Tienes la palabra, tienes el mandato y de pronto tienes el texto: Mateo 28: 18-20 Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén. Primero lo leo con avidez, después con mucha atención y, por último, casi con milimétrica disección. (Es la técnica de desmenuzar un elemento compacto parte por parte). Lo primero que entiendo, es que Jesús dijo que toda potestad, (Averigüé que esa era la traducción de Autoridad) le ha sido dada tanto en el cielo como en la tierra, y que como todos los domingos el predicador de turno nos aseguraba antes de la pandemia, que nosotros éramos el Cuerpo de Cristo en la tierra, no es ni loco ni aventurado suponer que nosotros, o sea yo mismo, también tengo esa autoridad. El asunto es saber dónde se ha metido, porque podemos asegurar que en nuestras vida, no la hemos visto por ninguna parte en mucho tiempo. Sin embargo, un bendito día se hizo la luz a favor de aislamientos y encierros: la autoridad ya estaba otorgada desde el principio, sólo hay que atreverse a ejecutarla.
Después leí que había que salir a hacer discípulos. A mí me habían enseñado lo de evangelizar, lo de predicar el evangelio, lo de presentar a Jesucristo, lo del evangelismo explosivo, el de las cuatro verdades, el de las cinco puertas, el de… Lo que no me enseñaron en ningún momento es el versículo que nos asegura que es Dios el que añade a los que van a ser salvos, mediante su Espíritu Santo, no nuestras habilidades de evangelistas. Y que no salimos a ganar almas, ni a incorporar miembros, ni mucho menos a buscar nuevos siervos. Salimos a hacer discípulos. Pero, un leve detalle: discípulos de Jesucristo, no del pastor de la iglesia. Luego venía lo del bautismo, cuestión que durante mucho tiempo la tuve como una simple ceremonia circundante, pero que con el correr de los tiempos mi Padre se tomaría el trabajo por su Gracia y Misericordia, de hacerme saber que todo lo que tuviera que ver con el agua, tenía significados muy distintos a los aprendidos. Y, finalmente, que todo eso se iba a cumplir y llevar a cabo, hasta que un buen día, (Y no por agua, ya había sido profetizado, así que se suponía y conjeturaba que ahora sería por fuego), una enorme hecatombe, (Que muchos relacionaban con guerras nucleares), nos haría picadillo el planeta y listo. Fin de la historia. Fin del mundo, decía aquí.
Pero, y siempre existe un “pero” para los que desean ir más allá de lo que ven sus narices, una noche muy tarde, en la que por distintos problemas no podía conciliar el sueño, eso me llevó a cultivar una vez más una de mis más antiguas costumbres, como es la de escuchar radio, di con un predicador desconocido, que en una emisora desconocida y en medio de un mensaje también desconocido, dio en leer este mismo pasaje y tuvo la bendita unción de explicarme algo que yo no sabía. Me mostró que cuando la Biblia escribe Mundo, no siempre significa la misma cosa, ya que las palabras utilizadas en los originales en cada caso, son diferentes. Y que en este caso, la palabra griega utilizada para referirse al Fin del Mundo, se traducía correctamente como… ¡¡¡Sistema!!! El caso es que si hasta ese momento había tenido un episodio de cierto insomnio, enterarme de eso directamente me quitó el sueño por el resto de la noche. Entonces casi corrí a lo atleta olímpico en dirección de mi enciclopedia Strong, que por esos entonces, todavía era un libraco enorme de volumen y tan pesado como el peso mismo de la palabra divina. Y allí pude comprobar que, efectivamente, tal como lo había dicho este ilustre desconocido que jamás supe quién era, ni de dónde había salido, el significado de Mundo, (En realidad Siglo), en Mateo 28:20 era, en efecto, ¡¡¡Sistema!!! ¿Cómo nadie me lo había enseñado antes? ¿No ven que ahora el texto tiene otro significado, otro enfoque, otra dirección totalmente distinta?
Claro está que cuando se trata de palabras de los originales y toda esa historia que no a todos suele convencer, se necesitan imperiosamente dos o tres testigos. De otro modo, todo no iría más allá de la ocurrencia de un hombre y su propia interpretación personal del tema. Algo que en muchas ocasiones tal vez pueda haberse hecho con la mejor de las intenciones, pero que a la hora de darle vida a la palabra del Señor a través de la revelación de Su Espíritu, necesita ser ampliada y confirmada. Y encontré otro texto: Mateo 13:40: De manera que como se arranca la cizaña, y se quema en el fuego, así será en el fin de este siglo. (Siglo, aquí, es Sistema) Y seguí leyendo este texto y cuando llegué al verso 49, ahí estaba otra vez: Así será al fin del siglo: (Sistema) saldrán los ángeles, y apartarán a los malos de entre los justos. Allí, conjuntamente con los verdaderos significados de Babilonia, comenzó mi persecución para con el sistema. Yo ya sabía que no estábamos hablando ni de Capitalismo, ni de Comunismo, ni de ningún “ismo” de los conocidos. Esto era algo muy distinto y mi obligación, como creyente en Jesucristo como única Verdad, era encontrar su significado y compartirlo con todos los hermanos que, al igual que yo, todavía estarían ciegos, confundidos o, lo peor, engañados. Sólo un problema. El sistema, en lo que sea, se conduce igual a un juego que jugábamos de niños. Nos colocábamos contra una pared, unos diez o doce y, el que salía sorteado, se colocaba último y empezaba a forcejear hasta que alguno de la fila de adelante, no podía mantenerse, y salía despedido hacia fuera. Ese tomaba el lugar del último y así sucesivamente. Era ganador el que se mantenía adelante y no era expulsado. En el sistema evangélico, ni bien comencé a hablar de Reino, sujeciones falsas y coberturas inexistentes, fui expulsado hacia afuera, como en aquel viejo juego de los recreos escolares. Sólo un detalle: esta vez no me coloqué al final. Decidí terminar con el juego y salirme también de ese sistema.
Y esto, me lleva a un hoy donde todo lo que he aprendido y me ha sido revelado, tiene que ser encaminado en una dirección concreta. ¿Una nueva iglesia? ¿Una nueva denominación evangélica? ¿Una nueva forma de hacer iglesia? No; simplemente volver a las fuentes: ser de una vez por todas y para siempre, Cuerpo de Cristo en la tierra. Con la Palabra como guía a toda verdad. (Al decir esto, queda en claro que es por revelación del Espíritu Santo, única guía a toda verdad, y no por Hermenéutica tradicional). Con los ministerios y dones que nos han sido entregados, pero con la conciencia de que de aquí en más, ya no viviré yo, sino que Cristo vivirá en mí. Porque si no puedo llegar a eso, entonces ni siquiera puedo comenzar esto. ¿Difícil? ¡Claro que es difícil navegar a ciegas! ¿Pero sabes qué? Ya hubo otros que lo intentaron antes que yo y lo lograron. Un tal Abraham, un tal Moisés, un tal Josué, un tal Jesús. ¿Será muy pretencioso tratar de imitarlos? Con intentarlo no se pierde nada y se puede ganar todo. ¡Ahí vamos!
Dios les bendiga, mis amados.
No quiero que piensen, que por fin me quedé sin nada que comentar, porque estoy un poco retirado. Lo que pasa es que debo dedicarme a lo que nuestro Padre ha depositado en mis manos para su gloria. Se que para muchas personas mis comentarios pueden parecer algo dislocados o hasta irracionales, pero esto es lo que pasa cuando nuestro Padre le cambia el fundamento a nuestra alma y va quitando los legalismos lógicos que conforman nuestro andar en Cristo para permitirnos ver la verdadera realidad de las cosas que nos rodean. Y al decirles esto no me estoy promocionando como el profetas de los tiempos finales ya que de esos andan muchos por ahí hablando sandeces entre otras cosas. Yo me considero un niño inexperto ante su presencia que sólo desea agradar a su Padre, y compartir lo aprendido con mis hermanos. Por otro lado, amo lo que nuestro Padre ha depositado en Don Néstor que ha sido de mucha bendición para nosotros, al cual considero como mi mentor aunque no le conozco.
Bien vamos al tema.
Hace unos años, leyendo un estudio me topé con este tema de las diferentes definiciones de la palabra mundo en la Biblia, la 1era acerca del Tiempo, la 2da acerca de la Humanidad, Y la 3ra acerca del Sistema. Entonces él autor dio ejemplos de cada uno en sus respectivas áreas, pero al llegar a la 3ra él tomó como ejemplos la siguiente cita bíblica.
«No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él.
Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.» 1º de Juan 2: 15-17
Cuando leí esto sentí que algo dentro de mí se desprendió y también sentí el impacto de haber chocado con una pared. Entonces desde ese día comencé a identificar esos patrones en mi entorno físico así como también en el espiritual.
Tiempo después en esta página se publicó un blog de un autor desconocido que hacía una referencia al Sistema desglosando la influencia que esté producida en las personas, así como también en la economía, la política, y la religión. Los cuales son los pilares de la sociedad democrática que conocemos hoy en día. Dicho desde la perspectiva de que era una persona quien hablaba. Esto me maravilló, porque entonces comprendí que este era un ente con personalidad propia; un Principado con la capacidad de manipularnos como títeres. Entonces dije, «¡Wao! El hombre está hablando.»
Pero no fue hasta que leí un estudio que descargue de esta página, del cual lamentablemente no recuerdo el título. El cual es parecido al ubicado en la pestaña de «palabra confirmada» «El oculto poder del alma», pero en este se trata la diferencia entre el espíritu y el alma, tomando referencia al combate que tuvo el autor con espíritus animales en África entre otras cosas, pero lo que me llamó la atención fue que el autor tomó el alma y la dividió según el gran mandamiento.
«Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento.» Marcos 12:30
Esto a sido desde el primer día que lo leí un tema de controversia en mi vida. Porque al analizar este versículo me topó con la disyuntiva de que la palabra alma abarca todo; la mente, el corazon, y la voluntad. Incluso se dice que la mente es el corazón y este es el alma entre otros cosas.
Ahora hablemos de la secuencia del alma.
Cuando el hombre está muerto espiritualmente hablado. Estando en esta fase el alma humana está simplificanda en un todo, es decir todo se conglomera en una sola esencia. Siendo esta la base del porque la definición del alma es tan retórica desde el punto de vista secular y también cristiano.
Y desde el punto de vista de la dimensión del Espíritu, cuando Él Espíritu Santo llega a nuestra vida activa la «Conciencia espiritual»(esto es de Dios, no del diablo), entonces el alma se divide en mente, corazon, alma, y voluntad. Tomando una función específica desde la vivificacion del Espíritu, pues la palabra enseña. Que tenemos la mente de Cristo(1° Corintios 2:16). Que de nuestro corazón emana lo bueno y lo malo(Mateo 15:19). Que debemos someter nuestra voluntad(1° Corintios 9:27). Que no debemos ser controlados por nuestras emociones(Santiago 1:20).
El problema radica en que nosotros por la mentalidad religiosa nos hemos enfocado solamente en el «Espiritu», desechando el alma y el cuerpo. Mientras que las ciencias orientalistas se enfocan en el alma y el cuerpo desechando el Espíritu. El punto es que la palabra nos enseña que somos espíritu, alma, y cuerpo, por ende los tres guardan una estrecha relación.
Bueno volviendo al tema, cuando el autor divide el alma en mente, corazón, y voluntad. Les cambia la esencia por tres fundamentos claves de la naturaleza humana. Yo pienso(mente). Yo siento(alma). Yo quiero(corazon). Acoplandolo a nuestra necesidad en los caminos de Dios de manifestar nuestra propia voluntad desde nuestra naturaleza caida. Creando así los fundamentos legalistas recalcitrantes que causan tantas divisiones entre nosotros. Si alguien conoce ese trabajo me gustaría que me dijeran como se llama.
Entonces cuando asimilo esto, nuestro Padre me lleva a 1º de Juan 2: 15-17 y me dice que le acople lo aprendido a los fundamentos establecidos.
Los deseos de los ojos. Yo pienso(mente).
Los deseos de la carne. Yo siento(alma).
La vanagloria de la vida. Yo quiero(corazon).
Estableciendo así el sistema del mundo no dentro de la Iglesia, sino dentro de cada uno de nosotros.
Porque existen dos vertientes del yo desde la plataforma eterna.
El yo en minuscula, que representa nuestra identidad como individuos.
El YO en mayúscula, que representa nuestra naturaleza caida(el espíritu humano). !YO soy el apóstol!. ¡YO tengo la máxima revelación!. ¡YO soy el profeta de Dios para el tiempo final!. Entre otras dulzuras que se dicen por ahi. Yo mismo experimente esto porque me engrandecí y nuestro Padre me dio una bofetada que todavía me duele cuando me acuerdo.
Yo te pido hermano que lees esto que comiences a analizar tu andar en Cristo, y si no lo entiendes pídele al Espíritu Santo que comience a renovar tu mente.
Solo te pido que piense, medites, y analices para que el Espíritu Santo nos guíe a todas verdad.
Dios les bendiga, desde RD pa’l mundo.