Y Habitarán en su Tierra

Zacarías, cuyo nombre significa “De quien Jehová tiene memoria”, fue uno de los profetas post-exílicos y contemporáneo de Hageo. Como éste recibió el llamado a alentar a los judíos para que completaran la tarea de reconstruir el templo. Su ministerio comenzó en el año 520 antes de Cristo, dos meses después que Hageo había comenzado el suyo. La visión de los primeros capítulos la recibió el profeta aparentemente cuando era aún muy joven. Los capítulos 7 y 8 pertenecen al año 518, esto es: dos años más tarde. La referencia a Grecia parece indicar que los capítulos 9 al 14 se escribieron después del año 480. Esto significa que nuestras referencias que luego veremos, tienen un espacio de 38 años entre sí.

Precisamente en estos capítulos 7 y 8, Dios aprovecha una pregunta sobre el ayuno para reforzar su mandato de justicia y rectitud, el cual debe anteponerse a las formalidades religiosas. Los siguientes, mientras tanto, muestran un carácter escatológico (Que es el estudio de los tiempos postreros) Sión es restaurada, e irradia la gloria del rey que la gobierna. Dos mensajes proféticos sobresalen. La primera profecía u oráculo, está entre los capítulos 9 al 11. Dios librará a su pueblo luego habla de la prosperidad de ese pueblo en función de su restauración y finalmente señala que el pastor de Israel será rechazado. Eso en lo natural, en lo literal y lo histórico, obviamente. El mensaje real, la revelación que necesariamente discrimina a creyentes e incrédulos, es lo que podremos examinar ahora.

(Zacarías 8: 1)= Vino a mí palabra de Jehová de los ejércitos, diciendo: (2) así ha dicho Jehová de los ejércitos: celé a Sión con gran celo, y con gran ira la celé. (Entienda bien esto, por favor: Dios tiene celo por su iglesia. No se maneje como si Él estuviera en otra cosa. Él está siempre allí, aunque usted se tome “vacaciones espirituales”.Porque no es ni aventurado ni ridículo interpretar, a la luz de las actitudes generales, que es mucha la gente que supone que cuando se va del templo, ya Dios no alcanza a verlo más. Entonces se acostumbran a eso: adentro de los templos, “hacen como que” y actúan; fuera de los templos, son tan corrientes, tan parecidos al resto del mundo que, en definitiva, terminan siendo más mundo que el mundo)

(3) Así dice Jehová: yo he restaurado a Sión, y moraré en medio de Jerusalén; y Jerusalén se llamará Ciudad de la Verdad, y el monte de Jehová de los ejércitos. Monte de santidad.

(4) Así ha dicho Jehová de los ejércitos: aún han de morar ancianos y ancianas en las calles de Jerusalén, cada cual con bordón en su mano por la multitud de los días.

(5) Y las calles de la ciudad estarán llenas de muchachos y muchachas que jugarán en ellas.

(6) Así dice Jehová de los ejércitos: si esto parecerá maravilloso a los ojos del remanente de este pueblo en aquellos días. ¿También será maravilloso delante de mis ojos? Dice Jehová de los ejércitos.

¿Qué es, entonces, lo que habrá a la vista en la iglesia que habrá de maravillar los ojos del remanente de Dios? Verdad, Santidad, Sabiduría, Fuerza. Sin embargo, la duda es: ¿También es bueno esto a los ojos de Dios? Depende si es real o simple visión externa. Vuelvo a insistir con lo dicho, porque es mi deseo desalentar a los que todavía funcionan de este modo. Dios no se cae del trono ante los hechos de los hombres. Dios no gusta demasiado de conjugar el verbo “hacer”. A Dios le encanta de sobremanera ocuparse mayoritariamente del verbo “Ser”)

(7) Así ha dicho Jehová de los ejércitos: he aquí yo salvo a mi pueblo de la tierra del oriente, y de la tierra donde se pone el sol; (8) y los traeré, y habitarán en medio de Jerusalén; y me serán por pueblo, y yo seré a ellos por Dios en verdad y en justicia. (Esto es un pantallazo rápido a lo que Dios está haciendo ya con la parte genuina de la iglesia. Porque entienda por favor y no me vea como un hereje mal intencionado. Dentro de la iglesia hay una parte genuina, sincera, fiel y otra que mejor no hablemos. Usted lo sabe tan bien como yo. Alguien tiene que decirlo)

(9) Así ha dicho Jehová de los ejércitos: esfuércense vuestras manos, lo que oís en estos días estas palabras de la boca de los profetas, desde el día que se echó el cimiento a la casa de Jehová de los ejércitos, para edificar el templo.

Preste atención: ¿Estamos oyendo una palabra nueva, diferente, activa y dinámica de parte de Dios? Pues, si la estamos oyendo, con nuestro emocionado “amén” no será suficiente. Vamos a tener que esforzarnos y forzar acciones nuevas y concretas. Pero recuerde: cuando Dios nos dice “esfuérzate”, no nos está pidiendo que nos esforcemos; nos está avisando que acaba de darnos fuerzas.

(10) Porque antes de estos días no ha habido paga de hombre ni paga de bestia, ni hubo paz para el que salía ni para el que entraba, a causa del enemigo; y yo deje a todos los hombres cada cual contra su compañero.

El enemigo, sabemos quien es. El tema, entonces, es: como se manifiesta hoy para que este texto sea tremendamente actual y vigente. Simple. Mire a su alrededor. Idolatría, falta de integridad, prevaricación, falta de amor. ¿Sigo? No hay paz y, efectivamente, cada hombre parece haberse vuelto en contra de su compañero. ¿Qué hará Dios con esto? ¿Destruirá todo por causa de su justa ira?  Eso haríamos nosotros y seríamos absueltos. Es Dios.

(11) Más ahora no lo haré con el remanente de este pueblo como en aquellos días pasados, dice Jehová de los ejércitos. (¿Simplemente hará que ese remanente quede al margen de la destrucción? ¿Sólo eso?)

(12) Porque habrá simiente de paz; (Esta simiente puede salir de un solo lugar espiritual, entienda) la vid dará su fruto; (La vid es el pueblo de Dios) y dará su producto la tierra (Esto significa la carne) y los cielos darán su rocío (Esto tiene que ver con el poder de Dios) y haré que el remanente posea todo esto. (Está muy claro; de la mezcla de todas estas cosas surgirá el remanente, no por graciosa selección, sino como resultante de todo esto.)

A continuación de esto, Zacarías cambia el énfasis. El escenario histórico del capítulo siguiente y hasta el 14, es sumamente complicado de identificar. Se trata de un entorno claramente apocalíptico y mesiánico, que se refiere en un lenguaje simbólico a acontecimientos relacionados con el Mesías prometido. Aunque el Nuevo Testamento arroja mucha luz sobre su consumación, esta sección sigue siendo difícil. Los estudiosos de la Biblia deben asumir una actitud cautelosa a la hora de interpretarla y sacar conclusiones. Por lo general, no son sabias las posiciones dogmáticas en todo lo relacionado con los pasajes proféticos, cuando su interpretación no resulta algo evidente.

(Zacarías 9: 1)= La profecía de la palabra de Jehová está contra la tierra de Hadrac y sobre Damasco; porque a Jehová deben mirar los ojos de los hombres, y de todas las tribus de Israel.

(2) También Hamat será comprendida en el territorio de este; Tiro y Sidón, aunque sean muy sabias.

(3) Bien que Tiro se edificó fortaleza y amontonó plata como polvo, y oro como lodo de las calles, (4) he aquí, el Señor la empobrecerá, y herirá en el mar su poderío, y ella será consumida de fuego.

(5) Verá Escalón, y temerá; Gaza también, y se dolerá en gran manera; asimismo Ecrón, porque su esperanza será confundida, y perecerá el rey de Gaza, y Escalón no será habitada.

(6) Habitará en Asdod un extranjero, y pondré fin a la soberbia de los filisteos.

(7) Quitaré la sangre de su boca, y sus abominaciones de entre sus dientes, y quedará también un remanente para nuestro Dios, y serán como capitanes en Judá, y Ecrón será como el jebuseo.

Aquí, y como ya fue dicho, no hay pruebas claras de literalidad, por lo que el relato, obviamente, tiene que ver con un símbolo dirigido mucho más allá de los tiempos cronológicos. Partiendo de un concepto básico que es, al mismo tiempo, un inexcusable principio espiritual a tener en cuenta: que los hombres miren permanentemente los ojos de Dios. ¿Los ojos de Dios? ¡Si Dios no tiene figura humana! Está hablando de un hombre mirando las cosas de la vida con la misma óptica que Dios tiene para verla. Hay una enorme diferencia, y no es solamente la que va de un Dios sobrenatural, Todopoderoso y eterno con un hombre natural, finito e imperfecto. La máxima diferencia para ver las cosas radica en que nosotros, por crucificada que se encuentre nuestra alma, siempre tendremos la tendencia de ver y evaluar las cosas conforme a nuestras propias conveniencias e ideas por una simple cuestión de ego, un factor que Dios no posee en absoluto.

Tiro y Sidón, en este evento, representan a la sabiduría humana, esa que Dios le ha dado al hombre para que la utilice a favor de las estrategias del reino, y que el hombre en muchas ocasiones ha usado – ¡Oh soberana estupidez carnal! -, para intentar reemplazar su bendita presencia. También Tiro marca la evidencia de aquellos que pretenden insertarse en el reino a partir de una posición de fortaleza sustentada en su poderío económico. Por eso especifica con total claridad que Dios a eso no le otorga ni la menor trascendencia, ya que Él puede desmoronar todo ese castillo de naipes en menos que canta un gallo.

De hecho, estamos viendo declinar y hasta desaparecer ministerios muy prestigiosos en ese sentido. Pese a que se levantaron a lomos de la dudosa teología de la prosperidad que, a los únicos que realmente prosperó – al menos por ese breve lapso terreno -, fue a quienes la proclamaron, demostrando que la prosperidad de Dios, siempre irá mucho, pero muchísimo más allá de un fajo de billetes de dinero de cualquier nominación. Es, en el marco de toda esta confusión y asolamiento, que emergerá un remanente nuevo, anónimo, no contaminado. Tema del que también se habla en el marco del Nuevo Testamento.

(Romanos 9: 22)= (Viene hablando, Pablo, del rechazo de Israel y la justicia de Dios, y dice:) ¿Y qué, si Dios, queriendo mostrar su ira y hacer notorio su poder, soportó con mucha paciencia los vasos de ira preparados para destrucción, (23) y para hacer notorias las riquezas de su gloria, las mostró para con los vasos de misericordia que el preparó de antemano para gloria, (24) a los cuales también ha llamado, esto es, a nosotros, no sólo de los judíos, sino también de los gentiles. (Hay que entender algo muy preciso: Dios ejerce su soberanía con abundante misericordia, no con estricta justicia. Su sufrida paciencia con su pueblo, prueba su deseo de salvarlo y confirma el hecho de que el fracaso del hombre religioso, no es responsabilidad de Dios ni anula su plan. ¡Es tan decepcionante comprobar como, la “santa” iglesia del Señor ha alterado radicalmente sus principios más básicos, como si quisiera decirle que nosotros, los humanos, en último de los casos sabemos hacer las cosas mucho mejor que lo que las podría hacer Él! ¡Inconcebible! Entonces confundimos restauración con fusilamientos y disciplina con torturas chinas. LA iglesia, definitivamente, por más que teológicamente se encuentre irreprochable, ha olvidado y omitido tanto el amor, como la paciencia como la misericordia de Dios en casi todas sus acciones, y ha dejado de lado hasta el mismísimo principio del Padrenuestro que señala que Así como Dios perdona nuestras deudas y ofensas, asimismo deberemos perdonar nosotros las de quienes nos ofenden.)

(25) Como también en Oseas dice (Alude a Oseas 1:10 y 2:23) llamaré pueblo mío al que no era mi pueblo, y a la no amada, amada.

(26) Y en el lugar donde se les dijo: vosotros no sois pueblo mío, allí serán llamados hijos del Dios viviente. (La misericordia de Dios también se evidencia en su trato con los modernos gentiles, que serían aquellos que creyendo y siendo fieles, no forman parte de la estructura eclesiástica. Como apoyo de su enseñanza de que no todos los llamados a convertirse en “vasos de misericordia”, pertenecen al pueblo oficial de Dios. Aquí se habla, específicamente, de la restauración de la iglesia. Y en esa restauración el papel que jugarán quienes sirven al Señor por fuera de las estructuras clásicas, será tremendamente importante y vital.)

(27) También Isaías clama tocante a Israel: (Se refiere a lo que puede leerse en Isaías 10:22-23) si fuere el número de los hijos de Israel como la arena del mar, tan sólo el remanente será salvo; (Si bien esto ya fue explicado, bien se merece una reiteración. Muchos han tomado a este texto como si dijera: “Y si con el correr de los años el número de cristianos fuera tan grande como la arena, tan solo el remanente (Que sería todo ese número) será salvo.” No sólo que no tiene base; ni siquiera tiene coherencia. ¿Qué es la arena? Partículas de roca mezcladas con tierra. Algo de Cristo (La roca) mezclada con carnalidad (Tierra), que es casi una síntesis mayoritaria de lo que hoy llamamos iglesia. Lo cierto es que de la suma de ese tipo de cristianos, Dios levantará una parte, un porcentaje, un remanente que, como dice aquí, será salvo. ¿Y los otros? Aquí no lo dice. No dice que se pierde y se va al infierno, es verdad, pero tampoco dice que sea salvo. Lo único que dice es que el remanente será salvo. ¡Pero hermano! ¿Por qué tiene que ser como dice usted y no como nos enseñaron antes? Simple. Por la lectura del verso que sigue)

(28) Porque el Señor ejecutará su sentencia sobre la tierra en justicia y con prontitud. (Resulta obvio que conforme a la interpretación clásica, no hay sentencia alguna, pero sí de la manera que hemos enseñado. Y si se desea una confirmación más a esta palabra, iremos más adelante en esta misma carta; al sitio en el que Pablo rescata el momento en que Dios deja en evidencia que el rechazo que Él puede experimentar en contra de su pueblo por causa de sus abominaciones, no es total; que tiene ciertos atenuantes que todos debemos conocer.)

(Romanos 11: 1)= Digo, pues; ¿Ha desechado Dios a su pueblo? En ninguna manera. Porque también yo soy israelita, de la descendencia de Abraham, de la tribu de Benjamín.

(2) No ha desechado Dios a su pueblo, al cual desde antes conoció. ¿O no sabéis qué dice de ellas la escritura, como invoca a Dios contra Israel, diciendo: (3) Señor, a tus profetas han dado muerte, y tus altares han derribado; y sólo yo he quedado, y procuras matarme?

(4) Pero, ¿Qué le dice la divina respuesta? Me he reservado siete mil hombres, (Siete es el número de lo completo. Decir siete, o setenta veces siete, o como en este caso, siete mil, es decir: todos los que sean necesarios para el cumplimiento del propósito) que no han doblado la rodilla ante Baal.

(5) Así también aún en este tiempo ha quedado un remanente escogido por gracia. (Aquí hay algo que queda lo suficientemente claro como para que no se alberguen dudas al respecto. ¿Usted sabia que la salvación era eminentemente por Gracia y no por obra, verdad? Pues bien; ahora también sabe que el remanente también lo es de ese mismo modo.)

(6) Y si por gracia, ya no es por obras; de otra manera la gracia ya no es gracia, y si por obras, ya no es gracia; de otra manera la obra ya no es obra.

No hay demasiado que agregar aquí: no sólo que como la salvación es por Gracia y no mérito, el remanente también lo es conforme al corazón recto delante de Dios, así también como la salvación no es por obra de hombre, tampoco el remanente. Y así llegamos, en la conclusión de este estudio, al texto que quizás es el que mejor muestra el significado del remanente moderno, los causales de su aparición, y los motivos por los cuales hemos tenido que hablar de ello. De hecho, – y esto ya se verá -, no es una simple ocurrencia nuestra, una respuesta a las muchas injusticias internas dentro del ambiente eclesiástico ni el pensamiento trasnochado de algún resentido, rebelde o conflictivo “hermanito” contrariado en sus aspiraciones. Es, apenas, la concreción de algo que viene desde la antigüedad, que no ha perdido sus principios básicos y que tiene total vigencia en este siglo veintiuno.

(Jeremías 23: 1)= ¡Ay de los pastores que destruyen y dispersan las ovejas de mi rebaño!, Dice Jehová.

Hay varios textos que tienen que ver con esto y que pueden ampliar un poco la perspectiva de nuestro entendimiento. Ezequiel 13:3, por ejemplo, contiene la misma expresión pero, en este caso, para con los profetas que andan en pos de su propio espíritu y nada han visto. Jeremías 10:21 nos recuerda que esos mismos pastores se infatuaron, se envanecieron, se volvieron orgullosos, y ya no buscaron a Dios. Por ese motivo no prosperaron y su ganado se esparció. En jeremías 50:6, mientras tanto, y con referencia a las ovejas de su pueblo, Dios dice que los pastores las hicieron errar, que las descarriaron y las abandonaron a su suerte. Y como para que no queden dudas respecto a la figura clásica de ovejas para los creyentes, en Ezequiel 34:31 Dios, por la boca de este profeta, dice: Y vosotras, ovejas mías, ovejas de mi pasto, hombres sois, y yo vuestro Dios, dice Jehová el Señor.

Yo agregaría, a lo dicho, que también “¡Ay de los pastores que suponen que las ovejas les pertenecen!” Aquí dice Dios con mucha claridad que son suyas y no de hombre alguno. Pero la validez esencial del texto de jeremías 23, radica en que sí es posible y probable que un pastor pueda hacer todo lo que allí dice. Fíjese usted con qué bases funcionan y operan nuestras organizaciones. Si un hombre o una mujer presentaran una demanda en contra de algún pastor, acusándole de destruir o dispersar a los miembros de una congregación, dicha organización, y aún con la mejor y mayor de las predisposiciones, lo primero que haría no sería indagar si existe algo de cierto en la acusación, sino de investigar a él o la denunciante. Y eso, mi amigo, en ningún lugar del planeta se llama cuerpo; se llama corporativismo, que no es lo mismo. La conciencia general dice que es probable que una oveja mienta para atacar a un pastor, pero no contempla la posibilidad de que éste pueda estar operando en contra de lo que su función dicta. No le hace. Dios ya lo dijo y lo dejó escrito para que sepamos que, pese a todo, sí puede ser posible. Y además, bíblico.

(2) Por tanto, así ha dicho Jehová Dios de Israel a los pastores que apacientan mi pueblo: vosotros dispersasteis mis ovejas, y las espantasteis, y no las habéis cuidado. He aquí que yo castigo la maldad de vuestras obras, dice Jehová.

¿Qué tiene que hacer, según nuestras tradiciones y reglamentos clásicos, una oveja que desea abandonar una congregación? Ir a dialogar con el pastor, exponerle la o las razones por las cuales ha decidido abandonar la iglesia, e irse en las mejores relaciones posibles, a los fines que, luego pueda incorporarse a otra congregación, ya que la carta de recomendación y presentación pastoral será positiva. Esos, más o menos y en líneas generales, son los términos habituales. La pregunta va a surgir inmediata y atinente en quienes deseen ir a las profundidades de la Palabra sin quedarse en los campamentos o las estaciones de la tradición de los ancianos: ¿Qué bases bíblicas tiene esta costumbre? Absolutamente ninguna. ¿Qué ocurre con la oveja que desaparece de un día para el otro sin decirle nada a nadie? Es considerada descortés, desagradecida y rebelde. El resto del grupo no se le acercará más y el pastor comentará quizás que, si no viene a hablar con él, procederá a dejarla fuera del listado de miembros por desobediencia. ¿Y qué bases bíblicas tiene, por su parte, este proceder? Absolutamente ninguna. Todavía la Biblia dice que, cuando una oveja se pierde, sea por las razones que sean, el pastor genuino sale a buscarla, aunque para ello tenga que desatender momentáneamente a las que todavía continúan en el rebaño.

(3) Y yo mismo recogeré el remanente de mis ovejas de todas las tierras adonde las eché, y las haré volver a sus moradas; y crecerán y se multiplicarán. (Dios es quien aparta el remanente, no un ministerio radial o vía Internet)

(4) Y pondré sobre ellas pastores que las apacienten; (¿Cómo? ¿Otra vez? ¿Más de lo mismo? Para nada. Él pondrá pastores (Poimanos) gente que va a cumplir una función, no a exhibir un título o una credencial) y no temerán más, ni se amedrentarán, ni serán menoscabadas, dice Jehová.

Es notable, pero al mismo tiempo es bastante claro. Si dice que cuando Él levante nuevos pastores reales, genuinos y auténticos que las apacienten, las ovejas no temerán más, ni se amedrentarán, es decir: asustarán. No serán menoscabados, que es como decir que ya no serán despreciados o abusadas. Si yo no leo mal y si no caigo en una muy mal intencionada interpretación, ¿Esto me está diciendo a mí que con los pastores que había hasta allí, las ovejas eran asustadas y menoscabadas?

(5) He aquí vienen días, dice Jehová, en que levantaré a David renuevo justo, y reinará como rey, el cual será dichoso, y hará juicio y justicia en la tierra.

(6) En sus días será salvo Judá, e Israel habitará confiado; y éste será su nombre con el cual le llamarán: Jehová, justicia nuestra.

(7) Por tanto, he aquí vienen días, dice Jehová, en que no dirán más: vive Jehová que hizo subir a los hijos de Israel de la tierra de Egipto, (8) sino: vive Jehová que hizo subir y trajo la descendencia de la casa de Israel de tierra del norte, y de todas las tierras adonde yo los había echado; y habitarán en su tierra.

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enero 1, 2015 Néstor Martínez