Estudios » Blog

En el Día de Hoy

Estoy convencido que superado esto que estamos viviendo, (Dicho con el mayor de los optimismos, fe y confianza), nada volverá a ser igual. Son demasiadas las estructuras de la rutina humana que han sido afectadas y, por más que haya esmero, preocupación y dedicación suma, es muy poco probable que la vida retome su ritmo del mismo modo en que venía hasta aquí. Alguien soltó por allí una frase muy sencilla que, sin embargo, encierra una llamativa profundidad: “Nada volverá a la normalidad; porque la normalidad es el problema”. Visto desde el ángulo del mundo secular, es así, sin dudas. Pero, lo más preocupante del caso es que, visto desde lo eminentemente espiritual, también es así. Y eso no es algo para desechar y dejar ir sin examinarlo.

(Lucas 24: 21) =  Pero nosotros esperábamos que él era el que había de redimir a Israel; y ahora, además de todo esto, hoy es ya el tercer día que esto ha acontecido.

Cada vez que leo este relato, no deja de producirme pena que, en el camino a Emmaus, los discípulos no le hubiesen dicho a Jesús: Nosotros aún confiamos, en lugar de Nosotros esperábamos. Y digo que es algo que me produce cierta tristeza, porque se refiere innegablemente al pasado. Ellos debieron haber dicho: “Todo está contra nuestra esperanza, parecería ser que nuestra confianza fue en vano, pero no por esto desistiremos: creemos que volveremos a verlo”. Pero, en lugar de esto, ellos, que caminaban a su lado, ¡Nada menos! declaraban sin pudor la pérdida de su fe, y entonces allí fue donde él tuvo que decirles: ¡Oh, necios y tardos de corazón para creer!

Pregunto: ¿No nos encontramos hoy, en el mismo peligro de que se nos digan estas mismas palabras? ¿No estamos día tras día, leyendo todos los informes médicos, biológicos y de laboratorios, esperando por una solución a esos temores casi insanos, mediante la magia de la medicina o la química? ¿No estamos depositando altos grados de confianza en médicos, empresarios, funcionarios, políticos y financistas, en la esperanza de que sean ellos los que pongan de sus ciencias, fortunas o poderes para liberarnos de lo que nos abruma? Es miedo, ¿Lo estás viendo? Es visible. Lo invisible es aquel que tiene el imperio del miedo y lo ejerce. Existe.

Mira; no es tiempo para palabras bonitas o llenas de esas metáforas a las que los creyentes somos tan afectos. Es tiempo de reflexionar y ver que, nosotros podemos soportar perder algo o todo, con tal que no perdamos nuestra fe en el plan de Dios de amor y de verdad. No pongamos nuestra fe, como lo hicieron aquellos discípulos, en un tiempo pasado. Nosotros esperábamos, dijeron. Hoy no. Hoy, con la maravillosa esencia de todo lo que nuestro Señor ha hecho en nuestras vidas, aferrémonos al único baluarte que el pueblo de Dios tiene a su alcance: su confianza. Nuestra confianza. Di ahora, cuando termines de leer esto, simplemente: Señor…yo confío en ti. He puesto mi dedicación a buscar Tu Reino y Tu Justicia, y ahora sé que todo lo que hoy me falta, tú lo añadirás. Así lo has dicho. Así lo creo. Así será hecho. Amén.

 

Comentarios o consultas a tiempodevictoria@yahoo.com.ar

abril 25, 2020 Néstor Martínez