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En el Camino de la Pureza

No sé cuánto tiempo llevas de creyente, como fue tu conversión, o si provienes de familia de cristianos. Tampoco sé si te congregas en alguna iglesia, como es ella y, esencialmente, lo que más nos ha ocupado y preocupado en estos últimos tiempos: qué evangelio te han predicado o te siguen predicando. Obviamente, tú lees esto y de inmediato te preguntas: ¿Es que hay más de un evangelio? Mi respuesta bíblica es que no, que no lo hay. Pero tú y yo lo sabemos muy bien. Mi respuesta real y con bases en lo que hemos visto y oído, es que sí, que aparentemente y para muchos cristianos de años en el camino, parecería ser que hay otros evangelios, (Que en realidad no es otro, sino el mismo, el original, que ha sido tergiversado, modificado, pervertido) y que no han dudado en predicarlo y promocionarlo, a favor de la comodidad de sus receptores. No es nuevo, esto. Ya alguien, hace muchos años se enfrentó con el mismo dilema.

(Gálatas 1: 1) = Pablo, apóstol (no de hombres ni por hombre, sino por Jesucristo y por Dios el Padre que lo resucitó de los muertos), (2) y todos los hermanos que están conmigo, a las iglesias de Galacia: (3) Gracia y paz sean a vosotros, de Dios el Padre y de nuestro Señor Jesucristo, (4) el cual se dio a sí mismo por nuestros pecados para librarnos del presente siglo malo, conforme a la voluntad de nuestro Dios y Padre, (5) a quien sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

Fíjate; Pablo se presenta como apóstol, (Que te recuerdo que quiere decir: Enviado), no por voluntad de hombre, no de parte de hombres, ni por disposiciones legales emanadas de hombres. No había sido nombrado ni comisionado, después de haber asistido a algún colegio, o haber completado algún curso especial. No fue a través del ritual de la imposición de manos de otros apóstoles. Él era apóstol por Jesucristo y Dios el Padre. Y aquí le está escribiendo a las iglesias de Galacia de un modo sobrio y casi impersonal: Yo apóstol, les dice. Estos mismos versos en la Nueva Versión están más nítidos. Dice: Pablo, apóstol, no por investidura ni mediación humanas, sino por Jesucristo y por Dios Padre, que lo levantó de entre los muertos; La continuación indica qué tema iba a tratar y, en ese sentido, hace un discurso muy fogoso y contundente, donde evidencia que sabía perfectamente que había gente que estaba mutilando el evangelio.

(6) Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente. (Hay otra versión que dice: No hay otro evangelio Me asombra que tan pronto estén dejando ustedes a quien los llamó por la gracia de Cristo, para pasarse a otro evangelio. La pregunta que nos hacemos, es: ¿Qué otro evangelio podría presentarse en reemplazo del original? El verso siguiente nos explica en parte eso.)

(7) No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo.

Aquí está la respuesta de Pablo, la que Pablo encontró y lo ilustró de lo que estaba sucediendo, y la que quizás todos nosotros, hoy mismo, estemos evaluando, por si no tiene parentesco con algunas de las cosas que en este tiempo estamos viviendo. Perturbar, te recuerdo, es trastornar el orden y el estado de las cosas, es quitar la paz o la tranquilidad a alguien, incluso hacer perder el juicio a una persona. Y Pervertir, es hacer malo a alguien o algo, provocar que falte la moral o la legalidad. Eso es lo que dice Pablo que hay gente que desea hacer con la pureza del evangelio. La otra versión lo dice así: No es que haya otro evangelio, sino que ciertos individuos están sembrando confusión entre ustedes y quieren tergiversar el evangelio de Cristo. Supongo que aquí está más que claro, ¿No es cierto? Y entonces añade:

(8) Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema.

Cuando Pablo dice “nosotros”, se está refiriendo a los predicadores que en ese tiempo recorrían las iglesias llevando su mensaje profético o evangelista. Y aclara que si cualquiera de ellos, ¡Y hasta incluye a un mismísimo ángel del cielo, para darle mayor énfasis! Si cualquiera de ellos predicara otro evangelio distinto al que habían recibido, sea anatema, concluye, dejándonos la idea que quien haga tal cosa como pervertir el genuino evangelio de Jesucristo, estará de inmediato y casi de modo automático, bajo maldición. Eso es ser anatema. Algo así como apartado, desterrado amputado de un cuerpo sano. Y el último verso lo resume todo, conforme a lo que podemos ver a la distancia de esta historia, pero no de modo tan lejano para nuestra actualidad.

(Verso 10) =  Pues, ¿busco ahora el favor de los hombres, o el de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo. (La Nueva versión lo dice así: ¿Qué busco con esto: ganarme la aprobación humana o la de Dios? ¿Piensan que procuro agradar a los demás? Si yo buscara agradar a otros, no sería siervo de Cristo.)

¿Por qué tenemos mandato de compartir esto? Porque hoy está sucediendo esto, y no en pocos lugares del mundo, sin dudas. Y porque esto no es una predicación mal intencionada tendiente a acreditar o desacreditar ministerios, esto es Palabra de Dios leída casi sin acotaciones dirigidas. Tú y yo lo sabemos muy bien, aunque en muchos momentos de nuestra vida cristiana, hayamos hecho silencio. ¿Qué evangelio habían recibido ellos? El que predicó Jesús. Entonces, si alguien te predica hoy un evangelio que no te dice que el Reino de los Cielos se ha acercado y que debes arrepentirte, ese alguien podrá estar muy bien intencionado, podrá ser sincero y estar convencido de lo que dice, pero te advierto que como quiera que sea, de lo que no podrá escapar, es de ser anatema, esto es: estar maldito. Y como podrás suponerlo, a eso no lo digo yo ni hombre alguno de este tiempo. Es Palabra, y como tal, no resiste opinión ni debate alguno. ¿Quieres prevenirte contra el engaño? Lo único que debes hacer es tomar tu Biblia, día tras día, y escudriñarla con toda seriedad y responsabilidad, para así poder saber dónde estás y quien eres.  

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julio 25, 2020 Néstor Martínez