Otra característica muy importante que vemos en Moisés, en esta descripción ministerial que venimos desarrollando, es que de ninguna manera él se inventa el tabernáculo. Fíjate que en todos los pueblos más conocidos y pioneros, ellos supieron edificarles una morada a sus dioses, eso era de uso y costumbre en esas culturas y en esas épocas. Sin embargo, cada una de esas moradas y conforme a justamente sus culturas, eran edificadas de acuerdo a como ellos imaginaban a esos dioses en los que creían. Pero, el único Dios que hace el camino inverso, es nuestro Dios, es el Señor, cuando Él se acerca a Moisés y le dice: Ven, quiero mostrarte la casa que tú me vas a edificar.
O sea que Moisés, no era un artesano entrenado para hacer eso ni un místico lleno de dudosa imaginación. Ninguno de ellos tenía la habilidad de hacer semejante cosa si no veían el diseño original. Entonces, ese diseño fundacional que tiene el apóstol, no nace de su propia idea; él no sabe cómo edificar la casa. Dios mismo es quien le imparte la sabiduría fundacional. Sucede que para el siempre vigente raciocinio humanista, parece demasiado fantasioso decir que al Tabernáculo lo construyó Dios mismo y no un hombre llamado Moisés. Es mucho mejor aceptada socialmente, (Y aún dentro de la comunidad cristiana), la idea de que fuera Moisés quien lo hiciera.
Ahora bien: si juntas estas dos cosas, vas a ver algunos pormenores muy singulares. Dos en grado sumo: la justicia en primera medida, y la revelación del diseño en segunda. Cuando se juntan esas dos cosas, el resultado no puede ser nada más que valioso y de primer nivel. Cuando Moisés está haciendo edificar el tabernáculo, se van a dar cuenta que la gente es llamada de acuerdo a la habilidad y talento, y con el Espíritu Santo que ahí mismo descendía sobre ellos y los equipaba, de tal manera que los carpinteros y los orfebres, todos pudieron poner de su capacidad, pero todos tenían un patrón: el diseño que Moisés había traído.
Quiero consignar, asimismo, y al margen de lo de esta construcción, que en Moisés funcionaron los ministerios. Fue maestro porque enseñó, fue apóstol porque lideró y pudo traer el diseño. Además, también evangelista, porque le trajo las buenas nuevas de liberación al pueblo, fue pastor porque se ocupó de sostenerlos, de alimentarlos y darles todo lo que ellos necesitaban. Por eso es la máxima tipología de Cristo del Antiguo Testamento. Y lo curioso y llamativo es que, como apóstol, el cumplía con las reglas apostólicas pre-establecidas: tenía autoridad territorial. Por eso no pudo entrar a Canaán, porque él tenía autoridad en el desierto, pero no en Canaán. Allí Dios tuvo que levantar a otro apóstol emergente. Porque en Canaán ya no se necesitaba un apóstol maestro, sino un apóstol profeta. Y ese fue Josué.
Josué no era bueno edificando, pero era muy bueno en estrategias. Entonces hay una transmisión, una impartición. Los dos son apóstoles, los dos van a guiar al pueblo, pero nota cómo es que Moisés tiene que respetar sí o sí el territorio que Dios le asignó. Junto con la autoridad de construir, hay además otros temas relacionados al ministerio apostólico, tales como el derribar y tratar con el error, la herejía y la apostasía. Ellos son muy fuertes para confrontar lo que está equivocado. Te puedes dar cuenta de eso en los reformadores. En Lutero, en Calvino. Todos ellos fueron personas que fueron levantadas por Dios, para recuperar verdades que estaban olvidadas, dormidas, escondidas. Y todo esto en un tiempo en que la tradición gobernaba todo. Todo era tradición. La gente era analfabeta, no sabía leer, la Biblia estaba escrita en latín y muy poca gente sabía el latín. Sólo la gente adinerada, aquellos que estudiaban una profesión.
En la mayoría de los casos, los sacerdotes que iban a celebrar misa a los pueblos, eran tan analfabetos como los campesinos. No sabían nada de la Biblia ni de la liturgia. Entonces se ponían a improvisar historias, cuentos y todo lo que pudiera entretener y mantener en sus bancas a los feligreses. Cuando Lutero recupera la verdad de la salvación, esto es, recupera el ministerio del evangelismo como tal, inmediatamente empieza a funcionar como maestro. Y él va a hacer varias cosas, siendo la primera de ellas levantar un colegio. El levanta un colegio para todos los niños de la comunidad. Y así con muchas cosas más, tendientes a recuperar lo perdido, que era nada menos que la salvación. La gente pensaba que era salva por sacrificios, por hacer grandes esfuerzos. Por eso, cuando este hombre sale y dice que la salvación es por fe, el impacto es tremendo, porque él estaba diciendo algo que nadie reconocía.
Está más que claro que la iglesia tenía que salir de la ignorancia. Por eso los primeros apóstoles, eran personas con muchísima unción magisterial. Era enseñar, enseñar y enseñar. La voz de la enseñanza había estado callada tanto tiempo. Por eso esa etapa se llama la del Oscurantismo. La oscuridad era completa y casi tangible. Y en la medida en que ellos liberan al pueblo, la tecnología de Dios se desata. Y entonces inventan la imprenta. Y la imprenta permite que el primer libro impreso sea la Biblia en alemán. Porque el alemán era el idioma dominante en esa región. La gente recibe la Escritura en su propio idioma, y eso cambia la era del hombre y pueden salirse del oscurantismo.
Y todo por un hombre. Moisés. Después vendría otro hombre, Jesús. Y después, para otras épocas, otros hombres ungidos. ¿Y hoy? Quizás tú. No te sonrías con incredulidad. ¿Eres creyente? ¿Eres fiel, sincero, honesto y puro en lo que piensas, dices y haces? ¿Eres un hijo de Dios como todos los creyentes genuinos? ¿Crees en la llenura del Espíritu Santo? Entonces estás habilitado para ser tú, hoy, ese hombre. ¿Lo puedes creer? Créelo, porque ese es el punto de partida para que esta gran batalla contra las tradiciones inocuas y estériles, sean derrotadas, eliminadas, expulsadas y reemplazadas por el puro poder de Dios manifestado en sus hijos, tal como dice la Palabra que debe ser. Hoy es el día UNO. ¿Comenzarás o seguirás esperando que otros lo hagan por ti? Cuidado; una cosa es humildad y otra muy distinta, comodidad.
La tradición está ligada a las sombras, dónde cada uno aportó desde sí, lo que significaría la realidad, al igual que el pueblo de Israel se quedó en las tradiciones de las sombras sin ingresar a la realidad manifestada.
Cómo he aprendido aquí en los trabajos de esta página, sólo hace falta uno que diga esta palabra se ha cumplido hoy, esto es esto, esto es aquello, siempre y cuando sea lleno del Espíritu, y así quede el cuerpo que proyectaba esa sombra .
Dios les bendiga, mis amados.
Yo me gozó en El Espíritu, porque en la reflexión anterior quise desarrollar las experiencia que he tenido, con respecto a la Palabra que sirvió de base para descomprimir el tema.
«El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel; a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, y el día de venganza del Dios nuestro; a consolar a todos los enlutados; a ordenar que a los afligidos de Sion se les dé gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado; y serán llamados árboles de justicia, plantío de Jehová, para gloria suya. Reedificarán las ruinas antiguas, y levantarán los asolamientos primeros, y restaurarán las ciudades arruinadas, los escombros de muchas generaciones.» Isaías 61:1-4
Cuando nuestro Padre por Su Santo Espíritu, me guío para estudiar la vida y obra de nuestro Hermano Mayor. La fue desarrollando conjuntamente entre el antiguo testamento, y el nuevo. Mostrándome ambas dimensiones, la espiritual, la natural y su implicación desde la preexistencia. Permitiéndome ver lo que los profetas recibieron de Él en su entendimiento. Llevándome a la comprensión al ver el cumplimiento, en la vida de nuestro Hermano Mayor. Con su conquista en la cruz. Desde esta perspectiva nuestro Padre me mostró lo que es ser un hijo de Dios, que más que un concepto es una Mentalidad. Que trasciende nuestra propia humanidad, compenetrando nuestro entero ser Espíritu, Alma, y cuerpo. En la misma unidad que representa, Padre, Hijo, y Espíritu Santo. Para la Gloria de nuestro Padre.
Cuando por primera vez leí esta declaración, pude ver una Manifestación y el cumplimiento de una promesa. En la vida de Aquel todo lo llena en todo. Luego pude ver un Ministerio que trasciende la misma existencia. Y hace unas semanas, pude ver la declaración que, como hijos de Dios. Debe ser nuestra carta de presentación. Pero lamentablemente las tradiciones imperantes, en lo hoy conocemos como iglesia, han convertido este camino en un eterno aprender y nunca terminar. Es como el juego de pasar el globo antes que explote. Y como dije anteriormente, se que a cada quien Él Padre le da el Espíritu Santo para provecho. Pero he comprendido que este es sólo el primer paso del conocimiento pleno, y de la restauración de esa Imagen y Semejanza. Nuestro Hermano Mayor lo sabía, lo que no puedo entender. ¿Es porque nos es tan difícil de comprender a nosotros?.
Sigo escuchando distintas voces y cada vez me decepcionó más. Porque me he dado cuenta que predicar es tan fácil; todo se define en: «Dios me dijo esto». «Dios me dio una palabra» . O la ola judaica en la muchos andan por ahí. Y yo me pregunto, ¿si no les funcionó a ellos para conocer al Padre, nos servirá a nosotros?. Porque si los miras a todos ellos desde las esferas espirituales, no hay una compenetración entre sus vidas y lo que pregonan.
Hace unos días le comentaba a un compañero de trabajo, acerca de mi decepción por lo anterior que les comenté, y le decía que al único que encontré con esa compenetración fue a nuestro Hermano Mayor. Y este se ríe diciendo, «usted se está yendo muy alto».
Pero mi punto no es sólo en palabra, sino también en obra. También en identidad definida. En convicción y certeza. Y honra a Aquel que le envió.
Entonces nuestro Padre me dijo, «convierte tu en ese hombre». Y se que muchos pensarán que estoy loco, pero que bendita locura.
Dios les bendiga, desde RD pa’l mundo.