Estudios » Crecimiento

Imagen y Semejanza

(Mateo 27:45)= Y desde la hora sexta hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena.

(46) Cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: Elí, Eli, ¿Lama Sabactaní? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿Por qué me has desamparado?(Está haciendo una pregunta, está hablando con alguien)

(47) Algunos de los que estaban allí decían, al oírlo, a Elias llama éste.

(48) Y al instante, corriendo uno de ellos, tomó una esponja, y la empapó de vinagre, y poniéndola en una caña, le dio de beber.

(49) Pero los otros decían: deja, veamos si viene Ellas a librarle.

(50) Mas Jesús, habiendo otra vez clamado a gran voz, entregó su espíritu.

(51) Y he aquí, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo; y la tierra tembló, y las rocas se partieron;

Aquí vemos que desde la sexta hasta la novena hora, (2.00 a 3.00 PM) el tiempo más claro del día, se puso absolutamente oscuro. Oscuridad es ausencia de luz. No hubo eclipse, no fue algo científico, sino que la luz del mundo se estaba apagando. No fueron nubes que tapaban el sol. Estaba todo absolutamente negro. Ausencia de luz.

Lo que sí hubo, fue una colisión de dos realidades. El impacto fue tan fuerte que se manifiesta como terremoto en lo natural. Fue tan fuerte el impacto de vida que hasta revivió a ciertos muertos y caminaron por la ciudad.

Explicación: lo que sucede en esa dimensión es tan fuerte, que produce manifestaciones en la otra dimensión: en la que conocemos, en la tangible. Es que nosotros llamamos realidad o mundo natural.

El verso 51 dice que el velo fue rasgado. La palabra es SCIZO, que significa: «demolición» en el griego clásico. Es un rasgado de un sistema o de una estructura. No hay una gloria manifestada ni hay un querubín. No hay nada. Lo único que hay es otra dimensión. Una dimensión diferente que se abre al ser humano.

Tan fuerte fue esa manifestación que hubo terremotos. El impacto de una dimensión nos da evidencia de la otra. Cuando Dios habló en el Sinaí, la tierra también tembló, no es nada nuevo. Siempre lo que ocurre en el mundo del espíritu, se refleja en el mundo natural. Lo triste es que tú te pongas a seguir la historia natural y no entiendas lo que está pasando en el mundo del espíritu.

Quiero re-enfatizar que el velo rasgado no nos daba acceso a Dios, nos daba acceso a otra dimensión.

Este ámbito natural, este ámbito que llamamos «la realidad», es un mundo de ilusión. Todo un mensaje como este es apenas una alegoría. Este mundo que nosotros «vemos», es un mundo de ilusión. Nosotros fuimos diseñados para operar en la otra dimensión. Nosotros somos espíritu (eso es imagen y semejanza) y estamos viviendo una experiencia terrenal.

En Génesis, Dios tiene un plan: crear un hombre a su imagen. Cuando Dios comienza a crear, comienza también a traer separación. El tiempo, fíjate, empieza cuando hay separación del día y la noche. ¿Qué tiempo transcurrió entre la creación de la tierra y el tiempo en que hubiera día y noche?

Pudieron haber sido dos billones de años. Lo descubrieron los científicos. No discutas con la ciencia. Básicamente, la ciencia apoya la Biblia, sólo que llegan a sus verdades mucho después que nosotros. Eso si es que creemos en lo que dice el libro.

Mire esto: la caída del hombre fue tan fatal y tan deprimente que el hombre, cuando se imagina algo, siempre lo imagina más inteligente que sí mismo. Un marciano: más inteligente. Cualquier extraterrestre: más inteligente.

Pero… Un momento: si nosotros somos imagen y semejanza de Dios, no hay cosa más inteligente que esa. O sea que si hay otra criatura en alguna otra galaxia, por allí, tiene que ser inferior a mí, porque imagen y semejanza de Dios Todopoderoso, soy yo.

Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza; vamos a darle dominio. La palabra IMAGEN, en el original, tiene una traducción muy singular: Icono», «casa de Dios». La exacta especificación; una copia exacta de integridad, moralidad y carácter.

La misma naturaleza y las mismas propiedades que. Cuando Dios dice «hagamos el hombre de esta manera», (Génesis 1: 26, 27 y 28) está construyendo una maqueta. Todo plan comienza con una idea. En esos pasajes, el hombre no está formado aún. Es un pensamiento, una creación en la mente de Dios.

Hagamos al hombre a mi imagen. Aquí lo tengo: perfecto. O sea: el plan de Dios era: encarnarse. Transferirse de una dimensión a otra. Escucha: cuando Dios descansa, (siempre que Dios va a levantar algo comienza desde su reposo), entonces forma al hombre, en su descanso. No fue hecho en el sexto día, sino en el séptimo.

El hombre es, efectivamente, creado en Génesis 1:26, pero lo que todavía no es, es formado. Dios dice: esta es mi maqueta, esto quiero, esto voy a hacer. Pero el hombre, en esos textos, todavía no está en la tierra. En Génesis 2:5 dice que no había hombre que labrase la tierra. O sea que no existía aún el hombre, aunque ya estaba creado, entiendes?

Génesis 2:7 dice y formó Dios al hombre. Cuando formó a Adán, Corintios nos dice que Adán es «alma viviente», Dios es espíritu vivificante. O sea que Adán no es la imagen de Génesis 1:27. Adán es el comienzo de un proyecto que termina en la imagen de Dios. Como toda construcción empieza con el fundamento y después llega al producto final, que viene siendo igual a la maqueta que dio comienzo al proceso.

Adán es alma viviente. Dios es espíritu vivificante. Dios no es un ser creado. Adán sí lo es. Dios es santo. Adán es inocente. No es ni santo ni profano. ¿Qué es ser bueno sin andar en un mundo de maldad? ¿Qué es ser santo y fiel sin oportunidad de apostatar? Adán no es imagen de Dios; Adán es el comienzo de un proyecto.

El hombre es creado, formado y luego es colocado; lo dice en Génesis 2:15. Yo sé que esto va en contra de todo lo que aprendimos, pero no le hace. Porque la imagen que tenemos es la de un Dios que fracasa dos veces antes de comenzar. Primero se le escapa un ángel y después se le escapa el primer hijo.

Ahora me pregunto: un Dios que fracasa antes de empezar, ¿Qué garantías muestra de que no va a fracasar otra vez cuando regrese? Al cabo, nuestra doctrina también dice que nosotros somos salvos porque Israel lo rechazó.

O sea que somos producto de una casualidad, porque si Israel lo hubiera aceptado, nosotros jamás hubiéramos entrado. Eso es lo que dice nuestra doctrina. Venimos a ser algo así como un plan alterno. Como un pedazo de jamón entre dos panes llamado Israel.

Un Dios que, como no pudo vencer, se tuvo que ir y prometer que iba a vencer después. Ahora: si no pudo vencer la primera vez, según vemos, ¿Qué garantía tenemos que va a vencer cuando venga? Yo lo estoy diciendo de una manera un tanto jocosa, pero eso es lo que enseñamos en nuestros institutos bíblicos, eh?

No te confundas ni te dejes confundir con sutilezas. A Dios no se le escapa nada ni es un Dios de fracaso. No tiene culpa de que ciertos hombres pretendan analizarlo desde la tremenda óptica humana. Y que encima, a eso, le otorguen el rótulo de infalibles. Pobres…

Adán es el principio del proyecto. Es un alma viviente. Luego los coloca en el huerto de Dios. El huerto es el ambiente donde Dios mora. Recuerda que cuando Moisés escribe el libro, la palabra HUERTO es la mejor para explicarte a ti por dónde anda Adán. Adán está en la tierra, sólo que está morando en la dimensión del Espíritu.

Es como una burbuja divina, que ocupa el mismo lugar que el mundo tangible, donde mora el gobierno de Dios. Adán está en el huerto. La palabra es GÁN. El GAN de Dios. Pero fíjate que le dijo que sojuzgara y tuviera dominio de aquello que no era el GÁN. Que protegiera el ambiente donde Dios y el hombre moran juntos, que se llama GAN. Esto es el ámbito donde Dios y los hombres pueden morar en un solo lugar.

Está en la tierra. Todo el mundo lo ve en la tierra, pero su postura espiritual es en el ambiente de Dios. Está consciente del mundo del espíritu. Y ahora, en esa posición, Adán, así como nosotros visitamos el mundo del espíritu, él visita el mundo tangible. Está tan consciente del mundo espiritual que ni cuenta se da que está desnudo.

No está en un lugar con una cerca, un alambrado o un tapial de la cual luego lo sacan. Porque la Biblia no dice que él haya caminado hacia alguna parte. El no se fue a ninguna parte física, pero no volvió a entrar al GÁN de Dios. Cuando Adán cayó, no cayó a Plutón, ni a Marte, ni al centro de la tierra, ni de la escalera de una silla. La palabra CAER, allí, es «redujo su dimensión», o sea: pasó a vivir en otra dimensión.

Estaba en el privilegiado ambiente de Dios y ahora está fuera de él. Los dos ocupan el mismo espacio. Es como que Dios y el hombre moran dentro del líquido. La caída, entonces, vendría a ser morar dentro de la membrana del vaso, donde no tocas el líquido. El vaso o el líquido ocupan el mismo espacio. Espíritu, tangible; mismo espacio.

Dios es Espíritu. Dios no tiene forma. La única forma que Dios tiene y tendrá es un hombre. Si tú alguna vez vas a ver a Dios, lo vas a ver a través de un hombre. Á menos que de espíritu a espíritu se puedan ver. Como no nos hemos muerto, a eso no lo podemos saber.

Por eso Cristo decía: ¿Cuántos años llevo yo contigo y me pides ver al Padre? ¿Tú no entiendes que quien me ha visto a mí ya vio al Padre? No porque era Él, porque Isaías 41 dice que antes que Dios, no hay ningún Dios formado y todo el plan de Dios es encarnarse, formarse, para hacerse visible.

El plan de Dios no es salvación. La salvación se convierte ahora en una puerta para consumar el plan de Dios. Ese es el problema con la iglesia, que si salvamos a la gente ya la dejamos salva, no hemos hecho nada. Llevamos dos mil años celebrando que Dios nos salvó, pero es vana nuestra salvación, no hemos hecho nada con ella. Pablo oraba en contra de eso, que no fuera a ser vana su salvación.

El atardecer. El GÁN de Dios. El intercambio divino entre Dios y el hombre; donde moran dos espíritus. Él pone su Espíritu en Adán. Cuando Adán cae, pierde su posición espiritual. Su posición cambia. Ya no está en el ambiente de Dios.

Está físicamente en el huerto, pero espiritualmente inconsciente del huerto. No tiene acceso. Tú sólo puedes manifestar aquello de lo que tienes conciencia o lo que entiendes. No es que salió físicamente de un lugar a otro; su compostura espiritual cambió.

¿Qué acontece cuando cae? La voz de Dios, o Dios mismo, se convierte en una fuente de intimidación. Y desde entonces, los seres humanos se intimidan cuando Dios habla. Por eso, desde entonces, cuando Dios habla, primero dice: ¿Estás ahí? Soy yo.

Mira; cuando Adán estaba en el huerto, estaba en el huerto pero no tenía que operar proféticamente, porque no estaba consciente de alguna hostilidad. Con decirte que Satanás estaba en el huerto y él ni cuenta se dio.

La caída, la muerte, – porque Dios dijo el día que comas del árbol ciertamente morirás, y en el hebreo dice «muriendo morirás» -, es el estar consciente del mundo literal versus el mundo espiritual. Y como consecuencia, tener que vivir por reacción de afuera hacia adentro, en vez de adentro hacia fuera. Es muy importante.

Otra cosa que le acontece es que pierde el ámbito de autoridad. Tenía autoridad, pero ya no era legal. Porque todo el dominio que se le dio, era relativo a habitar el GAN. Estando fuera de ese ambiente divino puede ejercer esa autoridad, pero la gente ya no le obedece igual. Y desde entonces, el hombre trata de hacer todo, pero tiene que pelear con la hostilidad de la tierra.

Entonces, el verdadero ambiente para el hombre, era el mundo del Espíritu. Cuando el hombre cae, ahora tiene que conducir su vida desde el mundo natural; se coloca un ángel, un querubín con una espada flameante, a custodiar el GAN, el ambiente, la dimensión de Dios.

Y se le dice que la tierra va a producir lo contrario a lo que él necesita. Él va a necesitar semilla, pero la tierra le va a producir espinos. O sea que para vivir, desde entonces, hay que llevarle la contraria a la naturaleza.

Cuando Dios pone a Adán en la tierra, comienza un proyecto que tiene que terminar en muerte para que haya resurrección a su imagen. Recuerda: el proyecto es hacer un hombre a su imagen. Adán no lo es. Adán es un alma viviente, Dios es Espíritu vivificante. Entonces, tenemos que sembrar a ese hombre, para que se produzca algo en imagen a Dios. Muy importante.

Dios coloca a Satanás en el huerto. Lo crea más sutil que los demás animales. No le dice nada a Adán. Si tú pones una serpiente en el patio de tu casa y luego mandas a tu hijo allí, ¿No le avisas? ¿Tú amas a tu hijo, verdad? ¿Cuánto más Dios? Pero no le dijo nada.

Es más: la serpiente usa una verdad y la convierte en una mentira, porque la usa para atrapar al hombre. Pero sí le dijo una verdad; le dijo: no comas. La verdad es que Dios dijo que no comieras por eso, es que sí comes vas a ser igual a él.

Nosotros aprendimos a que ya era igual a él, no lo era. Por eso el verso 22, dice: Ahora el hombre es como uno de nosotros. Ahora el hombre; después que cae. Porque ahora el hombre comienza a discernir entre el bien y el mal. Dios sabe discernir entre el bien y el mal. Adán no sabía.

Dios es un ser que escoge ser lo que ÉL es. Y lo es. Adán es inocencia sin tratar. Por eso vemos, en Hebreos 5, del 7 al 9, Cristo también fue tratado. Y por lo que padeció, tuvo que aprender obediencia. ¿A quién se le ocurre que el Señor tenga que aprender obediencia, si ya la tiene? Muy fácil: no la tenía. Y fue perfeccionado.

Podemos asumir que. Si fue perfeccionado, tampoco era perfecto. Calma. Él nace en perfección inocente, igual que Adán. Pero yo puedo conseguir fabricar un avión perfecto, pero hasta que eso no vuele… Cristo fue perfeccionado volando, ¡El Espíritu lo llevó al desierto! ¡No fue una casualidad! No fue el hombre ni Satanás; fue Dios. Para que no sólo fuera perfecto en teoría.

¿Y qué es lo que pasa? Adán es formado y puesto en el GAN de Dios. El único lugar donde el hombre y Dios moran juntos. En la caída, está ocupando el mismo lugar que tenía aquí, sólo que está muerto, algo que la Biblia llama «muerto».

No cesa en su existencia, sino muerto a la realidad a la cual pertenece. Es la misma muerte que, según Efesios 2, tú tenías cuando Cristo te edificó. Dice que estábamos muertos, pero ninguno de nosotros había sido enterrado, ¿No? Para Dios, muerte, no es ataúd, sepelio y tumba. Para Dios, muerte, es una condición mental que te excluye de su presencia.

Dios, el misterio escondido, pasa a través de los tiempos, a través de los patriarcas, los profetas, los salmistas, hasta que Jesús nace de una virgen llamada María. Isaías 9:6 nos dice que un niño nos es nacido, pero un hijo nos es dado. La primera revelación que nos va a aplastar todas las vacas sagradas, es que el hijo de Dios no nace. El niño nace. El hijo es eterno. Antes de Abraham, yo soy.

Uno de los requisitos para nacer, es no tener previa existencia. El niño nos es nacido, pero el hijo es dado. Ya es. El hijo encarna al niño. Era lo que dios quería hacer, todo el tiempo.

Jesús es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Cristo es el León de Judá. Por eso hay un Cordero y un León alrededor del trono en Apocalipsis. Jesús es el cordero de Dios que quita el pecado. Cristo es el Sumo Sacerdote que viene a sacrificarlo.

En el Antiguo Testamento, el sacerdote, una vez al año, en forma simbólica, preparaba dos corderos, sin mancha y sin arrugas, ambos primogénitos. Por el Urin y el Tubin, revelación y madurez escogía uno, le pegaba un cachetazo a uno y se iba. Al otro, le ponía las manos sobre él, en señal de que estaba transmitiendo el pecado de toda la nación al animal. El sacerdote quemaba al animal, no se quemaba a sí mismo.

Ahora viene la realidad. A la sexta hora está Jesús, primeramente, dice Isaías que Jesús, el cordero de Dios, fue guiado por el Espíritu, como cordero que va al matadero. Y ese mismo Espíritu que trae por dentro, que se llama Cristo, importante es entender que Cristo, es el GAN de Dios.

Un plan perfecto. El GAN. Es lo mismo que el huerto. Decir Cristo y decir huerto, es lo mismo. Un plan perfecto. Sin errores. Cuando empieces a entender lo que pasó en la cruz, se te activa todo lo que verdaderamente es.

El sumo Sacerdote viene a preparar al primogénito. ¿Y por qué primogénito? Porque no es nacido por voluntad de hombre. La Biblia dice que es el primero nacido así. Es el primogénito nacido así, de entre los muertos.

Pero ¿por qué dices que es el primogénito de entre los muertos si Lázaro resucitó antes que ÉL? Y el hijo de la viuda también. Y el fulano aquel al que le tiraron encima los huesos de Elíseo, también saltó para arriba y dijo ¡lupiii!

ÉL, es el primogénito que nace de esta muerte. No muerte física. Todos aquellos que resucitaron antes que ÉL, volvieron a morir; pero desde que Adán cayó, todo el mundo vive, por naturaleza, en este nivel. Por eso Dios se lo pasa diciendo; sube acá y razona conmigo. Mis caminos son más altos que los tuyos. No habla de elevación, sino de calidad. Nacer de arriba, no es elevación; Es calidad.

La palabra ARRIBA significa «superior», es una mejor calidad de vida. Estás rigiendo tu vida por un conjunto de principios superiores al que no está viviendo en ese conjunto de principios. No es nacer de un lugar geográfico; sube acá y razona conmigo, pero tú nunca has subido a ninguna parte.

Mis caminos son más altos. Estamos en sus caminos. La clase de inglés UNO, en la universidad, queda al lado de la de inglés DOS. Fíjate que la DOS es más alta, pero quedan en el mismo piso. Tú puedes meterte en el aula donde dan la DOS, pero sabes que sólo lo puedes hacer cuando te den por aprobada la UNO:

El primero que vuelve a salir del estado natural de muerte al estado natural de vida es del Espíritu. Porque no nace de la naturaleza pecaminosa del hombre, sino de la voluntad de Dios. Jesús nace así. Cristo es el sacerdote que trae por dentro. Al igual que esto era un pedazo de tierra con un soplo de alma viviente de Dios adentro.

El sumo sacerdote lo lleva a través de treinta y pico de años, lo prepara, llega al huerto, en el huerto Jesús abre la boca y dice: pásame esta copa. Dame todas las pruebas menos esta; no me hagas esta. Pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya. Se somete hasta la muerte.

Ahí es que le entrega la vida. ÉL le dice a Pilatos: «tú no me puedes quitar la vida». ¡Claro que no puede! Porque él está en un estado de vida que no muere. Eso es vida eterna. Física y espiritual. Adán fue creado para vivir para siempre.

Por eso la ciencia dice que nos reproducimos en cada uno que vive. Ni cortándote, ni matándote. Se acabó, no mueres. Para morir tienes que estar allí. Si Adán no cae, nunca muere. Es más: estando allí, de lo poco que duró acá, vivió novecientos y pico de años.

Tú no me puedes matar; a menos que mi Padre no decida que tú me mates, en cuyo caso no sería yo que me estoy entregando ni nada que se parezca, sino que estoy obedeciendo a mi Padre, por lo cual no serías tú que estás ganando sino yo sometiéndome a lo que el Todopoderoso decide. Mira: tú eres una marioneta, Pilatos. Si tú me matas, es porque mi papá te da permiso, y si mi papá te da permiso, yo me someto a lo que ÉL decide; tú lo único que haces, es estar en el medio.

De repente, en el verso 46 de Mateo: Eli, Eli, ¿Lama Sabactani? ¿Por qué me has desamparado? ¿Qué aconteció? Cristo puso el cáliz del mundo en Jesús, que es el Cordero que quitó el pecado. Al igual que el sacerdote pone su mano en el cordero. Y se fue. Y se quedó Jesús, sólito en la cruz. La primera muerte. Se identificó con tu muerte. Tu problema era espiritual, no era físico. Una muerte física no te ayuda.

La primera muerte. ¡Muerte espiritual! No sé. La muerte que tú tenías es la que él murió. Espiritual, gaseosa, invisible, no sé; la que tú quieras ponerte, esa fue la que él murió. «-¡Es que Dios no puede morir!-» Es que yo te acabo de decir que Dios se fue. «-¡Es que Jesús y Cristo es lo mismo!-» Bueno; el huevo también es uno, pero tiene clara, yema y cáscara.

Yo te estoy separando las funciones de la deidad, no te confundas. En castellano lo llamamos Jesucristo. ¡Cristo no es el apellido de Jesús! Es Jesús, el Cristo. Es Emmanuel, Dios en los hombres. El niño nace, el Hijo es dado. Importantísimo eso.

Entonces se va el Espíritu de Dios, Cristo. -¿Por qué me abandonas?- Desde que nació, él estaba en el GAN de Dios. Y acababa de ser expulsado del GAN. No por su pecado, sino porque se hizo pecado. Se hizo tu pecado, mi pecado.

Por eso nuestro Dios, mediador entre Dios y los hombres, es el hombre Cristo Jesús. No Dios. La muerte entró por un hombre y la resurrección por un… Otro hombre, no Dios. Si fuera Dios, no vale; habría trampa. Como dicen los pibes en el hueco cuando eligen al que mejor juega: hay robo. ¡Ja! A Dios se le hace fácil hacerlo. ÉL es digno de adoración porque fue como hombre que lo hizo, varón.

Luego, tres versos después, exactamente en el 49, clama otra vez y expira. Ahora Pilatos lo mata, porque ahora está en el nivel donde los hombres mueren. Si no, hubiera quedado colgado en la cruz, para siempre, pero sin morir.

Efesios 1 dice que el Espíritu que mora en ti, es el mismo que vino y resucitó a Cristo desde los muertos. Jesús se mete allá a quitarle las llaves del infierno a Satanás, confiando en que Cristo va a resucitarlo.

Nunca se había hecho tal cosa. Nadie había muerto las dos muertes y vuelto. Por eso él es primogénito de una nueva creación. No es un viejo hombre emparchado, no es un pecador salvado por gracia; es otra onda.

Se siembra la carnalidad corrupta del rey impío Uzías. Es un rey mundano. ¿Por qué mundano? Porque llevaba el pecado del mundo. Pero resucita otra onda. Lo que resucita es incorruptible. Cuando sale el otro lado, mató para siempre a Adán. Por eso Satanás dijo: si llego hasta él, lo que es a la cruz, no va más. Esta resurrección y no otra fue y es su Imagen y Semejanza.

Comentarios o consultas a tiempodevictoria@yahoo.com.ar

enero 1, 2015 Néstor Martínez