Leyendo trabajos de otros hombres y mujeres de Dios, me encontré con esto que escribió A.W.Tozer. Te lo comparto justamente en este día de Navidad, porque estimo que es el momento exacto para que analicemos qué clase de amor experimentamos y por quienes. Dios ES amor y nosotros imagen y semejanza suya, aunque a veces eso parece sólo una utopía o, en el peor de los casos, simples bravuconadas de hipocresía religiosa.
«El filósofo del siglo IXX, Soren Kierkegaard, dijo con mucha sapiencia que no hay nada en las Sagradas Escrituras en cuanto amar al hombre en cantidades masivas, sólo sobre amar al prójimo como a nosotros mismos´
Sin embargo, hay entre nosotros mucha evidencia de amor por la humanidad y poca evidencia de amor por el individuo.
La idea de amar a nuestro hermano es algo hermoso, siempre que no exija que lo pongamos en práctica con una persona en particular, porque en tal caso, se convierte en una molestia.
Muchos cristianos aman las misiones extranjeras, pero no pueden animarse a amar a los extranjeros que habitan en su propio país. Oran tiernamente por el hombre de color que vive en África, pero no lo soportan en su propio patio.
Aman a los chinos de Hong Kong y están dispuestos a dar con generosidad para enviar a alguien que los convierta, pero no intentan convertirlos nunca cuando están en una lavandería en la calle principal de su vecindario.
Le llevan una flor a su madre en el día de su cumpleaños, pero les parece demasiado inconveniente acogerla en el hogar de ellos, por lo que la llevan de un lugar a otro hasta que está tan enferma y cansada que al fin la pueden enviar a un hospital, o a un hogar de ancianos para esperar el día final.»
Ya lo sé; suena demasiado fuerte y hasta inapropiado para leer en un día que, justamente, contiene una celebración de amor y de familia. Pero créeme que a mí me conmovió y me llevó a reflexionar muy seriamente sobre mis propios comportamientos, así que por esa razón decidí compartirlo para que también aporte algo a los tuyos.
Lo vivi, lo experimenté en carne propia, hace un par de años , de parte de unos amigos creyentes,creyentes de mas de 20 años y amigos de igual tiempo. Fue un impacto brutal, no entendía, no eran las misnas personas que yo habia conocido, aun hoy dia, pienso a veces en ello, superada esa experiencia traumática gracias al Señor. Y que me hizo reflexionar en mi propia vida y en mi trato a los demas para abundar y sobreabundar en el amor ágape como decía Pablo, en el amor al prójimo, principalmente a la familia de la fe. La verdad doy gracias a Dios por esa experiencia, aprendí mucho, muchísimo de ella.
Y como colofón sucedió en la época de Navidad.
Podríamos pasar horas, compartiendo experiencias personales acerca de ese tema. ¿ quien no lo ha vivido ?..Es inherente a la naturaleza del alma caida. Es aconsejable leer (o volver a leer ) ese magnifico legado que nos ha dejado el E.S. a travès de Watchman Nee, “El hombre espiritual” que tan bien nos revela nuestra propia naturaleza humana en oposición a la nueva naturaleza en Cristo.
Romanos 7:21-25
“Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí. Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios; pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros. ¡Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte? Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente (aquí “noús”: “conocimiento”) sirvo (aquí “douleúo”: soy esclavo) a la ley de Dios, mas con la carne ( aquí “sarx”: naturaleza humana) a la ley del pecado.”
Lo estoy viviendo ahora me congrego en un lugar donde “el pastor” predica del amor y de la no acepción de personas y las dos cosas están muy lejos de él, no ama las ovejas sino solo a su familia y seres que el conoce desde la fundación de “la iglesia”.