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¡Sí, se Puede!

D ía tras día la iglesia del Señor, la única, la que Él ahora está viendo desde su trono, la que no tiene apellido religioso, la que va a recuperar Su Reino y devolvérselo a su legítimo propietario, está pasando por diversas pruebas que, de alguna manera, prueban y comprueban su fidelidad.

Una de esas pruebas casi cotidianas, tiene que ver con imponderables que se cruzan y entrecruzan para impedir los cometidos diferentes en que cada uno de los hermanos más genuinos y fieles del planeta están metidos en este tiempo.

Y cuando eso sucede, el primer pensamiento que llega a esas mentes sacudidas por diversos ataques externos e internos, que son los que más duelen, es que eso que están comenzando en ese momento, será imposible de realizar.

Por cada voz leal que susurra que sí, que se puede, hay otras voces de mayor volumen y sonido que procuran abrumar con decibeles extremos a esos corazones diciéndoles que no, que no se puede, que es inútil y que es mejor quedarse donde estamos y no intentar nada más.

Señores: decir guerra espiritual no es decir técnicas sofisticadas para expulsar demonios ni formas exóticas de exorcismos de dudosa comprobación bíblica. Decir guerra espiritual es hablar de una presión mental tan grande que, si no estamos preparados al menos por lo elemental, muy difícilmente pasaríamos la prueba.

Es mi oración que tú puedas pasar la prueba que te corresponda. Que no seas sometido por las voces de la desesperanza y que resultes más que vencedor a partir de la base de un entendimiento correcto de las palabras correctas. Dios permita que en el final de este estudio, puedas decir amén.

Peo no esa clase de amén de día domingo, donde lo exclamamos ante cualquier palabra bonita que desciende desde los púlpitos y casi sin detenernos un momento a analizar a qué cosa y en qué circunstancia estamos declarándolo, sino con la certeza de haber recibido justo lo que hoy necesitabas para comenzar, desde hoy mismo, tu batalla personal que te dará la victoria como al Señor se la dio en el desierto.

(Gálatas 4: 3) = Así también nosotros, cuando éramos niños, estábamos en esclavitud bajo los rudimentos del mundo.

La palabra rudimento, utilizada aquí, significa Esquema. ¿Qué es un esquema? Sería algo así como el resumen de varios conceptos en una sola expresión, un esquema. Entonces, ¿Qué está diciendo este texto? Que cuando éramos niños, estábamos esclavizados a los esquemas de este mundo.

Los esquemas te dicen cómo debes pensar. Mucha gente no tiene la visión abierta, no tiene la visión espiritual, por causa de los esquemas que ha recibido del mundo. Un ejemplo: ¿Has visto que los niños pequeños son muy sensibles al mundo espiritual? Ellos pueden ver cosas que tú no tienes idea.

¿Nunca has visto a un bebé apenas crecido, buenísimo de carácter, orgullo de sus padres que lo exhiben como niñito modelo, de pronto lanzar un berrinche de nivel de chillido agudo cuando lo alza en sus brazos una tía mayor? Es que él ha discernido algo en su espíritu para con esa mujer.

Sucede muy a menudo, eso. Que es lo opuesto a lo que normalmente, salvo muy raras excepciones, ocurre entre los niños de más o menos edades similares. Porque ellos se entienden y comunican por empatía, mientras que nosotros lo hacemos por simpatía.

Pero lo que quiero decir, es que los niños cuando nacen, están muy abiertos al mundo espiritual. Pero nosotros, después, los metemos al colegio, y la educación griega que reciben allí, les rompe toda la estructura espiritual que ellos tenían desde antes de nacer.

Ellos son más espíritu que seres humanos cuando son muy pequeñitos. Estamos de acuerdo en que ellos son aliento de Dios. Dios sopla en nosotros su aliento de vida, eso viene ocurriendo desde Adán hasta aquí. Y eso que Dios sopla, es lo que luego será el espíritu del hombre.

Pero los bebés son diferentes, es como que tienen sentido de habitación de eternidad. ¿No has visto que difícil y complicado es instruirlos en los vericuetos cronológicos del tiempo, con la hora, los minutos y los relojes? Revisa qué cosa aprenden primero los niños y qué cosa les cuesta más. Vas a descubrir que, con diferencias en lo primero, hay coincidencia en lo último: la hora-reloj.

Pero la escuela, les va rompiendo las estructuras. ¿Cuántos recuerdan el verdadero-verdadero y falso? La lógica griega con la que se instruyen, les va rompiendo inevitablemente todas sus estructuras espirituales, con las que llegaron a este mundo a través del canal uterino de su madre.

¿Alguien va a oponerse por considerarlo negativo que a un niño en una escuela se le enseñe con calidad de mandato clave, a que solamente debe creer lo que ve y no dejarse engañar por lo que le digan si no puede verlo o palparlo? Nadie. Incluidos nosotros, los cristianos con nuestros propios hijos. Dime cómo haremos luego para que no tomen en broma o algo peor las enseñanzas que intenten darle en las iglesias.

Fíjate que nosotros éramos tanto de muy niños como de medianamente crecidos, personas con mucha riqueza y sensibilidad. Hoy, aquellos mismos niños se han convertido en personas que solamente pueden creer y aceptar que dos más dos es cuatro. Y ahí nomás se quedan.

Por eso es que a nivel religioso se tiene tanto interés en la educación. De hecho, el catolicismo romano ha entablado verdaderas batallas políticas y sociales para poder acceder a los sitios de poder en el rubro educativo. ¿Sabes por qué? Porque es la educación la que establece el diseño de Reino en los niños.

Estoy convencido que si la iglesia quiere –como debe- afectar a una cultura, tiene que afectar por lo menos a tres generaciones. Porque así es como el propio Dios se presenta. Yo Soy el Dios de Abraham, Isaac y Jacob. Tres generaciones. Así fue como se le presentó a Moisés.

Esto significa que los esquemas del mundo, eso que la versión reina Valera traduce como rudimentos, son esos axiomas que te dicen: ¡Ah, no! ¡Eso no se puede! ¡Eso es imposible! Esto hace que nuestro trabajo en el Señor, sea muy escaso.

A partir de eso, Dios anda detrás de su propósito. Y esto significa que su intención es la de recuperar su imagen, la imagen de él mismo, en el hombre. Él quiere recuperar la imagen de Él mismo, dentro de ti. Él quiere verte y verse a sí mismo, como en un espejo.

Escucha: a Dios no le interesa demasiado que tú te portes bien. Que ya no digas groserías, o malas palabras como lo hacías antes, que seas muy buenito y ya no patees el gato cuando maúlla de madrugada y te despierta. ¡Hermano! ¿Cómo que a Dios no le interesa un cambio de conducta así?

Es cierto, a Dios más que un cambio lineal de conducta, lo que le interesa es la raíz. Porque un cambio de esos que ame estás mencionando, vienen como producto de un cambio interior. Y ese sí es el que interesa a Dios. Un cambio en las máximas profundidades de ti.

Lo que él quiere, es recuperar su persona, su esencia, su imagen en ti. Hay ciertos errores conceptuales en la iglesia que hoy estamos pagando. Se nos ha enseñado mucho a tener fe en Dios, pero muy poco a tener fe en nosotros mismos.

Lo interesante, en todo caso, es que Dios sí tiene fe en nosotros. Tanto que fue a ti a quien le confió la enorme tarea de extender su Reino. No podría haberlo hecho si Él no tuviera confianza o fe en ti. Pero el cristiano promedio, no cree ni en él mismo.

(4) pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, (5) para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos.

Dice que para eso, debe redimirlo. Ahí está, el primer paso del evangelio de Jesucristo, debe redimirlo, restaurarlo, renovarlo, reavivarlo y regresarlo por medio de la regeneración. Pon especial atención a esa palabra: regeneración.

Observa que la palabra regeneración, está fundamentada en la palabra generación. “Re”, es un prefijo griego que significa: “volver a”. La palabra generación, es fundamentada en la palabra Gen. De ahí viene Génesis. Él quiere regenerarte.

No podía regenerarte sin primero redimirte. Y redimirte, es comprarte. Te compró. Una vez que pasaste a ser posesión de Él, allí comenzó tu regeneración. Volver a generar. ¿De qué estamos hablando? Mira lo que dice Tito.

(Tito 3: 3) = Porque nosotros éramos también en otros tiempos insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de concupiscencias y deleites diversos, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles, y aborreciéndonos unos a otros. (¿Te suena familiar, esto? ¿Verdad que sí? Yo era así, antes. ¿Tú no?)

(4) Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, (5) nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, (6) el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador, (7) para que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna.

Por favor, quiero que prestes especial cuidado y atención al verso 5. Dice que es por el lavamiento de la regeneración. Es notorio que visto desde el ángulo científico y de la genética, Dios empezó un cambio molecular en tu vida. Eso te permite, entre otras cosas, desactivar las enfermedades congénitas. Si tu abuelo murió del corazón y tu padre murió del corazón, tú no tienes por qué morir de lo mismo.

Porque Dios está en un firme y sostenido proceso de cambio de nuestros genes. Sería vital que puedas creer esto. Hay autoridad en el hombre creyente genuino para detener esa línea generacional. De sobremanera como auto protección de vida propia y para las de tus descendientes.

Porque aquí te dice, y yo lo creo, que cuando entregaste tu vida a Jesucristo, comenzó a operarse en ti un proceso re-generativo. Genes, tiene que ver con transferencia genética. Transferencia genética es pasar la información genética a la siguiente generación.

Re-generación tiene, necesariamente que ver con eso. ¿Qué cosa es re-generar? Es volver a generar algo. Y así es como funciona. Dios empieza un trabajo que comienza por el espíritu, sigue con el alma y concluye con el cuerpo. Eres un ser integral y Dios hace en ti un trabajo también integral.

¿Cómo empieza ese proceso, Dios? Nos ha lavado con su Espíritu, que es quien produce un cambio. Un cambio molecular que Él mismo determina como re-generación. Por eso es interesante que prestes atención al siguiente texto.

(Isaías 50: 4) = Jehová el Señor me dio lengua de sabios, para saber hablar palabras al cansado; (¡Que impresionante que en Isaías, ya se hable del concepto de discípulo! A eso no lo inventó Jesús. Cuando Él apareció y llamó a sus discípulos, sepan que ya a esa palabra Dios la había utilizado para el profeta Isaías.) despertará mañana tras mañana, despertará mi oído para que oiga como los sabios. (Eso es bien de discípulo)

(5) Jehová el Señor me abrió el oído, y yo no fui rebelde, ni me volví atrás.

Nota lo que dice: Me ha dado lengua de discípulo, y me ha dado oído de discípulo. A ti, mi hermano fiel que estás allí escuchándome, el Señor Dios te ha dado lengua de discípulo y oído de discípulo. Si prestas debida atención y has incursionado algo en intercesión, vas a darte cuenta que esas dos cosas son las dos armas básicas de la intercesión. Lengua y oído.

Pero estamos diciendo discípulo, y no es porque sí. ¿Cuántos saben que hay una enorme diferencia entre creyente y discípulo? Es tan importante como la que hay entre creyente y cristiano. ¿Cuántos entienden que hemos hecho más cristianos que creyentes, y más creyentes que discípulos?

¿Cuántos saben que en la iglesia hay muchísimos cristianos incrédulos y unos cuantos creyentes también incrédulos? Porque hemos hecho cristianos y creyentes, pero no discípulos, que fue lo que se nos envió a hacer. El cristiano vive conforme a dogmas y doctrinas, el creyente según su propio ritmo, y el discípulo acorde al ritmo de su maestro.

La palabra discípulo es clave. El discipulado, es la manera en que Dios transfiere sus genes a otro. Te doy un ejemplo. Jesús ama a un grupo de gente. Tres años después, ellos son tan parecidos a Jesús que los llaman cristianos. Porque eran igualitos a Cristo. Déjame decirte que hoy apenas quedó el rótulo, pero no la esencia.

Pero aquellos, cuando fueron llamados al Sanedrín, ¿Qué fue lo que les dijeron? – ¡Se nota que han estado con Jesús! ¡Hablan como él, caminan como él, piensan como él! ¡Esto es el colmo! ¡Hemos matado a un hombre que nos fastidiaba, y resulta que ahora tenemos a un montón que son igualitos a él!

Si la semilla cae a la tierra y muere, da fruto . Esa es la palabra. ¿Qué cosa es el discipulado sino la acción de re-generarse en otros? El modelo que Dios diseñó para que la iglesia crezca, es a través del discipulado, no por las campañas y cruzadas evangelísticas de material plástico y seriado.

¿Qué es hacer un discípulo? En primer lugar, es una transmisión genética. Un discípulo va a ir transformándose cada vez más y pareciéndose cada vez más a su maestro. ¿Has visto como los niños van tomando gestos y actitudes que nos hacen pensar que es su papá o su mamá en versión y tamaño reducido?

¿Cómo empiezan las cartas de Pablo? Hijitos míos. Juan escribe: a mis hijos dispersos. Discípulos. El discípulo es formado en experiencia, en conocimiento y en carácter. ¿Qué es lo que hace al discípulo competente? Aquí lo está diciendo Juan, mira:

(1 Juan 1: 1) = Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida, (porque la vida fue manifestada, y la hemos visto, y testificamos, y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el Padre, y se nos manifestó; (3) lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el padre, y con su Hijo Jesucristo.

Entonces, ¿Qué es básicamente ser discípulo? Tener experiencias. Haber experimentado a Dios, no haberlo conocido y hasta predicado en base a libros de teología o experiencias ajenas. Yo te quiero invitar a que te desafíes y que desafíes al Señor en el buen sentido, a que te de experiencias.

Porque una cosa es que tú tomes un curso de liberación, y otra cosa muy distinta es que tú hagas una liberación, que tengas una batalla cara a cara con uno o varios demonios. La experiencia te otorga poder de un modo muy particular.

Ahora bien; te acabo de decir que un discípulo es formado en experiencia, es formado en conocimiento y es formado en carácter. Mucha gente fracasa en su vida personal, laboral y hasta sentimental, por falta de carácter.

Los más grandes movimientos fracasaron por causa de estar integrados por gente sin carácter. El carácter es el que sostiene el equilibrio de nuestra vida. Si se quiebra nuestro carácter, se quiebra nuestra unción. ¿Nunca has visto a gente que es muy ungida pero que no tiene carácter?

Lamentablemente, la unción no tiene absolutamente nada que ver con el carácter. Hay gente muy ungida, pero que son niños. Lo podemos ver. Ellos empiezan a orar y pasan cosas extraordinarias. Hay sanidades, liberaciones, milagros. Pero en sus vidas diarias tienen graves problemas. Suelen estar enemistados con media iglesia y el otro medio planeta inconverso.

Por eso me gusta lo que dice Pedro: No tengo oro ni plata, pero lo que tengo te doy. Porque nadie puede dar de lo que no tiene. Cuando hablamos de conocimiento, debemos recordar que en la Biblia, el término original utilizado es gnosis. Pero hay otras palabras para conocer, que tristemente no se las distingue en el idioma español.

Por ejemplo, cuando tú aprendes algo estudiando o memorizando, eso en griego se llama gnosis. Gnosis significa conocer, como un ejercicio intelectual. Pero los profetas, por ejemplo, aunque también suelen aprender así, también lo hacen con otra palabra griega: oida. Esto significa conocer algo por revelación instantánea.

Eso quiere decir que en un instante tú no sabes algo y al instante siguiente sí lo sabes. Esa capacidad está en tu espíritu. ¿Qué significa esto? Que tú esta noche puedes irte a la cama ignorando algo desconocido, y despertarte mañana sabiéndolo como nuevo.

Ahí es donde puedes entender lo que dice el salmo. Aun cuando estoy en mi cama tu espíritu me aconseja y me enseña. ¿Por qué? Porque tu espíritu no duerme. Y si tu espíritu ha sido entrenado a conectarse con el Espíritu Santo, tú estás durmiendo y tu espíritu sigue trabajando, sigue uniéndose al Espíritu Santo y sigue recibiendo diseños.

Tú te acuestas diciendo “no sé lo que voy a hacer mañana con tal o cual asunto”, y te despiertas por la mañana diciendo ¡Ya sé lo que voy a hacer! ¿Cómo, y quién te lo dio? Bienaventurado tú, Simón, hijo de Jonás, porque a eso no te lo reveló carne y sangre. Eso se llama oida.

Un profeta genuino viene y te pone su mano en tu frente y listo. Al minuto siguiente tú entiendes cosas que antes ignorabas. ¿Por qué? ¿Qué hizo? Activó cosas en tu espíritu. Por eso es tan delicada la imposición de manos. La transferencia es real. Para lo bueno y para lo malo también.

Eso está diseñado en ti. El equipo está ahí, sólo hay que activarlo. Te pareces a un modernísimo celular. Tienes más de doscientas funciones posibles, pero sólo usas una, la de llamar por teléfono o mandar mensajes. Hay que activar una por una las restantes.

Si tú supieras todo lo que es capaz de hacer tu espíritu, dejarías de vivir por el ojalá. ¡Ojalá llueva! Ordena que llueva. ¡Ojalá consiga trabajo! Declara que tienes trabajo en el mundo del espíritu y se hará realidad en lo natural. Y así todo. Ojalá.

Es tremendo todo lo que el espíritu del hombre está capacitado para realizar. ¿Y sabes qué? Lo ignoramos. ¿Y sabes qué aún más, todavía? Nadie está enseñando nada. Ve a una librería cristiana de las mejores y vas a enterarte que, después de lo que dejara Watchman Nee allá por 1972, no hay ninguna otra cosa escrita sobre el espíritu humano.

¿Y sabes qué es lo más curioso del caso? Que somos espíritus. Esto quiere decir que se habla mucho y se escribe mucho, pero ni se habla ni se enseña de nosotros mismos. Veamos: tú haces una clínica o un seminario y terminas hablando de los mismos temas que se hablan desde hace diez años. Mi pregunta, es: ¿Para qué has visto el Reino si no te atreves a hablar de él y sus capacidades?

Toma como ejemplo al matrimonio cristiano. Pregunto: ¿Es necesario hoy, en pleno siglo veintiuno, procurar solucionar diferencias mediante el trabajo de consejeros matrimoniales? No. Si Dios te ha revelado el Reino, ya tienes otras formas. Es suficiente con que la pareja sepa unir sus espíritus.

Cuando la gente aprende a unir sus espíritus, ¿Para qué enviarlos a un consejero? No es necesario. El Espíritu les reveló a los dos juntos y por separado una y cada una de las verdades encerradas en cada diferencia y les acompaña la solución inmediata.

En el Espíritu se hace todo. Los recursos de tu espíritu son grandiosos, extraordinarios. Y si algo quieres aprender para que en los próximos años cambie radicalmente tu vida, es que le pidas al Espíritu Santo que te enseñe cómo eres tú por dentro.

Entrena tu espíritu. ¿Has visto como la gente va a un gimnasio cada vez más a entrenar su cuerpo? Ni quieras imaginarte lo que sería si del mismo modo entrenara su espíritu. Y la iglesia fue dada para ser un centro de entrenamiento.

Tú sabes que Jerusalén es tipología de la iglesia. La descripción de Jerusalén, es la de un cubo. ¿Has leído Apocalipsis? Es un cubo. El diseño correcto y perfecto de la iglesia, es que es un cubo. Mira lo que dice Efesios 4. Este pasaje es extraordinario. Sólo hemos tomado algunas partes.

(Efesios 4: 11) = Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, (12) a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, (13) hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; (14) para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error, (15) sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, (16) de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.

Esta es la iglesia que el mundo quiere que construyamos. Claro, este diseño actual es bien egipcio. Porque de ahí viene. Los líderes están arriba. Pero el diseño de la iglesia, es distinto. La ciudad se hallaba establecida en cuadro, y su longitud es igual a su anchura, y la midió a la ciudad con caña, doce mil estadios. La longitud, la altura y la anchura de ella son iguales.

Esto quiere decir que estos ministerios, que se llaman ministerios fundacionales: apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros, en realidad, ocupan un lugar muy especial. Mira lo que dice Pablo. Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima, pero cada uno mire como sobreedifica.

En algunas versiones han cambiado, y dice: y otro edifica debajo. Yo creo que han cambiado sus versiones porque lo están haciendo así. Pero la verdad es que el fundamento de Dios, es otro. Todos los ministerios, los funcionales y los fundacionales, tienen esta base. Los fundacionales están abajo. Los funcionales, crecen sobre los fundacionales.

En realidad, el apóstol está abajo, es el siervo de los siervos de Dios. Las ovejitas son más. Este es el diseño apostólico correcto. Por eso es que Pablo dice: yo estoy abajo, puse el fundamento, sobre mí está el resto del cuerpo.

Y Jesús es la piedra angular. La piedra angular, era la de la esquina. Si tú sacabas esa, debilitabas toda la estructura. ¿Cuál ha sido la estrategia del diablo? Cuando tienes una estructura piramidal, el diablo golpea la cabeza y todo el edificio se te cae de una.

Pero cuando el edificio es cúbico, golpeas debajo, y todo el resto de la estructura lo sostiene. Y nadie se cae. A menudo recibo correos de gente que está en un mismo sentir que me pide que yo acepte ser su cobertura, pero lo que ellos no saben es que en realidad, ellos están sobre mí.

¡Pero es que usted es nuestro referente! Claro, por eso estoy debajo de ustedes. ¡No, hermano! ¡Desde que no estamos yendo a un templo, es usted quien nos sostiene! – ¡Claro! ¡Por eso lo digo! Yo estoy debajo de ustedes, sosteniéndolos. Y Dios me sostiene a mí. Él es la única cobertura genuina.

Nuestro concepto de cobertura tiene que cambiar a un diseño de Reino. Esa palabra, inexistente en la Biblia como no sea para hablar del cabello femenino, tiene que encontrar un lugar dentro de las dinámicas del Reino.

Hasta aquí hemos tenido del asunto de la cobertura un concepto muy faraónico. Se nos tiene que ser revelada la iglesia. La iglesia, es un cuerpo espiritual, y al igual que todo lo espiritual, tiene que ser revelado. La iglesia no es el edificio que tienen.

Mira lo que dicen. ¿Vas a ir a la iglesia el domingo? ¡Qué forma tan torcida de hablar! No va a ir a la iglesia por una sencilla razón: ¡¡Él es la iglesia!! Escucha la incongruencia: “¡Oye, iglesia” ¿Vas a ir a la iglesia?” Lo correcto sería preguntar si va a ir al templo, pero no a la iglesia. ¡Si él es la iglesia!

Son estructuras que todavía no se nos han revelado. Entonces cometemos errores al pasar los años, y lo triste es que esos errores son fruto de ciertos esquemas que tenemos en la mente. Por eso vemos así.

¡Ay! ¡Es que yo no soy profeta, por eso no puedo ver el mundo espiritual! Hermano; tú no necesitas ser profeta para tener acceso al mundo espiritual. Lo único que necesitas, es ser un ser espiritual. Y lo eres. ¡Ah! ¿Entonces usted va a orar para yo vea? ¡No! ¡No tengo que orar para que veas! Tú, simplemente tienes que ver.

Eso tiene que serte revelado. Tú estás absolutamente habilitado para ver. Tú no necesitas conocer de programación de teléfonos para hacer llamadas o enviar mensajes desde tu teléfono. Tú tocas las teclas correspondientes y los llamados se hacen y los mensajes se envían.

Con tu vida espiritual sucede lo mismo. Tú no debes programarte para ver el mundo espiritual ni para tomar contacto con tu espíritu. Tú le dices a tu espíritu que te conecte con el Espíritu Santo de Dios, y tu espíritu la única respuesta posible y probable que tiene es: sí señor, ya mismo señor.

Entonces ahí andamos: pastor, óreme, pastor, únjame, pastor, capacíteme. Pastor, dedique al Señor a mi hijo. Pastor, vaya a mi trabajo a tomar autoridad porque tengo mucha guerra. ¡Basta! Por mejor intencionado que sea ese hombre, ha tomado el lugar de Dios en tu vida. Y eso es gravísimo. Y mucho más grave todavía si él acepta gustoso estar ahí.

¿Cuántos años tienes en el Señor? No sé, pero me dicen Matu. ¿Y por qué todavía no has aprendido a orar? – ¡Sí que sé orar! – ¿Y entonces por qué no confrontas con tus problemas y te lo pasas pidiendo que sea el pastor quien lo haga? Simple, porque no fue entrenado.

Pregunto: ¿Es culpa de él? No, es culpa de nosotros. Porque pese a la cantidad de años que llevamos caminando por los pasillos de los templos, todavía no pudimos entender que la iglesia es un centro de entrenamiento y de formación, donde la gente viene a recibir su equipamiento para servir al Señor.

Mi trabajo es que tú sirvas para servir. Mi responsabilidad es que tú seas apto para la buena obra. No hay una mínima posibilidad de que una sola persona pueda realizar todo el trabajo necesitado. No existe esa persona. Ni siquiera una congregación, por muy grande que sea.

¿Qué crees que yo, hombre, persona, pienso de mí como ministro? Pues que todavía estoy poco más que en pañales. ¡Dios mío, cuánto me falta! Ya sé, tú no me ves así, pero esa es la ley. Miro hacia arriba, y veo que me falta. Miro hacia abajo, y creo caminar por donde debo. De todos modos, tengo conciencia de ser una molécula que, sumada a otras miles y miles, conformamos un cuerpo.

Guarda esta imagen en tu corazón. Esa es la iglesia. Es un modelo perfecto. No les creas a los agoreros que andan predicando que la iglesia perfecta no existe. Lo que no existe es el templo, el grupo o la congregación perfecta, pero la iglesia es de Dios, por lo que la iglesia ES perfecta.

Y los que tenemos un ministerio, cualquiera sea él, estamos debajo, no encima. Y no es mero discurso que luego tiene contradicción con posturas autoritarias y despóticas, es una declaración de principios, profética, hecha delante de las santas narices de Dios para que Él las confirme.

Si tú analizas un momento, entenderás que los cimientos de la casa, los fundamentos de la casa, son los que la sostienen. Ese es el ministerio apostólico. ¡Pero qué interesante! Los fundamentos son invisibles, porque quedan enterrados.

¿Sabes qué dice Pablo? Ustedes son mi carta de presentación. O sea: mi ministerio es casi invisible. Son ustedes mi carta de presentación. El ministerio apostólico, está escondido. Hay una presencia tan fuerte de Cristo, que uno sólo ve eso. Todo lo demás, queda escondido.

¿Te das cuenta? Se puede. ¡Claro que se puede! Sólo hay que romper viejísimas estructuras mentales y reemplazarlas por nuevas nacidas de la revelación del Espíritu. ¿Y qué garantías tengo yo, el pastor, de que lo que tú tienes es revelación del Espíritu Santo y no simple manipulación humana?

Ninguna. A menos que tu discernimiento funcione como corresponde a un genuino y verdadero hombre de Dios, nunca tendrás ninguna garantía sobre eso. Porque Dios sólo adjudica de lo suyo a los que son suyos. A los usurpadores, los deja librados a su suerte. Y muchos juegan demasiado con esa suerte. Hasta que un día se les termina.

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enero 1, 2015 Néstor Martínez