Estudios » Blog

¡Crecer, de Una vez por Todas!

Hay ministros que sienten orgullo real de ser considerados siervos de Dios. Hace muchos años, yo era uno de ellos. Hay ministros que mueren por ser amigos de Dios y dialogar con Él cara a cara, tales como si fueran modernos Enoc. Hace menos años, yo era uno de ellos, eso quería. Hoy, en lo que tiene que ser sí o sí mi madurez espiritual y ministerial, (Si no maduré a mis años, es obvio que no maduraré nunca más), sé que la única posibilidad de victoria real y genuina, es ser hijos de Dios. Aceptar y asumir la potestad que me da Él mismo en Su Palabra y constituirme en hijo. ¿Por qué? Simple: porque los únicos que heredan al Padre, son los hijos. Ni los siervos ni los amigos heredan.

La gran pregunta que queda en nuestros corazones cuando el Espíritu Santo nos revela eso, es: ¿Y como lo logro? En principio, saliendo de nuestra zona de confort, esa donde siempre la iglesia enviaba a alguien que hiciera en nuestro lugar, lo que nosotros mismos debíamos hacer. En Gálatas 4:1 Pablo dice: Pero también digo: Entre tanto que el heredero es niño, en nada difiere del esclavo, aunque es señor de todo; Esto te dice que cuando eres espiritualmente inmaduro, tienes señorío sobre todas las cosas y autoridad para lograrlo, pero no lo sabes, no lo crees o te crees muy poca cosa para hacerlo. Eres niño inmaduro y te conformas con ser siervo. Que hace todo lo que le ordenan, pero que no hereda nada. Ningún siervo hereda a su amo. Sigue el verso 2, señalando… sino que está bajo tutores y curadores hasta el tiempo señalado por el padre. Tutores, es decir líderes, ministros, pastores, que son curadores, es decir: administradores. No pienso ni decido por mi mismo, alguien lo hace por mí y yo dependo de él.

Verso 3: Así también nosotros, cuando éramos niños, estábamos en esclavitud bajo los rudimentos del mundo. Fíjate este detalle que no es menor. Mientras eres niño y estás inmaduro, revistes en la categoría de esclavo, que es como decir: siervo. Y dice que te mueves conforme a los rudimentos del mundo, no a los de Dios ni a los de Su Reino. O sea: con tu mente, no en espíritu. ¿Cómo solucionó nuestro Padre esa deficiencia? Verso 4: Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, (5) para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos. Aquí hay algo que debo aclarar para no caer en confusiones más graves. Donde leemos adopción de hijos, en el original, la palabra original se pronuncia juiodsesía, cuya traducción correcta es colocación. No es lo mismo. Si somos colocados como hijos de Dios, es un acto de autoridad que nos convierte en eso, en hijos genuinos. La adopción es otra cosa. Los hijos adoptados son hijos de otro padre. No es ese nuestro caso.

A esto lo confirmará luego, cuando en los versos siguientes diga: Verso 6: Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre! (7) Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo. Hijos. Herederos. De todo lo que es Su patrimonio. Vida Eterna, Poder, Autoridad, Misericordia, Sabiduría, etc. Puedo llenar todo este espacio con la inmensidad de lo que heredamos. Entonces la gran pregunta, es: ¿Nos comportamos así, como herederos? ¿O todavía seguimos conduciendo nuestras vidas en dependencia a hombres tutores o administradores, tal como si revistiéramos la categoría de esclavos? ¿Así seguiremos nuestra vida de fe cuando la pandemia deje lugar al retorno de la iglesia? De acuerdo, no vas a moverte un milímetro por lo que diga un texto aislado, ¿Verdad? Hay confirmación.

Romanos 8: 14 = Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios. (15) Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! (16) El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. (17) Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados. De más está aclararte que la palabra adopción que leemos en el verso 15, es la palabra que se pronuncia juiodsesía, la misma que encontramos en Gálatas y que se traduce Colocación. Hijos de Dios, herederos del Padre y co-herederos con Cristo. Mismo nivel, sólo posición de primogénito de Su parte. Entonces déjame preguntarte: ¿Vas a seguir esperando el fin de la pandemia y el retorno de la iglesia para que alguien ore por ti y te solucione tus problemas, o definitivamente vas a madurar y ser la criatura ungida que el Padre espera que seas?

Comentarios o consultas a tiempodevictoria@yahoo.com.ar

diciembre 26, 2020 Néstor Martínez