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Espíritus  Engañadores Autorizados

Todos hemos leído, oído y aprendido respecto a la influencia que pueden ejercer en nosotros los llamados espíritus engañadores. Salimos a la calle con las armas mínimas indispensables como para enfrentarlos, confrontarlos y derrotarlos. Lo que no siempre hemos recibido como enseñanza, quizás porque desde el sitio magistral se formaba parte del error, fue de qué hacer y cómo hacerlo, cuando esa clase de espíritus logran infiltrarse en nuestras vidas, como producto y resultado de la autorización que se les ha dado para operar y moverse con autoridad.

Si tú no crees que eso haya sido posible, y si comienzas a desconfiar de mí por decir semejante cosa, te invito a escuchar el presente trabajo, que más que estudio es un informe, y luego, sin ninguna presión humana de nadie, deja que el Espíritu Santo te revele la verdad y puedas sacar tus propios conclusiones, hacer las oraciones que debas hacer y ser, de una vez por todas, verdaderamente libre en Cristo.

        (Levítico 19: 19) = Mis estatutos guardarás. No harás ayuntar tu ganado con animales de otra especie; tu campo no sembrarás con mezcla de semillas, y no te pondrás vestidos con mezcla de hilos. (Es más que curiosa esta directiva de Dios. ¿Por qué la haría? Esa es la intención de este trabajo, descubrirlo)

        (Jeremías 25: 20) = Y a toda la mezcla de naciones, a todos los reyes de tierra de Uz, y a todos los reyes de la tierra de Filistea, a Ascalón, a Gaza, a Ecrón y al remanente de Asdod.

        En el Reino de Dios, que es el Reino de la vida y de la luz, no existen las mezclas. En el Libro de los Proverbios, dice que Dios aborrece la mixtura; lo que se mezcla. ¿Cuántos entendemos que, lo que hemos leído en Levíticos 19, no necesariamente tiene que ver con animales o con semillas? Ni con tejidos. Sino que ahí se ve un diseño que expresa a un Dios que muestra cómo es Él, en todo. Cuando se observa al cúmulo de naciones, y especialmente a las iglesias que en ellas existen, se pueden descubrir riquezas que Dios ha depositado en esos lugares y también aprender algo. No siempre se concurre allí a enseñar, sino que en muchas ocasiones hay certeza de estar aprendiendo.

        Los americanos, (Sea del norte, del centro, o del sur) hemos nacido en un continente caracterizado por las mezclas. Por lo que se denomina como sincretismo. América Latina, o América en general, ha sido un continente que ha sido bombardeado por Europa por espacio de cientos de años. América Latina no ha sido colonizada; en su gran mayoría, ha sido conquistada. Esto, aquí sí, a diferencia de Norteamérica, que sí fue colonizada. O Brasil. Se nota a simple vista que aquellos países que fueron colonizados, son hoy países desarrollados, al menos en su comparación con los conquistados, que a todas luces vemos que son mucho más pobres.

        Sin embargo, en ambos casos, América fue sembrada en base a una mezcla. Hoy día tú puedes ver, en los libros de historia en el colegio, la mezcla de la cual estamos hablando. Tú vas a ver una mezcla, un sincretismo religioso, cultural, folklórico y aún idiomático. El norteño de mi país tiene una enorme similitud, tanto física como cultural e idiomática,  con poblaciones de países limítrofes. Eso sucede porque es un sitio de mezcla. Y eso se da por las relaciones. Aprende que la relación provoca mezcla. Jesús habló de que el Padre sembró el trigo, pero que vino el malo por la noche y sembró cizaña. Y dice que ambas crecieron juntas. Y Dios dice que nadie separe eso hasta que Él envíe a sus ángeles para realizar esa tarea.

        Eso nos demuestra que, hasta el regreso del Señor, aunque eso no nos guste sentirlo o pensarlo, vamos a ver diferentes tipos de mezclas aún en la iglesia. Es un poco complicado, pero es verdad. Recuerda lo que te he dicho muchas veces: no todo lo que sucede en una iglesia es de Dios. Es más; no todo lo que se mueve y respira dentro de un templo es hermano. Eso, muy por el contrario con la idea de reprimir o juzgar, nos tiene que enseñar a depender totalmente del Espíritu Santo en todo lo que hacemos. Hay enormes cantidades de personas reunidas en un lugar para escuchar la Palabra de Dios que, en pocos segundos, podría ser confundida y llevadas a una adoración falsa.

        ¿Y de dónde nace esa confusión? Nace de las raíces que uno tiene. Cada país suele tener alguna clase de ligadura cultural desde la cual Satanás buscará confundir. Hay algunos, por ejemplo, que tienen una enorme facilidad para entrar en el Espíritu de la alabanza, cuando ésta es manifestada mediante la música. El riesgo está en que así como entran rápidamente en un espíritu de alabanza, así también ese espíritu puede mutar y entrar en rítmicas más relacionadas con el umbanda o el vudú que con nuestra fe. Y eso me hace recordar que, cuando la Biblia describe a Satanás, lo describe como un ángel de luz. No describe a Satanás como ese muñeco de color rojo, con cola y un tridente que adornó todos nuestros dibujos de la infancia por una simple razón: Así no es Satanás.

        Eso podrá estar muy bonito para las caricaturas, pero lo cierto es que Satanás aparece y se manifiesta como un ser de luz. No te olvides que su nombre es Luzbel. Ese es el nombre que dios le dio, y significa “el que porta la luz”. Sin embargo, la luz que él tiene no es una luz propia, sino una luz que el Padre le dio en su origen, cuando él todavía no se había corrompido. Porque toda luz proviene de Dios. No te olvides que lo que Dios te da, no te lo quita, aunque tú niegues la fe. Lo que dios te ha dado un día, no te lo va a quitar porque tú luego hayas decidido ser infiel. Porque los dones que Dios da, son irrevocables. Si Él te preparó para que tú cantes un día, y vienes con tu cántico a las naciones pero te apartas del Señor, igual llegarás con tu cántico a las naciones, como fue el caso de Elvis Presley, por ejemplo.

        Entonces, cuando Luzbel se aparta del trono del Altísimo, la luz sigue en él, pero definitivamente, la luz que él tiene, es como la luz de la luna. Es una luz que no tiene la característica de ser propia, sino que depende de una luz mayor que ella. La luz de Dios. Ahora bien: cuando tú lo ves por primera vez en escena, en el libro de Génesis a Lucero, él aparece a Eva, y luego a Adán, y van a darse cuenta ustedes que el engaño que le pone a la mujer, no gira en torno a una mentira, sino en torno a una verdad a medias. ¿Cuántos saben que una verdad a medias, es igual a una mentira? Él no va y le dice que Dios no existe. Él no va y le dice que niegue a Dios. Tampoco les dice que lo traicionen. Sólo les dice. ¿Con que Dios te  ha dicho esto? ¿Sabes? Lo que Él quiso decir, realmente, es tal cosa.

        Él empieza a jugar con las palabras que Dios le había dado a Adán, de tal manera que Eva cae en una confusión, la oscuridad entra en ella, y peca. Nota que la manera en que él se presenta a Eva, no es de una oscuridad completa, no es para negar la palabra de Dios, sino para torcerla sutilmente de tal manera, que ella no se dé cuenta que está cayendo en un engaño. La Biblia describe a Satanás como el padre de mentiras. Las mentiras más terribles son aquellas que parecen verdades. De esas mentiras debemos cuidarnos, no de cualquier mentira. Esas verdades a medias, no esas que parecen mentiras, son básicamente las semillas malas que se van mezclando con las semillas buenas de Dios.

        Sí, es verdad, Dios ha dicho esto; pero… Tienes que entender que el hombre, que el corazón. Basta. La Biblia no está escrita para que sea interpretada. La Biblia está escrita para ser creída. En el momento en que nosotros osamos decir que esta palabra depende de la interpretación, tenemos un pequeño problema, porque yo te digo: ¿Quién tiene la autoridad para interpretarla? ¿Quién es esa persona? Dios no ha escrito su Biblia ni en secreto, ni en código, ni en clave. Él mismo dice: “Yo nunca hablé en secreto”. Lo que Él ha escrito en la Biblia, requiere de una sola cosa para poder ser tomada dentro de nosotros: requiere al Espíritu Santo. Si tú no tienes al Espíritu Santo, tú vas a leer cualquier cosa en la Biblia. Vas a entender lo que a tú mente se le antoje que tú entiendas, pero definitivamente no va a ser el mensaje correcto de Dios.

        No necesitas algo adicional. Lo único que necesitas es al Espíritu Santo. Satanás ha usado ese recurso que él tiene, que es la capacidad de mezclarse, la capacidad de decir algo a medias. Y la ha usado con tanta efectividad que, al pasar los años, se ha llevado tantísima gente al infierno, aun cuando esa gente entró a la iglesia y aceptó a Jesucristo como su Señor, supuestamente.

Lo que voy a decirte ahora, necesito que lo veas a la luz del Espíritu. Porque no todo el que me dice Señor, Señor, está conmigo. O estará conmigo. No es todo aquel que me dice, sino el que hace la voluntad de mi Padre. Muchos han aceptado a Jesús como quien acepta una promoción en el supermercado. De esas que cuando tú pasas, la jovencita te extiende una bandeja con un producto que tú puedes degustar, decir muchas gracias y seguir tu camino sin comprarlo de verdad.

        Pero la Biblia no dice que esas personas van a entrar al Reino de los Cielos. El mismo que dice en Romanos que debes creer con tu corazón y confesar con tu boca. El mismo que dice que debemos guardar la semilla que Dios nos ha dado hasta el final. El mismo que nos dice que no nos juntemos con ningún hechicero, ni fornicario, ni persona que diciéndose cristiano, hace tal o cual cosa. El mismo nos dice que no hemos recibido al espíritu del mundo, sino al Espíritu de adopción que nos hace decir ¡Abba Padre! El mismo nos dice que debemos ser, y somos, una simiente separada para Dios. No somos comunes, somos santos. Porque lo contrario de santo, no es inmundo. Lo contrario de santo, es común. Porque la palabra santo, en los originales, significa Separado. O sea: esto es separado y esto es común, de todos.

        Jesús dijo: ustedes están en el mundo, pero no son del mundo. Jesús dijo: el mundo nada tiene conmigo. Si ustedes fueran del mundo, el mundo los amaría. Pero por cuanto no son del mundo, el mundo los aborrecerá. Noten que lo que determina que el mundo nos aborrezca, es que nosotros no aceptamos la mezcla del mundo. El mundo se arrima feliz y te abraza a todos aquellos que creen que la semilla del mundo está en ellos. Pero cuando tú les dices que no es así, vas a tener un problema. Una de las cosas que el Señor está haciendo en este tiempo, es una reforma. Ha habido reformas y reformas. Pablo es el primer reformador. Pablo reforma la iglesia. Hasta antes de Pablo, por ejemplo, se asumía que sólo los judíos eran salvos. Y el primer conflicto que la iglesia tiene que enfrentar es ese: no el de los gentiles. ¿Pueden ellos ser salvos?

        La gran mayoría de los discípulos de apóstoles, decían que no. No habían entendido la instrucción de Hechos 1:8: Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra. Entonces van a verlo a Pedro resistiéndose  a ir a la casa de Cornelio a predicar el evangelio. Pablo es levantado por Dios para la primera reforma, y para decir: todo aquel que invoque el nombre del Señor, será salvo. La segunda reforma, viene a través de Lutero. Sin embargo, le hemos echado encima tantas cosas a la reforma de Lutero, que hemos perdido la capacidad crítica. La reforma de Lutero, fue un desastre. Ya sé que esto que digo tal vez no sea muy popular, pero quiero que entiendas lo que pasó realmente.

        El ícono más grande de la reforma de este monje alemán de 1517, fue poder rescatar un verdad que estaba escondida por tantas generaciones. Que lo único que es necesario para poder ser salvo, es la fe. Eso rescató. Sin embargo, Lutero no abandonó sus prácticas hasta que murió. Hubo una confusión tan grande, porque cuando él empieza a proclamar la reforma, es motivado por dos cosas: una de ellas, era definitivamente era el odio a la Iglesia Católica. Y debemos saber distinguir entre odiar a una institución y a aborrecer al espíritu que está detrás de la institución. No estamos aquí para odiar a nadie, pero sí estamos aquí para odiar lo que Dios odia.

        La segunda cosa, es que él era un hombre con paradigmas muy estrechos. Por ejemplo: los mismos luteranos, se encargarían de matar a los anabaptistas en grandes matanzas, sencillamente porque ellos creían que debían bautizarse en aguas sumergiéndose y los luteranos no. Y literalmente los mataron. Masacres íntegras de gente que murió con el pregón y el estandarte de la reforma. ¿Entonces qué pasa? Cuando tú hoy día viajas a Europa, y ves una Europa abierta al homosexualismo, una Europa abierta a la Nueva Era, es la consecuencia del proceso llamado de la cristianización. ¿Y qué es cristianizar algo? Es hacer de un movimiento de fe, un establecimiento político de gobierno, que no convierte a la gente, sino que impone una estructura.

        Entonces, Europa fue cristianizada, pero el evangelio no penetró al corazón de la gente, sino que penetró a la mente de la gente. De allí que los luteranos son los primeros en autorizar el matrimonio de los homosexuales, por ejemplo en Amsterdam. Los países que fueron pregoneros y supuestamente llenos del evangelio, allá en el fondo, lo único que hicieron fue endurecer su corazón y abrir sus mentes a cosas que  no correspondían. Nota que allí es donde aparecen pensamientos como el de la ilustración, pensamientos de reforma en contra del cristianismo, por todo lo que el cristianismo había hecho. Se prohibió esto, se prohibió aquello y Europa cayó en una tremenda y terrible estructura. Lutero no logra grandes cosas. Y es casi inútil enviar misioneros allá, porque la gente de Europa, lamentablemente, cree que ya conoce el evangelio. Pero ese tipo de evangelio no ha sido suficiente para satisfacer sus necesidades.

        Eso me recuerda cuando Pablo habla acerca del bautismo del Espíritu Santo, y sus oyentes le dicen: ¿Cómo dices? ¡No hemos escuchado nunca hablar de esto! Les ocurre a muchos hermanos que conozco en algunos de estos países importantes de Europa. No pueden dar nada de lo que tienen porque los propios pastores de aquellas iglesias se lo impiden, asegurando que ellos ya le han enseñado a ese pueblo todo lo que necesitan saber.

El estado externo de ese pueblo no deja ninguna duda de su estado interior. Esa supuesta reforma, entonces, fue inconsistente e insuficiente. La tercera reforma se ha dado en los últimos veinte años. Es una reforma que busca, preponderantemente, tres cosas que son vitales. Es bueno que tú las conozcas. La primera, es volver al diseño original de la iglesia. Entonces empezamos a hablar de los cinco ministerios. Seguro que si tú conocías a Jesucristo hace veinte años, a todos en la iglesia les decían “pastor”. ¿Cuántos entendemos que en la iglesia hay algo más que un ministerio?

        ¿Cuántos vemos en la Biblia que Jesús no habla solamente de pastores? Es más: si tú buscas en la Biblia, no vas a encontrar a ni una sola persona a la que se la llame “pastor”. La tercera reforma apostólica, viene a decir esto: hermanos: hay más de un ministerio. Hay apóstoles, hay profetas, hay evangelistas, hay pastores y hay maestros. No sólo eso, hay un gobierno para fuera de la iglesia, que tienen el llamado para regir las naciones.

Y hay un gobierno para adentro de la iglesia, que son los que tienen un llamado sacerdotal. Eso significa que servir al Señor, no significa ser pastor a tiempo completo. Uno puede servir al Señor y ser banquero, puede ser arquitecto, puede ser enfermera y estar sirviendo al Señor. Ya se ha roto la estructura de que tengo un trabajo secular. Yo trabajo a medio tiempo. Ah, ¿Él es portero? Entonces está sirviendo al Señor.

        Ese esquema ha caído, porque la reforma está enseñando algo. Allá donde estamos, es allá donde servimos al Señor. No todos estamos llamados a predicar en un púlpito, pero ciertamente todos estamos llamados a manifestar las verdades de Dios a las naciones en el sitio en el que estamos. Entonces, la reforma de la que te estoy hablando, lo primero que está haciendo, es volver a poner el diseño de Dios sobre su iglesia. L segunda cosa que está haciendo, es devolverle el sacerdocio a la gente. Aun dentro de la iglesia evangélica. Porque culturalmente, antes era el cura o sacerdote católico, hoy es el pastor. Un clero con ciertos y notorios privilegios, dueños de una autoridad y una posición a veces demasiado elevada. No digo que no tenga autoridad o posición, pero créeme que si es genuino, esa autoridad y posición están por debajo de la gente, no por encima.

        ¿Qué es lo que entonces se le ha enseñado a la gente? Se le ha enseñado a depender del pastor, se le ha enseñado a que no sabe tomar decisiones, tiene que venir para que se le ore, para que lo ministre, para que lo sane, para que lo bendiga, para que vaya a la casa y le bendiga también la casa, ¿Y todo por qué? Porque él es sólo una triste oveja. Y sólo soy una oveja, el pastor tiene que orar por mí, tiene que orar para que me sane, tiene que orar por mi negocio, el pastor tiene que ministrarme liberación, yo no puedo sacarme los demonios solo, y tantos, tantos, tantos episodios más que seguramente tú conoces mejor que yo. ¿Sabes qué? Eso no es un problema de la gente, no es culpa del pueblo; es responsabilidad plena de un sistema que han hecho crecer sobre una estructura de dependencia al hombre más que  Dios.

        Entonces, lo que hoy estamos viviendo es una reforma, donde le estamos diciendo a la gente: ¡Un momento! Todos hemos sido llamados a ser reyes y sacerdotes, todos ministros competentes para ministrarnos unos a otros, no algunos a muchos. Si eso se hubiera enseñado como correspondía, hoy serían muchos los hermanos que tendrían muy claro que son sacerdotes vitales, esencialmente de sus propias casas y familias.

Es el tiempo en que se le está devolviendo la iglesia a sus legítimos dueños: la gente, no los ministros representantes de ningún clero. ¿Está bueno? ¡Claro que está bueno! Déjame a mí recibir esos correos habituales donde me tratan de cualquier cosa por decirlo, mientras me demuestran una ignorancia de la palabra que no sólo me preocupa, sino que casi me espanta. Porque veo detrás de esos correos, a muchos líderes. Y si así son los líderes, ¿Qué quedará para el creyente raso?

        Cristo dio su sangre por eso, y bajo esa óptica tú puedes predicar, y puedes orar y puedes moverte en la dimensión que Dios quiere que te muevas. La tercera cosa que se está reformando, es el volver a la dependencia al Espíritu Santo. Por años, la iglesia se ha levantado sobre estructuras humanas, y quiero explicar bien a qué me refiero. Todos los pastores que en su momento fueron levantados para establecer la iglesia, fueron levantados, lamentablemente, con pensamientos de hombre. Y te lo quiero decir lo más claro posible, para que no me malinterpretes. Todos los que alguna vez han transitado las aulas de afamados universidades, institutos o seminarios bíblicos, saben perfectamente que muchos de los catedráticos en teología que fueron sus profesores, ni siquiera eran cristianos. Hoy día lo puedes ver.

        La teología, si bien es una herramienta útil, contiene en su bagaje informativo una gran cantidad de elementos que no son de Dios. Lo básico: cuando tú quieres estudiar en un seminario bíblico, una de las materias básicas que vas a aprender, se llama Hermenéutica. La Hermenéutica, es una materia que te enseña cómo interpretar la Biblia. Hermenéutica lleva ese nombre en honor al dios Hermes. Hermes, era el mensajero de los dioses.

O sea que tú entras a estudiar la Biblia, y le pides a Hermes que te enseñe a traducirla, mira el engaño. ¡Tremendo! O sea que tú te metes allí porque estás buscando más de Dios porque crees tener un llamado al ministerio, y lo primero que hacen para “capacitarte”, es meterte a Hermes en la cabeza. Entonces, ¿Qué hace Hermes? Hermes, lo que hace es mostrarte que lo sobrenatural de Dios que está escrito acá, debe ser interpretado. Que no es exactamente así, sino que la Biblia quiso decir esto, aquello o lo otro.

        De tal forma, que nuestra manera de ver a Dios va cambiando a tal punto de ver lo celestial convirtiéndose en algo terrenal, coherente y lógico de ser aprendido como parte de la historia del cristianismo. Entonces es cuando Dios, para estas personas, pasa a convertirse en algo terrenal. ¿Un ejemplo que me resulta cercano por haber estado durante mucho tiempo bajo su esfera? La democracia. Un invento griego. “¡Hermanos, tenemos elección de diáconos! Quienes quieran que el hermano Panchito sea diácono que levanten su mano”. Democracia. Modelo de hombre. Modelo demoníaco, modelo de Grecia. ¿Adónde han visto que se escoja por democracia en la Biblia? Y luego que nosotros hemos votado para levantar a esos hermanos, ahora vamos a orar para que Dios los bendiga. Mezcla. Y además, como decimos en Argentina, caradurismo, que viene de cara dura. ¡Si ya elegimos a esos hombres nosotros! ¿Ahora vamos a pedirle opinión a Dios, con el hecho consumado?

        Y después ni quieras saber todos los movimientos políticos que se mueven detrás de cada elección para cargos o posiciones en la iglesia, incluida la de muchos pastores, supuestamente llamados por Dios al ministerio. Increíble. No porque no ocurra a menudo, tú sabes que sí, y que incluso sigue sucediendo en muchos lugares del planeta. Digo que es increíble que a eso se le pueda llamar “casa del Señor”, y que se le pida a Dios que bendiga eso.

Gente incapacitada, gente indocta, pero mucho más grave: gente que en muchos casos ni siquiera tiene al Espíritu de Dios en sus vidas. Gente que Dios te libre de que nunca oren por ti y mucho menos que te impongan sus manos, para que no tengamos luego que ayudarte a recibir liberación de insectos no santos transferidos en ceremonias supuestamente santas. Yo he crecido en una iglesia así, ya lo sabías. Así que no estoy hablando de lo que me contaron las malas lenguas.

        Sucede lo mismo con la música. ¡Todo es de Dios, hermanos! Sí, pero no todo honra y glorifica a Dios. Satanás también provino de Dios. No mezclarás las semillas. ¡Es que Dios nos ha dado toda la música, hermano! Aquí debo aclararte debidamente algo muy importante: hay música de Dios, música de hombre y música del diablo. Definitivamente, yo creo que un hermano puede cantarle a la persona que está en frente en el ritmo y el estilo que quiera, pero meter eso al santuario tiene una enorme diferencia.

 No creo que sea posible que Dios nos acepte cualquier tipo de semilla en su presencia. Yo creo que toda la música de todas las naciones debe cantar de las grandezas de Dios. Yo creo que toda la música y todos los ritmos deben proclamar que Jesucristo es la única respuesta. Aunque creo, que más que la música o un ritmo, lo que proclama la verdad de Dios, es el Espíritu de Dios que está en los que tocan, los que cantan o los que danzan, y que son los que provocan que la gente vea algo nuevo.

        Estamos en un tiempo de reforma, y la única manera en que tú puedas desechar lo viejo de Dios, es cuando aparece lo nuevo de Dios. Si tú estás con unos zapatos sucios y no te das cuenta, y a tu lado se para un hermano con sus zapatitos bien lustrados, allí es donde te das cuenta que porquería que están los tuyos. Pero en tanto tú no veas un par de zapatos lustrosos o brillantes, tú sigues pensando que los tuyos están bien buenos. La mezcla, es algo que está en el corazón del hombre. Tenemos una tendencia por naturaleza a la mezcla. Uno de los mejores ejemplos que he oído es el que tiene que ver con la famosa estrella de David. Debo decirte que la tan publicitada estrella de David, no es ninguna estrella de David, sino un símbolo satánico terrible.

        Hubo una profunda investigación al respecto desarrollada por hermanos que andan específicamente en esos asuntos de cartografías espirituales e intercesión profética, y ellos dicen que en su momento consultaron a diferentes autoridades de la religión judía. Cientos de rabinos declararon no tener idea ni conocimiento de dónde provenía la tan famosa estrella, ese conocido hexagrama. Muchas iglesias muestran enormes banderas con ella impresa en el centro. Son muchas, también, las iglesias cristianas que realizan un culto al pueblo judío que no es de Dios. ¿Cuántos saben que debemos orar por Israel? Amén, pero no entender que los hebreos sean mayores que tú. Ellos pueden ser nuestros hermanos en la fe, si aceptan lo que deben aceptar, y punto. “Es que nosotros somos la planta original y ustedes son los injertados”. No importa.

        Pero lee como continua. Ah, pero ustedes han venido a ser. El problema de la mezcla, y ese es un poco el corazón de la gente, es que nosotros empezamos a juzgar al hombre. “acá estamos, queremos que el hermano pase al frente. Él es judío y acaba de recibir a Jesús”. Entonces, toda la iglesia: ¡¡Ohh!! ¡Judío mesiánico! ¿Y por qué no argentino mesiánico, o mexicano mesiánico, o chileno mesiánico? ¿No somos todos iguales? Entonces lo hacen subir a la plataforma y le dicen que el clamor de Dios es que su pueblo se salve. ¡Dios quiere que todos se salven, no solamente el pueblo de Israel! Hay un engaño en este tiempo. Se ha levantado un impresionante movimiento judaizante en la iglesia evangélica. A tal punto, que hay iglesias que están sacrificando corderos en sus cultos.

        Les están cambiando los nombres a la gente porque los que tienen, (O tenemos), son nombres griegos, o romanos, y son paganos. Te tienes que llamar con los legendarios nombres que leemos en la Biblia. Se está volviendo al ritual de la práctica judía, se está circuncidando a los hombres, ya no dicen Jesús, dicen Jeshúa. Porque el nombre poderoso es Jeshúa, no Jesús. La Biblia en ninguna parte nos enseña eso. El nombre sobre todo nombre es el nombre de Jesús el Señor.
Sea Jesús, sea Jeshua o como se le llame en tu idioma. Estamos hablando de la misma persona, y el poder no está en el nombre, está en la persona. Es la persona la que tiene el poder, no el nombre terrenal que tiene la persona.

        Este movimiento está llenando las naciones, ustedes no tienen idea. Pastores que están viajando a Israel y están siendo entrenados allá por rabinos, en la correcta interpretación de la Biblia. ¿Y saben qué aprenden? ¡Cábala! Se les enseña cábala. ¿Y qué es la cábala? La cábala es el satanismo de los números que los judíos crean a partir del año doscientos después de Cristo. Ellos describen en base a diseños. Ahí está el código secreto en la Biblia, boom de librerías, ¿Qué es eso? ¡¡Cábala!! El poder de la letra. El poder de esto. ¿Cómo compuso David sus salmos? ¡Fácil! Él tenía un arpa con veintidós cuerdas, que la ponía en la ventana y el viento venía y las hacía sonar, se producía una melodía y David sólo le ponía la letra. ¡Cábala! Mitología. Creencias ridículas.

        Ya Jesús censuró a ese pueblo, cuando les dijo: ustedes están siguiendo tradiciones de hombres, están invalidando mi palabra por sus costumbres. Según estadísticas, mi país y Brasil son los más penetrados por estos movimientos. Lo mismo par danzar. Tiene que ser música judía, como era en aquel tiempo. Hermanos: no podemos retornar a Gálatas. ¿Cómo puede ser que habiendo comenzado por el Espíritu, vayamos ahora a terminar en la carne? El símbolo de la estrella de David, aparentemente se introduce a Israel, bajo el gobierno de Salomón, cuando Salomón se casa con mujeres paganas. No te olvides que Salomón se casó con un montón de mujeres paganas, a las cuales Salomón les permitió edificar templos y altares dedicados a sus dioses paganos. Es por eso que Salomón se corrompe, y es ahí, aparentemente, donde introducen este hexagrama.

        ¿Por qué? Porque si tú viajas al Tibet, vas a encontrar la estrella de David en la frente de los Budas. Porque si tú vas a mezquitas de Egipto, vas a encontrar la estrella de David entre los adoradores del fuego, Zaratustra y su grupo. El símbolo era utilizado como un símbolo mágico desde la antigüedad, por la combinación de dos figuras geométricas. Uno de los más grandes satanistas, fue Aristóteles. Aristóteles y Platón inventan lo que hoy se llama la Geometría. L Geometría viene de Geus, tierra, metros, medida de la tierra. Y se les enseña a calcular, en base a fórmulas, las dimensiones mágicas de la tierra. Ese fue el origen de todo esto. ¿Quién de nosotros no ha aprendido geometría en el colegio? Todos. La cábala que aparece dentro de los judíos, es una mezcla de geometría, invocando espíritus en medio.

        Hitler, que era un satanista de muy alto rango, recibe dos diseños: uno era la esvástica, o la estrella de destrucción y el otro, la estrella de David, o el hexagrama, de seis puntas. Él, saca ese símbolo, de una religión que se llama el Bon-po. El Bon-po, es el satanismo tibetano. Así como para los cristianos están los satanistas, para los tibetanos está el Bon-po. El Bon-po es el lado oscuro de la religión tibetana. Ellos le dan el diseño de la estrella de seis puntas, para que esos dos triángulos, invoquen poderes. Que las potestades celestiales, el triángulo que tiene la base más larga, arriba, que las potestades celestiales, caigan. Y que las potestades infernales, suban. Eso simboliza los dos triángulos cruzados.

        Y él hace coser ese símbolo en las mangas de los sacos de todos los hebreos en los ghetos. Él impone la estrella de David en las pecheras. Lo hace coser, lo hace pintar en los negocios. El identifica pero también maldice a Israel con esa señal. Y tiene una instrucción para instaurar un gobierno de muerte sobre Europa, debiendo matar seis millones, seiscientos sesenta y seis mil judíos, cosa que casi consigue. Él iba a anticipar el reinado del anticristo. Él no era el anticristo, pero estaba anticipando esto para que mayor mortandad ocurriera, y para que la gran cosecha profetizada no se diera. Ese era el objetivo. Él no quiso matar solamente judíos. No te olvides que lo primero que hace es meterlos en ghetos. Eran zonas amuralladas donde los mandaron a vivir.

        Si él los hubiera querido matar allí mismo, con unas pocas bombas en esos lugares lo hubiera con seguido sin riesgos, pero no; él mandó a construir los campos de concentración. Y distribuyó los crematorios aquí y allá con matemática precisión y orden. Un diseño infernal, para que fueran muriendo ceremonialmente los hebreos. Cuando la nación de Israel se independiza, el 14 de Mayo de 1948, la nación hebrea con Ben Gurión, a modo de respuesta, y en un engaño, en un juego mental, una sutileza del diablo, dijeron: “¡Ah! ¿Nos quisieron matar con este símbolo? ¡Ahora este símbolo nos representará! Y ellos mismos se ataron a una tremenda maldición. Cada vez que un hermano, en alguna iglesia, levanta una bandera con la estrella de David, (Levantar una bandera significa decir: “Esto yo creo, esto yo declaro”) está aceptando que el pueblo de Israel debe ser destruido. Es hora que lo sepas. Alguien te lo tenía que decir, discúlpame.

        Hay mucho más investigación seria sobre esto, pero no es nuestro tema central. La mezcla es peligrosa, ya lo estamos viendo. Por las dudas, no te cuelgues nada al cuello que no haya pasado antes por los ojos del Espíritu. No lleves a tu casa nada que no pase por los ojos del Espíritu. ¿Por qué tantas iglesias se han opuesto a la guerra espiritual? Porque es a través de la guerra espiritual que identificas a tu enemigo. ¿Qué decíamos? ¡Pero no, el diablo ya está vencido! ¡Jesús lo venció! ¡No hables del diablo! ¡Mejor hablemos de Dios!

Y con ese Jesús que había vencido y el diablo que estaba derrotado, la gente seguía en problemas de todos los colores y en todas las facetas y áreas de sus vidas. ¿Y así íbamos a salir al mundo a decirle que Cristo es la victoria? ¿La estábamos mostrando en nuestras vidas? El mundo será incrédulo, impío, pagano y pecador, de acuerdo. Pero no es tonto. Si ve algo que lo impacta, se impacta. Pero con discurso no se impacta más.

        La guerra espiritual está muy lejos de ser una moda pentecostal en la que pueden participar aquellos que gustan de las emociones fuertes. La guerra espiritual es una realidad cotidiana en contra de la cual muchísimos hermanos ignorantes por falta total de enseñanza, están perdiendo a diario dinero, salud, sentimientos y todo lo que el infierno toca y corrompe cuando nadie se le enfrenta. La guerra espiritual ha sido un factor casi de división dentro de las iglesias, ya que ciertos teólogos la rechazan y la desestiman. Son curiosamente los mismos que sí aceptan la hermenéutica, que sí aceptan escuchar lo que Grecia tiene para decirles y no entienden que es al Espíritu Santo al único que debemos escuchar, aceptar y obedecer.

        Tenemos que aprender a utilizar las armas que Dios nos ha dado. No es un asunto de doctrina, es un asunto de supervivencia. Hasta qué punto esto tiene un calibre espiritual que, los mismos que no aceptan ni quieren saber nada de guerra espiritual, meten las peñas folklóricas con todos sus sincretismos paganos, incluyendo hasta la Pachamama adentro de las iglesias, andan por los púlpitos pidiendo dinero de manera mundana y casi despreciable. Los mismos que dicen “aquí nadie va a hablar en lenguas”, son los que permiten que dentro de los templos se organicen rifas o tómbolas con el barniz religioso de recolectar fondos para la obra.

 No podemos rechazar las cosas que bíblicamente son de Dios y permitir abusos de manipulación de emociones o politiquería religiosa de muy bajo nivel con la única finalidad de acceder a cargos o posiciones de privilegio. Líderes y hasta pastores que han sido sacados de sus funciones casi a escondidas con el cuento de que el Señor los movió ministerialmente, cuando en realidad cayeron en adulterio y el resto de la iglesia asumió ocultarlo y ser cómplices para que nadie se entere. Dios aborrece eso, ¿Nadie lo enseñó nunca?

        Dios es un Dios íntegro, Él no se anda con vueltas. Los hombres podrán mezclarlo todo si eso supuestamente les conviene, pero lo que no pueden hacer es pensar que Dios los va a respaldar en esas mezclas extrañas y nocivas. Tú no puedes amar a Dios y a las riquezas, eso ha sido dicho y es real. Con el discurso de que un hijo del rey debe vestir bien y vivir como rey, han esquilmado a muchos pobres necesitados que fueron a buscar ayuda y perdieron hasta propiedades por causa de estar sujetos a.

 Tenemos que aprender que Dios unge a los que están plantados en su tierra, no con un pie aquí y el otro allá. Esa unción que Dios te da, te va a costar un precio. Dios unge a sus profetas, que son los radicales. No los que andan señalando con el dedo a todo el mundo al grito de “¡Eso es pecado, eso es pecado!”, sino esa gente que es íntegra en su manera de pensar, que no acepta las mezclas dentro de sus casas o dentro de sus vidas, gente recta delante de Dios.

        El problema de nuestros días es que tenemos un cristianismo que no impacta a nadie, porque es un cristianismo que se negocia. ¿Lo has visto con tus propios ojos, no es cierto? Para todo tamaño, para todo bolsillo. ¡¡Todos son bienvenidos a la casa de Dios!! No, no es cierto. Mira lo que dice el Salmo 15.

        (Salmo 15: 1) = Jehová, ¿Quién habitará en tu tabernáculo? ¿Quién morará en tu monte santo?

        (2) El que anda en integridad y hace justicia, y habla verdad en su corazón.

        (3) El que no calumnia con su lengua, ni hace mal a su prójimo, ni admite reproche alguno contra su vecino.

        (4) Aquel a cuyos ojos el vil es menospreciado, pero honra a los que temen a Jehová. El que aun jurando en daño suyo, no por eso cambia; (5) quien su dinero no dio a usura, ni contra el inocente admitió cohecho. El que hace estas cosas, no resbalará jamás.

        No sólo este, también mira lo que dice el salmo 25, que es muy largo para citártelo completo. Pero mira lo que dice: ¿Quién entrará en la casa de Dios? El limpio de manos, el de corazón puro, que no ha levantado su boca al engaño, ni ha jurado en vano. Ellos son bienvenidos a la casa de Dios, no aquella persona que, conociendo la verdad, quiere seguir en su inmundicia y en su mal. Esa persona no es bienvenida. Hasta que el Señor no lo cale en lo más profundo de su corazón y reconozca su necesidad de Dios, no podrá ser bienvenido al seno de su pueblo. No estamos acá para escuchar a los hombres, queremos al Espíritu de Dios viviendo en nuestra vida. Y cada uno sabe cuánto de Dios tiene. La Biblia dice que el pueblo del Señor es destruido porque le falta conocimiento. Y ciertamente es exactamente eso lo que estamos viendo.

        Estamos orando por una generación de gente joven que no haya sido corrompida por la política cristiana religiosa. Por esa máscara que venden en cada hall de ingreso a un templo.
“¡Hermano, como está!” Y tú lo miras y te preguntas: ¿Qué hace este tipo acá? Estamos orando por gente íntegra, de una sola imagen, que tú sepas que cuando está, está, y que cuando dice que no está, es porque no está. No a medias, ni tampoco esa gente que está para aparentar. La Biblia dice que Él está buscando gente que tenga un solo corazón. Porque el hombre de doble ánimo, e inconstante en todos sus caminos. No te puedo almibarar el evangelio. Sería muy fácil decirte ¡Ven! Y que tú me digas: “¡Es que estoy en fornicación!” – ¡No importa! El Señor ya te va a tratar. ¡Es que estoy en esto otro! ¡No importa, ven!

        Mi hermano, el evangelio no está para eso. El evangelio dice lo que es, te guste o no te guste, calce como calce o te llegue como te llegue. La verdad de Dios es para eso. No está para destruir, está para pregonar la verdad. Y para que todos los que la encuentren sean definitivamente libres. Busca la sabiduría, y no la sueltes. Gran parte de la iglesia, en este tiempo, son niños. Y son niños porque han caído en la maldición de Esaú. ¿Y cuál es la maldición de Esaú? Rechazar su primogenitura. Vendió lo que le significaba la bendición de Dios, por un plato de comida. Las lentejas que el mundo te ofrece. ¡Si pones unos pesos todo se arregla enseguida! Ese es el plato de lentejas que el mundo te ofrece. Dale una ofrenda de amor a tu empleado, no lo tengas con salario en blanco. Pasa el semáforo en rojo, somos amigos del juez. ¿Sabes? Hay gente que ama su primogenitura y dice: ¡De ninguna manera haré nada de eso!

        El problema de Esaú fue luego que fue llamado profano. En la carta a los Hebreos se lo llama profano. ¿Y qué significa profano? Viene de una palabra hebrea que significa: “el que habita fuera del templo” Y no son pocos los hermanos que habitan fuera del templo. Y ya sabes que no estoy hablando en términos literales. Son gente que está en esas condiciones no porque Dios los haya querido sacar, sino porque ellos han hecho a un lado la primogenitura.

 La palabra del Reino, en días como los actuales, donde se ha podido ver hasta el ordenamiento de pastores homosexuales, se hace más urgente que nunca. Gente que esté dispuesta a vivir y a predicar una palabra: santidad al Señor. No hay otra forma de poder caminar la vida de Dios, si no es con santidad. No hay forma de decirle al pecado que es bueno, aunque la palabra dice que en los últimos días será exactamente eso lo que se hará. A lo bueno se le dirá malo, y a lo malo, bueno.

        Esos días están presentes. No digo que están por llegar, ya están aquí. Observa: en todo el planeta hay una fuerte unidad encaminada al respeto, -por ejemplo- de lo que se denomina como “las minorías sexuales”, tú me entiendes. Y eso también se cumple a rajatabla en países en donde no se respetan del mismo modo los derechos de los cristianos a profesar libremente su culto. Cristianos apaleados y presos y una franja social de muy dudosa moralidad no sólo libre, sino con acceso a estamentos de poder. Dime ahora quien supones que escribe estos argumentos. Argumentos, asombrosamente, que cuentan con la adhesión de muchas iglesias que, con esos gestos inconscientes e incoherentes con su fe, pretenden resultar simpáticas a su medio ambiente y, de ese modo, poder captar más miembros. Negocio. Y turbio.

        Necesitamos gente que no se deje corromper. Necesitamos gente limpia. Necesitamos gente sin mezclas extrañas. Aborrece todo eso, iglesia. No te contentes apenas con un poco de bendición. Si Dios va a ser tu socio en los negocios del Reino, tú vas a tener que acostumbrarte a moverte en sintonía con Él y no con el resto del planeta. Es tiempo de que se levanten los José y los Daniel, gente que no se corrompa y que sepa decir: “¡Yo no me arrodillo ante esa imagen porque yo sé en quién he creído!”. Mira, su todavía no puedes verlo, el ejemplo de los niños. Cuando María, la madre de Moisés, agarra al pequeño y lo va a poner en la canastita en la cual luego sobreviviría, y va a dejar que el río se lo lleve, ella sabe perfectamente que quizás no volverá a verlo jamás. Entonces ella hace algo: calafatea la canasta.

        ¿Sabes qué es eso? Es hacerla impermeable. No dice: “Moisés, te voy a hacer impermeable del mundo, para que el mundo no pueda contaminarte”. Lo que ella hace, es algo profético; hace que la canasta sea impermeable, que aunque estaba en el agua, el agua no entre en la canasta. Y moisés, toda su vida, va a ser un hombre que no se va a apartar de las enseñanzas de su madre, aunque apenas él era un bebé cuando fue puesto en el agua.

Hoy día, los niños que vemos en las iglesias, y que vienen de familias recién entradas al evangelio, necesitan mucho del Señor, porque han sido dejados crecer en mezclas, o en colegios cristianos que tienen mezcla, educación cristiana que tiene mezcla, y te das cuenta por su forma de conducirse. No aman al Señor, no aman la alabanza, no aman la palabra. Todo tiene un tiempo. Es muy triste tratar de enseñarle verdades a alguien que ya no te oye porque tiene sus propias verdades.

        ¡Es que este niño es muy inquieto, no obedece! Eso se llama rebeldía. Y rebeldía, en los originales bíblicos, significa hechicería. Su problema de inquietud, ¿Sabes qué es? ¡Brujería! Samuel dice: como pecado de adivinación es la rebeldía. Un niño que no es obediente, ha caído en las redes de la hechicería. No hay término medio. “Y sí; tiene amiguitos que no son del Señor, pero él los va a ganar”. ¿Sí? Fíjate bien quién gana a quién.

O la joven que comienza a salir con el muchacho que no es cristiano y piensa que con el tiempo las cosas van a cambiar. ¿Sabes qué? Cuando una mujer se apasiona por un hombre de un modo como nunca se apasionó por Dios, el resultado es terrible, un verdadero desastre. Si no queremos mezclas extrañas en las iglesias, no toleremos mezclas extrañas en las vidas individuales. La gente de Reino, es una gente radical, es gente que no acepta mezclas; es gente que se ha decidido por Dios, sin aceptar las consecuencias.

        Hermano; Dios tiene algo grande para ti. Pero solamente si tú eres radical con él. No te voy a decir que por estar adentro de un templo todo está bien, te mentiría. El Señor sabe cómo vives. Es tiempo de hacer todas las cosas por y para el Señor, haya consenso de hombres o no. Si tienes que renunciar a lo más amado para servirle mejor, tendrás que hacerlo aunque te cuesten lágrimas. Es tiempo que revises tu casa y le digas al Señor que te muestre que hay en ese lugar que Él aborrezca.

 ¿No te parece que si tú quieres tener Su presencia en tu casa, tu casa tendrá que estar de un modo tal que le agrade a Él? Muchos no tienen la presencia de Dios en sus casas porque hay inmundicia adentro. Y lee lo que pasa en Josué 6, y fíjate si Él acepta o no acepta vivir con la inmundicia. No vamos a hacer una cacería de brujas, esos años ya pasaron. Pero es nuestra obligación estar permanentemente reciclándonos, porque Satanás no llega como un monstruo repugnante, sino que se nos presenta como ángel de luz.

        Necesitamos el Espíritu de Verdad. Por favor; no son mis opiniones, deja que el Espíritu de Verdad te hable y créele sólo a Él. Espíritu de Verdad, ven sobre mí; guíame, enséñame, muéstrame mis errores. El espíritu Santo vino a hacer ese trabajo. ¿Y por qué no vemos que lo esté haciendo como se necesita? Porque lamentablemente, por una causa o por otra, hemos terminado por sacar al Espíritu Santo de dentro de las iglesias.

Reflexiona: ¿Se ha tenido problemas con Dios en la iglesia? No. ¿Alguien ha discutido acerca de la autoridad de Jesucristo en la iglesia? Tampoco. Pero sí se ha cuestionado de una y mil maneras al Espíritu Santo. Que si sopla, que si no sopla, que si te caes, que si no te caes, que si oras en lenguas, que si no oras. Tenemos un problema: el que dice la Biblia que es quien nos guiará a toda verdad, es el Espíritu Santo. ¿Será por eso que hemos creído tanta mentira del diablo?

        Y el tenerlo fuera, allí en el patio del frente, ha posibilitado que caigamos en errores, en mezclas tan infames, que sólo con la ayuda del mismo, podremos separar. Yo te quiero alentar hoy, desde aquí a ser parte de un pueblo separado para el Señor. Eso se llama santidad, no andar por la vida con las manos juntas. Hoy día necesitamos que el evangelio de Jesucristo se proclame con transparencia y pureza. Y que no se lo haga sólo con una parte, sino completo.

 Jesús como el Rey, Jesús como el sanador, Jesús como el Libertador, Jesús el Profeta de Dios, Jesús el Restaurador. No es suficiente con presentarlo como Salvador, máxime cuando es mucho más que eso. Podemos salir a gritar a los cuatro vientos que: ¡Él es mi Salvador! ¡Él es mi Sanador! Y estará bien, pero estará incompleto si no podemos gritar ¡Él es mi Rey! No es mi sirviente. ¿Se entiende?

        El evangelio de Jesucristo, gira en torno a los rostros que vemos en Ezequiel. El águila, el buey, el león, el hombre. Cristo completo. “¡Es que Él me ama tanto que aguanta mi pecado! Además, usted ha leído en la Biblia que donde abunda el pecado, abunda la gracia. Así que si yo peco, tengo más gracia que usted, todavía.” Yo he oído eso alguna vez. Y no de labios de un empresario o un obrero, y ni tampoco de un preso en una cárcel. Lo he escuchado en un templo. “¡Y el Señor me habla muchísimo, se lo aseguro!”.

 Hijitos; no erréis. Ninguno que practica el pecado ha nacido de Dios. Nadie les engañe, dice Juan en la última carta. Todo el que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Jesucristo está en él y no puede pecar. No tiene al pecado como forma de vida. Ni dice que no peca, dice que no practica el pecado. Esto quiere decir que no está atado al pecado. Él ha sido liberado de esa dependencia. Tal vez peque en alguna ocasión, pero ahí está mi sangre, él ha sido liberado de eso.

        Santidad a Jehová es lo que conviene a su casa. Nos pasamos todo el tiempo de los avivamientos que van a venir. Nadie habla de lo que la Biblia habla para estos tiempos, la apostasía. Todos prefieren declarar y decretar avivamientos. Amén para eso, pero ningún avivamiento será posible sin santidad. Porque no podemos aferrarnos a la santidad de Dios, si no tenemos santidad en nuestras vidas. Es tiempo de sacar la mixtura de nosotros. Empresas donde tú tienes a hermanos fieles y consagrados trabajando a full, y tres o cuatro impíos que no quieren creer en nada, contaminando el ambiente espiritual y obstaculizando lo que Dios quiere hacer allí. Una mosca contamina el perfume.

        Vamos a pedirle al Señor que bendiga nuestras vidas hoy, aquí y ahora. Y no te asombres si sientes que Él comienza a mostrarte algunas cosas que debes sacar ya mismo de tu vida. Porque la fortaleza de Dios, -dice Job- viene sobre los que tienen las manos limpias. La sangre de Jesús está para limpiar tu pecado. Sumérgete, no te condenes. La condenación y el remordimiento, no es de Dios. El hecho de que te sientas condenado, no significa que el Espíritu te esté hablando. Si te sientes condenado, sumérgete en la sangre. Pídele que te muestre en qué áreas de tu vida hay mixtura, dile que quieres ser libre de toda mezcla extraña. Dile: ¡Padre, que seamos celosos con lo que escuchamos, con lo que vemos, con lo que tocamos!

        Y si tú que me estás escuchando, eres uno de los que ha sido formado en la escuela liderada por el espíritu de Grecia, sería muy bueno que puedas arrodillarte allí donde estás, pedirle perdón al Señor por eso, aunque no hayas sido responsable tú de ello, cortar con toda enseñanza humanista y aceptar que el único que puede guiarnos a toda verdad es el Espíritu Santo. No te imaginas la cantidad de hermanos que no pueden orar en lenguas, que no pueden recibir ese don que anhelan, simplemente porque en alguna iglesia les enseñaron que eso no era de Dios y, a pesar de haberse retirado de allí, en su momento lo creyeron y quedaron atados a esa incredulidad.

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enero 1, 2015 Néstor Martínez