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Cuando Llega la Noche

Este trabajo de hoy no es, de ninguna manera, uno de esos estudios que resultan impactantes o aptos para difundirlos en una página Web con un criterio de éxito. Pero es puntualmente lo que Dios ha querido entregarte hoy y, si debo ser obediente, allá iré con esto, adelante, sin detenerme a pensar si te agrada o te desagrada. No vine a agradar a los hombres, vine a servir a mi Padre celestial.

Quiero comenzar esto en el evangelio de Juan. Quiero ver allí uno de los milagros que aparecen en este evangelio, haciendo una aclaración semántica e idiomática necesaria: cuando el evangelio de Juan habla de la palabra milagros, en realidad lo que está haciendo es mencionar la palabra señales.

Esto significa que, detrás de cada milagro hay una señal o una enseñanza espiritual que se aplica a nuestra vida en el día de hoy. Porque no solamente son anécdotas o ejemplos pasados; no es un milagro simplemente algo que aconteció alguna vez, de donde extraemos el principio que en aquel día se utilizó, sino que son señales, o misterios escondidos, para nosotros usarlos en el día de hoy.

Este trabajo va a ser gravitante en tu vida, y yo quiero que luego de asumirlo lo incorpores a tu vida diaria y lo pongas por obra de manera cotidiana. Quizás suene a mensaje profético porque es revelación, pero lo cierto es que es muy sencillo, porque lo que revela es la esencia, la naturaleza de Dios.

Hay una naturaleza de Dios que es tan poderosa, pero que en medio de restauración y de avance, en medio de nuevos moveres del espíritu, en medio de nuevas formas, algunas de ellas sumamente pintorescas, a veces nos hacen olvidar lo simple y sencillo que es todo esto que no necesita de doctorados o master para ser entendido.

Ya nos aconseja y nos demanda la palabra en algún lugar, que no nos desviemos de esa simpleza que es base y esencia del evangelio. El evangelio es muy simple. El mayor problema que tiene esa simpleza, es que algunos de nosotros, muy preocupados en nuestros prestigios personales, lo hacemos demasiado difícil.

(Juan 6: 1) = Después de esto, Jesús fue al otro lado del mar de Galilea, el de Tiberias.

(2) Y le seguía gran multitud, porque veían las señales que hacía en los enfermos. (Noten que esta actitud no ha cambiado. Las multitudes aun giran en derredor de algo que se está ofreciendo. La gran mayoría de la iglesia todavía asiste por los peces y los panes. Donde se está dando algo, ahí hay multitudes. Pero Dios quiere algo más de la iglesia)

(3) Entonces subió Jesús a un monte, y se sentó allí con sus discípulos. (Y ustedes conocen el resto de la historia, aquí es donde está relatada la alimentación de los cinco mil)

(Verso 13) = Recogieron, pues, y llenaron doce cestas de pedazos, que de los cinco panes de cebada sobraron a los que habían comido.

(14) Aquellos hombres entonces, viendo la señal que Jesús había hecho, dijeron: este verdaderamente es el profeta que había de venir al mundo.

Noten que el mundo, o las personas, siempre están buscando una manifestación natural y literal, para decir que este es el que viene de parte de Dios. Sin embargo, ese es un error muy grande que nos lleva a grandes pérdidas en nuestros caminos con Dios.

Lo hemos dicho muchas veces, pero de una forma rápida y hasta pasajera, pero creo que este es el tiempo en que deberemos ponernos a enseñar un poco, en vez de decretar y profetizar a las potestades y principados y alimentar espíritu. He dicho muchas veces que no te pierdas lo divino, buscando lo espectacular. Porque hay veces que Dios no está en lo espectacular. El mundo está lleno de espectáculo.

(15) Pero entendiendo Jesús que iban a venir para apoderarse de él y hacerle rey, volvió a retirarse al monte él solo. (Cuando vinieron a adularlo y alabarlo, se fue. Hoy no se hace eso, se hace exactamente lo contrario. Pero Jesús se fue porque no quería que lo coronaran rey, Él sabía que no había venido para eso al mundo.)

(16) Al anochecer, (Al anochecer. Fíjate, llega un momento en tu vida en que el espectáculo se termina, y se pone oscuro), descendieron sus discípulos al mar, (17) y entrando en una barca, iban cruzando el mar hacia Capernaum. Estaba ya oscuro. (Repetí conmigo: estaba ya oscuro) Y Jesús no había venido a ellos. (Noten que en el acontecimiento anterior, todo era luz, todo era maravilloso, todo era espectáculo, había milagros, multiplicación, había prosperidad, y todo el mundo quería que ese fuera el hombre del momento. Jesús se esconde y, en ese mismo momento, llega la oscuridad. Y en medio de la oscuridad vemos que ya está oscuro, y Jesús no viene. Me pregunto cuántos de ustedes habrán pasado por ahí. Vaya uno a saber por qué el Señor dispuso que hoy habláramos de esto, ¿No?)

(18) Y se levantaba el mar con un gran viento que soplaba.

(19) Cuando habían remado como veinticinco o treinta estadios, vieron a Jesús que andaba sobre el mar y se acercaba a la barca; y tuvieron miedo.

(20) Más él les dijo: Yo Soy, no temáis.

(21) Ellos entonces, con gusto le recibieron en la barca, la cual llegó enseguida a la tierra donde iban.

Ellos llegaron a donde iban. Llegaron al destino. Vemos que esta multitud no quería dejar a Jesús. Querían hacerlo rey, no querían dejarlo. Porque cuando las cosas se ponen buenas y entretenidas, uno trata de mantener el mover de Dios. Cuando Dios está haciendo algo maravilloso, uno quiere que se repita el evento.

Y tanta es la ansiedad de que continúe ese fluir, que a veces entramos en manipulación, o en el humanismo carnal, para tratar de producir lo que no está presente en el Espíritu para manifestarse. Ellos no querían dejar, pero llegó el anochecer. Ahora ya no era tan sencillo caminar, ya no estaba ese poder sobrenatural, ya no existía ese milagro para alimentarte. Muy por el contrario, sólo había fe y oscuridad.

Muchos están así y no quieren dejar irse a la presencia. Si están en una campaña, en un evento de conferencias o congresos, o simplemente un tiempo de valor delante de Dios y pasan cosas formidables, escucha: ¡Nadie quiere que todo eso se vaya!

¿Y cómo buscamos resolverlo? Simple: haciendo otra campaña la próxima semana, organizando otra conferencia o clínica y buscando ser ministrados por alguien con mucha unción. Eso tiene un nombre y ya me resulta odioso, perdón, se llama: activismo religioso.

Y hasta donde yo he podido ver y conocer, ningún activismo religioso garantiza frutos espirituales. Pero, y tomando modelo de lo vivido por los discípulos, hay experiencias en la oscuridad, que quizás jamás podrías recibir en medio de la luz. Tú ya sabes que lo nuestro es la luz y que nada tenemos que ver con la tiniebla. Pero no estoy hablando de tinieblas, estoy hablando de oscuridad, que es algo bien distinto.  

Sin embargo, son muchos los que no entienden ese principio de Dios. Y quiero ahora empezar a compartir varias escrituras que fundamentan y confirman lo que te estoy diciendo. Deja una marca allí en Juan, que es nuestro texto base, y vete conmigo al salmo 139.

(Salmo 139: 12) = Aun las tinieblas no encubren de ti, y la noche resplandece como el día; lo mismo te son las tinieblas que la luz.

Nota que para poder obrar con todo, a Dios no le hace falta luz, no le hace falta espectáculo, ni le hacen falta tinieblas. Para Él, la noche y el día, son lo mismo. ¡Él es Dios! Él opera de igual manera en el valle que en la montaña, en prosperidad o cuando no la hay. Dios sigue siendo Dios y siempre está al frente del asunto. Él no hace diferencia entre el día y la noche.

A veces creemos que cuando estamos en la noche, corremos el riesgo de estar fuera de la voluntad. Debemos aprender a decodificar, interpretar y traducir esos alaridos en la oscuridad. Y es obvio que no estoy hablando de la oscuridad que es resultado del pecado. Hay una oscuridad hacia la cual el Señor, a veces, te está guiando. En nuestras vidas, a veces, hay Samarias que tenemos que cruzar.

(Isaías 50: 10) = ¿Quién hay entre vosotros que teme a Jehová, y oye la voz de su siervo? El que anda en tinieblas y carece de luz, confíe en el nombre de Jehová, y apóyese en su Dios.

¿Se entiende que el poder de Dios está por encima de todo lo que te parezca tremendamente poderoso en esta tierra? ¿Te olvidas que cualquier poder satánico no es una creación de Satanás o alguno de sus demonios, sino una imitación pervertida de algo que sí es de Dios?

(Génesis 15: 12) = Más a la caída del sol sobrecogió el sueño a Abram, y he aquí que el temor de una grande oscuridad cayó sobre él. (

Nota que aquí cae el sol, es de noche, y es aquí cuando el pacto más importante, es ejecutado. ¡De noche! Este es el motivo por el cual, a veces, y de manera sorpresiva o insólita, Dios nos arroja de espaldas al suelo. Puede ser porque si estás de pie, no estás recibiendo nada. Solemos ser como las tortugas, sólo estando de espaldas nos decidimos a mirar para arriba.

(Isaías 45: 1) = Así dice Jehová a su ungido, a Ciro, al cual tomé yo por su mano derecha, para sujetar naciones delante de él y desatar lomos de reyes; para abrir delante de él puertas, y las puertas no se cerrarán: (2) yo iré delante de ti, y enderezaré los lugares torcidos; quebrantaré puertas de bronce, y cerrojos de hierro haré pedazos; (3) y te daré los tesoros escondidos, (La palabra que aquí se traduce como “escondidos”, es en origen la palabra oscuridad. Hay una oscuridad, entonces, que es plan de Dios para tu vida, en la cual se encierran verdaderos alaridos, pero también tesoros, que de otra manera nunca obtendrías)

Sin embargo, en apariencia, la iglesia desde afuera se ve bonita, entones ¿De qué se trata? Se trata de que el fruto de la iglesia no se mide por la condición de la iglesia, ¡Se mide por la condición de la nación en la que está esa iglesia! Todos los días nos rodean distinta clase de oscuridades. ¿Qué va a pasar con el dólar? ¿Qué va a pasar con nuestra moneda nacional? ¿Habrá devaluación? ¿Perderé mis ahorros? ¿Se encarecerán los créditos? ¿Qué pasará con los salarios?

Mira; en cada lugar las problemáticas son distintas, pero todas confluyen en una sola dirección: hay un manto de oscuridad cayendo sobre las naciones. Y eso nos concierne a nosotros, porque la justicia engrandece a la nación. Y el servidor entendido, consigue la benevolencia de los gobernantes. Sólo los entendidos.

Total dependencia. Vemos que Abraham fue puesto a dormir, y toda la dependencia del asunto, resta sobre Dios. Dios cruzó en el pacto dos veces: una por él y una por el hombre. Porque si sólo dependiera del hombre, ten la certeza de que la arruinábamos en el camino. De ese mismo modo es que nuestros ministerios serán confirmados por Él, o no lo serán. Es así de contundente. Negro o blanco, frío o caliente. ¡No hay tibios!

(Salmo 107: 22) = Ofrezcan sacrificios de alabanza, y publiquen sus obras con júbilo.

(23) Los que descienden al mar en naves, (Estábamos hablando de la embarcación en la oscuridad, en las aguas) y hacen negocio en las muchas aguas, (Fíjate que las cosas importantes no aparecen generalmente en las llanuras, hay que bogar mar adentro, hay que ir a las muchas aguas, hay que bucear en las profundidades oscuras donde la luz del sol no llega. Hay que ir donde ya tú no tienes sostén de las riendas de tu vida. La fe comienza cuando tú sales más allá del control de tu conocimiento. Por eso dice que hacen negocios en las muchas aguas. ¡No se pueden hacer negocios en aguas escasas, en charcos o lagunas! No hay nada valioso en la orilla)

(24) Ellos han visto las obras de Jehová, y sus maravillas en las profundidades.

¿Dónde vieron sus obras? En las profundidades. ¿Dónde vieron las maravillas? En las profundidades. Hay que entrar mar adentro para ver este tipo de manifestación. La iglesia está llegando a un nivel donde es tiempo que lleguemos a una profundidad, a una madurez espiritual, donde Dios pueda mostrarnos cosas que ahora no nos puede mostrar.

Hay manifestaciones de Dios que jamás serán observadas, si es que la iglesia no las puede mostrar de manera corporal. Un solo ministerio no es lo suficientemente grande y poderoso para manifestar a Dios. Así que más te vale que quites tus ojos de los ministerios. La importancia en los últimos días, es de la iglesia genuina en cuerpo global. Dios quiere manifestarse a través de esa iglesia.

(25) Porque habló, e hizo levantar un viento tempestuoso, que encrespa sus ondas.

¿Tú me quieres decir a mí que el problema de los discípulos fue un viento que fue levantado por Dios y no por Satanás? ¿Quién sopló? Dios sopló, Satanás no tiene poder para sacudir la iglesia. En esta ocasión fue Dios. Si la iglesia está experimentando oscuridad es porque Dios está soplando una tempestad porque quiere que en medio de tu alarido surja un tesoro que pueda bendecir tu vida.

(Salmo 105: 16) = Trajo hambre sobre la tierra, y quebrantó el sustento de pan.

(17) Envió un varón delante de ellos; a José, fue vendido por siervo.

(18) Afligieron sus pies con grillos; en cárcel fue puesta su persona.

(19) Hasta la hora que se cumplió su palabra, el dicho de Jehová lo probó.

¿Qué fue lo que se cumplió? ¡La palabra de Dios! ¿Quién trajo hambre? ¿Quién puso grillos? ¡Dios! ¿Y cuál fue el plan? ¡El plan de Dios! Dice que el dicho de Jehová lo probó. Muchos glorifican el hecho de José, y lo glorifican pasajeramente, pero José pasó diecisiete años de oscuridad.

Diecisiete años, hasta que la palabra de Jehová fue probada en él. Muchos corren a las iglesias para que haya un presbiterio profético y te digan algo hermoso, pero no pasan la prueba del dicho de Jehová. Dios no te habla para que te sientas bien, Dios te habla para revelarte el destino, con el propósito de que lo cumplas.

(Verso 25) = Cambió el corazón de ellos para que aborreciesen a su pueblo. Para que contra sus siervos pensasen mal.

Noten que Dios estaba encargado de todo el asunto. Dos o tres páginas antes, en el salmo 66, vemos como es de impresionante que Dios se preocupó de poner todo esto en la Biblia, para que en el momento y el tiempo en que se escondiera el sol, tú no perdieras tu ánimo.

(Salmo 66: 8) = Bendecid, pueblos, a nuestro Dios, y haced oír la voz de su alabanza.

(9) Él es quien preservó la vida a nuestra alma, y no permitió que nuestros pies resbalasen.

(10) Porque tú nos probaste, oh Dios; nos ensayaste como se afina la plata.

¿Quién te probó? Dios. Y déjame aclararte algo. Dios no trae desgracias a tu vida para probarte. No estamos hablando de desgracias o accidentes y que después digas que Dios te probó. Las pruebas de Dios, siempre terminan en victoria. Pero la ignorancia del hombre, siempre termina en derrota.

(11) Nos metiste en la red; pusiste sobre nuestros lomos pesada carga. (¿Cuántos se han sentido así, como que alguien te pescó y no puedes salir?)

(12) Hiciste cabalgar hombres sobre nuestra cabeza; pasamos por el fuego y por el agua, y nos sacaste a abundancia. (¿Qué dice que pasó? Las pruebas de Dios siempre te sacan a abundancia, siempre te maduran, siempre te traen a un nivel donde produces un tesoro que jamás podrías hacer de otra manera)

Vuelve ahora a recordar lo que leímos en el evangelio de Juan capítulo 6. En el evangelio de Marcos, hablando del mismo asunto y también en el capítulo 6, dice algo muy interesante. Mira el verso 46: Y después que los hubo despedido, se fue al monte a orar. ¿Cuántos saben que Dios, a veces, se va para otra parte? (Verso 47) y al venir la noche, la barca estaba en medio del mar, y él solo en tierra.

(48) Y viéndoles remar (Perdón; ¿Tú me quieres decir a mí que los estaba viendo? ¿Esta gente está por ahogarse y Él está sentadito en la orilla, comiendo pescaditos y mirándolos?) con gran fatiga, (Esto te dice que este no era un asunto casual, estaban fatigados) porque el viento les era contrario, cerca de la cuarta vigilia de la noche (Esto te dice que era la madrugada, y mientras ellos remaban tratando de ir hacia adelante, el viento los empujaba hacia atrás. Y el Señor, mientras tanto, sentadito en la orilla mirándolos remar con gran fatiga. ¡Señor! ¿Dónde estás? ¿Por qué no me ayudas? – Aquí estoy, hijo, viéndote. – ¡Entonces ayúdame! – Es que te estoy ayudando… – ¡Señor! ¡Reprende al diablo! No funciona, ¡Es Dios! Dice que era la cuarta vigilia de la noche, esto es, las últimas horas. O los últimos días, hablando proféticamente. Y ellos no lo podían ver a Él. Sin embargo, ellos no abortaron el esfuerzo. No estaban avanzando, las aguas venían en contra, pero siguieron remando igual, aunque con fatiga. Cuando estás en medio de tribulación, no cambies los principios, no cambies la fe, no cambies la milicia, ¡Sigue remando! Aunque en lugar de avanzar veas que vas hacia tras, ¡Sigue remando! Indudablemente esta gente no estaba avanzando nada, pero Cristo estaba maravillado, porque aunque iban para atrás, estaban remando para adelante.

(Salmo 44: 8) = En Dios nos gloriaremos todo el tiempo, (Léelo de nuevo; dice que todo el tiempo. No sólo en la iglesia. En la casa, en el trabajo, el día de pago, cuando hay poquito, nos gloriaremos en Dios. Todo el tiempo) y para siempre alabaremos tu nombre.

(9) Pero nos has desechado, y nos has hecho avergonzar; y no sales con nuestros ejércitos. (En otras palabras: cada vez que trato de ganar, pierdo.)

(10) Nos hiciste retroceder delante del enemigo, y nos saquean para sí los que nos aborrecen.

(11) Nos entregas como ovejas al matadero, y nos has esparcido entre las naciones.

(12) Has vendido a tu pueblo de balde; no exigiste ningún precio. (Y el verso 17 contesta las preguntas, y dice)

(Verso 17) = Todo esto nos ha venido, y no nos hemos olvidado de ti, y no hemos faltado a tu pacto.

Recuerda y entiende esto: en medio de todo lo malo, sólo el pacto te sostiene. Por eso, lo primero que se rompe en la iglesia cuando las cosas se ponen feas, es el pacto. Entonces, ya no es oscuridad de Dios, ahí es tinieblas por causa del pecado. Y ahí no encontramos ningún tesoro, sólo derrota. Pacto. ¿Se te están poniendo cada día más feas las cosas? Pacto.)

(18) No se ha vuelto atrás nuestro corazón, ni se han apartado de tus caminos nuestros pasos.

Nota que en medio de todo eso, lo importante es seguir adelante. Pero, ¿Por qué? ¿Por qué esta tormenta, Señor? ¿Por qué yo me siento así?  Siento como si decenas de caballos galoparan sobre mí, estoy cansado y sigo yendo como un barco a la deriva, hacia atrás. Mira lo que dice aquí.

(Isaías 50: 10) = ¿Quién hay entre vosotros que teme a Jehová, y oye la voz de su siervo? El que anda en tinieblas y carece de luz, confíe en el nombre de Jehová, y apóyese en su Dios.

(11) He aquí que todos vosotros encendéis fuego, (¿Quiénes encienden fuego? Nosotros. Ese es el problema. Nota que cuando no hay luz, no puedes encender fuego; Él quiere oscuridad. Si Él quisiera luz, Él es luz, Él te alumbraría. Fíjate como lo dice) y os rodeáis de teas; andad a la luz de vuestro fuego, (¿a la luz de qué fuego dice que andamos? De nuestro fuego. Cuando las cosas no parecen tener sentido, cuando todo anda mal, no te apoyes en tu propia prudencia. Dios no quiere que tú salgas del problema con tu propio fuego. Sólo estamos tirando principios, porque esto es lo único que va a perdurar en los últimos días. Cuanto las cosas están malas, ¡No te pongas a inventar! Es que si yo hago esto, puedo vencer aquello y entonces me puedo evitar eso otro. Olvídalo; cuando salgas por allí, Dios te pone el problema más adelante. ¡Él quiere que cruces el problema!) De mi mano os vendrá esto; en dolor seréis sepultados.

O sea: cuando estamos en oscuridad, no te pongas a hacer fueguito con dos palitos. ¡Confía en la luz de Dios! Eso se llama perseverancia. Cuando hay confusión, tienes que seguir adelante por fe. Porque, hay veces que no hay milagro, hay veces que no hay espectáculo. Pero Dios está orquestando su plan eterno. Y Él no va a fallar, Él va a vencer.

(Hebreos 11: 15) = Pero si hubiesen estado pensando en aquella de donde salieron, ciertamente tenían tiempo de volver.

Hablando del pueblo de Egipto, al cruzar el Mar Rojo. Si se ponían a pensar de la gloria anterior, podrían haber vuelto a ella. Nunca medites en una gloria pasada, porque Dios siempre va de gloria en gloria. Ya está escrito: la gloria postrera, será mayor que la de ayer. ¡Claro que hay victoria adelante!

Es por eso que tú ves que cuando Cristo llega allá a la tierra de los gadarenos, donde expulsa los demonios, allí habitaba la tribu de Gad, que fue la que se rehusó a poseer la tierra, y se quedó afuera, y terminó criando cerdos, para sobrevivir. Por eso no querían que Jesús autorizara a esos demonios a irse a ese hato de cerdos. Porque sabían que los animalitos se autodestruirían, y ese era su sustento.

Pero resulta ser que eran judíos, y los cerdos van en contra de la ley judía. O sea que, por no poseer la tierra, tuvieron que hacer hasta lo que era contrario a Dios para sobrevivir. ¿Conclusión? Tenemos que poseer nuestra tierra, aunque nos cueste. Porque si nos negamos, de todas maneras nos va a costar muchísimo más.

Fíjate que, a veces, la liberación de Dios viene de forma extraña. ¿Cuántos se acuerdan de José? El carpintero, el padre adoptivo de Jesús. Cuando vienen a decirle: “Mira; eso que te está sucediendo a ti con esa mujer, no es un engaño; soy yo que está obrando”. ¿Ah, sí, eh? ¿A cuántos les gustaría ser José?

¿Cuántos de ustedes dirían alegremente: ¡Sí Señor! Yo te creo? Que tú te ausentes cinco meses de tu casa y. cuando regresas, viene tu esposa con alta panza y te dice: ¿Sabes qué, mi amor? ¡Esto es de Dios! Ehhh… ¿De quién? ¡De Dios! ¿A cuántos les gustaría ser José?

Qué forma extraña de liberar a toda la humanidad, ¿Verdad? Haciendo pasar por esa tremenda experiencia a un pobre hombre. Y no lo deja ahí, sino que de pronto sale y le dice que hay un loco que piensa matar a todos los niños, y que se tiene que ir a Egipto para salvar a su familia. ¿Qué me vaya a dónde? ¡A Egipto, pues! ¡Aquí cerquita, a la vuelta, nomás!

¡Pero es que allá están los árabes! ¡Y yo soy judío! ¿Cómo voy a ir a Egipto? ¿Y tú me dices que los tengo que proteger en Egipto, justamente? ¡Si ahí son todos enemigos míos! ¡Señor! ¿Cómo se te ocurre mandarme a la casa de mis enemigos para protegerme? Tranquilo: la sabiduría de Dios, es más grande que la nuestra.

Lo mandó, precisamente, donde jamás él pensaría ir, a casa del enemigo. Y lo dejó allí dos años, no fue un día. ¿Cuántos hubieran entendido que ese era Dios que estaba detrás del asunto? ¿LA lógica no les hubiera dicho lo contrario? ¿Hubieran obedecido? Dios siempre sabe lo que está haciendo. Es el hombre el que no sabe nada y encima discute y se enoja.

Te digo más; a veces estamos orando por algo y, cuando Dios contesta nuestra oración, no entendemos. ¿Se acuerdan de Pedro? Toda la iglesia orando: ¡Liberta a Pedro, en el nombre de Jesús! ¡Sácalo de la cárcel! ¡Creemos en tu poder, aleluya! En ese momento golpean la puerta del lugar donde ellos estaban. ¿Quién es? Pregunta uno. ¡Pedro! ¿Qué? ¡Imposible! ¡Estaban orando para que Dios liberte a Pedro, llega Pedro bien libre y le cierran la puerta en la cara!

Decídete, o crees o no crees. Dios dijo que todos los reinos de la tierra serán reinos de nuestro Dios. ¡Él es el que está estremeciendo, los cielos en lo divino, y la tierra en lo natural! ¡Él está estremeciendo todos los reinos, y nada va a mejorar! ¡Porque mientras todo se va hacia abajo, el estandarte de la iglesia se irá hacia arriba, para que la única solución salga del Monte de Sion!

Nadie tiene problemas en obedecer algunos principios bíblicos cuando las cosas andan de maravillas y nos regocijamos en medio de congresos, festivales, conferencias, clínicas, campañas y retiros, pero muchos comienzan a tenerlos cuando saben que deben obedecerlos en medio de crisis y locura ambiente.

Ver el doblo de lo que hay cuando no tenemos nada, es imposible en lo natural. Si se desata una tremenda crisis económica como se prevé, vamos a ver quién sigue creyendo en prosperidad. LA mayor prueba de la prosperidad, será en los últimos tiempos.

Porque cuando cristo está en el barco, se multiplican los panes, pero cuando él se va para el otro lado, llega la oscuridad. Pero los panes tienen que seguir multiplicándose. Porque ya te dio el principio, ahora tienes que vivirlo. Y vivirlo, créeme, tiene algunas diferencias notorias con declamarlo  desde una plataforma.

Ya estamos en tiempos en los que muchas personas siguen cantando canciones de victoria, pero lo hacen sólo por fe, porque en su interior están más que preocupados. ¡Gloria adiós por su fe! Pero no pueden esconder su preocupación. Puedes decir: ¡Dios está hablando! Pero dilo sólo si te identificas con lo que has escuchado.

Cristo comienza a ministrar cuando cumple treinta años. El sacerdote no podía ejercer su sacerdocio hasta no cumplir treinta años. Cuando Pablo comienza a hablar de sus experiencias y comienza a enumerarlas en la Biblia, da la casualidad que menciona a treinta incidentes que le acontecen en su vida. Son la edad de la madurez en el espíritu.

Dios te va a tener mar adentro, bogando en medio de la tormenta, hasta que aprendas a ser sacerdote en tu vida personal y hasta que seas maduro en el espíritu. Vemos que Dios tiene un propósito, porque en medio de la madurez de la iglesia es que Él va a enseñar la luz a las naciones.

Lo que Él quiere manifestar en los últimos días, no se puede manifestar a través de una iglesia que sólo viene en busca de los peces y los panes. Dios está por manifestarse en el planeta, y necesita una iglesia madura. Ojo: el maduro no es el que profetiza, tampoco es el que hace un devocional cada mañana, menos el que lleva cincuenta años viniendo al templo. El maduro es el que acepta sus responsabilidades.

(Mateo 14: 27) = Pero en seguida Jesús les habló, diciendo: ¡Tened ánimo, yo soy, no temáis!

(28) Entonces le respondió Pedro, y dijo: Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas. (Nunca te lances con especulaciones, espera una palabra rhema de Dios. Necesitas que Él te hable)

(Salmo 107: 24) = Ellos han visto la obra de Jehová, y sus maravillas en las profundidades.

(25) Porque habló, e hizo levantar un viento tempestuoso, que encrespa sus ondas. (Mira que fuertes que son los vientos)

(26) Suben a los cielos, (Mira que altos que andan los problemas) descienden a los abismos, (Hay tiempos en que verdaderamente pareciera que estás sepultado en la oscuridad) sus almas se derriten con el mal. (Así andan algunos)

(27) tiemblan y titubean como ebrios, (¡Señor! ¿Qué hago? ¡Pastor! ¿Qué hago? ¡Néstor! ¡Dame un consejo! Todo el mundo está en la misma) y toda su ciencia es inútil. (Tal cual; toda nuestra ciencia va a ser inutilizada delante de Dios. Él nos va a mantener allí hasta que nuestra ciencia sea inútil y fluyamos con el entendimiento de Él, sólo con el entendimiento de Él.)

(28) Entonces claman a Jehová en su angustia, y él los libra de sus aflicciones.

(29) Cambia la tempestad en sosiego, y se apaciguan sus ondas.

(30) Luego se alegran, porque se apaciguaron; y así los guía al puerto que deseaban.

Dios está buscando llevarte donde Él dijo que te iba a llevar y donde tú ibas a llegar. Pero el método lo elige él. Al método lo escoge él. Y nuestro único deber es total dependencia y confianza en el Dios de todos los dioses.

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noviembre 14, 2018 Néstor Martínez