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Leer y Entender, No Repetir

Sabemos que todos los ministerios han sido otorgados por el Señor a distintas personas con una sola dirección global y abarcativa: perfeccionar a los santos, esto es, aportarles elementos para que cada uno pueda madurar en su camino en el Evangelio del Reino. También sabemos, que cada ministerio ha sido enviado con una misión específica, y que no se trata de elucubraciones de hombres bien intencionados, sino de una misión puntual que Dios determine que cada uno tenga. Tiempo de Victoria nació con la directiva clara de enseñar y esclarecer la Palabra de Dios en todo lo que fuera necesario. Hoy, ese esclarecimiento, nos está llevando a lo que vulgarmente en nuestros ambientes se rotula como “matar vacas sagradas”, esto es: descubrir y clarificar escrituras que habían producido enseñanzas erróneas que, en muchos casos, podían llevar a muchos cristianos a senderos equivocados. Y eso significa errar el camino. Y en esto, si te equivocas de camino, no llegas donde pensabas, sino al lado contrario.

Hoy hablaremos de uno de esos temas que pueden crear confusión y error grave. Vamos a examinar una porción del libro de los Hechos. Sabemos que este libro fue escrito por Lucas, el discípulo médico. Y lo que podemos comprobar es que, en este capítulo 16 que recorreremos, a partir del verso 11, donde comenzaremos, Lucas lo escribe en primera persona del plural, lo que nos permite saber que él formaba parte presencial del grupo al que alude en su relato. Y dice en los versos 11 al 13: Zarpando, pues, de Troas, vinimos con rumbo directo a Samotracia, y el día siguiente a Neápolis; y de allí a Filipos, que es la primera ciudad de la provincia de Macedonia, y una colonia; y estuvimos en aquella ciudad algunos días. Y un día de reposo salimos fuera de la puerta, junto al río, donde solía hacerse la oración; y sentándonos, hablamos a las mujeres que se habían reunido. Vale aclarar que, como la ley judía exigía el establecimiento de una sinagoga cuando la población masculina de alguna localidad sobrepasaba la cifra de diez personas, la ausencia de una institución de este tipo en Filipos indica la existencia de una población judía muy pequeña.

Versos 14-15 = Entonces una mujer llamada Lidia, vendedora de púrpura, de la ciudad de Tiatira, que adoraba a Dios, estaba oyendo; y el Señor abrió el corazón de ella para que estuviese atenta a lo que Pablo decía. Y cuando fue bautizada, y su familia, nos rogó diciendo: Si habéis juzgado que yo sea fiel al Señor, entrad en mi casa, y posad. Y nos obligó a quedarnos. Cualquiera que fuera vendedora de púrpura trataba con un producto valioso y lujoso. Los tintes usados para la fabricación de púrpura eran caros y de gran prestigio. Esta mujer fue la primera convertida en Europa, y se podría decir que el ‘varón macedonio’ resultó ser una mujer. Antes de que Lidia se convirtiera (como fue demostrado por su bautismo), el Señor abrió el corazón de ella. Este es un trabajo que Dios tiene que hacer en todos los que creen, porque como dijo Jesús: Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere. Si esto no te cambia radicalmente tu idea de la tarea evangelística, no sé de qué te estoy hablando.  

Versos 16-18 = Aconteció que mientras íbamos a la oración, nos salió al encuentro una muchacha que tenía espíritu de adivinación, la cual daba gran ganancia a sus amos, adivinando. Esta, siguiendo a Pablo y a nosotros, daba voces, diciendo: Estos hombres son siervos del Dios Altísimo, quienes os anuncian el camino de salvación. Y esto lo hacía por muchos días; más desagradando a Pablo, este se volvió y dijo al espíritu: Te mando en el nombre de Jesucristo, que salgas de ella. Y salió en aquella misma hora. Está más que claro que el demonio que habitaba en esta joven, dijo la verdad, de eso no hay dudas. Pero la dijo de manera burlona, no sincera. Ahora, el motivo por el cual Pablo demoró tantos días en reprenderlo y echarlo fuera de esa vida, si bien no está claro desde lo escrito en Hechos, sí salta a la vista que pudo tener que ver con la prevención que el apóstol se tomó para hacerlo, porque discernía lo que iba a resultar ese acto posteriormente. Mira cómo sigue.

Versos 19-22 = Pero viendo sus amos que había salido la esperanza de su ganancia, prendieron a Pablo y a Silas, y los trajeron al foro, ante las autoridades; y presentándolos a los magistrados, dijeron: Estos hombres, siendo judíos, alborotan nuestra ciudad, y enseñan costumbres que no nos es lícito recibir ni hacer, pues somos romanos. Y se agolpó el pueblo contra ellos; y los magistrados, rasgándoles las ropas, ordenaron azotarles con varas. Lo que tenía esa mujer era, según los originales, “un espíritu de Pitia”. Como esto no tiene ningún significado para una gran mayoría de nosotros, se eligió traducir como adivinación, pero pitia era una especie de serpiente: una pitón. Es usado aquí porque la pitón era asociada con el dios Apolo… no muy lejos de Filipos, en esta misma área de Europa, había un santuario para Apolo Pitio”. Y la reacción de los amos de la joven adivina y poseída, fue la lógica y similar a la que hoy podrían manifestar o exhibir aquellos que manejan los temas más profundos del esoterismo o, incluso, del ocultismo en sus más altos niveles. En lugar de arrepentirse y desprenderse de su pecado, elegirán siempre defenestrar al hijo de Dios y, si pueden, eliminarlo.

Además de esto, que no es ninguna novedad para ningún creyente, yo veo otra cosa que tampoco es novedad para el hombre en general. Los jueces, las autoridades constituidas de estos lugares, no vacilaron en juzgar, sentenciar y ejecutar esa sentencia contra hombres que no habían cometido ningún delito, sólo porque gente con dinero, en este caso los responsables de esta joven adivina, seguramente los presionaron y, quizás, hasta les dieron algún dinero a ellos para que legislaran de ese modo. Dime si hay alguna diferencia con la justicia de hoy, donde quiera que sea su lugar de residencia, y al menos en una gran mayoría. Por supuesto que hay tanto abogados, como fiscales, como jueces de conducta y comportamiento intachable, pero tampoco es novedad para nadie y nadie tiene que sentirse ofendido, si te digo que hay una enorme corrupción en la jurisprudencia secular, ya sea por presión de privados con dinero o, en algunos casos, por gente relacionada con los gobiernos de turno. Los únicos que son juzgados, condenados y cumplen sus sentencias, son los más carenciados. Los que tienen posesiones y dinero, siempre encuentran algún resquicio por el cual evadir sus delitos. Con Pablo y Silas fue lo opuesto.

Versos 23-25 = Después de haberles azotado mucho, los echaron en la cárcel, mandando al carcelero que los guardase con seguridad. El cual, recibido este mandato, los metió en el calabozo de más adentro, y les aseguró los pies en el cepo. Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios; y los presos los oían. ¿Cómo se sentiría cualquiera de nosotros, creyentes muy sólidos y maduros, ante una situación como esta? Apaleados por muchos azotes, (No dice cuántos, pero si Lucas dice muchos, fueron más de veinte o treinta, por lo menos), y destrozados en piel, huesos y órganos internos que también sintieron el castigo, sangrando y es de suponer que debilitados por el shock emocional natural que implican estas actitudes violentas y, para colmo, encerrados luego en un antro lúgubre, sin la menor posibilidad ni esperanza de salida y, como frutilla del postre, con tus manos encadenadas y tus pies aprisionados en un cepo. ¿Cómo crees que hubieras reaccionado? Por favor, deja la muletilla, el idioma y la cultura evangélica tradicional y trata de ser empático con estos dos hombres.

Soy fuerte, aun ya con mis buenos años. Quienes me conocen saben que es así. Y cuando joven hice todo tipo de trabajos. Y aunque luego me iba a dedicar a tareas más de índole intelectual que física, en mis primeros años laborales, para poder subsistir hice muchos trabajos de esfuerzo físico. Y eso me hizo duro a todo tipo de contratiempo o sufrimiento físico. Sin embargo, no me avergüenza decirlo, creo que en una situación como la de estos dos muchachos, no sé si mi fe y mi confianza no hubieran flaqueado, dando paso a la frustración, decepción y hasta natural temor. ¿Y ellos? Se pusieron a cantar himnos. La cultura musical hebrea es amplia y no del todo conocida por nosotros. Como también soy o fui músico, sé que hay varias clases de música hebrea a disposición de todo el que quiera ejecutarla o cantarla. Por eso mi duda siempre fue, quizás alguien lo sepa, qué clase de himnos cantaban Pablo y Silas. ¿¿Lentos y de lamentos? ¿O rítmicos y de contagio? No lo sé, pero lo que sí sé, es que en el cielo tomaron nota de esta alabanza y adoración mezclada con sangre, dolor y tenebrosidad. Aquí es donde Pablo les escribe a los Filipenses, regocijaos en el Señor siempre, regocijaos. Y dice que los otros presos los oían. ¿Pablo y Silas tendrían vozarrones o el Espíritu Santo les amplificaba sus voces como lo hacía con Jesús?

Verso26 = Entonces sobrevino de repente un gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la cárcel se sacudían; y al instante se abrieron todas las puertas, y las cadenas de todos se soltaron. Para los más escépticos que no gustan saber de nada que juzguen fantasioso. En ese lugar y con ese tiempo, un terremoto solamente fue posible por alguna decisión sobrenatural. Y si quieres, añádele algo que los terremotos no suelen hacer en otros lugares sísmicos, hizo que todas las cadenas cayeran a tierra y que todos los presos quedaran libres, no sólo Pablo y Silas. Quienes habitan en zonas sísmicas y han vivido en carne propia algún terremoto de mediano porte o más potente, me dirán. ¿Es posible o casual que se caigan todas las cadenas? Cuidado. Toda acción sobrenatural es inexplicable desde lo terrenal, así que quien desee debatir sobre esto puede hacerlo, en absoluta soledad, al menos de mi parte. Yo decidí creerlo como milagro y punto. No pienso discutir con nadie sobre el tema. Un día, allá, sabré si estuve correcto con esta decisión o si me equivoqué. “Allá”, aceptaré la verdad que sea, pero conjeturas, hipótesis o elucubraciones raras, aquí, no.

Verso 27-28 = Despertando el carcelero, y viendo abiertas las puertas de la cárcel, sacó la espada y se iba a matar, pensando que los presos habían huido. Mas Pablo clamó a gran voz, diciendo: No te hagas ningún mal, pues todos estamos aquí. Imagina por un momento a esos atildados, estirados y presuntuosos oficiales y jefes de las guardias romanas, incluida la penitenciaria, viendo cómo, en un instante, todas sus estrictas seguridades para prisioneros quedan tiradas por el suelo ante la simple acción de la naturaleza, según ellos lo hubieran entendido. ¿Cuál supones que hubiera sido su reacción? El jefe supremo, hubiera llamado a su inmediato subordinado y, bajo amenaza de ejecución, le hubiera pedido explicaciones sobre una causa creíble que le justificara todo un presidio con sus internos liberados. El subordinado, hubiese hecho el mismo llamado, y con mayor apriete de amenaza, para con el supervisor de las guardias de la prisión. Y este último, como casi siempre sucede en casos como estos, (Y como todavía ocurre en muchos lugares del mundo, aunque no lo creas) hubiese convocado a su despacho al guardia de ese lugar y, sin esperar justificaciones, argumentos o explicaciones, lo hubiese enviado a ejecución de muerte. Imagina una vez más la escena, y ponte por un momento en las ropas de ese pobre hombre que quizás con lo que ganaba allí como guardia, apenas podía alimentarse él y toda su familia.

¿Cabe alguna duda que este hombre estaba aterrorizado? Como se dice vulgarmente, “Le volvió el alma al cuerpo” cuando escuchó decir eso a Pablo y pudo comprobar que, efectivamente, ninguno se había escapado por causa de la gestión del apóstol. Verso 29 = Él entonces, pidiendo luz, se precipitó adentro, y temblando, se postró a los pies de Pablo y de Silas; (30)  y sacándolos, les dijo: Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo? Quiero que leamos y entendamos bien estos dos versos, porque la vaca sagrada viene a continuación de haber entendido bien esto. En el original, la palabra que se traduce como salvo, es sózo, y en realidad su verdadera traducción es librado, no salvo. Ese hombre tenía un problema serio, porque aunque no se hubieran escapado ninguno de los presos, no tenía ningún argumento para darle a sus superiores respecto al motivo por el cual todas las cadenas y los cepos habían quedado inutilizados. ¿Vas a decirme que los oficiales romanos de alto rango el hubieran creído lo del terremoto que solo afectó a esa cárcel? El hombre vio en Pablo y Silas algo distinto, rato, sobrenatural, fuerte y se arrodilló como si ellos fueran dioses y preguntó de que manera podía ser librado de lo que, pensaba, podía ser un castigo fuerte por lo sucedido. Pablo le dio una respuesta ciento por ciento espiritual.

(Verso 31) = Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa. Este es el punto clave del tema. Las fuerzas armadas romanas tenían un criterio muy rígido respecto a lo que se pudiera considerar como traición. Se eliminaba al traidor junto con toda su familia, para que no quedara rastro ni idea de volver a caer en lo mismo. Y lo que Pablo le responde, tiene coherencia con eso, ya que cuando le dice que será salvo, no le está hablando de eternidad, sino de lo mismo que el hombre pidió. La palabra es otra vez sózo y se traduce como librado. Él y toda su casa, pero no por decisión de influencias o religión, sino por la simple y al mismo tiempo difícil decisión de creer en el Señor Jesucristo, al cual los romanos, salvo excepciones como las del centurión del criado enfermo, odiaban al punto de buscarlo para matarlo porque les causaba lo que ellos consideraban como disturbios con el pueblo al que tenían sometido. No hay causa ni motivo para no pensar que esto fue tal como te lo estamos relatando.

Sin embargo, todos nosotros somos conscientes de que, un versículo sacado de su contexto, donde un hombre preso pero ungido, como lo era Pablo, tiene suficiente respaldo espiritual y                                                                    emocional como para asegurarle a otro hombre, aterrorizado por lo que estimaba se le consideraría como un error suyo, con el precio a pagar ya conocido, que si creía en el Señor sería librado de todo eso, tanto él como toda su casa, se tomó como una promesa de parte de Dios en el sentido de que, si alguien aceptaba a Jesucristo como Salvador y Señor de su vida, accedía a Vida Eterna, lo cual es correcto, pero que a partir de esto que Pablo dijo, esa decisión de fe, automáticamente también determinaba como salva a toda su familia, lo cual no es correcto, ahora veremos por qué. Mira el verso siguiente, al que parece que ninguno de los fabricantes de esta rara doctrina de salvación hereditaria, parece haber leído: (32) Y le hablaron la palabra del Señor a él y a todos los que estaban en su casa. ¿Te das cuenta? La palabra profética que Pablo le entrega al carcelero, en el sentido de que serán librados él y toda su casa si cree en Jesucristo, comienza a tomar forma práctica con esto que te dice aquí. No fue por ósmosis, fue por evangelismo liso y llano. Mira como sigue:

Verso 33 = Y él, tomándolos en aquella misma hora de la noche, les lavó las heridas; y en seguida se bautizó él con todos los suyos. No está explicitado con detalle en qué lugar geográfico y específico sucede esto, pero el caso es que el carcelero asustado ya convertido en un hombre sereno en su nueva fe, les lava las heridas que, en algún momento él mismo les pudo haber producido, y como signo de arrepentimiento, según la doctrina enseñada por Juan hijo de Zacarías, procedió a bautizarse, probablemente en algún río cercano, conjuntamente con toda su familia. Porque luego se relata esto: (34) Y llevándolos a su casa, les puso la mesa; y se regocijó con toda su casa de haber creído a Dios. Salvo que el carcelero haya tenido su casa dentro de la misma prisión, aparentemente tomó la decisión de sacarlos de allí y llevárselos a su casa invitándolos a comer. Tiene que haber estado volando de gozo espiritual como respuesta íntima por haber tomado la decisión de creer nada menos que en el Dios de los judíos, al que ellos tenían órdenes de perseguir. Y es notorio que luego de cenar con el carcelero y su familia convertida y bautizada, retornaron a la prisión. Porque mira como sigue:

Verso 35 = Cuando fue de día, los magistrados enviaron alguaciles a decir: Suelta a aquellos hombres. (36) Y el carcelero hizo saber estas palabras a Pablo: Los magistrados han mandado a decir que se os suelte; así que ahora salid, y marchaos en paz. Pregunto: después de haber sido duramente azotados hasta sangrar, de haber estado amarrados de pies y manos hasta el calambre, y seguramente de haber sido humillados y escarnecidos por los otros guardias, te enteras que las autoridades envían a tu nuevo hermano en Cristo a decirte que quedas libres y te puedes ir a tu casa, ¿Qué hubieras hecho? Yo, te aseguro que quisiera hacerme el rudo, híper ungido y brillante ministro, pero no sé si me saldría creíble. No estoy acostumbrado al show mediático. Creo que hubiera hecho una oración más o menos que dijera que los perdono, los bendigo a ellos y a toda su casa, que me cubro con la sangre de Jesús y salgo más rápido que un Fórmula 1 en recta larga. Evidentemente, y gracias a Dios, no soy Pablo.

Verso 37 = Pero Pablo les dijo: Después de azotarnos públicamente sin sentencia judicial, siendo ciudadanos romanos, nos echaron en la cárcel, ¿y ahora nos echan encubiertamente? No, por cierto, sino vengan ellos mismos a sacarnos. Me gusta, porque no son pocos los incrédulos machistas que se burlan de los cristianos y los tratan de cobardes, afeminados, poco hombres y otras cosas. ¿Alguien se atrevería a decirle eso en la cara a un Pablo? Cuidado, los hay, y no pocos. (38)  Y los alguaciles hicieron saber estas palabras a los magistrados, los cuales tuvieron miedo al oír que eran romanos. Quiero que entiendas bien y lo recuerdes por si en alguna ocasión eres discriminado o injustamente atacado. Los alguaciles, o sea los oficiales del imperio romano, tuvieron miedo. (39) Y viniendo, les rogaron; y sacándolos, les pidieron que salieran de la ciudad. Entendí. No les ordenaron salir, tal como sus formaciones militares se lo imponían, se lo rogaron. ¿Te das cuenta lo que significa la palabra Autoridad? Y sin credenciales habilitantes de ninguna denominación.  (40) Entonces, saliendo de la cárcel, entraron en casa de Lidia, y habiendo visto a los hermanos, los consolaron, y se fueron. Fin de la historia.

Cuando Pablo le dice al carcelero: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, esa respuesta es una afirmación clásica de la esencia del evangelio. Esta es una salvación que viene solo por gracia, y que es recibida solo por fe. Algunos que he oído por allí se han preocupado porque, -dicen-, la invitación de Pablo para la salvación aquí es demasiado fácil y promueve una fe demasiado fácil o una gracia barata. Otros se niegan a predicar sobre el arrepentimiento, diciendo que este texto dice que no es necesario. Pablo nunca llamó específicamente al guardia de la prisión al arrepentimiento porque él ya se estaba arrepintiendo. Podemos ver el humilde arrepentimiento del carcelero, en que se postró temblando, en la idea total de la palabra cree (pistis, que significa confiar en, creer en, aferrarse a), y en la orden de creer en el Señor Jesucristo. En el caso del carcelero, Pablo no lo envió a consejería. No le dio una clase de teología. No discutió la terminología espiritual del carcelero. No habló sobre sacramentos ni de iglesias. El guio a este hombre obviamente arrepentido a la fe en Cristo Jesús. Cuentan que había un viejo capellán general del ejército inglés, que utilizó una prueba única en los candidatos para la capellanía. Les pedía que dijeran cómo le hablarían a un hombre herido en batalla, que tenía solo tres minutos de vida, cómo ser salvo y hallar paz en Dios. Si no podían hacerlo dentro de esos tres minutos, no eran aptos para el servicio de capellanía. Pablo hubiera calificado. ¿Cuántos de nosotros también? Con predicaciones evangelísticas de noventa minutos, no lo creo.

Y, finalmente, y es básico, cuando le dice Tú y tu casa, esta parece ser una promesa específica para ese carcelero. Bajo la inspiración del Espíritu Santo, Pablo le dijo al carcelero que su familia creería en Jesús tal como él lo hizo. Esta fue una promesa hecha específicamente para el guardia de la prisión. Pero es una promesa que el Espíritu Santo puede hacer viva para nosotros, ayudándonos a confiar en Él para la salvación de nuestras familias. Sin embargo, la familia del carcelero no fue salva solamente porque él lo fue; Pablo fue y habló la palabra del Señor a él y a todos los que estaban en su casa. Todos fueron salvados porque todos confiaron en la palabra de Dios y en el Jesús revelado a nosotros a través de la palabra. Y esto no es algo menor, porque hay toda una teología que enseña que cuando un miembro de una familia se convierte, automáticamente toda su casa, toda su familia, es salva. Ni por asomo. Sigue estando vigente que el justo por la fe vivirá, lo que hace imposible que un incrédulo, familiar de un convertido, sea salvo sin tener un milímetro de fe. Eso va en contra de la propia Palabra. Recuerda esto: Dios tiene hijos, pero no nietos.

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octubre 13, 2024 Néstor Martínez