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¿Realmente te estoy Robando?

H ay tres actitudes muy humanas a la hora de interpretar las escrituras: 1) Adaptando el texto a una sobredimensión, ya sea de la Gracia o de la ley, conforme a las predilecciones particulares. 2) Adaptando los textos a los postulados de la doctrina de la denominación bajo la cual funciona nuestra congregación. 3) Adaptando los textos  a nuestras propias ideas personales, tesis privadas y posiciones individuales. Son las más difundidas, mal que nos pese. Sin embargo, existe una cuarta actitud que es mucho menos difundida, no mayoritariamente tenida en cuenta y, en algunos sitios, hasta devaluada por la sorna y hasta la burla, pero que sin embargo es exactamente la que la Biblia misma dice que debe adoptarse: Escudriñarla desapasionadamente y dejar que el Espíritu santo nos guíe a toda verdad.

El libro de Malaquías implica uno de esos desafíos. Cada uno y cada cual, le ha hecho decir cosas muy diferentes. Sin embargo, los comentaristas sostienen que la crítica de Malaquías a los abusos e indiferencia religiosos, tiene validez en nuestros días. El pueblo de Dios siempre necesita confesar lo insuficiente de su respuesta al amor divino. La devoción y el entusiasmo inicial por Dios pueden disminuir. La adoración genuina, frecuentemente se transforma en observación mecánica de  prácticas religiosas. Defraudar en el diezmo, divorciarse de esposas fieles y las uniones entre creyentes e incrédulos, causan a menudo estragos en las familias. Deseos egoístas, combinados con actitudes orgullosas y arrogantes, conducen a serios problemas de los que se culpa a Dios. En lugar de reconocer nuestra negligencia y cambiar nuestras vidas por el poder del Espíritu Santo, preguntamos: ¿Dónde está el Dios de justicia? Sin embargo, el verdadero arrepentimiento aún prepara el camino de las reformas necesarias y de los avivamientos inspirados por el Espíritu Santo.

Entonces, a partir de que este libro dice cosas muy importantes con relación a temas de indudable controversia dentro de la iglesia, la discusión quedó centralizada en otro punto. Nadie se preocupó, ya, en demasía, en escudriñar los textos para ver qué es lo que realmente nos dicen, sino que prefirieron descalificarlos simplemente por pertenecer al tiempo de la ley y, por consecuencia, no tener validez en absoluto para esta era de la Gracia. A mí me gustaría examinar, en este trabajo, si lo que hemos creído hasta hoy realmente es así o sí, por el contrario, en algunos temas hemos incursionado por caminos dudosos dejándonos llevar por la antinomia para con las manipulaciones. No interesan nuestras buenas intenciones; que queramos terminar con abusos notorios y ciertos, no significa que tergiversemos la Palabra.

Desde el primer verso del primero capítulo y hasta el cinco, Malaquías habla voz de Dios sobre su pueblo Israel. Desde el seis y hasta el catorce, con relación a la contaminación de las ofrendas. En el capítulo dos, desde los versos uno al nueve, de la corrupción del sacerdocio y, desde el 2:10 en adelante, lo que vamos a leer para poder tener los antecedentes válidos y convenientes para lo que luego examinaremos detenidamente.

(Malaquías 2: 10)= ¿No tenemos todos un mismo padre? ¿No nos ha creado un mismo Dios? ¿Por qué, pues, nos portamos deslealmente el uno contra el otro, profanando el pacto de nuestros padres?

Esto tiene que ver, en la literalidad, con la reprensible práctica de repudiar a las esp9osas israelitas y casarse con mujeres que servían a deidades paganas, un hecho que constituía una violación a lo que aquí se denomina como El pacto de nuestros padres. El temprano establecimiento de esta ley en el período post-exílico fue seguido por un gradual retorno a esta abominable práctica, lo cual dio lugar a una descendencia con creencias religiosas sin críticas. Él aborrece el repudio, dirá. Esto responde a la cuestión del por qué Dios no mirará a la ofrenda de su pueblo, a pesar de sus lágrimas, llanto y clamor. El que los esposos repudiaran a sus mujeres representa una violación al pacto que Dios ha establecido con su pueblo, y ello le desagrada. Esta confianza se remonta a Génesis 1 y 2, sirve de base a las enseñanzas de Jesús en Mateo 5:31 y 32 y 19:4-9. En lo espiritual y revelado, mientras tanto, el mismo texto encierra otros aspectos no menos interesantes. En este primer verso vemos que, si tenemos un mismo Padre y hemos sido creados por un mismo Dios, nadie podrá entender jamás por qué nos ponemos a competir entre nosotros cuando, la idea de Dios, fue que nos complementáramos.

(11) Prevaricó Judá, (Le recuerdo que prevaricar es hace algo malo que sabemos que es pecado, pero que por alguna razón – o más de una -, decidimos hacer igual. Sobre ese término, la Biblia jamás habló de perdón ni de restauración. Es más grave que el pecado en sí mismo.) y en Israel y en Jerusalén se ha cometido abominación; (Está claro; la abominación está en la iglesia) porque Judá ha profanado el santuario de Jehová que él amó y se casó con la hija de dios extraño. (Habla de algo literal e histórico, es cierto, pero se extiende a lo contemporáneo: parte del pueblo de Dios en pacto con iglesias paganas).

(12) Jehová cortará de las tiendas de Jacob al hombre que hiciere esto, al que vela y al que responde, y al que ofrece ofrenda a Jehová de los ejércitos.

(13) Y esta otra vez haréis cubrir el altar de Jehová de lágrimas, de llanto, y de clamor; así que no miraré más la ofrenda, para aceptarla con gusto de vuestra mano.

No se trataba, en aquella época, de llevar una buena ofrenda en cualquier condición. Se trataba de llevarla, es cierto, pero estando totalmente en sintonía con la voluntad de Dios. Esto, en tiempos del Antiguo Testamento y la ley, no es válido para hoy, que estamos en la era de la Gracia, verdad? Sin embargo, el principio muy bien podría estar total y absolutamente vigente. ¿O acaso en este tiempo Dios aceptaría la ofrenda de gente que no está viviendo en su voluntad? Ya sé que algunos hombres que dicen representar a Dios si las aceptan, pero eso no le hace. Estoy hablando de Dios, no de hombre. Y el fracaso o la corrupción del hombre, jamás anulará el plan de Dios.

(14) Más diréis: ¿Por qué? Porque Jehová ha atestiguado entre ti y la mujer de tu juventud, contra la cual has sido desleal, siendo ella tu compañera, y la mujer de tu pacto.

(15) ¿No hizo él uno, habiendo en él abundancia de espíritu? ¿Y por qué uno? Porque buscaba una descendencia de Dios. Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y no seáis desleales para con la mujer de vuestra juventud.

(16) Porque Jehová Dios de Israel ha dicho que él aborrece el repudio, y al que cubre de iniquidad su vestido, dijo Jehová de los ejércitos. Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y no seáis desleales.

Pongamos primero las cosas en su sitio en lo conceptual, para no caer en el facilismo histórico de elaborar doctrinas sobre la base de conceptos parciales. Cientos de congregaciones, hoy, rechazan de plano el divorcio y tratan a aquellos que están viviendo o han vivido este infierno terrenal, como si fueran ciudadanos de segunda clase o categoría, o protagonistas de un pecado peor que el de la blasfemia al Espíritu Santo. ¿Y todo por qué? Porque aquí dice que Dios aborrece el repudio, que todos sabemos, es divorcio. Y si Dios lo repudia, nosotros también, han dicho alegremente y que se joroben los divorciados. Sólo que hay un problema: el texto no dice que Dios rechace y prohiba el divorcio, dice que lo aborrece, que no le gusta, que no lo aconseja como salida alguna a problemas matrimoniales.

Pero de hecho, Él mismo repudió y dio carta de divorcio a Israel, su antigua esposa, cuando ésta fornicó abiertamente, según jeremías 3:8. No es casual que se invierta un buen párrafo del Antiguo Testamento en el tema. Dios aborrece el divorcio, pero si no hubiera otra salida y éste debe producirse, entonces Él ha dado los términos, las pautas, las formas y los patrones en que deberá realizarse. Eso es lo cierto y lo real, guste o no guste a las hipocresías moralistas que pretenden ser más decentes y puras que el mismo Dios. Tenemos la tendencia a trabajar para que una congregación, eso que nosotros llamamos “la iglesia”, presente un aspecto intachable, límpido y transparente, pero en lugar de fomentar la plenitud del Espíritu Santo en ella, único modo de conseguirlo, nos vamos por el lado de los reglamentos, las ordenanzas y los estatutos internos, como si con estas actitudes hubiésemos conseguido algo. Está más que a la vista que, lo único que hemos logrado, es dejarle ver a ese mundo incrédulo al que deseamos convertir, que esto es una especie de club moralista que, en lo profundo, contiene los mismos elementos que el que ellos frecuentan y conocen. Y eso, en lugar de darnos victoria, nos proporciona burla, sorna y ridículo. El mundo será incrédulo, pero no es tonto.

De todos modos, lo ideal es obedecer a Dios contrayendo matrimonio EN ÉL, y ANTE ÉL. Luego sé amoroso y fiel con tu pareja sin considerar el divorcio como una respuesta satisfactoria ante cualquier pequeño problemita marital. Confía en Dios si es que ambos están en comunión genuina con Él para recobrar la esperanza en un matrimonio en el que no parece haber esperanza. Deberemos permanecer siempre dispuestos a aprender de nuevo lo que es el amor, la comprensión y el perdón.

(17) Habéis hecho cansar a Jehová con vuestras palabras. Y decís: ¿En qué lo hemos cansado? En que decís: cualquiera que hace mal agrada a Jehová, y en los tales se complace, o si no, ¿Dónde está el Dios de justicia?

Podemos cansar a Dios y agotar su infinita paciencia cuando inventamos posturas equívocas, tales como suponer por alguna inexplicable causa, que Dios pueda honrar una conducta impropia. Es por eso que a pesar de nuestras muy encomiables y atendibles sabidurías humanas, de ninguna manera podemos hablar en contra de la justicia de Dios.

De todos modos y en lo que tiene que ver con nuestra enseñanza básica y central, hasta aquí, si bien puede desarrollarse actualidad a partir de la tipología o el símbolo, es notorio que lo que se relata tiene que ver con la historia, tiene que ver con el Antiguo Testamento y tiene que ver, obviamente con la ley. ¿Por qué lo sabemos? Porque en ningún momento se habla de nada que posibilite pensar en un hoy profético. Sin embargo lo que viene ahora y que es base para muchas definiciones importantes, es bien diferente; mire:

(Malaquías 3: 1)= He aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí; y vendrá súbitamente a su templo el Señor a quien vosotros buscáis, y el ángel del pacto, a quien deseáis vosotros. He aquí viene, ha dicho Jehová de los ejércitos.

En primer término y antes de desmenuzar este texto, vamos a leerlo conforme a la traducción de la Nueva Versión Internacional, a los fines de tener mayor amplitud panorámica de algunas terminologías usadas. La NVI dice: El Señor Todopoderoso responde: yo estoy por enviar a mi mensajero para que prepare el camino delante de mí. De pronto vendrá a su templo el Señor a quien ustedes buscan; vendrá el mensajero del pacto, en quien ustedes se complacen.

Malaquías. Antiguo Testamento, verdad? Pero en franca palabra profética que tiene que ver con otro tiempo que no es el actual. ¿De quién está hablando cuando dice que enviará a su mensajero para que prepare el camino delante de Él? La misma Biblia a través de dos o tres testigos, se encarga de consignarnos que se refiere a Juan el Bautista.

(Mateo 11: 9-10) ¿Pero qué salisteis a ver? (Esto les pregunta Jesús a la gente con respecto a Juan el Bautista) ¿A un profeta? Sí, os digo, y más que profeta. Porque éste es de quien está escrito: He aquí, yo envío mi mensajero delante de tu faz, el cual preparará tu camino delante de ti. (Jesús se refiere, precisamente y así lo puntualizan diversos comentaristas, al texto que hemos visto en Malaquías 3:1)

(Marcos 1: 1-2)= Principio del evangelio de Jesucristo, hijo de Dios. Como está escrito en Isaías el profeta: he aquí yo envío mi mensajero delante de tu faz, el cual preparará tu camino delante de ti. (Dice que es PRINCIPIO del evangelio de Jesucristo. La palabra, allí es Arje, que es de donde proviene la nuestra: ARQUITECTO. Y habla de un arquetipo, de un prototipo, de un modelo, patrón, diseño. No habla de comienzo o de inicio. Y cita al profeta Isaías en alusión a 40:3 de dicho libro, pero es en alusión al verso 3 de Marcos 1, no al 2 que también se refiere a Malaquías 3:1)

(Lucas 1: 76)= Y tú, niño, (Está hablando Zacarías, el sacerdote, el padre de Juan el Bautista) profeta del altísimo serás llamado; porque irás delante de la presencia del Señor, para preparar sus caminos.

Es suficiente, verdad? Malaquías, entonces, está hablando de Juan el Bautista. Para nosotros, de acuerdo como está armada la Biblia, Nuevo Testamento. Sin embargo, si tenemos en cuenta que un pacto se cimenta con sangre, y la sangre de Jesús fue derramada en la cruz, en los últimos capítulos de los evangelios, a esto todavía deberíamos considerarlo como Antiguo Testamento, no es así? De esto se toman muchos para considerar estas cosas. ¿Está bien? Sí, está bien. Pero fíjese que después se pregunta)

(2) ¿Y quién podrá soportar el tiempo de su venida? ¿O quién podrá estar en pie cuando él se manifieste? Porque él es como fuego purificador, y como jabón de lavadores. (Aquí ya hay una alusión a Cristo. Porque Él es fuego purificador. ¿Estará profetizando, tal cual aprendimos, sobre el nacimiento de Jesús? Y, si antes habló de Juan el Bautista, sería lo más coherente de conjeturar, no es cierto? Pero atención: si hay algo peligroso a la hora de las interpretaciones bíblicas, ese algo son las conjeturas, las hipótesis. Cuando el Espíritu Santo revela, no hay conjetura o hipótesis que valga; revelación es revelación y verdad concreta, no hay vueltas.)

(3) Y se sentará para afinar y limpiar la plata; porque limpiará a los hijos de Leví, los afinará como a oro y como a plata, y traerán a Jehová ofrenda en justicia.

Aquí ya no pueden existir errores ni albergarse dudas. Estamos hablando de hoy, no de historia y antigüedad. Fíjese en un detalle muy singular que encontramos en el verso 1. Está hablando de un mensajero que ya hemos detectado como Juan el Bautista, verdad? Sin embargo, a renglón seguido dice que vendrá el Señor que nosotros buscamos, y hemos dado por sentado, – con bastante lógica, sin dudas -, que se está hablando del nacimiento de Jesús, no es así? Pero hete aquí que hay un pequeño, casi insignificante elemento que torna altamente discutible esto. Porque allí dice, si no hemos leído mal, que el Señor vendrá SÚBITAMENTE. La versión NVI expresa que vendrá DE PRONTO, lo cual es un sinónimo de: “De repente”, o “De improviso”, o “En un abrir y cerrar de ojos”. ¿Le suena familiar?

¡Sí señor! ¡Ya lo descubrió! Este pasaje no habla de Juan el Bautista y del nacimiento de Jesús como toda una generación ha creído, aprendido y enseñado. Habla de un mensajero de una nueva Palabra fresca, renovada y de reforma, que puede ser usted mismo, aquel otro que anda por allá o yo mismo. Y habla, consecuentemente, de la Segunda Venida de Cristo, que es la única que bíblicamente sabemos, será SUBITAMENTE, y “de pronto”, y no de su nacimiento, que como todos sabemos, fue un proceso lento y progresivo. Y entonces aquí cabe la pregunta: ¿Quiénes serán los hijos de Leví que deberán ser limpiados y afinados como el oro y la plata? Recuerde que Leví significa sacerdocio, ministerio. Entonces allí tenemos la gran clave. El Señor podrá volver el día en que los cinco ministerios sean restaurados, limpiados y afinados; no mientras anden corrompidos, contaminados e impuros y, esencialmente, disminuidos por el avance de uno de ellos por sobre los otros con una autoridad que no es bíblica. Ellos, dice, traerán a Jehová ofrenda en justicia. ¿Qué ofrenda? Ya veremos.

(4) Y será grata a Jehová la ofrenda de Judá y de Jerusalén (Le dice que a Dios, en este tiempo, va a agradarle la ofrenda que en obediencia traiga su iglesia) como en los días pasados, (¿Acaso ayer o anteayer?) y como en los años antiguos, (Ya está. Aquí se está hablando de historia, lo que implica que lo otro, tiene que ver con el hoy. Malaquías es Antiguo Testamento, pero habla Nuevo Pacto.)

(5) Y vendré a vosotros para juicio; (Ya no hay dudas, verdad? En su nacimiento, Jesús no vino para juicio, pero en su segunda venida, sí. Es hoy) Y seré pronto testigo contra los hechiceros y adúlteros, (Cuidado: no está hablando del mentalista de la otra cuadra ni de su vecina que engaña a su marido. Habla de los manipuladores de emociones e idólatras hipócritas que hay dentro de su pueblo) contra los que juran mentira (Cristianos jurando desempeñar un cargo público “con lealtad y patriotismo”, por ejemplo) y los que defraudan en su salario al jornalero, a la viuda y al huérfano (Cristianos dueños de empresas que tienen a sus empleados (Otros cristianos) sin declararlos impositivamente, abonándoles sus salarios en negro, con la eclesiástica excusa de estar dándoles “Una ofrenda de amor”) y los que hacen injusticia al extranjero (Al no creyente que necesita testimonio; al hombre y la mujer del mundo que busca en la iglesia la salida de sus problemas) no teniendo temor de mí, dice Jehová de los ejércitos (Está claro que habla del hoy y de la iglesia. El incrédulo jamás podría temerle a alguien que no conoce.)

(6) Porque yo Jehová no cambio. Por esto, hijo de Jacob, no habéis sido consumidos. (Yo no cambio, dice Dios. ¿Qué significa esto? Que lo que dijo en el Antiguo Testamento, es lo mismo que dice hoy, y se sostiene en los mismos principios espirituales. Esto no es pasado ni historia; esto es actualidad. Malaquías es un libro de declaraciones proféticas para hoy. Cualquiera sea el “hoy” en el que usted escucha o lee este estudio).

(7) Desde los días de vuestros padres os habéis apartado de mis leyes, y no las guardasteis. (Así como antes los padres no cumplieron la ley, hoy, los hijos no obedecen a la Palabra. El tiempo es distinto, el pecado es el mismo.) volveos a mí, (Dice Dios hoy, a su pueblo primero, a todo el mundo después) y yo me volveré a vosotros, ha dicho Jehová de los ejércitos. (¿Cuándo ha dicho esto, Dios? ¿Hace miles de años? Sí, pero también ayer, hoy, ahora) más dijisteis (Iglesia) ¿En qué hemos de volvernos? (Este es el libro y la palabra de hoy; esta es la iglesia de hoy, que cree andar impecable con sus ritos, reglamentos y ordenanzas externas, sin entender lo que Dios intenta decirle. Repito: ¿Cuándo es esto? Hoy. Bajo esta óptica, por favor, y olvidando toda enseñanza superficial, avara y literalista, mire con atención lo que viene.

(8) ¿Robará el hombre a Dios? (Que quede claro: esto es una respuesta de Dios a la pregunta de su pueblo. ¿En qué hemos de volvernos? Y tiene origen, Hoy). Pues vosotros me habéis robado. (¿Cuándo? Hoy.) ¿En qué te hemos robado? (Esto pregunta la iglesia, Hoy) en vuestros diezmos y ofrendas (Esto responde Dios, también Hoy.)

(9) Malditos sois con maldición, (¿Cuándo? Hoy). Porque vosotros, (La iglesia) la nación toda (El pueblo) me habéis robado. (¿Cuándo? Hoy.)

(10) Traed todos los diezmos al alfolí (¿Cuándo? Hoy. ¿Y adónde está ese alfolí? Ya lo hemos enseñado: donde está su alimento espiritual, lo que lo mantiene con vida y creciendo, no en un templo o congregación muerta y sin Palabra). Y haya alimento en mi casa; (¿Cuándo? Hoy.) Y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, (¿Cuándo? Dice que ahora, y ahora es: Hoy) si no os abriré la ventana de los cielos, (Promesa) y derramaré sobre vosotros (Que venimos a ser nosotros) bendición hasta que sobreabunde. (¿Cuándo? Como en todo el resto del contexto según hemos venido viendo: Hoy.)

Sé perfectamente lo que siente cuando lee esto. Y lo sé porque, – créame -, a mí también todavía me produce escozor. Es que una parte de la jerarquía evangélica, a favor de esta Palabra, ha producido verdaderos estragos en la conciencia y en la credibilidad pública. Casi con entidad de estafa, podría decirle. Y eso, un poco por resistencia carnal nuestra y otro poco como lógico mecanismo de defensa masivo, hemos intentado hallar en la escritura algo que nos permita eludir  el fraude, el abuso y la certeza de haber sido timados, estafados. Pero es necesario que por un momento olvidemos los delitos de los corruptos que tenemos adentro de nuestros ambientes y recalemos en la Palabra revelada. Yo lo puedo hacer con la tranquilidad de no ser beneficiario en absoluto de nada de esto y sólo por usted, para que por causa de las barbaridades que el diablo ha logrado usando a delincuentes disfrazados de ministros (O “mini-astros”, como dice una amiga y hermana), usted no se pierda una promesa de sobreabundancia que está totalmente vigente, ya que si bien está insertada conjuntamente a un dictado que según muchos estudiosos pertenece a la ley, no caduca con ella.

SOBREABUNDE, es aquí la palabra DAY, y significa Suficiencia, Plenitud, una cantidad lo suficientemente grande, algo inconmensurable. DAY aparece cerca de cuarenta veces en el Antiguo Testamento. Por primera vez en Éxodo 36:5, donde se refiere a una ofrenda voluntaria de oro y otros objetos. El pueblo ofrendó de una manera tan dadivosa, que las escrituras describen su ofrenda como más que suficiente.

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enero 1, 2015 Néstor Martínez