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Los Otros Servidores

Si repasamos atentamente algunos estudios que hemos compartido aquí sobre el espinoso tema de las maldiciones, vamos a ver que nos pueden hacer efecto a través de distintas causas, entre ellas, las de nuestra propia negligencia o ignorancia; además de la manifiesta incredulidad o autoconvencimiento de falsa inmunidad que muchos cristianos tienen, o creen tener respectivamente…

Ahora, sin embargo, vamos a ver a la luz de la Palabra, (Y no por algún versículo suelto, sino en una lectura muy completa), otra causa que no muchos tienen en cuenta: la actividad de personas requeridas para ese fin, que es lo que en definitiva vamos a denominar como: Los Otros Servidores.

Satanás, si lo dejan, va a corromper las verdades de Dios. Es lo que siempre que puede, hace. Él no tiene poder creativo; simplemente se limita a tomar las verdades de Dios e imitarlas, copiarlas y, obviamente, pervertirlas, torcerlas, corromperlas.

Solamente conociendo bien como actúa Dios podremos detectar, discernir, como actúa el enemigo. Dios tiene sus ángeles; Satanás tiene sus demonios. Dios tiene sus ministros: apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros. Satanás también tiene sus propios servidores.

Los servidores de Satanás son personas que voluntariamente se abren a su dominio, con pleno conocimiento de causa, ya sea por dinero, fama, poder o cualquier método de control y sirven a su favor mediante cierto poder sobrenatural que él les da.

Han estado presentes en toda cultura, en toda nación y en todo tiempo. Se han llamado: Brujos, Chamanís, Hechiceros, Curanderos, Sacerdotes o Sacerdotisas de Satanás. Trabajaron (Y trabajan), tanto en la sociedad como en la iglesia si se les permite obrar libremente. Como manejan poderes sobrenaturales, captan muchos adeptos que, por ignorancia o hambre de milagros, no acuden a la Escritura.

Falsifican todo lo que pueden. Algunos funcionan en centros que llevan nombres muy celestiales: “Divino Maestro”, “Luz del Cielo”, etc. No pueden engañar a los que tienen al Espíritu de Dios, pero sí a muchos cristianos ignorantes o descreídos, que los hay, ya que no será la primera vez que en casas de muchos de ellos, se encuentra literatura ocultista y diabólica disfrazada bajo un barniz supuestamente cristiano.

Esta gente constituye un grupo operativo bastante eficiente si no se lo detecta o conoce en la producción de lo que más abundantemente saben hacer: maldecir específicamente a los hijos de Dios, sobre todo a aquellos que están sirviendo al reino en la primera línea.

Son intermediarios entre el poder satánico y el hombre. Una imitación muy burda, pero todavía efectiva, de la intercesión practicada por los hijos de Dios. Un intercesor es alguien que se ubica en el medio de una necesidad y el poder de Dios para satisfacerla. Un satanista hace lo mismo entre el poder de Satanás y una persona a la que buscan oprimir y, si es posible, destruir mediante ese poder.

Cuando hablamos de maldiciones nos suena tan a edad media, a tribus del África y a supersticiones, que nos puede resultar increíble que en nuestra sociedad llamada “civilizada” eso se pueda estar moviendo todos los días.

“Hermano… Yo voy a la iglesia… A mí esas cosas no me preocupan…” ¿Cuántas veces oímos esto? Jesucristo, nuestro Señor y Salvador, no sólo no negó la existencia del diablo, sino que fue, indiscutiblemente, nuestra mayor fuente de información respecto a su actividad. Si Él no lo negó, me pregunto sobre qué bases, hoy, muchos llamados cristianos, continúan haciéndolo…

Pero puntualmente una cosa: si bien Cristo no negó la actividad demoníaca, (Lucas 10:19 – Mateo 10:1 – Lucas 10:1 o 9:1 son la prueba), siempre dejó en claro que Él ya lo venció y que el poder que tenemos en Él, es superior a cualquier otro poder. ¿Está claro?

Quiero repasar un texto bastante extenso en el Antiguo Testamento como mejor confirmación de lo que le estoy diciendo, lejos de ser para asustarle o para deprimirle, es para alertarle y alentarle a operar como se debe: como soldado activo y victorioso de una batalla que ya tiene un vencedor: Cristo. Voy a acotar muy poco porque el relato habla por sí mismo de todo lo que usted tiene que conocer para vencer.

Moab, era un pueblo que tenía un rey llamado Balac. Cuando Israel terminaba de vencer a los amorreos ellos se preocuparon y, en lugar de salir a pelear de frente, eligieron el camino más tenebroso y perverso: buscar a alguien que los maldijera, para arruinarlos, debilitarlos y, después sí, derrotarlos.

(Números 22: 1)= Partieron los hijos de Israel, y acamparon en los campos de Moab junto al Jordán, frente a Jericó.

(2) Y vio Balac hijo de Zipor todo lo que Israel había hecho al amorreo.

(3) Y Moab tuvo gran temor a causa del pueblo, porque era mucho; y se angustió Moab a causa de los hijos de Israel.

(4) Y dijo Moab a los ancianos de Madián: ahora lamerá esta gente todos nuestros contornos, como lame el buey la grama del campo. Y Balac hijo de Zipor era entonces rey de Moab.

(5) Por tanto, envió mensajeros a Balaam hijo de Beor, en Petor, que está junto al río, en la tierra de los hijos de su pueblo, para que lo llamasen, diciendo: un pueblo ha salido de Egipto, y he aquí cubre la faz de la tierra, y habita delante de mí.

(6) Ven, pues, ahora, te ruego, maldíceme este pueblo, porque es más fuerte que yo; quizá yo pueda herirlo y echarlo de la tierra; pues yo sé que el que tú bendigas será bendito, y el que tú maldigas, será maldito.

Salta la evidencia de que Balaam era conocido y tenía su fama. Publicaba avisos en los diarios de mayor circulación y sus “trabajos” estaban “garantizados”.

(7) Fueron los ancianos de Moab y los ancianos de Madián con las dádivas de adivinación en su mano, y llegaron a Balaam y le dijeron las palabras de Balac.

Dádivas de adivinación. ¡Dinero para el brujo! ¡Pago por adelantado por el “trabajo”!

(8) Él les dijo: reposad aquí esta noche, y yo os daré respuesta según Jehová me hablare. Así los príncipes de Moab se quedaron con Balaam.

(9) Y vino Dios a Balaam y le dijo: ¿Qué varones son estos que están contigo?

(10) Y Balaam respondió a Dios: Balac hijo de Zipor, rey de Moab, ha enviado a decirme: he aquí, este pueblo que ha salido de Egipto cubre la faz de la tierra; ven, pues, ahora, y maldícemelo; quizás podré pelear contra él y echarlo.

(12) Entonces dijo Dios a Balaam: no vayas con ellos, ni maldigas al pueblo, porque bendito es.

(13) Así Balaam se levantó por la mañana y dijo a los príncipes de Balac: volveos a vuestra tierra, porque Jehová no me quiere dejar ir con vosotros.

(14) Y los príncipes de Moab se levantaron, y vinieron a Balac.

Un momento. Fíjese que Dios pudo haber pensado: “Ah, es sólo Balaam; son sólo palabras de un pobre hombre…” Pero no; no hizo eso. Tampoco dijo: “¡Ah! ¡Es sólo supersticiones de ignorantes!” Tampoco dijo: “Bueno, de última yo soy Dios y eso no es importante”. Usted ve que Dios sí le dio importancia. Es que Él sabe, porque Él dice que en la lengua hay poder para vida o para muerte. Y le dijeron a Balac: Balaam no quiso venir con nosotros.

(15) Volvió Balac a enviar otra vez más príncipes, y más honorables que los otros; los cuales vinieron a Balaam, y le dijeron: así dice Balac, hijo de Zipor; te ruego que no dejes de venir a mí; porque sin duda te honraré mucho, y haré todo lo que me digas. – ¡Esto es lo que se llama vender el alma al diablo! La persona va a hacer cualquier cosa. – …Ven, ahora, pues, maldíceme a este pueblo.

(Verso 18)= Y Balaam respondió y dijo a los siervos de Balac: aunque Balac me diese su casa llena de plata y oro, no puedo traspasar la palabra de Jehová mi Dios para hacer cosa chica ni grande.

(19) Os ruego, por tanto, ahora, que reposéis aquí esta noche, para que yo sepa qué me vuelve a decir Jehová.

(20) Y vino Dios a Balaam de noche, y le dijo: si vinieron para llamarte estos hombres, levántate y vete con ellos; pero harás lo que yo te diga.

Aquí, Dios, cambia la estrategia. Sabe que Balac, a largo o mediano plazo, va a buscar y va a conseguir a otro que le haga el trabajo. Entonces apunta a algo mucho más hermoso; cambiar maldición por bendición. Dios le da importancia al asunto al extremo de tomarse un trabajo extra, pero sin perder de vista la realidad de los dos. Mire ahora lo que ocurrió.

(21) Así Balaam se levantó por la mañana, y enalbardó su asna y fue con los príncipes de Moab.

(22) Y la ira de Dios se encendió porque él iba; y el ángel de Jehová se puso en el camino por adversario suyo. Iba, pues, él montado sobre su asna, y con él dos criados suyos.

(23) Y el asna vio al ángel de Jehová, que estaba en el camino con su espada desnuda en su mano; y se apartó el asna del camino, e iba por el campo. Entonces azotó Balaam el asna para hacerla volver al camino.

(24) Pero el ángel de Jehová se puso en una senda de viñas que tenía pared a un lado y pared al otro.

(25) Y viendo el asna al ángel de Jehová, se pegó a la pared, y apretó contra la pared el pie de Balaam; y él volvió a azotarla.

(26) Y el ángel de Jehová pasó más allá, y se puso en una angostura donde no había camino par apartarse ni a derecha ni a izquierda.

(27) Y viendo el asna al ángel de Jehová, se echó debajo de Balaam; y Balaam se enojó y azotó al asna con un palo.

(28) Entonces Jehová abrió la boca del asna, la cual dijo a Balaam: ¿Qué te he hecho, que me has azotado estas tres veces?

(29) Y Balaam respondió al asna: porque te has burlado de mí. ¡Ojalá tuviera espada en mi mano que ahora te mataría!

(30) Y el asna dijo a Balaam: ¿No soy yo tu asna? Sobre mí has cabalgado desde que tú me tienes hasta este día; ¿He acostumbrado a hacerlo así contigo? Y él respondió: no.

(31) Entonces Jehová abrió los ojos de Balaam, y vio al ángel de Jehová que estaba en el camino, y tenía su espada desnuda en su mano. Y Balaam hizo reverencia, y se inclinó sobre su rostro.

(32) Y el ángel de Jehová le dijo: ¿Por qué has azotado tu asna estas tres veces? He aquí yo he salido para resistirte, porque tu camino es perverso delante de mí.

(33) El asna me ha visto, y se ha apartado luego delante de mí estas tres veces; y si de mí no se hubiera apartado, yo también ahora te mataría a ti, y a ella dejaría viva.

(34) Entonces Balaam dijo al ángel de Jehová: he pecado, porque no sabía que tú te ponías delante de mí en el camino; más ahora, si te parece mal, yo me volveré.

(35) Y el ángel de Jehová dijo a Balaam: ve con esos hombres; pero la palabra que yo te diga, esa hablarás. Así Balaam fue con los príncipes de Balac.

(36) Oyendo Balac que Balaam venía, salió a recibirlo a la ciudad de Moab, que está junto al límite de Arnon, que está al extremo de su territorio.

Este pasaje nos deja dos claves. Nº 1: Que Dios le dio importancia a lo que Balaam pudiera hacer si maldecía a Israel. Nº 2: Que Balac también se la daba, ya que no dudó, él, todo un rey, en irse a la otra punta de su territorio a recibirlo.

(37) Y Balac dijo a Balaam: ¿No envié yo a llamarte? ¿Por qué no has venido a mí? ¿No puedo yo honrarte?

(38) Balaam respondió a Balac: he aquí yo he venido a ti, más; ¿Podré ahora hablar alguna cosa? La palabra que Dios pusiere en mi boca, esa hablaré.

(39) Y fue Balaam con Balac, y vinieron a Quiriat-Huzot.

(40) Y Balac hizo matar bueyes y ovejas, y envió a Balaam, y a los príncipes que estaban con él. ¿Qué le parece? Balac atendió a Balaam de rey a rey. ¡Mire si le daba importancia!

(41) El día siguiente Balac tomó a Balaam y lo hizo subir a Barnot-Baal, y desde allí vio a los más cercanos al pueblo.

(Capítulo 23: verso 1)= Y Balaam dijo a Balac: edifícame aquí siete altares, y prepárame aquí siete becerros y siete carneros.

(2) Balac hizo como le dijo Balaam; y ofrecieron Balac y Balaam un becerro y un carnero en cada altar.

(3) Y Balaam dijo a Balac: ponte junto a tu holocausto, y yo iré; quizás Jehová me vendrá al encuentro, y cualquiera cosa que me mostrare, te avisaré. Y se fue a un monte descubierto.

(4) Y vino Dios al encuentro de Balaam, y éste le dijo: siete altares he ordenado, y en cada altar he ofrecido un becerro y un carnero.

(5) Y Jehová puso palabra en la boca de Balaam, y le dijo: vuelve a Balac, y dile así.

(6) Y volvió a él, y he aquí estaba él junto a su holocausto, él y todos los príncipes de Moab.

(7) Y él tomó su parábola, (Un Mashai, un Proverbio) y dijo: de Aram me trajo Balac, rey de Moab, de los montes del oriente; ven maldíceme a Jacob, y ven, execra a Israel.

(8) ¿Por qué maldeciré yo al que Dios no maldijo? ¿Y por qué he de execrar al que Jehová no ha execrado?

(9) Porque de las cumbres de las peñas lo veré, y desde los collados lo miraré; he aquí un pueblo que habitará confiado, y no será contado entre las naciones.

(10) ¿Quién contará el polvo de Jacob, o el número de la cuarta parte de Israel? Muera yo la muerte de los rectos, y mi postrimería sea como la suya.

Aquí Balac se asustó en serio. ¿Es que acaso había traído a un brujo para maldecir y le salía bendiciendo?

(11) ¿Qué me has hecho? ¿Te he traído para que maldigas a mis enemigos y he aquí has proferido bendiciones?

Se lo repito: para Dios era muy importante que Balaam no maldijera a Israel. Por eso se ocupa, a través de su ángel, en hacer cambiar esa maldición por bendición.

(12) Él respondió y dijo: ¿No cuidaré de decir lo que Jehová ponga en mi boca?

(13) Y dijo Balac: te ruego que vengas conmigo a otro lugar desde el cual lo veas; solamente los más cercanos verás, y no los verás todos; y desde allí me los maldecirás.

Se podrá decir lo que usted quiera, menos que Balac no era bastante terco, no es así?

(14) Y lo llevó al campo de Zofim, a la cumbre de Pisga, y edificó siete altares, y ofreció un becerro y un carnero en cada altar.

(15) Entonces él dijo a Balac: ponte aquí junto a tu holocausto, y yo iré a encontrar a Dios allí.

(16) Y Jehová salió al encuentro de Balaam, y puso palabra en su boca, y le dijo: vuelve a Balac, y dile así.

(17) Y vino a él, y he aquí que él estaba junto a su holocausto, y con él los príncipes de Moab, y le dijo Balac: ¿Qué ha dicho Jehová?

(18) Entonces él tomó su parábola, y dijo: Balac, levántate y oye; escucha mis palabras, hijo de Zipor: Dios no es hombre para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta. Él dijo: ¿Y no hará? Habló, ¿Y no lo ejecutará?

(Verso 20)= He aquí, he recibido orden de bendecir; él dio bendición, y no podré revocarla.

Si tomamos por base Proverbios 26, donde dice que Ninguna maldición sobrevendrá sin causa, lo que Balaam le está diciendo a Balac, es: no puedo maldecirlos porque no encuentro de dónde agarrar una maldición a ese pueblo. No hay una causa que me habilite para hacerlo. ¿Entiendes? Y s lo está aclarando, eh?

(21) No ha notado iniquidad en Jacob, ni ha visto perversidad en Israel. Jehová su Dios está con él, y júbilo de rey en él.

Está muy claro: si hay desobediencia o rebelión, hay lugar para la brujería o la maldición. Si no hay nada de eso, no.

(22) Dios los ha sacado de Egipto; tiene fuerzas como de Búfalo.

(23) Porque contra Jacob no hay agüero, ni adivinación contra Israel. (Más claro aún: si no hay una causa que abra una brecha, ni brujo, ni hechicero, ni curandero, ni adivino puede hacer nada en su contra) como ahora, será dicho de Jacob y de Israel; ¡Lo que ha hecho Dios!

(24) He aquí el pueblo que como león se levantará; y como león se erguirá; no se echará hasta que devore la presa, y beba la sangre de los muertos.

(25) Entonces Balac dijo a Balaam: ya que no lo maldices, tampoco lo bendigas. (Balac sabía que, así como la maldición tenía poder, también lo tenía la bendición)

(26) Balaam respondió y dijo a Balac: ¿No te he dicho que todo lo que Jehová me diga, eso tengo que hacer?

(27) Y dijo Balac a Balaam: te ruego que vengas, te llevaré a otro lugar; por ventura parecerá bien a Dios que desde allí me lo maldigas. (Balac, decididamente, no interpretaba a Dios, lo cual no le impedía ser terco.)

(28) Y Balac llevó a Balaam a la cumbre de Petor, que mira hacia el desierto.

(29) Entonces Balaam dijo a Balac: edifícame aquí siete altares, y prepárame aquí siete becerros y siete carneros.

(30) Y Balac hizo como que Balaam le dijo; y ofreció un becerro y un carnero en cada altar.

(Capítulo 24: verso 1)= Cuando vio Balaam que parecía bien a Jehová que él bendijese a Israel, no fue como la primera y segunda vez, en busca de agüero, sino que puso su rostro hacia el desierto; y alzando sus ojos, vio a Israel alojado por sus tribus; y el espíritu de Dios vino sobre él.

(Verso 3)= Entonces tomó su parábola y dijo: dijo Balaam hijo de Beor, y dijo el varón de ojos abiertos; (¿Se entiende que tuvo una visión, verdad?) dijo que él oyó los dichos de Dios, el que vio la visión del omnipotente; caído, pero abiertos los ojos: ¡Cuán hermosas son tus tiendas, oh Jacob tus habitaciones, oh Israel!

(Verso 6)= Como arroyos están extendidas, como huertos junto al río, como áloes plantados por Jehová, como cedros junto a las aguas.

(7) De sus manos destilarán aguas, y su descendencia será en muchas aguas; enaltecerá su rey más que Agag, y su reino será engrandecido.

(8) Dios lo sacó de Egipto; tienen fuerzas como de búfalo. Devorará a las naciones enemigas, desmenuzará sus huesos, y las traspasará con sus saetas.

(9) Se encorvará para echarse como león, y como leona; ¿Quién lo despertará? Bendito los que te bendijeren, y malditos los que te maldijeren.

Un día viene un hermano, le da a usted una palabra de Dios, usted dice ¡Amén! Y ahí se termina todo. Al mes, usted ya ni se acuerda de lo que le dijeron. ¿Usted entiende lo que significa que Dios ponga sus ojos en usted? Tiene que tomar esa palabra en su corazón, perseguirla y darla a luz para que sea una realidad en su vida. Cuando le dan una palabra, no es el final de algo, es el comienzo.

(10) Entonces se encendió la ira de Balac contra Balaam, y batiendo sus manos le dijo: para maldecir a mis enemigos te he llamado, y he aquí que los has bendecido ya tres veces.

(11) Ahora huye a tu lugar; yo dije que te honraría, más he aquí que Jehová te ha privado de honra.

(12) Y Balaam respondió: ¿No lo declaré yo también a tus mensajeros que me enviaste diciendo: si Balac me diese su casa llena de plata y oro, yo no podré traspasar el dicho de Jehová para hacer cosa buena ni mala de mi arbitrio, más he aquí que Jehová te ha privado de honra.

(Verso 14)= He aquí, yo me voy ahora a mi pueblo; por tanto, ven, te indicaré lo que este pueblo ha de hacer a tu pueblo en los postreros días.

(15) Y tomó su parábola, y dijo: dijo Balaam hijo de Beor, dijo el varón de ojos abiertos; dijo el que oyó los dichos de Jehová, y el que sabe la ciencia, del altísimo, el que vio la visión del omnipotente; caído, pero abiertos los ojos; lo veré, más no ahora; lo miraré, más no de cerca; saldrá estrella de Jacob, y se levantará cetro de Israel, y herirá las sienes de Moab, y destruirá a todos los hijos de Set.

(Verso 18)= Será tomada Edom, será también tomada Seir por sus enemigos, e Israel se portará varonilmente.

(19) De Jacob saldrá el dominador, y destruirá lo que quedare de la ciudad.

(20) Y viendo Amalec, tomó su parábola y dijo: Amalec, cabeza de naciones; más al fin perecerá para siempre.

(21) Y viendo el ceneo, tomó su parábola y dijo: fuerte en tu habitación; pon en la peña tu nido; porque el ceneo será echado, cuando Asiria te llevará cautivo.

(Verso 23)= tomó su parábola otra vez, y dijo: ¡Ay! ¿Quién vivirá cuando hiciere Dios estas cosas?

(24) Vendrán naves de las costas de Quitim, y afligirán a Asiria, afligirán también a Heber; más él también perecerá para siempre.

(25) Entonces se levantó Balaam y se fue, y volvió a su lugar; y también Balac se fue por su camino.

¿Cómo podría imaginar Balac que Balaam le estaba dando un mensaje que correspondía a cientos de años después, cuando ya en los tiempos de Cristo, se levantaría el Imperio Romano?

(Deuteronomio 23: 4)= Por cuanto no os salieron a recibir con pan y agua al camino, cuando salisteis de Egipto, y porque alquilaron contra ti a Balaam, hijo de Beor, de Petor en mesopotamia, para maldecirte.

Más no quiso Jehová tu Dios oír a Balaam; y Jehová tu Dios te convirtió la maldición en bendición, porque Jehová tu Dios te amaba.

Esto es lo que ocurre cuando caminamos con Cristo en obediencia. Pero el diablo es persistente y lo que no consiguió a través de la maldición lo logró de otra manera.

(Números 25: 1)= Moraba Israel en Sitim; y el pueblo empezó a fornicar con las hijas de Moab, las cuales invitaban al pueblo a los sacrificios de sus dioses; y el pueblo comió, y se inclinó a sus dioses.

(Verso 3)= Así acudió el pueblo a Baal-Peor; y el furor de Jehová se encendió contra Israel.

(4) Y Jehová dijo a Moisés: toma a todos los príncipes del pueblo, y ahórcalos ante Jehová delante del sol, y el ardor de la ira de Jehová se apartará de Israel.

Es notorio: Balaam aconsejó a Balac y los dos conspiraron. Como la maldición no funcionó, optaron por la mezcla, (Artimaña favorita del diablo), mezclar hijos de Dios con hijos del diablo. Esto se demuestra con la propia Palabra.

(Números 31: 15-16)= Y les dijo Moisés: ¿Por qué habéis dejado con vida a todas las mujeres? He aquí, por consejo de Balaam ellas fueron causa de que los hijos de Israel prevaricasen contra Jehová en lo tocante a Baal-Peor, por lo que hubo mortandad en la congregación de Jehová.

Sé que hay personas que no creen en la absoluta veracidad del yugo desigual porque, dicen, no hay referencias concretas en el Nuevo Testamento. Sin embargo la Biblia nos dice que esa es la manera más fácil y clara de honrar a los dioses de otra persona. Salomón mismo se desbarrancó, pese a toda su sabiduría, a causa de sus mujeres, y fue a parar a la categoría de idólatra.

(Números 25: 5)= Entonces Moisés dijo a los jueces de Israel: matad cada uno a aquellos de los vuestros que se han juntado con Baal-Peor.

(6) Y he aquí un varón de los hijos de Israel vino y trajo una madianita a sus hermanos, a ojos de Moisés y de toda la congregación de los hijos de Israel, mientras lloraban ellos a la puerta del tabernáculo de reunión.

(7) Y lo vio Finees hijo de Eleazar, hijo del sacerdote Aarón, y se levantó de en medio de la congregación, y tomó una lanza en su mano; y fue tras el varón de Israel a la tienda, y los alanceó a ambos, al varón de Israel y a la mujer por su vientre. Y cesó la mortandad de los hijos de Israel.

(9) Y murieron de aquella mortandad veinticuatro mil.

(10) Entonces Jehová habló a Moisés, diciendo: Finees hijo de Eleazar, hijo del sacerdote Aarón, ha hecho apartar mi furor de los hijos de Israel, llevado de celo entre ellos; por lo cual yo no he consumido en mi celo a los hijos de Israel.

(Verso 12)= Por tanto diles: he aquí yo establezco mi pacto de paz con él; y tendrá él, y su descendencia después de él, el pacto del sacerdocio perpetuo, por cuanto tuvo celo por su Dios e hizo expiación por los hijos de Israel.

Conclusión: Finees ganó una gran bendición para él y todas sus generaciones. Por el celo de la casa de Jehová. Terminó con la mortandad causada por el consejo de Balaam. Ahora: ¿Qué tiene que ver todo esto con nosotros? Lo primero, que el asunto sí existe.

Las maldiciones, hechicerías, sortilegios, encantamientos, son la estructura que mantiene en el poder a las personas que sirven al diablo. Por ejemplo, la drogadicción. Si no se consigue unidad para combatirla como un enemigo espiritual, todo quedará en inútiles esfuerzos, interminables debates teológicos, tesis académicas y polémicas doctrinales.

Dios quiere liberarnos, pero el primer paso de fe tiene que ser suyo. El hombre fue creado para ser bendito. Cuando se rebela o desobedece, se vuelve vulnerable a un montón de cosas, entre ellas: a las maldiciones.

Cualquier miembro del cuerpo de Cristo que se encuentra en una actitud activa, agresiva, de guerra espiritual, necesita una cadena adicional de intercesores para cubrirse los unos a los otros.

Cada vez que Dios levanta más a un siervo, ese siervo necesita mayor cobertura en oración, porque se transforma en un blanco para el enemigo y el enemigo no va a dudar en usar sus brujos y hechiceros contra él. Toda murmuración levantada por el mundo secular contra los hijos de Dios no es idea del mundo, es parte de la estrategia satánica.

Las maldiciones, entonces, tienen un objetivo concreto: atar, maniatar, poner cautivos a los hijos de Dios para que no puedan recibir las bendiciones de su padre celestial. Una maldición puesta sobre alguien para que no prospere, le priva a alguien, – hasta que no la descubre y la rompe en el nombre de Jesús -, de todo lo que Dios quería hacer con esa persona en el campo de las finanzas.

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enero 1, 2015 Néstor Martínez