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Documento de Identidad

No sé cómo se denominará en tu tierra, pero en la mía simplemente es el DNI, sigla que representa al Documento Nacional de Identidad. Es necesario para todo trámite que debas realizar. Sin él, eres alguien que no existe, alguien que no tiene posibilidades de participar en nada de lo que se haga en el país. Eso en lo literal, en lo material, lo natural y social. En lo espiritual, así como también venimos de un proceso genético, tipo ADN divino, también poseemos nuestro DNI que no sólo nos identifica como ciudadanos del Reino, sino que nos dice a nosotros mismos quienes somos.

        Quiero comenzar este trabajo desde los textos de la Primera Carta a los Corintios, capítulo tercero, que es el sitio en el que Pablo está hablando de que él es un perito arquitecto. Hemos estado hablando de los cambios, las reformas y las cosas que necesitamos entender en medio de tiempos bastante enigmáticos. Todo en la tierra está cambiando, y no será la iglesia la excepción a la hora de tener que ajustarse o adaptarse a esos cambios, obviamente, sin perder ni su identidad ni su objetivo principal. Debe modificar algunas cosas para ministrar efectivamente.

        Dios es el mismo ayer, hoy y siempre y por todos los siglos, pero la metodología para hacer las cosas cambia, y también cambian las formas que Él utiliza para acarrear los depósitos espirituales que están en lugares celestiales a los creyentes. Todo eso está cambiando, conjuntamente con el lenguaje de la iglesia de mover en mover. Según el lenguaje de Dios, de kairos en kairos, que son sus tiempos divinos. En cada kairos es Él quien decide como traernos a nosotros lo que nosotros necesitamos de Él para ese tiempo.

        Hubo un tiempo en el que, a través de mucho ayuno, mucha oración y mucha vigilia, se conseguía acceder a la voluntad del Señor, apropiarse de esos depósitos y cumplir con efectividad sus disposiciones. Hubo otro tiempo en el que nos tocó ser más carismáticos y comenzamos a imponer las manos. Allí tomamos casi una rutina que nos llevaba a que, cada vez que necesitábamos algo de Dios o creíamos necesitarlo, corríamos desesperados a que alguien nos impusiera las manos con la finalidad de acceder a esa necesidad espiritual. Allí se conjugaban la sanidad física, interior, los dones, tener visiones, activar ministerios o, sencillamente, para sentirnos mejor. Inventamos un montón de cosas que hacíamos sólo con nuestras manos.

        Este, en cambio, es un tiempo de impartición. Estamos hablando que Dios, por depósitos apostólicos, por medio de impartición y revelación de la Palabra, está decodificando su voluntad por medio del tiempo en que estamos viviendo. Yo creo, por esta causa, que hoy estamos mucho más precisos, ya que la Palabra dice que vemos y conocemos en parte, tenemos verdades y entendimiento fragmentado. Pablo decía que profetizábamos en parte, hablábamos en parte.

        Y Pablo, en el capítulo 12, cuando corrige algunas exageraciones es en el pueblo de Corinto, donde se manifestaba el Señor por medio de lo que nosotros llamamos los dones, y él ajustaba algunas de esas manifestaciones en aquel lugar, dijo que le mostraría a la iglesia de Corinto, un camino más excelente para obtener el objetivo. Es muy importante entender, entonces, que más allá de los dones, hay una forma más excelente de obtener el objetivo. Más allá de los dones, todavía hay iglesia. Más allá de los dones, todavía comanda Dios. Más allá de los dones, todavía hay poder. El poder de Dios no termina en sus manifestaciones.

        Pablo dice que le va a mostrar un camino más excelente para lograr lo deseado. Sabemos que lo deseado es un varón perfecto. Es el hijo de Dios. Es Dios encarnado en la tierra. Es un  hombre. Dios está creando un hombre a Su imagen. Y cuando comienza a decir que hay un camino más excelente, dice: porque en parte profetizamos. Y en parte revelamos esas cosas. O en parte podemos discernir. En parte podemos interpretar. ¿Por qué? Porque tenemos una medida del Espíritu. Estamos trabajando desde las arras del Espíritu.

        Estamos trabajando con el sello del Espíritu, no con la plenitud. Pero Efesios 1:13 nos promete que la herencia es la plenitud del Espíritu. Así que va a llegar el tiempo en que el Espíritu que había sobre de Él, habitaría sobre la iglesia o el remanente, que sería la iglesia genuina adentro de la iglesia global. Habría una plenitud de Espíritu depositado sobre un remanente en la iglesia, corporativamente, como lo había en Jesús. Estamos buscando la plenitud de Dios en la tierra. Tabernáculos. Pablo dice que conocíamos en parte, pero que veíamos como a través de un vidrio. Como de un espejo.

        Se veía medio empañado, no se veía claro. Pero que según el día se acerca, y cuando lo perfecto (Lo perfecto ahí es lo que él hablaba, el ágape, y el ágape es el carácter, el mérito aprobado). O sea: cuando el carácter de los creyentes ya no fuera el de un niño, aquello que es en parte ya no sería necesario. Porque él dice: “cuando yo era niño, hablaba como niño”. Y se refiere a lo que acaba de decir en el verso anterior. Que profetizaba en parte. Cuando yo era niño, entendía en parte. Hablaba en parte. Los niños se esconden debajo de una mesa y dicen que no podemos verlos, y los estamos mirando.

        Pero el conoce en parte, y jura que porque tiene un obstáculo sobre la cabeza, nadie lo puede ver. Porque conoce en parte. Pablo dice que él profetizaba en parte, pero que cuando dejó de ser niño. Y le llamaba a toda la manifestación de dones, parte de la niñez del creyente. Es impresionante ver que lo que la iglesia cree que es lo más grande de Dios, Pablo lo consideraba como el crecimiento, la etapa de la niñez espiritual. Había una forma más excelente de terminar. La forma más excelente, es madurez. Carácter.

        Claro que la iglesia niña o inmadura, prefiere que le impongan manos a que venga alguien y le hable de carácter. Estuve diciendo todo esto para entender que, cuando Pablo dice: “cuando venga todo lo perfecto podremos conocerlo cara a cara, podremos hablar con Él cara a cara, como hablaba Moisés”. Te pregunto: ¿Cómo hablaba Moisés con Dios, cara a cara, su la Biblia dice que nadie puede verlo y después vivir? Bueno; le hablaba sin enigmas, le hablaba sin parábolas, le hablaba cara a cara, como los amigos, dice el verso. Dios, a Moisés, no le daba directivas confusas o religiosas, era concreto, puntual y directo.

        Nosotros también queremos que Dios nos hable claro. ¿Requisito principal? Carácter. Esto vendrá cuando venga la plenitud del Espíritu, cuando la iglesia esté en otra onda que no tenga que ver con niñerías. Esa es la reforma que estamos experimentando. Estamos cambiando. Y Pablo dice que el fundamento de la reforma, un perito arquitecto, un apóstol que viene con un mensaje de reforma, es uno de esos fundamentos. Apóstol es apostello, enviado. Y en ese sentido, todos los ministros debemos estar enviados. Si no hemos sido enviados, no somos ministros de quien creemos serlo.

        Es más: la iglesia es apostólica, porque es enviada. Porque según Dios envió a Cristo, Cristo envió a la iglesia. Entonces eso quiere decir que todos tenemos algo que se llama apostello. Y no estamos hablando de títulos, naturalmente, estamos hablando de función. Los primeros apóstoles fueron enviados por Dios. Claro; fueron los primeros ministros del Nuevo Testamento enviados a la iglesia. No hubo problemas de títulos ni posiciones con ellos, pero si observamos su función; si estudiamos y observamos cómo trabajaron los primeros doce apóstoles, tendríamos que decir que son evangelistas.

        Vamos a estudiar que hicieron: proclamaron el evangelio, testificaron, trajeron señales y prodigios. Esas son las tres funciones del evangelista. Si hiciéramos un estudio profundo de los cinco ministerios, veríamos que los apóstoles hacen otras cosas. Establecen iglesias. No que la fundan ni la construyen, establecen. Pablo le hablaba a Roma, una iglesia que tenía fe mundial, y le decía que esperaba que Dios le diera la oportunidad de ir allá para restablecerla. ¡A una iglesia que ya era famosa mundialmente! Pablo orando para que lo dejaran entrar a Roma, para poder establecerla.

        O sea que es más que posible tener una mega iglesia muy famosa y no estar establecido. Establecer una iglesia requiere discipulado, requiere espíritu paterno de un hombre con sabiduría, para decodificar la Biblia para los tiempos presentes. Pablo es el único que explica lo que sucede en la cruz. Los demás, proclamaron la cruz, pero Pablo la explica. Pablo es el primero del orden apostólico en el Nuevo Testamento. De los cuales, mucha iglesia dice que no existe. Pablo fue el primero, hay otros 28 antes que se acabe el Nuevo Testamento. Y hoy en día tenemos varios…

       Viene con un mensaje diferente. Y dice que el fundamento que él pone, en el verso 10, habla de conformidad con la gracia de Dios que le ha sido dada él, como perito arquitecto puso el fundamento, y otro será el que edifique. Esa palabra “otro”, existen dos en el Nuevo Testamento. Otro de otra especie, que es como decir un maletín o unan cartera, son dos cosas diferentes. Pero decir un vaso y otro vaso, estamos refiriéndonos a algo de la misma especie. Esto significa que otro puede venir a poner el mismo fundamento, siempre y cuando tenga la misma gracia.

        O sea que en la iglesia se edifica deliberadamente, no porque alguien llama por teléfono y dice: “mira, estoy pasando por tu ciudad, déjame predicar.” Si estamos construyendo un edificio y recién estamos tirando la plomería, no quiero que vengan los del concreto. Primero debemos colocar todos los tubos. Hay un orden, hay un principio, se edifica deliberadamente. Estamos construyendo gente, mentalidades. Una cultura corporativa. Un vocabulario, una tribu, una identidad. Estamos diseñando un dominio en el mundo del espíritu. Un acceso para que Dios pueda entrar en la sociedad por medio de los recursos humanos entregados al dominio de la autoridad de la gracia del hombre clave en la casa.

        Deliberadamente. La Palabra dice que la iglesia es el candelero y se edifica a martillo de una sola pieza. Y eso se hace. No se ora para que se haga, se hace. Tú puedes orar para que tu iglesia se convierta en lo que sea, pero sólo se va a convertir en lo que tú hagas en el ámbito espiritual. Otro pone el fundamento, el cual ¿Es que? Cristo. Ahí está la razón de la pregunta, porque hablamos de reforma, estamos reformando, hay que cambiar la forma de operar, cambio de leyes, no hay atrio, qué sé yo cuanto más. Hemos estado hablando de reforma por espacio de varios años. ¿Y después?

        Yo ya acepté el cambio, estoy transicionando, estamos contigo compartiendo esto en un mismo sentir, de acuerdo, pero ¿Qué fundamento trae el apóstol? El apóstol no trae otro fundamento que el de siempre, Cristo. ¿Y por qué otra vez? Porque Cristo fue proclamado, pero nadie explicó que fue lo que pasó en la cruz. ¿Cómo hacemos algo? No sé, explícalo. Y bueno, yo hago la oración del pecador y ya está, yo soy salvo. Aunque no entiendo por qué la sangre tiene algo que ver conmigo, o la muerte  física de un hombre tiene que ver con salvarme a mí. ¿Quién me lo explica? Yo quiero ser salvo, ayúdame.

        ¡Es que tienes que creer! – ¡Es que yo creo, lo que me pasa es que no entiendo, ayúdame! – ¡Tienes que arrepentirte y pedir perdón! – ¡Es que ya me arrepentirte, pedir perdón y recibir redención! – ¡Es que ya me arrepentí, pedí perdón y sé que fui perdonado, pero sigo sin entender cómo es que funciona este asunto! Cuando no podemos contestar a esas preguntas, perdemos identidad en el mundo del espíritu. Algo que somos, por herencia, no puede funcionar. Porque somos sacerdotes, pero eso es si sabemos cómo. Mientras tanto, somos creyentes tratando de ser sacerdotes.

        Entonces, la reforma no es solamente un cambio de como se hacía antes y como se va a hacer ahora un culto. Tenemos que volver a la Palabra una y otra vez y ver quien es Cristo. Y vamos a hacer un poco de eso, ahora. Buscar en parte lo que es nuestra real identidad. Entiende: interactuar con Dios, no tiene nada que ver con ritualismos eclesiásticos ni ejercicios religiosos. Es menester entender la ley de los cielos. ¿Sabes tú cómo opera el mundo invisible? Porque ese es el gan de Dios en el que nosotros debemos operar.

        Todo esto, de hecho, aunque estemos en el mundo físico. Los dos ocupan el mismo espacio. ¿Conoces tú la diferencia entre una restricción espiritual y un control legalista? Es la diferencia de estar restringido internamente a estar controlado externamente. Estas cosas se tienen que definir para llegar al final. El final es una iglesia libre, restringida por voluntad propia. El Reino de Dios, por dentro. Según va aumentando la gloria de Dios por dentro, se van soltando los grilletes de afuera.

        Eso se construye por una mentalidad, por un estilo de vida espiritual, una condición mental en el creyente. Y esto es lo que aspiro de dejarte en esta serie de estudios tan profundos y tan poco…atractivos como entretenimiento temporario, que es mayoritariamente nuestro uso y costumbre. Nadie puede poner otro fundamento que el de Jesucristo. Eso es lo que yo llamo un mensaje cristocéntrico. No se trata de nombrar a Cristo varias veces, se trata de convertirlo en cabeza real de la iglesia. Muchas veces la gente piensa que el mensaje del Reino es como el de la Nueva Era, porque habla mucho de que uno está hecho en semejanza a Dios.  

        Lo que muy pocos entienden, es que tenemos que reducirnos para que Dios sea visto en nosotros, y no que nosotros seamos dioses. Es todo lo contrario a la Nueva Era. Es todo Dios y nada nosotros. El que se une con Dios UN espíritu es con Él. No es que tú eres Dios, es que tú mueres y Él vive en ti. Cristo fue predicado, tanto en el mover de Santidad como en mover Pentecostal. No sé si predicó tanto en el mover carismático, porque allí el énfasis estuvo centralizado en el potencial del creyente. Lo máximo que se hizo en Él, allí, fue que podíamos alabar con las manos levantadas.

        Pero Cristo tiene tres unciones. La primera está en Hechos 10:38, no tienes que ir allí, son escrituras comunes, donde Él fue ungido para hacer bien a todos. Esa es la unción más leve. Es la primera unción. Después Él cruza su Jordán, Lucas 4, pasa por todas sus tentaciones, sale y comienza a sanar a todos los que son traídos a Él. Muchos acamparon en este mover. Muchos acamparon en esta unción. A muchos les gusta este nivel de unción. Pero este es un fragmento, una parte de la verdad. No es toda la verdad. Ese ministerio fluye a través de los dones que son las arras del Espíritu.

        Pero hay más, mucho más. Después de las arras, hay algo que se llama la plenitud. No queremos cambiar la plenitud por las maravillas. Las maravillas son espectáculo y nos atraen, pero la plenitud aunque es más sobria y no acarrea espectáculo, es más fuerte. Es más de Dios. En el primer nivel de unción de Cristo, está el hacer bien a todos. Pasamos por ahí y recogemos los depósitos que hay ahí y son apropiados a nuestra vida, lo que no pierde valor con el tiempo, ya que continúa con nosotros y seguimos caminando. La segunda unción es un poco diferente. Esta se encuentra en marcos capítulo 14.

        (Marcos 14: 3) = Pero estando él en Betania, en casa de Simón el leproso, y sentado a la mesa, vino una mujer con un vaso de alabastro de perfume de nardo puro de mucho precio; (Recuerda que la mujer, en la Biblia, es una iglesia); y quebrando el vaso de alabastro, se lo derramó sobre su cabeza.

        (4) Y hubo algunos que se enojaron dentro de sí, y dijeron: ¿Para qué se ha hecho este desperdicio de perfume?

        (5) Porque podía haberse vendido por más de trescientos denarios, y haberse dado a los pobres. Y murmuraban contra ella. (Murmuraban contra esta clase de iglesia).

        Las personas que reaccionaron y dijeron que se podía haber vendido ese perfume por trescientos denarios y con eso darle de comer a los pobres, pertenecen a la primera unción, donde todo el poder de Dios siempre se usaba para ser el bien. Trescientos, es el número que siempre se usa en la Biblia para graficar el poder sobrenatural de Dios. Habla de la unción, del poder sobrenatural. Trescientos es el número de victoria en medio del caos en todas las escrituras.

        Trescientos codos de longitud era el arca de salvación, la cual no era un barco, sino una gente que Dios está edificando hoy para salvar a los ignorantes que ni cuenta se han dado que Dios se movió. El arca, es gente con el poder sobrenatural de Dios, con la plenitud del Espíritu, 50 codos de anchura y con 30 codos de estatura, que es la plenitud del varón perfecto. Es gente, no es un barco. La Biblia no habla de barquitos para niños, enseña a los niños la verdad. Habla de gente que es preparada. Dios está levantando hoy mismo esa misma clase de gente-arca. Y ese barco son muy pocos los que ayudan a construirlo, porque es algo que se construye antes de lo que se necesita.

        La gente no entiende, porque esta gente está usando el poder de Dios y no oran por nadie, porque desperdician el alabastro. Porque desperdician ese perfume tan precioso del Señor. Que cuesta trescientos denarios. Podríamos haber hecho una campaña con eso y salvábamos a mil. Pero a Él lo estaban ungiendo para el entierro, que es la segunda unción. El entendimiento es entierro. Son la gente que entiende su entierro los que caminan en el poder de la resurrección, anótalo. Gedeón también tuvo victoria con trescientos hombres, ¿Recuerdas?

El tabernáculo, cinco por veinte, diez por diez y diez por diez, trescientos codos. La casa de Dios, el tabernáculo, el arca. Todo esto tiene que ver con el poder sobrenatural de Dios. Hay gente indignada porque hay iglesias que están usando bastante unción, se dan cuenta que los ministros sí tienen unción, sí tienen revelación, y sin embargo se usa de una manera diferente. Y nadie entiende por qué. Simple. Porque todavía están encajados en la primera unción, donde cada vez que aparece algo que se llama unción, tiene que servir para hacer el bien. Cristo dijo: yo sólo hago lo que veo que Él hace. Y muchas veces dejó al enfermo allí, al pobre aquí y al leproso ahí.

        En una ocasión entró y sanó a uno solo, y dejó a todos los otros en el estanque. En otra ocasión levantó la cabeza, vio que venía una multitud, se metió en un barco y se fue para el otro lado. Ese era Jesús, el amoroso. Luego hay una tercera unción, que es la unción del gozo. Ahora escúchame lo que voy a decirte. Como todo lo carnal, siempre llega primero. Esta unción del gozo no es una unción del gozo en esperanza. No es un gozo que ahoga la realidad. No es una risa que viene para que tú te sientas bien en medio de una crisis. Está bueno poder reírse, pero eso no puede ser tomado como lo máximo de Dios.

        El gozo no tiene nada que ver con la esperanza de que algo malo desaparezca. Escucha: lo que está allí por negligencia tuya, que es como sucede la mayoría de las veces, no desaparece con risa. Te puedes reír hasta que se te caigan las muelas, y cuando termines, será igual que el alcohólico: su problema está en el fondo del vaso. Esto de lo que estoy hablando es otra clase de gozo. Es el mismo gozo por el cual, dice la Biblia, Jesús fue a la cruz. Es un gozo de completamiento. Este es el gozo del sí. Este es el gozo de: “me río porque lo hice, no porque lo quisiera hacer”. Esta es la última unción, y no viene si no entiendes el entierro.

        Son tres niveles de unción. Ese es el Cristo que debemos conocer, el de Marcos 14. Lo que estamos estudiando hoy es la calidad de unción que nos permitirá saber qué fue lo que se consumó en la cruz. Recuerda que el hombre según piensa, así es él. Todos nosotros tenemos diez billones de dólares en el banco. ¡Pero si yo tengo solamente veinte dólares! Bueno; mañana cuando te levantes, vas a tener diez billones más veinte dólares. Pero somos tan buenos cristianos que no nos atrevemos a gastar ese dinero porque no sabemos cómo fue que llegó allí.

        Debemos hacer lo que en sistema bancario se conoce como una conciliación de cuenta, para poder comprobar y detectar cómo eso que figura en mi cuenta ha llegado allí, y por qué razón legal lo puedo estimar y considerar como mío. De otro modo, aunque eso esté allí, yo jamás voy a poder vivir en ese nivel. Lo tengo allí, pero como no sé de qué modo llegó allí, no lo puedo canjear. Hay que hacer una investigación. Vamos a ver ahora, en la Biblia, como los sacerdotes fueron excluidos del ministerio porque no supieron reconciliar lo que habían recibido.

        (Esdras 1: 1) = En el primer año de Ciro rey de Persia, para que se cumpliese la palabra de Jehová por boca de Jeremías, despertó Jehová el espíritu de Ciro rey de Persia, el cual hizo pregonar de palabra y también por escrito por todo su reino, diciendo: (2) así ha dicho Ciro rey de Persia: Jehová el Dios de los cielos me ha dado todos los reinos de la tierra, y me ha mandado que le edifique casa en Jerusalén, que está en Judá.

        En el Segundo Libro de las Crónicas 36:22-23, recuentan los mismos datos. Entendamos: Ciro es un hombre que decreta, es un hombre mundano, es un rey mundano, y decreta que Israel salga y reedifique el templo del cautiverio de Babilonia. Babilonia, te recuerdo, en hebreo es la palabra babel, que significa “confusión por mezcla”, y en el griego babulón, que significa “confusión”. Zorobabel es el hombre que saca el primer grupo de remanente de Babilonia. Pr nosotros, Babilonia significa varias cosas, pero hemos entendido a través de varios mensajes, que la ciudad es usada por Dios como una analogía, para mostrarnos cómo opera su espíritu.

        La misma palabra nos dice que está dividida en tres partes: política, religión y economía. Se sienta sobre las muchas aguas, y en Apocalipsis se nos dice que las aguas son muchas naciones, mucha gente, linaje de toda tribu y de toda lengua. O sea que Babilonia no es una denominación, no es una secta, Babilonia no es la iglesia Católica, sino que es un espíritu, una actitud de creyentes en todas las iglesias o sectas, fuera del mundo, en el mundo, en la iglesia, fuera de la iglesia o en cualquier parte. Es un espíritu, una actitud, es una mentalidad que trabaja en contra de los propósitos de Dios; salvo o no salvo.

        Es una que dice que “no seré viuda”, que no ve que su marido ha muerto y que, sin embargo, piensa casarse con Cristo. Está vestida igual que la iglesia. Con los mismos colores y las mismas perlas. Babilonia es una iglesia falsa, dentro de otra iglesia. Es una mentalidad.  Ahora bien; salir de Babilonia tiene varias dimensiones. Podemos salir de Babilonia saliendo del mundo. Podemos salir de Babilonia saliendo de la religión. O puedes salir de Babilonia simplemente cambiando tu mentalidad allí, sentado donde estás exactamente en este momento.

        La cuestión principal es que Dios dice “¡Sal de Babilonia, pueblo mío!”. Y le está hablando a su pueblo. Ese es el tiempo que estamos viviendo. Cuando Babilonia comienza a caer, todo el mundo anda enojado, menos los apóstoles y los profetas.  ¿Por qué? Porque Babilonia ataca y, si puede, destruye a los apóstoles y los profetas, porque son los únicos que la pueden discernir. Babilonia es la doctrina que te enseña que no hay ninguno en la iglesia genuina, que todos andan como mejor se puede y que con eso debemos conformarnos.

        Babilonia es inmensa, gigantesca. Pero está cayendo a gritos. Y los únicos que lo están celebrando son los apóstoles y profetas. – ¡Es que yo conozco un apóstol que está enojado y no celebra! – Falso. Todos los demás son mercaderes que se han estado beneficiando de ella. Estas no son palabras lindas ni mucho menos populares, sólo son necesarias. Babilonia está cayendo. Babilonia es una ramera. Una ramera es una persona que no se compromete con nadie. ¿Conoces tú a gente sin alianzas y sin pactos? ¿Sin compromiso?

        La ramera es una persona que nunca te enseña su verdadera identidad. ¿Conoces tú a gente así? La ramera es una persona que quiere que las cosas se arreglen de la noche a la mañana. Seguro que conoces a alguien así. La ramera finge, simula, sin otro interés que el suyo propio. Estas no son cosas literales, son adjetivos y analogías que Dios usa para que tú puedas discernir cómo opera aquello que viene en contra de su propósito. Babilonia está en nuestro medio todo el tiempo. En Apocalipsis capítulo 2, Babilonia es una doctrina, se llama Jezabel, que seduce a los líderes de la iglesia.

        Lo dice la palabra. Que le enseña esa doctrina, dice. ¿Dice o no dice? Sí, dice. Entonces, Babilonia es una doctrina. En ese caso se llama Jezabel. Y nosotros la hemos reducido a dos o tres viudas de la iglesia. Lo que una alegre viudita hace en la iglesia, no tiene nada que ver con lo que Babilonia puede hacer desde el mismo púlpito. Eso es lo que está cambiando. Hay cambios. Dios está ministrando. Ciro es un rey mundano y dice: vamos a salir de Babilonia. Ciro es una tipología de Cristo. Ahora; ¿En qué puede Ciro ser tipología de Cristo si Cristo no tiene nada de mundano?

        Déjame mostrarte algunas cosas, Malaquías capítulo 4. El nombre Ciro significa Sol, la lumbrera esa que sale por el este todas las mañanas.

         (Malaquías 4: 2) = Más a vosotros los que teméis mi nombre, nacerá el Sol de justicia, y en sus alas traerá salvación; y saldréis, y saltaréis como becerros de la manada. (Ahí lo estás viendo: Sol, con mayúscula, refiriéndose a Cristo. El mismo nombre de Ciro.) 

         (2 Pedro 1: 19) = Tenemos también palabra profética más segura, (Ese es Cristo, al cual ellos dicen que manejaron y palparon, y todo eso), a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana, (En este caso el Sol), salga en vuestros corazones.

        Vemos, entonces, que Ciro es un rey mundano, pero que sin embargo lo que su nombre significa, se le aplica a Cristo. ¿Cómo Cristo y cuándo Cristo es mundano? Cuando está en la cruz, y el cáliz de tu pecado y el mío es puesto en Él. Y Él se convierte en pecado. Es la muerte de un rey gentil la que nos saca de Babilonia. ¿Me explico? Cuando Jesús va a la cruz, sin pecado, le es imputado el pecado de toda la humanidad, el tuyo y el mío entre ellos. En ese momento, cuando recae sobre él toda esa suma pecaminosa, el dejar de ser sin pecado. Solamente en ese estado podía emitir el decreto que nos sacara de Babilonia.

        Recuerden que Babilonia es confusión. Ahora bien: esta gente que es excluida del ministerio, no lo es porque no anden en la misma onda que los demás, sino que hay unos cambios que están ocurriendo. Esta conciliación se hizo en el tiempo de reforma, y siempre que hay reforma, las vestimentas tienen que cambiar. Porque para cada mover de Dios que ocurre, hay una nueva unción y un nuevo vocabulario que lo acompaña. Y nuevos métodos para trasladarlo. Si se recuerda a Josué, también tipología de Cristo, en el libro de Zacarías, que es un libro de reforma, hay elementos para entenderlo.

        Cuando se está reconstruyendo el templo una vez más, con la unción de Zorobabel, y ahí vemos a Esdras y a toda esta gente trabajando una vez más, unidos, vemos que ahí está el famoso refrán de: “El Señor te reprenda, Satanás”, cuando él está parado, frente al trono, y hay una transición.  Y de repente el sacerdote, está parado frente a Dios, el sacerdote, (Esos somos nosotros, porque dice que él y sus amigos serán señales para los tiempos finales, Zacarías 3 en adelante. Ese es el hombre-pámpano, el remanente, o la manifestación de los hijos de Dios, que está por manifestarse en este tercer día, al que nos estamos acercando, pasado el segundo milenio.

        Cuando se paran frente a Dios y oran, parte del cambio es quitarles las vestimentas viles. Recuerden que él está vestido de sacerdote, que era la vestimenta más sagrada del Antiguo Testamento. Pero en el momento en que hubo un cambio, aquello que era sagrado, pasó a ser vil. Era sagrado. Él era levita. Y como levita que era, los mantos que traía eran sacerdotales. Pero en el cambio, que ya hemos visto en otro estudio en Hebreos, que no es de lo levítico, sino de una tribu de la cual Moisés no escribió nada, y según el orden de Melquisedec, no del levítico, le cambia por vestiduras de gala, que no son las vestiduras de un sacerdote, sino las de un rey.

        Porque Melquisedec es sacerdote y rey. Y el cambio es que ahora, la unción que los cubre no es la sacerdotal, de ministrar a gente, sino la de gala, que tiene activación gubernamental. Hay un cambio. Le ponen mitra. Le ponen corona, es sacerdote.

        (Zacarías 3: 2)  Y dijo jehová a Satanás: Jehová te reprenda, oh Satanás; Jehová que ha escogido a Jerusalén te reprenda. ¿No es este un tizón arrebatado del incendio?

        (3) Y Josué estaba vestido de vestiduras (¿Qué?) viles, y estaba delante del ángel.

        (4) Y habló el ángel, y mandó a los que estaban delante de él, diciendo: quitadle estas vestiduras viles. Y él le dijo: mira que te he quitado (¿Qué?) tu pecado.

        Pecado es la palabra armatías, estás en error. ¿Por qué? Bueno, porque dios salió del templo y anda por allá, y tú todavía estás ministrando acá. Y ahora, lo que estabas haciendo, aunque era bueno en ese momento, y no lo es; ahora es pecado. ¿Cómo pecado? Que está incorrecto; no está dando en el blanco. Porque pecado, sabes, no significa solamente fumar marihuana. Pecado significa no dar en el blanco. La mayoría de la iglesia está en pecado. 

        (4) …y te he hecho vestir de ropas (¿Cómo?) de gala.

        (5) Después dijo: pongan mitra (¡Mitra es para los reyes!) limpia sobre su cabeza. Y pusieron una mitra limpia sobre su cabeza, y le vistieron de ropas. Y el ángel de Jehová estaba en pie.

        (6) Y el ángel de Jehová amonestó a Josué, diciendo: (7) Así dice Jehová de los ejércitos: si anduvieres por mis caminos, y si guardares mi ordenanza, también tú gobernarás mi casa, también guardarás mis atrios, y entre estos que aquí están te daré lugar.

        (8) Escucha pues, ahora, Josué sumo sacerdote, tú (¿Y quién?) y tus amigos que se sientan delante de ti, porque son varones (¿Qué?) simbólicos. (Está hablando del tiempo de Melquisedec, de tú y yo, hoy) He aquí, yo trigo a mi siervo el Renuevo. (Mi siervo, uno; el Renuevo, muchos).

        Uno y muchos. ¿De qué está hablando? De lo que llamamos el multimiembro Reino de Cristo. Es el Remanente Santo. Es la vid y sus pámpanos. Si vs a Isaías 11, dice que el espíritu de sabiduría, espíritu de ciencia, espíritu de conocimiento de Jehová, está sobre él.  Pero si lees el verso uno, ahí dice que él es el tronco de Isaí, la raíz, y que de la raíz sale un vástago. Y dicen que el vástago es Cristo, pero lo que es cierto de Cristo ayer, es cierto sobre ti hoy, porque tú eres Su cuerpo en la tierra, ¿Te habías olvidado?

        Porque dice del tronco de Isaí, que es David, saldrá una raíz, ese es Cristo. Pero dice que luego, de esa raíz, saldrá un vástago, ese eres tú. Y sobre él, no la raíz, el vástago. ¿Qué vástago? El hombre-vástago. ¿Quién es ese? Cristo. ¿Quién es Cristo? Nosotros. Nosotros en él, él en nosotros. Un solo cuerpo. Son varones simbólicos de algo que sucede hoy, ¿Cuántos me están entendiendo? Hay un cambio que se está extendiendo, y dicen: ¡Quítale esas cosas sacerdotales y de ministrar, y ponle ropas de gala! Y cambia la forma en que se ministra.

        (Zacarías 6: 10) = Toma de los del cautiverio a Heldai, a Tobías y a Jedaías, los cuales volvieron de Babilonia; e irás tú en aquel día, y entrarás en casa de Josías hijo de Sofonías.

        (11) Tomarás, pues, plata y oro, y harás coronas, y las pondrás en la cabeza del sumo sacerdote Josué, hijo de Josadac.

        ¿Adónde se coloca la corona? En una cabeza. Pero aquí no está diciendo corona, está diciendo coronas, muchas. ¿Muchas corona en una sola cabeza? No, en muchas. Porque esa cabeza es Cristo y Cristo somos todos. Porque no podemos hablar de Cristo sin hablar de ti. Porque somos un cuerpo de carne, dice la palabra. Y no es una expresión idiomática, es una realidad. Nosotros somos el vaso, Él es el agua que llena el vaso.

        (Verso 12)  Y le hablarás, diciendo: así ha hablado Jehová de los ejércitos, diciendo: he aquí el varón cuyo nombre es el Renuevo, (Todos nosotros, ¿recuerdas?) el cual brotará de sus raíces, y edificará el templo de Jehová. (Escucha: no dice que construirá un templo de mampostería A Jehová; dice que edificará EL templo de Jehová, o sea: nosotros, templos del Espíritu Santo, que es Dios.)

        Vamos a ver: ¿Cuántos candeleros hay? Uno. ¿Cuántas luces hay en el Lugar Santo? Una. ¿Cuántas extensiones tiene? Siete. ¿Son diferentes o son parte del candelero? Es el mismo candelero. ¿Son siete partes o una sola pieza de oro? Una sola pieza de oro ¿Cuántas luces hay? Una. ¿Cuántas luces son? Siete. Entonces, ¿Es una o son siete? Son una y son siete, somos uno. Somos el candelero, la iglesia. Él es la caña, y su expresión está en los brazos. ¿Lo puedes ver? Te voy a dar todas las tipologías para que no te sientas mal cuando te digo que tú y Cristo están unidos.

        Fíjate que fabricamos por falsa enseñanza un Cristo tan inalcanzable, que la mayoría piensa que nadie podrá ser perfecto aquí. Por eso pensamos y enseñamos que solamente cuando Él retorne esto va a perfeccionarse. Porque lo dibujamos de una manera que nadie entiende otra cosa. Lo malo es que la Palabra dice otra cosa. De otro modo, seguiremos teniendo un evangelio que no termina. 

         (Verso 13) = Él edificará el templo de Jehová, y él llevará gloria; (Estamos hablando de Cristo); y se sentará y dominará en su trono, y habrá sacerdote a su lado; (Él en su trono y, ¿Habrá sacerdote a su lado? ¿A qué no sabes quién será ese sacerdote? Tú.) y consejo de paz habrá entre ambos.

        Allí estás viendo con total claridad, la tipología del cambio. Ciro, es tipología de Cristo. ¿Entonces qué te estoy diciendo? Que lo que nos hace salir de Babilonia, es la muerte de un rey lleno de pecado. Tienes que entender esto, porque este es el fundamento de los cristianos.

        (Efesios 2: 1) = Y él os dio vida a vosotros,

        ¿Cómo que me dio vida? – Sí, estabas muerto. Recuerda que Cristo es el primogénito entre los muertos. Sin embargo Lázaro resucitó primero. El hijo de la viuda, también. Y aquel muchacho que cayó sobre los huesos del profeta, también, por allá mucho antes de la gracia.  Ya se recobraba vida de huesos secos. Entonces, ¿De qué muerte es que Él resucita primero? Espiritual. Ahora bien: si resucita de muerte espiritual, ¿Cuál es el requisito para resucitar de muerte espiritual? Morir espiritualmente. ¡Es que tenemos un enredo!

        Recuerda que en el Edén, que es el Gan de Dios, cuando Adán peca, se queda clavado al piso donde estaba, no se cayó físicamente a ningún lugar geográfico diferente. Fue caída espiritual. Físicamente quedó donde estaba, ocupando el mismo espacio.  Fue su conciencia la que cayó. Él estaba ahora aquí, consciente de lo espiritual e inconsciente de lo material. Tan inconsciente de lo material, que no se daba cuenta que estaba desnudo. Es en el mismo momento en que cae que se apresura a cubrirse, porque allí estaba mucho más consciente de lo externo que de lo interno. 

        Lo que quiero explicarte, es que él caminaba allí guiado por su interior, de la misma manera que tú, hoy, eres guiado por tu exterior. Muy bien; déjame darte una buena noticia: antes que todo termine, tú y yo vamos a estar caminando en el mundo físico, guiados por el mundo interior. Eso, créeme, es mejor que un don. Pero eso requiere carácter, y un entendimiento claro y preciso sobre qué fue lo que pasó en la muerte. Estamos hablando del tercer día de Dios, no es más de lo mismo. Es otro día. El tercer día no mejora el Pentecostés, nos mueve al Tabernáculo. No es la misma fiesta.

        La gloria mayor, no es más de la misma gloria. Si la tipología es correcta y todo el Antiguo Testamento es tipos y sombra de lo que Dios está construyendo en el mundo del espíritu en el futuro, entonces la primera gloria de Salomón fue mucho más grande que la gloria de Zorobabel.  La casa de Zorobabel no era externa, era interna. Y los materiales no fueron regalados, había que subir al monte a buscarlos, cada cual. Era más costosa y trabajosa la de Zorobabel que la de Salomón. La gloria era de otra clase. Es la gloria que nos hace su habitación, su morada; no la que te hace sentir bonito y temblar, reír y todo eso.

        (Efesios 2: 1) = Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos,

        Y esa palabra, “muertos”, habla de muerte espiritual, no física. Todos estábamos en ese nivel adónde cayó Adán. Y el primero que cayó ahí, ¿Cuándo cayó ahí? ¿Cuándo Cristo cayó ahí? Cuando se le imputó el pecado. Y murió. A eso vino. Por un hombre entró y por un hombre sale.  No que por un hombre entró y por un Dios sale. Y es el primero que va ahí, pero vuelve y sube. Es el primogénito de entre todos los muertos. Es el único que hizo eso. Nadie ha hecho esto más que él. Y el nuevo nacimiento, es colocarte dentro de Él, porque en la tierra hay dos hombres: el primer Adán, el último Adán. Y tú estás en uno o en el otro. O sea que, salvación, no es tú nacer de nuevo, sino que es que tú seas trasladado de un reino a otro.

        …(2) en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, (3) entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.

        Presta atención. Escúchame con cuidado o lee esta escritura que estoy compartiendo con mucho cuidado. ¿Qué es lo que notas? Que no dice que somos por naturaleza hijos de ira y todo eso. Dice que éramos. O sea que ya no somos pecadores salvados por gracia. Hoy, si pecamos, pecamos por ignorancia, por negligencia, por obstinación, por rebelde, ¡Pero no por naturaleza! Porque por naturaleza, éramos.  Aquí es donde te voy a enseñar que no se te puede levantar ningún hombre viejo, como tantas veces habrás oído decir y hasta enseñar. Porque si te levanta un hombre viejo, es porque no has nacido de nuevo. Porque a eso es que vino Él, a eliminar a Adán.

        Él es el hombre de pecado, Adán. El hombre de pecado, Adán. Hay dos hombres en la tierra: el primer Adán, el último Adán. El primer hombre, el segundo hombre. Dios está construyendo un hombre. Lo que ahora está aquí es un ser humano, hay una diferencia. El hombre camina en el Gan de Dios, el ser humano, no. Por eso Pablo decía: ¿No se están comportando como meros hombres, que les pasa? Lo que pasa es que nos saben que han nacido de nuevo. La única entidad que está en la tierra que no es de la tierra, es la iglesia. Somos nacidos de arriba. No es que viniste de arriba. Y hablo de arriba no de elevación, sino de clase, de superioridad.

        (4) Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, (5) aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), (6) y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales en Cristo Jesús.

        Eso es Ouranos, asiento de poder y poder eterno. Cielos. No tiene nada que ver con nubes, no tiene nada que ver con elevación y todo lo que tiene que ver con dimensión. Cielos, morada de Dios. De esa dimensión es que hemos nacido. Ouranos: asiento o fuente de todo lo que tiene verdadero poder, y es eterno. Nos dejó sentados en un lugar celestial. Ahí mismo nos dejó todas las bendiciones espirituales en lugares celestiales. Ahí mismo nos dice en Efesios 3:10 que daremos a conocer la multiforme sabiduría de Dios en ese lugar. También nos dice que en ese lugar vamos a tener guerra. Eso es aquí.

        En Juan capítulo 3, Cristo habla de lo mismo y dice: Nadie ha subido al cielo, sino el mismo que desciende del cielo, el que está hablando contigo, que está en los cielos. ¿Se entiende esto? No, no se entiende, pero allí está. Por eso es que Nicodemo le pide que le explique eso del nuevo nacimiento. ¿Qué le responde Jesús? Le dice que no se trata de que él vuelva a entrar al útero materno para luego volver a salir. Trata que entienda que esto es otra onda, otro nivel de entendimiento. Se lo dice en Juan 3:12 con máxima claridad.

        (Juan 3: 12) = Si os he dicho cosas terrenales, y no creéis, ¿Cómo creeréis si os dijere las celestiales?

        (13) Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo; el Hijo del Hombre, que está en el cielo.

        ¡Bueno! ¡Pero la nueva Jerusalén desciende del cielo! ¿Sí? ¿Y cuántos son parte de la nueva Jerusalén? ¿Cuántos subieron al cielo para descender? Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo. El Hijo del Hombre que está, ¿Adonde? ¿Y no estaba hablando con Nicodemo en la tierra? Es una cuestión dimensional. Él estaba parado en una dimensión que el otro todavía no tenía y ni siquiera conocía. Tú estás parado en una dimensión que aquel que no es salvo, todavía no tiene. ¿Port qué? ¿Dónde está? ¡En lugares celestiales!

        Si entendemos de dónde comienza el evangelio, podremos entender cómo se termina nuestra tarea. En el Antiguo Testamento, todo el mundo trata de alcanzar la cruz y a Cristo. En el Nuevo Testamento se trabaja desde Cristo. En el Antiguo Testamento se trata de alcanzar los cielos, pero en el Nuevo Testamento esperamos a Jesús desde los cielos. ¿Entonces esto elimina la redención de nuestros cuerpos? No. ¿Entonces elimina el futuro? No, yo estoy hablando de la posición que tienes que tener hoy, para que el futuro se haga una realidad. Estoy hablando de comenzar a canjear la herencia que nos dejó.

        (Filipenses 3: 20) = Mas nuestra ciudadanía está (¿dónde?) en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo. (¿Dónde está nuestra ciudadanía? En los cielos. ¿Y desde donde esperamos a Cristo? Desde el lugar en donde está nuestra ciudadanía, desde los cielos)

        Si tú no estás en esa dimensión, tú no puedes esperar a Jesús. ¡Si tú no naces de nuevo y de arriba, tú no puedes ver al Reino! O sea que para ver, tienes que nacer. Y si naciste, entonces eso quiere decir que estás. Porque nacer es estar en esa dimensión.

        (Esdras 2: 1) = Estos son los hijos de la provincia que subieron del cautiverio, de aquellos que Nabucodonosor rey de Babilonia había llevado cautivos a Babilonia, y que volvieron a Jerusalén, y a Judá, cada uno a su ciudad.

        ¿Estás viendo? Esta es la gente que salió del cautiverio de Babilonia. Sabemos que salir de Babilonia, es nacer de nuevo. Y que cruzar el Jordán, es cruzar la muerte. El Jordán se llama el Descenso, o la Muerte, y Canaán es Cristo, la plenitud de Cristo. Hechos 13 y versículo 32, nos dice que nuestra herencia, que fue hecha a los padres, se cumplió a nosotros por medio de la resurrección de Cristo, de manera que ni se le debe nada a nadie, y la plenitud de Canaán es entender la herencia de Cristo. Ese es el descanso que resta en Hebreos 4.

        Ahora escucha lo que dice aquí. Esta gente sale, nosotros también. Tanto hemos salido del mundo como hemos salido de la religión. Salimos de la primera unción, estamos transicionando, y ahora fíjate lo que dic el verso 62.

        (Verso 62) = Estos buscaron su registro de genealogía, y no fue hallado; y fueron excluidos del sacerdocio, (63) y el gobernador (Este es Zorobabel, que significa “nacido en Babilonia, pero destinado a salir”) les dijo que no comiesen de las cosas más santas, hasta que hubiese sacerdote para consultar con Urim y Tumim.

        Aquí vemos a un grupo de sacerdotes que salieron, pero no pudieron encontrar su genealogía. No pudieron identificarse. En aquel tiempo, si no tenías a mano tu genealogía, no podías hacer absolutamente nada. A Melquisedec también le buscaron su genealogía, y la palabra dice que no se había encontrado entre la de ellos.  Es decir que a esto lo tenemos que entender debidamente. No es que Melquisedec no tenía genealogía, sino que no estaba entre la de ellos. Algo así como si tú quieres hoy ser ministro y no tienes el título del Seminario de Hujú Hujú.

        Y dice que como no pudieron comprobar quienes eran, los trataron como contaminados. La palabra contaminados en hebreo es la palabra gaal, y significa “fueron repudiados, fueron contaminados o tratados como profanos”.  Fíjate que luego les dicen que no pueden comer de las cosas más santas. Sabemos que comer de las cosas más santas, en la escritura, nos habla de una revelación profunda. Es decir que esta gente es más que evidente que andaba muy confundida.

        Confusión, recuerda, es Babilonia. Eran sacerdotes por herencia. Estamos en Cristo, tenemos aquellos diez millones allí. Pero como no sabemos, según el hombre piensa, así vive. Tú no solamente estás perdonado. Todo el mundo está perdonado.  Todos los drogadictos, todas las prostitutas y hasta los políticos están perdonados por Dios. Porque cuando yo fuese levantado de la tierra atraeré a todo hombre hacia mí, y si uno muere por todos, luego todos murieron.

        Todos fueron perdonados. No hay nadie en la tierra que haga algo tan malo que no pueda ser perdonado por el único sacrificio, el de Cristo. No se necesita ni otro sacrificio ni otro juicio, ni nada; todo está consumado. Nadie será juzgado por un pecado que ya ha sido pasado por la cruz. Fuimos hallados culpables, la sentencia fue muerte. Y nos mataron. El problema de mucha iglesia es que cree que solamente lo mataron a Cristo, para que tú vivieras; y eso no es lo que Él vino a hacer. El vino a matar al que tú eras antes de conocerlo. Él vino para que tú murieras, y Él se mudara a tu cuerpo y viviera en ti.

        Perdonado está el mundo, pero la iglesia anda caminando en la misma dirección. Es incompleto: estamos perdonados y, además, también hemos nacido. Esto nos da el Reino, el estar solamente perdonados, no. Pero gran parte de la iglesia sigue pensando que esto solamente ocurre en el arrebatamiento.   Entonces, mientras espera el futuro, no hereda la tierra. ¿Qué tierra? La plenitud de Cristo, no me refiero a Argentina, ni a México, ni a Chile ni a nada de eso. Tú no vas a heredar a ningún México su primero no tienes la plenitud de Cristo.

        ¿Cuántos saben que eso es cierto? Los dones son para la iglesia, pero para salvar a Chile no te ayudan. Por eso es que nos ministramos los unos a los otros. Dicen que están contaminados y que no pueden comer nada de lo sagrado hasta que no consulten con Urim y Tumim. Urim significa luz o iluminación. Era algo que estaba en el pectoral del sacerdote, unas piedras para discernir cual era la decisión de Dios en asuntos particulares. Es decir que, esta gente que no tiene identidad y anda confundida, no puede comer nada sagrado a menos que no venga por la revelación de otro.

        Y Tumim, significa perfección. Uno que revela la verdad de Dios, dice la palabra en el hebreo. Y la palabra perfección, en el hebreo, significa verdad completa. O sea: gente que ya ha llegado a unir los fragmentos de todo lo que Dios ha revelado, y entender con claridad lo que está haciendo Dios.  El ministerio tenía que cargar en su corazón el juicio del pueblo delante de Jehová. Lo tenía que hacer Aarón. Ese sería un ministerio Urim-Tumim. Uno que intercede con corazón sincero, por el pueblo, delante de Dios. Daban voces de orden. A la palabra de un sacerdote de Urim y Tumim, la gente sabía cuándo entrar y cuando salir.

        O sea que son ministerios que lideran al pueblo de Dios durante los cambios y kairos de Dios en su mover. Estos sacerdotes no pueden ministrar porque no entienden quiénes son. Vamos a ir a Ezequiel capítulo 40. Estamos viendo la identidad sacerdotal en este pasaje de este estudio.  En este capítulo, Ezequiel ve una visión de un templo, y muchos ahí han enseñado, y aún enseñan, que se trata del templo a construirse en Jerusalén en los últimos días. Mira; puede ser o no puede ser, no le hace. No viene al caso.

        Yo sólo te voy a mostrar la palabra para que veas que Dios usa cosas naturales para hablar de cosas espirituales. No te olvides que Moisés no estaba presente en el día de la creación, y sin embargo la tuvo que escribir.  ¿Cómo crees tú que recibió él ese mensaje de la Creación de todo? Por parábolas. Dios le tuvo que hacer el cuento de un huerto. ¿Habría un huerto? No lo sé. No es lo importante, pero Moisés tiene que usar palabras para escribir lo que Dios le dijo. Y para Dios, hablar con Moisés, era tener que hablar de cosas naturales, porque si le hablaba de cosas espirituales, Moisés no le hubiera entendido.

        Entonces le está enseñando el principio de la Creación, por medio de un huerto. Cuando tú buscas la palabra huerto, te encuentras con la palabra Gan, que significa que es el único lugar en el que Dios y el hombre pueden morar juntos. La palabra dice que eso se llama Emanuel, Cristo, porque el único lugar en el que Dios y el hombre pueden habitar juntos, es en Cristo. Ese es el Gan de Dios, ese es el huerto. ¡Pero no, hermano! ¡Es que tiene que haber un árbol! – Puede ser, pero entonces ¿Por qué su semilla no produjo más según su especie? – ¡Pero es que después vino el diluvio, por eso desaparecieron! – ¿Sí? Entonces dime cómo es que los demás árboles siguieron allí. Menos el del conocimiento del bien y del mal, o el de la Vid.

        ¡Es que dicho así no lo entiendo! – No te preocupes, yo tampoco. Pero la Biblia nos muestra claramente que es así y no como lo pintaron para nuestras escuelitas dominicales. Y como Dios siempre nos habla en parábolas, a veces nos quedamos encajados en los ejemplos y no en los epicentros. Dios nos dice que Abraham tuvo dos mujeres. Y ahí salimos rápidamente a estudiar a esas dos mujeres. Pero la misma palabra nos dice que esas mujeres son en realidad dos pactos. Y si son dos pactos, ¿Para qué vamos a estudiar a dos mujeres? Vas a estudiar las mujeres si quieres saber cómo opera el pacto.

        Son ejemplos. Él siempre te da un ejemplo. Dice que es como león, que es como esto, que es como aquello. Entonces, si tú entiendes cómo opera aquello, ahí estás entendiendo más o menos como opera lo otro. Pero nos enredamos con esas cosas. Aquí, en el capítulo 40, es donde comienza la visión del templo.

        (Ezequiel 40: 1) = En el año veinticinco de nuestro cautiverio, al principio del año, a los días del mes, a los catorce años después que la ciudad fue conquistada, en aquel mismo día vino sobre mí la mano de Jehová, y me llevó allá.

        (2) En visiones de Dios me llevó a la tierra de Israel, y me puso sobre un monte muy alto,  (Subraya esto, monte alto. Cada vez que la Biblia nos habla de un monte alto, nos está diciendo que hay algo espiritual implícito) sobre el cual había un edificio parecido a una gran ciudad, hacia la parte sur.

        Ya empezamos: parecido. Porque conforme a la traducción en inglés, no dice que vio una ciudad, sino que vio algo como si fuera el marco de una ciudad. Porque dice que vio un edificio parecido a una ciudad. ¿En qué quedamos?  ¿Era un edificio o era una ciudad? Era el marco. Bueno, entonces era un edificio o eran varios. ¿Cuántos edificios necesitamos para concluir en que es una ciudad? No lo sé, aquí dice que era un edificio parecido a una gran ciudad.

        (3) Me llevó allí, y he aquí un varón, cuyo aspecto era como aspecto de bronce (Estamos hablando de Cristo, porque el bronce es Cristo. Tiene que ver con sacrificio. El altar de bronce.) y tenía un cordel de lino en su mano, (¡Salvación! Ahí va. Ya está viendo un edificio, y lo primero que ve es al hombre, que es la puerta del edificio, que es Cristo. Si esta es la puerta de este edificio, ya no es uno de concreto, es uno que se llama la iglesia. En fin; sólo una opinión. Sigo leyendo.) una caña de medir; y él estaba a la puerta.

        ¿Será uno literal? Claro, él lo va a explicar con todos los laberintos literales que él conoce en su tiempo. Porque el hombre va a usar el vocabulario que él tiene, para interpretar lo que él vio. Y si lo llega a recibir veinticinco años más adelante, cuando los edificios ya son diferentes, usará otro vocabulario. Tiene que usar lo que tiene. Vamos a ver otra escritura en Ezequiel, para ver qué es lo que él vio. Vamos al final de Ezequiel. El 48. Estamos buscando el sacerdocio que tiene que operar, pero que no puede operar porque no entienden quiénes son. Y lo tenemos que encontrar en la última casa, que es la casa de Dios. Esos somos nosotros.

        (Ezequiel 48: 35) = En derredor, (Estamos hablando de aquella misma ciudad que él vio), tendrá dieciocho mil cañas. Y el nombre de la ciudad desde aquel día será Jehová-sama. (¿Adónde es que está eso en la Biblia? Vamos a Hebreos y a Apocalipsis.)

        (Hebreos 12: 18) = Porque no os habéis acercado al monte que se podía palpar, y que ardía en fuego, a la oscuridad, a las tinieblas y a la tempestad. (No es un monte físico que se puede tocar, es un monte espiritual. Mira lo que sigue):

        (Verso 22) = Sino que os habéis acercado al monte de Sión, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles. (Esto no es algo a lo que debas acercarte, sino algo a lo que ya llegaste, donde ya estás. Estamos aquí y aparentemente no hemos llegado a ninguna parte, pero la palabra dice que sí, que ya llegamos. Llegamos cuando nacimos de nuevo.

        Y la coma nos muestra que lo que sigue es una ampliación. Llegué al monte Sión, coma, a la ciudad del Dios vivo, esta es la que andaba buscando Abraham, cuyo hacedor es Dios. Con fundamentos apostólicos, proféticos, Efesios 2:22, morada de Dios en el espíritu. O sea que llegué a la Jerusalén celestial, el mismo patrón. Con millares de ángeles, que son los mensajeros. Y luego:

        (23) a la congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos, (¿Cuántos son de la congregación de los primogénitos? Nosotros.)

        ¿Quién es, entonces, la nueva Jerusalén? Nosotros. El monte de Sión, ¿Es? Nosotros. La ciudad del Dios vivo es, nosotros. La compañía de millares de ángeles, es: Nosotros. La compañía de los primogénitos, es: nosotros. Y nosotros ni debatimos ni vamos a ayunar para ver si eso es Dios, ahí lo dice y punto. Se cree.

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enero 1, 2015 Néstor Martínez