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La Generación Cuarenta y Dos

Antes de entrar a ver con cierta profundidad algunos principios que hacen al acceso a una nueva posición con Dios, tendremos que acordarnos que siempre que construimos, lo hacemos sobre bases instaladas en el pasado, que si bien hoy ya no le sirven a usted porque han dejado de prestar utilidad, siguen siendo la plataforma de despegue para todo aquel que desee modificar sus rumbos y, como ha quedado dicho, ingresar en la dimensión de nuevas posiciones para con Dios.

Ahora muy bien; ¿Qué es una posición? Primeramente veremos que esta palabra, POSICIÓN, es la palabra original YASHAB, y su lectura implica un significado que habla de un ámbito que usted posee; es algo así como el perímetro de su alcance en el mundo del espíritu, (Jamás nadie accedería a otras posiciones con Dios modificando cosas materiales; eso es algo que se produce en el invisible mundo del Espíritu). En suma: es aquella posición que usted llega a tener a la diestra del Padre en Cristo Jesús. Sentado, dice la palabra, (Y esa es la concreta acepción de YASHAB) en los lugares celestiales. Ahora, eh? No mañana.

Utilizando un poco el raciocinio: ¿Cómo sería posible que estemos sentados en lugares celestiales y ubicados en la tierra al mismo tiempo y a la misma vez? Muy sencillo: porque cielo, (Es decir: celestial), no es un lugar geográfico, sino una dimensión en la tierra. Recuerde que Cristo, hablando con Nicodemo, le dijo: El mismo que subió, descendió. Es decir: el mismo que está en el cielo… ahora está en la tierra, hablando con este anciano que vino a la Escuela Dominical nocturna porque en la diurna no se animaba por “el qué dirán”, entiende? Quiero que se interprete bien porque esto es básico: estaba en el cielo el mismo que descendió y que había subido, pero estaba. Como para que no le queden dudas, le recuerdo lo que ÉL dice en Juan capítulo 17: Yo quiero que donde yo estoy, (No donde “voy a estar”; donde estoy) Si no es una cuestión de ámbito espiritual es incomprensible, porque cuando Él dijo esto, todos estaban en la misma zona desde el punto de vista geográfico. ¿O no?

Es más: le dijo al Padre: Yo no estoy en el mundo, pero ellos sí. Y parecería un juego de palabras, pero no lo es. Porque a primera vista, todos estaban en el mismo sitio. Lo que ocurre, es que el cielo no son nubes como una gran parte supone o cree. Aquí no le está hablando de la atmósfera. Usted fíjese que la palabra NUBES no siempre querrá decir lo que nosotros suponemos que quiere decir. En el texto que habla de la NUBE que se llevó a Cristo en la ascensión, es la palabra NYPHAS en griego, y significa: “El tumulto de los espíritus redimidos”.

Cuando Cristo resucitó y se elevó a esa dimensión, fue tomado por todos aquellos que fueron redimidos y que Él se llevó con él. Y viene, – efectivamente -, en una nube, pero es la misma nube de testigos de la que habla Hebreos cuando se refiere a todos los muertos en Cristo. Esa es la nube que lo trae. Viene con la iglesia, no es una nube de agua que en lugar de lluvia, granizo, truenos, rayos y centellas, trae Cristo. Y viene del mundo invisible al mundo visible; no necesariamente de arriba hacia abajo.

Si nosotros hemos leído y entendido que solamente en un lugar llamado CIELO podremos ser diferentes y hemos creído entender (O se nos ha enseñado) que ese CIELO es un lugar específico y geográfico donde, efectivamente, seremos diferentes, nos pasaremos toda la vida buscando ese sitio y llegaremos a desesperarnos porque no lo descubrimos ni lo hallamos. Basta. No busque más ni se devane más los sesos que todavía se le van a fisurar. No hay un lugar geográfico en la tierra, independientemente de nuestras costumbres ancestrales, que se llame CIELO. Vaya a las escrituras: es un ámbito exclusivamente espiritual al cual se accede, por el Espíritu, no con aviones o naves interplanetarias.

Lo primero que vamos a entender, si es que queremos movernos en la dirección que Dios quiere que nos movamos, es que la iglesia siempre está en un estado de movilidad constante por una razón muy simple: Dios siempre atrae al cuerpo hacia sí mismo. Mucho de lo que nosotros llamamos “mover de Dios”, no está correcto, porque Dios allí no se mueve. El que se mueve es el hombre en dirección a Dios. Usted fíjese que todo verdadero mover de Dios, tiene que acercar al hombre más a Dios. No comprendo como, lo que dice ser en algún sitio “un tremendo mover de Dios”, catapulta al estrellato a un determinado hombre, o mujer, o ministerio, mientras el nombre de Dios parecería quedar reducido a un segundísimo plano y a lo que ese “siervo”, o sierva quiera hacer con Él. Tremendo. Entonces tenemos que tener algo muy en claro: si no queda la gloria y el nombre de Dios en primerísimo lugar, la cosa no viene de Dios. Y si no viene de Dios, no hay ni puede haber tal “mover de Dios”. ¿Está claro?

Cuando se produce un mover de Dios, la gente que está involucrada, jamás vuelve a ser la misma. A eso, no lo produce ni un despertamiento ni un avivamiento. Cuando Dios se mueve, el hombre que participa de ese mover, pasa a una nueva dimensión superior en su relación con Dios. Ya no puede volver atrás. Nada de lo que vivió o hizo antes le sirve. Y eso no se da normalmente con la imposición de manos y la gente cayéndose bajo el poder del Espíritu. Es una forma, es cierto, pero que nadie le predique a usted que es LA forma. El orar en lenguas, por ejemplo, es UNA evidencia de estar llenos del Espíritu Santo, pero nunca LA evidencia. En todo caso, LA evidencia de estar llenos del Espíritu, es Poder. Todo esto, reitero, es de Dios, pero no implica necesariamente un “mover de Dios”.

Se lo vuelvo a repetir: cuando Dios se mueve en un lugar, los que están en ese lugar, jamás vuelven a ser los mismos. Y no es esto lo que vemos en las clásicas oraciones post-mensaje, en los frentes de los templos, cuando toda la gente pasa, recibe oración, muchos se caen, oran en lenguas, se ríen, tiemblan, se sacuden, lloran… Es de Dios, no se preocupe. Pero hay un problema: si la semana que viene usted vuelve al mismo lugar nuevamente, otra vez tiene a la gran mayoría que pasa otra vez al frente a recibir otra vez oración, a volverse a caer, a temblar, a llorar y a todo lo mismo de la vez anterior.

En el contexto de lo que estamos hablando, acercamiento a Dios es una posición privilegiada, (YASHAB), es una posición espiritual y no una experiencia carismática. Personalmente no descarto ni desapruebo ninguna experiencia que usted pueda tener, pero necesariamente, si deseo ir camino a la madurez, tengo que aguardar los frutos, las secuelas, el resultado que esas experiencias dejan en su vida. Si es Dios, algo cambia y en algo, al menos, usted no va a ser el mismo mañana. Si es la carne o… alguna imitación, mañana usted tiene los mismos “mambos” que tenía antes de vivir la experiencia. Lo que Dios toca, cambia. Si no cambia, Dios todavía no lo tocó.

Un acercamiento a Dios no es cuando usted se siente bien porque la presencia de Dios estaba en el lugar. Esas, en todo caso, son dimensiones de la manifestación de Dios. Pero el acercamiento a Dios a un mover, es otra cosa. Estamos hablando del mover de Dios y no de una actividad de Dios dentro del marco del círculo eclesiástico.

El mover o el acercamiento a Dios es aquello que nos da mayor acceso con Dios y que produce precisión para administrar sus propósitos en la tierra. Él atrae al hombre a sí mismo para que el hombre tenga más entendimiento de lo que Él quiere, no para que el hombre se sienta bien. El problema es que cuando nos acercamos a Dios, la mayoría se derrite. Se emociona, se pone a llorar, y suele olvidarse a qué vino Dios, que sin dudas fue a algo mucho más importante para el reino que el hecho de que usted se ponga a llorar, se le vuelva la piel “de gallina”, se caiga o se emocione. Cuando Dios acerca al hombre a sí mismo, siempre tiene un propósito. Y el propósito sirve a Dios, no al hombre. Vamos a verlo con claridad en el salmo 73…

(Salmo 73: 27)= Porque he aquí, los que se alejan de ti perecerán; (No dice que “a lo mejor perecen”. Le asegura que si usted se aleja de Él, perece) tú destruirás a todo aquel que de ti se aparta… (Aquí vemos que el acercamiento a Dios, no es una opción. Porque si no estamos en eso que estamos describiendo como acercamiento a Dios, tarde o temprano usted perece.)

(28) Pero en cuanto a mí, el acercarme a Dios es el bien; he puesto en Jehová el Señor mi esperanza, para contar todas tus obras.

Note que el nivel de acercamiento que usted tiene, determina la precisión de lo que podríamos llamar: su decreto. El acercarme a Dios me hace bien, entre otras cosas, para hablar de sus obras. Se lo digo de otro modo: para saber qué decir de parte de Dios, hay que estar necesariamente en eso que se llama: acercamiento a Dios.

Lo quiero ampliar más para que no me diga que esto tiene demasiado nivel y no me entienda. Trataré de pasárselo más en limpio todavía. Y que me perdonen los que ya entendieron. Hay una relación directa entre su posición con Dios y la precisión de su declaración en su mensaje. Ya sea personal, grupal o desde un púlpito. Repito: acercamiento a Dios, en este texto, no es una experiencia para que usted se sienta espectacularmente bien; es una posición en Dios de su parte.

Usted fíjese que ACERCAMIENTO, aquí, es la palabra QARAB, y significa: “Declaración de sus obras” La precisión, la exactitud, de la obra que Dios hace, es relativa a cuán cerca está usted de la persona de Dios.

Ahora le está diciendo: el que no está en esta posición QARAB, perece. Ni dice que a lo mejor o que en una de esas, dice que tarde o temprano perece. El no entender lo que Dios está haciendo, termina matando la obra que usted está haciendo. La palabra dice que sin visión, el pueblo perece.

La palabra QARAB, en el hebreo, tiene cinco significados: 1)= Llegar a proximidad para tener entendimiento y visión clara. Es decir: es imposible estar en una posición QARAB y no entender lo que Dios está haciendo. QARAB habla de tener entendimiento, audición clara, visión; puede ver lo que Dios está haciendo.

2)= QARAB incluye involucramiento. Es imposible que en una iglesia alguien diga: “¡Yo tengo una posición QARAB!” y no esté involucrado en la visión. Que alguien diga: “¡Yo estoy cerca de Dios!” o “Yo tengo conocimiento de Dios”, y no esté involucrado en lo que Dios está haciendo, eso es una mentira. Porque QARAB produce el involucramiento por lo entendido. Una vez que usted entiende lo básico de todo esto, lo que entiende lo gobierna.

3)= Acercamiento temporal, es decir: algo que está por ocurrir. Es como la persona que está en la orilla de la silla porque la película está muy buena y, aunque tiene ganas de ir al sanitario, no se mueve porque está en una posición QARAB. Algo está por acontecer y no se lo quiere perder. Es esa expectativa que tiene el hombre cuando sabe que algo va a pasar y no quiere ni pestañear por temor a perdérselo. Quiere estar listo para entrar por la apertura que se produzca. Estamos viviendo un tiempo donde usted no puede estar relajado con Dios.

4)= QARAB produce intimidad y acceso para Dios. En la posición QARAB, en este nivel de entendimiento, acercamiento a Dios o intimidad se define cómo producir acceso a Dios. Tenemos que entender que mientras más se acerca la venida de Dios, más entiende la generación que está cerca. En este tiempo, intimidad produce acceso. Antes, era el legendario Devocional. ¿Malo? ¡No! ¡Para nada! ¡Cuántos habrán crecido cultivando la disciplina del devocional diario! Pero tienen que entender que eso ya fue. Ahora es INTIMIDAD.

5)= QARAB define los pasos de un sacerdote cuando entra al Lugar Santísimo. Esa reverencia o ese temor de no saber si la gloria se iba a manifestar o ese año no iban a ser perdonados por sus pecados. Es un acercamiento sin frivolidad y sin familiaridad. Cerca de Dios, pero sin perder el respeto. Para tener intimidad con Dios, tenemos que tener intimidad entre nosotros, porque Dios está en nosotros. Uno de los problemas que tiene la iglesia es que se familiarizó con Dios y algunos inmaduros, le perdieron el respeto. Dios dejó de ser su Dios y pasó a ser “un flaco bueno que se porta de onda en tus mambos”, dicho esto en los códigos mitad juveniles y mitad clase media alta porteña. Hay un solo problema: Dios es Dios, no lo que usted supone que es Dios.

Aquel que no funciona en una posición QARAB, perecerá. Aquel que no tiene estos cinco principios operando en su vida, tarde o temprano oirá que le dicen ¡Chau! Es una guerra avisada, analizada, evaluada, planificada, al margen de los lógicos imponderables, no muere tanta gente. Esta es la posición correcta para el día.

Es decir: una persona que vive sin pasión, sin búsqueda de estar cerca de Dios, perece. Cuando una persona ya carece de pasión para involucrarse en la obra de Dios, va a perecer.

Estamos entrando por Cades-Barnea, en la tierra de Canaán. En el desierto, Dios nos daba las cosas corporalmente y nos bendecía a todos sin importar la condición de cada uno. En Canaán la bendición es individual y depende de lo que usted hace. Por eso no querían entrar.

En el desierto, la comida es corporal. Dios daba la comida y todo el mundo comía. En Canaán, si usted no siembra, no come. En Canaán, lo primero que hacen es levantarle la tienda a Acán y le descubren que anda con cosillas que no debe tener en la tienda. Si vive en Canaán, Dios se mete en su vida. A través de un hombre; del mismo que lo bendijo a usted en el desierto.

Las cosas que hacíamos en el Lugar Santo, esas que le hacían rascarse la nuca a Dios y decir: “Bueno… yo ya les dije… pero… está bien…” Ese mismo error, en el Lugar Santísimo, te mata. En el Lugar Santo, la luz es artificial, es teología, es el tiempo de la iglesia. En el Lugar Santísimo, es visión; si usted no sabe acceder a Dios, no lo encuentra. Detrás del velo los teólogos se pierden.

Ahí no hay paso uno, paso dos, paso tres, gire a la derecha, preposición, adjetivo, sustantivo. Se acabó el ritualismo detrás del velo. Allí tiene usted que saber caminar con Dios. ¿Qué estamos haciendo? Produciendo una posición para poder hacerlo: QARAB.

(Filipenses 3: 1)= Por lo demás, hermanos, gozaos en el Señor. A mí no me es molesto el escribiros las mismas cosas, y para vosotros es seguro. (Note que para el ministerio apostólico, es casi normal y corriente tener que repetir una y otra vez el mismo mensaje; todos los tienen que oír)

(2) Guardaos de los perros, guardaos de los malos obreros, guardaos de los mutiladores del cuerpo. (Perros. Son gente que vuelve a lo que ya comió y no me haga decirlo claramente porque es de mal gusto. Gente que vuelve a tragar lo que ya masticó. Gente que vuelve a la gloria anterior. Son mutiladores del cuerpo, malos obreros)

(3) Porque nosotros somos la circuncisión, los que en Espíritu servimos a Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús, no teniendo confianza en la carne.

(4) Aunque yo tengo también de qué confiar en la carne. (Aquí Pablo se va a poner un poquito sarcástico. Había competencias Inter.-iglesias en ese tiempo. Había un falso mover apostólico, igual que en el día de hoy. Entonces a él le están exigiendo que muestre sus credenciales. Y no hay credenciales para un apóstol, salvo las marcas que trae en el pecho. Mire lo que dice aquí: Si tú quieres credenciales, yo te las doy) …Si alguno piensa que tiene de qué confiar en la carne, yo más; circundado al octavo día, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos; en cuanto a la ley, fariseo; en cuanto a celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia que es en la ley, irreprensible. (Esto es: soy doctor en teología uno, dos, tres y cuatro; egresado de la universidad de San Borombón, con tesis revalidadas en las universidades de tal y cual, master en divinidades, treinta libros escritos, diez comentarios avalados, aprobados y utilizados en ocho universidades y presidente de la internacional Christian Company)

(7) Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. (Aquí el amor de Cristo, es la próxima fase con Dios. Se presenta en este texto).

Pablo ha llegado hasta un punto muy crucial en su vida, y toda la búsqueda de su vida anterior se resume en papeles en la pared, diplomas, títulos. Y ahora dice: yo ahora quiero contar todo eso como pérdida, para alcanzar el próximo mover de Dios. Pero hay gente que quiere transicionar sin perder nada. Se quiere traer todos los amigos, todas las malas costumbres, todos los errores de carácter, todas sus medallas, sus premios. Hay algunos que corren la carrera tan cargados de premios y medallas que le dan los hombres, que el mismo peso de estas medallas, no los deja mover.

(8) Y ciertamente, aún estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo, y ser hallado en él.

La palabra BASURA, aquí, es paralelo de ESTIERCOL, y significa lo que usted ya sabe: excremento. Así siente Pablo todo lo que deslumbra a tantos hombres, sólo para ganar a Cristo y ser hallado en él, que es el próximo mover. Vamos a terminar en eso; siendo hallados en Él. Es la generación sin rostro. La generación-Cristo. La generación 42. Si usted lee Mateo, va a poder observar que hay cuarenta y dos generaciones y la última es Cristo. Pero Cristo no tuvo hijos. La generación Cristo es una generación sin rostro, porque sólo se ve en Él. Ese es un mensaje para este tercer milenio.

(9) Y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe; a fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte, si en alguna manera llegase a la resurrección de entre los muertos.

(Verso 12)= No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual también asido por Cristo Jesús.

Note que para conseguir lo que vamos a conseguir, tenemos que estar poseídos por lo que queremos conseguir.

(13) Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.

Vamos a sacar algunos principios de aquí. En primer término, nos encontramos con uno que se llama: PÉRDIDA. No podemos pretender transicionar y mantener nuestras posiciones previas. Amigos, finanzas, posiciones doctrinales; si estamos buscando nuestra próxima dimensión en Cristo, algunas de esas cosas serán entregadas. Es normal.

Él dice: yo considero algunas cosas de gran importancia previa como pérdidas mías para poder alcanzar lo próximo. Recuerde que lo que Él menciona, para nosotros, es un solo versículo que ya hemos leído, pero que para Él, es el resumen de su vida. Es decir que dice: considero todo lo hecho hasta hoy como pérdida, con tal de llegar al próximo mover con Dios. Y todo lo que había conseguido, es lo que el mundo busca conseguir, mire:

Pablo considera pérdida, todo lo que la iglesia está buscando hoy. Para poder alcanzar el verdadero propósito con Dios. Lo que él consideró basura, es lo que tiene apresada a la iglesia de hoy. Posiciones, títulos, premios, llegar primero, segundo, ser Fulano, ser Zutano. Él dijo: yo, considero todo eso basura, excremento, pérdida, para ser escondido en Él. Ese es el próximo mover de Dios. Es una posición QARAB.

Algunas personas no quieren perder. Escuche: esto es en todos los niveles; desde el pastor principal, hasta el perrito mascota de la iglesia. Hay algunos amigos que se van,  no se quedan. No entran en el próximo nivel porque no quieren entrar. Y si usted quiere entrar, tiene que soltarlos. Puede seguir sintiendo mucho afecto por ellos, nadie dice que usted los tenga que olvidar; lo que no puede hacer es pasarse todas las tardes tomando té con galletitas con ellos porque ya no hay nada, – en el ámbito espiritual -, que los una.

Lamentablemente, no podemos traer a toda la gente con nosotros, tal como nos gustaría. Algunos van primero, y los demás van después. Todos terminan viniendo, pero algunos tienen que conducir el camino. Y aquí no valen decisiones, empecinamientos o ambiciones humanas. Dios levanta a los que deben ser. No hay vueltas. Porque si nadie se zafa para poder empezar este camino, nadie llega. Por una simple razón que ya usted me ha escuchado decir muchas veces: en la historia contemporánea de la iglesia, nadie, pero nadie pasó antes por este lugar. Estamos pasando todos juntos, por primera vez y al mismo tiempo. Aquí lo que vale es el poder de Dios, la unción, la guía y el auténtico llamamiento: aquí la experiencia, es puro cuento. Es buena, pero no alcanza.

Esto es cuestión de quién está llamado; quien tiene esa convicción en el Espíritu. No es cuestión de participación. Hay estructuras eclesiásticas que van a cambiar. Y al cambiar las estructuras eclesiásticas, hay posiciones que quedarán obsoletas, no las puede traer con usted. Estamos transicionando mentalidades que tenemos que soltar, asociaciones que tenemos que eliminar, estándares de nuestras vidas que tenemos que cambiar. Hay gente que no quiere, sinceramente, entrar en esta nueva fase con Dios con vidas mediocres: no entran. Y no estoy hablando de empresarios, gente con dinero o profesionales universitarios. Estoy hablando de otras facetas de la mediocridad. El matrimonio, por ejemplo, es la expresión más simple de la unidad del reino.

Una de las condiciones para consolidar ministerios es que, si hay una reunión de ministros, eso incluye también a la mujer. Porque usted sin su mujer, no es ministro de nada. Se sabe que hay casos especiales y específicos y así deberán ser tratados, por separado. Pero en lo global, en la generalidad conceptual, sabemos que Dios nos llama de dos en dos.

Hay gente que no quiere continuar en la próxima fase con Dios y mantener ciertas posiciones previas que no entran. Como el estándar de su carácter, o de su hombría. Muchas cosas van a cambiar

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enero 1, 2015 Néstor Martínez