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Fieles Hasta el Fin

(Salmo 1: 1) = Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado; (2) sino que en la ley de Jehová está su delicia, y en su ley medita de día y de noche.

(3) Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; y todo lo que hace, prosperará.

(4) No así los malos, que son como el tamo que arrebata el viento.

(5) Por tanto, no se levantarán los malos en el juicio, ni los pecadores en la congregación de los justos.

(6) Porque Jehová conoce el camino de los justos; más la senda de los malos perecerá.

Hace dos mil años atrás, el Señor, en Mateo 13, dijo que Él enseñaba en parábolas. Los discípulos le preguntaron; “Señor, ¿Por qué enseñas en parábolas? ¿Cuál es la idea de complicarle la vida a esta pobre gente? ¿Por qué no les hablas claramente? ¿Para qué les cuentas esas historias?”

Jesús dijo: el profeta Isaías habló de4 esta generación, diciendo, que el oído de ellos se ha engrosado, y con sus oídos oyen pesadamente. Así que yo les hablo en parábolas, para que oyendo no entiendan, y luego crean, y yo los sane.

Vale decir que la parábola vino a ser una especie de cortina, una historia que Jesús contó. Y la gente se quedaba con la historia, pero perdía la revelación escondida en esa historia. Es decir que el Señor, en Mateo 13, cuando dice que les habló en parábolas cosas escondidas desde la fundación del mundo.

Hay una palabra hebrea, que es damah. ¿Y qué cosa es la damah? Una metáfora profética. Es una manera que Dios tiene de revelarnos a nosotros sus misterios Dios usa algo conocido de nosotros, para revelarnos algo desconocido.

Y, a través de esta revelación, llevarnos a lo sobrenatural o a lo trascendente. Por ejemplo: Jesús dijo: el Reino de los cielos es semejante a un mercader que busca buenas perlas, y hallando una perla de gran precio, fue y vendió todo lo que tenía y compró la perla.   

Ahora, el Reino de los cielos es un misterio. Es un misterio que tú no lo puedes capturar en tu mente. Porque es un misterio de Dios. Jesús estaba orando y dijo: “Padre te doy gracias porque has escondido estos misterios de los sabios y de los entendidos, y los has revelado a estos pequeñitos.”

La damah significa tomar un elemento conocido, la perla, el mercader que busca buenas perlas, y a través de un elemento conocido, revelarte algo desconocido, para que tú puedas ser llevado a lo sobrenatural. La palabra damah indica ser llevado de un lugar a otro.

Ser llevado a través de una metáfora profética, de una parábola; ser llevado a través de símbolos, a través de cosas conocidas. Yo soy el buen pastor, y el buen pastor su vida da por las ovejas, significa que la figura del pastor se esclarece.

Todos conocemos lo que es un pastor de ovejas, pero Jesús no está hablando del pastor de ovejas, sino que está hablando de cómo Él te va a llevar a ti a un mundo sobrenatural, a un mundo de revelación.

Toda la escritura es así. Juan 1 parte diciendo: en el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo se hizo carne. ¿Por qué el Verbo se hizo carne? Porque al Verbo no lo puedes entender, no lo puedes explicar. Tú puedes conocer la carne, es decir: a través de un elemento que tú conoces, tú puedes entender algo que para ti ha sido desconocido, y ser llevado de lo natural a lo sobrenatural.

Ser transportado de un mundo lógico a un mundo espiritual. No podemos conocer a Dios, tú no puedes capturar a Dios y meterlo en un idioma humano. Tú no puedes explicar a Dios; Dios es el creador, el iniciador de todo.

Pablo dijo, en 2 Corintios 13, Conozco a un hombre, si en el espíritu no lo sé, si en el cuerpo no lo sé, que fue llevado al tercer cielo, y vio cosas inefables. (El término inefable implica decir cosas inenarrables), que no le es dado al hombre expresar en palabras. De tal hombre me gloriaré.

Dios es más grande que nuestro idioma; Dios no cabe en un lenguaje humano. Ni siquiera en el griego, ni siquiera en el hebreo. Dios es más grande que una cultura, Dios es más grande que todo. Antes que existieran las estrellas, antes que existiera el universo; antes que Dios creara a los ángeles, Dios ya era Dios de la eternidad.

Dios le dijo a Moisés: cuando vayas a Egipto, dile a mi pueblo que Yo Soy te ha enviado. Porque Dios trasciende a toda explicación humana. Si tú puedes explicar a Dios en idioma humano, tú has humanizado a Dios. Tú no puedes meter a Dios ni en un tubo de ensayo ni en un microscopio.

Si tú puedes explicar a Dios en español, tú has rotado la fe, porque Dios es más grande que un idioma, es más grande que una lengua. Dios es más grande que todo. Dios es trascendente, Dios es Todopoderoso, Dios es Espíritu.

Pero Dios se vale de cosas naturales para activar tu mente y hacer que tú puedas entender principios sobrenaturales. Por eso es que siempre digo y diré que tú tienes que aprender a leer la escritura en el espíritu.

Tú, si quieres, quédate con la teología, pero recuerda que la teología es estática, mientras que la revelación es progresiva. Si tú crees que porque estudiaste teología sistemática o fuiste a un seminario bíblico ya conoces a Dios, debo decirte que aún no conoces nada de Dios, porque Dios es infinito, y lo que viene ahora para ti, aunque lleves veinte años en el evangelio, despertarás a algo muy bueno por el grado de revelación que Él va activar.

No vas a tener una nueva doctrina de Dios, vas a tener una nueva relación con Dios Todopoderoso. Toda la Biblia está escrita en el damah de Dios. Porque Dios usa cosas naturales para revelarte cosas espirituales.

Y, a través de esa revelación, él te lleva a lo sobrenatural. Tú vas a ser sacado de tu mundo natural en los próximos años. Vas a ser llevado a una cuarta dimensión. Vas a ser llevado al mundo del espíritu. Vas a ser sacado de tu razonamiento humano.

A ti te encanta analizar a Dios, te encanta pasar toda la revelación por tu mente. Pero Dios es más grande que tu cerebro. Pablo dice: el hombre natural no percibe las cosas del espíritu de Dios, porque para él son locura.

Cuando tú oyes hablar a un hombre del Espíritu, a ti te parece que ese hombre se volvió chiflado. Porque el hombre natural no puede conocer a Dios, no percibe las cosas del espíritu. Pero el hombre espiritual sí percibe las cosas, tiene la mente de Cristo.

¿Por qué? Porque se ha abierto a la revelación de Dios, y porque Dios está revelando a Su Espíritu. Porque el evangelio no es mero conocimiento, sino poder de Dios manifestado. Si lo quieres reemplazar con palabrería hueca, sólo te va a durar un tiempo. Ya fue.

El evangelio es sobrenatural. Si tú puedes explicar un milagro, tú has derrotado la fe. Ministro; ya no es tiempo de ministerios controlados. Dios va a llevarte a aguas profundas. El río de Dios va a arrastrarte a lugares fuera de tu control.

Y eso no es una crueldad ni mucho menos, es apenas un mínimo grado de lógica divina. Porque Dios te compró por precio de sangre, tú has aceptado esa compra y te has entregado coronándolo como Señor de tu vida. Entonces Él será quien diseñe tu ministerio y a ti te quedará sólo obedecer y caminar en la misma dirección que Su Espíritu.

Cuando Jesús murió aquel día en la cruz, dice que el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo. La tierra tembló y las piedras se partieron. Si tú entiendes el damah de Dios, es decir: cómo Dios toma algo natural para revelarte algo sobrenatural, entiendes todo.

¿Por qué se rasgó el velo? Porque ese es un símbolo del cuerpo de Jesús. Dice Hebreos que él nos abrió un camino nuevo y vivo a través del velo el cual es su cuerpo. En realidad, el velo que dividía el Lugar Santo del Santísimo, es sólo una cosa que tú puedes ver para que Dios te revele algo que no puedes ver.

Porque el verdadero velo no es el del templo, sino que es el cuerpo de Jesús. Cuando Cristo murió en la cruz, el velo que es su cuerpo, se rompió. Dice la historia que los sacerdotes, cuando se rasgó el velo lo zurcieron, para poder seguir predicando del Lugar Santo.

Ellos no estaban acostumbrados a entrar en el Lugar Santísimo, así que zurcieron el velo para poder seguir desde este otro lado. Lo mismo has hecho tú durante todos estos años. Has preferido zurcir el velo y no te has atrevido a pasar del lado de lo sobrenatural.

Cristo murió, Él resucitó, es un Cristo ascendido, un Cristo glorificado, que vive dentro de nosotros. Ahora tú vas a cruzar del otro lado, a la otra dimensión, para ministrar en la presencia de Dios. Recién allí podrás soplar como Cristo sopló. Somos transmisores de vida.

El cuerpo de Cristo es el velo, y ese velo se rasgó cuando Él se murió. María no lo conoció fuera de la tumba. Recién cuando Él dijo Yo soy los ojos de ellos fueron abiertos y dijeron: Rabboni, o Maestro. Lo mismo los caminantes de Emaús; no lo conocieron, pero los ojos de ellos fueron abiertos.

Ellos vieron al real Cristo porque el velo se había rasgado. Ese Cristo glorificado hoy está aquí, vive en tu corazón y te permitirá ministrar en la dimensión del Espíritu del otro lado del velo, en el ámbito de lo sobrenatural, con unción, autoridad y gracia.

 

Dice Isaías: Tinieblas cubrirán la tierra, oscuridad las naciones, pero sobre ti amanecerá Jehová, y sobre ti será vista su gloria. Entonces puedes decir: sobre mi será vista la gloria del Señor, y las naciones andarán a la luz de tu nacimiento; los reyes serán traídos en brazos.

Yo, durante mucho tiempo escuché y hasta enseñé una gran mentira que decía que Dios no comparte su gloria con nadie. ¡Hay que leer bien la Biblia! Allí Dios está hablando de los ídolos, no de ti. Cuando Jesús oró en Juan 17, dijo: Padre te doy gracias, porque la gloria que me diste, yo les he dado.

O sea: Él no tiene problemas en impartir su gloria sobre nosotros. Isaías dice: Tinieblas cubrirán la tierra, oscuridad las naciones, pero sobre ti amanecerá Jehová, y sobre ti será vista su gloria. Deberíamos ministrar en el ambiente de la gloria de Dios y Su presencia manifiesta, y cuando el Señor está con nosotros, todas las cosas son posibles.

Debemos dejar de cantar esos coritos que dicen: yo canto como David, o Yo oro como David. No, porque David no tenía la experiencia de recibir a Cristo en el Espíritu. Por eso Pablo dijo en Romanos: No digas ¿Quién subirá al cielo? Eso es para traer a Cristo abajo.

Ese es un Cristo demasiado lejano. Moisés dijo en el desierto: No digas ¿Quién irá al otro lado del río a buscar a Dios? Pablo toma esa parte y dice: ¿Quién subirá al cielo? Eso es para traer a Cristo abajo. ¿O quién descenderá al abismo? Eso es para traer a Cristo de los muertos.

Más él dice: cerca de ti está Cristo, en tu boca, tu corazón; y esta es la palabra de fe que predicamos. Quiero decirte algo para que tengas y guardes: tu boca es el púlpito que Jesús tiene en (Y aquí le puedes añadir el nombre de tu ciudad, de tu estado o provincia, o de tu país).

Él vive dentro de mí, yo soy el verdadero templo del Espíritu Santo. El templo de Israel era la damah, la figura, pero yo soy el verdadero templo del Espíritu Santo. Él vive dentro de nosotros. Esto va de espíritu a espíritu, no es necesario que lo entiendas hoy. Quizás mañana o pasado recién será activada esta palabra. Y no tiene que pasar por tu mente. Eso es un filtro negativo.

Los próximos años el trabajo apostólico será en el espíritu. El diablo trabaja de afuera hacia adentro, pero Dios trabaja de adentro hacia afuera. Así que Dios manda a sus siervos a poner semillas en tu espíritu y esas semillas serán las que provoquen los grandes cambios, no las estructuras religiosas.

Lo que tú no entiendes ahora, seguramente lo vas a entender mañana o pasado. Una mañana te vas a levantar y no vas a poder creer todo lo que vas a entender cuando el día anterior no veías nada ni por asomo. Así es como funciona. La palabra jamás vuelve vacía.

Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos. Escucha: no dice consejos de mundanos, sino consejos de malos. Esto es muy importante, porque a veces un consejo malo te lo puede dar un creyente.

¿Por qué digo que a veces el peor consejo de lo puede dar alguien a quien tú llamas “hermano”? ¿Lo digo por resentimiento o maliciosamente? No, lo digo porque en nuestro ambiente suele haber en algunos casos más incredulidad que afuera.

Job tenía tres amigos que le daban consejos malos, Con esos amigos, él no necesitaba enemigos. Tú tienes que entender que a veces, un consejo bueno, te lo puede dar un impío, y uno malo alguien que se sienta a tu lado en el templo.

Hay gente que no tiene discernimiento de Dios, discernimiento del Espíritu. Cuando tú le abres tu corazón a gente incorrecta, esa gente te va a dar un consejo malo. Son más los no creyentes que me han alentado a seguir haciendo esto que algunos hermanos que conozco. Los resultados te los dejo a tu criterio.

Si tú siempre estás oyendo consejos malos, vas a hacer como el tamo. ¿Sabes que hay una diferencia entre el tamo y el trigo? Recuerda la damah, estamos hablando en figuras. Tú no puedes saber si eres tamo o trigo hasta que no sople el viento.

Porque mientras el tamo es volátil, el trigo permanece. Tú puedes descubrir si eres tamo o trigo cuando sople el viento de los problemas, de las luchas, de la oposición o de las calumnias. Allí sabrás si eres tamo o trigo.

Vamos a leer un pasaje que está en el Libro de los Hechos capítulo 27. Pablo tuvo una experiencia de un naufragio en Malta. Es apenas una experiencia personal, pero una vez más llevados por la damah, podremos encontrar en esa su experiencia, ciertos principios que serán muy bueno aprender.

(Hechos 27: 39) = Cuando se hizo de día, no reconocían la tierra, pero veían una ensenada que tenía playa, en la cual acordaron varar, si pudiesen, la nave.

(40) Cortando, pues, las anclas, las dejaron en el mar, largando también las amarras del timón; e izada al viento la vela de proa, enfilaron hacia la playa.

(41) Pero dando en un lugar de dos aguas, hicieron encallar la nave, y la proa, hincada, quedó inmóvil, y la popa se abría con la violencia del mar.

 

(42) Entonces los soldados acordaron matar a los presos, para que ninguno se fugase nadando.

(43) Pero el centurión, queriendo salvar a Pablo, les impidió este intento, y mandó que los que pudiesen nadar se echasen los primeros, y saliesen a tierra; (44) y los demás, parte en tablas, parte en cosas de la nave. Y así aconteció que todos se salvaron saliendo a tierra.

(Hechos 28: 1) = Estando ya a salvo, supimos que la isla se llama Malta.

(2) Y los naturales nos trataron con no poca humanidad, porque encendiendo un fuego, nos recibieron a todos, a causa de la lluvia que caía, y del frío.

(3) Entonces, habiendo recogido Pablo algunas ramas secas, las echó al fuego; y una víbora, huyendo del calor, se le prendió en la mano.

(4) Cuando los naturales vieron la víbora colgando de su mano, se decían unos a otros: ciertamente este hombre es homicida, a quien, escapado del mar, la justicia no deja vivir.

(5) Pero él, sacudiendo la víbora en el fuego, ningún daño padeció.

(6) Ellos estaban esperando que él se hinchase, o cayese muerto de repente; más habiendo esperado mucho, y viendo que ningún mal le venía, cambiaron de parecer y dijeron que era un dios.

(7) En aquellos lugares había propiedades del hombre principal de la isla, llamado Publio, quien nos recibió y hospedó solícitamente tres días.

(8) Y aconteció que el padre de Publio estaba en cama, enfermo de fiebre y de disentería; y entró Pablo a verle, y después de haber orado, le impuso las manos, y le sanó.

(9) Hecho esto, también los otros que en la isla tenían enfermedades, venían y eran sanados; (10) los cuales también nos honraron con muchas atenciones; y cuando zarpamos, nos cargaron con las cosas necesarias.

En principio, es muy importante entender por qué la Biblia incluyó esta historia. Por qué la Biblia se tomó el trabajo de, en tos capítulos prácticamente, narrar una historia de un naufragio que Pablo padeció. Y es porque, si la Biblia es un libro completo, no estaría completo si no tuviera esta historia.

Y esta historia tiene unas enseñanzas muy valiosas para todos nosotros en este tiempo. Lo primero que quiero decirte, es que cuando tú estás en el propósito de Dios, (como pablo lo estaba yendo a Roma), siempre vendrán fuertes tormentas sobre tu camino.

Y es probable que hoy mismo, en este preciso día en que estás tomando contacto con este estudio, sea el día que fuere y la hora que fuere, tú estés atravesando una de esas grandes tormentas. Porque las tormentas vendrán, lo quieras o no, cuando te encuentres transitando caminos que Dios delineó para ti.

Él te dice que en el mundo tendrás aflicción. Esto es: de ninguna manera lo pone en asunto probable o tesis de cumplimiento incierto. No te dice que es si tienes aflicción, dice que la vas a tener. Pero te anima luego asegurándote que no temas, porque Él ha vencido al mundo.

Ahora bien; lo importante de esto, es que cuando viene la tormenta, Dios está en control. Y aunque se hunda tu proyecto; aunque parezca que todo se ha terminado; aunque parezca que no hay esperanzas, siempre podrás salir a la orilla, aunque más no sea en una tabla.

Dios siempre proveerá una tabla para preservarte. Una tabla puede ser el consejo de un hombre o una mujer espiritual, la amistad de un amigo, la oración de alguien con unción intercesora. Por eso, aunque todo parezca que se hunde y se termina, todavía quedará la tabla que Dios te proveerá.

Pero el gran punto es que, si está vivo, puedes comenzar otra vez ya mismo. Algunos sufrieron naufragio, se les hundió su empresa, su relación de trabajo. Algunos perdieron en ese naufragio hasta su matrimonio. Quedaron sin nada, pero con vida.  Dios no dejó que murieran en ese mar, proveyó una tabla parea ellos. Y hoy pueden comenzar desde cero, otra vez, pero con vida.

Fíjate la reacción que tuvo Pablo. Llovía a raudales, así que cuando llegó a la orilla estaría extenuado y empapado de arriba abajo. Pero pensó con velocidad y se puso a juntar leña para hacer fuego para secarse y calentarse. Eso te demuestra que a veces no es importante si te has caído, lo importante es a la velocidad que te vas a levantar.

No interesa si se hundió el barco, lo que interesa es que ya tienes un proyecto nuevo. No importa si una puerta se cerró, siempre estás buscando otra. Pablo era así, Pablo tenía esa visión de Dios. Pablo tenía una percepción divina.

Se hundió el barco, toda la carga se perdió, ya no puedo llegar a Roma, pero es el momento de juntar leña. Aprende. Si se hundió tu barco y con él se hundieron todos tus planes y hasta tu dinero, da vuelta la hoja y comienza ya mismo con un proyecto nuevo. Dios está contigo y no te dejará morir.

Cuando todo se desmorona y todo lo que ves te dice que se terminó y que nada se puede hacer, levántate porque hay un proyecto nuevo, junta toda la leña que encuentres y enciende ese fuego que te revivificará y te devolverá la fuerza.

Los de la isla de Malta, lo ayudaron. Te lo voy a repetir porque es más importante que lo que parece: los de la isla de Malta, lo ayudaron. Este es un principio que va a tener que cambiar tu vida. Yo puedo ayudarte, si tú te ayudas.

Hay un viejo dicho popular que dice: “Ayúdate, que yo te ayudaré”. Nunca lo terminé de entender con claridad hasta que leí esto. ¿Cómo es eso de ayúdate que yo te ayudaré? Simple. Yo no puedo ayudarte si tú no te ayudas. Es decir, yo sólo puedo ayudarte…a ayudarte.

Porque si tú no te ayudas, ¿Cómo te voy a ayudar yo? Si tú te ayudas, yo podré ayudarte a ayudarte. ¿No has conocido a cristianos que pretenden que los demás le hagan absolutamente todo? Pero ellos jamás se ayudan.

¡Por favor! ¡Ore por mí! ¿Has oído esto alguna vez? Ehhh… ¿No lo habrás dicho tú, no? ¡Es que el diablo me ataca! Entonces quieren que alguien los unja, que les fabrique gozo, que los bendiga, que les pague las deudas, que le arreglen los desaguisados matrimoniales y etc. etc.

¿Y qué pasa si no hay alguien que lo haga? Lo primero que se oye, es: ¡Aquí no hay amor! ¿Conoces alguno así? Veinte años después los encuentras viviendo lo mismo, pidiendo lo mismo y rezongando porque no le dan lo mismo que antes no le dieron. ¡No quieren cambiar!

Entiende esto: Dios te creó con una voluntad y Él te la va a respetar aunque la uses para decidir irte al infierno. Así que mi amado hermano, y aunque sabemos que para Dios no hay cosa imposible y Él puede hacer absolutamente todo lo que se le ocurra hacer, si tú no decides ayudarte, Dios no lo podrá hacer tampoco.

El principio básico de todo esto, es: Dios se mueve con los que se mueven. Sin ir más lejos: hay gente que vive en depresión y siempre están culpando a alguien por eso. Sientes compasión, vas los ministras y, al final, terminas tú siendo el culpable de la depresión de ellos.

A Pablo se le hundió el barco, hermano. Llegó a la orilla en una tabla. Y en lugar deponerse a lamentarse, lamerse sus heridas, quejarse de su mala suerte o amargarse pensando en su triste pasado, empezó a juntar leña para encender un fuego y revivificar su vida y las de los demás.

Cuando tú tienes una visión de Dios, no andas por la vida tratando de inspirar lástima a partir de las cosas horribles que puedan haberte sucedido en el pasado. Por el contrario, andas mirando a ver qué puedes hacer para poner en marcha lo que te va a salvar a ti y a todos los que están contigo.

¿No has oído nunca esa antigua expresión que dice que si dios te cierra una puerta es porque está preparado para abrirte un portón? Así que levántate con dios y comienza algo nuevo hoy mismo. El viejo barco ya se hundió, es tiempo de poner en el agua la pequeña canoa y empezar de cero. Porque lo único que se puede comenzar de arriba hacia abajo, es un pozo. Y corres el riesgo de caerte en él. Todo lo demás, siempre será de abajo hacia arriba.

Estamos aquí porque hemos entendido que si se te cierra un lugar, Dios va a abrirte otro más grande. Escucha; muchos de nosotros, sin merecerlo, sin mérito alguno, podemos dar fe de esto: si Dios te saca de Egipto, es porque te va a llevar a Canaán. Funciona.

Y Pablo comenzó a encender un  fuego y los de Malta le ayudaron. Yo puedo solamente ayudarte a ayudarte. Hay gente que adora que siempre haya alguien en su vida prácticamente acunándolos. En el evangelio sólo se puede ayudar a los que se ayudan. Decir otra cosa es demagogia de púlpito.

En segundo lugar, cuando Pablo encendió el fuego, salió una víbora. Ese es el otro principio. Cada vez que haya un hombre de Dios, una mujer de Dios, que encienda el fuego del Espíritu en algún lugar, saldrá la víbora.

Cuando ola víbora salga, no te asustes. Hace más de dos mil años vino Jesús para dar cumplimiento a lo que Dios mismo le había dicho proféticamente a Eva, cuando le dijo que la simiente de ella le cortaría la cabeza a la serpiente, aunque ésta apenas le mordiera el calcañar.

Escucha: ni bien subas a la dimensión del Espíritu y comiences a moverte en lo sobrenatural, rápidamente va a salirte la víbora en tu denominación. Recibes palabra ungida, se te revoluciona todo el espíritu, enciendes un tremendo fuego de Dios y ahí está: te sale la víbora.

Jesús salió a ministrar y dijo: ¡Fuego vine a echar a la tierra! Y no le salió una, le salió una generación de víboras. El que cree que si no molesta al diablo, él no lo molestará, se equivoca feo. Tú no puedes negociar con el enemigo. Tú debes efectivizar la derrota que ya se logró en la cruz.

Y dice que la víbora se le prendió de la mano, se la mordió. Entiende: no todo lo que se prende a ti, viene de Dios. No todo lo que se pega a ti, viene de Dios. Hay gente que no sabe discernir entre un plato de comida y una bolsa de basura. Y tampoco discierne entre una bendición y una víbora.

Hay gente que se desmorona ministerialmente porque al no discernir espiritualmente se deja rodear por gente equivocada. Es gente que hace tanto hincapié en el amor que termina amando hasta los demonios que desean destruirlo.

Alguien dijo alguna vez que cuando aprendemos a conducir automóviles, lo primero que deberían enseñarnos es que, si deseamos avanzar, jamás deberemos colocarnos detrás de un vehículo estacionado. Eso ocurre con algunos de ustedes que hoy me escuchan. Son buenos, son fieles, tienen sinceridad, pero cometieron el error de pararse detrás de gente que se detuvo en el camino.

Dios sólo se mueve con los que se mueven. Esto no es la mafia, que si alguien quiere salirse no lo dejan y hasta lo matan. Aquí Dios está esperando que tú te muevas. Pero si tú vas y le dices que no quieres moverte más, entonces Él e dice Chau” y se va a buscar a otro que esté dispuesto a seguirle.

Y otra cosa. Cuando te refieras al plan que Dios tiene parar tu vida, por favor, saca los ojos de lo natural. Dios es más grande que tu congregación; Dios es más grande que tu denominación, Dios es más grande que la iglesia evangélica; Dios es más grande que todos, y por eso sus planes son igualmente grandes. No los empequeñezcas.

Y Pablo sacudió la víbora con violencia, y ahí estaban los de Malta. Y dice que ellos esperaban que Pablo muriera. Porque vieron cuando lo mordió una víbora que, ellos sabían, era venenosa al máximo, la gente apenas soportaba sin desplomarse muerta no más de cinco minutos si era mordida.

¿Y qué dijeron ellos cuando vieron que Pablo era mordido? Dijeron lo que muchos de nosotros hemos dicho cuando hemos visto a alguien padecer cosas horribles. “Y…si Dios lo permitió, algo muy malo debe haber hecho…”

Y Pablo es muy cierto que había hecho cosas muy malas cuando era Saulo de Tarso, pero ahora había hallado a Jesús y todo eso había sido perdonado y borrado del Libro de la Vida. Lo mismo ha sucedido contigo, que alguna vez eras la loca, o la prostituta; o contigo, que hace unos años eras el borracho, o el ladrón, o el homosexual. Pero ahora eres nueva criatura en Cristo, las cosas viejas pasaron y he aquí todas han sido hechas nuevas.

No espere que la gente te hable bien de ti cuando entres al verdadero camino del Señor. ¿Cómo lo va a hacer si el antecedente es el propio Jesús, a quien no seguían precisamente personas comunes y corrientes. Lo seguía una ex prostituta, un loco que había tenido como cien demonios, un ex muerto resucitado, un ex estafador: Zaqueo y también Mateo.

Es decir que toda la gente que seguía a Jesús, había sido algo malo en el pasado. Todos los “ex” algo eran los que seguían a Jesús. Pregunto: ¿Recuerdas tú que “ex” eres? No respondas, nadie lo necesita saber; ya está borrado.

Claro está que cuando los de Malta se dieron cuenta que el veneno de la víbora no había afectado a Pablo, cambiaron de opinión. Igual a como hacemos nosotros cuando alguien asciende de ujier a pastor de la iglesia. En fin; de algo no tengo dudas: la gente siempre va a opinar algo de ti.

Pero lo más curioso del caso es que ellos, evidentemente no podían solucionar ninguno de sus problemas, pero se atrevían a decirle a Pablo lo que él era. Y eso sigue vigente hoy: la gente es incapaz de resolver sus propios líos, pero se regodea opinando sobre tu vida sin conocerte.

¿Sabes cuál es la clave de esto? Que la gente no se va a convertir al Dios que tú predicas; la gente se va a convertir a aquello que te sacó del problema. Cuando la gente vea que tú pasas las mismas pruebas que los mundanos, pero que las peleas cantando y sonriendo, ahí será cuando te pregunten: “Oye, ¿Qué es lo que te da la victoria?”

Dijo Jesús que en el mundo tendrías tribulación. Pueden venir –por ejemplo- calamidades naturales que pueden tocarte. Terremotos, inundaciones, todo eso. También pueden venir tormentas a tu vida por la toma de malas decisiones.

Te puedes meter en tremendos líos ministeriales cuando te metes a hacer lo que Dios nunca te mandó hacer. Juan el Bautista vino solamente a presentar al Mesías. Y lo hizo. Y luego dijo que era necesario que él menguara para que Jesús creciera. Pero no lo hizo, siguió ministrando. Perdió la cabeza. Y no era ese el plan completo de Dios para él. No obedeció en el final.

Yo sé que cuando comiences a trabajar de manera genuina para el Reino, recibirás muchísimas críticas. Pero te animo a ser perseverante y mantenerte firme. Cuando tú te mantengas firme haciendo lo que Dios te ha enviado a hacer sin tener en cuenta lo que la gente dice, con el correr de los tiempos, ellos cambiarán de opinión y dirán que no eres un asesino ni un hereje, sino un hijo de Dios.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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junio 1, 2015 Néstor Martínez