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¿Cristiano? ¿Qué es Eso?

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     (Lucas 6: 46) =  ¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo?  

    No sé a ti, pero a mí son muchas las veces que alguien me ha preguntado qué cosa, exactamente, es ser un cristiano. Y siempre he respondido, entre otras consideraciones, que ser cristiano es, esencialmente, un estilo de vida, es un cambio dentro del corazón de la persona que inevitablemente se refleja afuera. Porque un cristiano no es solamente alguien que cree en Cristo, sino alguien que está dispuesto a seguirlo y a obedecer su palabra; porque tiene una relación personal con él. El que se llame a si mismo cristiano y lleva una vida que contradice su palabra no es un verdadero cristiano por una sencilla y muy visible razón: no conoce a Cristo.

     (Juan 10: 27) =  Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, (28) y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. 

     Un verdadero cristiano no es alguien que prácticamente ha abandonado su casa, su familia, su esposa y sus hijos, para directamente irse a vivir a una iglesia donde realiza decenas de actividades. Un cristiano, esencialmente, es alguien que a diario lo refleja en su comportamiento. Y, principalmente, donde no hay pastores ni hermanitos observándolo, sino gente del mundo secular.

     (Efesios 4: 17) = Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente, (18) teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón; (19) los cuales, después que perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la lascivia para cometer con avidez toda clase de impureza. (Andar en la vanidad de tu mente, te advierto, es andar incluso dentro de la iglesia, buscando gloria personal, éxito propio, admiración humana y reconocimiento material. Eso es andar como gentiles en tierra de circuncisos. Eso es andar como mundanos en tierra de convertidos.)

     (20) Mas vosotros no habéis aprendido así a Cristo, (21) si en verdad le habéis oído, y habéis sido por él enseñados, conforme a la verdad que está en Jesús.

     (22) En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, (23) y renovaos en el espíritu de vuestra mente, (24) y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad. (¿Has pensado alguna vez con detenimiento, qué cosa significa vestirse del nuevo hombre? Significa mucho y variado, pero esencialmente voy a quedarme con el acto automático de alguien que va a volver a vestirse con ropas nuevas: sacarse las viejas que estarán destinadas al lavadero o, incluso, a los residuos)

     (25) Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros. (¿Es que Pablo presupondría que alguien dentro de la iglesia podría caer en la trampa y el engaño sutil de avanzar en base a mentiras? Tengo la certeza que más que suponerlo, lo tenía más que claro, igual que hoy)

     (26) Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, (27) ni deis lugar al diablo. (Esto significa que puedes darte permiso para enojarte con algo o con alguien, si el tema lo justifica, pero eso no tiene que durar más allá del final del día, sin agredir ni injuriar, perdonándose mutuamente y volviendo a la normalidad antes que llegue la noche. Única forma de no dar lugar al diablo y padecer problemas mayores).

     (28) El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad. (¿Parece una ingenuidad paulina conforme a la cualidad, cantidad y calidad del delito que se padece en estos tiempos, verdad? Sin embargo, en Dios todo es posible, y él lo sabía muy bien.)

     (29) Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes. (Todavía hay muchos que siguen pensando que el tema de las palabras groseras es simplemente una cuestión de acartonamientos o excesos de puntillosidad extrema. ¡Es bíblico! ¡Y tiene entidad de mandamiento divino!)

     (30) Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención. (Contristar es un verbo que no aparece en todos los diccionarios de la lengua española. Sin embargo, tiene dos acepciones claras y específicas: Afligir o Entristecer. Eso padece el Espíritu Santo que mora en ti, cuando tú eliges caminar por senderos de oscuridad y abandonas, aunque sea por un momento, la senda de la luz)

     (31) Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. (Mira lo que se te demanda para ser un cristiano genuino. Nada de amarguras, cualquiera sea el motivo; nada de enojos, aunque tengas toda la razón; nada de ira, aunque alguien haya hecho méritos para despertarla y nada de gritería, maledicencia y malicia. Pregunto: ¿Era necesario que Pablo les recordara algo tan obvio? Evidentemente que sí, que lo era. Perdón: ¿No es necesario que alguien te lo recuerde, hoy, al menos cada tanto?)

     (32) Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.

     Todo lo que dice Pablo aquí es importante, pero yo me quedo con lo expresado en el verso 20: Ustedes no han aprendido así a Cristo. Porque en el final, está la clave que no siempre vemos y que muy poco practicamos: perdonar a los demás, del mismo modo en que nosotros esperamos que Dios nos perdone por todas nuestras fallas, errores, pecado y cuanta cosa torcida hayamos hecho. Por allí está la entrada a la senda que te lleva a ser un cristiano auténtico. Mientras tanto, estás transitando senderos de similitudes, imitaciones y buenos deseos. Y que conste que ni por asomo pronunciaré la palabra Simulación. No está en el diccionario divino.

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febrero 1, 2019 Néstor Martínez