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Crónica de una Muerte Anunciada

CRONICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA

     Tú sabes muy bien porque lo he dicho en muchas ocasiones, que no soy un cultor fiel de las llamadas redes sociales. No me opongo ni me opondré jamás a ninguna forma de progreso, sobre todo tecnológico, siempre y cuando eso mejore nuestras vidas, cosa que las redes no siempre persiguen o logran. Sin embargo, cada tanto llega algo como lo que vas a leer que, si eres un hijo de Dios deseoso de implantar Su justicia en la tierra, no podrá menos que interesarte.

     “Queridos amigos, lamento tener que comunicarles que ha fallecido nuestro gran amigo de toda la vida, el Sr. Sentido Común. Estuvo entre nosotros durante muchos años. Nadie sabe a ciencia cierta qué edad tenía, los datos sobre su nacimiento hace mucho que se han perdido entre los vericuetos de la vida y la burocracia. Será recordado por haber sabido cultivar lecciones tan valiosas como:

     Lo ético como principio básico.-  El orden y la limpieza.- La Integridad.- La puntualidad.- La responsabilidad.- El deseo de superación.- El respeto a las leyes y los reglamentos.-  El respeto por el derecho de los demás.-  Su amor al trabajo.- Su esfuerzos por ahorrar y gastar de acuerdo a las necesidades.-

     El Sr. Sentido Común vivió bajo dos simples y eficaces consignas: “No gastes más de lo que ganas”  y…  “Los adultos están a cargo, no los niños”. Don Sentido Común perdió terreno cuando los padres atacaron a los maestros sólo por hacer el trabajo de intentar disciplinar a sus ingobernables hijos, en el que ellos fracasaron; o cuando se confundieron los derechos humanos con no castigar la delincuencia, quitándole autoridad a la justicia y a los funcionarios de orden y seguridad. O cuando estos se corrompieron y se convirtieron en cómplices de los que debían juzgar y sentenciar.

     Don Sentido Común perdió el deseo de vivir cuando los medios de comunicación vendieron su pluma al mejor postor, perdiendo la ética y acallaron la verdad. La muerte de Don Sentido Común «fue  precedida» por: La de sus padres: Verdad y Conciencia.- La de su esposa: Prudencia.- La de su hija: Responsabilidad y la de su hijo: Raciocinio. Le sobreviven sus 3 hermanastros, llamados: Sólo reconozco mis derechos, Los demás tienen la culpa y Soy una víctima de la sociedad.

     En realidad no hubo mucha gente en su funeral, porque muy pocos se enteraron de que se había ido. Hubo varios, también, que se mostraron confundidos por la noticia, ya que ni siquiera lo conocían. Entre estos, muchos gobiernos, que no decretaron duelos ni homenajes por ser persona no conocida lo suficiente como para merecer ese honor.

     Si tú aún recuerdas a Don «Sentido Común», por favor ayuda a que otros lo recuerden. De lo contrario, únete a la mayoría y «no hagas nada». Es por esto mismo que los seres humanos se dividen generalmente en dos bandos: Los que aman y construyen  y  los que odian y destruyen.”

     No sé ni puedo averiguarlo si esto, en mi país, ha sido pensado y distribuido mediante las redes con alguna intencionalidad política o ideológica doméstica, podría ser que así sea. Sin embargo, como muchas verdades seculares, esta tiene absoluta base bíblica por lo que, como parte del Reino de Dios en la tierra, no podemos menos que adherir y difundir.

     Aunque estoy seguro que todos mis hermanos creyentes conocen al “fallecido” mencionado. Lo triste sería que alguno no supiera quién era y cuáles eran sus valores. Todos alguna vez repetimos esa sentencia que dice que El Sentido Común debería ser el más común de los sentidos…

     (Salmo 119: 66) = Enséñame buen sentido y sabiduría, porque tus mandamientos he creído.

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octubre 19, 2017 Néstor Martínez