A partir de todas estas cosas que hace un largo tiempo venimos viendo, habrás podido discernir que Dios empieza a hacer algo diferente, algo distinto. Ejemplo: Juan 3:16, tú te sabes el verso, dilo en voz alta para que te escuches tú mismo: Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna. Muy bien. Porque de tal manera, ¿Qué cosa? Porque en la soledad de Dios, hubo algo dentro de él, que empezó a provocar que él empiece a pensar, si se puede usar el término, hacer algo que lo saque de esa situación de soledad. El motor de la voluntad de Dios, es el amor. O sea: lo que mueve la mano de Dios en una dirección, es el amor. Siempre. Si tú no tienes proteínas o carbohidratos en tu cuerpo, no puedes tener energías. Si no tienes azúcar, no hay energía. Lo que mueve a Dios, es el amor. Entonces, estando en una situación de soledad, el Señor va a hacer algo tan tremendo y tan arrojado, que verdaderamente no hay mente que pueda entenderlo.
Dios tiene necesidades. ¡Un momento, hermano! ¿Qué me está diciendo? ¿Cómo puede tener Dios necesidades? Te doy un ejemplo, en Mateo 21:3, Jesús dice algo: Y si alguien os dijere algo, decid: El Señor los necesita; y luego los enviará. Entonces, resulta ser que Dios necesita algunas cosas. Es natural que tú ahora puedas decir con total certeza: Dios me necesita, porque indudablemente es así. Así es que Dios decide hacer cosas conforme a su identidad de amor. ¿Qué dice Juan 4:23, un versículo más que famoso, si los hay? Más la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca (Tranquilamente podemos entender este “busca”, como necesita) que le adoren.
Se han elaborado decenas, centenares y hasta miles de estudios respecto a la adoración, pero muy pocos de ellos dicen algo que es absoluta y estrictamente verdadero: una persona que adora, necesita adorar. De otro modo, y llevándolo a nuestras costumbres tradicionales, si esa persona no necesita adorar, sólo es una persona que canta. Es alguien que tiene algo tan fuerte dentro, que necesita sacar eso a través de la adoración. Literalmente, y a esto creo ya haberlo enseñado alguna vez, adorar, significa en lo concreto: lamer la mano como un perro. Es decir que hay implícito un inocultable concepto de humillación. Y también un concepto de posición y otro concepto de servicio. Vas a encontrar en tu Biblia pasajes maravillosos, donde Jesús, por ejemplo, halaga a una persona porque hizo algo.
Ahí va un ejemplo: está reunido Jesús en una casa, cuando entra una mujer. Llega y rompe el perfume y lo unge con él, Recuerdas ese pasaje, ¿Verdad? Y cuando Jesús habla de ella, porque los presentes tratan de evitar que ella siga haciendo eso, dice: cuando yo entré aquí, nadie hizo lo que esta está haciendo ahora. Nota que Él buscaba algo. Necesitaba algo. Pero ella, desde que ha entrado, no ha parado de hacerlo. Entonces puedo ver que Dios, definitivamente, necesita adoración, necesita amor. Y te digo algo más: en la primera carta de Pedro, capítulo 4 y verso 8, dice que el amor cubre multitud de pecados. ¿Sabes por qué Dios te perdona? Porque te ama. No es porque te lo merezcas o porque seas muy importante para la iglesia, es simplemente porque te ama. Así que, una vez más, vemos que lo que mueve a Dios, es el amor. Y eso es maravilloso, porque piensa por un momento. Piensa lo que mueve al dios de otros grupos muy difundidos y conocidos. ¿Verdad que no se le parece? Lo que mueve a nuestro Dios, es el amor.

El Padre nos manda un mensaje en Jesus: “El que halla su vida, la perderá; y el que pierde su vida por causa de mí, la hallará” habla de negar nuestras necesidades humanas. Dejar de colocar muchas cosas por encima de El, tal como El ha hecho introduciéndose en nuestra dimensión para entregarse a si mismo a fin de que podamos acceder a la dimensión eterna. Esa es la definición del Amor de Dios. Ahora bien, si entendemos la Necesidad de Dios como la necesidad humana, erramos.
Se ha repetido innumerables veces, con cierta lógica que Dios no necesita nada, pero no es cierto si lo comparamos al ser humano. Ese es el error enorme de la teología en general intenta entender al Creador con una cierta comparativa como si fuera Dios hecho a la imagen del hombre, y no lo contrario. Antes de sobresaltar, por favor piénsenlo bien. El entendimiento de lo que somos, es que somos hechos a su imagen, pero que esa se ha corrompido por el pecado. Así que Su “necesidad” no tiene que ver con la nuestra:
El ha hecho toda la creación porque su Amor le insta irremediablemente a ello. Su “soledad” no es como la nuestra, no le lleva a una necesidad de amar, sino que contrariamente a nosotros que amamos egoístamente, es siempre dirigido hacia fuera, no hacia dentro.
Todo eso lo digo antes que se empiece a colocar a Nestor una etiqueta: “ ha dicho que Dios es necesitado” ya lo oigo desde aquí. Lo que pasa es que lo tenemos que entender al derecho…
Dios les bendiga, mis amados.
Quiero poner en claro desde un principio, que coincido plenamente con lo expresado en esta reflexión. Aunque cada vez que leo cosas como estás, tengo un choque entre la carne y el Espíritu. Puesto que me resisto a verlo de esa manera. No porque lo compare con mi identidad y mi necesidad humana, sino porque Él está en una posición tan Superior, que no me cabe en mi alma que Él Padre pueda necesitar o querer algo de mi, sino todo lo contrario soy yo quien necesita de Él en cada faceta de mi existencia. Sin importar cuán oscura o cuán gloriosa sea dicha faceta; ya que estoy en total dependencia a nuestro Padre. Y siendo sincero, yo no quería escribir un comentario acerca de todo esto. Pero como nosotros en este camino no podemos tomar decisiones de fondo, sin antes consultar al Autor y Progenitor de nuestros días, mientras escuchaba una canción en mi lugar de trabajo. Él Padre ministro mi vida, pidiéndome que conforme, al título de dicha canción plasmara algo que hace tiempo no hacía. Entonces he aquí…
Majestad
La lluvia cae, el Sol calienta, la luna alumbra y las estrellas adornan el cielo nocturno. La hierba crece, el árbol da su fruto. La tierra se renueva. Y mientras los días pasan, los segundos quedan en el olvido, mientras la vida sigue su ajetreado curso, de vicisitudes, de angustias, de penurias y desasosiego. La oscuridad se cierne sobre cada vida, en el apego indiscriminado del aquí y del ahora. Mientras los segundos siguen quedando en el olvido.
Todas las cosas tienen un sentido, todas las cosas tienen una razón de ser; todo conforme a Tu Palabra. La vida y la muerte. La Luz y la oscuridad. Todo está en equilibrio y todo está sometido a Tu Soberana Voluntad, pero en la máxima virtud de Tu Magestad, le concediste al hombre el derecho de poder elegir su camino. Para que así te alcanzará a Ti. En la entrega total de su vida y amor. Y si hoy nosotros estamos delante de Ti, es porque Tú así lo has querido.
Decirte que te amo no es suficiente. Decirte que te adoro no es suficiente. A Tu nombre dar gloria está de más. El agradecer es insuficiente. Admirar Tu creación es quedarse corto ante lo Tu representas. Tu Palabra enseña muchas cosas acerca de Ti, todas ellas palidecen ante Magestad. Y lo único que puedo hacer es rendirme ante esa Majestad, y quedarme en silencio para que tu Palabra crezca en mi.
Dios les bendiga, desde RD pa’l mundo.