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¿Qué Pasó en la Cruz?

Los cristianos estamos muy acostumbrados a mencionar la cruz, la sangre, el sacrificio y la redención de nuestros pecados en nuestro discurso evangelístico. Lo estudiamos, lo aprobamos y lo decimos una y otra vez esperando que quien lo escucha, se desarme literalmente por dentro y caiga a los pies de Cristo de un modo dramático pero real. Nadie dice que esto sea malo, pero si habrá que decir que no siempre se da así. Y algo más, aún. En la mayoría de los casos, no se da. Y cuando preguntamos la razón, normalmente se nos responde que es porque no se alcanza a entenderlo. Salimos de nuestra mini-campaña con el convencimiento que todo se ha tratado de un ataque del diablo que ha bloqueado esas mentes, y con eso nos tranquilizamos y proseguimos con las mismas rutinas una y otra vez.

Creo que es tiempo de tomar conciencia que lo que pasó en la cruz, no es algo que se pueda explicar con tres palabras, que se trata de algo tan grande y tan profundo, que tal vez sea necesario repetir una y otra vez los hechos y sus connotaciones para que, al fin, alguien pueda entenderlo y pasar a nacer de nuevo, que no es ninguna doctrina singular sino una consecuencia de una conversión genuina y no declamada. Este trabajo tiene dos características específicas con la idea de serte de máxima utilidad: será entregado en dos partes, con algunos días de paréntesis, para que lo puedas oír más de una vez a cada uno, tomar todas tus notas y luego incorporarlas a la conclusión. La segunda función, es que no estar atado a ninguna de las doctrinas denominacionales conocidas, sino estrictamente a lo que la Biblia siempre dijo para todos, sin ser culpable de que nosotros seleccionáramos de ella lo que denominacionalmente nos convenía y descartando lo que no nos convenía.

Hay algo que ya hemos podido comprobar y probar desde estos trabajos ya difundidos: es desde el entierro, (Partimos desde Jesús al sepulcro de José de Arimatea, terminamos en el nuestro cuando morimos al yo), donde se encuentran la mayor cantidad y calidad de los tesoros escondidos de los que habla la Palabra. Es en esa segunda unción de Marcos 14, donde se encierran los secretos del misterio de Dios. Y lo que hemos podido presenciar en todos los estudios anteriores sobre estos mismos asuntos, es que tiene que haber sucedido algo más que una muerte física en la cruz, para yo poder sentirme redimido de mi problema, ya que mi problema no era físico, sino espiritual. Y si no queremos hablar de muertes espirituales, tratándose del Señor, entonces digámoslo de esta manera: cualquiera haya sido el tipo de muerte que yo tenía, es el mismo tipo de muerte que Él tuvo que morir, para poder redimirme de ella. Ahora tú saca la cuenta.

Una muerte física no resuelve un problema espiritual. Que yo mate una gallina no significa que eso vaya a tener incidencia en el mundo espiritual. Así de erráticos hemos andado. Tiene que haber algo más. Claro está que, cuando se tocan cositas que son algo peligrosas para nuestras conciencias, salta alguien que dice: ¿Pero cómo pueda ser que muera espiritualmente, si es divino? Lo que uno no entiende, o mejor dicho la iglesia como cuerpo no entendía, lo resolvía declarando que eran puras teorías, y comenzaban a ejercer prohibición de tocar esa clase de enseñanzas. Entonces, termina creando una doctrina para justificar la razón por la cual aquel asunto no se debe tocar. Entonces si viene uno y la toca, entonces ese pasa a ser un hereje. ¿Tú puedes pensar que alguien se tomó seriamente el trabajo de comprobar esa supuesta herejía? Esto es fundamento básico de la doctrina de Cristo. Esto es la cruz. Si no entendemos la cruz, entonces olvídate de apostólico, de terminar, de hacer nada.

(2 Timoteo 1: 10) = Pero que ahora ha sido manifestada (Se refiere a nuestro llamado) por la aparición (Nota que esta es la aparición, no la venida)de nuestro Salvador Jesucristo, el cual quitó la muerte, (Nota lo que hizo: quitó la muerte) y sacó a luz la vida y la inmortalidad por el evangelio.

Sacó a la luz. O sea que, ahí estaba, pero lo reveló el hecho de que el evangelio produce vida e inmortalidad. Esto significa que, la verdadera prédica, produce inmortalidad. No una fuga. El asunto, aquí, es vencer la muerte. El último enemigo, dice en 1 Corintios, es la muerte. Y si la vamos a vencer, es por lo que oímos, el evangelio. El verdadero evangelio te prepara, te va decodificando, te va abriendo las escrituras hasta que tú puedes ver en ellas, que la muerte está vencida. Y cuando tú la ves, tomas esa victoria y la haces tuya, la sacas a la luz. Él quitó la muerte, pero tú la vas a vencer al entenderlo. Lo dicho: nos dejaron en la bóveda de un banco diez millones de dólares que son nuestros. Pero están en lugares celestiales. Y como a nosotros nos enseñaron que estábamos en la tierra, entonces todavía no podemos entrar en la bóveda y sacar lo que nos pertenece. O sea que Cristo nos dejó donde nos dejó el dinero, en lugares celestiales. Pero la iglesia nos bajó. Y nos puso en la tierra a pelear para arriba.

Y entonces todos nos inventamos que es una guerra hacia arriba. Es más; cuando oramos, miramos hacia arriba. Y cuando luchamos con demonios, ponemos el dedo hacia arriba. Y todo el mundo está por encima de nosotros. Cuando en realidad, no hay nada más alto en la tierra que la iglesia. Cuando Él dice que nos dejó sentados en lugares celestiales, está diciendo mucho más que lo que hemos repetido como papagayos sordos durante años y años.

(Efesios 1: 17) = Para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él, (18) alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos, (19) y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza, (20) la cuál operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales, (21) sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero.

(Efesios 2: 4) = Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, (5) aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (Por gracia sois salvos), (6) y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús,

Observa esto y entiéndelo. Si nosotros estamos sentados en lugares celestiales con Cristo Jesús, y Él está por sobre todo principado y potestad existente, nosotros estamos exactamente en el mismo nivel. Esto significa que empezamos sobre, porque ahora vamos hacia arriba. Estamos sentados en un lugar llamado lugar celestial. Ya sabemos por otros estudios más específicos, que ese lugar celestial es la fuente u origen de todo lo que es eterno y perfecto. De manera que sí tenemos una conexión viable para la perfección, que anda cambiando los sacerdocios que no la consiguen.

(Efesios 2: 1) = Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, (2) en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, (Sean salvos o no) (3) entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás. (O sea que, la naturaleza que nos hacía hijos de ira, es algo que era. Ya no es).

(4) Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, (5) aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (Por gracia sois salvos), (6) y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús. (Esta última preposición está mal traducida. En los originales griegos es en, en lugar de con; puedes modificarlo con seguridad. Recuerda que la casa editora bíblica dice que existen algo así como 250 mil variaciones en el libro respecto a los originales. Ellos, a los fines operativos de venta, le llaman variaciones. Para mí son errores)

Dice EN Cristo Jesús. Ahora recuerda que Él es el primogénito entre esos muertos. La única persona que estaba en el Gan de Dios, que estaba en esa posición de vida eterna, fue reducida a naturaleza pecaminosa y volvió a ascender a su estado original, es Cristo. Es la única persona que ha logrado morir espiritualmente, y resucitar. Morir espiritualmente implica estar destituido de la presencia de Dios por causa de nuestras iniquidades y pecados. La resurrección es un recobro de las facultades mentales. Es la palabra anastasis en griego, y significa “recobrar memoria de quien uno es”. No tiene nada que ver con salir de los sepulcros. Es básico entender esto, porque si no te confundes. Estos versos que hemos leído, nos dicen que antes de comenzar, han sucedido seis cosas: 1) Crucifixión. 2) Muerte. 3) Sepultura. 4) Vivificación. 5) Resurrección. 6) Sentados.

Recuerda que la posición de estar sentado, en la Biblia, es una posición de alguien que ha terminado su esfuerzo por llegar. Dios nos dejó sentados. Seis pasos para llegar a la singularidad con Dios. Seis pasos al trono de Dios. Vamos a verlo en algunas tipologías. David cuando fue a regresar el arca, al trono, o al epicentro, o donde le corresponde al arca, daba seis pasos y adoraba. Se levantaba, daba seis pasos y adoraba. Son tipologías de los seis pasos al trono de Dios. Cuando mira la mesa de panes de proposición, ves seis panes. Seis panes, seis pasos que hizo Jesús, y seis pasos que hicimos nosotros juntamente con Él. Por eso es que estamos en unidad con Él. Una vez más, ahí ves los seis pasos al trono. Vemos a Ruth, cuando duerme a los pies de Booz, y se levanta por la mañana y le dan seis medidas de cebada. Son los seis pasos de la muerte.

(1 Reyes 10: 18) = Hizo también el rey un gran trono de marfil, (¿De dónde se obtiene el marfil? De los elefantes, de sus colmillos, concretamente. ¿Se los extraen vivos? Ahora puede ser, pero antiguamente había que matarlos para sacárselos. ¿Qué quiere decir esto? Que el trono proviene de muerte. Todo lo que tiene que ver con nuestro éxito, proviene de muerte. Los siete espíritus que salen del trono de Dios, que son la plenitud del Espíritu de Dios enviados a la tierra, ¿Salen del león o del cordero? Del cordero. La plenitud del Espíritu viene del entendimiento de la muerte, y no de la gritería de Judá en la iglesia. Si no entendemos este paso, se nos va a hacer bien difícil fluir con lo que Dios nos quiere hablar.) el cual cubrió de oro purísimo.

(19) Seis gradas tenía el trono, (¿Cuáles son? Crucifixión, Muerte, Sepultura, Vivificación, Resurrección, Sentados. Seis gradas. Seis pasos al trono. Una vez más, esa es la tipología, nosotros somos la realidad. Vamos a ir a través de esos seis pasos, uno por uno, y vamos a ver si podemos canjear esos diez millones que aún no hemos podido recibir y gastar. Sabemos que Él los hizo; sabemos que Cristo fue crucificado, sabemos que Él murió, que fue sepultado, que fue vivificado, que fue levantado de entre los muertos y que Él está sentado. Lo que no entendemos, es cómo lo hemos hecho nosotros. Él nos dejó esos diez millones en un lugar en el espíritu llamado lugar celestial, pero como nosotros no sabemos cómo llegar allí, no los podemos canjear. Entonces ahora, vamos a conciliar. Vamos a ver como lo que Él hizo, en realidad lo hice yo. Porque si no lo hice yo, no es mío. Si yo te envío al banco con un dinero, tú puedes depositarlo, pero eso no quiere decir que va a salir en mi cuenta. En cambio si yo te doy mi número y documentación correspondiente, lo que tú deposites sí se incorporará en mi cuenta. Porque no fuiste para ti, fuiste por mí).

Paso Nº 1: CRUCIFIXIÓN .

Escucha: no son escrituras nuevas ni profundas, pero vamos a verlas con los ojos bien abiertos, ¿De acuerdo? Lo que quiero decirte es que vamos a leer la Biblia con los ojos espirituales abiertos, y no según la doctrina. Vamos a ver lo que dice.

(Gálatas 2: 20) = Con Cristo estoy juntamente crucificado (Esto significa que tú no puedes estar crucificándote diariamente. Porque fuiste crucificado con Cristo. Dice ahí: con Cristo estoy, juntamente crucificado. O sea que tú no te estás crucificando cuando te das cuenta que Cristo te ama, o cuando estás ayunando, o cuando estás sufriendo por el evangelio, o cuando estás crucificando la carne diariamente. Todos esos son disparates. ¡Tú ya fuiste crucificado con Cristo! O no eres salvo, punto.) y ya no vivo yo, (Resumiendo: ¿Requisito para no vivir? Muerte. No vivo yo. ¿De quién habla? Del que nació hace más de sesenta años con naturaleza pecaminosa. El que empezó como inquilino dentro de este cuerpo. No existe. ¡Pero es que yo todavía tengo memoria de cuando era niño! Es que el que murió dejó la grabadora con varios chips grabados. Hay algo que se llama memoria, que son tan reales que te pueden hacer reaccionar como el que vivía dentro de ti. Pero no eres tú. Por eso Romanos 12 habla de reforma mental. – ¡Es que es muy real, hermano! ¡Siento las mismas ansias de hacer las cosas que yo hacía antes de conocer a Cristo!

Es que es real. Pero la persona que vive dentro de ti no tiene deseos de hacerlas. Si es nacido de nuevo, claro. No estás luchan do contra tu naturaleza pecaminosa. Tienes que madurar, y reformar la mente con lo nuevo que come la persona nueva que está dentro de ti. Recuerda que los hábitos son como canales labrados, tallados en el cerebro, que requieren que se los regrabe y pueda oírse otra melodía que no tiene nada que ver con la que allí estaba registrada. Lo hicimos tantas veces de esta forma que, aunque ahora sabemos que se hace de otra manera, cuando estamos distraídos o pensando en otra cosa, se nos levanta el brazo solo y empieza a hacer lo que ya no queríamos hacer más. Sin embargo, eso no significa que tú sigas siendo pecador, sino que automáticamente tu naturaleza todavía tiene reacciones y acciones pecaminosas. No eres pecador. Si eres pecador, no eres salvo. Ahora entendemos a Juan, que dice que el que nace de nuevo, no peca. De otra manera Juan estaría loco, porque la iglesia está llena de gente que peca, ¿No es cierto? Algunos pecan feo, y otros pecan porque no están dentro del propósito de Dios, y eso también es pecado. Ya no vivo yo. ¿Lo dice o no lo dice?) mas vive Cristo en mí; (¿Quién vive en mí? Cristo. Escucha: yo no vivo aquí, aquí vive Cristo. Entonces, ¿Yo quién soy? Son las cosas que no queremos decir porque Nueva Era nos espantó a todos ya hora tenemos terror que nos rotulen.

Por eso lo mataron a Él. Ya no vivo yo, vive Cristo. En el lugar donde yo vivía, y la vida que yo vivo, la interacción social que yo tengo, siendo yo el que vive en mí, que no soy yo, sino Él, ya no lo hace uno, sino que se hace en la fe del Hijo de Dios. ¿Por qué? Porque es Él el que está viviendo. Es una nueva creación que se llama Cristo. ¿Qué es Cristo? Una recreación. Es un nuevo hombre. Es el primogénito. Es el principio de la creación de Dios. Cuando la Biblia habla en Apocalipsis que Él es el principio de la creación, no se refiere a Génesis, se refiere a la verdadera creación de Dios, donde el primero es Cristo, después de la resurrección, es el primogénito, y todos los demás que, al darse cuenta lo que Él hizo, son colocados dentro de Él. El hizo primero un hombre, que se convirtió en un multimiembro hombre. Ahora está haciendo el segundo hombre, que también es un multimiembro hombre. Es Cristo. Estamos crucificados con Él.

(Romanos 6: 6) = Sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, (¡Es que se me apareció el viejo hombre! Bueno, si se te apareció el viejo hombre vamos a orar por ti, pero no para liberación, sino para salvación. Porque el que es salvo, no tiene el viejo hombre. Tiene otros hombres nuevos, pero ese es otro tema. Dice que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con Él. Estamos pasando el privilegio de que Él fue muerto a nuestra cuenta. Cada vez que decimos: juntamente con. Estamos conciliando ese primer paso.) para que el cuerpo del pecado (¿Cuál es el cuerpo del pecado? Adán. El pecado entró al mundo por un hombre. El cuerpo del pecado es Adán.) sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado. (Que es como decir, que no sirvamos más a Adán.)

(Colosenses 3: 9) = No os mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos, (¿Y ahora qué hacemos con toda esta gente que anda diciéndonos medias verdades?), (10) y revestido del nuevo, (Del nuevo hombre) el cual conforme a la imagen del que lo creó (¿Conforme a qué imagen es el nuevo hombre? O sea: el nuevo hombre, ¿Se parece mucho a quién? A Dios.) se va renovando (Es preposición, “hasta”, en el griego es “en” o “por”) hasta el conocimiento pleno. (Es decir que, mientras más entendemos, más nos vamos apropiando de lo que ya es una realidad en nosotros.) (11) donde no hay griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni escita, siervo ni libre, sino que Cristo es el todo, y en todos.

Sólo tenemos un problema: Cristo está en todos, pero todavía no es todo en todos. Pero esa es la meta, que Cristo sea el todo en todos. Es decir que nuestra meta no es humanismo. Nuestra meta es darnos cuenta que nosotros ya no somos, y que Él es todo en nosotros. Es una generación sin rostro, en donde todos tenemos la misma cara, la de Él. Esa es la última generación. Donde ver a uno es ver al otro, porque estamos viendo al mismo. Que podamos decir como Él. Si me has visto a mí, has visto al Padre. Pero lo que sucede es que nosotros tenemos esta imagen, que vamos a llegar a un lugar, y vamos a ver a tres dioses. ¡Jesús lo dijo! ¿Eres tan tonto que llevas tres años conmigo y me pides ver al Padre? ¡Entiende, si me has visto a mí, ya lo has visto! No es porque Él era igual, parecido o se portaba igual, es porque Él es Él. Porque Dios no tiene forma, a menos que un hombre le de forma. Tú no vas a ver a ningún Dios que no tenga la forma de ningún hombre. Para Dios ser visto, necesita una forma. Y la forma que está creando para verse, es un nuevo hombre.

Lo que sucede es que nosotros creemos que un hombre es eso que anda caminando por allí. Y no es así, hombre es un vaso lleno de Dios. Eso que hay por ahí son seres humanos. Hombre es una cosa que estamos creando, está en proceso. Hombre es una deidad. Es que tenemos un vocabulario tan reducido a nada, que tenemos que inventar términos para poder predicar la Biblia. Hombre no es cualquier payaso que tiene dos patas. Hombre es un vaso de tierra lleno de Dios. Eso, señores míos, está en proceso. Es ese el plan de Dios: crear un hombre. ¿Qué hombre? ¡Él! Entonces suele ser aquí cuando tú frunces el entrecejo y me miras con ojos religiosos y me preguntas: ¿Pero cómo Dios va a ser un hombre, hermano? Y yo te respondo: ¡¡No me compares a Dios con ese ser caído!! Compáralo con los que están arriba. Y el que está arriba, es Cristo. El tema viene que, al tú nacer de nuevo, también estás arriba. En Cristo. – ¡No puede ser! Bueno, entonces queda aquí, apenas perdonado por gracia. Pero desde aquí jamás tocarás los diez millones. El único que es hombre completo, y por lo tanto es Dios, es Jesús. Es el segundo hombre, de 1 Corintios 15. La Biblia nunca dice que hay millones de hombres, dice que hay dos. El primer Adán, que murió, y el segundo hombre que es del cielo, Jesús.

Dios hizo dos modelos. El primero, que no funciona, y el segundo, que se está formando. Lo que tenemos ya formado, es la cabeza. Ahora se está formando el cuerpo. Del segundo hombre. Hombre es una deidad. Se compone, se conforma, de seres humanos nacidos de nuevo. Lo que pasa es que, como usamos la palabra hombre para una especie casi animal, cuando decimos que Dios es un hombre, nos asustamos. Pero fíjate cómo hemos usado nosotros la palabrita hombre, y fíjate luego lo que el libro dice.

(Gálatas 5: 24) = Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos.

Sí que, si no las has crucificado todavía, pues todavía no eres. Es blanco y negro si queremos ser bien estrictos. Porque dice que los que son de Cristo, han crucificado. No dice que están crucificándola. Ahora bien, si tú todavía sientes esa pasión, es porque la memoria te juega malas pasadas. Sólo la memoria.

Paso Nº 2: MUERTE.

(Romanos 6: 8) = Y si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él; (¿Cuándo morimos? Con Cristo).

(2 Timoteo 2: 11) = Palabra fiel es esta; si somos muertos con él, también viviremos con él. (Morimos con Él.)

(Colosenses 2: 20) = Pues si habéis muerto con Cristo en cuanto a los rudimentos del mundo, ¿Por qué, como si vivieseis en el mundo, os sometéis a preceptos (21) tales como: no manejes, ni gustes, ni aun toques (22) en conformidad a mandamientos y doctrinas de hombres), cosas que todas se destruyen con el uso? (¿No es cierto que en lugar de lo que leí, a ti te sonó como no te pintes, no te pongas pantalones, no te maquilles? Claro, el que anda en legalismo, lo hace porque todavía no sabe que ya está muerto con Cristo. Por eso anda tratando de arreglar a Adán. Y no estamos citando escrituras que te parezcan desconocidas o que nunca habías visto. Estamos simplemente revisitando nuestros fundamentos con los ojos abiertos. O sea: no controlados por doctrinas ni por cosa ya establecida, sino leyendo para ver qué cosa no vimos cuando pasamos por allí la primera vez. ¿Qué es lo que estamos haciendo? Leyendo.)

(Juan 12: 31) = Ahora (¿Cuándo?) es el juicio de este mundo; ahora (¿Cuándo?) el príncipe de este mundo será echado fuera. (¿Cuándo fue eso? Ahora. ¿Y entonces? ¿Cuál es el problema? ¿Y qué hacemos con tanto libro moderno que nos habla de otra cosa? No lo sé, ahora es el juicio del mundo. Ahora, el príncipe está echado fuera. Ahora. Hace dos mil años.)

(32) Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo. (Cuidado; dice “a mí mismo”, no dice que sea a las mansiones celestiales de calles de oro. Vamos a ver si eso es constante. Vamos a ver el capítulo 14, sólo para ver si son las mismas palabras.

(Juan 14: 3) = Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis. (¿Adónde los va a tomar? A sí mismo. Si Él se va y prepara lugar, nos viene a tomar para estar ¿Dónde? En Él mismo. ¿Dónde estás tú hoy? En Cristo. ¡Entonces ya te tomó! Porque si yo fuese levantado de la tierra, atraeré (Ya te atrajo) a todo hombre, a mí mismo.)

(Juan 12: 33) = Y decía esto dando a entender de qué muerte iba a morir. (Entonces, el levantamiento de la tierra al cual él se refiere, es cuando levantan la cruz con el hombre clavado en ella. Si yo fuese levantado de la tierra, atraeré ¿A cuántos hombres? A todos. ¿A todos? A todos. ¿Y el borracho de la esquina? También, es a todos. ¿Y al violador de niños? A todos. Entonces, ¿Tú me quieres decir a mí que todo el mundo está perdonado? Pues sí, ya ha sido dicho. Sólo resta que se lo digamos a la gente, para que lo sepa y decida si quiere aceptar ese sacrificio y ser salvo. Mira como lo dice en Corintios.)

(2 Corintios 5: 14) = Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego (¿Cuántos murieron? Todos) todos murieron; (No solamente atrajo a todo ser humano a sí mismo, sino que los mató también. Es decir que, el juicio es ahora, en la cruz. ¿El juicio de quién? Del hombre de pecado. Adán. ¿Y dónde estaba? En la humanidad. Todo el mundo era de naturaleza adámica. El juicio del globo terráqueo, que incluía a todos los seres humanos del mundo, fue en la cruz. Todos los hombres fueron hallados culpables. Todos tenían genes de Adán. Todos tuvieron la misma sentencia. La paga del pecado, ¿Es? Muerte. Entonces, había que buscar una manera de matar a todo el mundo, matando a un solo hombre. Ahí es donde entra Dios. Y Dios tomó la forma de hombre, y agarró el pecado de toda la humanidad y lo puso en ese hombre, y al ponerlo en ese hombre, todos los hombres estaban perdonados. Porque ya no tenían pecado, ya que se les había tomado el de ellos y se lo habían puesto a otro. O sea que se mató a Adán, en todos. El potencial de estar libre de esa naturaleza, se ejecutó de una vez y para siempre. Todos los hombres murieron. ¿Cuántos murieron? Ahí dice que si uno murió por todos, luego todos murieron.) (15) y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.

(Colosenses 3: 3) = Porque habéis muerto, y vuestra vida (Que es como decir: tú vida), está escondida con Cristo en Dios. (¿Dónde está tu vida? Con Cristo en Dios. O sea: quien estaba ahí, Adán, murió; y el nuevo, eres tú en Cristo.

(Romanos 6: 7) = Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado. (Eso quiere decir que si no ha muerto, no ha sido justificado del pecado.)

(8) Y si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él; (9) sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de los muertos, ya no muere; la muerte no se enseñorea más de él.

(10) Porque en cuanto murió, al pecado murió una vez por todas; más en cuanto vive, para Dios vive.

(11) Así también vosotros consideraos muertos al pecado, (Y esta palabrita, “consideraos”, es la palabra loguizomai, y significa “tomar inventario, concluir, conciliar, o para cuenta de un lado a otro”. Es decir: considera la muerte de Él, la tuya. Acuérdate: los sacerdotes de Esdras 2:62, fueron excluidos del ministerio, porque no pudieron reconciliar. Hicieron un registro, y no pudieron reconciliar o hallarse en la genealogía. Entonces dice: aquellos que si ministraron, pasaron por medio de una reconciliación, pasaron por medio de un registro, y fueron hallados como: bueno, aquello que está aquí, llega hasta aquí. Ahora nos dice a nosotros: ustedes busquen su genealogía, nunca tu identidad. Consideraos muertos a través de la muerte de Él, que no es la de Él, sino la tuya).

(1 Corintios 15: 20) = Más ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho. (La primicia es una ley que garantiza la siega. La primicia también garantiza que la siega será de lo mismo que la primicia. Creo que nos está diciendo algo con eso. Primicia de los que durmieron, es hecho. No está diciendo que de toda la gente que murió, tu abuelito, tu abuelita y tus ancestros, Cristo es el primero en resucitar, no; no dice eso. Y no lo dice porque, sin ir más lejos, Lázaro resucitó antes que Jesús. Es primicia de todos los que fueron adormecidos por la caída de Adán. Adán cayó y esa caída es una muerte espiritual. Y Cristo es hecho primicia, de ese tipo de resurrección. Garantizando que habrá muchos del mismo tipo, y hechos de lo mismo que Él. La primicia y la siega, están hechos de lo mismo. Entonces, si esto es deidad, esto también. Cristo es primicias, garantizando que lo que viene detrás de Él, es idéntico a Él. Son títulos que la Biblia usa deliberadamente. Las primicias es una ley. Si estudias la ley de la primicia, entiendes de qué está hablando el verso.)

(21) Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, (Por un hombre, no por un dios. Bueno, pero es que pudo haber muerte pre-adámica. De acuerdo, pero si hubo muerte pre-adámica, hubo hombre antes que Adán, porque la muerte entró por un hombre. ¿Y ahora qué hacemos con esta doctrina? La Biblia dice que muerte, fue introducido por algo que se llama hombre. O sea que, antes de que el hombre la introdujera, no había muerte.) también por un hombre la resurrección de los muertos. (El problema para entender esto está en que para nosotros, decir hombre es hablar de un ente que anda en dos patas y trata mal a su mujer, mientras que para Dios, decir hombre es referirse a su creación divina, llena de Sí mismo.)

Estamos hablando de dos cosas que suenan igual, pero que son bien diferentes. Tú dices hombre, y tú tienes la imagen de todo lo que el hombre ha hecho en la tierra. Y Dios dice hombre, y todavía tiene la imagen que anda en su Espíritu, Génesis 1:26: Él mismo encarnado. Estamos formando al hombre. Nuestra meta es una calidad de existencia, un varón perfecto, lo que estamos produciendo, es un hombre, no un ministerio. El ministerio es el medio para formar ese hombre. Si tu ministerio no está haciendo cosas que formen a un hombre, entonces no estás administrando un ministerio de Dios, sólo uno de tu denominación. ¡Yo tengo un concierto! Dime cuál es el objetivo encerrado en tus canciones. Si están alineadas con este propósito, adelante. Si no lo están, ya lo sabes. Eso decide quién predica y quién no predica; qué mensaje traes, qué estás diciendo, qué estás formando tú, cuál es el énfasis del ministerio. Eso decide qué actividades tenemos y qué no tenemos.

Porque estamos construyendo deliberadamente, una mentalidad. ¿Por qué una mentalidad? Porque el hombre es según él piensa, así que si formamos la mentalidad, logramos tener el hombre. Estoy formando una persona que ora así, que piensa así, que planifica familias así, que su orden de prioridades es así, que su escala de valores es así, que su tenacidad es así, que su mentalidad es así, sus visiones son así, su tiempo está ordenado así. ¿Qué estás haciendo, controlando? No, creando un hombre según el patrón. Porque cuando esté formado, la plenitud lo habita. Entonces, cada mensaje, cada canción, cada actividad, debe producir algo hacia ese objetivo, o está demás. Cuando la iglesia no entiende el plan de Dios, es orientada por actividades. Cuando la iglesia entiende el plan de Dios, sus actividades son orientadas por el plan. Se gasta mucho menos dinero y se hace mucho más. Administración de Reino. ¿Y qué hacen si no tienen actividades? Estamos ocupados creando al hombre. Y cuando se va mejorando el hombre, se va mejorando la familia, se van mejorando los hijos, mejorando las empresas, mejoran las finanzas, mejoran los negocios. Allí llega, todo junto, lo que se nos ha estado tratando de dar por separado: prosperidad, sanidad, fe, gozo, todo lo demás viene porque aprendemos a pensar. Porque somos mejores ciudadanos, porque no estamos adoctrinando haciendo ministros. Hoy, mayoritariamente y salvadas sean honrosas excepciones que supongo las habrá, tenemos excelentes cristianos y pésimos ciudadanos.

Paso Nº 3: SEPULTURA.

(Romanos 6: 4) = Porque somos sepultados juntamente con él (Nota que Dios se encargó que todos los pasos los demos junto con Él. Porque tú no puedes hacerlo, por eso Él lo hizo.) para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva. (¿Dice que Cristo resucitará o que ya resucitó? Que ya resucitó, tiempo pasado. ¿Y luego que dice de nosotros? Que así también debemos andar. Así también, igual, similar, del mismo modo: tiempo pasado. ¿Está claro?)

Bendecidos los que padecen de la primera resurrección, ya pasamos esa. Dichosos aquellos que están en esa resurrección. Esa es esta, la que nos dio vida con Cristo. La que te hizo recobrar la mentalidad de quién eres. La que te pone en el Gan de Dios. Te sacó de aquí y naciste de arriba. En la misma posición geográfica. No estamos hablando de elevación, sino de calidad. La clase 1-02 de español, es más alta que la clase 1-01 de español. Ambas en el primer piso de la universidad. Él dice: sube acá y camina que mis caminos son más altos. Eso no significa que te vayas a flotar a una nube, sino que sus principios son superiores a los terrenales. Sube acá, razona conmigo. L palabra, cada vez que quiere que camines de acuerdo a lo que ya está hecho, te dice que subas. Nada tiene que ver con irse, sino que subas la calidad, que saques de adentro lo mejor de ti mismo. Levántate del suelo, piensa más alto. Los principios son superiores a los de un mero ser humano. No eres pobre, tienes diez millones. Canjea algo. Haz un retiro de tus depósitos espirituales en lugares celestiales. Sepultura. Estamos sepultados con Él.

(1 Pedro 3: 21) = El bautismo que corresponde a esto ahora nos salva (no quitando las inmundicias de la carne, sino como la aspiración de una buena conciencia hacia Dios) por la resurrección de Jesucristo, (22) quien habiendo subido al cielo está a la diestra de Dios; y a él están sujetos ángeles, autoridades y potestades. (Fíjate que raro: a Él están sujetos, Él está a la diestra, en los cielos de Dios, y nosotros estamos sentados juntamente con Él. Escucha: cuando uno entiende lo que Cristo ha hecho, entonces el anhelo por ciertas cosas, se desvanece, y nuestra realidad se convierte en otra. Hay tanto gusano religioso en la cabeza que cuando se intenta explicar esto la gente te dice: “¡No entiendo!”, y está allí bien claro, blanco sobre negro).

(Colosenses 2: 12) = Sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos. (Resucitar es nacer de nuevo. Resurrección es redención de cuerpo, anótalo. Son dos cosas distintas, nada que ver una con la otra.)

Por favor, sal del mundo físico por un momento, y déjame hablarte. Cuando estás con una palabra como esta, sentís que permanentemente el mundo natural te está confrontando y hasta agrediendo, además de ser analizado por él. Pero esto trasciende el mundo natural, no lo analices. Estamos hablando del misterio escondido, ¿Cómo lo vas a analizar con lógica natural y racional? Ahí es donde entra la fe. Estamos creyendo que estamos escuchando de Dios, no porque yo lo esté hablando, sino porque lo estamos leyendo directamente del libro. Y en blanco y negro, escrituras que en realidad no estamos interpretando; sólo las estamos leyendo. Hubo un especial cuidado al seleccionar escrituras que no necesitan interpretación, las estamos leyendo! Como se debe, correctamente con sus puntos y sus comas, que para algo están allí. “¡Ah, hermano! ¿Me va a decir que Dios escribe en español? No, te voy a recordar que Dios es Dios, y su idioma es único y universal y apto para traducir cualquiera de las jerigonzas que nosotros llamamos idiomas. ¿Has olvidado a Babel?

Cristo resucitó y experimentó redención, casi simultáneamente. Pero la parte de la resurrección de Él, que es de la que estamos hablando, es la de levantarse y volver a estar acá arriba, después de haber caído. No estamos hablando de la parte que todos estamos aguardando, que es la redención de nuestros cuerpos por la cual la tierra gime. Estamos hablando de estar parados por dentro. Estamos hablando del hombre interior. Por eso es que 2 Corintios 5:19 dice que Dios anda en nosotros. ¿Dónde anda Dios? ¿Eso significa que los pies de Dios, son los pies de quién? ¿Sabes de lo que estoy hablando? ¡Correcto! Los pies de Dios, son la iglesia. Dios anda en nosotros, reconciliando al mundo consigo. No reconciliando al mundo con Él; consigo. En nosotros, consigo. Cuando lo lees gramaticalmente, se refiere al mismo que anda en nosotros. Reconciliando al mundo consigo mismo, y añadiéndolo a nosotros, el cuerpo de Cristo. ¿Cómo se lo añade? No tomando en cuenta sus obras, porque el juicio de este mundo ya pasó y todos fueron perdonados. Entonces, cuando ellos se dan cuenta, son pasados a este nuevo hombre. Del viejo hombre, al nuevo hombre.

Mira Romanos 6, una vez más. ¿Me permites parafrasear en bruto argentino básico el primer versículo? ¿Qué vamos a decir, Néstor? ¿Vamos a seguir dándole duro y parejo al pecado para que la gracia sobreabunde? ¿Ya que tú no quieres que nadie nos dé normas, y que hagamos lo que sea porque estamos libres? (2) ¡De ninguna manera! (Anótalo y luego dile a los demás que Néstor lo dijo: ¡De ninguna manera! Está grabado aquí y está escrito más allá. Es documento jurídicamente válido). Porque los que hemos muerto al pecado, ¿Cómo viviremos aún en él? (¡Escucha! ¡Si ya has muerto al pecado, ya no estás vivo para el pecado! Si hay alguien allí, escuchándome del otro lado, que sabe que está vivo al pecado, es porque no ha muerto a él. Y si tú no has muerto al pecado, tú necesitas salvación, no importa si eres pastor, evangelista, apóstol, profeta…o maestro. He recibido alguna vez quejas de que este tipo de mensajes produce libertinaje, que la gente se descontrola. Dicen que debe ser gobernada de adentro. Allá cada uno con su idea personal, pero escucha bien esto.

Podemos tener veinte mil personas sentadas en un templo, bien disciplinadas por orden tuya, por causa de tu autoridad o por temor a ti, como quiera que sea. Gente que ama a Dios a la cual tú le estás diciendo exactamente como deben vivir, todo bien. Pero si tú le quitas esas normas y ellos no saben cómo vivir, entonces tú no has producido nada. Y hasta que no produzcamos, no terminamos. Es mejor quitarlas. Porque el hecho que tu iglesia esté llena, no quiere decir que hayas avanzado algo. No se trata de tener la iglesia llena, sino de que la gente crezca de adentro hacia fuera. Entonces, en el mejor de los casos, trataremos de hacer lo mejor que se pueda sin que se vacíe la iglesia. Pero la verdad es que, si tú le quitas las cuerdas a alguien, y esa persona sale esa noche a hacer todas las cosas que nunca ha hecho, ese nunca estuvo adentro. El verdadero sabe vivir en medio de la mugre sin ensuciarse. Daniel. Vivir en Babilonia, pero no comer de su alimento ni adorar sus dioses.

Quiero ser más que claro: es mejor una persona que un día no va a la iglesia porque no tiene ganas y el próximo domingo retorna por su voluntad, a aquella que va todos los domingos por que alguien la obliga. Disciplinar e instruir, es esencialmente mostrar las opciones y las consecuencias de las decisiones del hombre. Y que la persona crezca tomando decisiones. Porque madurez, es aceptación de responsabilidades. Tanto en la familia como en la iglesia. Entonces, mi trabajo como ministro, y el suyo como colega mío, es mostrarle al pueblo la verdad, y que la verdad trabaje en sus corazones. A los más pequeños los guardaremos con abrazos de amor, de acuerdo, pero a los demás, la idea es que vayan creciendo. Esos son los cambios que estás viendo ocurrir en la iglesia global. Antes en la iglesia nadie hacía nada si el pastor no daba la orden. Nadie se podía ni casar, ni mudar, ni comprar un auto sin autorización pastoral. Todo lo decidía el pastor. La iglesia del Señor no corre alrededor de un hombre. Se llega a morir el pastor y todo se viene abajo en una semana. ¡No funciona así!

(Verso 3) = ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte?

(4) Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.

Esos son los primeros tres pasos que se deshacen del viejo hombre. Adán muere con eso. Déjame darte tres hechos que son esenciales para nuestro evangelismo. 1) Cristo es nuestro sustituto. Para evangelizar con esta mentalidad, este sería el tratado que escribirías. Romanos 5:8. Cristo murió por nosotros, no en lugar de nosotros. Romanos 5:8 lo dice con claridad:Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. Romanos 5:6, dice: Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos. (No es el lugar, no tenemos al asesino suelto; mató al asesino. Otras escrituras: Salmo 69:9: Porque me consumió el celo de tu casa; y los denuestos de los que te vituperaban cayeron sobre mí. Hebreos 2:9: Pero vemos a aquel que fue hecho un poco menor que los ángeles, a Jesús, coronado de gloria y de honra, a causa del padecimiento de la muerte, para que por la gracia de Dios gustase la muerte por todos. Isaías 53:5: Más él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. 1 Pedro 3:18: Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu;

Segundo paso, Se identificó con nosotros. Claro está que para Él identificarse con nosotros, tuvo que bajarse del púlpito y pararse en la mesa donde estábamos. No podía redimirnos siendo Dios. Porque el pecado entró por un hombre, no por un dios. Eso tenía que salir por un hombre, no podía salir por un dios. Lo primero que tenemos que ver, es que Él tuvo que dejar de ser Dios para hacer lo que tenía que hacer. Ahí es donde Él es digno de adoración, ¿Entiendes? Fue un hombre el que hizo esto. A quien alabamos, en este caso, es a un hombre. Por eso es tan fácil para los hombres halagar y alabar a los hombres. Porque al Dios que nosotros alabamos como Salvador, es un hombre. Entiende bien y no corras a decir barbaridades a otros hermanos llevándolos al límite del desmayo y a ti, junto conmigo, a la hoguera de fuego de las brujas. Porque quiero recordarte una vez más, que hombre no es un ente en dos patas que trata mal a su mujer. Hombre es un vaso de tierra lleno de Dios. Tenemos que redefinir qué cosa es hombre, en nuestra mente. Porque dice que tenemos un solo mediador entre Dios y los hombres, a Jesucristo, el hombre. Eso es lo que dice la escritura, no es una interpretación ocurrente mía o de algún demente noctámbulo aburrido y desempleado. Soy consciente que esto mata una enorme vaca sagrada evangélica, pero presta mucha atención: está escrito, nadie lo está inventando o manipulando.

(Mateo 27: 46) = Cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿Lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?

Esta es la mejor ilustración de que Jesús es el Cordero. Juan dijo: Jesús, el Cordero que quita el pecado del mundo. Pero quien estaba dentro de Jesús, es el sacerdote que vino a inmolarlo. Isaías 6, dice que el niño nace, pero que el hijo es dado. Cristo es eterno, no nace; se encarna. Cristo es eterno, es Dios. Cristo, ahora, dentro de Jesús, lo prepara como cordero que va al matadero. Dice Isaías. Cuando lo lleva al matadero, que es la cruz; lo cuelga en la cruz, lo clava en la cruz, y ahora Jesús dice: ¿Por qué me abandonas? Y lo que se va de Él, es Dios. ¿Por qué? Porque Isaías 59 verso 2, dice que las iniquidades separan a Dios del hombre. En el momento en que todo el pecado de nosotros es puesto en Jesús, el sacerdote se va. ¿Por qué? El Antiguo Testamento, cuando el cordero era puesto en el altar de bronce, y el sacerdote ponía manos en el cordero, significando que el pecado del pueblo ahora estaba en el cordero, no quemaban al sacerdote, quemaban al cordero. El que murió en la cruz no fue Dios. Dios preparó al hombre, sin mancha y sin arruga. Él vivía aquí, Jesús. El nació de aquí, no nació de Adán.

Entonces, Jesús, estando aquí, es vida. No tiene vida, ES vida. Nadie lo puede matar. Ni Pilatos, ni lanzas, ni piedras, ni tiros, ni pistolas. Él ES vida. Lo que tiene vida, puede perderla. Lo que ES, ES. Entonces, Él no puede morir en la cruz sin primero caer aquí. Cuando se le pone el pecado, el cae aquí y Dios se va. ¿Por qué me abandonas? Esa es la primera muerte. Esa es la que se identifica con nosotros. Ahora murió espiritualmente. Quien murió espiritualmente fue Jesús, no Dios. Luego, Isaías 53:11, dice que Dios lo dejó ahí hasta que estuvo satisfecho. Y que cuando estaba satisfecho, Efesios 1 dice que el Espíritu que hoy mora en nosotros, vino y lo resucitó de entre los muertos. Entonces, el mismo Espíritu que se fue, volvió abajo, una vez que Dios estuvo satisfecho por tú muerte y mí muerte por nuestros pecados, a buscar a Su Hijo. Pero cuando lo resucitó, no resucitó al mismo lleno de pecado, sino que hizo una recreación, esto es: una nueva creación. Un nuevo hombre que se llama Cristo. El cual ya no es uno, sino muchos. Claro; tres versos más tarde, verso 50, dice: Jesús, habiendo otra vez clamado a gran voz, entregó su espíritu. Eso es la muerte física. ¿Cuántos pueden ver que hay una diferencia, allí? Y es en esos tres versos que está todo ese misterio que la iglesia todavía no se atrevió a desenredar y nos dejó en la tierra, en lugar de pararnos allí.

(Romanos 6: 5) = Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección.

(1 Corintios 12: 12) = Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo. (Fíjate que dice Cristo, no dice “el cuerpo” de Cristo. ¿Quién es Cristo? No uno, sino muchos. Con esto te estoy diciendo que tú ya no puedes decir “mira a Cristo”, porque Cristo es una esencia que necesita un cuerpo. ¿Estará apto el tuyo? Vamos a mirarte. ¿A mí? Eres cuerpo de Cristo. ¿Pero no estaba sentado a la diestra del Padre? Tú eres la diestra del Padre. ¿No era que el anticristo se iba a sentar en el templo, que era el lugar de Cristo? ¿Cuál es ese? Tú. Fíjate como dice: Así como el cuerpo tiene muchos miembros, (manos, brazos, pies) pero todos los miembros del cuerpo, siendo varios, son un solo cuerpo. Así también Cristo. Cristo es un solo cuerpo compuesto de varios miembros. No dice que el cuerpo de Cristo, dice que Cristo es así. Ahí falleció más de una enorme vaca sagrada religiosa.

El tercer hecho, es que Se unió con nosotros. Y te doy rápidamente las escrituras. 1 Corintios 6:17: el que se une con Dios, ¿Cuántos espíritus es? Uno. Efesios 5:30: somos hueso de sus huesos y carne de su carne. Juan 3:6 dice que si eres nacido del espíritu, eres espíritu. Y si eres nacido del Espíritu Santo, eres Espíritu Santo. Ahora, si naces de madera, eres de madera. Lo que te hace, es lo que te forma. No hay una diferencia entre aquello que se hizo para crearte y lo que se recreó. La escritura dice eso. Es como sacar un vaso de agua de un recipiente. El vaso está allí, lleno, pero lo que contiene es de la misma sustancia que hay en el recipiente. Si tú vuelcas ese vaso en el recipiente, el contenido no cambia de color ni se altera, porque es el mismo.

(Juan 17: 21) = Para que todos sean uno, como tú, oh padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste.

(22) La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno.

(23) Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado.

(Colosenses 1: 18) Y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia; (19) por cuanto agradó al padre que en él habitase toda plenitud, (20) y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz.

(21) Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado (22) en su cuerpo de carne, por medio de la muerte, para presentaros santos y sin mancha e irreprensibles delante de él.

Entiende, por favor, hermano mío, y cambia todo lo que debas cambiar en tu mente si ahora lo estás viendo con claridad. No fue que te uniste a una institución llamada Cuerpo. No. Fuiste bautizado en un cuerpo de carne, o sea: es como si estuviéramos cosiendo pedazos de piel, formando un odre para que la plenitud de Él, lo habite. Fíjate como lo dice. Fuimos reconciliados en su cuerpo de carne, no en una organización institucional, que es cuando a la iglesia le llamamos “el cuerpo”, no. Escucha: somos el único cuerpo que Cristo tiene. Sin nosotros, Cristo no tiene cuerpo. Jesús tiene un cuerpo redimido. ¿Pero es que no es el mismo? Un niño es nacido, un Hijo es dado, ¿Recuerdas?

(Colosenses 2: 6) = Por tanto, de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad en él; (7) arraigados y sobreedificados en él, confirmados en la fe, así como habéis sido enseñados, abundando en acciones de gracia.

(8) Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo. (Pero nos pasa igual, ¿No?)

(2 Corintios 4: 10) = Llevando en el cuerpo siempre por todas partes la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestros cuerpos. (Y por si esto no es suficiente)

(11) Porque nosotros que vivimos, siempre estamos entregados a muerte por causa de Jesús, para que también la vid de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal.

Paso Nº 4: VIVIFICACION.

Ahora vas a ver como las escrituras comienzan a duplicarse, porque las mismas que nos enterraban, ahora contienen elementos de vivificación. Vamos a ver una vez más a Colosenses 2:12. Estamos tratando de conciliar lo que Cristo hizo en nuestra cuenta, viendo como la muerte de un hombre, nos toca y hace efecto a nosotros. Y es la parte espiritual la que hace eso.

(Colosenses 2: 12) = Sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos.

(13) Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados.

Dice, literalmente, “os dio vida”. No estamos hablando de resucitar, sino de esto: dar vida. Esa parte donde dice “os dio vida”, es vivificar. ¿Requisito principal para vivificar? Estar muerto. Nos dio vida juntamente con Él. Otro texto que podemos utilizar aquí es Efesios 2:1, donde dice que nosotros estábamos muertos en nuestros deleites y pecados, y juntamente con Él os dio vida. Ahí está una vez más: vivificados con Él. La vida nueva que tú tienes, te la dieron cuando se la dieron a Él. Porque la tuya no es tuya, es de Él. La vida que vives no es la tuya, sino la de Él. Porque ya no vivo yo, más vive Él. Entonces, la vida que tenemos, se resume en esto: nacimos de nuevo cuando Él nació de nuevo. Quien nació de nuevo fue Él, y a nosotros nos trasladaron y nos metieron en Él. ¿Cuándo nos trasladaron? Nos trasladaron cuando tú te diste cuenta. Pero nacimos de nuevo cuando Él nació de nuevo. Hay un solo nuevo nacimiento: el de Él. Son dos hombres en la tierra; no miles; dos. Nació el nuevo hombre, y se va a acrecentando, según nosotros nos vamos dando cuenta que hemos sido perdonados.

(Juan 20: 1) = En el primer día de la semana, (Primer día de la semana, también se refiere al tiempo que estamos viviendo) María Magdalena fue de mañana, siendo aún oscuro, al sepulcro; y vio quitada la piedra del sepulcro.

(2) Entonces corrió, y fue a Simón Pedro y al otro discípulo, aquel al que amaba Jesús, (Ese es Juan), y les dijo: se han llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos dónde le han puesto. (¡Se llevaron el cuerpo!)

(3) Y salieron Pedro y el otro discípulo, y fueron al sepulcro.

(4) Corrían los dos juntos; pero el otro discípulo corrió más aprisa que Pedro, (¡Como que era mucho más joven y ágil!) y llegó primero al sepulcro.

(5) Y bajándose a mirar, vio los lienzos puestos allí, pero no entró.

(6) Luego llegó Simón Pedro tras él, y entró en el sepulcro, y vio los lienzos puestos allí, (7) y el sudario, que había estado sobre la cabeza de Jesús, no puesto con los lienzos, sino enrollado en un lugar aparte.

Aquí vemos el sudario, que es el paño que cubre la cabeza, ¿La cabeza es quién? Cristo. Bien dobladito y colocado aparte, porque Él ya terminó. Pero los lienzos que cubrían el cuerpo, no estaban doblados, estaban tirados. ¿Qué significa la parábola? Que tenemos que volver a la tumba, y doblar el lienzo, para apropiarnos de lo que allí se nos dio. Los panes de la proposición son seis en un lado, y seis en el otro. El lienzo doblado significa que estos seis, ya Cristo los hizo. Y aunque nosotros lo hicimos junto con Él, recién ahora es que lo estamos reconociendo. En el primer día de la semana, volvemos a estudiar la tumba y doblamos el lienzo. Eso es lo que estamos haciendo. Significando que la cabeza terminó, pero que el cuerpo tiene que apropiar la herencia de la cabeza. ¿Lo estás viendo con claridad? Son tipologías que Dios esconde en las escrituras.

Anota por allí Isaías 53:10-11, que es donde Dios se satisface, y la palabra nos dice que cuando Dios es satisfecho por la paga del pecado, entonces nos da vida. Le dio vida a Cristo. Nota que Cristo recibe vida, cuando dios está satisfecho con la paga de tu pecado. O sea que Él estuvo allí el tiempo que fuera necesario para que Dios fuese satisfecho con el olor fragante de la ofrenda por tu pecado. Cuando Dios dijo perdono tu pecado, Aquel que lo abandonó o desamparó, volvió por Él. Ahora; imagínate lo impresionante de la obra de Dios que Jesús, entendiendo eso, lo hizo por fe, y nunca se había hecho antes. Por eso fue el que dijo: pasa esta copa de mí. ¿Qué copa? Que yo sé que si me bebo esta copa, me voy a convertir en hombre, reduciéndome a un ser humano pecaminoso, con la esperanza de volver a ser hombre. Pero nunca se ha hecho. Éste se va y me deja solo. ¿Y si no viene? Por esto, ¡Es digno de toda adoración! Toda alabanza. Jesús está tremendo. ¿Portarse bien? Eso es una consecuencia de ser quienes somos. Digno de adoración. Yo me puedo portar bien, tú te puedes portar bien, pero ir a la cruz y hacer eso por el pecado de otro, y hacerlo sin la ayuda del de arriba, ahí te quiero ver.

Imagínate que tu pecado era tan difícil que te estaba matando a ti. Piensa ahora lo que tiene que haber sido llevar el de todo el mundo. Darnos cuenta definitivamente que la salvación tiene un precio tan grande, no puede hacer otra cosa que conmovernos, aunque seamos sobrios y medidos. Cuando empezamos a entender más a fondo este asunto, y abrimos la boca para cantar ya sea en la iglesia o donde sea, créeme que estamos cantando en otra dimensión. Se cae la casa. Se está cantando de adentro para afuera, no de afuera para adentro. No necesitas directores de alabanza ni porristas cristianos que te digan cuando dar un grito de júbilo. No hacen falta canciones populares con letras pegadizas. Es más; ni siquiera hace falta música, porque uno la crea.

Paso Nº 5: LEVANTADOS.

(Efesios 1: 19) = Y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza, (20) la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales.

(Efesios 2: 5) = Aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (Por gracia sois salvos) (6) y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús. (Está claro; no tenemos por qué esperar una resurrección futura, ya sucedió. Dice que nos resucitó, tiempo pasado. Ya ocurrió. La otra, viene según el hombre interior aumenta. Lo que produce la redención del cuerpo, es la expresión de Cristo en nosotros. Nosotros no tenemos que esperar, lo que tenemos que hacer es empezar a entender lo que ya está hecho.

(Romanos 6: 5) = Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección.

(Colosenses 3: 1) = Sí, pues, habéis resucitado con Cristo, (O sea: si ya resucitaste con Cristo. La implicación es que sí, que ya pasamos por eso) buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios.

(2) Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. (Eso se refiere a los querubines del velo, no a estar mirando las nubes)

(3) Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. (Mira ahora el verso 4)

(4) Cuando Cristo, (coma), vuestra vida, se manifieste, (Gramática. Cuando Cristo, coma, vuestra vida, coma, se manifieste. ¿Quién se va a manifestar? Cristo. ¿Y quién es Cristo? Nuestra vida. ¿Estás viendo? ¡Yo no lo escribí, yo sólo lo estoy leyendo! Debes estar mirándome como diciéndome: ¡No me digas eso! No lo digo yo, yo lo leí. Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, (Ya no vivo yo, vive Cristo en mí). Cuando la realidad de lo que ya hizo por nosotros. O sea: cuando el cuerpo tuyo y mío, cuando tú personalidad y tu conducta, tu comportamiento, tu mentalidad; cuando el alma del hombre llegue a entender que fue lo que Cristo hizo, comienza a manifestar quien Cristo es en nosotros, y comienza a comportarse como tal.)

Por eso dice que cuando Él venga, según Él es, seremos nosotros en este mundo. Es decir que yo me voy a comportar más, y más y más, según los principios divinos, según me vaya dando cuenta cuántos de ellos ya son míos. Me voy a comportar más como un millonario, cada vez que canjee parte de los diez millones. Si tú tuvieses una herencia de diez millones de dólares pero no lo sabes, y vives una vida de clase media, te comportas como una persona de clase media, y tus costumbres y tus prioridades, amén de tus valores, son ajustados a la mentalidad de una persona de clase media, hasta tu agenda de compromisos se va a parecer a la de una persona de clase media. En el momento en que descubres que tenías tanta cantidad de dinero que no sabías, y comienzas a apropiar eso a la clase media, aunque tu carácter o tu humildad no cambien, tu condición social sí cambiará. Tu agenda cambia, tus problemas cambian, tus prioridades cambian, tu comportamiento cambia, tu forma de vestir cambia, tu caminar cambia. Los problemas son otros, tus preocupaciones cambian, hasta tu salud cambia. Cuando te das cuenta. No es algo que tú haces, es algo que entiendes. Los sacerdotes fueron excluidos por algo que no sabían, no por algo que no hicieron. Estamos descubriendo qué pasó en la cruz. Los tesoros escondidos.

(Efesios 4: 24) = Y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y la santidad de la verdad.

(Efesios 2: 15) = Aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz,

Entiende que todo lo que estamos hablando de resucitar, levantar, es en el hombre interior. Tenemos un hombre interior. La Biblia habla que el hombre tiene un hombre interior. 1 Pedro 3. Porque no quiero que te confundas. Ahí es donde mucha gente se confunde y después salen diciendo que esta gente no cree en la venida de Cristo, no creen que la iglesia se vaya a glorificar, no creen en la redención del cuerpo y muchas cosas más por el estilo. Bien; déjame decirte que esa es gente que jamás se sentó a escuchar esto con su Biblia en la mano y con la máxima atención.

Paso Nº 6: SENTADOS.

(1 Pedro 3: 3) = Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos, (4) sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios . (O sea que sí hay un hombre interior, ¿Quedó claro? Es lo que quiero mostrarte, hay un hombre interior.

Y el hombre interior, tiene cinco sentidos, igual que el hombre exterior. Por ejemplo: Cristo decía: el que tenga oídos, oiga. ¡Pero todo el mundo tenía oídos! ¿De qué estaba hablando él? Del oído espiritual. Una vez Él dijo: tienes que comer de mi carne y beber de mi sangre. Algunos aullaron de terror, acusaron de canibalismo y se fueron. ¿Por qué? Porque al igual que los teólogos de hoy, son superficiales, y pensaron que estaba hablando de cosas literales. No lo dejaron explicar, pero voy a decirte que Cristo no tenía ninguna intención de explicar algo, tampoco. Nosotros sí comimos de su carne y bebimos de su sangre y estamos en Él. Estamos hablando del nuevo nacimiento. Así que tenemos gusto en el hombre interior, también. Recuerdan la vez que el profeta vieron a Siria que rodeaba la ciudad, y el siervo andaba todo loco y espantado gritando: “¡Dios mío, nos van a matar!” y Eliseo le dijo: “Ábrele los ojos a este, por favor” ¿Qué ojos? Espirituales.

De repente él vio que eran más con nosotros que en contra de nosotros. Somos espirituales, pero tenemos oído, tenemos gusto, tenemos la vista. También la Biblia habla que somos olor fragante, ahí vemos también el olfato. ¿Y el tacto? La mujer del flujo de sangre. Había miles de personas allí, encima de Jesús, casi aprisionándolo, asfixiándolo. Y de pronto dice que esta mujer, lo tocó. Las dramatizaciones que hemos visto de este episodio en las iglesitas domingueras de nenes aburridos, nos mostraban a una mujer casi a cuatro patas entre medio de piernas, brazos, codos, llegando dificultosamente hasta Jesús en toda una enseñanza subliminal respecto al esfuerzo del hombre por llegar a Cristo, cuando la Biblia nos dice otra cosa. Dice que los discípulos lo miraron de reojo a Jesús casi diciéndole: “¡Pero Señor! ¡Hay cinco mil personas apretándote! ¿Y tú preguntas quien me tocó?” Él le dijo: es que tú no entiendes, alguien me tocó y no fue un toque físico. La señora andaba por allá y lo alcanzó con el corazón. Y virtud salió de Él. Si aprendiéramos esto, tampoco andaríamos llevándonos por delante unos con otros tratando de llegar a la plataforma para tocar los pantalones del predicador de la campaña de milagros. El toque fue espiritual. Algo salió de Él, que no salía cuando lo tocaban los demás.

Ese hombre interior, promete aumentar su dominio hasta quedarse con todo; eso es el Reino. Ese que está allí, adentro, es el que se tiene que manifestar. Que está oculto por lo que el cuerpo y la mente hacen, que es residuo mental del que vivía. No es que el que vivía está ahí, peleando con el otro. Lo que nosotros hacemos, lo hacemos porque ya está programado. Ya tenemos todo un estilo de vida. Y lamentablemente, aunque vengamos de la iglesia, hay que reprogramarlo. ¿Entiendes que estamos hablando que tú moriste, fuiste crucificado, sepultado, se te dio vida y estás resucitado y sentado en el hombre interior? Que físicamente estás allí, donde quiera que estés, y que para que físicamente estés parado en una dimensión llamada cielo, falta, todavía la glorificación de tu cuerpo. Esa la esperamos con ansias. Esa viene, cuando Él aparezca. Ese es el arrebatamiento, la redención del cuerpo. ¿Y adónde vas a parar? Yo lo voy a dejar librado a tu discreción. ¿Usted me quiere decir que con mi cuerpo glorificado yo podré traspasar paredes? ¡Ah, no lo sé! Lo que sí sé, es que Él es primicias, adelanto de algo similar. Y Él sí atravesó paredes. ¿Cuerpo físico? ¿Cuerpo espiritual? No lo sabemos. De otro mundo. Algo distinto a lo conocido.

Estamos sentados en lugares celestiales sobre todo principado. Esa es una postura interior, interna que tenemos ya. Eso es una realidad hoy. ¿Cuántos lo estarán entendiendo un poco mejor ahora que antes de empezar a escuchar esto? Si tienes que encarar al enemigo, ahora puedes encararlo con otra perspectiva. Desear ser de la misma sustancia de Dios, se convierte en algo factible, y no en algo tan distante, tan lejano y abrumador como suponíamos. No tienes que hacer más vigilias para eso, ya somos. Considerad los lirios. Esa es la palabra más bella para Él. Que no se preocupan, no trabajan para ello, sin embargo, Dios los reviste con mayor gloria que la de Salomón. Ese es nuestro destino: mayor gloria que la de Salomón. ¿Cómo? Sobreedificados en Cristo. Permitiendo que lo que fluye en la caña del candelero, sea lo que le da la luz al brazo. Que el jugo del tallo, sea el verdor de las hojas. Permitiendo que lo que Dios dice que tú eres, tú lo consideres como hecho. Y que no te sientas que le estás robando a Dios llamarte lo que Él te llama. No eres un triste pecador salvado por gracia. El mundo está compuesto de pecadores salvados por gracia. Tú naciste de nuevo. Ellos nacerán de nuevo cuando se den cuenta que fueron salvos. Están perdidos porque no saben que son salvos. Ellos no nacen de nuevo, ahora. Se darán cuenta que nacieron de nuevo, cuando se lo digamos.

Entonces, el mensaje se ha modificado algo. Ya no es arrepiéntete, sino Date cuenta que ya Dios te perdonó. Y eso es arrepentirse. Porque metanoneo, que es la palabra original, tiene que ver con cambiar la forma en que piensas. Ellos piensan que Dios anda con un machete buscándolos para cortarles el cuello. Y la iglesia, a veces, les ha ayudado a pensar eso. Con lo que te queda y nos queda claro que el mensaje genuino, en realidad, es: “Escucha: Dios no tiene nada en tu contra; tú estás perdonado. Es más; tú eres salvo, y no te has dado cuenta. Ya tu salvación fue hecha. Déjame introducirte a ella.” Porque ellos piensan que tienen que hacer algo para poder vivir una vida diferente, y como no están listos para vivir esa vid, te dicen que no. ¿Estás viendo la diferencia? Es el mismo mensaje, pero no se explicó bien. El Reino de Dios, es Dios con nosotros. Emanuel. Gobernando de adentro hacia afuera. Caminando desde el Gan. Dominando todo lo que está acá fuera.

Tú estás en el Gan de Dios. Tú estás en el huerto de Dios. Para ti, la voz de Dios es algo común. Para ti, nosotros comemos del árbol de vida diariamente. Todavía hay gente, en la iglesia, comiendo del árbol del conocimiento. Tratando de conocer el bien y el mal, en lugar de comer de él y ver que en verdad el mal y el bien provienen del mismo árbol. Que tanto hacer bien como hacer mal, te mata. No se trata de hacer bien ni mal, se trata de hacer lo correcto. El árbol del bien y del mal, produce muerte. Tanto el bien como el mal, son productos del mismo árbol. Ambos producen muerte. Es conocimiento, y conocimiento viene de afuera hacia adentro. Nosotros vivimos de adentro. No somos gobernados por lo que vemos, sino que caminamos viendo lo invisible para vencer lo visible. Porque estamos en lo invisible, materializándolo diariamente. El plan de Dios es sacar el mundo invisible y hacerlo visible. Dios es Espíritu, no es tangible. No puede hacer contacto con un mundo físico. Para hacer contacto con ese mundo físico que creó, está creando un hombre que sea capaz de interconectarse.

Porque Dios quiere tocar lo que creó, pero no puede. Entonces quiere meterse dentro de ti y acariciar su creación. Mira este ejemplo: la boda de Caná. Es en el tercer día, y quedan tres años de ministerio por delante. Y hay un cordero en la mesa. ¿Y que hay? Tinajas de agua. Y se convierten en vino. Los seis pasos. En Ezequiel 43:10-11 hay una analogía que puedes estudiar luego. En Deuteronomio 23:12-13. También en Deuteronomio 22.10. Y por último, Jeremías 22:19. Esto es inagotable, podríamos estar aquí mil años estudiando este asunto, pero creo que tenemos suficiente, tenemos una base, tenemos seis pasos que no son ninguna interpretación privada ni tampoco algo nuevo, peo sí lo estamos revisitando para verlo con los ojos abiertos y no controlados por doctrinas. Dejamos la doctrina a un lado y lo vimos con un corazón abierto. Y pudimos ver que sí hay dos o tres piedritas dentro de lo que vimos, que necesitan ser ajustadas dentro de nuestro pensamiento, para que nuestras vidas tengan mejor performance.

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enero 1, 2015 Néstor Martínez