Estudios » Crecimiento

Migrando Hacia lo Nuevo

¿Qué es nacer de nuevo? ¿Cómo se lo puedes explicar a alguien? Todos nosotros tenemos seres queridos que quizás no han nacido de nuevo. En principio, diremos que es una cuestión de apropiar lo que ya ha sido hecho para nosotros.

Cristo ya hizo todo por nosotros. Y lo que hizo es tan grande, que por eso nos sentimos tan insignificantes ante tamaño evento. Nos crucificó, nos mató, nos sepultó, nos dio vida, nos resucitó y nos sentó en su trono, juntamente con Él en el cielo. Ese es un hecho. Tenemos que investigar qué es eso y cómo se lo podemos compartir a otros. 

Pero para poder hacer eso efectivo y contundente, en primer lugar deberemos batallar contra posiciones babilónicas que imperan en nosotros. Vamos a usar Babilonia física, la ciudad, para extraer de sus características, principios que tienen que ver con mentalidades que fluyen en cualquier persona.

Babilonia se sienta sobre las aguas. Es la mujer de Apocalipsis que se sienta sobre las aguas. Las aguas, dice Apocalipsis 17:15, son muchos pueblos, lenguas, tribus y naciones. O sea: la humanidad. También nos dice Apocalipsis que Babilonia se divide en tres partes. 1-Religión. 2-Política. 3-Economía.

Entonces no podemos decir que Babilonia es una iglesia, o una forma de creencia, o un tipo de fe. No podemos decir que Babilonia es el papado romano, o cierta denominación evangélica o la iglesia de la otra calle que no es la que concurrimos nosotros.

Eso es lo que al enemigo el encanta que pensemos, porque mientras tenemos todas nuestras baterías mentales enfocadas a buscar una ciudad o una religión determinada, él permea la mentalidad de cualquier creyente o no creyente, que le da acceso a la tierra.

Es un espíritu antagónico al propósito de Dios. Entonces, a través de la palabra, vamos a ver qué posiciones no son adecuadas en un tiempo de transición como el que tú, yo y todos nosotros estamos transitando.

La palabra dice “Sal de Babilonia pueblo mío”. Nota que la palabra de salir de Babilonia es al pueblo de Dios, no al mundo. Claro; literalmente, en el Antiguo Testamento, saliendo del cautiverio de Babilonia, setenta años, y viendo a Zorobabel y Hageo profetizando en el tiempo de la reforma en el  templo de Zorobabel, salen después de los setenta años del cautiverio de Babilonia.

Todo Corintios nos dice que aquellas cosas que le acontecieron a Israel, son ejemplos para nosotros, a los cuales nos han llegado los fines de los tiempos. Entonces, podemos ver en esa foto, en esa tipología, en ese ejemplo del Antiguo Testamento, principios para salir de las mismas características.

O posiciones mentales que podamos ver dentro de lo que aconteció en Babilonia. Estoy diciendo todo esto para que sepas qué cosa vamos a hacer cuando yo abra el libro y comience a leerte los textos específicos y elegidos.

(Jeremías 50: 1) = Palabra que habló Jehová contra Babilonia, contra la tierra de los caldeos, por medio del profeta Jeremías.

(2) Anunciad en las naciones, y haced saber; levantad también bandera, publicad, y no encubráis; decid: tomada es Babilonia, Bel es confundido, deshecho es Merodac; destruidas son sus esculturas, quebrados son sus ídolos.

Nota que Babilonia no se destruye solita; hay que venir en contra de ella. Babilonia no cae sola, es igual que Jezabel. Hay que arrojarla de la ventana, no muere de un ataque al corazón. Si sigues esperando verla derrumbarse sola, te derrumbarás tú dormido o concluido. Debes encararla y derrumbarla.

(3) Porque subió contra ella una nación del norte, la cual pondrá su tierra en asolamiento, y no habrá no hombre ni animal que en ella more; huyeron, y se fueron.

(4) En aquellos días y en aquel tiempo, dice Jehová, vendrán los hijos de Israel, ellos y los hijos de Judá juntamente; e irán andando y llorando, y buscarán a Jehová su Dios.

(5) Preguntarán por el camino de Sión, hacia donde volverán sus rostros, diciendo: venid, y juntémonos a Jehová con pacto eterno que jamás se ponga en olvido.

Nota que Sión, aquí, representa a la iglesia verdadera, la iglesia del tiempo final. Vemos que los tiempos finales dicen “aquel día”. Cuando la Biblia te habla de “aquel día”, te habla del día del Señor, no es un día cronológico, sino un kairos de Dios. Es un tiempo en Dios, es el tiempo de la siega, el tiempo de la fiesta de los tabernáculos que hoy se está celebrando.

Estamos siendo testigos de los primeros pasos en el tercer día de Dios. Estamos escuchando las trompetas de Dios. Son los mensajes proféticos que nos están llevando de una mentalidad babilónica, de una religión que tiene forma pero carece de poder de consumación, ya que no puede terminar la obra de Dios.

Eso es reforma. Por eso estamos escuchando la trompeta. Y lo que sucede cuando escuchamos la trompeta, es que nos damos cuenta que no se trata de ningún ángel que está haciendo sonar un instrumento celestial, sino que son las voces de Dios que salen de todas partes de la tierra.

General y mayoritariamente son desconocidos que hacen sonar la voz de Dios y están produciendo el día de la aflicción del alma. Es allí donde tú eliges si lo único que persigues es ser bendecido o si, por el contrario, tienes un auténtico y genuino compromiso con Dios.

Todo esto es necesario si es que vamos a tener la gran siega. No hay siega sin primero haber una gran separación. Hay que separar el trigo de la cizaña. Escúchame: el homosexual, te dice que es homosexual, el que es antagónico a Dios, te lo hace saber, el esotérico o el espiritista, está orgulloso de su religión, aquel que es hechicero, se adapta a las reglas de la promoción y publica su ministerio en los mejores diarios o canales de televisión, aquel que te lee las cartas, pone su pequeño o mediano local de atención al público, y así todos por el estilo.

Muy bien, a ese tipo de cizaña, no es necesario identificarla. La cizaña que sí hay que identificar, es la de los lobos vestidos de ovejas. Dice la palabra que están en el mismo campo y tan cerquita, que si un día te dispones a arrancar la cizaña, te puedes equivocar y arrancar a uno o varios creyentes también.

Por eso Cristo dijo que los dejáramos crecer juntos por un tiempo. Por un tiempo. Tengo una mala o buena noticia, depende de dónde la mires: el tiempo se acabó. Los justos no pueden manifestarse, resplandecer y mostrar el Reino de Dios, hasta que cierta gente sin compromiso, no se identifique con lo que andan buscando.

Estamos cruzando el día de la aflicción. Por eso es que debe dolernos un poquito servir a Dios hoy. Y los comprometidos dicen: ¡Amén! El resto, mejor calle y medite. Una vez dije esto mismo en una iglesia y apenas hubo tres amén de respuesta. Volví a preguntarlo y toda la iglesia dijo “amén”. Allí fue cuando dije, con humor, pero con certeza, de que también había hipócritas en el pueblo. Nunca más me invitaron.

Dice que en los últimos días miraremos nuestro rostro hacia Jerusalén buscando el verdadero camino. Dice que Babilonia, primordialmente es religiosa, y será destruida por medio de la edificación de Sión. Es decir que, la forma en que se destruye a Babilonia, es construyendo a Sión.

La guerra, es contigo mismo. Fíjate que salir de Egipto, está basado en una decisión. Entrar a Canaán, mientras tanto, es una batalla contigo mismo. Para entrar en Canaán tú tienes que corregir posiciones internas. Para salir de Egipto, lo que tienes que estar es insatisfecho.

Cuidado, es muy fácil salir. Mucha gente sale de lo que llamamos religión, pero se muere en el desierto. Porque para entrar a lo que llamamos Canaán, tienes que ser fuerte contigo mismo. Y lamentablemente, la gente se ama demasiado, se trata demasiado bien, se perdona casi todo o todo. Debemos ser justos con nosotros. No rígidos en exceso ni mucho menos sobre exigente: sólo justos.

Tenemos que modificar posiciones internas que tenemos, y que no son adecuadas para vivir en ese tipo de dimensión. Recuerda lo que 2 Corintios 10, dice: todo lo que leamos en Babilonia, se aplica a nosotros. Y si no mira este texto, que si bien no tiene que ver directamente con el estudio, quiero leerlo como apoyo y evidencia.

(Apocalipsis 18: 21) = Y un ángel poderoso tomó una piedra, como una gran piedra de molino, y la arrojó en el mar, diciendo: con el mismo ímpetu será derribada Babilonia, la gran ciudad, y nunca más será hallada.

¿Quieres repetir algo conmigo aunque yo no te pueda escuchar? Puedes decir: “Hay que pelear fuertemente para derribar a Babilonia”. Porque luego dice que voz de flautistas y trompeteros no se oirá más. Eso nos dice que Babilonia tiene mucha música. Pero no sólo eso, si sigues leyendo verás que también tiene arte, tecnología, manufactura, sociedad y mercado. Babilonia, está en todas partes.

Y todos ellos están tristes porque Babilonia cae. Los únicos que se están regocijando con su caída son los apóstoles y los profetas. ¿Por qué? Porque son ellos la que la destruyen. Y esa es la razón por la cual muchas iglesias ni siquiera quieren oír esas voces.

Todo el aspecto de la vida es afectado por Babilonia, de manera que no podemos ser ni tontos ni simples mentalmente hablando. Tenemos que discernir si es que nosotros hemos cedido nuestros miembros a alguna posición babilónica. Puede estar en tu música. Puede estar en el arte.

En Daniel 3:1, no es necesario que vayas allá, Babilonia y Nabucodonosor, trataban de obligar a Daniel, que es tipología de la iglesia de los últimos días; una iglesia gubernamental batallando y resistiendo en medio del caos satánico en la tierra.

Nota que a Daniel se le trata de obligar a que adore la imagen del sistema satánico. O sea que Babilonia siempre te quiere hacer conformar, adaptar o someter a sus valores. Opera por presión de grupo. Si la mayoría lo está haciendo, hazlo tú también. Mayoría es mayoría, no necesariamente razón. Y mucho menos en el evangelio, donde las grandes cosas no fueron hechas por mayorías, sino por minorías, como las de los doce discípulos iniciales.

Estamos descubriendo cómo opera ese espíritu. ¡Es que todas las iglesias lo están haciendo así! Eso se llama, -repito- presión de grupo. Babilonia opera por presión de grupo. ¡Todo el mundo se está doblegando a la imagen! ¿Por qué tú no te doblegas? Siempre tratando de que uno se doblegue, siempre haciendo presión sobre eso. Busca disminuir tu fuerza, hasta que te debilita.

Sin embargo, hay algo muy importante que no debes ignorar: los mayores aspectos de Babilonia, se encuentran en la casa de Dios. Invade, se infiltra y se entrelaza con la actividad de los santos. De manera que mucha de la guerra contra Babilonia es una guerra o una milicia en contra de principios equivocados y conceptos erróneos que nosotros mismos hemos edificado mentalmente en lo que acostumbramos a llamar la casa de Dios. Principios y conceptos que ahora son obstáculo para permitir que se pueda terminar la obra de Dios en la tierra.

(Génesis 10: 8) = Y Cus engendró a Nimrod, quien llegó a ser el primer poderoso en la tierra.

Su descendencia, en este caso Nabucodonosor, tuvo el primer reino literal en la tierra. Es donde primeramente la palabra es mencionada. Son descendientes de Noé. Es la primera vez que la palabra “reino” es mencionada. En español no lo dice, pero en hebreo sí y en inglés también. El reino que tuvo Nimrod, es tipología de un mover apostólico falso. .

Es la segunda vez que la palabra “ciudad” es utilizada. La primera vez que la palabra ciudad es mencionada en la Biblia, es en Génesis 4:17, cuando Caín construye la primera ciudad fuera de la presencia de Dios. Por eso es que las ciudades no siempre permiten estar conscientes de que Dios existe, es real y brinda su presencia.

Mucha gente se va al campo, a ver ríos y montañas, o playas, para ver la obra de Dios. Cuidado: vivir en una ciudad no es pecado; pero ser arrebatado por el ritmo de “corre-corre” de una ciudad, sí lo es. Cuando Caín construye la primera ciudad, pone en marcha el concepto religioso de “voy a adorar a Dios a mi manera, no me interesa cuáles son las estipulaciones para los sacrificios, yo voy a adorar a Dios de la manera que a mí me parezca mejor.

Por ahí empieza el principio babilónico.  Es una religión externa. Nota que la ofrenda de Caín y la ofrenda de Abel, eran ambas correctas. Ambas eran bíblicas, ambas estaban bien por fuera. Hebreos nos dice que la diferencia es que uno lo hizo sin fe, una sustancia interna.

Religión es una forma que carece de sustancia. Una religión es algo que echa a la voz de Dios fuera del campamento. ¡No me digas cómo tengo que hacerlo! Abel es el profeta, lo dice la palabra en los evangelios. La religión apaga la voz de los profetas.

¿Por qué? Porque son los profetas y los apóstoles los que tienen la carga de saber y poder discernir a Babilonia. Dicen: Vamos a eliminar esa cosa que, con su mera existencia, nos comunica que nosotros estamos en error. Mátalo. Ciérrale la puerta. No vayas  a la conferencia. No lo visites. No escuches ni veas sus audios ni videos.

Destruye, con su mera presencia me dice a mí, que estoy errado. No hay necesidad de hablar, sólo la postura de lo verdadero juzga lo falso. Eso fue lo que hizo Caín. Él dijo: “Abel, cada vez que te veo, me acuerdo que yo estoy mal”. ¿Reacción? ¡Fuera de aquí!

Hoy, eso, por ejemplo, sería: ¿Así que Dios quiere reforma? Pues entonces elimina a todas las voces que andan diciendo que Dios quiere reforma y se acabó el problema. Yo estoy listo para cambiar ahora, ¿Y tú?

Esas son las posiciones que queremos descubrir. Hermanos, si hay algo así en nosotros, nos resulta imperioso más que aconsejable cambiar. ¡Cambia ya! Esta es la naturaleza de Caín. Construye la primera ciudad, vida humana, pensamientos, filosofías que se desarrollan fuera del ámbito de Dios en directa rebelión a lo que Dios había dicho.

Entonces se forma una ciudad. Empleos, actividad humana, pensamientos, filosofías, doctrinas, todo edificado en contra de la palabra que Dios dijo: llenad la tierra. Ellos dijeron: no, nos quedamos todos en el mismo lugar.

A mí me causa un poco de gracia cuando la gente dice que el planeta está súper poblado. Si miramos las ciudades, es verdad; no les cabe una aguja. Pero entre ciudades y ciudades, hay kilómetros y kilómetros de tierra sin utilizarse. ¿No lo crees? Viaja al extremo sur o norte de Argentina o Chile. Y somos apenas una muestra.

Lo que sucede es que la religión nos corta el espíritu pionero. Nos entregamos a la presión de grupo y no hay poder de rompimiento. La gente se limita al espíritu cultural y no rompe las barreras. Es todo lo contrario a lo que es un verdadero hijo de Dios.

El hombre es ilimitado cuando se decide a confiar y caminar con Dios. Por eso es que Dios puede bendecir esos que nosotros llamamos rompimientos globales. No se trata de un título pomposo, apenas describe un hecho real protagonizado por gente que piensa y quiere seguir pensando así.

¿Alguien dijo que de la Argentina no puede salir nada bueno por la forma de ser de los argentinos? En lo literal, puede ser; en Cristo, todo lo podremos porque Él nos fortalece. Eso es rompimiento global de cualquier presión cultural milenaria. Predícalo en Asia.

Rompiendo límites económicos, rompiendo límites políticos, rompiendo límites religiosos, rompiendo límites culturales. Expandiendo nuestra mente, potenciando nuestra vida. Convirtiéndonos en todo lo que podemos ser. De zapatero remendón, a dueño de una cadena de zapaterías.

Porque puedo darle más acceso a Dios maximizando quien soy, que siendo mediocre con mi potencial. “¡Es que mi abuelito y mi papá nunca hicieron otra cosa que esto, en este nivel!” Pues tú te vas a rebasar ese nivel y lo vas a superar primero y a modificar totalmente después.

(Génesis 11: 1) = Tenía entonces toda la tierra una sola lengua y unas mismas palabras.

(2) Y aconteció que cuando salieron de oriente, hallaron una llanura en la tierra de Sinar, y se establecieron allí.

(3) Y se dijeron unos a otros: vamos, hagamos ladrillo y cozámoslo con fuego. Y les sirvió el ladrillo en lugar de piedra, y el asfalto en lugar de mezcla. (¿Ladrillo en lugar de piedra y asfalto en lugar de mezcla? ¿Cuántos están viendo que algo ya no estaba funcionando correctamente? Están cambiando los materiales originales)

Usar ladrillo en lugar de piedra y asfalto en lugar de mezcla, eso es como cuando tú tienes un edificio, y el electricista se quiere economizar dos o tres pesos, y va y te instala cables más baratos. El problema viene que después, cuando encendemos la luz, hace un fogonazo y se quema todo. Así hay gente edificando cosas para Dios. Intercambiando ciertos principios que producen mediocridad, que es el estilo de Babilonia. 

(4) Y dijeron: vamos, edifiquémonos una ciudad y una torre, cuya cúspide llegue al cielo; (¿Dónde querían llegar? Al cielo) y hagámonos un nombre, por si fuéramos esparcidos sobre la faz de toda la tierra. (¿Qué había dicho Dios?: espárzanse sobre toda la tierra)

(5) Y descendió Jehová para ver la ciudad y la torre que edificaban los hijos de los hombres.

(6) Y dijo Jehová: he aquí el pueblo es uno, y todos estos tienen un solo lenguaje; y han comenzado la obra, y nada les hará desistir ahora de lo que han pensado hacer.

(7) Ahora, pues, descendamos, y confundamos allí su lengua, para que ninguno entienda el habla de su compañero.

(8) Y así los esparció Jehová desde allí sobre la faz de la tierra, (Que fue lo que dijo en Génesis) y dejaron de edificar la ciudad.

(9) Por esto fue llamado el nombre de ella Babel, porque allí confundió Jehová el lenguaje de toda la tierra, y desde allí los esparció sobre la faz de toda la tierra.

Vamos a extraer algunos principios de estos pasajes, y si algunos de estos principios está operando en ti, auto evalúate y di: hasta aquí nos trajo este río. ¡Fuera Babilonia! En principio, vemos que Babilonia es establecida por fuerza humana.

Es un paralelo a lo que Dios está haciendo en el espíritu. Están construyendo la ciudad que luego Abraham encuentra, pero tiene que dejar. Dice que cuando la encuentra, andaba buscando una ciudad cuyo fundamento era de Dios, y esa no era.

Abraham reconoció que aquello que se había formado en lo natural, era un paralelo de lo que Dios quería hacer en el espíritu. Las dos se ven igual por fuera. Tanto la casa que está hecha sobre la arena, como la casa que está hecha sobre la piedra, se terminan. Se ven bonitas por fuera, y las dos parecen estar llenas de la gloria de Dios. Pero una está sobre la arena. ¿Qué es arena? Es fragmentos de roca.

Hay iglesias que construyen con conocimiento fragmentado. Babilonia. Si no entendemos el fundamento de Cristo; si no entendemos qué ha hecho Cristo por nosotros del principio al fin, estamos edificando sobre un fundamento que, cuando venga la tempestad, la cual la trae Dios, no Satanás, vamos a caer.

Dios es quien sopla sobre su casa, y sopla par que todo lo que no es trigo, se vaya. Satanás no puede tocar la casa de Dios de esa manera. Las puertas del Hades no prevalecen. Babilonia es establecida por fuerza humana. Está construida por la creatividad de Adán.

Entonces tú, luego, deberás ministrar allí en el nivel del espíritu y no te será posible. Tus pioneros fundadores te dirán; ministra toda esa gente, acaríciales el alma, emociónalos. Toca las teclas precisas, que lloren un ratito, que se rían otro ratito. Siempre y cuando la casa esté llena, estamos bien.

Babilonia se parece a lo que es real, pero no lo es. También vemos aquí que es la primera vez que se ejerce autoridad sobre seres humanos. Pero se está ejerciendo fuera del orden divino. Cuando Dios habló con Adán y le dio gobierno y autoridad, nunca mencionó que el hombre tendría autoridad sobre el hombre.

Por eso el hombre siempre tiende a rebelarse en contra de una autoridad que no venga acompañada de compasión. Si tu liderazgo no es del orden de Melquisedec, vas a tener autoridad sin sacerdocio. Orden de Melquisedec. Gobierno por sacrificio personal.

Somos ministros con autoridad. Tenemos amor fuerte y autoridad que fluye por compasión. Si nos separamos, tenemos legalismo o todo amor. Las dos son Babilonia. Tenemos que ministrar según el orden de Melquisedec. Es una nueva creación. Es un linaje escogido, es un real sacerdocio.

Son dos condiciones en un mismo ser. Un estado de ser nunca antes visto en la Biblia. O eras rey, o eras sacerdote. De Cristo para acá, si vas a ser ministro de Dios, si vas a ser ministro competente del Nuevo Testamento, es decir: nosotros, vas a tener que tener ambas condiciones fluyendo al unísono.

Un gobierno basado en el honor. Una autoridad producida por tu propio sacrificio, no por títulos. Orden de Melquisedec. Cualquier orden equivocado, es legalismo en la casa de Dios. Ese sería un gobierno de afuera para adentro.

El gobierno de Dios es de adentro para afuera. Él dice: Pondré mis leyes en su corazón, ellos serán mi pueblo, y yo seré su Dios. Recuerda que Babilonia fluye en todas partes. Cosas que parecen reales, pero no lo son.

Por ejemplo, hoy hablamos de globalización. No todo lo que se auto denomina como globalización es real. Hoy hablamos de redes, pero no todo lo que se vende como red es real. Hablamos de unidad, y vemos gente que se congrega junta, pero que no está unida.

Son cosas que parecen ser reales, pero que no lo son. Recuerda que la ciudad que Dios está buscando, es la real. La nueva Jerusalén es: nosotros. Génesis te muestra una torre, una ciudad que está en contra del orden divino.

Podemos armar redes construidas por ambición, y no porque el Espíritu los esté uniendo. Podemos tener grandes congregaciones por mercadotecnia, no porque Dios las haya originado. Siempre se ven iguales por fuera, pero no son lo mismo por dentro.

Babel significa confusión. Y Dios le puso babel a la ciudad, no simplemente porque Él confundió el lenguaje, sino porque su construcción tenía un enfoque confundido. De manera que la llamó por su nombre. Es lo que dice el original en el hebreo.

Se llama Babel no tanto porque Dios le dijo: eres Babel, sino porque el nombre que Dios da, siempre expresa la característica de la cosa al cual le otorga el nombre. Estás confundido, te llamas Babel. Entonces, cuando la construcción eclesiástica; cuando las visiones de las iglesias; cuando la jornada que llevamos, está confundida, la naturaleza de nuestra jornada, nos pone el mismo título de Babel.

Así que, cuando vemos el nombre de Babel, dentro del nombre vemos como los principios dan su funcionamiento y eso nos advierte respecto a cómo identificarla en nuestra casa. La verdadera casa de Dios somos nosotros. ¿Quién es la casa de Dios? 1 Pedro 2:5 dice que somos casa de Dios. Hebreos 3:1-6 dice que Cristo es fiel sobre su casa, la cual somos nosotros.

Efesios 2:19-22 dice que estamos siendo construidos para ser morada de Dios. Génesis 21:3 dice que Dios hizo tabernáculo con los hombres. Cristo, hablando de su Padre, la deidad, dijo que vendríamos y haríamos morada con vosotros. Nota que la verdadera casa, la Nueva Jerusalén, la ciudad que Dios está edificando, no es ningún hombre ni ningún judío cruzando el charco, eres tú.

Entonces, si Babilonia va a confundir a alguien, ese alguien serás tú. Porque la idea de Babilonia y sus personeros es que tú no termines la casa, para que no se termine la obra. Si nos ponemos a mirar las cosas físicas alrededor de la tierra, Nunca vamos a terminar las cosas espirituales que Dios nos ha otorgado.

Babilonia se maneja con palabras reales pero tergiversadas en su concepción. Dios dice que en la iglesia tenemos que ser leales, y es verdad total, pero: ¿Leales a qué? Allí es donde se mete Babilonia. Y te obliga, por ejemplo, a ser leal a una doctrina. Y tú no escuchas más que esa doctrina y se te impone que la respetes, la creas y la practiques, aunque en muchos casos no coincida con la Biblia.

Babilonia entrena a su gente para que no escuche ninguna voz fuera de la doctrina, así que si Dios algún día te quiere hablar y lo que te dice no coincide con tu doctrina, tu miras para otro lado, porque estás entrenado para no escucharlo.

Porque la Palabra te dice que esto es la sana doctrina y que no te salgas de allí. Pero eso es cierto bajo las condiciones en que fue escrito, no como Babilonia lo interpreta. ¿Y si Dios quiere hablarte –por ejemplo- como está hablando hoy de reforma integral de su iglesia, le creerás?

¡Sé leal! ¡Tienes que ser leal, hermano! De acuerdo, pero ¿Leal a qué? ¿A un sistema terrenal? ¿A una doctrina inventada por un montón de viejos cabezones que pusieron lo que más les pareció que era bonito? ¿Leal a qué?

Cristiandad no es un culto en una iglesia, es un estilo de vida en la tierra. Cristiandad no es risas, temblores o caídas en un templo, es tú interacción social. Es el acceso que tú le das a Dios donde quiera que pongas tus manos. En tu trabajo, en tu escuela o en tu matrimonio.

Donde quiera que tú te plantes, tú tienes que producir acceso para Dios. Y eso es importante, porque acceso para Dios no viene por milagros o prodigios, viene por mentalidades adecuadas para el tiempo. Una mentalidad actualizada al tiempo presente.

Si estamos atrasados mentalmente con lo que Dios está haciendo, no le damos acceso. ¡Pero hermano! ¡Es que yo me porto bien! – Eso es básico, si no te portas bien yo no estoy hablando contigo. Estamos hablando de producir acceso de Dios a la tierra.

¡Es que yo tengo un buen matrimonio, no codicio, no adultero! Más te vale. ¡Es que yo cuido muy bien a mis hijos! Es tu responsabilidad. Estamos hablando de producir el propósito de Dios en la tierra, que va mucho más allá de portarte tú bien.

Va más allá de tener paz en el hogar. Esos son beneficios de ser parte, no tiene nada que ver con el propósito. Israel anduvo bendecida todos los días de su vida y nunca entró en el propósito. Fueron enemigos de Dios toda su vida. Y Dios los amó y los bendijo. Nunca les faltó nada.

Nunca confundas bendición con estar bien. Dios te bendice porque te ama, no porque estés correcto. Génesis dice que se establecieron allí. Estamos hablando de gente establecida. La palabra hebrea en el original implica rehusar continuidad. O sea: sedentarismo.

Es como decir, de pronto: ¿Qué más quieres? Vengo todos los domingos y jueves a las reuniones de oración, estoy diezmando lo correcto y ofrendando para las misiones cuando se lo solicita. Canto todas las canciones, paso al frente a orar y hablo bien del pastor. ¿Qué más quieres?

Eso se traduce en una expresión global: mentalidades fijas, satisfacción y conformismo religioso. Cero jornada en tu vida. No hay migración constante hacia nuevas posiciones en Dios. Temerosos a frescas revelaciones de Dios.

Nos rehusamos a continuar con Dios. Achanchados. Pues, aquí me tienes. ¿Y cómo andas? Y…ahí estamos. Venimos tres meses después, preguntamos lo mismo y, otra vez: Y…ahí estamos. Son mentalidades babilónicas. Cada vez que me escribas, quiero verte más inteligente. Si me cuentas hoy lo mismo que me contabas hace cinco o seis años, estás cristalizado en una mentalidad caduca.

Quiero verte más excelente, quiero verte más sobrio, quiero ver tu negocio o empresa más próspera, quiero ver tu familia más prosperada, quiero que tu mentalidad de hoy sea indiscutiblemente superior a la que antes vi.

Migración constante. Si un día me escribes con una neurona mental activa, a la semana yo querré que tengas dos. Porque la jornada es una caída de existencia. Lo que Dios está produciendo es una caída de persona, es el varón perfecto, no es un ministerio, no es una actividad.

Las actividades tienen que ser controladas, tienen que ser otorgadas, se le da el permiso de acuerdo al estado mental de la gente. Estamos produciendo una calidad de existencia aquí en la tierra. La expresión de Cristo Jesús.

Migración constante. Empezamos como la simiente de una semilla de mostaza, pero tenemos que producir sombra para todo pájaro en vuelo. Empezamos con tres medidas de harina, pero nos tenemos que quedar con todo el pan. Donde el Reino de Dios tiene que aumentar.

Constantemente migrando hacia nuevas posiciones mentales. Más inteligente. No sé inglés, pero me voy a predicar a Londres. Voy a tomar posesión de las Islas Malvinas, pero no para Argentina ni para Gran Bretaña: ¡Para Cristo! Eso es un ministerio del siglo veintiuno.

¡Es que Dios me está llamando! Creo que voy a salir de la universidad. – ¡No seas bruto, quédate allí y estudia, progresa, produce y fructifica! No te salgas de la universidad. Eso no es Babilonia, Babilonia dice: Ya me estacioné…De aquí no me muevo… Ya está… Ya cumplí.

Babilonia es la inventora de la tranquila serenidad en reposo de sus máximos referentes. Ellos ya no tienen que orar, ni leer sus biblias, ni reprender demonios ni nada de eso; ellos ya llegaron a ser estrellas. Todo eso está muy bien para los que recién comienzan. Babilonia. Mentira.

Ellos encontraron un lugar y dijeron: Aquí pondré mi tienda. ¡Levanta las estacas! Hay jornada. Levanta las estacas. El fin es Dios. No queremos que nos visite, queremos que se quede. Y luego se nos dice que se establecieron en la llanura.

¿Por qué la llanura? Son gente que no quiere elevación. No quiere subir a los lugares altos. Son gente que se queda en el llano. No tiene posiciones altas en Dios. No tienen esa lucha de subir la cuesta. Están en la llanura. Habla de una cristiandad perezosa.

No queremos subir la cuesta porque es más difícil. Y además, mientras voy luchando por subir a otros niveles con Dios, voy perdiendo amigos. ¡Yo prefiero quedarme con los amigos! ¡No, hermano! ¡Yo no puedo predicar eso porque yo pertenezco a la Junta Pastoral y se van a enojar conmigo!

Se me va míster diezmo. Se enoja el fundador de la iglesia. ¿Es que no era Cristo el fundador? ¿Qué te estoy diciendo? No te establezcas en la llanura. Sión está en el tope del monte. Sión está en posiciones elevadas con Dios.

¡No prediques tan profundo! Tus oyentes son gente simple. Elevación, queremos elevación. Babilonia no quiere elevación; quiere llanuras. Babilonia no quiere cedros en la casa. Tienes que tener jornada. La palabra dice en el Salmo 84 que bendecido es aquel que tiene peregrinaje en el corazón.

Eso no quiere decir que estamos hablando de gente que quiere ir al cielo, sino de gente que está migrando constantemente hacia nuevas posiciones en Dios. Una vida sencilla, sin trabajo, sin esfuerzo; un mensaje que no te hace pensar, que no te trae convicción. Convicción es una cosa, legalismo es otra.

Eso es Babilonia. No tienes perspectiva, porque si vives en la llanura no estás viendo correctamente. De manera que el que vive en la llanura, tiene un falso concepto de Dios. Comienzan a adorar a un Dios que en verdad no existe, es un error mental.

Sabes que ser idólatras es adorar imágenes, y que una imagen es tu concepto de algo. Y si tu concepto de Dios está equivocado, y tú estás adorando a un Dios que tú crees que existe y que se compota de cierta manera, en verdad eres un adorador de ídolos.

Eidolón es la palabra. Falsas imágenes de Dios. Juan nos exhorta y nos dice: Cuidado, hijos, con los eidolones. ¡Ah, no! ¡Dios es esto, Dios es aquello! ¡Qué lindo eres, yo te amo! Y estás adorando a un Dios que no existe…

Porque tienes un concepto errado de cómo funciona, cuáles son sus principios operativos, la tecnología profética de Dios. ¿Qué estamos haciendo, entonces, en la casa de Dios? Conociendo al Dios correcto para producir una adoración genuina y verdadera.

Religión nos proyecta una imagen de Dios. ¿Cuántos se dieron cuenta escuchando o leyendo estas cosas que es como que se te está cambiando una antigua imagen de Dios que tú mismo, (Con el respaldo de Babilonia), te habías formado en tu mente?

Un día te preguntas: ¿A quién estamos adorando? Y la respuesta, es: a nuestros conceptos. Por eso Cristo dice que lo adoran de labios, pero que sus corazones están bien lejos de la verdad. ¡Ese no soy yo!  Hemos creado una clase de amor en la iglesia que no permite entrar al verdadero amor de Dios.

Hemos creado una cultura eclesiástica que no permite que Dios nos visite. Babilonia es toda aquella mentalidad que se sedimenta, se establece en llanura. Babilonia se expresa en falsa unidad. El motivo de sus reuniones en la torre de Babel, era para evitar ser esparcidos.

Es decir que cada uno estaba unido al otro por conveniencia personal y no por un propósito espiritual en común. Eso equivale a incorporar a todos los jóvenes al equipo de alabanza, porque si no se aburren y se van al mundo. Eso se hace en la mayoría de las congregaciones. Falsa unidad.

Muy franco todo esto, ¿No? Es que si no entramos con franqueza, transparencia y honestidad en la iglesia, con cero demagogia y llamando al pan, pan, y al vino, vino, vamos a tener iglesia por otros dos mil años más y no vamos a terminar nunca lo que se nos ha enviado a terminar.

¿Cuántos quieren ver retornar al rey? De eso se trata. ¡Es que a mí me lo enseñaron así! No le hace. ¿Cuántos fueron a la escuela y aprendieron una cosa que, cuando llegaron a la universidad, se la volvieron a enseñar de un modo opuesto porque la habían enseñado a la inversa?

Cualquier cosa que hayas estudiado, por estable y convencional que sea, si en los próximos cinco años no te actualizas, terminas fuera del sistema. Y la iglesia todavía anda predicando una sana doctrina tal cual se predicaba en los años cincuenta. Ah, y Satanás anda en el siglo veintiuno usando a su antojo toda la tecnología moderna. ¡Despierta!

Falsa unidad. Gente que aparentemente está unida, pero no. Entonces, ¿Qué dice la gente? ¡Y bueno, si todo el mundo lo está haciendo no puede estar equivocado! ¿Ah, sí, eh? Escucha: Dios nunca hizo nada según lo dice la Biblia, con muchedumbres.

No hay un solo episodio en la Biblia donde Dios usara multitudes. Cuando las tenía las mandaba a la casa para usar a dos o tres. Así es que, el hecho de que alguien tenga mucha gente, no quiere decir que esté correcto. Fuerza en Dios, no es número.

No se trata de numerología, se trata de estar correcto. Mientras más correctos estemos, más fuerza para el acceso producimos para Dios. Podemos producir más  y mejor acceso para Dios con diez personas actualizadas, que con mil que todavía no han podido cambiar su forma de pensar.

Ellos estaban construyendo. Tú observas la iglesia de Babel y verás que ellos tenían su ministerio. Había actividad, estaban adorando a Dios, se estaba predicando la palabra; estaban construyendo. Aparentemente estaban haciendo algo.

Pero no se estaban moviendo. Estaban construyendo, pero no había jornada. Tú veías la gente y todos los años tenían la misma capacidad, entendían lo mismo. Tres años después, la gente entendía lo mismo. La gente tenía el mismo nivel de existencia, el mismo nivel económico, los mismos trapos que usamos el año pasado, y dándole gracias a Dios por las mismas cosas que le dimos gracias el año pasado.

Estaban construyendo, pero no se estaban moviendo. Babilonia. Si es Dios, hay jornada. Porque el propósito de Dios, es la estatura del varón perfecto, y no una actividad. No es muchedumbre, es una calidad de existencia.

Dios nos ha dado apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros, con el fin de perfeccionar a un grupo llamado los santos, para que santos perfeccionados nos traigan la plenitud del varón perfecto en la tierra, hasta que puedan expresar a Cristo adecuadamente en la tierra.

Y tienen que expresarlo en todas sus facetas, no sólo en santidad. Tu santidad no es tu comportamiento, Cristo es tu santidad. Tus comportamientos son trapos sucios ante Dios. Tú sabes la palabra. Él es nuestra perfección. Él es nuestra santidad.

Por eso es que tiene que haber jornada constante. Estamos construyendo, tenemos una campaña, y tenemos otra actividad, y aquí está el drama, y aquí están las danzarinas, ¡Queremos todo eso! ¡Mira lo que hemos hecho! Y eso en sí no sería malo, siempre y cuando produzca la mentalidad adecuada, sino, no.

Si el mensaje que proyecta es el mensaje de un Dios cerrado, fuera. ¡Mira! ¡Salió el nuevo CD de ese cantante tan famoso! ¿Y la letra qué dice? Si la letra de ese nuevo CD de ese cantante tan famoso no produce la mentalidad de Dios, fuera.

Así es. La música es un componente activo de la mentalidad de la iglesia. La gente discute escatología sin saber leer. ¿Por qué la discutes? ¿Por qué la cantaron? Usemos las canciones para enseñar.

Los salmos. Los salmistas fueron elegidos en la época del Antiguo Testamento para educar a la nación, no para cantar. Las canciones deben proyectar la próxima fase del plan de Dios. De manera que es imposible ser salmista sin saber qué es lo que exactamente está haciendo Dios hoy.

Dios no está haciendo necesariamente lo que tú estás viendo en tu lugar de residencia. Esa, en todo caso, es la parte que tú estás experimentando: Pero para saber lo que está haciendo Dios tendríamos que buscar un común denominador global.

Construir sin avanzar hacia adelante. Suena lindo, me bendice, pero no me lleva a ninguna parte. Babilonia. Ellos se establecieron en el medio del desierto. ¿Qué haces en el desierto? En el desierto, el agua no cae directamente. El agua caía en el río. Y el río más cercano les quedaba lejísimo.

Entonces tenían que usar bombas humanas, para bombear el agua hacia la ciudad. Babilonia no recibe revelación directa de Dios. La idea del tiempo, después que viene por bocas humanas, ya trae sabor a hombre. No reciben directamente, no son pioneros.

Por eso, la única solución que tienen las iglesias que están en el desierto, es juntase con otras iglesias que no están en el desierto. Hay iglesias-fuente, que producen. Hay tal cosa como mensajes que son nacidos y producidos en el espíritu de un hombre y son todo Dios. No son producto de haber leído un libro o escuchado un audio o visto un video.

Así que ahí donde llega el agua por esfuerzo humano, pierde su frescura y su habilidad de producir el mover de Dios. Son mensajes que ya están diluidos por el conocimiento humano. Deuteronomio 11. Aquí, Egipto representa tu previa fe o tu previo conocimiento.

(Deuteronomio 11: 10) = La tierra a la cual entras para tomarla no es como la tierra de Egipto, (La tierra de Egipto, aquí, es tu previo entendimiento de Dios. Será el mover carismático, la fe, la prosperidad, santidad, pentecostalismo, no sé dónde andas tú. Egipto representa tu previo conocimiento) de donde habéis salido, donde sembrabas tu semilla, y regabas con tu pie, como huerto de hortaliza.

Un mover que sólo produce hortalizas, es un mover que sólo produce tus intereses personales. DE allí estamos saliendo. ¿Hacia dónde?

(11) La tierra a la cual pasáis para tomarla es tierra de montes y de vegas, (No de llanura) que bebe las aguas de la lluvia del cielo; (No de la tuya); (12) la tierra de la cual Jehová tu Dios cuida; (No eres tú el que la cuida, es demasiado grande.) siempre están sobre ella los ojos de Jehová tu Dios, desde el principio del año hasta el fin.

Es mucha la gente que le tiene temor a esto, porque acá quien gobierna es Dios. Es demasiado profundo para estar bajo tu control. Y ahí es donde mucha gente tiene temor. Si saco las manos se me va todo a cualquier parte. Si quitas tus manos y se te daña, es que estuvo dañado todo el tiempo.

Estaban construyendo la torre para alcanzar los cielos. Esto nos habla del deseo de una falsa elevación. Ambiciones que son satisfechas por ministerios humanos. La palabra “torre” significa “hacernos importantes”. Gente que quiere ser reconocida, magnificar, hacerse de reputación.

Por eso es que no pueden seguir a Dios, porque para seguir a Dios lo primero que debes aceptar perder es tu reputación. No hay nadie en la Biblia que, luego de seguir a Dios, haya podido mantener su anterior reputación.

¡Estoy muy afligido, hermano! ¡Cómo iglesia estamos perdiendo reputación! – No le hace. ¿Perdiendo reputación con quién? Es por ese motivo que hemos creado títulos y vestimentas externas. Y eso siguiendo una moda casi calcada, casi estricta, muy similar al catolicismo romano.

Nos vestimos, adornamos y diagramamos de un modo para poder demostrar externamente que tenemos una autoridad que carece de sustancia interna. Es un mover falso que viene a sustituir al de los verdaderos apóstoles, que normalmente no tienen fama porque son fundamento. El fundamento de la casa nunca se ve, porque la casa está encima de ellos, pero son los que la cargan.

En la Biblia, los apóstoles nunca son famosos. En la Biblia, los apóstoles fueron presos políticos. “¡Soy apóstol, tengo veinticinco iglesias!” – Con todo respeto, yo cuestiono ese apostolado. Torres; quieren construir torres.

Hay un problema; Babilonia está tratando de alcanzar los cielos, cuando la verdadera ciudad desciende del cielo. Babilonia trabaja de abajo para arriba, y la nueva Jerusalén trabaja de arriba para abajo. Babilonia es cualquier cosa que rechaza el presente mover y hablar de Dios. Lo que Dios está diciendo hoy, lo rechaza.

Sustituye piedras con ladrillos. En 1 Reyes está la construcción de Salomón, que tipifica la paz del reino, que es lo que representa a nuestros tiempos, donde estamos tratando de producir una paz que solamente se declama y hasta se predica, pero no existe como tal.

 Lo que no siempre tenemos en cuenta que una paz sólo se produce como consecuencia de una guerra, no por discursos bonitos y emotivos. Por eso Cristo dijo que vino a traer una espada, y a dividir casas. Siempre pensé que si Cristo estuviera activo y ministrando, hoy, nadie lo invitaría a su iglesia.

Babilonia edifica con ladrillos. Y el ladrillo es hecho por moldes. Tiene que ver con clones. Viste a uno los vistes a todos. Se visten igual, cantan las mismas canciones, tienen los mismos programas, oran con las mismas palabras e inflexiones en la voz y repeticiones clásicas. Ladrillos de moldes.

El problema grave con el ladrillo es que no está entrelazado. Si le das a uno se cae uno. Las piedras no, le pegas a una y si logras tumbarlas, es porque se cayeron todas. Conforman una singularidad conforme a las propiedades de cada una.

Y son amarradas por fricción, no por mezcla. Ladrillos nos habla de que la relación es sintética, es política. La piedra, no. La piedra da relaciones por fricción, o sea: es una unidad real. Los ladrillos se hacen con moldes, es más fácil. Creamos un sistema, y graduamos a cinco mil todos los meses.

La piedra no, una a una. Ahí está el árbol, ahí está el tronco. Te vas más atrás, miras el tronco, descubres a ver qué figura trae ese tronco. No le impones una visión, sino que extraes lo que él ya trae adentro. Singularidad de expresión, en cada ministerio y en cada miembro. No somos todos iguales.

Singularidad. Multiforme sabiduría. Diversidad de dones. Diversidad de ministerios, eso es Dios. Babel no construye con piedra porque su ambición radica en el número. Por eso utiliza ladrillos. Entonces construyen con una velocidad casi imposible de sostener luego en el tiempo.

Cuando llega la tormenta se cae. ¡Y se cae! Y no dice “si viene la tormenta”, dice “cuando venga”, así que la tormenta ya está garantizada. No queremos ladrillos. Pregúntate de qué está construido tu ministerio. Pregúntatelo.

¿Tú estás hecho con moldes o estás maximizando el potencial que Dios te dio? La palabra te dice que instruyas al niño ¿En qué camino? En el camino del niño. Dice que debes instruirlo en su camino. ¡Es que yo quiero que sea abogado como yo! ¿Ah, sí? ¿Y si fue formado para ser mecánico? Su camino.

Si se lo impones o se lo exiges, como tantos padres lo han hecho, lo que vas a conseguir es que sea un pésimo abogado y que jamás pueda ser el excelente mecánico que estaba capacitado para ser por talento propio.

¿A cuánta gente le ha pasado esto? Abogados o médicos mediocres pero capaces de desarmarte un automóvil y arreglarlo de lo que sea. Podría haber formado una enorme empresa mecánica y eso le hubiera posibilitado llegar con la palabra de Dios a los sitios más recónditos, pero no pudo ser porque tú lo hiciste abogado de un estudio jurídico sin trabajo, a menos que lo cautive la delincuencia.

No se trata de estar formando gente con entrenamiento adquirido para manejo de la palabra, se trata de encontrar gente llena de Dios. Si Dios necesita un predicador, Él se encarga de sacarlo de donde esté. Así me sacó a mí de la ignorancia total para traerme a hacer esto. Gano de arena que suma. Minúscula célula del cuerpo. Pero miembro de Su cuerpo y Su Reino, nada menos.

No queremos más iglesias clonadas y diagramadas, queremos hijos de Dios en adoración en espíritu y en verdad. Hay una iglesia en cada esquina de la ciudad, y la ciudad sigue igual; ¿Cómo te lo explicas? ¿Cómo explicamos al incrédulo que en cada esquina hay una iglesia y la ciudad se sigue degenerando, corrompiendo y drogando?

Es más que obvio que hace falta una reforma. Triste realidad. Bloques. Los bloques son hechos por hombres. No hay relación, no hay individualidad. La palabra dice que nosotros somos piedras vivas, no bloques ni ladrillos.

¿Por qué nos llama piedras vivas? Porque los edificios del Señor se construyen de piedra, porque esa es la única construcción que garantiza permanecer para siempre. Cuando tú edificas con piedra, estás edificando transgeneracionalmente.

Estás edificando algo que es más grande que tú y que no es para ti. La gente son ovejas del Señor, no tuyas. A ti, si eres ministro, te tocará acompañarlas durante una parte de sus vidas. Tu ministerio es exactamente la longitud de tu vida, no un seminario.

Y construyendo para Dios, no para ti. ¿Por qué me dice esto, hermano, si yo apenas soy un simple espectador? Porque tal vez puedas ser uno de los elegidos para conducir y ser punto de referencia mañana. Si fue capaz de hacer algo útil conmigo, no dudo que también podría hacerlo contigo.

Se pasó aquel tiempo donde predicábamos para toda la iglesia y luego, en un apartado especial, algo más fuerte para los líderes. Hoy ya no hacemos esa diferencia. Al menos los que anhelamos Reino. Los mensajes, sean cuales fueren, siempre son para todos por igual, lo entiendan o no lo entiendan, lo crean o no lo crean. En tiempo y fuera de tiempo.

Motivados por grandeza personal. O sea que lo que impulsó la Torre de Babel, fue competencia. Orgullo humano, indulgencia. Otra cosa que significa Babilonia es desparramar, desplazar. Causar división. Provocar y difundir confusión. Tener pensamientos no coherentes.

(Jeremías 39: 1) = en el noveno año de Sedequías rey de Judá, en el mes décimo, vino Nabucodonosor rey de Babilonia con todo su ejército contra Jerusalén, (Contra la iglesia) y la sitiaron.

(2) Y en el undécimo año de Sedequías, en el mes cuarto, a los nueve días del mes se abrió brecha en el muro de la ciudad. (Nota como Babilonia le pone sitio a la iglesia. Aquí Jerusalén es la iglesia, observa el procedimiento.)

(3) Y entraron todos los príncipes del rey de Babilonia, y acamparon a la puerta de en medio; Nergal-sarezer, Samgar-nebo, Sarsequim el Rabsaris, Nergal-sarezer el Rabmag y todos los demás príncipes del rey de Babilonia.

(4) Y viéndolos Sedequías rey de Judá y todos los hombres de guerra, huyeron (Todos los hombres de guerra huyeron, todos los hombres de guerra huyeron) y salieron de noche de la ciudad por el camino del huerto del rey, por la puerta entre los dos muros, y salió el rey por el camino del Arabá.

(5) Pero el ejército de los caldeos los siguió, y alcanzaron a Sedequías en los llanos de Jericó; ¿Dónde lo alcanzaron? En llanuras, si estuvieran en elevaciones, no los alcanzan.) y le tomaron, y le hicieron subir a Ribla en tierra de Hamat, donde estaba Nabucodonosor rey de Babilonia, y le sentenció. (Nota que Babilonia sí estaba alta).

(6) Y degolló el rey de Babilonia a los hijos de Sedequías en presencia de este en Ribla, haciendo asimismo degollar el rey de Babilonia a todos los nobles de Judá.

(7) Y sacó los ojos del rey Sedequías, y le aprisionó con grillos para llevarle a Babilonia.

Fíjate; en primera instancia, te pone sitio. Luego te penetra. Y luego, ocupa las puertas. Te sitia, te penetra y ocupa las puertas. Babilonia se mete en el ADN de la iglesia. Se mete en la psiquis de la iglesia. Babilonia no es algo que acontece en un culto, es algo que ya viene en el procesador de la computadora del ministerio, y afecta todo lo que la iglesia hace.

Normalmente viene en forma de doctrina. Es su suero. Se mete al epicentro de tu vida. Por eso es que necesitamos fundamento apostólico. Eso no es un ministerio. También es algo que va en el procesador de la computadora: antivirus.

El fundamento apostólico es el antivirus de la religión. Porque son simétricamente opuestos. Cuando entiendes los propósitos y los patrones de Dios, y el suero entra, algo suena adentro como si fuera una alarma y no lo permite.

En el verso 13 llevan a los príncipes. Babilonia busca a la gente que tiene potencial en la iglesia. Se llevan a los príncipes. Te sacan de tu fortaleza, te sacan de tu ciudad, o sea: el área donde tú eres fuerte, Babilonia te hace salir  de ahí.

Me contaron de un caso de un ministerio que tiene a un hombre joven como pianista, que en su juventud pensaba estudiar ciencias económicas porque tenía un enorme talento para eso. Pidieron consejo pastoral y le dijeron que no, que mejor pensara en algo para servir al Señor porque Cristo venía ya.

Entonces él tomó la decisión de ponerse a tocar el piano en lugar de ir a la universidad. Si Cristo venía ya, mejor era que lo encontrara tocando el piano en la iglesia y no estudiando economía. Hoy tenemos un pianista mediocre en lugar de un economista brillante que estaba capacitado para ser.

Babilonia hace eso. Destruye familias, destruye matrimonios, destruye el futuro de tus hijos, con conceptos errados de Dios. Te saca afuera. Dice que te lleva fuera de tu ciudad, fuera de donde estás acostumbrado a operar. Te saca de donde Dios te ha hecho, para convertirte en otro bloque más.

No hay cosa que produzca más cosquilla que ver a un latino varón, que por naturaleza somos más rústicos que suaves, comportarse en la iglesia como si fueran mariposas escuálidas. ¿Quién les enseñó que eso es santidad?

Entonces, un domingo por la mañana, ese hombre va rumbo a su templo y se encuentra con un amigo de la infancia. Le habla un rato y, finalmente, le dice que tiene que convertirse a Jesucristo y venir con él a la iglesia. El amigo lo mira con afecto pero con firmeza y le responde: ¿Para pasar a ser como tú? ¡No, gracias! Testimonio.

Nadie dice que debamos ser brutos, pero sí que debemos ser auténticos. Porque de otro modo siempre vamos a estar los mismos allí. El tiempo cambia, pero nuestra estructura, no. Los vientos podrán soplar en otra dirección, pero nuestra estructura es la misma.

Entramos al tercer milenio, y seguimos construyendo iguales. Te exponen la ciudad, te dejan una generación de referentes sin visión. ¿Qué tenemos que hacer para vencer estas posiciones que a veces se manifiestan en nosotros mismos porque es lo que estábamos acostumbrados a hacer?

(Salmo 137: 4) = ¿Cómo cantaremos cántico a Jehová en tierra de extraños?

(5) Si me olvidare de ti, oh Jerusalén, pierda mi diestra su destreza.

(6) Mi lengua se pegue a mi paladar, si de ti no me acordare; si no enalteciere a Jerusalén como preferente asunto de mi alegría.

Aquí hay una implicación negativa de donde puedes extraer un principio positivo. Dice que como puedes cantar un cántico en tierra extraña. Eso lo dijeron cuando estaban en Babilonia. Lo que esto significa, es: que no seas impactado por Babilonia y que no se te olvide Jerusalén.

Que no se te olvide el verdadero principio de Dios. Mantén tu mente fija en lo que Dios quiere hacer. Daniel tuvo que hacer eso. Daniel estuvo en Babilonia. Y uno dice: ¡Oh, qué linda la gracia de Daniel! ¡Cómo Dios bendijo a Daniel! Daniel tuvo que vivir una vida estratégica, y él tuvo que, deliberadamente, planificar estratégicamente cómo la iba a hacer.

Él, deliberadamente, se negó a ingerir los alimentos de Babilonia. Él, deliberadamente, construyó una ventana en contra de la póliza, y la puso mirando hacia Jerusalén. Deliberadamente, a la hora que él sabía que lo iban a estar mirando, oraba en contra del decreto. Hay veces que para establecer el principio de Dios, tienes que construir tu vida deliberadamente. No tropieces con el mañana, diséñalo.

¿Qué vas a hacer en cinco años, y cómo piensas llegar? Anótalo, e invierte en eso. ¿Cómo voy a prosperar mi familia? No tropieces con mañana, Babilonia es así. La ciudad de Dios, no. Si yo descubriera que luego de escucharme durante un año no has crecido, te sugeriría que no me escuches más y vayas a buscar a otro.

Babilonia no tiene jornada, los hijos de Dios, sí. Luego se nos dice que se le pegue la  lengua en el paladar si no se acuerda de Jerusalén. Eso significa que debes mantenerte en el propósito. Y dice que exaltes el propósito de Dios sobre todo asunto en tu vida.

Milita por la consumación del propósito de Dios. Juan 4 dice: mi comida es hacer y terminar la obra de Dios. Mi comida, mi combustible, mi inspiración, mi inercia, mi nutrición, lo que me levanta cada mañana, lo que me hace ir a trabajar, lo que me señala claramente con quien me caso, lo que me dicta cuántos hijos tengo, es hacer y terminar la obra de Dios.

No tengo dos vidas, sólo tengo una. Es la obra de Dios. Yo no visito la obra de Dios, soy la obra de Dios. Babilonia viene a la iglesia, Jerusalén es la iglesia. Satanás no tiene problemas en que hagas lo que mejor te parezca, pero lo que no quiere es que termines.

Ve a la iglesia todo lo que se te ocurra, pero no termines. Canta, lee tu Biblia, danza, haz lo que quieras, pero que no se acabe tu jornada. Ten la forma de la mejor manera, pero no el poder. Por eso esa tristeza que inunda tantos ojos.

No te acostumbres a esa vida mediocre, compárate contigo mismo, no con el vecino. Y si no te gusta lo que ves, cambia. Si a ti no te gusta tu condición presente, me temo que vas a tener que hacer algo diferente para cambiarla. Porque haciendo lo mismo, no se llega a resultados diferentes.

Porque si tú haces una encuesta, verás que la mayoría de la gente quiere un resultado diferente. Pero esa misma mayoría después te demuestra que no quiere cambiar. ¿Queremos un mañana diferente? No te queda otra que cambiar el hoy.

Todo lo que estábamos haciendo hasta hoy tiene que cambiar, para que lo que hagamos mañana sea diferente. Y el cambio siempre es incómodo. Requiere disciplina, apoyo moral, fuerza, volver a aprender. Es complicado, pero si no lo hacemos, tenemos garantizado que mañana será exactamente igual a hoy.

Olvídate de la doctrina. En tu casa va a hacer igualito que hoy. Si en tu trabajo tú no cambias lo que estás haciendo, no te actualizas o aprendes algo nuevo, dentro de cuatro o cinco años te van a bajar el salario. Y eso, en el mejor de los casos. No declaremos el peor.

No hace falta profetizarte. ¿Cuántos ven que el cambio es necesario? Es el curso natural de la vida. Cambio constante. Todo lo que tiene vida, cambia. Los hijos, las flores, los animales, crecen y cambian. Hasta las estaciones del año cambian.

Y si todo cambia, lo más lógico y coherente sería que la iglesia también cambiara. Pero no está ocurriendo, ¿Será porque está dormida? ¿O porque está moribunda? Si la iglesia está viva, entonces cambia. ¿Me ayudas a ayudar a que cambie? Sólo acepta y cree esto, luego ponlo por obra, y finalmente repítelo textualmente. No me debes nada.

Finalmente, rompe los límites establecidos por tus antepasados. Ama y respeta aquellos parámetros establecidos, pero ahora rómpelos. Sé más grande que tu padre. Sé más grande que tu madre. El verdadero padre, quiere que sus hijos sean mejores que él.

El verdadero ministro, quiere que su gente ministre y predique mejor que él. Porque el verdadero ministro, ese sacerdote según el orden de Melquisedec, lo que más desea es que mañana tú seas más grande que él. Por grande que él te pueda parecer hoy.

Comentarios o consultas a tiempodevictoria@yahoo.com.ar

enero 1, 2015 Néstor Martínez