Estudios » Blog

La Iglesia va Cara a Cara

Cuando tuvieron aquel entredicho, Pablo pudo haber sacado a Pedro y hablar las cosas con él en privado. ¿En privado? Pablo no conocía lo que era hacer cosas al margen de la gente a la cual representaba, y mucho menos de un modo en que Jesús, en vida, jamás lo hubiera hecho. ¿Se dan cuenta ustedes el compromiso de este hombre con la justicia? ¿Pueden ver ustedes su claridad? Yo no lo debo nada ni a este señor ni a este otro señor, tampoco. Lo que he dicho es esto, y si a alguien no le gusta, lo lamento mucho, se las tendrán que ver conmigo. ¡Ese es Pablo! ¿O te habías creído, sinceramente, que ir siempre de atrás y jamás dar la cara y no decir las cosas de frente, formaba parte de la doctrina evangélica? ¡Eso es un apóstol!

Y esto, de ninguna manera habrá que tomarlo como un juicio de valor de nuestra parte para con los hombres que grandemente caminaron con Dios. Fíjate que bueno y que justo será Dios, que nos ha permitido que, a través de lo escrito en el Libro que Él nos dejó como manual de vida, estén escritas estas debilidades. ¿Por qué crees que lo hizo? ¿Acaso para burlarse de Pedro y los demás? ¡¡¡No!!! ¡Para que tú, yo y todos los que quieran seguirle y servirle, aprendamos! Obvio, no eran ángeles infalibles ninguno de ellos, sino personas imperfectas, a las que Pablo no dudó ni un instante en confrontar. ¿Qué crees que le hubiera ocurrido si lo hacía en una de nuestras iglesias, hoy?

Pero, observa: ¿Cuándo él se mete tan frontalmente en algo así? Cuando alguien se mete con lo que Dios le había encargado a él. Muy celoso en lo que Dios le entregó. Y no por soberbia, arrogancia o exceso de omnipotencia, sino simplemente porque él sabía que de eso, él iba a tener que rendir cuentas directamente a Dios. No estoy justificando en absoluto que alguien salga con una Biblia a dársela por la cabeza a los que están equivocándose. Lo que pretendo mostrar es que, en aras de un amor que es genuino, pero no permisivo, estamos demasiado tolerantes con cosas que no son tolerables de ninguna manera. Sistema.

Y ten en cuenta un detalle que hoy, estoy diciendo que hoy, tiene que servir de modelo. Pablo no le mandó cartas a nadie desprestigiando a Pedro por ese error, sino que simple y sencillamente fue y lo enfrentó cara a cara. ¿Sabes cómo se llama, todavía, esto, en mi pueblo? Hombría. Y una vez más, a la vista de tantas y tantas alternativas oscuras vividas dentro de nuestras iglesias, la antigua pregunta y auto-pregunta retorna con mayor fuerza: ¿Dónde están los hombres del evangelio, hoy? Yo conocí muy pocos. En los ambientes eclesiásticos tradicionales que integré, casi me atrevo a decirte que clara minoría. De hecho, esa calificación parte y se constituye si tomo como prueba el hecho que alguno de ellos viniera a decirme personalmente, en mi cara, que yo estaba equivocado, si era eso lo que creían y desparramaban por detrás de mí. Hombría. Sistema.

Para ir concluyendo con el examen de los apóstoles, déjame decirte que ellos, se dice, desatan prosperidad financiera en la iglesia. Por eso es muy raro que los apóstoles anden por allí pidiendo dinero. Si ellos desatan mucha unción financiera, ¿Para qué deberían andar mendigando ofrendas? ¡Deja que Dios se mueva a su gusto! Pero… ¿Y si no se mueve, como pago mis deudas? Si eso sucediera, primero pregúntale a Dios si te levantó verdaderamente como apóstol, o sólo se trató de un acto de pago de deudas de parte de tus amigos ministros. Y no es un cuento chino, con perdón de los chinos. ¿No viste que cuando viene el Espíritu Santo, una de las cosas que suceden, es que la gente se desespera por vender todo lo que tiene y traerlo a los pies de los apóstoles, sin que ellos le pidieran absolutamente nada? Un hombre de Reino no pide ofrendas, ni contribuciones, ni diezmos ni contribuciones disfrazadas de donaciones. Un hombre de Reino espera en Dios. Porque leyó y creyó que Dios suple todas las necesidades de los que Él envía a servirle. ¿Y si se olvida y no lo hace? Tranquilo, es porque no eres lo que suponías que eres. Relájate.

Cuando Pablo empieza su viaje para Asia Central, lo está esperando Lidia, ¿Recuerdas? Lidia era una tremenda empresaria en telas, con una enorme cantidad de contactos de fuste, que inmediatamente de su conversión, pasan a ser contactos del mismísimo Pablo. Escucha: ¿Leíste en alguna parte que Pablo haya tenido que salir a vender baratijas, armar festivales a beneficio o hacer rifas de Biblias, para financiarse sus viajes misioneros? ¿De verdad todavía hay gente que piensa que si Dios envía a alguien al último confín de la tierra a llevar su palabra, va a decirle que se arregle como pueda para llegar allá? Además de lo financiero, los apóstoles son portadores de visión y comprensión del Cuerpo de Cristo y de su papel, de su rol, en cada período de tiempo. Son recuperadores de la doctrina pura, de lo esencial, de la fuente directa, del diseño correcto. ¿Es que usted me está diciendo que hay doctrina que no es pura, que no depende de una fuente directa y que se aparta del diseño original? No necesitas que yo te diga eso, sólo mira a tu alrededor, donde quiera que vivas y te congregues. Y son portadores de palabra madura.

Y créeme, recibir una palabra madura, no siempre es fácil. Pablo dice que a algunos les daban leche, y a otros viandas y comida sólida. Esa es una virtud que tiene el apostolado. Hay una motivación en el ministerio de llegar más lejos, más alto y más profundo, lo cual les impulsa a los demás a hacer lo mismo. En este mundo no hay nada más contagioso que alguien que se está acercando más al Señor. Esta es la principal motivación del ministerio apostólico. Es bien difícil seguirle el paso a un apóstol genuino. Lo más impactante del ministerio apostólico radica en que, cuando tú escuchas un apóstol, indefectiblemente tú quieres lo que él quiere. Es decir: tú quieres llegar al lugar a dónde él dice que va. Es el único ministerio que, si tú eres impulsivo y te dejas llevar por tu amor al Señor, eres capaz de vender todo lo que tienes y salir con él para donde quiera que vaya. Porque no sólo se necesita la pasión para hacer algo así, sino también dirección. Y el apóstol tiene dirección. Y si tenemos en cuenta que lo que más falta en este mundo es, precisamente eso, dirección; el combo está completo.

Y si también tenemos en cuenta que, traducciones completas mediante, lo que se nos dice es que el Reino de Dios, en este tiempo, se está estableciendo a la fuerza, ya que no es algo demasiado querido, aunque de pronto ni tú ni yo podamos entender eso. Y no es ni casual ni inventada esta traducción. ¿Te cabe alguna duda que donde se imponen los recursos y modismos del Reino, eso allí ha sido implementado en contra de un mar de opiniones adversas, contrarias y hasta feroces en sus expresiones? Somos hijos de Dios, somos cuerpo de Cristo, somos amantes de la paz y contrarios a todo tipo de violencia, pero ¿Sabes qué? Somos los encargados de implantar el Reino de Dios, aquí y ahora, y no tendremos otro remedio que hacerlo de una manera violenta. ¡Está escrito! De hecho, se habla de una violencia en el ámbito espiritual, no físico. No es con espada, ¡Es con tu espíritu! Está sucediendo con la propagación de estos materiales.

Y tiene muy en claro la verdadera esencia de lo que nosotros llamamos liderazgo. Veamos: ¿Qué hace un líder, cualquiera, de los muchos que tú conoces, respecto a un trabajo conjunto? Se planta en un lugar y toma un grupo y lo envía hacia el norte, toma a otro grupo y lo manda al sur y a un tercero lo encamina al oeste y otro restante el este. ¿Y él? Se queda allí a esperar los resultados y los informes que cada uno le presente más adelante. ¿Y cómo se comporta un apóstol en esa misma situación? Ordena a todos los grupos de la misma forma, pero él se pone al frente del primero que parte hacia el lugar más peligroso o comprometido. Eso es ser líder, no pensar bonito o tener imaginación productiva.

Comentarios o consultas a tiempodevictoria@yahoo.com.ar

agosto 13, 2022 Néstor Martínez