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Cruzando En Nombre del Amor 

Tú y yo sabemos que todo el ejército celestial, fue creado. Los tronos, los imperios espirituales. Lo visible y lo invisible. Todo eso fue creado. Por eso, cuando yo estoy orando y digo Padre Eterno, podría cambiar esa palabra y decir: Padre de la Eternidad. O, en todo caso, Padre del Tiempo. Para la mente profana, parecería ser lo mismo decir Padre No creado, que Padre Eterno, pero después que hemos entendido esto, creo que hay una diferencia. Vayamos por un momento, ahora, a la dimensión de las cosas creadas. Dios creó todas las cosas por amor. Y Colosenses 1:16, que ya leímos, dice que Dios creó todas las cosas. Hebreos 11:3 dice: Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía. Dice que de manera que lo que se ve, fue hecho de lo que no se veía.

Eso quiere decir que aún los abismos, las regiones celestes, el mundo espiritual, todo eso fue creado. Debemos sacarnos de la cabeza, el hecho de que lo espiritual es eterno. ¡No! Sólo Dios tiene ese rasgo. Tengo una figura, que vi en un trabajo de otro hombre de Dios, que puede graficar esto. La región de las cosas creadas y la región de las cosas no creadas, son dos regiones diferentes, que sin embargo conviven en una dulce y serena armonía. De hecho, hay una línea que divide una región espiritual de la otra. Una línea divisoria entre lo no creado a lo que ha sido creado. Una especie de frontera. Un límite casi geográfico entre una dimensión y la otra. Ahora bien; si Dios cruzara esa frontera, automáticamente dejaría de ser Dios. Porque si Dios cruza a este lugar nuestro, se convierte en algo creado.

Ahora bien; si Dios necesitara por algún motivo cruzar esta línea divisoria, necesariamente va a tener que perder mucho. Y la única forma de poder recuperar eso, va a tener que ser a través de la muerte, del sufrimiento. No es posible, por simple voluntad, que alguien del ámbito creado, pase a la dimensión de lo no creado, y viceversa, quedó dicho. Dios se propuso crear. Escribió en una tapa de una gran carpeta: Proyecto Creación. Y luego se preguntó a sí mismo: ¿Cómo puedo crear? No es tan fácil, porque siempre hay una enorme diferencia y distancia entre el creador y la creación. Escucha: ¿De dónde salió Eva? ¿Alguien de ustedes conoce la Biblia lo suficiente como para decirme de donde salió Eva?

No. En ninguna parte de mi Biblia dice que salió de una costilla. Sólo dice, y no significa lo mismo, que salió del costado. Si alguna versión bíblica dice costilla, es una mala traducción. Dice del costado. ¿De dónde sacó Dios todas las cosas? De su costado. ¿De dónde salió la iglesia? Del costado de Jesús. Todo lo que fue creado, salió de Dios. De hecho, este proyecto creación, ponía a Dios en una encrucijada. Porque él tenía que crear un espacio donde pudiera poner las cosas creadas. Pero él no podía cruzarla, porque si la cruzaba, él pasaba a formar parte de las cosas creadas. Entonces él hace algo extraordinario: utiliza su voz. Porque su voz no vuelve vacía, sino que cumple aquello para lo cual fue enviada.

O sea que lo que Dios utiliza para crear, no son las manos, es su voz. Y dijo Dios. Por eso, cuando tú agarras Colosenses, que hemos leído anteriormente, dice que Jesús creó todas las cosas. Y en Juan 1, dice que él es el Verbo. ¿Quién creó todas las cosas, entonces? ¡Jesús! ¿Pero cómo? Como la expresión verbal, como la expresión fonética. Cuando yo saco aire de mi diafragma, y ese aire cruza por unos músculos llamados cuerdas vocales, estas vibran, y se escuchan sonidos. Esa es mi voz. El Padre habló, y se expresó el Hijo. Y el Hijo pudo penetrar como creador la frontera divisoria, sin cruzarla físicamente. Fue su voz la que salió y no volvió vacía, e hizo lo que tenía que hacer.

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junio 2, 2023 Néstor Martínez