Desenredando las Raíces

(Gálatas 4: 22-26)= Porque está escrito que Abraham tuvo dos hijos: uno de la esclava, el otro de la libre. Pero el de la esclava nació según la carne; mas el de la libre por la promesa.

Lo cual es una alegoría. (No estamos hablando de Sara o Abraham. No estamos hablando de ella ni nos interesa su hijo en este momento. Estamos usando la historia para revelar un principio. Es una alegoría, una metáfora, una similitud, es un ejemplo.

Le estoy hablando en forma de parábolas. Quite los ojos del pasado y atienda, estoy hablando con usted, a solas, y estoy tratando de explicarle, a través de esta situación, que es lo que ocurrió)

…pues estas mujeres son los dos pactos; el uno proviene del monte Sinaí, (Un monte literal que hay en Arabia), el cual da hijos para esclavitud; (Esto es muy importante porque ahora dice que en aquel lado lo que hay es esclavitud)

…este es Agar. (No lo compara con Sara aunque aquello es Jerusalén, la compara con Agar. Esto es deprimente para la mente de algunos) …porque Agar es el monte Sinaí en Arabia, y corresponde a la Jerusalén actual…

(Ahora dice que la Jerusalén actual, con todos los judíos, es comparada con Agar y no con Sara. Con carne y no con espíritu; con esclavitud y no con libertad) …pues esta, junto con sus hijos, está en esclavitud. Más la Jerusalén de arriba, la cual es madre de todos nosotros, es libre.

(Gálatas 4: 28)= Así que hermanos, nosotros como Isaac, somos hijos de la promesa. (Aquí vuelve a comparar. “De la misma manea que”. ¿Qué quiere decir? ¿A qué se refiere? Isaac es hijo de promesa, nacido por espíritu, nosotros hijos de promesa, engendrados por el Espíritu. Una analogía.

(Gálatas 4: 29)= Pero como entonces el que había nacido según la carne perseguía al que había nacido según el Espíritu, así también ahora. (Noten que la guerra sigue igual, las cosas espirituales, una vez que se ejercen, automáticamente, producen una milicia contra las cosas carnales.

Fíjese que no había problemas con Ismael, hasta que nació Isaac. Era maravilloso, hasta que nació el propósito de Dios, no había problemas en la iglesia, hasta que se reveló el propósito. Cuando se reveló el propósito, entonces comenzó la guerra.)

(Gálatas 4: 30)= Mas, ¿Qué dice la Escritura? Echa fuera la esclava y a su hijo, porque no heredará el hijo de la esclava con el hijo de la libre.

Aquí vemos a dos mujeres, dos hijos, dos montes, dos ciudades. La primera raíz es el sistema del mundo; referido a todos los canales que influyen en nuestra mente: televisión, patrones, imágenes, ídolos, ambientes, la cantidad de amor que recibimos en nuestra vida, la falta de amor, la información, el periódico, la educación, la música. Todas las fuentes de entrada se identifican con el sistema del mundo, o el sistema carnal.

Agar es el sistema de la carne, natural o terrenal. Estamos viviendo en una hora donde si provee usted para la carne, la va a tener que mantener. Dios no tuvo problemas en que Ismael naciera, pero Abraham tuvo que cuidar de él.

Es tiempo de cortar todas las experiencias naturales, no depender del ritualismo y no desviarse del pacto de la promesa. Nada que usted haga en esta hora debe ser hecho fuera del pacto de la promesa de Dios.

Porque para conseguir alivio de la tormenta que viene sobre la tierra, el soplo de Dios que va a conmover todos los reinos hechos por hombres, lo único que le va a hacer sobrevivir esta circunstancia, es el arca de Dios.

No es tiempo de buscar fuera de los principios bíblicos para aliviar nuestras circunstancias. Es tiempo de duplicar nuestro conocimiento y entrar en él. No hay nada mal – por ejemplo -, en la psicología como herramienta de ayuda en la iglesia. Sí lo hay cuando reemplaza al Espíritu Santo.

Recuerden que la tormenta que viene sobre la tierra la trae Dios, no Satanás. Satanás no tiene poder para zamarrear a la iglesia. Ya él dijo en Mateo 16:19 que las puertas del infierno no prevalecen contra la iglesia. 

Entiéndase bien, por favor, ya que no hacerlo podrá ser motivo se frustraciones y amarguras. Satanás no prevalece contra la iglesia. Contra un gran caudal de congregaciones evangélicas, evidentemente que sí prevalece, a veces. Dios es quien se está moviendo, y el juicio comienza por la casa de Dios.

Luego habla de dos ciudades; habla de la ciudad de abajo, (Jerusalén actual) y la Jerusalén de arriba. La de abajo, es muy interesante como fue habitada. Cuando los hijos de Dios fueron a Jerusalén, la primera tribu que entra es Benjamín y decidió no despojar la tierra de todos los gigantes.

Así algunos creyentes, que con la garantía de que no van al infierno ya se conforman y se dan por satisfechos. Pero el resto de los gigantes nos acosan toda la vida y ellos no quieren despojar la tierra. Viven en depresión, viven en batalla, siempre están luchando, y claman que tienen victoria pero sólo de boca.

La tribu de Benjamín, entonces, cohabitó con los jebuseos que estaban en la tierra, por no librar a la tierra de sus enemigos. Esto produce una mezcla de lo santo y lo profano, de lo bueno y de lo malo, de victoria y de derrota, de hierro y de barro.

Cuando la iglesia cohabita con el sistema del mundo, tiene un fundamento falso. Esa es la historia de la Jerusalén de abajo: produce personas de doble ánimo. A veces estamos bien, a veces estamos mal. De pronto el cenit, de pronto el abismo.

Quizás voy, quizás no voy nada. A lo mejor doy algo, a lo mejor no doy nada. De doble ánimo, no tienen convicción personal. ¿Sabe cuanta gente lee la Biblia? Millones. ¿Saben cuanta de esa gente cree que la Biblia es la Palabra de Dios? Menos del diez por ciento.

¿Sabe cuanta gente cristiana predica con pulcritud, eficiencia y sin apartarse una coma de lo que está escrito en la Biblia? Miles. ¿Sabe cuanta gente que predica todo eso, en el fondo de su corazón, todavía no han terminado de creer en la realidad de lo que predican? Cientos.

Hacen y hacen lo que está correcto, pero no le colocan el máximo ingrediente que el mundo incrédulo está esperando ver para poder atreverse a creer: convicción. Todo lo que hacen lo hacen sin convicción. Es como el vendedor que no usa el producto que vende. ¿Sabes qué? No vende nada…

Si usted es vendedor y pasa por mi casa y toca a mi puerta, y cuando yo lo atiendo me doy cuenta que usted no utiliza en absoluto lo que está ofreciéndome, conmigo no come. Un par de pregunta si me doy cuenta en el acto si lo que vende es bueno porque lo ha comprobado o es un casete que le pusieron en la cabeza.

Bien; asimismo, hay predicadores que predican lo que no entienden; no pueden tener autoridad en el púlpito. No lo entienden, no lo viven y no funciona para ellos, pero quieren metérselo por los ojos a los demás. Tampoco funciona. Los demás serán impíos, incrédulos y hasta muy pecadores, pero no son idiotas.

Entonces habla de la Jerusalén de arriba. La de abajo produce atadura, limitación cautiverio. Estar influenciado por la Jerusalén de abajo, esto es: el sistema de abajo, es vivir bajo el dominio de otro; es ser esclavo de la vida.

Yo vivo la vida, no soy esclavo de ella. En mi vida hay lucha, pero no lucho por vida; tengo vida en abundancia. No comenzó así, tuve que destruir dos o tres fortalezas también para llegar a eso.

Todo el clamor del que está influenciado por la Jerusalén de abajo, gira en derredor de la libertad de ellos. “Señor, ten misericordia de MI!! LIBRAME de este problema!! Mira MIS hijos!!! ¡¡Señor!! ¡No puedo pagar MIS deudas!! Señor ¡¡AYUDAME!!

Es un mundo egoísta. Bien lo dijo el Señor cuando dijo: …El que busca salvar su vida, ese la va a perder. Pero el que acaba de perderla, ese gana todo. Bien sencillo, pero es la raíz del reino que todavía no entendemos.

Dice en el libro de Eclesiastés, en el capítulo 9 y versos 11 y 12, que estamos atrapados en una red. En una mala red. En una detestable y horrible red. Como cuando un pez cae en una red y está luchando por zafarse de esa prisión.

Ahora, la Jerusalén de arriba, es muy interesante. El de abajo es un hombre de doble ánimo; ese no consigue nada de Dios, dice Santiago. Estamos viviendo en una hora donde no se puede esconder ninguna iniquidad.

Nada debe ni puede quedar fuera de la vista de Dios. Porque de todos modos, el fuego de la revelación va a destapar toda la obra del hombre y va a quemar con la Palabra todo lo que no es de Dios y va a ser expuesta toda obstinación y toda rebeldía en esta hora.

Motivaciones y ambiciones personales, por ejemplo. Muchos se pasan discutiendo puntos de vista escatológicos. ¿Sabe usted cual es la raíz de su motivación? Todo el mundo quiere saber qué tan lejos de la verdad puede caminar. ¿Le parece que no? Examínese.

Que tanto puedo yo inmiscuirme en las cosas de este mundo sin perderme. Qué puedo y qué no puedo hacer para no perder el bus que va yo no sé donde, pero es ese bus que vuela. Como me puedo comportar y aún no perder mi entrada.

Entonces la pregunta es: ¿Tengo tiempo o no tengo tiempo? ¿Me quedo y atravieso o me voy antes? Es muy interesante ver que la Palabra dice que los cobardes no entran, hay cosas que no necesitan interpretación: Co-bar-de. Y para salir corriendo no hay que ser valiente.

Pretenden caminar por la cuerda floja y, pese a ello, vivir. No es tiempo de apelar a tus conocimientos de natación. Es tiempo de sumergirse en las aguas de Dios y dejar que Dios lo lleve. Porque es solamente en las aguas bien profundas en donde hay buena pesca.

La Palabra nos está diciendo con meridiana claridad que estas dos ciudades simbólicas, producen dos hijos, dos frutos, dos tipos de sistemas; el uno de esclavitud y el otro de libertad. Usted va a tener la opción porque nadie pasa la eternidad donde no quiere. Un hijo hereda, el otro no hereda.

Ahora, está hablando de la Jerusalén de arriba, y noten que dice “de arriba”, es decir, el término comparativo, habla de que es un grado alto. Denota la fuente de su origen, no su posición. Muy importante, porque estamos hablando de ser influenciados de un sistema distinto, de una nueva ciudad.

Somos nacidos de arriba. Somos conciudadanos de la familia de Dios. Entonces nuestro estilo de vida, – y no hablo de santidad -, quiten esa fortaleza de allí. Se supone que usted sea santo. No podemos ni siquiera hablar con usted si no lo es.

Ese es el principio, primer grado, se acabó: gradúese. La Palabra dice:…Fueron predestinados desde antes de la fundación del mundo para que fueran santos… Dios no se asombra de su santidad!! Él dice: ¡Era hora! ¡Ahora puedo hacer algo contigo!

Cuando usted decide ser santo, Dios mira hacia abajo, se rasca su venerable nuca y dice: ¡Qué bien! ¡Ya era tiempo! Ahora sí podemos comenzar. La santidad no es un lugar cumbre al que hay que llegar, es la base de todas nuestras operaciones. Y no haremos una doctrina de ella.

Estamos hablando de ser influenciados por un sistema, una legislación, un conjunto de principios que provienen de otra ciudad que tiene otro rey, pero que funciona aquí. Si no funcionaría aquí, ¿Para qué nos salvó y nos dejó aquí? Debemos predicar con lógica para quebrar también la mente.

¿Cuál es la implicación? Que en verdad Cristo no es bien bueno sino que Él es medio juguetón, medio tramposo. Porque parece que Él nos engañó; dijo que venía ya mismo, y lleva dos mil años y no llega. Si yo le hago eso, usted no me habla más.

La Jerusalén de arriba: la referencia Isaías 2:2 nos dice que …En los últimos días, la casa de Jehová será establecida como cabeza, arriba de las demás. Ahora también dice que esa ciudad es madre. Y la madre da a luz.

Esto significa que, somos nacidos de arriba. Entonces la madre es la que cuida. Moramos bajo la sombra del Altísimo, ¿No es así? Entonces estamos dispuestos a ser protegidos o cuidados por la Jerusalén de arriba. ¿Tan complicado es esto que no se puede entender y creer?

La madre es la que nutre y alimenta, es decir: toda la fuente que entra a un ser, viene de la madre. Y la madre nuestra está arriba, no abajo. Sólo que estamos llenos de la porquería de abajo. Algunos, cuando se les dice “Leamos el pasaje Tal de Tal libro” tardan tanto en ubicarlo que, cuando lo hacen, el predicador ya terminó su lectura. Se delató: nunca había visto ese libro en su vida.

La madre es la que protege, pero la madre, también, es la que prepara para el futuro. Esto es, la madre, cuando el padre comunica la visión, es la responsable de impartir la misma visión en la próxima generación.

Esto es importante porque del padre a la madre, (Hablamos del padre a la iglesia, o de Cristo y la iglesia, o de Adán y Eva, que es la misma tipología) pasa la orden de la dirección que se debe implementar, nosotros recibimos la visión de Dios con respecto a la dirección que debemos comunicarle al mundo, pero ocurre que dentro del mundo, a veces, los más perdidos somos nosotros.

Porque dice que somos sal de la tierra  y la sal preserva, pero nosotros no estamos preservando nada, al contrario, lo tenemos condenado a estallar. Y luz, iluminación, sabiduría del mundo o del sistema, es decir: tener la respuesta a la problemática.

Si yo le preguntara a usted qué tiene usted para ofrecerle al mundo, usted me diría “A Cristo”. Pero la Biblia no le dice que le ofrezcas a Cristo a nadie en ninguna parte. El mundo quiere soluciones prácticas.

De la única manera que nosotros podemos traer al mundo soluciones prácticas, es siendo testigos o testimonios vivientes, es decir: demostrando que dentro de este planeta, hay un sistema de principios que funciona mejor que el de ellos. Sólo que el nuestro, siempre anda detrás.

Cristo, en una ocasión, cuando fue enjuiciado, le dijo a  la autoridad: …Mi reino no es de este mundo…y en la escritura original dice: “Ahora”. Esto es: la influencia y mi poder no provienen de este sistema, así que haz lo que tienes que hacer, pero ya; va a ser de arriba, de abajo y de todas partes.

Ahora, recuerden, estamos hablando del sistema de abajo, de la Jerusalén de abajo. Educación, los valores, las presiones que usted tiene en su vida, el ambiente, toda la influencia que afecta su estilo de vida. Sin embargo, su voluntad no puede ser quebrada por nada ni nadie. “¡Es que fui obligado!” Mentira. Nadie puede obligar su voluntad. Usted la somete o no.

Sí, en cambio, desarrollamos seguridades e inseguridades y somos sensibles a comentarios. Pregúntese por qué. Porque nacemos dentro de este sistema. Somos sensibles a las cosas que nos pasan dentro de este sistema y, por medio de ellas, como resultado de esa sensibilidad, diseñamos o vamos formulando ideas que producen patrones de estilo de nuestra vida.

Ahora: tenemos ciertos niveles de flexibilidad. Por ejemplo, una persona anciana, no va a aprender lo mismo que un joven. Es más; un niño, en dos años de escuela, aprende más que en el resto de su vida.

A veces somos muy fuertes con ellos creyendo que no han aprendido nada y en esos dos años aprendieron más que usted en los últimos diez. Aprenden a hablar, vocabulario, números, cosas ajenas a su cerebro que nunca habían visto antes. Usted lleva mil años en la iglesia leyendo el mismo libro y todavía no lo sabe.

Su mente asume una identidad de acuerdo con la información que obtiene. Por ejemplo: personas que fueron abusadas de niños, sexualmente molestados, sean mujer u hombre, lo más normal es que formulen una opinión propia de hombres o mujeres de acuerdo con esas experiencias.

Eso produce una fortaleza en sus vidas que a lo mejor hoy, todavía, está distorsionando gravemente sus matrimonios. Aunque usted sea salvo, esto puede suceder. O quizás un acto de violencia en su vida ha producido un shock que hoy le imposibilita obrar en un caso de emergencia.

2 Corintios 5 dice que somos nuevas criaturas. También se nos dice, en el mismo lugar, (Y en otros se repite y amplía), que nuestros sentimientos y nuestras emociones deben ser renovados. Entienda. Dios lo saca de Egipto para introducirlo a un lugar, no para dejarlo a usted en medio de la intemperie.

Otra de las raíces son las experiencias de la vida. Son, ni más ni menos que nuestras conclusiones personales, a las cuales nosotros llamamos “realidad”. Es decir: basados en ciertas experiencias, determinamos lo que es o lo que no es real.

Por ejemplo, yo podría decirle a usted que la llenura del Espíritu Santo es real en mi vida. ¿Por qué? Porque yo lo experimenté. Pero si jamás lo hubiera experimentado, nunca podría decirle que es real. ¿Entiende lo que quiero decirle?

Usted puede ir a una persona y decirle: “Quiero que vayas a la iglesia”. Y esa persona, aunque quiera algo de Dios, no va. ¿Por qué? Porque tiene una construcción, una fortaleza levantada contra la iglesia a raíz de una experiencia negativa, legalista, donde encontró gente que le prohibía o demandaba cosas sin darle la menor alternativa.

Para él, (O ella), esa es la realidad, aunque para usted, que está en la misma congregación, la experiencia pueda haber sido totalmente distinta. O a lo mejor es la misma, aunque por hipocresía no lo muestra y se la pasa proclamando una victoria que en verdad no vive. No se gaste. El mundo discierne eso.

Para extraer los principios de la Jerusalén de arriba y meterlos a este mundo, debemos estimar las palabras de la Biblia como puertas de entrada al reino, no como: “¡¡Qué bonito tu mensaje, Dios te bendiga!!” ¡¡¡No son mensajes!!!

Entienda: no son mensajes, son principios para tener victoria hoy, si los aplica en su vida. La oratoria, el discurso o el meollo de quien predica el reino es de todo menos bonitos mensajes. La predicación del reino incomoda a la gente.

Todo es teoría y doctrina hasta que usted lo experimenta. Hay un reino que en verdad es real y une al cielo y la tierra ahora. Es otro asunto, luego, si usted está dispuesto a creerlo o a no creerlo. Por eso Él dijo: Venga tu reino.

Para derribar la realidad de este mundo, tenemos que operar, tenemos que apropiar en nuestra vidas a Romanos 3:4, que dice que …todo hombre no sea un mentiroso y que la Palabra de Dios sea SÍ y AMÉN.

Usted tiene que entender que nadie va a determinar de hoy en adelante su estilo de vida. La opinión de ningún hombre lo va a afectar. Quizás un día, en la escuela secundaria, en un examen, un profesor lo calificó a usted como mediocre.

Entonces le otorgaron un promedio mediocre, se va de la escuela como un estudiante mediocre, va a la universidad y se gradúa como mediocre, después accede a un trabajo mediocre, un noviazgo y un matrimonio mediocre y termina teniendo un sepelio, también, mediocre.

Es decir que usted ha tenido toda una vida de mediocridad porque, un día, un cualquiera lo calificó con una nota mediocre. ¿Quién era ese para determinar su potencial? A su potencial lo determina Dios porque Dios lo creó. Y el potencial es fuente de origen, no de la educación.

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enero 1, 2015 Néstor Martínez