Tiempo de Toda Carne

El texto que vamos a ver ahora, está subtitulado en las Biblias clásicas como: El Sermón de Pedro. No hay referencias concretas respecto a esto, pero sí al Sermón del Monte, donde se consigna que es el nombre que se le da al magno discurso dado, en ese caso, por Jesús. Lo mismo cabe para este caso donde, el orador es Pedro.

Y tú conoces a Pedro. Y si puedes sacarlo del misticismo con el cual solemos rodear a nuestros héroes bíblicos y verlo tal como era: rústico, rudo, torpe, nada diplomático, un pescador nato, cuando luego leas sus palabras, te darás cuenta como Dios habla a través de sus instrumentos.

(Hechos 2: 14)= Entonces Pedro, poniéndose en pie con los once, alzó la voz y les habló diciendo: varones judíos, y todos los que habitáis en Jerusalén, esto os sea notorio, y oíd mis palabras.

(15) Porque estos no están ebrios, como vosotros suponéis, puesto que es la hora tercera del día. (Esto es: las nueve de la mañana)

(16) Mas esto es lo dicho por el profeta Joel: (17) Y en los postreros días, dice Dios, derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; vuestros jóvenes verán visiones, y vuestros ancianos soñarán sueños; (18) y de cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas en aquellos días derramaré de mi Espíritu y profetizarán.

Los postreros días, aquí, es mencionado por pedro aludiendo a la era de la iglesia, desde el Pentecostés hasta el retorno de Cristo. Representan la transición entre esta era y la era por venir. Derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, es una reiteración de lo dicho por el profeta Joel que Pedro explica con claridad.

Él alude a los acontecimientos extraordinarios del Pentecostés en términos de derramamiento del Espíritu predicho en la profecía de Joel. El derramamiento del Espíritu en el Antiguo Testamento había sido durante mucho tiempo reservado a los líderes espirituales y nacionales de Israel.

Sin embargo, bajo el Nuevo Pacto, la autoridad del Espíritu se concede a “toda carne”, a todo el que se acoja a Él. Todo creyente es ungido para ser sacerdote y rey a Dios. Importantes evidencias de haber participado en el derramamiento del Espíritu son los sueños y profecías.

Esto último te da la pauta concreta de que cuando se habla de postreros tiempos, no está demasiado lejos el que hemos descubierto en este trabajo. Porque no cabe ninguna duda que ya, hoy mismo, ahora y en distintos puntos del planeta, hay creyentes anónimos que han sido ungidos por ese derramamiento y se han convertido en sacerdotes sólidos e incorruptibles.

Mientras, el resto de lo que aún llamamos iglesia y no es otra cosa que Babilonia, sigue esperando que eso suceda en un lejano día futuro, y hasta se permite la barbaridad casi blasfema de asegurar que en ese día hasta los incrédulos y satanistas serán ungidos y hablarán en lenguas y profetizarán.

A mi modesto entender, creo que esta muy buena y bien intencionada gente, ansiosa de un final mucho más universalista que biblista, es la que no ha terminado de entender la Palabra y, esencialmente este texto de Joel que aquí repite Pedro y que concluye así:

(19) Y daré prodigios arriba en el cielo, y señales abajo en la tierra.

(20) El sol se convertirá en tinieblas, y la luna en sangre, antes que venga el día del Señor, grande y manifiesto; (21) y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.

Fíjate que estas señales que detalla al final, se verán poco antes que venga el día del Señor, grande y manifiesto, esto es: su retorno. Pero ahora, la caída de Babilonia y toda esta alteración que ya estamos viviendo, pertenece a un tiempo anterior que se enmarca dentro de lo que llamamos los postreros tiempos.

Yo creo que la mejor llave de entendimiento para esta palabra, está en lo que es la antesala de este texto en el libro de Joel. Porque lo que Pedro reitera aquí es lo que se lee en Joel 2:28, pero yo quisiera darte el texto completo desde el verso 18 al 27, para que tú puedas entender de que estamos hablando cuando dice en el verso 28, algo que Pedro no repite, y es: Y después de esto…

(Joel 2:18)= Y Jehová, solícito por su tierra, perdonará a su pueblo. (Solícito por su tierra: en lengua hebrea, esto puede ser entendido mejor como una realidad presente que futura. Típico del estilo poético es lo atemporal del lenguaje. El ruego que aparece en el verso anterior a este, parece que ha sido respondido y que la restauración de Israel (Que ahora es la iglesia genuina) ha comenzado.)

(19) Responderá Jehová, y dirá a su pueblo: he aquí yo os envío pan, mosto y aceite. Y seréis saciados de ellos; y nunca más os pondré en oprobio entre las naciones.

Es válido para el antiguo pueblo de Israel, si quieres ser literalista, pero también lo es para la iglesia genuina, hoy mismo. ¿Qué dice que nos envía, HOY, Dios, para que podamos ser saciados y salir del oprobio en el que, como iglesia estructural, hemos estado ante el mundo?

Dice que nos enviará tres elementos básicos para la antigua subsistencia, pero válidos también para la subsistencia triunfadora espiritual. Pan, que es alimento genuino, vida abundante, palabra fresca, Mosto, que es el jugo de la uva símbolo de la revelación fresca y Aceite, que significa unción, poder divino en sí mismo para manifestar convenientemente al rey.

(20) Y haré alejar de vosotros al del norte, y lo echaré en tierra seca y desierta; su faz será hacia el mar oriental, y su fin al mar occidental; y exhalará su hedor, y subirá su pudrición, porque hizo grandes cosas.

Cuando dice “al del norte”, esto se debe interpretar como el ejército de langostas que viene del norte. El Mar Oriental es el Mar Muerto y el Mar Occidentales mediterráneo. Algo que detiene las oleadas de langostas son los vientos que las desvían hacia grandes masas de agua. Y cuando dice que “exhalará su pudrición”, habla de las langostas muertas que son arrastradas por las olas. El olor de su pudrición llena el aire con su terrible hedor.

Esta es la interpretación “oficial”, la que aparece en las notas al pie de la mayoría de las Biblias que conocemos como buenas. Y está correcto, es una interpretación literal e histórica posible y para nada falta de consistencia. Sin embargo, sólo queda una pequeña duda: ¿Para que habrá puesto Dios eso en el libro?

Para que entendamos. Que las langostas siguen siendo tipología de demonios, que si los echa en tierras secas y desiertas están en su habitat, el lugar de la prueba. Y por si faltara algo para corroborarlo, su hedor.

¿Nunca has pasado junto a locales comerciales donde se huelen hierbas aromáticas orientales, tales como el promocionado incienso? ¿Y para que crees que las encienden? Para despejar ciertos aromas que generalmente los dueños de esos lugares no aciertan a descubrir de donde provienen. Son demonios. Los demonios producen hedor muy fuerte por sí mismos. Les pido perdón a los sobrios literalistas, pero no me dirán que no tiene esto mayor consistencia que la pudrición de langostas, ¿No crees?

(21) Tierra, (Siempre hemos creído que se refiere al nombre del planeta, ¿Verdad? Puede ser, pero también puede ser que esté diciendo: hombre, polvo, carne, tierra, ¿No crees?) no temas; alégrate y gózate, porque Jehová hará grandes cosas.

(22) Animales del campo, no temáis; porque los pastos del desierto reverdecerán, (¿Tiene lógica literal, esto? No, no la tiene. ¿Entonces? Entonces está hablando de los anima-les del campo, esto es: los almáticos del mundo; de los pastos, que es la Palabra de Dios, que reverdecerán (Retornará limpia y fresca) al desierto, que es este lugar de la prueba donde hoy nos encontramos) porque los árboles llevarán su fruto: (Árboles son iglesias; no templos ni congregaciones, iglesias, y fruto no es conversiones masivas sino carácter de Cristo en sus miembros), la higuera (el remanente) y la vid (el resto del pueblo), darán sus frutos.

(23) Vosotros también, hijos de Sión, alegraos y gozaos en Jehová vuestro Dios; porque os ha dado la primera lluvia a su tiempo, y hará descender sobre vosotros lluvia temprana y tardía como al principio.

Cuando él dice “hijos de Sión” no se refiere sólo a los que viven en Sión, sino a todo el pueblo de Judá. Luego, cuando menciona la “lluvia temprana”, se refiere a las lluvias de otoño, en la época de las siembras, mientras que la “lluvia tardía” son las lluvias de primavera, que se presentan justamente antes de la cosecha.

Este simbolismo de las refrescantes lluvias en zonas donde no son abundantes, así como en lo literal sirven par renovar y revitalizar a una tierra agotada, prefiguran el derramamiento del Espíritu Santo, que trae indefectiblemente consigo la renovación espiritual necesaria.

(24) Las eras se llenarán de trigo (Las iglesias abundarán en palabra genuina, fresca y revelada que reemplazará a los discursos humanistas y fábulas moralistas), y los lagares rebosarán de vino (Revelación) y aceite (Unción).

(25) Y os restituiré los años que comió la oruga, el saltón, el revoltón y la langosta, (Son distintas clases de demonios), mi gran ejército que envié contra vosotros. (En realidad, pese a la traducción, se entiende que es algo permitido más que enviado).

(26) Comeréis hasta saciaros, y alabaréis el nombre de Jehová vuestro Dios, el cual hizo maravillas con vosotros; y nunca jamás será mi pueblo avergonzado.

(27) Y conoceréis que en medio de Israel estoy yo, y que yo soy Jehová vuestro Dios, y no hay otro; y mi pueblo nunca jamás será avergonzado.

Esta expresión de “mi pueblo nunca jamás será avergonzado”, se repite en los dos últimos versos, porque responde a la oración de los sacerdotes cuando expresaban: “no entregues el oprobio de tu heredad”.

Para poder situarte en lo que es la realidad del evangelio en este tiempo, revisa con cuidado la posibilidad o no de que parte de los cristianos de este tiempo hayan podido ser avergonzados o lo estén siendo en este tiempo en algún lugar. Si la respuesta es sí, no están caminando por donde Dios ha dicho que debían caminar para no ser nunca jamás avergonzados.

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enero 1, 2015 Néstor Martínez