Nuestro estudio presente, comienza con la parábola de las diez vírgenes. ¿Cuánto hace que no la lees? Está en el evangelio de Mateo capítulo 25, versos 1 al 3. Yo no la voy a reproducir porque me llevaría mucho espacio y no es ese texto la base de este estudio.
Pero sí es una referencia que vamos a utilizar como punto de partida. En esa parábola, dice que las diez eran vírgenes. La palabra nos muestra que las vírgenes de Sión son la iglesia. Las diez tenían lámpara. Dice un texto por ahí que La palabra de Dios es lámpara a mis pies, o sea que las diez tenían la palabra.
Y las diez, también, tenían aceite, que es la tipología de la unción, del Espíritu. Sólo que algunas habían pagado el precio para tener más aceite, con la intención de que le durara más tiempo. Es decir: unas estaban preparadas para vivir más tiempo en la tierra que las otras.
La parábola nos muestra que Dios llama insensata a la gente no preparada para perdurar en el siglo veintiuno. Gente que no se preparó para épocas de caos y crisis. Gente que vivió preparándose para irse en un gigantesco rapto y no para permanecer.
Lo que te califica como insensato, entonces, es no estar preparado para vivir por largo tiempo. Es ese sentimiento como de estar de paso. Porque una cosa es enseñar a prepararse para irse en las nubes y otra ser práctico y eficiente en este siglo veintiuno.
Porque nunca se nos enseñó cómo vivir en estos tiempos. Porque nunca se pensó en estar vivos y en la tierra en estos tiempos. Y estos tiempos, aunque por aquí se los ve muy difíciles, siguen empeorando.
Y lo seguirán más todavía, porque los reinos del mundo, finalmente van a caerse; todos. Es decir que, si nosotros no avanzamos y determinamos el fin, porque el fin lo determina la iglesia, a nuestros hijos, los que hoy tiene cuatro o cinco años, veinte años después, ¿Adonde tendrán que vivir?
¿En Buenos Aires, la gran capital de Argentina, porque de otro modo no tendrán perspectivas? ¿Y la obra aquí en mi ciudad de residencia, Rosario, y en los demás lugares sin aparente futuro del mismo país del que estamos hablando como ejemplo práctico porque es el mío?
¿Y Dios qué dice? Al mensaje que prepara a la gente para vivir adecuadamente en este tiempo le
llama PRUDENTE y el mensaje que no prepara a la gente para vivir adecuadamente en este tiempo, le
llama INSENSATO.
Es decir que vamos a ver una separación en las distintas iglesias. Algunas iglesias
consideradas insensatas por la mentalidad que tienen y otras consideradas prudentes. O supo negociar
o no supo negociar.
Todas tenían lámpara. Todas estaban esperando al novio. Todas durmieron. Tardó tanto el novio, que se durmieron. Pero sólo una cosa dividía a estas iglesias. Unas reconocieron su venida y fue considerado como sabiduría, mientras que las insensatas fueron descriptas como aquellas que no pudieron aguardar el tiempo completo.
Ya hay un gobierno, en la tierra, que no reconoce la mano de la iglesia; ésta se pone contenta porque tiene un poco de asociación con Fulano y un poco de caída de Mengano, pero no tiene nada que ver. Cuando los reinos de este mundo caigan, y la iglesia esté poderosa, esos reinos van a arrastrar a todo lo que haya hecho pacto con ellos. Hablo de Babilonia, no sé si te queda claro.
Tú no puedes tener un avivamiento en la iglesia que arrastre gente y no asuste al mundo, al gobierno. Porque para ellos, muchedumbre es poder, entonces se verá. Por ahora somos menos, pero el día que seamos más…
Hasta la gente de Egipto se vino con Israel. Dice que salió una multitud mixta. No vamos a traer a Dios lo que no es de Dios. Por eso hay que sentarse a leer un texto y extraer lo bueno para adentro y sacar lo malo para afuera. No estamos preparados para eso. A nosotros nos inculcaron un tipo de amor, en la iglesia, que no es propicio para hacer lo que Dios está por hacer.
El amor que nosotros tenemos, es un amor creado por una doctrina que no permite que al amor de Dios se manifieste. El amor de Dios, lo que quiere, es entresacar gente, sacar lo que no sirve para que se tenga el derecho de seguir así.
Pero nuestra mente, que está programada por la doctrina eclesiástica, no puede entender ni ver a un Dios así. Sin embargo, cuando Cristo vino, empezó a tirar mesas patas para arriba. No nos confundamos. Él era amable con el mundo, precisamente con quien la iglesia no lo es.
Y con todos los de la iglesia: víboras, serpientes, piedras de tropiezo, tercos. La iglesia siempre fue el problema, el mundo no. De tal manera amó Dios al…? Esto es: Dios te salvó a ti para usarte, para ganar al mundo, no por ti.
No te engañes. El engaño más grande es creer que Dios te llamó porque te necesita. Dios te llamó y te está usando para ganarse al mundo. Somos instrumentos en las manos de Dios. Se engaña el hombre que cree que Dios lo llamó para bendecir. Dios no está en ese negocio de bendecir. El te da un talento y te dice: reprodúcelo, después vengo por todo.
Hay mucha gente a la que no le gusta esta palabra, pero está allí. Dice que tanto amó Dios al mundo, no a la iglesia. La iglesia está allí como cámara de representantes de Dios y funciona si cumple lo que Dios dice, si no, no; son piedra de tropiezo.
Es mejor ser mundano que estar en la iglesia y no hacer lo que Dios quiere que se haga. Hay iglesias que están metidas en actividades cristianas que serán separadas entre lo que son creyentes y lo que son miembros. El único factor que determina la separación, es el estar preparados para una vida más allá del velo.
Hay una clave en la parábola de los talentos de Lucas 19. Allí se le dice al siervo fiel que así como fue útil sobre diez ciudades, en el reino se le dará la misma autoridad. Esto quiere decir que de acuerdo a cuál sea tu autoridad aquí y sobre qué bases se afirme, así te será evaluada allá.
Hay líderes que se están manejando en autoridad de una manera aquí que allá, en el mundo del espíritu, no tendrán la más mínima posibilidad de reinar sobre nada. Porque son todo carne, todo hombre. Dios tiene un reino lleno de rangos y definiciones. Que no tiene posiciones tal como se conocen en la tierra.
El dinero, allá, ya no será motivación y las jerarquías de estructuras, tampoco. En el reino, lo único que té motiva, es hacer la parte que te corresponde, ya sea diferente, igual o indiferente a la de tu vecino. Todos corremos una carrera personal. La meta es el propósito de Dios, no andar más adelantado que el de la otra calle.
La competencia, las posiciones, no son válidas en el reino de Dios. Lo único válido son los recursos que Dios te ha dado a ti para ministrar. "Ah, no, hermano; yo tengo el ministerio de evangelismo, lo mío son las almas perdidas…" – Las almas perdidas es una cuestión de toda la iglesia, no de algunos.
Es como si tú tomas un medicamento para una dolencia y la dolencia se te va; se lo quieres hacer tomar a todos. Ahora, si tú sigues con tus dolores, no vas a poder ofrecer nada a nadie por más ingenio, estrategia, estudio, capacitación o técnicas que implementes.
En Jeremías 28 está nuestro texto de hoy. En este pasaje, hay algo que alguien denominó (y a mí me gustó para el título), como El Síndrome de Hananías. Para que te ubiques, no estoy hablando ni del hombre que ministró a Saulo cuando llegó a Damasco ni el que estafó al Espíritu Santo con la herencia conjuntamente con Safira.
Hablo de Hananías, con "hache", un profeta que se atrevió a profetizarle a Jeremías pese a ser muy joven. Los dos están cautivos durante el tiempo de cautiverio en Babilonia. Había sido profetizado años atrás, todo el mundo lo entendía, pero es Hananías el que de repente recibe una palabra; mira:
(Jeremías 28: 1)= Aconteció en el mismo año, en el principio del reinado de Sedequías rey de Judá, en el cuarto año, en el quinto mes, que Hananías hijo de Azur, profeta que era de Gabaón, me habló en la casa de Jehová delante de los sacerdotes y de todo el pueblo, diciendo: (2) así habló Jehová de los ejércitos, Dios de Israel, diciendo: quebranté el yugo del rey de Babilonia. (O sea que Hananías dice: óyeme…Dios me habló y me dijo que se acabó el cautiverio. Quebranté el yugo. Todo el mundo dice: ¡Huau! ¡Buenas noticias, no?)
(3) Dentro de dos años haré volver a este lugar todos los utensilios de la casa de Jehová, que Nabucodonosor rey de Babilonia tomó de este lugar para llevarlos a Babilonia, (4) y yo haré volver a este lugar a Jeconías hijo de Joacim, rey de Judá, y a todos los transportados de Judá que entraron en Babilonia, dice Jehová; porque yo quebrantaré el yugo del rey de Babilonia. (Esa es la profecía. Acuérdate que él le está hablando a Jeremías, que es un profeta sazonado. Hay profetas cualunques y hay profetas sazonados).
(5) Entonces respondió el profeta Jeremías al profeta Hananías, delante de los sacerdotes y delante de todo el pueblo que estaba en la casa de Jehová.
(6) Y dijo el profeta Jeremías: amén, así lo haga Jehová. Confirme Jehová tus palabras, con las
cuales profetizaste que los utensilios de la casa de Jehová, y todos los transportados, han de ser
devueltos de Babilonia a este lugar.
(7) Con todo eso, oye ahora esta palabra que yo hablo en tus oídos y en los oídos de todo el pueblo:
(Es decir: si tu palabra va a ser cierta, que lo confirme Dios. De ahí sacamos que si la palabra de un
profeta es cierta, Dios la tiene que confirmar. Jeremías no dice que Dios habla, dice: Yo hablo.
Responsabilidad de profeta, no misticismo clásico.)
(8) Los profetas que fueron antes de mí y antes de ti en tiempos pasados, profetizaron guerra,
aflicción y pestilencia contra muchas tierras y contra grandes reinos,
Es la palabra de Dios contra la del hombre; no le hace. Es la palabra de Dios según él. Él oyó, según él, a Dios. Pero contradice a todo lo que dice la palabra. Claro, si tú no tienes discernimiento para ver como la parábola lo dice, la puedes contradecir. Quiero que entiendas, porque este es el error que estamos viviendo hoy. Acuérdate: yo no predico historia, todo esto es presente.
(9) El profeta que profetiza de paz, (En medio del verso 8, donde todos los recuentos profetices
históricos te dicen lo contrario. Por ejemplo: la Biblia, en todas partes, nos muestra cómo la iglesia tiene
que diseñar el fin. El que predique que nos vienen a rescatar en una gran fuga en medio de una crisis,
olvida algo: ¿Para qué restaurar, batallar, militar y pelear la buena batalla si finalmente le vamos a dejar
todo servido al anticristo para que se lo devore? No te olvides que la gente de doble ánimo, de doble
mensaje, no recibe nada de Dios.) …cuando se cumpla la palabra del profeta, será conocido como el
profeta que Jehová en verdad envió. (O sea: si se cumple vale, si no, no.)
(10) Entonces el profeta Hananías quitó el yugo del cuello del profeta Jeremías, y lo quebró.
Se encuentran dos líderes. Uno en el mover de Dios y el otro en la antigua rutina eclesiástica. El primero le pregunta al segundo: ¿Cómo andan las cosas? – Bien…bendecido…gracias a Dios. – ¿En qué andas? – ¡Uf! Trabajando un montón con una comisión pro-remodelación del hall del templo y con otra que estudia cambiar los instrumentos de la banda de alabanza… – Ah, ¿Y cuál es tu mensaje en este tiempo?
Ahí es donde el otro se queda mudo. Y de pronto reacciona y dice: ¡Me acaba de decir el Espíritu que debes ordenar un par de cosas importantes delante del Señor! – Así somos. Cuando se nos descubre nuestro juego carnal, entramos en un supuesto mundo del espíritu para defendemos y contraatacar. Hananías hace lo mismo, fíjate.
(11) Y habló Hananías en presencia de todo el pueblo, diciendo: así ha dicho Jehová (No me
discutas, es Dios es el que habla) de esta manera romperé el yugo de Nabucodonosor rey de Babilonia,
del cuello de todas las naciones, dentro de dos años. Y siguió Jeremías su camino. (Jeremías
simplemente le dio la espalda y se fue; no dijo ni amén ni gloria a Dios.)
(12) Y después que el profeta Hananías rompió el yugo del cuello del profeta Jeremías, vino palabra
de Jehová a Jeremías, diciendo: (13) ve y habla a Hananías, diciendo: Así ha dicho Jehová: (Este es el
mensaje, no te lo pierdas) yugos de madera quebraste, mas en vez de ellos harás yugos de hierro.
Cuando el mensaje que nos llega nos aliviana de la responsabilidad del día presente, aparenta quitarnos el yugo de madera. Y la iglesia está más contenta y gozosa. Pero en verdad nos ponen un yugo de hierro.
Es mejor llevar un yuguito de madera, ahora, trabajando, negociando, estudiando, aprendiendo mas, produciendo. Es mejor el de madera, por lo menos lo puedes manejar, no es pesado, es ligero. Llegas a la noche cansado, pero lo manejas. El de hierro, en cambio, significa esclavitud sin posibilidades.
(14) Porque así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: yugo de hierro puse sobre el cuello de todas estas naciones, para que sirvan a Nabucodonosor rey de Babilonia, (¿Para qué lo puso? ¡No! ¡Yo no quiero ese trabajo! ¡Hay mucha gente incrédula allí! ¡Mejor me voy a trabajar a tiempo completo al ministerio!) y han de servirle; y aun también le he dado las bestias del campo.
(15) Entonces dijo el profeta Jeremías al profeta Hananías: (¿Te acuerdas, en el verso 13, qué le
dijo Dios a Jeremías? Mira: este es un profeta sazonado) ahora oye, Hananías: Jehová no te envió, y tú
has hecho confiar en mentira a este pueblo.
(16) Por tanto, así ha dicho Jehová: he aquí que yo te quito de sobre la faz de la tierra; morirás en
este año, porque hablaste rebelión contra Jehová.
Dale gracias a Dios que eres espiritual. Porque en el momento en que alguien habla lo que es contrario a lo que Dios está diciendo, eso es rebelión contra Jehová y motivo de empezar a morir en el espíritu.
(17) Y en el mismo año murió Hananías, en el mes séptimo. (Murió. Dios le dijo que lo mataría. En
el séptimo mes, o sea: en el tiempo pleno).
Date cuenta claramente, entonces, que aquí hay algo muy importante: el predicar una palabra, que te produce descanso hoy, al costo de mañana, es intercambiar yugos de madera por yugos de hierro. Entonces, ¿Qué viene ahora en la palabra de Dios?
(Jeremías 29: 1)= Estas son las palabras de la carta que el profeta Jeremías envió de Jerusalén a los ancianos que habían quedado de los que fueron transportados, y a los sacerdotes y profetas y a todo el pueblo que Nabucodonosor llevó cautivo de Jerusalén a Babilonia ((Es decir que el pone esta carta después que muere el profeta Hananías. Ahora la describe.)
(Verso 4)= Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel, a todos los de la cautividad que hice transportar de Jerusalén a Babilonia: (5) edificad casas y habitadlas; y plantad huertos, y comed del fruto de ellos.
(6) Casaos, y engendrad hijos e hijas; dad mujeres a vuestros hijos, y dad maridos a vuestras hijas,
para que tengan hijos e hijas; y multiplicaos ahí, y no os disminuyáis.
(7) Y procurad la paz de la ciudad a la cual os hice transportar, (Rosario) y rogad por ella (por
Rosario) a Jehová; porque en su paz (en la paz de Rosario) tendréis vosotros paz.
Jeremías dice lo siguiente: N°1)= Prepárate para una vida de continuidad; construye casas. Para habitarlas, no para visitarlas. Somos peregrinos de movimiento constante, no de pasividad escapista. Cuando Dios se mueve y tú también.
N°2)= Dice: plantad huertos. Eso significa: proveer para ti mismo en las necesidades de la vida.
N°3)= Multiplíquense. Planificar la familia, pero prepararla para que sea mayor que nosotros.
N°4)= Promueve la prosperidad de la tierra. O sea: no seas un parásito. En lo que está a tu alcance, produce para la tierra.
(1 Timoteo 2: 1-2)= Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres; por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad.
(Jeremías 29: 6)= Casaos, y engendrad hijos e hijas; dad mujeres a vuestros hijos, y dad maridos a vuestras hijas, para que tengan hijos e hijas; y multiplicaos ahí, y no os disminuyáis.
La palabra MULTIPLICAOS, aquí, es la palabra RAPAH, en hebreo, y significa AUMENTA. Es la misma palabra que se usa en Multiplicaos y llenad la tierra. No significa que tengas que tener miles de hijos. Significa que continúes, PELIKOS, que te hagas grande. Que levantes tu cabeza, tu autoridad y que crezcas o madures. Que aumentes en éxito, que te nutras. Lo último que dice, es: Lánzate como saeta de un buen arquero.
Luego dice: No disminuyas. La palabra es MAAD y significa no menguar, no ser ineficiente. Es el consejo que nos da Jeremías para con la doctrina del síndrome de Hananías. El espíritu de Hananías reduce a la iglesia a una inefectividad en la eficiencia, mostrándola como una iglesia que tiene muy poco que ofrecerle a la sociedad cuando se compara con lo que ha recibido como recursos.
Algo que es equivalente al siervo que no pudo o no supo o no quiso aumentar las minas, los talentos recibidos y que devuelve a su amo las moneditas adentro de un pañuelito que tenía escondido. Vamos a verlo de una forma más.
En Hebreos capítulo 12, desde el verso 1 hasta el verso.12, habla de la disciplina, de tu unción. Y esto es parte de nuestro texto, porque aquellos conciudadanos no querían que reinara, que no gobernase, no querían someterse al gobierno del Señor.
Entonces, en este texto, nos dice que Dios, a quien ama, disciplina. Siempre que disciplina a alguien, lo hace dentro del contexto de su hijo. Si no es considerado hijo, no es disciplinado. Yo no disciplino a los hijos del vecino; intento hacerlo con los míos. Por eso es muy probable que gente que está haciendo más que usted, ser más disciplinado por Dios.
Es por eso que no nos tenemos que poner celosos de aquellos a los cuales Dios no está podando. Que tiene una vida tan tranquila que ni se entera que Dios existe. Es, probablemente, porque para él, efectivamente, ya no existe.
Porque si estás activamente involucrado con Dios, él te va a estar podando día a día. Eso es contrariamente a lo que la gente cree, que si estás todos los días metido en un problema diferente, es porque estás fuera del propósito de Dios. ¡No! ¡Es al contrario! Mientras más cerca andas del propósito, más peligro y riesgos hay. Es cierto con todos los apóstoles y es cierto con todos los creyentes.
(Hebreos 12: 12)= Por lo cual, (Por causa de este principio de eximición) levantad las manos caídas y las rodillas paralizadas; (En este caso, las manos caídas son los que no aceptan su señorío, la disciplina) y haced sendas derechas para vuestros pies, (La gente que no hace las sendas derechas es la gente que no se somete) para que lo cojo no se salga del camino, (Lo cojo es lo que no anda conforme a los principios, no habla de sanidad divina.) sino que sea sanado. (Es, indudablemente, una sanidad con respecto al propósito de Dios. Por lo cual, y es el resumen de los primeros doce versos)
(14) Seguid la paz con todos, (Es lo que nos prometió Jeremías: procurar la paz) y la santidad, sin la
cual nadie verá al Señor. (Aquí, santidad, está dentro del contexto de estar sometido al reino de Dios.)
(15) Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; (Nota que hay una gracia
accesible, pero hay que alcanzarla) que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, (Cuando no
estamos en el orden divino de Dios, se producen ciertas raíces de amargura que nos estorban) y por ella
muchos sean contaminados; (Y ahora comienza a ponerle otros adjetivos a esto) (16) no sea que haya
algún fornicario, o profano, como Esaú, que poruña sola comida vendió su prímogenitura.
(18) Porque ya sabéis que aun después, deseando heredar la bendición, fue desechado, y no hubo oportunidad para el arrepentimiento, aunque la procuró con lágrimas.
FORNICARIOS es la palabra PHORNOS, de donde extraemos la palabra PORNOGRAFÍA y significa: "prostitución masculina", no femenina. O sea: uno que se vende a sí mismo por la lujuria de otro. La palabra PROFANO, es SEBÉELOS.
Esta palabra se utilizaba para identificar a los que no estaban iniciados en los ministerios o los misterios de Dios; en las cosas sagradas. Los griegos la usaban para identificar a personas que no estaban consagradas a los dioses. Se les daba el nombre de SEBÉELOS, (PROFANOS) a los burladores de las cosas sagradas de Dios. A los que viendo la operación de Dios, decían: eso no es Dios.
Dice que no sea que por falta de corrección y disciplina nos vaya a salir una lacra que produzca fornicación y profanidad de la misma manera que a Esaú. Ahora: él no nos dice cómo. Simple. Viendo la vida de Esaú, enseguida entendemos lo que es ser profano y fornicario. Claro, según esta historia, una es hablar lo malo y la otra es hacer lo que no debemos en la carne.
Pero eso no fue lo que hizo Esaú. Porque dice que: No sea que algún fornicario o profano, como Esaú, que por una sola comida, vendió su prímogenitura. ¿Sabes cuál fue el error de Esaú? No haberle prestado atención a la realidad de su futuro profetice. Por favor, nota que él tenía primogenitura.
Esto significa que el poseedor de primogenitura iba a ser sacerdote. Se le garantizaba autoridad, se le daban dos terceras partes del reino del padre, autoridad sobre sus hermanos y un involucrarse en el linaje que iba a traer la simiente de Cristo, si es que pertenecía a la simiente de Abraham.
Ahora: acá está el principio, escúchalo: cuando un hombre es conducido a satisfacer sus antojos presentes al costo de su futuro profetico, ha penetrado en ámbitos de profanidad. Cuando hablamos de cosas que no entendemos, perdemos nuestra primogenitura, porque estamos pendientes al hoy, al YA. -¡Dame eso ahora! – Pero mira…tu primogenitura…el futuro…- ¡No, no y no! ¡No me interesa! Tengo hambre; dame de comer ya.
Cuando uno entra en esa condición mental en la que, a .costas del futuro nos gozamos en el hoy, estamos entrando en actividades profanas en la iglesia. Cuando al precio de un futuro incierto nos gozamos hoy al precio de un engaño, de una mentira, estamos entrando en actividades profanas delante de Dios.
Fornicarios. Porque estamos fornicando con el propósito de Dios; prostituidos. La vida, hermanos, tenemos que vivirla con un ojo de larga duración. El problema con Esaú, era que estaba preocupado con el hoy.
Cada actividad presente va a impactar tu futuro, sea positiva o negativamente. Tengamos mucho cuidado con catalogar como herejías o blasfemias lo que no entendemos. Cuando no entendemos algo, lo mejor es callarnos la boca.
Esaú perdió su primogenitura y siempre culpó a Jacob por ello. Noten que el profano nunca acepta tener responsabilidad o culpa por algo que le ocurra o suceda a su alrededor, siempre prefiere echarle la culpa a alguien. Él no lo recibió pero tampoco pudo ver que la culpa no fue de su hermano, la culpa fue de él.
Dos cosas pasan: tú estás llorando y no construyes el perdón. N°1)= El padre nunca vio un lugar en el corazón de Esaú para poder hacer recíproca la bendición. El corazón de Esaú nunca cambió. N°2)= Esaú nunca cambió su mentalidad profana; siguió culpando a su hermano, y no queremos tener a esa gente.