Tiempo de Peligros

De alguna manera, este trabajo tiene el epicentro básico de su razón de ser, precisamente en el texto que vamos a examinar ahora. Porque en todo lo demás, está dirigido en forma global a un tiempo indefinido, pero en este es muy concreto y apunta a algo específico, que de inicio no parecería concordar con lo que hemos visto, pero que en el final se podrá ver que sí, absolutamente.

(2 Timoteo 3: 1)= También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos.

¿Qué está queriendo decir Pablo a su discípulo, Timoteo, cuando expresa que vendrán tiempos peligrosos? Si tenemos en cuenta la palabra que usa él para expresar esto, (CHALEPOS), está hablando de tiempos ásperos, salvajes, difíciles, dolorosos, fieros, dañinos, duros de tratar.

La palabra, que una gran mayoría remite al día final pero que ya hemos visto está emparentada con la caída de la iglesia falsa y babilónica de nuestros tiempos, describe a una sociedad desprovista de virtud pero que abunda en vicios, tal cual lo que podemos observar con sólo salir a las calles. Y ahora fíjate en el siguiente detalle:

(2) Porque habrá (En los postreros días, en estos del principio de la caída de Babilonia), hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, (3) sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, (4) traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, (5) que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a estos evita.

Amadores de Sí Mismos: Personas altamente egocéntricas, lo que también equivale a egoístas, que sólo tienen en cuenta su propia conveniencia, prestigio o beneficio, sin pensar ni un momento en la necesidad del prójimo y no vacilando en defraudarlo si con ello ganan algo. Piensa.

Avaros: La avaricia es el amor desordenado de las riquezas. No hay en hebreo bíblico una palabra específica para expresar esta pasión, pero en muchos pasajes se la designa con la palabra, BESA, que significa “latrocinio” o “rapiña”, como también “ganancia ilícita”. En el griego del Nuevo Testamento se denomina con las expresiones “amigo del dinero”, “codicioso” o “ávido de ganancias sórdidas”.

La avaricia es un vicio que daña al hombre y le impide usar de los bienes que posee, lo hace insensato y duro para con sus semejantes, tal como ocurre con los amadores de sí mismos anteriores a esto, lo hace esclavo del dinero, lo hace caer en la idolatría, apartándole del cumplimiento de sus deberes para con Dios y para con el prójimo.

El avaro vive atormentado por el deseo de aumentar sus riquezas y se apodera injustamente de lo ajeno, dejándose corromper en la administración pública; (Una congregación pasa a ser una administración pública), y ofrece mala paga a los subalternos y jornaleros. Idolatría. Sigue pensando.

Vanagloriosos: La vanagloria es, según el diccionario español, la jactancia del propio valer u obrar. Es una mezcla de la vanidad y la gloria. Los términos vanidad y vano se hallan frecuentemente en la Biblia para dar la idea de aquello que es vacío, pasajero, sin valor.

Dentro de ello caen la idolatría y la maldad, como cosas que no solamente son malas, sino además vanas y vacías. También denotan falsedad. La misma creación, por la caída del hombre, está sujeta a vanidad, de la que sólo será librada en la manifestación de Cristo.

El hombre sin Dios está encadenado en una vanidad de vaciedad y frustración, de culpa y muerte, de la que sólo puede ser librado volviéndose de todo ello al Señor Jesús, que puede salvarlo e introducirlo en una vida abundante. El hombre sin Dios. Ahora reflexiona: ¿No has visto vanidad dentro de la iglesia?

Soberbios: La soberbia es un deseo y pretensión de superioridad sobre los demás, junto con un rechazo de sometimiento a Dios; pretensión de autosuficiencia y auto exaltación. Es un estado opuesto al de la humildad.

El soberbio no reconoce su dependencia como criatura de su Creador, ni la mutua dependencia con sus semejantes. Fue el pecado de Satanás. Fue el móvil que llevó al pecado de desobediencia en Edén. Es el móvil en el hombre caído, llevándolo a una constante lucha de emulación para alcanzar la superioridad y dominio sobre sus semejantes.

El cristiano no deja de ser susceptible a este pecado y es exhortado contra tan perverso estado de mente. La soberbia es el ideal del hombre pagano, que marcha en busca del superhombre, idealizando la fuerza, la agresividad y la mutua competencia, desdeñando la compasión y la ayuda a los débiles como contraproducente para lo que considera como el avance hacia su “hombre nuevo”. Es el pecado de Satanás. Sigue reflexionando: ¿No hay soberbios en tu congregación?

Blasfemos: La blasfemia tiene en la Sagrada Escritura un sentido más amplio que en el lenguaje común. Incluía la calumnia, y abarca cualquier palabra o acto ofensivo a la majestad divina, como profanar lugares santos, alterar los ritos, violar conscientemente la ley, tomar el nombre de Dios en vano, etc.

Para evitar todo lo más posible esto último, llegó a omitirse la pronunciación misma del nombre sagrado de Jehová sustituyéndolo con “Adonai” (“Señor”). En el Nuevo Testamento, blasfemia significa la usurpación por el hombre de las prerrogativas divinas.

Los enemigos de Jesús lo acusaron de blasfemia, porque no reconocían su deidad. Los evangelistas consideran blasfemia toda injuria a Cristo. La blasfemia más grave, que no admite perdón, es la que va contra el Espíritu Santo.

Esta blasfemia particular en contra del Espíritu Santo fue atribuir la acción del Señor de echar fuera demonios a poder satánico, frente a la evidencia innegable de Su poder divino. Este pecado no iba a ser perdonado ni en este siglo, ni en el venidero.

El contexto da evidencia de que “el pecado imperdonable” se refiere a esta forma particular de blasfemia. Los judíos expresaban violentamente su indignación ante la blasfemia. La blasfemia era castigada con la muerte. Tomar el nombre de Dios en vano, usurpar el lugar de Dios, negar el poder del Espíritu Santo atribuyéndolo a demonios. Blasfemia. Medita en esto, y en lo que has visto a tu alrededor.

Desobedientes a los padres: Si eres desobediente a tus propios padres que no quieren otra cosa que no sea tu bien, que menos serás para con Dios. Por eso, para entender que significa ser desobediente, primero deberemos enterarnos que cosa es la obediencia según Dios.

La obediencia a Dios es uno de los deberes supremos de los hombres, porque Él es el Hacedor, y los hombres dependen de su bondad y están sujetos a Su ley. La obediencia a Dios-Cristo es debida también porque Él nos ha redimido con Su sangre.

La obediencia a Dios debe hacerse de corazón, en todas las cosas y en todo lugar. La obediencia también se debe a los padres, y en este sentido se llama obediencia filial. Los cristianos prestan obediencia a los mandatarios y a las leyes por causa de la conciencia. Desobediencia al Padre celestial. Sigue meditando.

Ingratos: La ingratitud es la actitud de desagradecimiento, olvido o desprecio de los beneficios recibidos. En un creyente, ser ingrato sería, por ejemplo, no dar gracias a Dios por nuestra redención, por la sangre de Jesucristo derramada en nuestro favor y por nuestra vida misma.

Eso, indudablemente, conlleva una mezcla de otras cosas que ya han sido examinadas aquí, tales como la soberbia y la vanagloria, una manera de decirle al mundo que, si bien estás en un trabajo donde estás obligado a hablar sobre Dios, tú estás convencido que en el fondo, no le necesitas para ser un ministro de prestigio. Eso es ingratitud ministerial. Piensa en esto, por favor, con nombres propios que seguramente habrás recordado de inmediato.

Impíos: La impiedad, en contra de lo que muchos suponen relacionándola con la compasión o la lástima, es simplemente lo opuesto a la piedad, que es la reverencia debida a Dios. Piedad es espiritualidad, impiedad la falta de ella.

Es una actitud rebelde, que se opone a la sujeción y al conocimiento de Dios de una manera consciente, en contra de lo que se le debe como Creador, Sustentador y Salvador. La impiedad surge de la soberbia (Otra vez nuestra “amiga”).

 Los impíos manifiestan: su deshonestidad; su crueldad; su falsedad; son opresores; perseguidores de los piadosos; pertinaces; sin embargo, su final es tenebroso, sin esperanza; su retribución será la ira consumidora de Dios.

Sin embargo, es por los impíos que Jesús vino a morir; en base a su sacrificio, Dios está dispuesto a justificar al impío que cree en Jesús; ya en el Antiguo Testamento hay llamamientos al arrepentimiento de los impíos; el Señor declara que no desea la muerte de los impíos, sino su conversión, aunque tendrá que juzgar a los que no han querido volverse a Él.

Los creyentes son exhortados a renunciar a la impiedad y a los deseos mundanos, y a vivir de corazón para Aquel que los ha redimido y dado la esperanza bienaventurada de que serán tomados por Él al hogar paterno. No reverentes a Dios, no espirituales sino mundanos. Sigue pensando, quizás recuerdes a alguien por quien orar pidiendo misericordia. Y no del mundo, precisamente…

Sin afecto natural: El afecto es una catalogación que s ele ha dado a cada una de las pasiones del ánimo, tales como la ira, el amor, el odio, etc., y especialmente el amor o el cariño. Este texto, naturalmente, se refiere a esta última condición.

La gente de la cual se está hablando en este pasaje, y que es la que abundará en los postreros tiempos, (En los cuales ya estamos ingresando), no tendrá absolutamente ninguna clase de reserva afectiva, por lo que no vacilará en agredir o perjudicar a quien sea, si eso la beneficia. Reflexiona.

Implacables: Te confieso que he oído miles de veces este calificativo y nunca me he detenido, como hoy, como ahora, a examinar su real significación. Quizás tú si lo hayas hecho y ya tengas en claro que cosa es alguien implacable.

Según la descripción siempre demasiado escueta de un diccionario secular, alguien implacable es alguien que no se puede aplacar. Claro está que, con esto en nuestras manos, ahora deberemos ir a ver que cosa es aplacar.

Y nos encontramos con que, alguien implacable es alguien a quien no podemos, por ningún método o forma, amansar, suavizar, mitigar; alguien que, como se dice aquí en Argentina cuando la ira, el enojo o alguna consecuencia de la acción de ciertos narcóticos, “está sacado”, que es como decir “fuera de sí”.

¿Qué es lo primero que como cristiano podríamos detectar en alguien que se comporta así, por ejemplo, dentro de un templo o, lo peor, al frente de alguno en calidad de pastor? Que no tiene dominio propio. ¿Y eso que significa? Que no está lleno (Si es que lo posee) del Espíritu Santo, tal como se nos manda vivir. Sigue reflexionando una vez más, por favor.

Calumniadores: La calumnia, o falso testimonio, es condenada vivamente por la Ley. Los culpables de este delito debían sufrir la pena que habían intentado hacer recaer sobre la persona calumniada.

Si se refería a difamación contra el carácter de alguien, debía darse una compensación pública. El Talmud sentencia: “El calumniador destruye la reputación de sus víctimas y se verá obligado a expatriarse.”

Los profetas atacan la calumnia, así como otros libros. El cristiano es exhortado, sin embargo, a orar y a perdonar a sus perseguidores y calumniadores. Eso es lo que, personalmente, estoy haciendo en este tiempo con no pocos líderes y pastores que hasta no hace mucho tiempo me recibían con obsecuencia en sus congregaciones y se peleaban por estar en mis programas de radio.

Y puedo decir que ellos están en la calumnia, la murmuración y la crítica bajo condena, porque la realizan con mi nombre y apellido, individualizada en mi. Mientras que yo, ministerialmente, jamás mencioné a nadie por su nombre, ya que lo mío es una imitación de lo de Jesús: confrontación con el sistema religioso imperante, al que yo llamo Babilonia porque estoy convencido que lo es. Será bueno que examines en qué sitio de esta historia estás tú.

Intemperantes: Se les llama así a los que demuestran, con sus actos, tener falta de templanza. Templanza, mientras tanto, es sinónimo de Moderación, sobriedad y continencia. También es una de las cuatro virtudes cardinales, que consiste en moderar los apetitos y el uso excesivo de los sentidos, sujetándolos a la razón.

Al igual que dijimos respecto al dominio propio, aquí también estamos hablando de supuestos cristianos que adolecen de uno de los frutos del Espíritu Santo, la templanza. Que si se tratara de simples oidores de la Palabra, podría entenderse, pero aquí hablamos de comandos, de conducciones, de liderazgos. Examínate.

Crueles: La crueldad, tal como se la entiende mayoritariamente, es un acto de inhumanidad, fiereza de ánimo, impiedad. Una acción cruel e inhumana. Ser cruel, mientras tanto, es la actitud de alguien que se deleita en hacer sufrir o se complace en los padecimientos ajenos. Alguien sangriento, duro, violento.

Ahora bien: me pregunto y te pregunto: ¿Podemos suponer que adentro de lo que llamamos la iglesia, encontraremos gente de estas características? Dilo un domingo desde tu banco y, en forma inmediata y a coro, el pastor y una multitud de hermanos querrán lincharte por irreverente o irrespetuoso. Sin embargo, Pablo le dice a Timoteo que habrá hombres así. Y no se refiere al mundo incrédulo, por supuesto. Vuelve a pensar una vez más.

Aborrecedores de lo bueno: Hay que comenzar por saber que cosa es aborrecer. El verbo castellano está cargado de tonos emotivos y significa, algunas veces, abominar; otras, abandonar o dejar y, finalmente, aburrirse de una persona o situación.

En el aborrecer bíblico también entran estos diversos matices, y además, a veces, está preñado de ira, odio o mala voluntad hacia una situación o hacia una persona. Aborrecer al prójimo o al hermano es pecado a los ojos de Dios.

Quien aborrecía a su mujer y la abandonaba sin justo motivo era castigado y debía recibirla de nuevo. Pero la ley afirma que cuando existen causas legítimas para abandonarla, entonces el marido no tiene la obligación de juntarse a ella de nuevo.

Cuando los sentimientos que unen a dos personas están basados meramente en la carne, el aborrecimiento puede ser un peligro muy posible. En la Biblia, “aborrecimiento” puede designar, a veces, un grado inferior de amor.

Ahora entiende: estamos hablando de personas que aborrecen, conforme a lo que aquí has aprendido, lo bueno. Entonces, tendremos que recurrir a un diccionario para saber que se considera como bueno, y como puede ser aborrecido.

Bueno es: Algo o alguien que tiene bondad en su género. Algo o alguien útil y a propósito para algo. Algo gustoso, apetecible, agradable, divertido. Hay más, pero son derivaciones que se apartan de lo que estamos buscando.

Entonces, tenemos que un aborrecedor de lo bueno, dentro del marco eclesiástico, sería alguien que deja de lado a los mejores para optar por sus amigos aunque sean inferiores, alguien que se aprovecha de personas sin maldad e inocentes. ¿Habrás visto alguno parecido? Recuerda.

Traidores: Estas son personas que cometen una o más de una traición. ¿Y que es una traición? Hay decenas de maneras de calificarla, pero no me gustaría apartarme de lo que es gramaticalmente correcto.

La traición, linealmente, es una falta que se comete quebrantando la fidelidad o lealtad que se debe guardar o tener. En términos de Derecho Jurídico, es un delito cometido por civiles o militares, que atenta contra la seguridad de la patria.

El término global de alta traición especifica la cometida contra la soberanía o contra el honor, la seguridad y la independencia del Estado.  Mientras que la calificación de “a traición” determina algo que ha sido hecho alevosamente, faltando a la lealtad o confianza. No hay nada más, pero creo que alcanza.

Alcanza, entre otras cosas, para vislumbrar que, cuando Pablo le dice todas estas cosas a Timoteo, no las menciona al aire o por casualidad, sino basándose en experiencias propias o del resto de la iglesia del Señor. Así que, mi amado hermano, cuídate; hay traidores en los postreros tiempos, es decir: en estos tiempos.

Impetuosos: la calificación de este adjetivo es escueta pero clara. Dice que se trata de personas que se mueven de modo violento y rápido También es un calificativo para alguien que demuestra ser fogoso, vivo, vehemente.

¿Y que tiene de malo una persona así? Algo que el diccionario no lo dice pero que queda implícito conforme a como hemos sido creados. Una persona de estas características, generalmente actúa antes de pensar en lo que va a hacer.

Imagínate que si se tratara de alguien que vive solo y obra de ese modo, no habría más perjudicados que él mismo por ello, pero cuando se trata de gente cristiana, ya incorpora a otros inocentes a su impetuosidad. Y ni te cuento si se trata de un líder o un pastor. ¿Has visto alguno en este tiempo? Ya han salido a la luz, porque este es su tiempo de aparición.

Infatuados: Tampoco hay demasiado sobre esto, con decirte que es una palabra que ni siquiera figura en un diccionario de la lengua española. Sin embargo, sí existe la que da origen a ella, que es Fatuidad, o calidad de fatuo.

Concretamente, lo que aquí se dice de la persona de estas características, es que es falta de razón o de entendimiento. También se califica así a un dicho o hecho necio. Es alguien con alta dosis de presunción, vanidad infundada y ridícula.

Me ha tocado ver, sobre las plataformas de importantes congregaciones, e incluso hasta en sus propios púlpitos, a personas con actitudes o vestimentas que, realmente, me hicieron recordar a la exposición egocéntrica del pavo real con su cola multicolor desplegada para impresionar a su hembra.

Son hermanitos quizás muy fieles y sinceros, pero llenos de una enorme necesidad de ser vistos, de ser aprobados, de ser reconocidos y, obviamente, también de ser aplaudidos. Y si reciben eso, pueden llegar a comportamientos lindantes con el ridículo. Y todo en el nombre de Dios…

Amadores de los deleites más que de Dios: Esto significa que se trata de gente que ama más un deleite que a Dios. ¿Y que cosa es un deleite? Una de las definiciones, es: Placer del ánimo. Si tenemos en cuenta que “ánimo” es, entre otras cosas: valor, esfuerzo, energía, intención, voluntad, atención o pensamiento, te queda claro una parte de ese amor.

La otra definición de deleite, es placer sensual. Algo sensual, es algo perteneciente o relativo a las sensaciones de los sentidos. También se dice de los gustos y deleites de los sentidos, de las cosas que los incitan o satisfacen y de las personas aficionadas a ellos. Perteneciente o relativo al deseo sexual.

Parece hasta algo atrevido u osado, ¿Verdad? Sin embargo, aunque no puedas creerlo o al menos entenderlo, el setenta y cinco por ciento del pecado que hay en la iglesia, es pecado sexual o sensual. Y de ese setenta y cinco por ciento elevado al cien, el ochenta por ciento es en el ámbito pastoral. ¿El resto? Mayoritariamente defraudaciones de dinero o estafas.

Apariencia de piedad: Esto no necesita demasiada interpretación gramatical. Se trata de personas que muy probablemente conoces porque existen en todas, indefectiblemente en todas las congregaciones.

Son aquellos que tú los ves y siempre están en alguna actitud de adoración, alabanza, oración, meditación o éxtasis. Eso es, a grandes rasgos, una apariencia de espiritualidad (piedad). Sin embargo, a la hora de interpretar la Palabra, por ejemplo, descreen de las revelaciones y prefieren lo conocido y establecido por las reglas denominacionales. Parecen muy espirituales, pero no terminan de creer en la vigencia del Espíritu Santo.

¿Y como es que termina nuestro texto? ¿Acaso se nos dice que a cualquiera de estas personas tenemos que comprenderlas, justificarlas y tener la suficiente misericordia como para que ellos sigan viviendo como lo están haciendo?

¿Tal vez se nos sugiere que hagamos cadenas de oración para que ellos puedan cambiar? ¿Se nos aconseja que los hablemos y procuremos hacerles comprender sus errores? No. Nada de eso. Absolutamente nada de eso. Simplemente se nos dice: A estos, evita.

¿Tú entiendes lo que quiere decir que los evitemos, no es así? ¡Pero hermano! ¿No es el momento de poder manifestar el amor de Dios, la misericordia, el perdón y la restauración reconciliatoria con estos hermanos equivocados? Parecería ser que sí, ¿Verdad? Sin embargo, Pablo, apóstol de Jesucristo, le dice a Timoteo que no haga nada de esto y que sencillamente trate de evitarlos.

Ahora bien; tú has repasado y revisado con mucha atención estas características. Has visto o no reflejadas esas condiciones en alguno o algunos de los hermanos de tu congregación. ¿Qué vas a hacer ahora con toda esta información?

¿Harás, acaso, “la gran evangélica” de decir “amén” con voz fuerte y clara, pero luego retornar a la antigua manera de vivir? No te lo aconsejo, porque aunque parezca muy atinado y muy loable, no es lo que Dios dice y, por lo tanto, es clara y pura desobediencia.

(Verso 6)= Porque de estos son los que se meten en las casas y llevan cautivas a las mujercillas cargadas de pecados, arrastradas por diversas concupiscencias.

(7) Estas siempre están aprendiendo y nunca pueden llegar al conocimiento de la verdad.

Si esto fuera literal, no sería algo que asombrara a nadie y que tampoco preocupara demasiado, más allá de los familiares directos de las dos partes protagonistas. Porque: ¿A quien le preocuparía que algunos hombres con estas características que mencionamos, se aprovechen de mujeres de dudosa reputación y moral?

Pero sí, por el contrario, estas “mujercillas” mencionadas aquí no son otra cosa que iglesias supuestamente cristianas en la tipología bíblica, entonces el texto toma otro calibre y, de alguna manera, coincide perfectamente con lo que expresa y con el resto del texto que venimos viendo.

Porque nos diría que en los postreros tiempos, (Estos) del principio del temblor que hará caer a Babilonia la iglesia falsa y paralela a la genuina, entrarán en esos templos esta clase de personas apuntadas. Pero dice que preferentemente lo harán en iglesias que ya de por sí están cargadas de pecado.

Y que además, las harán cautivas de sus estructuras ritualistas y casi paganas, que ellas no podrán evadir porque, pese a todos sus congresos, sus clínicas, sus seminarios y sus conferencias siempre parecen estar aprendiendo y un nunca llegan al conocimiento de la verdad. ¿Es antojado o fantasioso lo que terminas de leer o, como pienso, tiene mucho más asidero que lo otro?

(8) Y de la manera que Janes y Jambres resistieron a Moisés, así también estos resisten a la verdad; hombres corruptos de entendimiento, réprobos en cuanto a la fe.

(9) Mas no irán más adelante; porque su insensatez será manifiesta a todos, como también lo fue la de aquellos.

En principio, para que se entienda, Janes y Jambres era el nombre de los dos magos egipcios que intentaron oponerse a Moisés. Esta alusión se refiere a los acontecimientos descritos en el Libro del  Éxodo.

Estos pasajes no dan ni el número ni el nombre de los magos, pero los Targumes y el Talmud hacen alusión a ellos. Son mencionados, uno de ellos o ambos, por Plinio y Apuleyo, que mencionan a Janes y a Moisés como famosos magos de la antigüedad.

Ahora escucha y entiende: la comparación que Pablo le está haciendo a Timoteo es tan clara que exime de mayores comentarios. Y le dice que los hombres con esas características que termina de describir como presentes en los postreros tiempos, rechazarán la Palabra de Dios y la Verdad con las mismas características con que lo hicieron dos magos.

Esto, indudablemente, nos está hablando de una participación esotérica, ocultista y por ende diabólica infiltrada dentro de lo que normalmente es la palabra de Dios con destino a sus hijos. Pero dice algo más: que son corruptos de entendimiento.

Y yo quiero que no se te pase de largo y que lo entiendas debidamente. Corrupto es algo que antes estaba bien y luego entra en un proceso de putrefacción. Eso significa que, cuando tú pretendes llevarle la verdad a un hermano religioso y éste no te escucha, e incluso se enoja y hasta te agrede, no es porque sea falto de entendimiento, sino porque ese entendimiento que antes era correcto y limpio, por alguna razón pecaminosa se le ha corrompido.

Y por si todo esto fuera poco, le añade que son réprobos en cuanto a la fe. Un réprobo, te recuerdo, es una persona que debe ser apartada de la convivencia con un grupo por razones distintas de las religiosas.

¿Y cuales pueden ser esas razones distintas a las religiosas o espirituales? Muchas, pero si quieres te doy las que más sobresalen en este tiempo conforme a la experiencia de verlo con mis propios ojos y con otros de hermanos fieles que me lo han  hecho saber: sexo, pornografía, fraudes, estafas, manipulaciones, abusos. El verso 9, gracias a Dios, pone las cosas en su lugar y declara victoria en medio de la negrura profética adelantada.

Comentarios o consultas a tiempodevictoria@yahoo.com.ar

enero 1, 2015 Néstor Martínez