Estudios » Blog

Semana Santa. ¿Semana Santa?

images

     En algún momento, distintos hermanos de habla hispana de diferentes lugares del mundo, me han consultado el o los motivos por los cuales, cuando llegan estas celebraciones de Semana Santa, yo no digo absolutamente nada de nada. Me han preguntado por qué no lo utilizo para enseñar su verdadero significado o para censurar algunas de las tantas prácticas heredadas de religiones paganas que el pueblo evangélico lleva a cabo para estas fechas.

     Soy un convencido que, si no voy a decir algo que edifique o ayude a ser mejor al minuto siguiente, mejor no digo nada. Y no creo que si hablo de los contenidos reales de esta semana que todo el pueblo cristiano conoce muy bien desde los evangelios, ayude a que todos aquellos que han convertido estas fechas en celebraciones casi mundanas, cambien su manera de pensar. El que no anda en el Espíritu vive en la carne, así de simple.

     Mis recuerdos de mi niñez me retrotraen a una abuela materna religiosa, que iba los cuatro días a la misa, un abuelo materno indiferente e incrédulo, pero silenciosamente respetuoso de lo que hiciera su familia, una madre mitad y mitad y un padre al que le seducía la Semana Santa sólo porque era de muy buen comer y le encantaba todo lo que tuviera que ver con dietas de pescado al tono. Una pinturita espiritual, como verás.

     Luego, cuando encontré al Señor y aterricé en una de las tantas iglesias cristianas, formé parte más o menos activa, (Aunque no demasiado), de las distintas actividades programadas para estas fechas. Salir a evangelizar (En realidad a introducir trataditos por debajo de las puertas, porque no tenía ni palabra ni convicciones para llevar a otros a un lugar en donde yo todavía no me sentía muy seguro), y reunirnos los cuatro días para escuchar cuatro predicaciones alusivas preparadas merced a libros al respecto. Otra pinturita.

     Con el correr de los años, y a medida que podía y deseaba profundizar en la Palabra, entendí que Jesús una sola vez les dijo a sus discípulos, que es como si todavía nos lo dijera a nosotros, que también lo somos, que hicieran una determinada cosa en memoria de Él, y era partir el pan y beber el vino, lo que ha dado en denominarse como la Santa Cena y que tiene un significado y un poder que va mucho más allá del símbolo del pancito y la copita. En nada más Él nos demandó que lo celebráramos o recordáramos.

     Así que ahí mismo entendí que, si bien la Semana Santa recoge un suceso literal que está directamente vinculado con mi perdón, con mi purificación y con mi redención mediante la sangre de Jesús en la cruz, cosa que no terminaré nunca en mi vida de agradecerle a mi Padre celestial y a su Hijo amado, todo lo demás, absolutamente todo lo demás, han sido esfuerzos más o menos bien intencionados por parte de las religiones por rememorar eso y celebrarlo. Y como yo hace un buen tiempo que decidí no mezclar palabra y fe individual e incondicional, con rituales y liturgias religiosas, por mejor intencionadas que sean, es que no dije, no digo, ni diré nada más al respecto.

Comentarios o consultas a tiempodevictoria@yahoo.com.ar

marzo 29, 2018 Néstor Martínez