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Sinfonía en Blanco y Negro

(Apocalipsis 3: 20) = He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.

(21) Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, (¿Al que venciere qué? Porque créeme que leemos como loros. Y entones decimos “al que venciere”, pero ¿Al qué venciere qué cosa? ¿La salvación? No, porque para salvación ya venció Él. ¿Qué es lo que hay que vencer? Tenemos que ir más atrás para averiguarlo). (Verso 15) = Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojala fueses frío o caliente!  (16) Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca. (Yo no sé lo que tú has interpretado con esto de vomitarte de su boca, pero si tú eres parte del cuerpo de Cristo y éste te vomita de su boca, se me hace como que te quedas fuera del cuerpo, ¿No te parece?)

(17) Porque tú dices: (“Porque tú dices” Fíjate que estamos hablando con gente que está en engaño. Gente que se cree algo que no es. Porque tú dices, o sea: ellos dicen). Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo. (¿Cómo estaba Adán cuando cayó? Desnudo) (18) Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez (Esa es la caída), y unge tus ojos con colirio, para que veas. (Y salgas de esa ceguera espiritual en la que andas y puedas sentarte con Él en el trono)

Porque el que vence la ceguera, se sienta con Él en el trono. Fíjate que en el lugar de concentración de Satanás, uno pensaría que lo peor que podemos encontrar es homicidio, droga o degeneración de valores, pero no. Lo que encuentras en el epicentro donde está Satanás, que la Biblia reconoce como tal, teniendo en cuenta que él no es omnipresente. Aquí, cuando nos habla de las siete iglesias, no nos habla de siete condiciones, ni de siete tiempos; esto puede estar sucediendo hoy en cualquier iglesia. (Apocalipsis 2: 12) = Y escribe al ángel de la iglesia en Pérgamo; el que tiene la espada aguda de dos filos dice esto: (13) yo conozco tus obras, y dónde moras, donde está el trono de Satanás, (Escucha: esta gente, en aquel tiempo, moraba en un lugar que aquí se describe para que hoy nosotros sepamos dónde está el epicentro de Satanás, porque Satanás no tiene un trono; nunca lo tuvo y nunca lo tendrá.

Trono habla de epicentro, del centro de sus operaciones, donde está la concentración satánica más fuerte. Igual que el trono de Dios, tampoco es una silla. Dios no se sienta, Él es Espíritu. Pero lo peor, es discutir a dónde poner la silla. ¡Entiende! ¡Dios no se sienta! Y menos mal, porque si un día Dios se sienta, no sé dónde vamos a parar todos nosotros. El trono es el epicentro, de donde emana toda su sabiduría, todo el centro de su control. Por eso les dice que moran donde está el trono de Satanás. O sea que esta gente vivía en el lugar donde mayor concentración de poder satánico había en ese tiempo). Pero retienes mi nombre, y no has negado mi fe (Número uno: donde está la presión más grande de Satanás, la fuerza satánica más grande que existe es la de abortar el nivel de revelación que traes.

Eso es lo que sucede donde Satanás está personalmente. Y eso es en la iglesia. ¿Qué es lo primero que ocurre donde está el trono? Que retienes mi nombre, pero no has negado mi fe. O sea: la presión es abortar el nivel de fe que traes). Ni aún en los días de Antipas mi testigo fiel fue muerto entre vosotros donde mora Satanás. (Antipas fue un padre. Número dos: en el epicentro de Satanás, el espíritu paterno es echado fuera de la iglesia por títulos que n os inventamos en la tierra. (14) Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que tienes ahí a los que retienen la doctrina de Balaam. (¿Y esto que es? ¡Falsa doctrina! Estas son las cosas más fuertes que hace Satanás, y las tres son peligrosas. Y la gente se cree que una alta tasa de homicidios es un problema. Esos son resultados, son los síntomas de no tener la verdadera iglesia edificada allá).

(Verso 20) = Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que toleras que esa mujer Jezabel, que se dice profetisa, enseñe y seduzca a mis siervos a fornicar y a comer cosas sacrificadas a los ídolos. (Escúchame: no es una viuda que está en la iglesia, es una cosa que seduce a los siervos). (Verso 24) = Pero a vosotros y a los demás que están en Tiatira, a cuantos no tienen esa doctrina, Doctrina. Ahí está otra vez. Cambió la palabra Mujer por Doctrina. Jezabel es una doctrina. ¿Y cuál es? Aquella que tiene el poder, pero que nunca termina. Alabamos a Dios por mil años, pero como estamos esperando que Él venga y nos interrumpa…nunca terminamos. Hay algo que tenemos que hacer sí o sí. Como primer paso, entender quiénes somos.

 

 

Hay una verdad inexorable que puede verse a través de toda la Biblia, aunque se destaca notoriamente en el Nuevo Testamento. Y esa verdad nos muestra que es en el entierro en donde pueden verse los tesoros escondidos. En esa segunda unción, de Marcos 14, donde se encierran los secretos del misterio de Dios. Por ejemplo, que tiene que haber pasado algo más que una muerte física, en la cruz, para que tú y yo hayamos quedado con  nuestros graves problemas solucionados y remediados. Porque mi problema no era físico, sino espiritual. Y si no queremos hablar de muertes espirituales, tratándose del Señor, pues entonces digámoslo de esta manera. Cualquiera que haya sido el tipo de muerte que tú tenías, ese es el tipo de muerte de la que Él tuvo que morir, para poder redimirte de ella.

Lo cierto es que una muerte física, no resuelve un problema espiritual. Tiene que haber pasado algo más. Claro está que, en el momento en que se toca, hay cosas que son como peligrosas para nuestra conciencia. Por eso te pregunta: ¿Cómo puede ser que muera espiritualmente? ¡Si es divino! Sabido es que, cuando la iglesia no entiende algo, dice que son meras teorías, y luego te prohíbe que toques el tema y olvidado el asunto. Luego crea una doctrina para justificar la razón por la cual eso no se debe tocar. Entonces, el que duda y se atreve a tocarla, pasa a ser un hereje. Esto es fundamento básico de la doctrina de Cristo. Esto es la cruz. Si no entendemos la cruz, entonces olvídate de ser apostólicos o de finalizar o de hacer nada que realmente valga la pena. Por eso quiero mostrarte algo en la segunda carta a Timoteo.

(2 Timoteo 1: 8) = Por tanto, no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, ni de mí, preso suyo, sino participa de las aflicciones por el evangelio según el poder de Dios, (9) quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos, (10) pero que ahora ha sido manifestada por la aparición (Ojo: aparición. No segunda venida, aparición) de nuestro Salvador Jesucristo, el cual quitó la muerte y sacó a luz la vida y la inmortalidad por el evangelio,

Dice que sacó a luz la vida. Es decir que ahí estaba, pero lo reveló el hecho de que el evangelio produce vida e inmortalidad. O sea que la verdadera prédica, es la inmortalidad, no una fuga. El asunto, aquí, es vencer la muerte. El último enemigo, dice 1 Corintios, es la muerte. Y si la vamos a vencer, es por medio de lo que oímos, el evangelio. El verdadero evangelio es el que prepara, te va decodificando, te va abriendo las escrituras hasta que tú puedes ver en ellas que la muerte está vencida. Y cuando tú lo ves, la vences. No es que tú la vas a vencer, ya está vencida. La va sacar a la luz. Él quitó la muerte. Tú la vas a vencer al entenderlo. La herencia está allí, pero tú la empiezas a canjear cuando sabes de dónde viene. Estamos tratando de llegar a ese sagrado documento, pero todavía está en lugares celestiales.

Y como a nosotros se nos enseñó que estábamos en la tierra, todavía no hemos podido entrar a ese lugar celestial. Cristo nos dejó en el lugar donde dejó la herencia, en lugares celestiales. Pero la estructura griega de la iglesia, nos bajó de allí. Y nos puso en la tierra, a pelear mirando para arriba. Y todos nos inventamos que es una guerra donde siempre debemos mirar hacia arriba. Es más, cuando oramos, también miramos para arriba. Y cuando luchamos con demonios, ponemos el dedo hacia arriba, y todo el mundo está por encima de nosotros.  Cuando, en realidad, no hay nada en la tierra más alto que la iglesia. Que la iglesia genuina, se entiende. En muchos casos, gracias a Dios, incluye congregaciones. Pero no siempre, lo sabes.

(Efesios 1: 19) = Y cual la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza, (20) la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos, y sentándole a su diestra en los lugares celestiales, (21) sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero. (Sobre todo principado. Sentaron a Cristo en lugares celestiales, sobre todo principado). (Efesios 2: 5) = Aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (Por gracia sois salvos) (6) y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús,

Que está sentado sobre todo principado, autoridad, poder y señorío. O sea que nuestra posición inicial es sobre todo principado y toda potestad. Empezamos sobre. ¿Y entonces, por qué miramos hacia arriba? Estamos sentados en un lugar llamado lugar celestial. Y ya hemos visto que ese lugar celestial es la fuente u origen de todo lo que es eterno y perfecto. De manera que sí tenemos una conexión viable para la perfección que anda cambiando los sacerdocios que no la consiguen.

(Efesios 2: 1) = Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, (2) en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, (Sean salvos o no), (3) entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás. (O sea que la naturaleza que nos hacía hijos de ira, es algo que era. Ya no es). (4) Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, (5) aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos) (6) y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús. (Hay que aclarar que en el griego original, a esta preposición que aquí se la traduce como “con Cristo”, en realidad es “en Cristo”. Esta es una de las doscientas cincuenta mil variaciones que la casa editora bíblica reconoce como tales, aunque para mí y muchos otros son simplemente errores. En Cristo Jesús).

Recuerda que Él es el primogénito entre esos muertos. La única persona que estaba en el GAN de Dios; que estaba en esa posición de vida eterna; fue reducido a naturaleza pecaminosa y volvió a ascender a su estado original, es Cristo. Es la única persona que ha logrado morir espiritualmente, y resucitar. Morir espiritualmente es estar destituido de la presencia de Dios, por causa de nuestras iniquidades y pecados. Resurrección es un recobro de facultades mentales. Es la palabra anastasis, en griego, y significa “recobrar memoria de quien uno es”. No tiene nada que ver con salir de la tumbas. Hay que entender esto, porque de otro modo vas a confundirte seguro. Estos versos que hemos leído, nos dicen que antes de comenzar, han acontecido seis cosas: número uno, crucifixión. Número dos: muerte. Número tres: sepultura. Número Cuatro: vivificación. Número cinco: resucitados. Número seis: sentados.

Recuerda que la posición de estar sentado, en la Biblia, es la posición de alguien que ha terminado su esfuerzo por llegar. Dios nos dejó sentados. Seis pasos para tener singularidad con Dios. O seis pasos hacia el trono de Dios. Vamos a verlo en algunas tipologías. David, cuando fue a regresar el arca al trono, o al epicentro donde le corresponde al arca, daba seis pasos y adoraba. Se levantaba, daba seis pasos y adoraba. Son tipologías de los seis pasos al trono de Dios. Cuando miras la mesa de los panes de la proposición, ves seis panes. Seis panes. Seis pasos que hizo Jesús y seis pasos que hicimos nosotros conjuntamente con Él, por el cual estamos en una unidad con Él. Ahí ves, una vez más, los seis pasos al trono. Vemos a Rut, cuando duerme a los pies de Booz y se levanta por la mañana, le dan seis medidas de cebada. Son los seis pasos de la muerte. Jesús.

(1 Reyes 10: 18) = Hizo también el rey un gran trono de marfil, (¿Cómo se obtiene el marfil? Sacándole los colmillos a los elefantes. ¿Qué hay que hacer con el elefante para sacarle sus colmillos? Matarlo. Entonces, ¿El trono proviene de qué? De muerte. Todo lo que tiene que ver con nuestro éxito, proviene de muerte. Los siete espíritus que salen del trono de Dios, que son la plenitud del Espíritu de Dios enviado a toda la tierra, ¿Salen del león o del cordero? Del cordero. La plenitud del Espíritu viene del entendimiento de la muerte y no de la gritería de Judá en la iglesia. La muerte. Si no entendemos este paso en este nuevo milenio, se nos va a hacer bien difícil fluir con lo que Dios nos quiere hablar. Hizo también el rey un gran trono de marfil, el cual cubrió de oro purísimo.

(19) Seis gradas tenía el trono, (¿Cuáles son? Crucifixión-Muerte-Sepultura-Vivificación-Resurrección-Sentados. Seis gradas. Seis pasos al trono. Una vez más, esa es la tipología, nosotros somos la realidad). Seis pasos. Vamos a ir a uno de esos seis pasos, y vamos a ver la consistencia y la sustancia real de nuestra herencia. Él lo hizo. Sabemos que Él lo hizo. Sabemos que Cristo fue crucificado. Sabemos que Él murió, que fue sepultado, que fue vivificado, que fue levantado de entre los muertos y que está sentado. Lo que no entendemos, es cómo lo hemos hecho nosotros. Él nos dejó su herencia en los lugares celestiales, pero como nosotros no sabemos cómo llegar allí, no la podemos apropiar. Entonces, ahora vamos a conciliar; vamos a ver cómo lo que Él hizo, lo hice yo. Porque si no lo hice yo, no es mío.  Si yo te envío al banco en mi lugar, con un dinero, tú puedes depositarlo, pero eso no quiere decir que va a salir de mi cuenta. Ahora, si te envío por mí, lo que yo te doy tiene que salir de mi cuenta. Porque tú no fuiste para ti, fuiste por mí.

Paso Número Uno: Crucifixión. Vamos a compartir escrituras que ni son nuevas ni tampoco demasiado profundas. Pero las vamos a ver con los ojos espirituales bien abiertos. Porque ya nos hemos perdido demasiado por estar dormidos y leer la Biblia como quien lee el periódico. Ojo: leer con los ojos abiertos es leer según el Espíritu y no según la doctrina que te hayan enseñado. (Gálatas 2: 20) = Con Cristo estoy juntamente crucificado, (Eso quiere decir que ya estás crucificado, no te puedes estar crucificando diariamente. Porque estás crucificado CON Cristo. Y dice que estás juntamente crucificado con Cristo. O sea que no estás crucificado cuando te das cuenta que Cristo te ama, o cuando ayunaste, o cuando estás sufriendo por el evangelio, o estás crucificando la carne diariamente. Todos esos son disparates. Tú ya fuiste crucificado con Cristo. O no eres salvo. Punto).

Ya no vivo yo (O sea: ¿Requisito para no vivir? Muerte. Dice: ya no vivo yo. ¿Quién? El hijo de mi mamá, el que nació con naturaleza pecaminosa. El que empezó como inquilino dentro de este cuerpo, no existe. – ¡No! ¡Es que yo todavía tengo memoria de cuando era niño! Es que el que murió dejó un mp3 con varios chips grabados con algo que se llama memoria. Que son tan reales que te pueden hacer reaccionar como el que antes vivía dentro de ti. Pero no eres tú. Por eso es que Romanos habla de reforma mental. ¡Es que es tan real! ¡Siento deseos de hacer las mismas cosas que hacía antes de conocer a Cristo! Es que es real. Pero la persona que ahora vive dentro de ti, no tiene deseos de hacerlas.

Eso, claro está, si es que has nacido de nuevo. O sea: no estás luchando contra tu naturaleza pecaminosa, tienes que madurar. Madurar y reformar la mente con lo nuevo que come la persona nueva que está dentro de ti. Recuerda que los hábitos son como canales tallados en el cerebro y producen demanda. Lo hiciste tantas veces de esa forma que te costará bastante modificarlo y llevarlo a la forma que ahora te demanda quien vive en ti. No es una cuestión de volver a ser pecador, es una cuestión de reacción automática. Pero quédate tranquilo, no eres pecador. Porque si eres pecador, no eres salvo. Ahora es cuando entiendes a Juan, que dice que quien nace de nuevo, no peca. De otro modo, Juan está loco, porque la iglesia está llena de gente que peca, ¿No es cierto?

Algunos pecan feo, y otros pecan porque nunca están dentro del propósito de Dios, y eso también es pecado). Ya no vivo yo,  (¿Lo dice o no lo dice?) más vive Cristo en mí.  (¿Quién vive en mí? Cristo. Escucha: yo no vivo aquí, aquí vive Cristo. Entonces, ¿Yo, quién soy? Esas son las cosas que no queremos decir. Por eso lo mataron a Él. Ya no vivo yo, vive Cristo. En el lugar donde yo vivía, y la vida que yo vivo, la interacción social que yo tengo, yo siendo el que vive en mí, que no soy yo sino Él. Por eso dice que lo hacemos en la fe del Hijo de Dios, y no en la nuestra. Porque es Él quien está viviendo en nosotros. Eres una nueva creación. Y se llama cristo. ¿Y qué es Cristo? Una re-creación. Es un nuevo hombre. Es el primogénito. Es el principio de la creación de Dios.

Cuando la biblia habla en Apocalipsis que Él es el principio de la creación, no se refiere a Génesis, se refiere a la verdadera creación de Dios, donde el primero es Cristo. Es el después de la resurrección, el primogénito, y todo lo demás que al darse cuenta de lo que Él hizo, son colocados dentro de Él. Es una nueva creación. Él hizo primero un hombre, que se convirtió en un multimiembro-hombre. Ahora está haciendo el segundo hombre, que también es un multimiembro-hombre. Es Cristo. Estamos crucificados con Él.  De allí que en su carta a los Romanos, Pablo diga en el capítulo 6 y verso 6: Sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él. Escucha. Cuando alguien te diga que se equivocó porque le saltó el viejo hombre, dile de parte mía que vamos a orar por él, pero no para liberación como pretende, sino para salvación. Si tiene viejo hombre, no fue crucificado juntamente con Cristo, todavía.

Porque el que es salvo, no tiene problemas de viejo hombre. En todo caso, podrá tener problemas con el hombre nuevo, pero no con el viejo. Sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado (¿Cuándo? ¡Juntamente con él! Estamos pasando el privilegio de que él fue muerto a nuestra cuenta. Cada vez que decimos: juntamente con.  Estamos conciliando ese primer paso. Para que el cuerpo del pecado ¿Cuál es el cuerpo del pecado? Adán. El pecado entró al mundo por un hombre. Por lo tanto, el cuerpo del pecado es Adán. Para que el cuerpo del pecado sea destruido. Con el fin de que tú no sirvas más a Adán.

Colosenses capítulo 3. Verso 9: No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos, (10) y revestido del nuevo (Del nuevo hombre) el cual conforme a la imagen del que lo creó (¿Conforme a qué imagen es el nuevo hombre? O sea: el nuevo hombre se parece mucho ¿A quién? A Dios. Se va renovando hasta (Esa preposición, hasta, en el griego es En o Por) el conocimiento pleno.  O sea que mientras más entendemos, más nos vamos apropiando de lo que ya es una realidad en nosotros. Y el verso 11 dice: Donde no hay griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni escita, siervo ni libre, sino que Cristo es el todo, y en todos. O sea que Cristo está en todos y es todo, pero resulta ser que no está en todos, todavía. Pero esa es la meta: que Cristo esté en todo y en todos.

Nuestra meta no es humanismo. Nuestra meta es darnos cuenta que nosotros ya no somos, y que Él es todo en nosotros. Es una generación sin rostro, donde todos tenemos la misma cara: la de Él. Esa es la última generación. Donde ver a uno es ver al otro, porque estamos viendo al mismo. Que podamos decir como Él: Si me has visto a mí, ya lo viste. Es que nosotros tenemos esta imagen, que nosotros vamos a llegar a un lugar y vamos a ver a tres dioses. Jesús les decía: ¿Son tan tontos ustedes que, habiendo vivido tres años conmigo, ahora me piden ver al Padre? ¿Qué están mirando? Si me has visto a mí, ya lo has visto a Él. Y no es porque Él era igual, parecido o se portaba igual; es porque Él es Él. Porque Dios no tiene forma, a menos que un hombre le de forma. Tú no vas a ver a ningún Dios que no tenga la forma de ningún hombre.

Para que Dios pueda ser visto, necesita una forma. Y la forma que está creando para verse, es un nuevo hombre. ¿Tan difícil de entender es eso? Es que creemos que hombre es eso que anda caminando por allí. No, hombre es un vaso lleno de Dios. Esos que andan por allí, son seres humanos. Hombre es una cosa que estamos creando, está en proceso. Hombre es una deidad. Es que tenemos el vocabulario tan reducido a nada, que ya tenemos que empezar a inventar palabras nuevas para predicar la Biblia. Hombre no es cualquier payaso que tiene dos patas. Hombre es un vaso de tierra lleno de Dios. Y eso, señores, está en proceso. Ese es el plan de Dios: crear un hombre. ¿Qué hombre? ¡Él! A muchos se les paran los pelos de la nuca cuando uno dice esto, porque piensan: ¿Cómo va a decir que Dios va a ser un hombre?

¡Claro! ¡Jamás podría serlo si tú piensas en un hombre como en ese ser caído! Comparados con el que está arriba. Y el que está arriba, es Cristo. Y el sí es Dios. El problema es que cuando tú naces de nuevo, tú también estás arriba. En Cristo.  ¡Ah, no! ¡No puede ser! Y bueno, entonces quédate como un triste pecador salvado y perdonado por gracia. No es tan malo eso, pero sólo un problema: no es esa raza la que hereda. El único que es hombre completo, ahora, y por tanto es Dios, es Jesús. Él es el segundo hombre, de 1 Corintios 15. La biblia jamás dice que hay billones de hombres, dice que hay dos. El primer Adán, que murió y el segundo hombre, que es del cielo, que es Jesús. Dios hizo dos modelos. El primero, que no funciona y requiere un proceso, y el segundo, que se está formando.

Y lo que tenemos ya formado, es la cabeza. Y se está formando el cuerpo. Del segundo hombre. Hombre es una deidad. Se compone de seres humanos nacidos de nuevo. Entonces, como usamos la palabra hombre para una especie animal, cuando decimos que Dios es un hombre, nos asustamos. Pero fíjate cómo hemos usado nosotros la palabrita hombre, y vamos a ver lo que el libro dice. Dice que Cristo es el todo, en todos. Gálatas 5:24 dice: Pero los que son de Cristo, han crucificado la carne con sus pasiones. Así que, si no la has crucificado, no eres de Cristo. Esto es blanco y negro, no hay grises. No es que ahora seamos legalistas o demasiado estrictos, pero dice que los  que son de Cristo, han crucificado. No están crucificándola. La crucificaron en el sentido de que como crucificó a Adán, las pasiones ya se fueron. Las que todavía hoy te fastidian, sólo responden a tu memoria. Crucifixión.

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septiembre 24, 2021 Néstor Martínez