Siete millones. Hay muchos países, pequeños en su geografía, pero a veces muy importantes en su economía o en su cultura, que tienen no mucho más de esa cantidad de habitantes. Siete millones. Una cifra que en sí misma no significa demasiado, sólo que durante toda esa cantidad acumulada y en cada uno de los casos, alguien, desconocido hasta allí, hizo un clic aquí y nos encontró. Como la persona de Santiago de los Caballeros, de República Dominicana, que fue la que marcó el ingreso Siete Millones.
Se encontró con nuestro material, con nuestro mensaje, con nuestra enseñanza. Y muchos de ellos, me consta, se encontraron también con nuestra esencia, y la adoptaron, la hicieron suya. Tiempo de Victoria ya dejó de ser desde hace mucho tiempo la idea aislada de una especie de Llanero Solitario, un Quijote, o un Kamikaze, para pasar a ser un punto de referencia de una clase de creyentes despojados de toda religiosidad, de todo ritualismo, de toda solemnidad y de todo espectáculo. Un lugar de reunión de fe en el todo, y no en un parcial.
Es obvio que de ninguna manera nos arrogamos ser los únicos, los mejores, ni los dueños de todas las verdades, ni mucho menos los grandes espirituales del siglo veintiuno. Apenas somos mujeres y hombres detrás de un destino que ya está trazado en un diseño antiguo, el mismo diseño que tantas veces les fue presentado en el Antiguo Testamento y no lo aceptaron, y que hizo que tuviera que entregar nada menos que a su Hijo Unigénito para que, al fin, el hombre le diera su aceptación y su confianza.
Ser creyentes no es un mérito, no es un distintivo social, no es un objetivo político, ni económico. Ser creyentes, para nosotros y para los siete millones de seres que durante estos años nos han visitado y se han nutrido en nuestras páginas, es apenas y nada menos que un estilo de vida diario. Un estilo de vida que, un día, le mostrará al mundo que, efectivamente, vivir como Dios quiere y nos propone, es más que posible y que no sólo tiene valor, sino también victoria.
Una victoria que no necesariamente redundará en mucha gente reunida en un determinado sitio, sino en una suma de mujeres y hombres que irán poblando, lenta pero progresivamente, aquel lugar que Jesús vino a decirnos a todos que se había acercado: El Reino de los Cielos. Ese es el único evangelio predicado. Y ese, recién entonces, será ese Tiempo de Victoria profetizado y activado hace ya tanto tiempo atrás. Hoy, apenas estamos en la ruta. ¡Vamos! Sigamos viajando, con mucho amor, entrega, consagración y cuidado de no dar vueltas en círculos; eso ya nos sucedió hace mucho tiempo, y será oportuno y conveniente haberlo aprendido y no repetirlo.
Y por si todo esto no fuera suficiente, déjame añadirte que, para los que gustan de la numerología bíblica, SIETE, siempre fue, es y seguirá siendo, el número divino, el número de Dios, el número de lo completo. Si esto tiene o no tiene que ver con esta celebración tan íntima, no lo sé. Pero mientras tanto, déjame que lo sueñe. Cuando el sueño es de victoria, ese sueño merece ser soñado.
Gracias por estar, acompañar, apoyar, aportar, orar, soportar, tener paciencia, misericordia y amor para con nuestros errores. Ese es tú mérito. El nuestro, el único, haber sido obedientes…SIEMPRE. Dios te bendiga…en todo. @
Néstor.-
Felicidades!!!! Bienvenido Santiago!!!
que bendición tan grande!!!!! me lleno de gozo después de leer esto y escuchar el último audio también. Dios nos sigue enseñando y uniendo. es maravilloso. Adelante hno Nestor y todos los hnos que estamos aquí cada día. pero Gloria a Dios X tan gran bendición! !!!!!. Cristina.
Es un gran Privilegio el estar en unidad y amor guiados por el Espiritu Santo del Señor quien es el que aporta el conducirnos y guiarnos a Toda VERDAD … Gracias Nestor Martinez y toda su familia por ser obedientes y cumplir con su Proposito … Les Bendigo hoy y siempre !!! …
Que bueno saber y vivir el obrar de Dios y que bueno «sentir» el cuerpo…este congregarnos , en lo humano:virtual, en Dios:espiritual, es maravilloso y el proceso de aprendizaje ha sido, es y será siempre enriquecedor….gracias a Dios por traernos hasta aquí y gracias amado hno Nestor por tu obediencia,saludos a tu flia y a vivir gozar y recoger en esta plenitud 7 de Dios…abrazo en Cristo amados hnos…Ismael y Miriam.
El privilegio de pertenecer a estos 7 millones,
Que bendición y como alguna ves los escribió Néstor Martinez, no es cuestión de casualidad , fue el Espíritu de Dios que nos guió a unirnos a este gran ministerio vivo llamado Iglesia.
Un abrazo para todos mis hermanos y un Año Nuevo 2020 con la unción , la gracia y la guían a del Espíritu para seguir creciendo.
Gracias Señor por reunirnos en este lugar!
Gracias Señor porque nos dejas oir tu voz también por boca de otros, y es consuelo y aliento para todos nosotros.
Gracias Señor porque nunca nos desamparaste y nunca nos desampararas.
Y gracias Señor porque la desamparada tendrá más hijos que la casada.
Feliz año nuevo hermanos
Que la bendición del Señor sobreabunde sobre su pueblo y sobre toda la tierra.
Pilar
Gloria a Dios!. Gracias hermano Néstor por permitirse ser vasija útil para el Reino; cuán bendecidos somos y sin duda este tiempo de victoria en el que estamos viviendo es apenas el comienzo de todo lo que está por venir. Bendecido año Iglesia, Dios tiene preparado lo mejor para nosotros, bendito es su Santo Nombre.