Estudios » Blog

Hora de Poner por Obra

005 - Hora de Poner por Obra

      (Deuteronomio 6: 25) = Y tendremos justicia cuando cuidemos de poner por obra todos estos mandamientos delante de Jehová nuestro Dios, como él nos ha mandado.

     Hace dos días te hablaba de un cambio de mensaje. ¿Estaba hablando de este ministerio, concretamente? Sí, pero no en soledad ni en individualismos, quizás bien intencionados pero carentes de resultados claros. Me refería a un cambio de mensaje en la globalidad discursiva de lo que hoy conocemos como la iglesia. Estamos conviviendo con un sistema perverso, lleno de estratagemas ideadas en el infierno que se está llevando a toda una sociedad a ese sitio de tormento y lamento. Y, lejos de combatir a ese sistema como expresión diabólica, en muchos lugares tal vez sinceros y fieles, no sólo se lo recibe y aprueba, sino que además se lo incorpora.

     El nuestro es un ministerio de revelaciones y enseñanzas, a partir de esas revelaciones. La respuesta más frecuente de aquellos que han encontrado en esta tierra lo que quizás andaban buscando desde hace mucho tiempo, es precisamente esa: glorificar al Señor por haberlos traído aquí y, conociendo mi resistencia a recibir gloria, adulación o mérito personal alguno por la tarea, darle toda la gloria al único que debe recibirla: nuestro Padre celestial. Veo en cada correo que recibo o comunicación de otra índole que concreto, que hay una maduración y un crecimiento en el conocimiento de muchos hermanos y eso, ministerialmente, me gratifica.

     Sin embargo, hay una duda que desde hace mucho tiempo gira en mi cerebro y que mi Señor se encarga de azuzar a cada día: ¿Cuánto se ha puesto por obra de manera práctica de lo que se ha aprendido en estas páginas o audios? Es tiempo de comenzar a cosechar la siembra. Es tiempo de que, si como creyentes nos pasamos el día contándole a todo el mundo que estamos llamados a ser distintos, (Eso es lo que se traduce como Santidad), comencemos a salir al mundo secular e incrédulo a mostrarles no ya con prodigios señales y milagros, (Salvo que nuestro Padre estime que se necesitan y los produzca), que verdaderamente los cristianos somos personas distintas.

     Escucha bien: para eso, no necesitamos más líder que el Buen Pastor del cual dependemos. Si es verdad que todos los que nos reunimos aquí tenemos en nuestro ser interior morando al mismo Espíritu Santo, es imposible que ese Espíritu nos pueda estar hablando, a distintas personas, distintos mensajes. Los hombres somos incoherentes muchas veces, pero Dios nunca. Necesitamos estrategias para llevarle al mundo secular no sólo lo que hemos aprendido de la Palabra durante todos estos años, sino el resultado práctico, concreto, contundente y a la vista de ese aprendizaje.

     ¿Crees tú estar preparado para ser sal de toda la tierra y luz que alumbre a los miles o millones que aún viven en la tiniebla? El trabajo misionero, ese tan romántico y lleno de incertidumbres, de viajes y aventuras, hoy tiene que dar paso a un misionero local, simple y sin tanta parafernalia. ¿Estás preparado para vivir tu vida actual de un modo que le resulte, por lo menos, novedoso a tu familia directa, a tus amigos y ex amigos, y en suma, al marco social en el cual te mueves a diario? Creo intuir tu respuesta, al menos en lo masivo; (En lo individual ya tuve algunas respuestas con el artículo anterior); Si así fuera, tendrás que volver a estos estudios, uno por uno, y plantearte la realidad de ponerlos por obra luego de haberlos aceptado como ungidos.

     El resultado de ese movimiento, no se verá reflejado en el crecimiento numérico de ningún salón especial y, mucho menos, en el prestigio, la fama y hasta el pasar económico de ningún hombre o mujer erigidos en líderes visibles. El resultado de ese mover, al menos el inmediato, será el de observar algunos cambios mínimos, pero cambios al fin, en nuestra sociedad circundante, y la posibilidad de que un futuro próximo traiga elementos precisos que posibiliten una esperanza que hoy está alicaída y deprimida. No sé si tus hijos, pero sí seguramente tus nietos te lo agradecerán. O, mejor, dicho, darán gracias a Dios por tu vida. ¿Crees que es poco?

Comentarios o consultas a tiempodevictoria@yahoo.com.ar

septiembre 12, 2018 Néstor Martínez