palabra criptografía, que se denomina al estudio de lo que es más profundo de lo que se ve en el exterior. Es decir que lo que trae la parábola, es antiguo, viene desde antes de la fundación del mundo. Son principios universales.

Funcionan en la empresa, funcionan en la familia. Recuerda que el templo, y el librito, y las reuniones y el culto, los creó el hombre. Los hombres que mejor relación tuvieron con Dios, nunca fueron a una iglesia. No al menos de la manera en lo hemos hecho la mayoría de nosotros. Es que la iglesia eres tú, así que no existe tal cosa como “ir a la iglesia”.

(12) Porque a cualquiera que tiene, se le dará, y tendrá más; pero al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado.

(13) Por eso les hablo en parábolas; porque viendo no ven, y oyendo no oyen, ni entienden.

(14) De manera que se cumple en ellos la profecía de Isaías, que dijo: de oído oiréis, y no entenderéis; y viendo veréis, y no percibiréis.

(15) Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado, y con los oídos oyen pesadamente, y han cerrado sus ojos; (¡Cuidado! Dice que ellos cerraron sus ojos. No es que Dios se los cerró. Eso se llama prevaricación. Ver más o menos con cierta claridad lo que está sucediendo, entenderlo al menos en lo fundamental, calcular el costo y decir: “No, mejor me quedo en mi casa”. La gente que dice que no entiende, al menos en una mayoría, ya calculó el costo a pagar y decidió no hacerlo. Qué triste, ¿Verdad?) para que no vean con los ojos, y oigan con los oídos, y con el corazón entiendan, y se conviertan, y yo los sane.

Es decir que cierran los ojos, porque saben que si los dejan abiertos van a entender, y si entienden va a haber arrepentimiento. La entrada de luz, siempre produce arrepentimiento, no felicidad. Entonces, requisito para transicionar, arrepentimiento. Y para arrepentimiento, dar entrada a la luz.

Si llego a entender, automáticamente hay cambio. Hay gente que jura y re-jura que entiende el mensaje, pero lleva diez años escuchándome y todavía no ha cambiado en nada. Te escriben y te cuentan cómo nuevo un problema que ya te contaron el año pasado. Exactamente el mismo, exactamente igual.

(16) Pero bienaventurados vuestros ojos, porque ven; y vuestros oídos, porque oyen.

(17) Porque de cierto os digo, que muchos profetas y justos, (Nota que nuestra habilidad de ver y entender, no tiene nada que ver con nuestra justicia) desearon ver lo que veis, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron.

Esto te deja más que claro que nuestra habilidad para ver, no tiene nada que ver con nosotros, sino con los tiempos. Dichoso el que está vivo y despierto en este tiempo. Porque está viendo y oyendo lo que muchos profetas y justos de entonces desearon ver y oír,  y no vieron ni oyeron.

Recuerda que los profetas no tenían una Biblia. Ellos vivían apasionados por Dios. se iban a un monte, metían la cabeza entre las piernas y a orar hasta que llueva. Esa gente deseó ver y no pudo. ¿Cómo te vas a comparar? Sólo el tiempo.

¿Quieres ver? ¡Claro que quiero ver! Entonces escucha: para poder ver y oír, tienes que estar dispuesto para el cambio. Un día entiendes. Y si entiendes, ya mismo lo pones por obra. De otro modo no sirve, se pudre, no funciona, es inútil. Arrepentimiento no es tirarse al suelo en el altar a llorar un domingo por la tarde cuando el templo está lleno de gente que avala tu testimonio de humillación.

Arrepentimiento es otra cosa, créelo. Arrepentimiento es simplemente cambiar de manera de pensar. Y tranquilamente lo puedes vivir con una sonrisa en los labios y sin acudir a ningún llamado al altar por una sencilla razón: en el Nuevo Testamento no hay altares. El único sacrificio necesario ya se cumplió en una cruz. Allí padeció y fue sacrificado el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.

Muchos profetas y justos desearon ver y oír lo que ustedes están viendo y oyendo. Así que, el decodificar las parábolas, no es una función de nuestra justicia, sino un favor que nos ofrecen los tiempos. Así que, toda verdad en nosotros, debe traducirse en una forma de operación profunda.

Te estoy enseñando, en todo caso, cómo manejar la revelación, porque a nosotros la revelación no nos impresiona. Debemos ser fuentes de ella. Revelaciones hay muchas, pero solamente son necesarias y útiles las que han sido derramadas para producir cambios en nosotros. Si no, sigue siendo religión.

Escucha, piénsalo así y grábatelo en tu corazón para siempre. Dios, en cada mensaje que escuchas, quien quiera lo traiga, no importa, siempre está hablando contigo. Jamás está hablando con aquel que no pudo venir a la conferencia o no pudo sintonizar la frecuencia o el link donde tú oyes ahora.

Debemos ser gente que se atreva a profundizar con nosotros mismos. Y es a eso que todavía le seguimos llamando, como lo hacíamos desde hace mucho tiempo: principio-témpano. ¿Recuerdas cómo se interpretaba? Mucho más grande lo que no se ve porque está debajo del agua, que lo externo. Témpano.

Así es que puedo asegurarte que la revelación tiene que llevarte, necesariamente, a la reconsideración de toda tu vida si es necesario, y al arrepentimiento si también lo es. Cuando escuchas un mensaje donde hay una inocultable revelación, eso está allí para producir en ti alguna clase de cambio en alguna área específica de tu vida que hoy no está operando conforme al modelo-Dios.

Por eso es que el verso 15 dice así: Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado, y con los oídos oyen pesadamente, y han cerrado sus ojos; para que no vean con los ojos, y oigan con los oídos, y con el corazón entiendan, y se conviertan, y yo los sane.

Aquí lo tienes una vez más y de un modo más que claro y contundente. El entendimiento precede, siempre, necesariamente, al arrepentimiento. Así es que las parábolas, esto es, la Biblia, porque la Biblia entera es una enorme parábola, no son textos.

¿Qué no son textos bíblicos? ¿Y entonces qué son? Son una ventana apuntada a los asuntos internos de la administración del Reino de Dios. Cuando se entiende la parábola, estamos tocando el nervio interno de cómo se opera en el Reino de Dios.

Estamos tocando la tecnología que produce el cambio que trae el crecimiento deseado que produce el fin. Déjame decirte ahora que, la mayoría de la iglesia, no toca este ámbito. Por eso es que podemos tener campañas de aquí a dos mil años más, y no viene Cristo.

La Biblia nos da una ventana para que nosotros nos metamos en los asuntos internos de la administración del Reino, y administremos la gerencia que produce el fin. No programas, ni memorización de escrituras, que son recompensadas con precios que se traducen en títulos y posiciones.

Esta es, -como decimos ahora- otra onda muy distinta a lo que conocíamos. ¡Despierta! Porque ya has visto que en la iglesia, nosotros, estamos acostumbrados a darle recompensa al hombre de acuerdo a cuántos sabe acerca de los textos. Estudio, examen, calificación, aprobación, egreso, ordenación. Ese es el sistema de estudios bíblicos que tenemos.

Y tú sabes muy bien que en esos sistemas, hay distintas etapas muy específicas y delineadas, que van desde el ministro raso hasta el master en divinidades –sabrá Dios lo que es eso- y todas esas cosas que nos gusta inventar para darnos corte o lucimiento público o grupal.

Eso, de hecho, sin subestimar en modo alguno la importancia y el valor del estudio, Dios no lo permita. Pero el principio está torcido. Si aprendes a leer bien la Escritura, te voy a dar un premio. No tiene nada que ver con el avance o la alabanza del Reino de Dios.

Escúchame; no estoy en modo alguno desacreditando el estudio. Yo mismo estudio hasta que se me caen las pestañas y me gusta mucho hacerlo. Si me fueran a dar un título por eso, no sé cuál debería ser, porque desde que me levanto por la mañana bien temprano estudio a veces hasta bien entrada la tarde o la noche, a veces con pausas de descanso y a veces no.

Sin embargo, no es eso a lo que me refiero. Lo que quiero decir es que si no toca el nervio ese, que es el que debemos activar para discernir las parábolas, no nos sirve de nada las horas y horas de esa clase de estudio. Porque eso no produce esa tecnología que buscamos para lograr crecimiento.

Porque el fin es un estado de ser, y no lo que hacemos. El fin es la estatura de un varón perfecto en la tierra, no algo que la iglesia hizo. ¡Es lo que la iglesia es! Si no, no vamos a ver el fin. Y lo único que produce crecimiento es la tecnología de engrandecer el interior del hombre, hasta que sea superior a las realizaciones del mundo exterior.

Son muchos los que conocen las escrituras, pero no son todos esos los que han tomado contacto con la configuración interna de la agenda de Dios. Eso es lo que nosotros vinimos aquí a producir. Conciencia precisa y específica de la agenda de Dios.

Y al verla, (Y recuerda que “ver” es revelación), produce cambio en nosotros. Cuando tú veas la agenda de Dios, ¿Sabes lo que va a producir? Pues va a producir cambios en tu propia agenda personal y hasta ministerial si es esa tu tarea.

Eso transforma tus prioridades. Repasa tu semana. ¿A qué reuniones les das prioridad? Allí donde determinaste tus prioridades, está tu corazón. No importa ya lo que puedas decir en un lapso de emoción auténtica pero emoción al fin, el domingo por la noche en tu iglesia.

Cuando no te alcanza el dinero para pagar todas tus cuentas, ¿Qué gasto es el que cortas? ¿No serás de los que dejas de ofrendar y sigues pagando el servicio de cable de televisión? Prioridades. Eso también determina el lugar que le reservas a Dios en tu vida, no necesariamente manipulación por dinero.

Estos son algunos de esos ejemplos domésticos que normalmente nos convierten a todos en muy pequeños. Prioridades. Estamos hablando de que Dios sea primero. Así que, el poder de las parábolas, o el poder que desata las parábolas, viene de una realización interna, y no de un entendimiento externo.

Toda la Biblia es una parábola. Claridad, exactitud, precisión en Dios. Si yo tuviera que marcar esos puntos como los tiempos y las actividades de Dios; si yo tratara con el mundo invisible, muy distinto sería mi óptica para todas las cuestiones externas y materiales.

Eso es lo que queremos producir: exactitud. Estar bien con Dios es caminar bien con Él. Eso también es migración constante. Benditos aquellos que tienen peregrinaje en su corazón. O sea que, su corazón está dado a migración constante. No los que están pasando por la tierra porque van para una nube.

Migración constante, es estar constantemente cambiando. Nunca llegaremos a un lugar donde podamos decir: “bueno, basta, terminado, ya llegué”. Ningún estudio de la palabra te hace llegar. Debes ser constantemente actualizado en la Palabra. Dios sigue moviéndose.

El recurso es, trabajar como para dos mil años más, pero tener fe como para terminar hoy mismo. Así es que, el reino de Dios no viene por observación. Así lo dijo Él, y es muy sencillo. Pero nosotros nos pasamos observando los canales de noticias para ver si algunos hechos políticos o climáticos coinciden con la imagen del fin que nos metieron en la cabeza.

Que si los reinos, que si los anticristos, que si los judíos, que si los papas, que si los tsunamis. ¡No viene por observación! Viene de adentro. Es un gobierno interno. No son fuentes de poder externo, es el Reino de Dios interno.

Esas son las corrientes claras y no corruptas del Reino de Dios. Cuando entendemos esto, creo que empezamos a entender todo lo que nos queda. Vivir en fe o vivir por fe no es vivir en ignorancia. Es saber lo que viene aunque no sepamos qué día viene. Déjame darte algunas escrituras que tienen que ver con entrar en esas fuentes eternas que son producidas por la palabra. Ahora vamos a predicar solamente con la Escritura, sin comentarios anexos.

(Apocalipsis 17: 8) = La bestia que has visto, era, y no es; y está para subir del abismo e ir a perdición; y los moradores de la tierra, aquellos cuyos nombres no están escritos desde la fundación del mundo en el libro de la vida, se asombrarán viendo la bestia que era y no es, y será.

Esto nos deja ver que hay algunos nombres que sí están escritos desde la fundación del mundo. Nota que la soberanía de Dios, ya sabe quiénes son quiénes. Son nuevos entendimientos que trastornan gravemente nuestras doctrinas.

(Apocalipsis 13: 8) = Y la adoraron todos los moradores de la tierra cuyos nombres no estaban escritos en el libro de la vida del Cordero que fue inmolado desde el principio del mundo.

Aquí te está diciendo que el Cordero también fue inmolado desde el principio del mundo. Y esto puede significar una sola cosa: que la cruz es una expresión de algo ya ocurrido. Si me voy por ahí, nos abortan todo. Pero sí lo dice Apocalipsis 13:8: que el Cordero fue inmolado desde la fundación del mundo.

Es que todo está consumado. Nosotros sólo estamos apropiando lo que ya fue consumado. Cuando tú entiendes eso, vives tranquilo porque ya ganamos. Porque se anuncia el fin, ¡Desde el principio!

Entraron en el reposo del Señor, y edificaron la casa; una iglesia para Dios, que le de acceso. Tranquilos. Trabajando fuerte porque ya somos, no para ser un día futuro vaya uno a saber cuándo. Trabajando porque queremos invertir, no para buscar posiciones externas.

Porque ya somos, y cada uno será reconocido en el área que Dios le ha dado, sin necesidad de apelar a los antiguos rudimentos del marketing mundano. ¿Cuántos pueden entender la felicidad que hay detrás de esto?

De ser tú mismo, y al mismo tiempo ser parte de una cultura que trasciende la ventana de la argentina, de la mexicana, de la chilena, de la americana, de la peruana o la de todo el mundo, porque estamos hablando del Reino de Dios, no de culturas regionales.

Somos nacidos de arriba. Mira y entiende: lo único que existe en la tierra que no es de la tierra, somos nosotros. De manera que los únicos capacitados para vencer a todo lo que pasa en la tierra, somos nosotros.

Eso no quiere decir que todo lo vas a corregir y todo lo vas a hacer a tu favor. Si alguien pudiera cambiar la situación de su casa, la cambiaría. Se profetizó que no habría señal de humo. Eso significa dos cosas: una, que hay restauración total, pero también puede significar que tú hagas todo lo que ministerialmente hayas venido a hacer, sin que las situaciones externas se modifiquen demasiado. El error que la gran mayoría comete es ponerse a pensar en lo que más le conviene, y no es así. ¡Déjale eso a Dios! Y entiende que sí vamos a ganar. Y fluye con Él.

(Hebreos 4: 3) = Pero los que hemos creído entramos en el reposo, de la manera que dijo: por tanto, juré en mi ira, no entrarán en mi reposo; aunque las obras suyas estaban acabadas desde la fundación del mundo.

Fíjate, aquí también se nos dice que todo fue terminado desde la fundación del mundo. Las obras de Dios se terminaron en aquel momento. Dios terminó de trabajar desde la fundación del mundo. Así que ahora Dios ya no está haciendo nada. Todo ha sido hecho. Está consumado.

¡Pero hermano! ¿Y cómo se entiende, entonces, cuando se habla de un nuevo mover de Dios? Ese es un cliché. Un verdadero mover de Dios es un acercamiento de la iglesia hacia Dios. Y Él no se tiene que mover.

¡Es que estamos viviendo un mover de Dios! Escucha: un verdadero mover de Dios, cambia sí o sí la posición de la iglesia. Si tú has experimentado un mover de Dios en alguna iglesia, y cuando se fue el mover de Dios la gente está igual, entonces déjame decirte que no hubo ningún mover.

No es Dios es el que se mueve, eres tú que te acercas más a lo que es Dios, simplemente cuando lo entiendes mejor. Entonces, si lo entiendo mejor y me miro como en un espejo, soy transformado en la gloria que veo.

O sea que, lo que quiero decir y con valor de enseñanza es que, el verdadero mover de Dios se puede discernir cuando la gente va cambiando y mutando internamente, y no por cualquier clase o formas de expresiones externas más o menos bulliciosas, o más o menos coloridas.

En suma: tú crecimiento y mí crecimiento, determinan la jornada de la iglesia a la cual tú y yo pertenecemos, y no números o cantidades humanas apretujadas en salones austeros o templos fastuosos. Que no tiene apellido denominacional y ni siquiera credo específico. Y nunca olvidemos que el pecado más fuerte del mundo fue que Jesús tuvo doce  ministros, y uno fue un traidor.

(Lucas 11: 50) = Para que demande de esta generación la sangre de todos los profetas que se ha derramado desde la fundación del mundo.

Aquí dice que los profetas todos murieron en los tiempos de Dios desde la fundación del mundo. O sea que vemos a toda la Biblia operando desde una posición de descanso. Por eso es que Hebreos nos dice: nosotros los que hemos entrado, también hemos reposado.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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septiembre 9, 2015 Néstor Martínez