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Viaje Hacia el Hombre Interior

Has oído que alguna vez fuimos levantados. Efesios 1:19-20: Y cual la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza, la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales.

(Efesios 2: 5) = Aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), (6) y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús.

¿Leí bien o me equivoqué? ¿Las dos palabras son nos resucitó o dice que nos va a resucitar en un futuro? No, dice que nos resucitó. ya sucedió, es tiempo pasado. entonces la pregunta que cabe y nos formulamos, es: ¿Cuándo resucitamos? Con él.

Entonces convengamos en que ya no estamos esperando una resurrección; ya la tuvimos. La otra viene según el hombre interior aumenta. O sea: lo que produce la redención del cuerpo, es la expresión de Cristo en nosotros. No tenemos que esperar. Tenemos que entender lo que ya está hecho.

¿Alguien sabe por qué es tan difícil entender y creer que eso que hemos leído es algo que ya sucedió y no que va a ocurrir en un día lejano? Sí, porque así nos lo enseñaron los viejos maestros de la teología sistemática aprendida y eso hizo un hueco en nuestro cerebro que sólo el Espíritu Santo es capaz de reemplazar por lo que verdaderamente dice la Palabra de Dios.

(Romanos 6: 5) = Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección.

Plantados, metidos en la tierra conjuntamente con Él. Basta ya de dar mensajes lacrimógenos respecto al pobre Jesús que murió en la cruz para salvarnos a nosotros. Eso es verdad pero en parte. Él fue a la cruz conjuntamente con cada uno de nosotros y todos morimos allí. Pero de ninguna manera eso nos convierte a nosotros y mucho menos a Él en pobres indefensos que no pudieron evadir la muerte. Ese no es el Cristo de la Biblia, ese es el Cristo que a los demonios les gusta predicar. El problema es que lamentablemente, no sólo le ha creído el mundo incrédulo, sino también una gran parte de lo que se llama Iglesia.

(Colosenses 3: 1) = Si, pues, habéis resucitado con Cristo, (Si dice “habéis” resucitado, la implicación es que sí, que ya pasamos por eso.) buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios.

¿Alguien de nuestros selectos grupos cristianos tiene bien en claro qué cosa significa buscar las cosas “de arriba”. Uno pregunta esto y tiene la certeza que queda por allí alguien que no puede resistir la automática tentación de levantar sus ojos al cielo, eso es arriba. ¿Está mal hacerlo? Nadie dice eso. Lo que vemos cuando levantamos nuestros ojos, es uno de los cielos de Dios, pero no el único, y no necesariamente donde Él habita.

(2) Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra, (Esto se refiere a los querubines del velo, no se refiere a estar mirando las nubes)

(3) Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. (Te aseguro que a mí siempre me llamó poderosamente la atención eso de que nuestra vida esté “escondida” con Cristo. ¿No significará que él nos oculta de todo riesgo o ataque enemigo? Ahora mira con atención el verso 4)

(4) Cuando Cristo, (Coma), vuestra vida, (Coma), se manifieste,

Gramática pura. Cuando Cristo, coma, vuestra vida, se manifieste. ¿Quién se va a manifestar? Cristo. ¿Y quién es Cristo? Vuestra vida. ¿Lo estás viendo? Yo no lo escribí, sólo lo estoy leyendo. Y te lo digo porque casi puedo presentir tu rostro.

¡No lo estoy inventando! ¡No estoy interpretando como me da la regalada gana o mejor me parece! ¡Sólo estoy leyendo tu Biblia, porque tu Biblia es igualita a la mía! Cuando Cristo, (coma) vuestra vida, (coma) se manifieste. Y ya no vivo yo, más vive Cristo en mí. Cuando Cristo, (coma) el que vive en vuestra vida, se manifieste…

Cuando la realidad de lo que Cristo hizo por nosotros, o sea: cuando tu cuerpo, el mío y el de los de todos los demás, cuando tu personalidad y tu conducta, tu comportamiento, tu mentalidad; cuando el alma del hombre llegue a entender qué es lo que Cristo hizo, comienza a manifestar quien es Cristo en cada uno de nosotros, comenzará a comportarse como tal.

Por eso te dice que cuando Él venga, según Él es, seremos nosotros en este mundo. O sea: tú te vas a comportar más, más y más, según los principios divinos, según me vaya dando cuenta cuántos de ellos son míos. Te vas a comportar más como un millonario que ya cobró su enorme herencia que como el pobre gato seco y mendigo que una gran mayoría se comporta hoy.

Si tú tuvieses una herencia de un millón de dólares pero no lo sabes, y vives una vida de clase media, te comportas como una persona de clase media, y tus costumbres y tus prioridades, además de tus valores, son ajustadas a la mentalidad de una persona de clase media.

Hasta tus problemas y tu agenda, se parecen a una agenda de una persona de clase media. ¿Cuántos saben que las clases sociales tienen distintas agendas, prioridades, valores y todo? En el momento en que descubres que tenías cierta cantidad de dinero que no sabías,  y comienzas a apropiar eso a la clase media, ¿Cuántos saben que la clase media cambia?

Aunque tu carácter o tu humildad no cambien, tu agenda cambia, tus problemas cambian, tus prioridades cambian, tu comportamiento cambia, tu forma de vestir cambia, tu caminar cambia. Los problemas son otros, tus preocupaciones cambian. Hasta tu salud cambia.

Pero eso es cuando te das cuenta, porque no es algo que tú haces, es algo que tú entiendes. Los sacerdotes fueron excluidos por algo que no sabían, no por algo que no hicieron. Estamos descubriendo qué pasó en la cruz. Los tesoros escondidos.

(Efesios 2: 15) = Aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz.

Yo me pregunto: si Jesús en sí mismo fue capaz de abolir, que es clausurar. concluir, finalizar, las enemistades, ¿Qué haces tú enemistado con tu vecino, con tu hermano de sangre, con tu madre o padre, con tu hijo, hija, nuera o yerno? Y lo más triste: ¿Qué haces enemistado con ese creyente que cree en tu mismo Dios, sólo que con algunas modificaciones en ciertos puntos doctrinarios irrelevantes?

(Efesios 4: 24) = Y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.

¿Alguien de ustedes se puso a pensar alguna vez, leyendo este pasaje, cómo será eso de vestirse del nuevo hombre? Yo lo he hecho y confieso que no llegué a precisiones contundentes, pero algo aprendí y me quedó más que claro. Si el Señor necesita que yo me vista de nuevo hombre, es porque aunque yo me sienta que estoy vestido con las ropas de gala sacerdotales, la realidad es que Él todavía me ve pobre y desnudo. Por eso necesita y desea que mi hombre se revista con su esencia. El siguiente texto lo confirma.

(Colosenses 3: 10) = Y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno,

La Palabra siempre digo y dice que todos nosotros, los que hemos creído, estamos sentados en Lugares Celestiales. Entiende que todo lo que estamos hablando de resucitar, levantar y todo eso, es en el hombre interior. Tenemos un hombre interior. La Biblia habla de que el hombre tiene un hombre interior. Yo creo que tengo un hombre interior. Mi peor batalla diaria es vencer la idea metida por el libreto del infierno en nuestras mentes, que todo debemos medirlo y evaluarlo a partir de nuestro hombre exterior.

Porque no quiero que te confundas, porque después salen algunos que leen u oyen por encima, sin profundizar nada, y andan diciendo que somos gente que no cree en la segunda venida de Cristo, o que la iglesia se va a glorificar, o en la redención del cuerpo. Pero no te desanimes, suele ser gente a la cual le cuesta mucho escuchar de verdad.

(1 Pedro 3: 3) = Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos, (4) sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios.

O sea: hay un hombre interior. Es lo que estoy tratando de mostrarte, hay un hombre interior. Y el hombre interior, tiene cinco sentidos, igual que el hombre exterior. Por ejemplo: Cristo decía que el que tenga oídos para oír, que oiga. Pero todo el mundo tenía oídos, allí. ¿De qué oídos estaba hablando Él?

Del oído espiritual. Una vez Él dijo: tienes que comer de mi carne y beber de mi sangre. La gente le dijo que era un caníbal, y se fue. No caminaron más con él. ¿Por qué? Porque al igual que los teólogos de hoy, son eminentemente superficiales. Y pensaron que Él estaba hablando de cosas literales.

No le dieron ni tiempo para explicar, pero cuidado: Cristo tampoco tenía ninguna intención de explicarles nada. Él lo dijo y el que lo entendió lo entendió, y el que no… ¡Él les habló a sus discípulos, no a los duros y tercos fariseos ignorantes!

Ni sueñes con que yo haga aquí y ahora una comparación como la que te puede sonar, pero eso es exactamente lo que yo pretendo hacer desde esta trinchera de guerra espiritual: hablarles a los que son discípulos de Cristo por ingerencia de este ministerio, no a cualquiera que con un “clic” esté sintonizado.

Porque hay decenas, centenares, miles o millones, no lo sé, que si bien parecen ser muy piadosos y devotos, aunque de pronto diez muertos resuciten, siempre estarán buscando en la ciencia y hasta en el ocultismo las bases programáticas que le demuestren que esas resurrecciones fueron falsas. No pueden creer, por lo tanto no pueden ver, y como consecuencia no podrán entrar. Muy triste.

Pero el caso es que nosotros sí comimos de su carne y bebimos de su sangre; y por eso es que tenemos parte con Él, y somos unos con Él. Hablaba del nuevo nacimiento. Así es que tenemos gusto en el hombre interior, también.

¿Recuerdan la vez que el profeta y el rey estaban viendo a Asiria que rodeaba la ciudad, y el siervo andaba como loco y sumamente espantado, clamando a Dios porque los iban a matar? Eliseo le dijo a Dios: ¡Por favor! ¡Ábrele los ojos a este! ¿De qué ojos hablaba Eliseo?

Ojos espirituales, porque de repente él pudo ver que era más el que estaba con nosotros que el que estaba en contra de nosotros. Ojos espirituales. Llevamos tres. Oído, gusto, vista. La Biblia también habla de que somos olor fragante, que esa es nuestra mejor ofrenda. Olfato.

Sólo nos falta el tacto, ¿No es cierto? ¿Recuerdan la mujer del flujo de sangre? Dice la Biblia que había miles de personas encima de Jesús, presionándolo, apretándolo, casi asfixiándolo. Y en ese contexto es que dice que la mujer del flujo fue y lo tocó.

Claro, nuestros evangelistas, luego, dramatizando la escena, gustan de hacer aparecer a la mujer a gatas, pasando entre las patas de la gente y empujando a medio mundo para llegar a Él. Claro, de esa manera enseñaron que uno tiene que hacer de todo para llegar a tocarlo a Él.

Paréntesis: ¿Te das cuenta la sutileza de la religiosidad para encontrar la astuta estrategia que demuestre y ponga en evidencia implícita que, para poder tocar a Jesús, es necesario hacer un esfuerzo casi sobrehumano lindando con el sacrificio, de esos tan utilizados en las antiguas “promesas”, tales como flagelarse o andar kilómetros de rodillas?

Escucha: si lees bien la escritura te enteras que los discípulos se asombraron tremendamente, porque no entendían cómo, si había mil manos puestas sobre su cuerpo, Jesús preguntaba quién lo había tocado, en referencia sólo a esa mujer. Miles lo tocaron, pero Él identificó ese toque especial.

Y por esa razón es que Él les dice: “Tú no me entiendes, te digo que alguien me tocó”. No fue un toque físico. La señora andaba por allá, quizás, pero lo alcanzó con el corazón. Y virtud salió de Él. Un toque espiritual. No hay que tocarlo físicamente.

Si aprendiéramos eso, la gente no tendría que andar llevándose por delante unos a los otros o empujándose entre sí para llegar a tocar al hombre que está en la plataforma. ¿Nunca te pasó? A mí sí. Y la mezcla de vergüenza, enojo y rechazo que sentí, fue monumental.

Aquel toque fue espiritual, Algo salió de Él, que no salía cuando lo tocaban los demás. Ahí tenemos a nuestro tacto espiritual. Ese hombre interior promete aumentar su dominio hasta quedarse con todo. Ese es el Reino. Ese que está allí adentro, es el que se tiene que manifestar.

Que está oculto por lo que el cuerpo y la mente hacen, que es residuo mental del que vivía. No es que el que vivía está ahí peleando con el otro, es que lo que nosotros hacemos, lo hacemos porque ya está programado. Ya tenemos todo un estilo de vida.

Y lamentablemente, aunque vengamos de la iglesia, hay que re-programarlo. Entiende que estamos hablando que tú moriste, fuiste crucificado, fuiste sepultado, se te dio vida y fuiste resucitado, y estás sentado en el hombre interior.

Hombre interior que, físicamente, está sentado aquí donde yo estoy sentado en este momento, pero que para que esté parado o sentado en una dimensión llamada cielo, falta todavía la glorificación de tu cuerpo. Y a esa la esperamos con ansias.

Y ese es el arrebatamiento, la redención del cuerpo. ¿Dónde vas a parar?, Yo lo voy a dejar a tu discreción. Porque con un cuerpo glorificado puedes estar arriba, puedes estar abajo. ¡Hasta puedes atravesar paredes! Puedes comer peces, te puedes aparecer allá o aparecer acá, lo que sea.

Pero si tú te quieres ir volando a Plutón porque es eso lo que te has imaginado que sucederá con tu cuerpo, allá tú con tu cuerpo, pues vete a Plutón, construye tu mansión allá y quédate solito. ¡Haz lo que te dé la gana! Mi trabajo, tú trabajo, es llegar hasta allí. De allí en más, no lo sé, ya tendremos a nuestro capitán tomando decisiones.

Tú imagínate lo que quieras, pero recuerda que Él es primicias, así que eso te garantiza que el resto de la siega va a ser igual. Y él atravesó paredes, ¿No es cierto? ¡Y todavía no existía Hollywood y sus recursos técnicos de efectos especiales!

Pero además comió peces, así que. Será físico, será espiritual. Será físico, tangible, o físico visible. O será invisible materializado. No sabemos, ahora estamos como Juan. ¡Porque no es de este mundo! No es un cuerpo físico ni es un cuerpo espiritual.

¿Y entonces qué es? Algo nuevo. ¿Y qué cosa es algo nuevo? No lo sabemos. Pero si es algo nuevo, ten la certeza que proviene de Dios y no del diablo. ¿Por qué estoy tan seguro en eso que a veces dudamos tanto? Simple: porque el diablo no es creativo, así que jamás podría inventar algo nuevo, apenas imitarlo más o menos bien.

Y está muy bueno no saberlo, porque todavía no es nuestro tiempo. ¡Pero usted es maestro! ¿Cómo me dice que no sabe? Escucha: decir “no sé” cuando no sabes algo en lugar de inventar algo para salir del paso, es mucho más ungido que desvariar o divagar.

Lo único que sí sabemos es que, sea como sea el cuerpo glorificado de Él, así mismo va a ser el mío. Y con eso tú y yo tenemos más que suficiente, no necesitamos saber nada más. Porque Él es primicia, y yo sí entiendo la ley de primicias.

La ley de primicias garantiza que el que está en Él, va a ser idéntico. Él subió y bajó en un mismo día. Estamos sentados en lugares celestiales sobre todo principado. Esa es una postura interior, interna que tenemos ya. Esa es una realidad, hoy.

¿Cuántos lo están entendiendo mejor hoy que antes de escuchar todo esto? Bueno, lo que ahora podrás hacer, si lo necesitas, es encarar al enemigo con otra perspectiva. Desear ser igual a Dios te convierte en algo atendible, y no en algo tan distante, que cada vez es tan abrumador, que tengo que volver a hacer cuarenta y ocho vigilias para poder estar en su presencia.

Ya somos. Considerad los lirios. Esa es la parábola más bella para Él.  Que no se preocupan, no trabajan para ellos. Sin embargo, Dios los reviste con mayor gloria que la de Salomón. Ese es nuestro destino. Mayor gloria que la de Salomón. Pero atención: esperando confiados en Él, pero velando. Nada que ver con un perezoso tomando fresco sin hacer nada…

¿Cómo será todo esto? Sobreedificados en Cristo. Permitiendo que, lo que fluya en la caña del candelero, sea lo que le da la luz al brazo. Que el jugo del tallo sea el verdor de las hojas. Permitiendo que lo que Dios dice que tú eres, tú lo consideres como hecho.

Y que no te sientas que le estás robando a Dios cuando te llamas lo que Dios te llama. No eres un triste pecador salvado por gracia. El mundo secular, incrédulo y pagano está constituido por pecadores salvados por gracia. Tú has nacido de nuevo. Ellos van a nacer de nuevo cuando se den cuenta que fueron salvos.

Están perdidos porque no saben que son salvos. Ellos no nacen de nuevo ahora. Se dan cuenta que nacieron de nuevo, cuando se lo digamos. Entonces vemos que el mensaje ha cambiado bastante. No es arrepiéntete, sino date cuenta que ya Dios te perdonó.

Y eso es arrepentirse. Porque metanoneo, tiene que ver con cambiar la forma en que piensas. Ellos piensan que Dios anda con un machete buscándolos para cortarle el pescuezo. Y la iglesia, a veces, les ayuda a pensar eso. ¡Dios te va a castigar! Te dicen y a ti te corre un sudor helado por la cerviz. ¿Ese es el Dios de amor que debemos amar?

Si le quitamos el machete de la mano a Dios, vienen dos o tres más. Entonces entiende que, el mensaje de verdad, es: escúchame, Dios no tiene nada en tu contra; tú estás perdonado. Es más: tú eres salvo y todavía no te has dado cuenta.

Ya tu salvación ya fue hecha. Déjame ahora introducirte a ella. Porque ellos piensan que tienen que hacer algo para poder vivir una vida diferente. Entonces como no están listos para vivir esa vida, nos dicen que no. ¿Estás viendo la diferencia, verdad?

Es el mismo mensaje, pero no se explicó bien. El Reino de Dios es Dios con nosotros. Emanuel. Gobernando de adentro hacia afuera. Dominando desde el GAN, que es su ámbito, y terminando todo lo que está acá afuera. Tú estás en el GAN de Dios. Tú estás en el huerto de Dios.

Para ti la voz de Dios es algo común. Para ti, nosotros comemos del árbol de vida, diariamente. Todavía hay gente en la iglesia, comiendo del árbol del conocimiento. Tratando de conocer el bien y conocer el mal, en vez de comer de Él y ver que en verdad que el mal y el bien es el mismo árbol.

Que tanto hacer bien cómo hacer mal, te mata. Porque no es hacer ni bien ni mal, es hacer lo correcto. El árbol del bien y del mal, produce muerte. Tanto el bien como el mal, son productos del mismo árbol. Ambos producen muerte.

Es conocimiento. Conocimiento viene de afuera hacia dentro. Nosotros vivimos de adentro. No somos gobernados por lo que vemos, sino que caminamos viendo lo invisible, para poder vencer lo visible. Porque estamos en lo invisible, materializándolo diariamente.

El plan de Dios es sacar el mundo invisible y hacerlo visible. Por medio de algo que tenga visibilidad: nosotros. Dios es Espíritu, no es tangible. Y no puede hacer contacto con un mundo físico. Para hacer contacto con ese mundo que creó, está creando un hombre, para Él poder tratar con el mundo.

Porque Dios quiere tocar lo que creó, pero no puede. Entonces te creó a ti para meterse por dentro y tratar su creación. Déjame darte un último ejemplo: la boda de Caná. Es en el tercer día, y quedan tres años de ministerio por delante, y hay un cordero en la mesa. ¿Y qué hay? Tinajas de agua. Y se convierten en vino. Esos son los seis pasos al trono. Agua en vino es Vida en Revelación.

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febrero 25, 2022 Néstor Martínez