Conociendo Nuestras Armas…

Vamos a ver un ejemplo simple: Si usted tiene dos hijos y enfrenta una situación donde es agredido, y no le queda otra solución que entrar en un conflicto armado, usted, ¿Enviaría a sus hijos a pelear por lo que es de ellos, total y absolutamente desarmados?

Aún más: ¿Les exigiría tener victoria en esas condiciones? Bien; muchos cristianos todavía están convencidos que Dios, ese Padre de amor por encima de todas sus demás particularidades, los ha enviado a pelear contra Satanás sin armas, sólo con la intencionalidad de hacer un buen papel.

 Y aún así, esperan ganar. ¿En qué ejército incomprensible eso podría darse así? ¿Tanto nos cuesta aceptar que hay guerra primero, y que en una guerra es lo más normal del mundo ver a gente armada?

Fortalecerse en el Señor

(Efesios 6: 10)= Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza.

Esto nos indica que somos débiles y que por eso se nos exhorta. En nosotros no hay capacidad ni fortaleza para resistir a los poderes de las tinieblas. Si no tomamos conciencia de esto, en medio de la batalla trataremos de resolver muchas cosas a nuestro modo y con nuestra humana capacidad.

El enemigo, entonces, hará caer temor sobre nosotros, porque estaremos comprobando su fortaleza en nosotros y eso nos hará dudar de nuestra capacidad. Ser fuertes en el señor implica no tener temor porque conocemos SU fortaleza en nosotros.

Además, también implica recibir poder, tener la unción del Espíritu Santo y depender de Él. Conocer plenamente que nuestra fuerza se basa en la persona de Jesucristo, no en algún principio, método o técnica.

Nuestra fuerza es SU fuerza. Nuestra victoria es SU victoria. Vemos esa realidad en Jesús en “su autoridad y poder para hacer milagros”; su justicia y victoria sobre la tentación; como se enfrentó al pecado y al maligno, en fin, como enfrentó cada una de las circunstancias de la vida.

Para tener ese poder necesitamos alimentar permanentemente nuestro espíritu: ¿Cómo hacerlo? Entre otras cosas: orando, leyendo y escudriñando la Biblia; estando en el culto al Señor; teniendo comunión con los hermanos, etc.

La Efectividad de la Armadura Espiritual

(Efesios 6: 13)= Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes.

La palabra RESISTIR, aquí, es la palabra ANTHISTEMI. Podemos compararla con “antiestamina”. De ANTI, que es CONTRA, e HISTEMI, que se traduce como RESISTENCIA. El verbo sugiere oposición vigorosa, resistencia valiente, colocarse frente a frente contra un adversario, mantenerse uno en su terreno.

En este caso ANTHISTEMI nos está señalando con total claridad y absoluta certeza, que con la autoridad y las armas espirituales que nos son concedidas podemos resistir perfectamente a las fuerzas del mal.

(14) Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia, (15) y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz.

(16) Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno.

(17) Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios

La guerra sigue. No importa cuantas batallas peleemos, por lo cual debemos estar siempre preparados y, dado que es una guerra espiritual, la Palabra nos dice que nuestras armas también tendrán que ser espirituales.

La armadura del soldado romano, usada como ilustración por Pablo, era una armadura excelente pero, para serlo totalmente, tenía que tener colocadas todas sus partes, y estas debían estar en condiciones, pues si por ejemplo, una correa de su sandalia que se rompiera, podía hacer trastabillar y aún caer, lo que significaba una muerte casi segura.

De igual manera, nosotros debemos tener mucho cuidado de usar toda nuestra armadura espiritual, y que además, esté en condiciones. Si hay cosas que no están bien con el Padre o con el prójimo, como falta de oración, de arrepentimiento, presencia de resentimientos, enemistades, pecados, etc., la armadura comenzará a presentar “agujeros”.

Y será precisamente por esos “agujeros”, por esas brechas, que el enemigo atacará eficazmente y, en lugar de ir “de victoria en victoria” con Cristo, podemos ir de derrota en derrota ante las huestes satánicas. Algunas veces podemos llegar a salir de una pelea muy mal heridos y, en algunos casos, aún podríamos morir.

EL CINTURÓN DE LA VERDAD:

La armadura en cuestión tenía entre quince y veinte centímetros de ancho y se colocaba alrededor de la cintura. Era una de las partes más importantes, porque todo lo demás se ataba a él. Si no estaba bien puesto, la armadura no estaba segura.

La Verdad no es un concepto, es una persona: Cristo. Si Él no está, no hay verdad alguna. Como el cinturón debe rodearnos y ser aplicada a toda nuestra vida. Solamente la Verdad nos hará libres y, para eso, debemos morir a nuestras propias verdades.

¿Y qué son los “agujeros” que mencionábamos? Pueden ser varias cosas: mentiras, engaños de palabra o de formas de vida, prácticas ocultistas aunque sea por ignorancia, no hacer morir nuestros puntos de vista cuando no son los puntos de vista de Dios, excusarnos por pecados y debilidades y decir que son culpa del diablo, etc. Recuerde: Satanás es “padre de mentira”.

LA CORAZA DE JUSTICIA:

La coraza se hacía de bronce y se cubría con cuero muy resistente. Protegía una parte vital: el corazón. No protegía la espalda. El soldado jamás podría dar la espalda para huir o simplemente por descuido porque indefectiblemente moría.

Hay un texto que respalda esto en Hebreos 10:38 donde podemos leer: Más el justo vivirá por fe, y si retrocediere, no agradará a mi alma.

En el corazón están los afectos y sentimientos. Y Jesús dijo que desde allí salen los malos pensamientos y muchos otros pecados. Por eso debemos pedir a Dios que examine nuestro corazón, y que nos de un corazón como el de Cristo, que es tener el Fruto del Espíritu. Para ser oídos debemos ser libres de toda iniquidad.

La Palabra define como “justicia” la obediencia a la voluntad revelada de Dios. Usar la “coraza de justicia” es aceptar obedecer, voluntariamente, la soberana voluntad de Dios, lo que sólo se logra con una entrega completa a Cristo como Señor. Recordemos que nuestra justicia no sirve, pues delante de Dios es “como trapos de inmundicia”.

Si bien es cierto que la conducta surge de sentimientos, también lo es que la conducta genera sentimientos. Por eso debemos perdonar, porque Dios lo exige, no porque primero debamos sentirlo. Si lo hacemos, luego Dios pone en nosotros el sentimiento del perdón.

Los “agujeros” aquí, son los afectos y deseos incorrectos, pecados no confesados, muchas veces por orgullo, raíces de amargura, falta de perdón, juicios de condenación contra otros. (Decir por ejemplo, algo así como: “Ah…ese hermano nunca va a cambiar”, o: “es igual al padre”.

Viejos resentimientos, quejas de todo, críticas a todos, orgullo denominacional, situaciones de pareja no regularizadas pudiendo hacerlo, robo a Dios de diezmos y ofrendas, chismes, falta de santidad, etc. Es la persistencia del viejo hombre no crucificado.

PIES CALZADOS CON EL EVANGELIO DE LA PAZ:

Los pies debían estar bien calzados, porque perder la firmeza podía implicar la muerte. Por eso la sandalia tenía clavos especiales de seguridad para mantener los pies bien firmes. Además era un calzado que permitía moverse con agilidad y velocidad.

Pablo no se refiere sólo al evangelio de salvación sino a las buenas nuevas de paz; paz con Dios, consigo mismo y con los semejantes, que produce la paz interior. Porque sólo con esa paz en nosotros podremos compartir el evangelio con los inconversos.

Se ha dicho y con mucho tino y verdad, que tan pronto como nuestras relaciones con los demás no sean como deben ser, el enemigo lo va a acusar de ello, su fe se vendrá abajo y no podrá seguir firme en su confianza.

En la guerra a veces ocurren cosas aterradoras, por eso es necesaria la paz de Dios, pues ella es la que nos quitará todo temor. Esa paz se basa en la comunión con Dios y es independiente de las circunstancias: enfermedad, accidentes, etc.

Los “agujeros” en esta parte de la armadura, son: la ansiedad, los temores, las angustias, el obrar por propia iniciativa, sin escuchar antes la voz de Dios, causar divisiones y alianzas contra el que sea o lo que sea, propagar chismes, rumores infundados, etc.

EL ESCUDO DE LA FE:

El escudo medía más o menos un metro de ancho por un metro y medio de alto. Se usaba para apagar los dardos de fuego del enemigo y, al mismo tiempo aprovechando su conformación, para esconderse detrás de él cuando se les arrojaban flechas.

La fe es vital en nuestra vida cristiana, ya que Hebreos 11:6 dice que sin fe es imposible agradar a Dios. Es confianza basada en algo tangible: la Palabra de Dios. La fe viene por el oír. Muchas veces nosotros creemos EN Dios pero no le creemos A Dios. Por ejemplo, cuando Jesús dijo que las cosas que Él había hecho, nosotros las haríamos y aún mayores.

Pero la fe no es nuestra, sino que Jesús es el autor y consumador de la fe, pero no es algo cuantitativo pues nos ha sido dada a cada uno, una medida completa de fe. Pero debemos ejercitarla y afirmarla.

Los dardos de fuego son todos los pensamientos y circunstancias agradables o desagradables que el maligno lanza contra nosotros. La fe es nuestra victoria sobre el mundo, tal como dice la escritura, y ella nos impulsa a la obra, al servicio, ya que la fe sin obras, es muerta.

Los correspondientes “agujeros” en el escudo, son aquellos que tienen que ver con: la duda, la incredulidad, que muchas veces es tapada. Escondida, camuflada con el clásico “y…si Dios quiere…”, desconocimiento de la Palabra de Dios, de Su Voluntad, de Sus promesas.

EL YELMO DE LA SALVACION:

El yelmo protegía otra parte vital: la cabeza. En nuestras cabezas nacen ideas y pensamientos, captamos el mundo interior y el exterior, damos forma y sentido a nuestras sensaciones, etc.

Es la “sede” de la mente, de la psiquis. Ya vimos que el principal campo de batalla se encuentra allí. Por eso debemos afirmarnos en que …tenemos la mente de Cristo… y para eso debemos madurar cada día, llevando cautivo todo pensamiento a Él. Porque nuestros pensamientos son, por lo general, carnales, errados y confusos.

Debemos proteger nuestra mente porque dice la escritura que “cual es su pensamiento en su corazón, tal es él”. Sometidos al Espíritu Santo nos dará una memoria sobrenatural, pues nos hará recordar todas las cosas que Jesús ha dicho.

En la cabeza también están nuestros ojos y la boca, que deben ser muy vigilados. En cuanto a los ojos, sabemos que influyen tanto en la formación de ideas y pensamientos, que Jesús dijo que podría ser mejor sacarlos para entrar en el reino de Dios y ya Santiago habló claramente sobre la lengua.

Solamente teniendo nuestra mente en orden, no sufriendo ninguna de las clásicas y legendarias “invasiones” que el enemigo acostumbra a intentar, es que tomamos conciencia de la autoridad que tenemos en Cristo Jesús.

Los “agujeros” en el yelmo, tienen que ver fundamentalmente con el no conocer la Biblia. No conocerla por no leerla, por no estudiarla y por no escudriñarla, permitiendo así que el enemigo ponga en nuestra mente pensamientos que nos induzcan a error y confusión.

Otros agujeros tienen que ver con permitir que nuestros ojos y oídos jueguen con el pecado: películas de terror, películas cargadas de obscenidad, revistas o folletos poco edificantes, programas televisivos con lenguaje soez y, además, no ejercer control alguno sobre nuestra propia lengua.

LA ESPADA DEL ESPÍRITU, QUE ES LA PALABRA DE DIOS:

Preste atención a este detalle: la espada era la única arma ofensiva que poseía el soldado. Medía unos sesenta centímetros de largo, tenía filo cortante en gran medida de ambos lados y terminaba en una aguda punta que le permitía ingresar en cualquier cosa como si fuera manteca.

Esto nos deja bien en evidencia que el cristiano no sólo deberá defenderse como algunos suponen, sino también atacar. Y para atacar con ciertas posibilidades de éxito y victoria, deberá hacerlo con la palabra que es Espíritu y Vida.

(Juan 6: 63)= El espíritu es el que da vida, la carne para nada aprovecha: las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida.

Hebreos 4:12, es otro texto que tiene que ver con lo que estamos hablando. Allí dice que la Palabra de Dios ES viva y eficaz y más penetrante que espada de dos filos. Observe algo. No dice que la palabra ESTÁ viva, dice que ES viva. ¿Por qué? Porque todo lo que ESTÄ vivo, se muere. Por eso la Palabra ES vida porque ES eterna.

En otros textos también veremos que la misma palabra  es capaz de convencer de pecado, de justicia, y que siendo inspirada por Dios, es útil para enseñar, corregir, instruir en justicia. Que es verdadera “potencia” de Dios y que Jesús nos mostró que, por quedarse firme en el “escrito está”, puedo mantenerme firme yo también y hacer retroceder al príncipe de este mundo.

Debemos conocer y diferenciar entre el LOGOS, la palabra escrita, la voluntad de Dios, sus promesas, y el RHEMA, que es la palabra revelada para este exacto momento. Muchos de nuestros errores y fracasos provienen por desconocimiento de la Escritura.

Los “agujeros” en el uso de la espada tiene que ver con no leer ni escudriñar la Palabra; falta de fe en esa Palabra, el legalismo, que es deseo de vivir para Dios pero0 según los principios de la ley perdiendo así el poder de la Gracia. Recordemos también que la espada no sirve si está envainada.

LA LLENURA DEL ESPÍRITU

Cuantas preguntas giran en derredor de la mente bien intencionada de tantos y tantos cristianos nobles y sinceros. ¿Qué significa ser lleno del Espíritu Santo? ¿Por qué debemos ser llenos del Espíritu Santo? La Biblia misma tiene todas las respuestas, no los hombres por sí mismos.

(Efesios 5: 18)= No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu.

El Espíritu Santo no es un líquido ni es un gas. Tampoco somos nosotros un recipiente que puede llenarse más o menos. Estar lleno del Espíritu Santo significa estar gobernado, dominado por Él. Esto glorifica a Jesucristo y lo hace real en nosotros, como el Señor. Es decir: el Kirios, el amo, el dueño absoluto.

No se trata de hacer nosotros lo mejor que podamos para el Señor, sino de dejar que Él haga lo mejor por medio de nosotros. No es que tengamos más de Él, sino de que Él tenga todo lo que tiene que tener de nosotros.

Su presencia plena hace “madurar” al fruto del Espíritu y nos llena de bendiciones con una sola y simple intención: que nosotros seamos, a nuestra vez, de bendición para otros. También nos permite usar el o los dones que nos capacitan para el servicio. Entonces la gran pregunta, es: ¿Qué produce esa llenura que debe ser diaria? Aquí van algunas respuestas:

a)= Capacidad para comunicar inteligentemente y de una manera comprensible las maravillas de Dios. (Hechos 2:11)= …cretenses y árabes, les oímos hablar en nuestras lenguas las maravillas de Dios…

b)= Valor para enfrentar las circunstancias hostiles.- (Hechos 4:8)= Entonces Pedro, lleno del Espíritu Santo, les dijo: gobernantes del Pueblo y ancianos de Israel. (19) Más Pedro y Juan respondieron diciéndoles: Juzgad si es justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios. (29) Y ahora, Señor, mira sus amenazas, y concede a tus siervos que con todo denuedo hablen tu palabra. (30) …mientras extiendes tu mano para que se hagan sanidades y señales y prodigios mediante el nombre de tu santo Hijo Jesús.

c)= Libertad para dar testimonio.- (Hechos 4:31)= Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de Dios.

d)= Sabiduría para elegir convenientemente.- (Hechos 1:24)= Y orando dijeron: Tú, Señor, que conoces los corazones de todos, muestra cual de estos dos has escogido.

e)= Amor semejante al de Cristo para perdonar y orar por los enemigos, por los perdidos.- (Hechos 7: 55-60)= Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, puestos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús que estaba a la diestra de Dios, y dijo: he aquí, veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre que está a la diestra de Dios.

Entonces ellos, dando grandes voces, se taparon los oídos, y arremetieron a una contra él.

Y echándole fuera de la ciudad, le apedrearon; y los testigos pusieron sus ropas a los pies de un joven que se llamaba Saulo.

Y apedreaban a Esteban, mientras él invocaba y decía: Señor Jesús, recibe mi espíritu.

Y puesto de rodillas, clamó a gran voz: Señor, no les tomes en cuenta este pecado. Y habiendo dicho esto, durmió.

f)= Obediencia a Cristo y eficacia en la evangelización.- (Hechos 2: 41)= Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas. – (Hechos 4: 4)= Pero muchos de los que habían oído la palabra, creyeron; y el número de los varones era como cinco mil. – (Hechos 8: 4)= Pero los que fueron esparcidos iban por todas partes anunciando el evangelio.

g)= Gozo a pesar de las dificultades.- (Hechos 13: 8-11)= Pero les resistía Elimas, el mago (pues así se traduce su nombre), procurando apartar de la fe al procónsul.

Entonces Saulo, que también es Pablo, lleno del Espíritu Santo, fijando en él los ojos, dijo: ¡Oh, lleno de todo engaño y de toda maldad, hijo del diablo, enemigo de toda justicia! ¿No cesarás de trastornar los caminos rectos del Señor?

Ahora, pues, he aquí la mano del Señor está contra ti, y serás ciego, y no verás el sol por algún tiempo. E inmediatamente cayeron sobre él oscuridad y tinieblas; y andando alrededor, buscaba quien le condujese de la mano.

h)= Una vida de oración victoriosa por el Espíritu nos enseña a orar y aún ora por nosotros o en nuestro lugar.- (Romanos 8: 26-27)= Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.

Más el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos.

i)= Elegir lo mejor de acuerdo con la voluntad de Dios rechazando lo que esté contra ella.-

j)= Autoridad para reprender todo poder a las potestades demoníacas. Si Dios posee todo nuestro ser, no hay lugar para ataduras del enemigo, somos canales de vida y tenemos la unción, el poder del Espíritu Santo.

DON DE DISCERNIMIENTO DE ESPÍRITUS

(1 Corintios 12: 10)= A otro, el hacer milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversos géneros de lenguas; y a otro, interpretación de lenguas.

La palabra nos exhorta a “probar” los espíritus para ver si son de Dios. Este don es la capacidad que da el Espíritu para distinguir entre los verdaderos y los falsos maestros, detectando así los sutiles engaños de Satanás que llevan a errores y herejías.

También se manifiesta como una capacidad que Dios da a ciertos creyentes para que puedan saber si una persona tiene o no demonios, u opresiones demoníacas. Permite distinguir entre un enfermo mental y una posesión diabólica. A veces llega a indicar el tipo de demonio o atadura y, a veces, los hombres de esos demonios.

También permite considerar si otros dones específicos provienen o no de Dios. Satanás es un gran imitador y si no es por el discernimiento, podemos ser engañados muy fácilmente con lenguas, profecías, sanidades o milagros falsos.

LA ALABANZA Y LA ADORACIÓN

Alabanza es la acción de glorificare a Dios, de ensalzarlo y bendecirlo especialmente con himnos, cánticos, música y danza. Por tanto es más que cantar, aplaudir o levantar las manos en forma mecánica, costumbrista. Es una ofrenda, que debe salir del corazón y nos trae la maravillosa presencia del Señor ya que Él está en medio de la alabanza de su pueblo.

Es algo que damos a Dios. Se centra en lo que Dios hace, en su obrar. Generalmente se expresa activamente. La adoración, mientras, se centra en lo que Él es, en sus atributos y nos lleva a la reverencia y el temor santo. Lleva a un estar de rodillas o con el rostro en tierra. Es realizada por nuestro espíritu.

Hay muchos versículos que nos hablan de dar “sacrificios de alabanza” como algo grato al Señor, algo que mueve su mano. Una muestra de alabanza usada como arma en la batalla, está relatada en 2 Crónicas 20:22:

(2 Crónicas 20: 22)= Y cuando comenzaron a entonar cantos de alabanza, Jehová puso contra los hijos de Amón, de Moab y del monte de Seir, las emboscadas de ellos mismos que venían contra Judá, y se mataron los unos a los otros.

LA ORACIÓN

(Efesios 6: 18)= …orando en todo tiempo con oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos; (19) y por mí, a fin de que al abrir mi boca me sea dada palabra para dar a conocer con denuedo el misterio del evangelio, (20) por el cual soy embajador en cadenas; que con denuedo hable de él, como debo hablar.

Antes de seguir quiero aclarar que la palabra traducida como EMBAJADOR, aquí, es la palabra PRESBEUO, y quiere decir literalmente, “Ser el mayor”, y después, “ser embajador”, es decir: representante de una autoridad gobernante.

Cabe aclarar que los embajadores serían elegidos entre las personas que hubieran demostrado con claridad meridiana, tener madurez y experiencia. Esto solamente nos está diciendo que, si bien la experiencia no es tan importante, sí un embajador de Cristo tiene que ser alguien con madurez probada.

La oración es el generador, la central eléctrica que da vida y funcionamiento a la armadura espiritual, a nivel individual, y a todo el Cuerpo de Cristo. Sin ella la iglesia queda en puro formalismo y con ausencia del Poder de Dios. Pablo habla de distintos tipos de oraciones:

Acciones de Gracias: No sólo por lo que se haya recibido, sino que también acompañará inexorablemente a cualquier clase de petición.

Peticiones: Las peticiones, si nos basamos en lo escrito, son simplemente ruegos.

Súplicas: Estos son ruegos constantes y aún hasta inoportunos, buscando la respuesta de Dios.

Intercesión: Este es un tipo de oración “a favor de”. Jesucristo, por ejemplo, es nuestro constante intercesor y al mismo tiempo nuestro ejemplo. De ninguna manera es una oración egocéntrica.

Pero también “interceder” significa “interponerse” entre dos cosas. No podemos, entonces, interceder por nosotros mismos, sino que debemos hacerlo por otra persona, por una iglesia, por una ciudad o hasta por un país.

Esta es una oración que se usa netamente en Guerra Espiritual. Con ella “resistimos activamente las potestades de las tinieblas”, les prohibimos que actúen en el sublime nombre de Jesucristo. No es una oración fácil y se necesita disponer de discernimiento. ¿Por qué?

Porque podemos interponernos entre Dios y el objeto de intercesión. Hacemos peticiones específicas de protección, dirección, bendiciones o de retardo y aún anulación de un juicio. Un ejemplo: Abraham con Sodoma y Gomorra. Y según el texto siguiente, es lo que buscaba Dios.

(Ezequiel 22: 30-31)= Y busqué entre ellos hombre que hiciese vallado y que se pusiese en la brecha delante de mí, a favor de la tierra, para que yo no la destruyese, y no lo hallé. Por tanto, derramé sobre ellos mi ira; con el ardor de mi ira los consumí; hice volver el camino de ellos sobre su propia cabeza, dice Jehová el Señor.

Sin embargo, también podemos interponernos entre el Diablo y el objeto de intercesión. Con fe, con poder, trabando el poder y el actuar de Satanás. Rechazamos sus ataques, frustramos sus estratagemas y disminuimos su eficacia. Es Guerra Espiritual, lucha cuerpo a cuerpo.

Para hacerla, se requiere: a) Sentir que Dios nos ha llamado al servicio de intercesión, tener la certeza total y absoluta de ello. B) Buscar tener la mente de Cristo, dejándonos guiar por el Espíritu Santo. c) Poner nuestra voluntad totalmente bajo la soberanía de Dios, llegando a sentir lo que Él siente, por ejemplo, por los que se pierden.

Esas certezas interiores llevan a una enorme convicción de pecado, y se constituye en un canal por medio del cual Dios se puede revelar claramente. El llamamiento más elevado que puede tener una persona, entre todos los ministerios del Cuerpo de Cristo, es el de ser intercesor, porque tiene lugar en lo secreto.

Interceder, entonces, es ponerse entre el juicio de Dios, el enemigo o el problema y la persona. (Éxodo 32: 31-32)= Entonces volvió Moisés a Jehová, y dijo: te ruego, pues este pueblo ha cometido un gran pecado, porque se hicieron dioses de oro, que perdones ahora su pecado, y si no, ráeme ahora de tu libro que has escrito.

Interceder es ponerse en la BRECHA. Esta palabra es la palabra PERETS. Una abertura, fisura, grieta, especialmente una grieta en la muralla. PERETS viene del verbo PARATS, que quiere decir “abrir, romper, penetrar”.

PERETS aparece unas 25 veces, y hay algunos textos que muestran que las brechas o las grietas deben ser reparadas. El versículo anterior se refiere a las ruinas físicas y espirituales de Sión, y otros al tabernáculo de David.

En esta referencia, el pararse sobre la brecha es una metáfora que alude a una acción intercesora. Hay una brecha entre Dios y el hombre que un intercesor intentará reparar. Es decir que mientras dure esa acción, todo lo que venía hacia esa persona, es recibido también por el intercesor.

EL NOMBRE DE JESÚS

No es una palabra “mágica”, por eso sólo tiene poder cuando, sometidos totalmente al señorío de Cristo, le representamos y ejercemos su misma autoridad. Ante este nombre el enemigo retrocede tal como Jesús lo había dicho: “…en mi nombre echarán fuera demonios…”

En este nombre se encuentra nada menos que la imagen contundente y concreta de la victoria de la cruz y de la de la resurrección y, por consecuencia, de la derrota del diablo. Eso es lo que les recordamos a las huestes del maligno expresando lo que nos dice la Palabra al respecto.

(Filipenses 2: 9)= Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, (10) para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; (11) y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.

LA SANGRE DE JESÚS

La Palabra dice: …Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero… (Apocalipsis 12:11). Cuando la invocamos la recordamos a las tinieblas que esa preciosa sangre fue derramada por nuestros pecados y pagó el precio de nuestra servidumbre hacia Satanás.

 Librándonos de ella. Decimos también que es viva y victoriosa y llena de poder. Como ocurrió en Egipto, cuando nos cubrimos con ella, el enemigo no puede tocarnos.

En liberación es frecuente encontrar que una persona dominada por fuerzas demoníacas, no tolera decir: “la sangre de Cristo” y suele serle imposible o casi imposible, leer y / o repetir 1 Juan 1: 9, ese texto que dice: …Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.

Algunos de esos viejos himnos que solían cantarse en los cultos de congregaciones decididamente ortodoxas o conservadoras, sin embargo, contenían letras que hablaban de la sangre de Cristo. Aquellos que los han entonado, recordarán que hay uno que dice: “precioso es el raudal que limpia todo mal, no hay otro manantial, sólo de Jesús la sangre”.

 Y un segundo himno que expresa: “Hay poder, sí, sin igual poder, en Jesús, quien murió; hay poder, sí, sin igual poder, en la sangre que Él vertió”

EL AYUNO

“Ayunar”, literalmente, significa, en primer lugar, no comer. Pero espiritualmente, es un no comer para buscar más íntimamente el rostro de Dios. El ayuno sin oración, es solamente un pasar hambre inútil e innecesario. La Biblia nos muestra varios aspectos que ahora veremos conforme a los textos que han sido dejados al respecto.

(Zacarías 7: 5)= Habla a todo el pueblo del país, y a los sacerdotes, diciendo: cuando ayunasteis y llorasteis en el quinto y en el séptimo mes estos setenta años, ¿Habéis ayunado para mí?

(Isaías 58: 3-4)= ¿Por qué, dicen, ayunamos, y no hiciste caso; humillamos nuestras almas, y no t diste por enterado? He aquí que en el día de vuestro ayuno buscáis vuestro propio gusto, y oprimís a todos vuestros trabajadores.

He aquí que para contiendas y debates ayunáis y para herir con el puño inicuamente, no ayunéis como hoy, para que vuestra voz sea oída en lo alto.

El ayuno debe realizarse para Dios.

(Isaías 58: 5)= ¿Es tal el ayuno que yo escogí, que de día aflija el hombre su alma, que incline su cabeza como junco, y haga cama de cilicio y de ceniza? ¿Llamaréis esto ayuno, y día agradable a Jehová?

Aquí Dios está expresando cuál es el ayuno que Él desea.

El ayuno, sea regular u ocasional, es un asunto entre el hombre y Dios, de manera que fuera de un ayuno regular (Un día por semana, por ejemplo), cualquier otro en cuanto a características y duración, debe efectuarse según Él lo indique personalmente.

Entienda que Jesús, no dijo “…si ayunan…”, sino que dijo: “Cuando ayunéis”, dando por sentado que sus discípulos lo harían. Pero no es fácil hacerlo, cuesta a nuestra carne y el enemigo desea evitar a toda costa que lo hagamos por el poder que puede desatar. Ante la pregunta que muchos se hacen sobre por qué no son más santos, la respuesta será que es porque no somos entusiastas y deseamos obtener el fin sin pasar por los medios.

Pero cuidado, que no es una suerte de trueque que le hacemos a Dios. Es indispensable que tengamos muy en claro que no podemos imaginarnos que seremos merecedores de algo por parte de Dios sencillamente porque ayunemos. Dios no va a caerse del trono porque usted se pase un día sin comer.

El ayuno es un medio eficaz, en cambio, para ciertas cosas que tienen que ver con la vida íntima del creyente. Entre todas estas cosas, podemos citar las siguientes:

1)= Conseguir santidad personal, ya que quita el orgullo. (Deuteronomio 8: 11-14)= Cuídate de no olvidarte de Jehová tu Dios, para cumplir sus mandamientos, sus decretos y sus estatutos que yo te ordeno hoy: no suceda que comas y te sacies, y edifiques buenas casas en que habites, y tus vacas y tus ovejas se aumenten, y la plata y el oro se te multipliquen, y todo lo que tuvieres se aumente y se enorgullezca tu corazón, y te olvides de Jehová tu Dios, que te sacó de tierra de Egipto, de casa de servidumbre.

2)= También lleva disciplina al cuerpo físico, arrepentimiento y confesión de pecados, tanto personales como grupales.- (Daniel 9: 4-5)= Y oré a Jehová mi Dios e hice confesión diciendo: Ahora, Señor, Dios grande, digno de ser temido, que guardas el pacto y la misericordia con los que te aman y guardan tus mandamientos; hemos pecado, hemos cometido iniquidad, hemos hecho impíamente, y hemos sido rebeldes, y nos hemos apartado de tus mandamientos y de tus ordenanzas.

Estos dos puntos, tienen como fundamento esencial anular cualquier reclamo que Satanás intente hacer sobre determinadas áreas de nuestras vidas.

3)= Ser oídos por el Señor y lograr bendiciones.- (Joel 2: 12-14)= Por eso pues, ahora, dice Jehová, convertíos a mí con todo vuestro corazón, con ayuno y lloro y lamento. Rasgad vuestro corazón, y no vuestros vestidos, y convertíos a Jehová vuestro Dios; porque misericordioso es y clemente, tardo para la ira y grande en misericordia y se duele del castigo. ¿Quien sabe si volverá y se arrepentirá y dejará bendición tras de él, esto es, ofrenda y libación para Jehová vuestro Dios?

4)= Realizar franca lucha espiritual. Con el ayuno se intercede contra las fuerzas demoníacas, se rompen opresiones y se da libertad a los cautivos. Vale aclarar: cautivos inconversos, pero también muchos creyentes sujetados por ataduras de temor, pecado, etc.

Con total y absoluta simpleza se puede decir que el ayuno puede ser: a) Natural: Es decir, más o menos prolongado. No se come nada, pero se bebe agua u otros líquidos. Se puede comparar con el que se describe en Lucas 4:2 o con el de Elías, durante cuarenta días.

b) Total: Aquí no se come ni se bebe nada y no puede durar más de tres días. Generalmente suele hacerse en situaciones muy graves o importantes y bajo especial dirección del Espíritu Santo.

c) Parcial: Este es un ayuno en base a una dieta restringida, tal como lo hizo Daniel. (Daniel 10: 3)= No comí manjar delicado, ni entró en mi boca carne ni vino, ni me ungí con ungüento, hasta que se cumplieron las tres semanas.

ATAR Y DESATAR

(Mateo 16: 19)= Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos.

(2 Corintios 10: 3)= Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; (4) porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas.

(Isaías 58: 6)= ¿No es más bien el ayuno que yo escogí, desatar las ligaduras de impiedad, soltar las cargas de opresión, y dejar ir libres a los quebrantados, y que rompáis todo yugo?

En base a lo que podemos leer en estos tres pasajes, sería conveniente introducir una aclaración con respecto a tres términos utilizados en ellos. En primer lugar, el significado de Ligadura. En una primera acepción, indica “traba o sujeción”.

En segundo término, tenemos la palabra Ataduras. Es casi similar a lo anterior, ya que implica “lo que traba, lo que estorba la libertad”. Y, finalmente, Yugo. Yugo, figuradamente, indica “Dominación, carga pesada, tiranía”.

Espiritualmente, estos términos indicarían opresiones que Satanás coloca sobre nosotros, a veces por creer sus mentiras. Así como el yugo hacía que el segundo buey, (El más pequeño), siguiera al primero, más fuerte, donde este le llevara, así ocurre con las opresiones diabólicas.

Está comprobado que ellas nos hacen hacer cosas, tomar actitudes o tener sentimientos que no son lo que Dios nos pide en su Palabra. Algunos ejemplos tienen que ver con el temor, con los fanatismos de cualquier índole, con las quejas. La voluntad humana no está sujeta a Dios y no tiene fuerzas en sí misma para oponerse al enemigo.

Fortaleza: Indica un lugar fortificado, de paredes anchas y sólidas, construidas piedra por piedra, durante muchos años de trabajo. Espiritualmente son lugares en la mente, donde el adversario se hace fuerte (Con nuestra colaboración, aunque sea en forma inconsciente), y desde donde intenta dominar nuestras vidas exaltándose, al llevar a una persona a negar enseñanzas bíblicas, desautorizando al Todopoderoso.

Una fortaleza es una manera de pensar que está impregnada de falta de esperanza, que causa que el creyente crea que hay cosas que no pueden ser cambiadas. Las fortalezas espirituales en nuestra mente, se construyen mediante la reiteración de una mentira satánica, mentira que aparece por años en distintas situaciones o circunstancias. “Nadie me quiere”, “No sirvo para nada” son dos ejemplos de los muchos que existen. Esa mentira va atando a la persona.

Las fortalezas son de distinto tipo: territoriales (Sobre una ciudad), personales, ideológicas, (Inunda las mentes a nivel cultural. Por ejemplo: la teoría de la evolución, el racismo, etc.)

Una de las clásicas preguntas que se oyen, es: si siendo cristianos, estos “lazos” pueden persistir. Para romper todas estas opresiones, además de todo lo citado, el Señor nos ha dado la autoridad para atar y desatar. Está escrito, aunque no es su culpa si luego los hombres han desvirtuado la esencia de esta palabra.

Atar:  En griego la palabra es DEO, y significa “prohibir”. También “amarrar apretadamente”. Cuando los líderes judíos creían que algo iba en contra de la ley, decían: “estás atado” (Prohibido); lo contrario era expresar: “estás desatado” (Dando permiso).

Sólo los que estaban por jueces y los gobernadores decían esto. Pero Jesús dio esa autoridad a todos sus discípulos, por eso aquellos se enojaban tanto contra Él, sin entender que el Señor hablaba en niveles espirituales. Hay dos clases de ataduras.

Atadura positiva: La hacemos cuando al enemigo le prohibimos algo declarando la Palabra, igual que como lo hizo Jesús: “espíritu inmundo, escrito está…” Cada vez que Él la usó, debilitó el poder del enemigo hasta que le ordenó “vete” y el tentador tuvo que dejarle.

A veces, para lograr la liberación se necesita un proceso, un tiempo de preparación, o de trabajo. No es excluyente, puede o no necesitarse esto. Sin embargo, si prestamos atención veremos que Jesús no fue “crudo” a esa batalla. Muy por el contrario, necesitó ayunar cuarenta días.

Con este acto Él indudablemente quedó sumamente debilitado físicamente, pero partiendo desde la base de lo que espiritualmente significa el ayuno, se fortaleció en ese ámbito, que es casualmente en el que se dirime esa lucha, que no es contra sangre y carne.

Desatar: Es una oración intercesora que libera a los cautivos de las manos enemigas. Hay un suceso ocurrido en 1989 en Lausana. UN señor llamado Bruce Olson estaba preso de los indios motilones (de Colombia), que eran aparentemente usados por la guerrilla, y querían matarlo.

Cuando lo supieron, inmediatamente se levantó una intercesora que: 1) Alabó y glorificó el nombre de Dios por tomar control completo de la situación. 2) Entregó a Bruce en Sus Manos y declaró que Dios estaba trabajando a su favor. 3) Pidió a Dios que se glorificara y rogó que enviara ángeles para protegerle. 4) Declaró que Satanás estaba atado para poder tocarlo. 5) Le ordenó a Satanás que lo soltara en el poderoso nombre de Jesús.

Una semana después, fue liberado. Recordemos que este tipo de oración de guerra, impide a las fuerzas malignas lograr un cierto y determinado objetivo. Hay una lucha entre las fuerzas del infierno y alguien. El intercesor lo que hace, es ponerse en medio entre una fuerza y la otra. A eso le llamamos “ponerse en la brecha”.

¿Cómo notamos que la persona o nosotros estamos libres? Hay que recordar que no se puede atar al diablo y sus huestes por siempre, eso ocurrirá al final de los sistemas, de los siglos. Por eso desaparecen los avivamientos, cuando nos dejamos estar y cede la oración intercesora o aparecen “agujeros” en nuestra armadura, la antigua situación puede reaparecer.

LOS ÁNGELES

Ángel, lo sabemos, significa “mensajero” y son tanto portadores de buenas nuevas como ejecutores de los juicios de Dios.

Son espíritus ministradores y enviados para servicio a los hijos de Dios. Una ayuda que prestan es que guerrean. Se ve en Daniel 10. Nuestras oraciones les ayudan en esa lucha, aunque mentiría alguien si dijera que sabe cómo.

Hay cientos de testimonios de la ayuda de los ángeles y es algo que en oración podemos reclamar a nuestro Padre, en situaciones extremas. Queda claro que a los ángeles no podemos orarles, ordenarles ni adorarles.

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enero 1, 2015 Néstor Martínez