En la Unción de Benjamín

Hay un día en la Biblia. Un día que, en apariencia, podría ser como cualquier otro día. Un día que no es ni demasiado nublado ni demasiado iluminado. Un día en que muchas de las cosas preanunciadas comienzan a cumplirse.

Un día en que los hijos de Dios, los miembros dilectos del Reino de Dios sobre la tierra, comenzarán a efectivizar lo expuesto desde el principio. Ese día, que podría denominarse de muchas maneras, hoy y aquí, será visto por nosotros como el día de Benjamín.

¿Y por qué un día de Benjamín? Primero, habría que conocerlo globalmente, tal como te lo presentan los archivos bíblicos. Luego será el tiempo de buscar los depósitos escondidos dentro de todos los relatos afines.

 El nombre Benjamín significa: “hijo de mi diestra”. El último de los hijos de Jacob, e hijo de Raquel, y hermano de José. Al llegar a Belén, Raquel dio a luz a Benjamín. Al morir del parto, le dio el nombre de Benoni, “hijo de mi aflicción”.

Jacob lo llamó Benjamín; fue muy amado por su padre, particularmente después de la pérdida de José, debido a que lo había tenido en su vejez, y que era el hijo menor de Raquel. Jacob se resistió mucho a que acompañara a sus hermanos a Egipto.

Judá temía que si alguna desgracia le sucedía a Benjamín, su padre podría morir de dolor. También José amaba mucho a Benjamín. Benjamín tuvo diez hijos y numerosos descendientes, que formaron una tribu de Israel.

También está la historia de la tribu que lleva el nombre de este Benjamín. Y lleva ese nombre porque se trata de las familias que descendieron de Benjamín, y del territorio que les fue asignado. Después de la distribución de la tierra, en Silo, a continuación de Judá y Efraín, la primera suerte recayó en Benjamín, que recibió el distrito situado entre estas dos tribus.

 Su frontera norte corría por Bet-el, e iba desde el Jordán hasta Atarot-adar, al sur de Bet-horón de abajo. Saliendo de allí, su límite occidental iba hasta Quiriat-jearim. De este lugar la frontera meridional se dirigía hasta el valle de Ben-Hinnom, directamente al sur de Jerusalén, llegando al extremo norte del mar Muerto.

La frontera oriental era el Jordán. El espacio así delimitado medía 45 Km. de este a oeste, y poco más de 20 Km. de norte a sur. Aunque era montañoso, era un distrito muy feraz, y había muchas ciudades, entre las que las principales eran Jerusalén, Bet-el, Gabaón, Gabaa, Mizpa.

Esta tribu dio un liberador a Israel cuando gemían bajo la opresión extranjera, y fue casi exterminada por proteger a los habitantes de Gabaa, que habían cometido un execrable crimen. El primer rey de Israel fue benjamita, y la tribu de Benjamín estuvo durante mucho tiempo ligada a la casa de Saúl.

Con posterioridad a la accesión de David al trono, los benjamitas expresaron en diversas ocasiones su descontento sin embargo una gran parte de Benjamin permaneció fiel a la casa de David cuando encabezadas por Jeroboam las diez tribus se separaron de Judá. Esta fracción fiel a David siguió la suerte de la tribu de Judá hasta el fin.

TRABAJANDO POR UN SUEÑO

(Génesis 35: 16)= Después partieron de Bet-El; y había aún como media legua (Dos kilómetros y medio) de tierra para llegar a Efrata, cuando dio a luz Raquel, y hubo trabajo en su parto.

(17) Y aconteció, como había trabajo en su parto, que le dijo la partera: no temas, que también tendrás este hijo.

(18) Y aconteció que al salírsele el alma, (Pues murió) llamó su nombre Benoni, (Hijo de la tristeza) mas su padre lo llamó Benjamín, (Hijo de la mano derecha).

(19) Así murió Raquel, y fue sepultada en el camino a Efrata, la cual es Belén.

(20) Y levantó Jacob un pilar sobre su sepultura; esta es la señal de la sepultura de Raquel hasta hoy.

(21) Y salió Israel, y plantó su tienda más allá de Migdal- Edar.

Cuando Jacob está trabajando para Labán, tuvo ese pequeño problema característico de las costumbres del lugar. Tuvo que trabajar veintiún años para tener a la mujer que quería. Además, Raquel era estéril y lea muy fértil. Y, obviamente, había competencia por esta razón, entre ellas.

 (Génesis 29: 31)= Y vio Jehová que Lea era menospreciada, y le dio hijos; pero Raquel era estéril. (32) Y concibió lea, y dio a luz un hijo, y llamó su nombre Rubén, porque dijo: ha mirado Jehová mi aflicción; ahora, por tanto, me amará mi marido.

Hay que aclarar que los nombres que estas mujeres les ponían a los niños, representaban lo que ellas querían. En este caso específico, la atención de su marido. ¿Por qué? Simple: porque su marido amaba más a Raquel. Es decir: los nombres tenían que ver con competencia.

 (33) Concibió otra vez, y dio a luz un hijo, y dijo: por cuanto oyó Jehová que yo era menospreciada, me ha dado también este. Y llamó su nombre Simeón.

(34) Y concibió otra vez, y dio a luz un hijo, y dijo: ahora esta vez se unirá mi marido conmigo, (Fíjate que con cada hijo, con cada nombre, esta mujer suponía que Jacob, su marido, le iba a prestar mayor atención) porque le he dado a luz tres hijos; por tanto llamó su nombre Leví.

(35) Concibió otra vez, y dio a luz un hijo, y dijo: esta vez alabaré a Jehová; (Se cansó de tratar de llamarle la atención a Jacob con cada hijo y entonces se dijo: mejor voy a alabar a Dios) por esto llamó su nombre Judá; y dejó de dar a luz.

(Génesis 30: 1)= Viendo Raquel que no daba hijos a Jacob, tuvo envidia de su hermana, (Nota que había competencia entre hermanas) y decía a Jacob: dame hijos, o si no, me muero.

(2) Jacob se enojó contra Raquel, y dijo: ¿Soy yo acaso Dios, que te impidió el fruto de tu vientre? (Y la historia continúa como tú ya sabes. Estamos buscando las condiciones en las que nace la generación Benjamín, es decir: la gente que Dios está levantando bajo el orden de Melquisedec.)

Veamos esto en primer lugar: nace en el tiempo donde hay iglesias que usan su productividad para tener envidias y competencias. Tiempos donde el éxito y la productividad de una iglesia son causa de la envidia de la otra.

Porque es necesario puntualizar y aclarar, una vez más, que en la Biblia, generalmente, las mujeres representan a iglesias. Benjamín, entonces, significa el nacimiento del fin de esa tribulación. Estas son las condiciones que rodean el arribo de la gente-Benjamín.

LA TRIBULACIÓN NO ES UNA OPCIÓN

Tribulación es la palabra griega THILIPSIS, que significa “apretura”, “opresión”, también traducido como “aflicción”, “persecución” y “angustia”. La tribulación es la experiencia general de los que quieran vivir piadosamente en Cristo Jesús.

Los primeros cristianos fueron esparcidos a causa de la persecución (THILIPSIS); viene a ser un medio por el que Dios produce en el creyente un más excelente peso de gloria, y es un medio de comunión con Cristo.

El Señor mismo auxilia a los suyos en todas sus tribulaciones, y serán finalmente librados de ellas. La tribulación y la angustia serán la parte de los impíos. Para el período escatológico de la gran tribulación.

Sobre esto último hay infinidad de tesis e interpretaciones, pero yo me limitaré a modo informativo, de suministrar lo que dicen los diccionarios bíblicos convencionales. Es un breve período de terribles juicios, y que precederá inmediatamente a la gloriosa venida del Señor y coincidirá con el reinado del Anticristo.

La expresión “gran tribulación” proviene de Apocalipsis 7:14, pero las profecías hablan frecuentemente de la época de inusitada angustia por la que pasará el mundo al final de los tiempos, el día terrible de Jehová.

Jesús, hablando no sólo de los sufrimientos de Jerusalén en el año 70, sino especialmente en el tiempo que precederá a Su retomo, dijo: “Porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá”.

Daniel y el Señor Jesús relacionan el Anticristo y la abominación desoladora con la gran tribulación. El Apocalipsis precisa que el reinado de este personaje estará caracterizado por terribles persecuciones y por castigos de una terrible gravedad.

La Gran Tribulación será, por una parte, “tiempo de angustia para Jacob”; por otra, tribulación para la cristiandad apóstata y sobre toda la tierra. La tribulación provendrá de la ira de Dios contra una humanidad rebelde y apóstata, y de la gran ira del diablo, arrojado del cielo, perseguidor de los testigos de Dios y enemigo y destructor de la humanidad.

En su carácter de dragón, Satanás se hará adorar de los hombres y, junto con la Bestia y el falso profeta, ejercerá dominio sobre toda la humanidad, dando muerte a los fieles testigos de Dios. Ocho veces, y usando cuatro expresiones diferentes, Daniel y Juan anuncian que este sombrío período durará tres años y medio.

Dios no quedará sin testimonio; en medio de esta turbulencia se reservará un número señalado de israelitas y salvará a través de ellos a una multitud que sufrirá el martirio por la fe; suscitará además a dos testigos poderosos, con cuyo ministerio azotará a los habitantes de Jerusalén, donde el Señor fue crucificado.

La Gran Tribulación alcanzará su clímax de violencia en la batalla de Armagedón, que tendrá su fin con la gloriosa aparición del mismo Señor Jesucristo. La iglesia y la tribulación. Entre los expositores de convicción premilenial, esto es, los que sostienen que la Segunda Venida del Señor será anterior al Milenio, hay cuatro posturas principales:

(1) Postribulacionismo. En este punto de vista, la Iglesia pasa a través de la tribulación. Sus defensores proclaman que es la fe histórica de la Iglesia cristiana. Se afirma además que el mismo hecho de que a la Iglesia le fue prometida tribulación sostiene esta postura.

Por otra parte, identifican la resurrección de los justos de Israel, evidentemente al final de la Gran Tribulación, y seguramente coincidente con la de los santos muertos durante ella con el arrebatamiento de la Iglesia.

Es evidente que esta postura destruye la doctrina de la inminencia de la venida de Cristo en relación con los creyentes y que aparece en muchos pasajes. Además, a pesar de la pretensión de “historicidad” de los postribulacionistas, en la iglesia primitiva sí se sostenía la inminencia de la vuelta del Señor a recoger a Su iglesia. Entre los que la sustentan se hallan Clemente de Roma, Cipriano, y la misma Didaché.

(2) Mid- tribulacionismo. En esta postura, la Iglesia es arrebatada a la mitad de la tribulación. Se asumen varios de los supuestos del postribulacionismo, pero se considera que el arrebatamiento está marcado en, identificando a los dos testigos como un símbolo de los dos grupos de cristianos, los vivos y los muertos. Se asume también que la “última trompeta” es la misma que la séptima trompeta, que suena en medio de la tribulación.

(3) Arrebatamiento parcial. Los proponentes de esta postura defienden que sólo los creyentes que estén velando serán arrebatados antes de la tribulación, mientras que los creyentes tibios serán dejados para pasar por la tribulación. Sin embargo, la promesa del arrebatamiento es para todos los creyentes, con independencia de su estado. El estado del cristiano sí que tendrá que ver con las recompensas ante el tribunal de Cristo.

(4) Pretribulacionismo. La postura de que la Iglesia será arrebatada antes de la Gran Tribulación se basa en los siguientes puntos:

(A) La doctrina de la inminencia. Antes de la venida del Señor en gloria a la tierra se darán muchas señales; sin embargo, la Iglesia es llamada a vivir en la espera del inminente retomo de Cristo a recogerla a Sí mismo.

(B) Las promesas dadas a la Iglesia. En Apocalipsis 3:10 se afirma: “Yo te guardaré de la hora de la prueba” No se dice “durante” o “en me dio de”, sino que se usa la preposición griega EK, “fuera de”; por otra parte, en 1 Tesalonicenses 1:9-10 se afirma que estamos para “esperar de los cielos a su Hijo, … a Jesús, quien nos libra de la ira venidera”; en 1 Tesalonicenses “Porque no nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo” En 1 Tesalonicenses 5:10 se da una intimación de que la realidad de esta salvación de la ira no es condicional al estado de vela del creyente; reposa enteramente en los méritos de Cristo.

Siendo la Gran Tribulación el desencadenamiento de la ira de Dios sobre un mundo culpable, y para los “moradores de la tierra”, y siendo que la Iglesia no es moradora, sino peregrina y extranjera en este mundo, es evidente que todas estas indicaciones acumulativas pueden dar seguridad al creyente de que la Iglesia no estará en la tierra durante la Gran Tribulación.

Cierto es que le han sido prometidas tribulaciones, pero no las que se desprenden de los juicios que el Dios vengador arrojará sobre la tierra antes del establecimiento del reinado milenial, sino las que resultan de vivir en un medio hostil, blanco de las persecuciones del Enemigo.

Por otra parte, es evidente que los 144.000 señalados son el remanente israelita, que Dios suscitará previamente al establecimiento del reinado mesiánico sobre la tierra. La multitud procedente de la Gran Tribulación es un fruto evidente de las labores del testimonio de los 144.000. Éste será el núcleo del remanente de Israel que recibirá la gracia del arrepentimiento nacional ante la manifestación de Aquel “a quien traspasaron”.

EL FIN DE LA UNCION SUAVE

Vienen atacando ese espíritu de competencia. Vienen peleando contra sistemas que quieren matar el cuerpo. Saben ministrar sin extenderse por sobre la medida que Dios les ha dado. Los hijos de Lea no usaban capas de colores. Capas de colores significa: “El favor del Padre”.

Raquel, en cambio,  significa “suavidad”. Es como si tú tuvieras algo de seda, suave. La unción-Raquel es suave, es matriarcal. Es acariciante. Es ese amor que puede llegar a amar hasta al diablo. Ama a todo el mundo por igual, todo lo perdona, todo lo puede.

Benjamín, por su parte, significa “El fin de una unción suave”. Mata a Raquel en su nacimiento. Cuando emerge Benjamín se acaba la unción delicada. Cancela todo lo delicado en una iglesia y la convierte en fuerte y militante.

En segundo lugar, el nacimiento de Benjamín está rodeado de la traición de sus hermanos. Si haces memoria y vas a Génesis 37, o por allí, vas a ver que el problema no era con José, el problema real era con el sueño de José.

Entonces, como si este fuera un delgado cordel que puede ayudarnos a extraer algo oculto y misterioso, vamos a tirar (halar) de aquí para ver que es lo que pasa con su sueño. Porque ya te he dicho que la clave está en el sueño y no en la vida cotidiana.

Se levanta una generación con una visión más práctica, más factible, más alcanzable que la generación que existe y comienza la traición entre hermanos. No por tu persona, sino porque tú tienes la habilidad para hacer. Es aquel espíritu que busca neutralizar lo que Dios está haciendo y levantando.

 (Génesis 37: 18)= Cuando ellos lo vieron de lejos, (A José) antes que llegara cerca de ellos, conspiraron contra él para matarle.

(19) Y dijeron el uno al otro: he aquí viene el soñador.

(20) Ahora pues, venid, y matémosle y echémosle en una cisterna, y diremos: alguna mala bestia lo devoró; y veremos qué será de sus sueños.

Una cisterna era un estanque artificial cavado en tierra o en piedra para recoger y almacenar agua de lluvia o de un manantial. En el Oriente la prolongada estación seca (de mayo a septiembre) les obligaba a almacenar así el agua, y el suelo calcáreo de Israel facilitaba su fabricación.

Cuando las cisternas se encontraban secas servían de prisiones. Cisternas, tanques o pozos servían para la comodidad de los viajeros. Las cisternas abandonadas quedaban rotas, sirviendo de símbolo de los placeres terrenales.

A veces se utilizaban, cubiertas ligeramente y provistas de cebo, para atrapar a los incautos animales. La misma expresión traducida “sepulcro” en varios pasajes, significa el mundo de los muertos o Hades, como también la prisión de los espíritus malignos.

Está bastante claro, entonces; el problema no es contigo; el problema es con lo que tú has venido a hacer. ¿Te resulta conocido esto? Benjamín se levanta con la habilidad de una visión que la iglesia ya establecida carece de posibilidades para establecer. Comienza la traición.

EL TIEMPO DE LA FRUSTRACIÓN

 Venimos hablando del hermano mayor de Benjamín, José, y será bueno hacer una breve reseña de su vida para que sepas de quien y de que estamos hablando. Su nombre significa “que él (Dios) añada”.

Tiene también la resonancia de una forma verbal que significa “él eleva”. En Génesis 30:23, 24 el escritor juega con el nombre y las dos etimologías, no dando la raíz de la palabra, sino la razón por la que el nombre fue dado.

Undécimo hijo de Jacob y primogénito de Raquel. Su historia ocupa los capítulos 37, 39-50 del libro de Génesis. Nació en Padán-aram (Mesopotamia) seis años antes del retorno de Jacob a Canaán, cuando Jacob tenía 90 o 91 años.

El favoritismo paterno hacia él provocó la envidia de sus hermanos. Es bien conocida la historia de cómo primero sus hermanos pensaron en darle muerte, y al final lo vendieron a una caravana de mercaderes que se dirigía a Egipto y su compra por Potifar, oficial de la guardia de Faraón, su encarcelamiento por el despecho de la esposa de Potifar, que no consiguió seducirlo, el sueño del copero y panadero de Faraón, encarcelados con él; el doble sueño de Faraón y su interpretación por José, anunciando siete años de prosperidad y siete de hambre, junto con su ascensión a primer ministro de Faraón; la llegada de los hermanos de José para comprar alimentos, y los tratos de José con ellos, para inducirlos al arrepentimiento; la emigración de Jacob y toda su familia a Egipto y su establecimiento en la tierra de Gosén bajo la protección de Faraón y de José; las bendiciones y muerte de Jacob y la muerte de José.

Muchos autores sitúan el período egipcio de la vida de José bajo los faraones hicsos. Sin embargo, las dificultades de este punto de vista van aumentando con las investigaciones. La cronología egipcia tradicional está llena de problemas que hallan su solución más satisfactoria con una revisión que la haga coherente con la evidencia interna de los monumentos e inscripciones y con la evidencia etnológica de los países de aquel área.

Los trabajos de Velikovsky y de Courville indican que, en lugar de las fechas comúnmente aceptadas de alrededor del año 1871 a.C. bajo la dinastía XII de los hicsos, la ascensión de José al puesto de primer ministro en Egipto se sitúa alrededor del año 1665 a.C. (aceptándose un intervalo de 215 años para la estancia de Israel en Egipto, como visir de Sesostris I.

 Courville identifica a Mentuhotep con José en base a la coincidencia de sus circunstancias personales e históricas en las inscripciones y monumentos con las de José en las Escrituras. Por otra parte, los costumbrismos y el colorido del relato de José en Egipto son netamente egipcios, y concuerdan con el marco histórico de manera fidedigna.

Nombres como Potifar, Zafnat-panea, Asenat, Potifera, On, y los títulos de los funcionarios, son evidencia de un registro exacto de los acontecimientos. En Génesis 41:14 se señala que, a pesar de la urgencia con la que se hizo salir a José de la cárcel, tuvo que ser afeitado y cambiado de ropas antes de presentarse ante Faraón.

Los egipcios no llevaban barba, y el ceremonial exigía que los sacerdotes fueran rasurados. Los monumentos y los papiros dan la misma descripción que Génesis para la investidura de altos cargos: imposición de collar, anillo, y vestiduras de lino.

Un magno giro económico hizo que todas las tierras, excepto las de los sacerdotes, vinieran a ser propiedad de los faraones. Es según la etiqueta egipcia que la comida fue servida por separado a José, a sus hermanos, y a los invitados egipcios.

José comía solo, a causa de su rango y de su pertenencia a la clase sacerdotal, que le impedía mezclarse con los inferiores. Había una mesa especial para los egipcios, por cuanto éstos debían mantenerse apartados de los extranjeros.

Los pastores, porqueros y vaqueros, incluso egipcios, eran relegados al ostracismo, porque se consideraba que el cuidado de los animales era incompatible con el nivel de refinamiento y propiedad que exigían los egipcios.

Es posible, debido a esto, que José instalase a su familia en el país de Gosén, donde los hebreos estaban alejados de los egipcios. Las tribus de Manasés y de Efraín descendían de los hijos de José.

Las bendiciones que Jacob pronunció desde su lecho mortuorio para José se dirigían tanto a él como a estas dos tribus. El nombre de José en el Salmos 80:2 designa poéticamente a las tribus de Manasés y de Efraín. José es, tipológicamente, una notable profecía del Señor Jesucristo: rechazado por sus hermanos, el pueblo judío, que será finalmente restaurado por el Señor, mediante el arrepentimiento, a una tierra feraz, después de haber pasado por juicios. Durante su rechazamiento, José contrae matrimonio con una mujer gentil, tipo de la Iglesia, asociada al Señor también en su rechazamiento.

Recuerda que José. Cuando los hermanos van a Egipto en busca de comida, lo primero que pregunta es por Benjamín. La iglesia-Benjamín, el orden-Benjamín, la generación-Benjamín, siempre se levanta en medio de la traición de los hermanos por causa de la visión.

En tercer lugar y por todo lo que hemos venido describiendo, Benjamín y su consecuencia tipológica, nacen en el tiempo de la frustración de los padres. En el capítulo 42 del libro del Génesis, vemos a los hermanos relatándole al padre las alternativas de su entrevista.

 (Génesis 42: 33)= Entonces aquel varón (José) el señor de la tierra, nos dijo: en esto conoceré que sois honrados: dejad conmigo uno de vuestros hermanos, y tomad para el hambre de vuestras casas, y andad, y traedme a vuestro hermano el menor, para que yo sepa que no sois espías, sino hombres honrados; así os daré a vuestro hermano, y negociaréis en la tierra.

(35) Y aconteció que vaciando ellos sus sacos, he aquí que en el saco de cada uno estaba el atado de su dinero; y viendo ellos y su padre los atados de su dinero; tuvieron temor.

(36) Entonces su padre Jacob les dijo: me habéis privado de mis hijos; José no parece, ni Simeón tampoco, y a Benjamín le llevaréis; contra mí son todas estas cosas.

El nacimiento de Benjamín, su reconocimiento, está rodeado de la frustración de los padres. Dice el verso 36: me habéis privado de mis hijos. La palabra PRIVADO, es la palabra SKAKOL, que significa ABORTO, o falta de habilidad para producir. Está diciendo: “Estoy viejo; ya no puedo producir otro José”.

(Génesis 44: 18)= Entonces Judá se acercó a él, y dijo: Ay señor mío te ruego que permitas que hable tu siervo una palabra en oídos de mi señor, y no se encienda tu enojo contra tu siervo, pues tú eres como Faraón.

(19) Mi señor preguntó a sus siervos, diciendo: ¿Tenéis padre o hermano?

(20) Y nosotros respondimos a mi señor: tenemos un padre anciano, y un hermano joven, pequeño aún, (Nota que es el tiempo en que está emergiendo Benjamín) que le nació en su vejez, (Es decir: Benjamín nace en la vejez del sistema presente. Significa que ese sistema está próximo a desaparecer.

Lo tienes en Hebreos. Quiero que entiendas que lo que tú ves por televisión, en revistas especializadas, en las grandes farándulas, no es la iglesia que está subiendo; es la iglesia que está bajando.

LOS QUE DEJAN DE SER

La que está subiendo, aún no ha sido reconocida. Dentro de diez años, lo que está arriba, va a ser esa gente que no tiene nada que ver con lo que hoy está arriba) …y un hermano suyo murió, (Allí está hablando de José) y él solo quedó de los hijos de su madre; y su padre lo ama.

(21) Y tú dijiste a tus siervos: traédmelo, y pondré mis ojos sobre él.

(22) Y nosotros dijimos a mi señor: el joven no puede dejar a su padre, porque si lo dejare, su padre morirá.

Los padres existentes en la tierra, hoy, y que son los que están llegando a su vejez, si Benjamín dejara de ser, ellos morirían. Porque fíjate como son las cosas: lo que realmente está manteniendo vivos a esos viejos, es que Benjamín existe.

¿Y como es que existe Benjamín para esa gente? Lo digo con la autoridad del testimonio personal: por un CD, un pequeño mensaje, una página Web, una conferencia, algo que les llegó “por debajo de la mesa”, es lo que los está manteniendo vivos, porque no están produciendo el mensaje que tienen.

Entonces, si Benjamín dejara de ser, los viejos también dejarían de ser. Y no estoy hablando de viejos por cuestiones de edad, sino porque los tiempos de Dios requieren esos cambios. Los padres están en bancarrota y necesitan de una generación-Benjamín que produzca mensajes capaces de saciar el hambre de sus hijos.

Benjamín. Melquisedec. Son una misma esencia. Oye: ¿Cuánto hace que has tomado contacto con la Palabra que hay en esta Web, tanto en sus escritos como en sus audios? ¿Un año? ¿Dos? Y dime con sinceridad: a partir de ese momento, ¿Te sientes pleno con otra cosa, tal como venías recibiendo? No te preocupes; a mí me sucedió primero. Allí comencé. Entiende: hoy estás comenzando tú. De otro modo,  es todo trabajo inútil.

Aún en su pequeñez, el mensaje del orden de Benjamín es necesario. Su presencia, su revelación, su impartición, es lo que está manteniendo vivo el orden existente. Aún dentro de las denominaciones más cerradas, el mensaje de nuestra generación se está infiltrando. Es tremendo como la Palabra corre. Y aquí sí que estamos viendo cumplida la promesa de que nunca regresa vacía.

En cuarto término, la generación-Benjamín libera de la prisión a sus hermanos. Recuerda que José se quedó con Simeón. Hay iglesias-Simeón que requieren de la llegada de Benjamín para ser liberadas.

Simeón tuvo que quedarse con José en la cárcel. Si no aparecía Benjamín por allí, él se quedaba preso. Así hay muchas iglesias a nuestro alrededor, presa por sistemas erráticos, que si Benjamín no emergiera, se quedan presas.

En cuanto a Simeón, su nombre quiere decir: “que ha sido oído”. Segundo hijo de Jacob y Lea. Junto con Leví, su hermano, masacró a los cananeos que moraban en Siquem, a causa del ultraje infligido a Dina, la hermana de ellos, por un príncipe de esta ciudad.

Simeón fue el que tuvo que quedar como rehén en una cárcel de Egipto. Jacob, al morir, predijo el papel futuro de Simeón, y le recordó la matanza de los siquemitas, anunciándole que, lo mismo que Leví, sus descendientes quedarían dispersados en Israel.

En cuanto a la tribu que lleva su nombre, surgió del hijo de Jacob. Simeón tuvo seis hijos. Excepto uno, todos fueron cabezas de clanes. Al comenzar las peregrinaciones por el desierto, el príncipe de la tribu era Selumiel, hijo de Zuridasai; para la época de la entrada en Canaán era Semuel hijo de Amiud.

Al efectuarse el primer censo, Simeón contaba con 59.300 guerreros; en cambio, en el segundo no tenía más que 22.200. La tribu envió a Safat hijo de Horí a explorar el país de Canaán. Moisés, bendiciendo a las tribus antes de abandonarlas, no menciona a Simeón.

No obstante, la omisión de esta tribu puede explicarse por el hecho de que debía quedar dispersada en Israel. Jacob pronunció la misma sanción contra Leví, pero la acción fiel de esta tribu le valió el servicio religioso, con lo que su dispersión vino a tornarse en bendición.

Después de la muerte de Moisés, en el reparto de Canaán, Simeón no recibió territorio independiente, sino dentro del asignado a Judá. Aunque no son mencionados explícitamente, los simeonitas no quedaron por ello excluidos de las bendiciones invocadas sobre las tribus.

Quedan comprendidos en la bendición colectiva del inicio y del fin del poema. La tribu de Simeón formó, con otras, al pie del monte Gerizim para dar bendición al pueblo. Cuando se llevó a cabo en Silo el reparto del país de Canaán, la segunda suerte cayó para Simeón; esta tribu recibió el extremo sur de Canaán, que le fue dado del territorio asignado a Judá.

Judá y Simeón se aliaron para combatir a los cananeos. Entre las ciudades simeonitas se hallaban Beerseba, Siclag y Horma, en el Neguev. Bajo Ezequías, los simeonitas se apoderaron del valle de Gedor y se introdujeron en el monte de Seir, destruyendo a los amalecitas que vivían allí.

Según algunos comentaristas, una gran parte de esta tribu llegó a desaparecer. Sin embargo, figura en el futuro escatológico, en la profecía de Ezequiel acerca del futuro reparto del país de Canaán y en la visión apocalíptica de 12.000 simeonitas marcados por el sello divino.

(Génesis 43: 26)= Y vino José a casa, y ellos le trajeron el presente que tenían en su mano dentro de la casa, y se inclinaron ante él hasta la tierra.

(27) Entonces les preguntó José cómo estaban, y dijo: ¿Vuestro padre, el anciano que dijisteis, lo pasa bien? ¿Vive todavía?

(28) Bien va a tu siervo, nuestro padre; aún vive. Y se inclinaron e hicieron reverencia.

(29) Y alzando José sus ojos vio a Benjamín su hermano, hijo de su madre, y dijo: ¿Es este vuestro hermano menor, de quien me hablasteis? Y dijo: Dios tenga misericordia de ti, hijo mío.

(30) Entonces José se apresuró, porque se conmovieron sus entrañas a causa de su hermano, y buscó donde llorar, y entró en su cámara, y lloró allí.

Puedes notar que aquí hay un sentido de lealtad profundo. Hay gente que es de una misma madera, esto es: construidos con la misma esencia. Benjamín y José son del mismo vientre. Hay hermanos que no son del mismo vientre y, aunque son hermanos, no están en pacto común.

Dios está formando exactamente eso: gente de un mismo vientre. Porque sí es cierto; hay una diferencia: todos somos hermanos, esto es indiscutible, pero no todos trabajamos juntos. No porque no queramos, sino porque no podemos.

Todos somos hermanos, pero los pactos reales no son entre hermanos, precisamente; son entre gente de alianza. ¿Y que cosa es ser gente de alianza? Ser gente de alianza es ser gente con un sentir similar al de otro. No estar con alguien por conveniencias de uno u otro.

Y mucho cuidado con esto: no estamos hablando de amistad, que es otra cosa. Estamos hablando de alianza. Los amigos se juntan a comer y a practicar deporte, pero la alianza puede pasarse un año sin estar en contacto e igual se quieren. Porque dependen de lo espiritual, no de lo social.

(31) Y lavó su rostro y salió, y se contuvo, y dijo: poned pan.

Recuerda: Benjamín nace para pelear en medio de la traición entre hermanos, contra la delicadeza de la iglesia, para terminar con el espíritu de competencia, para sustentar la bancarrota paternal que existe en la tierra.

En quinto orden, vemos que nace en un tiempo de hambre. No había comida; Benjamín nace en una casa de pan. En medio del hambre, Benjamín siempre tiene algo para comer. Es como si lo sacara de debajo de la tierra, pero está y es comestible.

Benjamín es una generación que alimenta a la iglesia, que vive en una condición opositora a las condiciones prevalecientes de su tiempo. No hay pan en ninguna parte, pero yo tengo. Nadie tiene una palabra, pero yo sí. Vive en condiciones adversas de las que prevalecen en su tiempo.

Es un tiempo de hambre en la iglesia, donde lo mejor que está pasando es que alguna gente se emborrache y caiga al suelo y tenga una fiesta personal y salgan bendecidos, pero no hay una palabra que lo lleve al próximo nivel con Dios. En medio de esa sequedad y esa hambre, Benjamín nace en la casa de pan.

 (Génesis 43: 1)= El hambre era grande en la tierra; y aconteció que cuando acabaron de comer el trigo que trajeron de Egipto, les dijo su padre: volved y comprad para nosotros un poco de alimento.

(3) Respondió Judá, diciendo: aquel varón nos protestó con ánimo resuelto, diciendo: no veréis mi rostro si no traen a vuestro hermano con vosotros.

(4) Si enviareis a nuestro hermano con nosotros, descenderemos y te compraremos alimento.

(5) Pero si no le enviares, no descenderemos; porque aquel varón nos dijo: no veréis mi rostro si no traéis a vuestro hermano con vosotros.

Nota aquí que esto es imperativo: Israel no será alimentado si Benjamín no se une a José. Si no se forman alianzas de la misma aleación espiritual, la iglesia existente, se muere de hambre. Si verdaderos hermanos no se unen, el resto de la iglesia no se alimenta. La alianza no se teje, se descubre. Benjamín es el conducto para que haya comida en Israel.

ROMPIENDO ESPÍRITUS MATRIARCALES

El sexto elemento que vemos, es que rompe el espíritu matriarcal. Y cuando yo hablo de matriarcal, me refiero a que la iglesia ha sido femenina hasta hoy. Es delicada, emotiva, mujer-mujer. Hasta el día de Benjamín, todos los nombres de los hijos fueron elegidos por las madres. Pero cuando nació Benjamín, el padre dijo: se acabó el asunto, aquí.

Ella le puso Benoni. ¡Ay! ¡Hijo de la tristeza! ¡Ay! ¡Porque estamos en aflicción! ¡Ay! Israel dijo basta: ¡Que Benoni ni Benoni! ¡Hijo de mi mano derecha! ¡¡¡Benjamín!!! Fue la primera vez que el hombre nombró el orden de Dios. Lo que está sucediendo en la iglesia, hoy, es que la voz del padre está regresando, (¡Al fin!) al púlpito.

Dios siempre habla por el Espíritu Santo. Pero lo que el Espíritu Santo está trayendo ahora, en la tierra, es la voz del Padre. ¿Cuántos saben que cuando un niño quiere que lo protejan, va donde está su mamá antes que otra cosa? Por lo general, busca la unción más suave.

Hay un orden en la tierra que está terminando con ese espíritu delicado. No es una cuestión de machismo. La iglesia va a terminar como un varón perfecto, pero no como una novia. Benjamín no solamente saca a sus hermanos de la cárcel.

En séptimo término, podemos observar con mucha claridad como Benjamín es capaz de caminar en más de una dimensión al mismo tiempo. ¿Recuerdas que estamos hablando de Melquisedec, verdad? Es la combinación de dos oficios en un mismo hombre: rey y sacerdote.

(31) Y lavó su rostro y salió, y se contuvo, y dijo: poned pan.

(32) Y pusieron para él aparte, y separadamente para ellos; y aparte para los egipcios que con él comían; porque los egipcios no pueden comer pan con los hebreos, lo cual es abominación a los egipcios.

(33) Y se sentaron delante de él, el mayor conforma su primogenitura, y el menor conforme a su menor edad, y estaban aquellos hombres atónitos mirándose el uno al otro.

(34) Y José tomó viandas de delante de sí para ellos; más la porción de benjamín era cinco veces mayor que cualquiera de las de ellos. Y bebieron, y se alegraron con él. (El menor tenía una porción cinco veces mayor)

(Génesis 44: 1)= Mandó José al mayordomo de su casa, diciendo: llena de alimento los costales de estos varones, cuanto puedan llevar, y pon el dinero de cada uno en la boca de su costal.

(2) Y pondrás mi copa, la copa de plata, en la boca del costal del menor, con el dinero de su trigo. Y él hizo como dijo José.

(3) Venida la mañana, los hombres fueron despedidos con sus asnos.

(4) Habiendo ellos salido de la ciudad, de la que aún no se habían alejado, dijo José a su mayordomo: levántate y sigue a estos hombres; y cuando los alcances, diles: ¿Por qué habéis vuelto mal por bien? ¿Por qué habéis robado mi copa de plata?

(Génesis 45: 7)= Y Dios envió delante de vosotros, (Está hablando de José) para preservaros posteridad sobre la tierra, y para daros vida por medio de gran liberación.

(8) Así, pues, no me enviasteis acá vosotros, sino Dios, que me ha puesto por padre de Faraón y por señor de toda su casa, y por gobernador en toda la tierra de Egipto.

(21) Y lo hicieron así los hijos de Israel; y les dio José carros conforme a la orden de Faraón, y les suministró víveres para el camino.

(22) A cada uno de todos ellos dio mudas de vestidos, y a Benjamín dio trescientas piezas de plata, y cinco mudas de vestidos.

Nota que benjamín tiene una posición que, necesariamente, está favorecida por el padre. Esto ocurre porque tiene una conexión divina entre dos hermanos. Es notorio que el orden de Benjamín, no ignora a los cinco ministerios. Su porción es quíntuple.

Estamos llegando, en la iglesia, a un orden nuevo, singular, misterioso y explosivo para con todo lo que se ha venido haciendo, el orden de Melquisedec. Este es un orden que no está sujeto ni pendiente, en absoluto, de determinadas posiciones, jerarquías o títulos.

Este es un orden que, aunque no lo veas en principio, está viviendo en la tierra, pero tiene indudable e indiscutiblemente, estado de eternidad. Nos se queda aferrado a un mover o a una revelación, sino que es relativo a cada mover; pero sólo leal al mover de Dios.

No nos podemos ofender con los ministerios apostólicos. Vienen con una voz recia, con una voz fuerte, con la voz del Padre. No traen una unción delicada. Operan con cinco ministerios. Ministerios proféticos y apostólicos están en la tierra hace ya más de veinte años.

No creo que sea un tiempo de restauración de ministerios, creo que es el tiempo del reconocimiento de los verdaderos ministerios. Los falsos salieron primero. Como todo lo que sucede en la Biblia es: primero lo natural, después lo espiritual.

Porque la iglesia cree que ya ha sido ministrada por ministerios proféticos, y muchas veces no tiene ni la menor idea de que se trata. Ser profético es entender la hostilidad que hay en el futuro que viene hacia su vida y tener la habilidad de verla y prevenirla antes que llegue; eso es ser profético. Nada que ver con profecías individuales y personales.

Ser apostólico no tiene nada que ver con tener ocho o diez iglesias. Ser apostólico tiene que ver con tener un mensaje de reforma y la habilidad de decodificar la Biblia y traer a la iglesia la palabra de hoy. No hay tal cosa como un apóstol que no tenga un mensaje apostólico.

 (Génesis 49: 1)= Y llamó Jacob a sus hijos, y dijo: juntaos, y os declararé lo que os ha de acontecer en los días venideros.

Nota que Jacob esconde, dentro de la vida de sus hijos, principios que son para nosotros, hoy. Hay, dentro de la vida de ellos, cosas que nosotros podemos extraer hoy para nuestras vidas. Jacob está profetizándole a sus hijos, pero lo que les está dando, es…para días venideros.

 (27) Benjamín es lobo arrebatador; a la mañana comerá la presa, y a la tarde repartirá los despojos.

Aquí hay tres cosas para mencionar. La primera de ellas, es que Benjamín no tiene misericordia cuando trata con el enemigo. No me refiero a su carácter. Todos tenemos un nivel de gentileza en nuestro carácter, pero tratando con el enemigo, Benjamín no tiene misericordia.

Recuerda que el enemigo está en la iglesia. El mundo es el campo de la misión. El enemigo siempre es el paralelo falso en la iglesia. Benjamín no tiene misericordia contra falsos y erráticos órdenes que existen dentro de la iglesia. No es que tenga el carácter de un lobo, actúa como lobo cuando se enfrenta con el enemigo.

En segundo lugar, nos está diciendo que en la mañana será cuando comerá la presa. ¿Qué significa esto? Esto quiere decir que no da lugar a la pereza, no pierde el tiempo, temprano hace lo que tiene que hacer. Aniquila al enemigo bien temprano, enseguida.

Y, finalmente, en tercer término, presta atención que lo hace para distribuir, para repartirlo esa misma tarde. El verdadero apóstol, el verdadero orden, generación y día de Benjamín, ataca el orden falso sólo para distribuir la verdad, no para apropiársela. Ser apostólico es tener la habilidad de congregar para dar.

(Deuteronomio 33: 12)= A Benjamín dijo: el amado de Jehová habitará confiado cerca de él; lo cubrirá siempre, y entre sus hombros morará.

Aquí vemos una palabra profética de parte de Moisés a Benjamín. Dice que va a estar posicionado entre los hombros. Hombros, en la Biblia, siempre tiene que ver con gobierno, con la voluntad de Dios.

Es decir que Benjamín siempre anda en el centro de la voluntad de Dios. No te olvides que es posible estar bíblicamente correcto y espiritualmente equivocados. Toda la Biblia es buena, toda la Palabra es verdad, pero no toda la Palabra es para hoy.

¿Qué tiempo es este que estamos viviendo? Tiempo de madurar. Y no estoy hablando de calendarios ni conteo cronológico, estoy hablando de tiempos en el espíritu. Cuando uno es niño y Dios llega, uno juega con Él. Pero cuando uno madura y Dios llega, uno dice: ¿Qué quieres tú que yo haga, Papá?

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enero 1, 2015 Néstor Martínez