Estudios » Crecimiento

El Adorador del Siglo XXI

Es mi intención hablar en este trabajo, de la adoración. Pero cuidado, nos hemos acostumbrado bastante por imperio de las circunstancias en estos tiempos de transición tan singulares para la iglesia, a interpretar que adoración es sinónimo de música, y si usted quiere, de música lenta, mientras que la otra, la más…bulliciosa, corresponde indefectiblemente a la alabanza. No digo que en los hechos no sea así, de hecho lo es y lo vemos. Lo que intento señalar es que la adoración va mucho más allá de un piano tocado con suavidad y armonía no exenta de talento, o de un grupo de gente con sus ojos cerrados y sus cabezas inclinadas, o con un momento que ocupa una parte determinada del culto. La adoración según Dios, es algo que incluye lo dicho, pero que va más allá; mucho más allá. Quiero hablar, en suma, de los adoradores que Dios está levantando en medio de la vorágine social, política, económica y moral de este siglo XXI.

(Juan 4: 23)= Más la hora viene, y ahora es, (No un día de estos, dice AHORA) cuando los verdaderos adoradores, (Preste atención que, si está hablando de “verdaderos” adoradores, eso deja implícito que hay supuestos adoradores que no son verdaderos, lo que equivale a decir, obviamente, falsos) adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. (No se trata, entonces, de si hay adoradores bien y que si no, a Dios le da lo mismo. Se trata de que Dios, dice, BUSCA adoradores)

Dios es espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que le adoren.

Dice que es necesario que le adoren, no que sería conveniente o que sería muy bueno que lo hicieran. Y que lo hagan en espíritu humano y en verdad. Esta palabra, VERDAD, aquí, es la palabra ALETHEIA. Deriva del negativo “A” y de LANTHANO, que significa estar escondido, estar oculto. Se puede comparar con términos que conocemos mucho más y que provienen de ella: LATENTE – LETARGO – LETAL. Es lo contrario, lo opuesto, a todo lo que es ficticio, a lo fingido, a lo falso, y denota veracidad, realidad, sinceridad, (Que es lo opuesto a la hipocresía) exactitud, integridad, formalidad y propiedad.

Hay dos modos que la Biblia se refiere al mundo de lo espiritual: con la “E” mayúscula, cuando alude al Espíritu Santo de Dios y con la “e” minúscula, cuando tiene que ver con el aliento de vida insuflado a todo hombre. La diferencia radicará en con qué llena el hombre ese espíritu: con el diseño de Dios que trae el Espíritu Santo o con el diseño satánico que propone el materialismo, la intelectualidad y el secularismo de un mundo oprimido por el dios de este siglo. (No de estos cien últimos años que estamos desandando: Es Kosmos, habla de este sistema presente.)

Tengo quince escrituras que vamos a ver rápidamente para respaldar esto que digo y para empezar a dejar enseñanza futura. Quince textos que nos dan una clara visión de lo que significa el espíritu del hombre (El aliento de vida), cuando se sintoniza con el Espíritu de Dios. En las bienaventuranzas, tenemos el primero:

(Mateo 5: 3)= Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.

Usted ya sabe que el reino de los cielos no es esa nube donde le dijeron que un día usted va a ir a tocar la lira o el arpa, o alguno de esos otros instrumentos con que se suele ilustrar estas enseñanzas en las escuelitas bíblicas. El reino es una jurisdicción actual. ¿Por qué esta seguridad? Porque si Cristo es Rey (Y nadie duda que sí lo es) es porque Cristo está reinando, no que va a reinar. Y si Cristo reina hoy es porque – tal cual Él lo predicó y nosotros deberíamos imitarlo -, ese reino se ha acercado al hombre.

En lo referente a “pobres”, mientras tanto, esto no tiene nada que ver como muchos quisieron verlo, con la miseria económica o la escasez. Es terrible como en una interpretación muy somera de este pasaje, algunos implementaron la teología de la pobreza que tanto daño concreto le ha producido a miles de fieles y sinceros creyentes. Aquí alude a quienes reconocen la pobreza de su espíritu humano, que dejan de lado toda autosuficiencia y se apoyan pura y únicamente en la Gracia de Dios.

(Marcos 2: 8)= Y conociendo luego Jesús en su espíritu que cavilaban de esta manera dentro de sí mismos, les dijo: ¿Por qué caviláis así en vuestros corazones?

El espíritu del hombre, tiene conocimiento. Cuando está ungido como lo estaba Jesús, ese conocimiento puede ingresar, perfectamente y además porque es su lógica dimensión, en lo que nosotros consideramos como “sobrenatural”

(Marcos 8: 12)= Y gimiendo en su espíritu, dijo: ¿Por qué pide señal esta generación? De cierto os digo, que no se dará señal a esta generación.

Rescate esto: el espíritu humano es capaz de gemir. En este caso, ese gemido tiene que ver irrestrictamente con la incredulidad.

(Lucas 1: 80)= Y el niño, (Aquí se está refiriendo a Jesús) crecía y se fortalecía en espíritu; y estuvo en lugares desiertos, (Estuvo en pruebas) hasta el día de su manifestación a Israel.

El espíritu dado como aliento por el soplo de Dios, no queda allí; crece, se fortalece y además aporta lo suyo para soportar las pruebas.

(Juan 11: 33)= Jesús entonces, al verla llorando, (En este caso está hablando de María, la hermana de Lázaro) y a los judíos que la acompañaban también llorando, se estremeció en espíritu y se conmovió.

Creo que queda perfectamente en claro que el espíritu, mucho más allá de toda la solemnidad con que queramos munirlo, es capaz de 1) Estremecerse. 2) Conmoverse. Dos cosas que no siempre quienes decimos portarlo, conseguimos hacer afectados por represiones dogmáticas.

(Juan 13: 21)= Habiendo dicho Jesús esto, (Él les está hablando a sus discípulos sobre lo que viene en contra de él) se conmovió en espíritu, y declaró y dijo: de cierto, de cierto os digo, que uno de vosotros me va a entregar.

Aquí volvemos a comprobar que el espíritu se conmueve, aunque a muchos esto les suene demasiado….”carnal”, y que por si eso fuera poco, también profetiza.

(Hechos 19: 21)= Pasadas estas cosas, Pablo se propuso en espíritu ir a Jerusalén, después de recorrer Macedonia y Acaya, diciendo: después que haya estado allí, me será necesario volver también a Roma.

Un espíritu humano, normalmente, puede estar pasando por cientos de estados interiores. Pero un espíritu humano sujeto a la voluntad de Dios y alineado con ella, siempre tiene propuesta.

(Hechos 20: 22)= Ahora, he aquí ligado yo en espíritu, voy a Jerusalén, sin saber lo que allá me ha de acontecer.

Un aspecto visible aquí es que el espíritu humano puede ser ligado, y de acuerdo con qué se haya llenado o alimentado, esa ligadura podrá ser negativa o positiva. El otro aspecto, es que no siempre es rutina la visión profética. Jesús la tuvo con respecto a la traición de Judas, pero Pablo tuvo que ir a Jerusalén sin que se le hubiera mostrado qué habría de sucederle allí.

(Romanos 2: 28-29)= Pues no es el judío (En este caso, tipología del creyente) el que lo es exteriormente, ni es la circuncisión (Que es la ley, el legalismo si prefiere llamarlo así) la que se hace exteriormente en la carne; sino que es judío, el que lo es en su interior, y la circuncisión es la del corazón (Tipología de la fe) en espíritu, no en letra; la alabanza del cual no viene de los hombres, sino de Dios.

La letra es la información de la que se nutre el espíritu del hombre, pero no resulta cuando se la intenta transformar en guía infalible.

(Romanos 12: 11)= En lo que se requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor;

El espíritu debe ser ferviente, fervoroso. No se puede servir al Señor con un espíritu aséptico, frío, glacial, como si se estuviera recitando un párrafo antiquísimo de algún antiquísimo filósofo. No se olvide usted, porque en esto también es así, que el amor siempre va acompañado de la pasión.

(1 Corintios 7: 34)= Hay asimismo diferencia entre la casada y la doncella. La doncella tiene cuidado de las cosas del Señor, para ser santa así en cuerpo como en espíritu; pero la casada tiene cuidado de las cosas del mundo, de cómo agradar a su marido.

Mire lo que venimos a descubrir aquí. Algo que, seguramente, usted se habrá preguntado muchas veces. ¿Para qué nos daría Dios un espíritu humano? Pues, entre otras cosas, para que nosotros lo conduzcamos luego hacia la santidad.

(Filipenses 1: 27)= Solamente que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo, para que sea que vaya a veros, o que esté ausente, oiga de vosotros que estáis firmes en un mismo espíritu, combatiendo unánimes por la fe del evangelio.

La acción del Espíritu con mayúsculas en el espíritu con minúscula, produce inevitablemente un mismo sentir. Esto se llama UNIDAD.

(Filipenses 3: 3)= Porque nosotros somos la circuncisión, los que en espíritu servimos a Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús, no teniendo confianza en la carne.

La verdadera señal de una correcta relación con Dios no era (Ni es) la observancia de una ceremonia, un rito formal, sino la manifestación clara de tres características que hallamos en este pasaje: servicio para el reino, más allá de lo institucional; glorificar a Cristo por encima de todo anhelo carnal de reconocimiento o figuración personal y, por lo consiguiente, total desconfianza a los deseos de la carne. El por qué, lo vemos a continuación:

(1 Pedro 3: 18)= Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu según Dios.

Es indudable (Y no está mal) que la máxima atención se ha prestado a la Palabra que menciona la tarea del Espíritu Santo de Dios, pero se ha desestimado curiosamente todo lo concerniente al espíritu humano. Como si no entendiéramos que todo lo maravilloso que el Espíritu Santo puede hacer en nuestras vidas, lo hace si toma control y dominio (Con nuestro permiso) del aliento de vida. Ahora vamos a ver dos escrituras que aluden al Espíritu con mayúscula, porque aquí comienza la clave de la adoración del futuro.

(Gálatas 5: 16)= Digo pues, andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne.

Aquí es donde deberemos recordar lo dicho con relación a la letra fría. Este pasaje, bien claro con respecto a cómo debe funcionar un creyente, ha dado origen – por tomarlo desde la óptica literal -, a verdaderas barbaridades que determinaron en muchos casos, consecuencias mucho más graves que los riesgos previstos.

Primero: Andar en el Espíritu no es transformarse en un ser volátil, que camina sobre ilusorias nubes, que desprecia todo lo que le rodea o que vive en un mundo de visiones celestiales. Eso, si no se enmarca en lo que Dios pretende y ordena, se asemeja más a una especie de delirio místico más cercano al ocultismo esotérico que a la fe. Nunca se olvide usted que, cuando el diablo ya no lo puede frenar con incredulidad, cambia de posición y de estrategia y pasa a empujarlo con excesiva credulidad sin base. Andar en el Espíritu es andar según el fruto del Espíritu: amor y, por consecuencia, en su gozo, paz, benignidad, templanza y etc.etc.

Por el contrario, no satisfacer los deseos de la carne, no es rechazar el alimento, la higiene o el cuidado del cuerpo. El texto habla de deseos, no de necesidades; cuidado que no es lo mismo. Dios suple todas las necesidades de sus hijos, no sus deseos o – mucho peor -, sus caprichos. ¿Cuántos saben que Dios es un Padre justo y eficaz? La pregunta, entonces, es: ¿Cómo hago para andar en un Espíritu (El de Dios, el de Cristo), del cual puedo tener abundante información, pero que al mismo tiempo, en una de esas, como les ocurre a tantos, no conozco?

(Tito 3: 5)= Nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo.

En este texto me quiero detener un momento porque, ¡Si usted lo entendiera en el texto y el contexto, cuántas dudas y polémicas dejarían de tener su razón de ser!

Lo primero que Pablo señala a Tito es que nadie, pero nadie, por bien intencionado que pueda ser, accede a justificación y salvación por lo que hace, sino por lo que es. La acción social, la beneficencia y la caridad toman un valor incalculable, (Jesús lo hizo), a partir del ser y no por la actividad en sí misma. Muchos han caído en este sutil error y piensan – sinceramente -, que mientras más y mejores obras hagan, más contento estará Dios con ellos y más allanado el camino a la Vida Eterna. La Palabra dice: aquí y en innumerables pasajes más, que eso es sólo por misericordia y la Gracia (O sea: el favor) de Dios, no por méritos nuestros. De otro modo se convierte en algo que vemos a menudo en la sociedad; una actitud que sirve para tranquilizar conciencias atribuladas. Eso sí; debemos tener muy en cuenta esa misericordia divina para cuando nuestra falibilidad de hombres imperfectos la necesita, nunca para vivir refugiados en ella. El creyente no debe vivir en la misericordia de Dios, ¡¡Debe vivir en la gracia y el poder de Dios!!

Luego habla del lavamiento de la regeneración. Ese lavamiento se produce en la conversión y se lleva a cabo por la sangre expiatoria de Cristo derramada en la cruz. Es indispensable, pero no alcanza a cubrir el todo. Porque luego agrega por la renovación en el Espíritu, cuestión que habla de apertura espiritual a todo lo que el Señor quiera hacer hoy con cada uno de nosotros. Esa renovación no significa más ruido, más algarabía o cambios abruptos en los templos (Aunque esas sean consecuencias obvias), sino EN Espíritu. Usa, fíjese, la misma preposición de Juan 4:23 para los adoradores: EN. Que significa DENTRO DE, y que no tiene nada que ver con las otras dos utilizadas en otros textos: CON (Juntamente) y POR (Denota causa): Nadie puede considerarse renovado porque acepte pasar del canto gregoriano al ritmo de Marcos UIT, o de manos en los bolsillos a colgarse de los techos. La renovación se produce por dentro y luego, naturalmente, se va extendiendo hacia fuera. Recuerde siempre que así como el diablo trabaja de afuera hacia adentro en la gente, Dios siempre lo hace desde adentro hacia fuera.

Pero todo esto, todavía no nos desvela ni revela por qué esa obligación de operar en la dimensión del Espíritu y por qué desconfiar de la participación de la carne, siendo que hemos sido hechos una cosa y también la otra por el mismo Creador.

En primer término, digamos que la palabra RENOVACIÓN, en el pasaje de Tito, es la palabra ANAKAINOSIS, una combinación de ANA (Otra vez) y KAINOS, (Nuevo), es decir: algo así, en el conjunto, como OTRA VEZ DE NUEVO. Renovación es restauración, recomposición, (Que es volver a componer lo deteriorado), reestructuración, (Destruir antiguas estructuras pensantes para incorporar nuevas), transformación, (Cambios de formas), cambios de corazón, (Alma, espíritu, aliento), y vida. La respuesta, como siempre ocurre, está en el principio de todos los principios: el Génesis.

(Génesis 2: 7)= Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, (Esto es la carne. Tierra o polvo de la tierra es carne. Ya que hasta químicamente esto se comprueba; ambas cosas tienen las mismas propiedades) y sopló en su nariz aliento de vida, (Esto es el espíritu humano, con minúsculas, el aliento divino) y, recién entonces, fue el hombre un ser viviente.

Atractiva interpretación, no? Pero insuficiente. No suficiente. Para creerla y adoptarla, deberemos contar, por lo menos, con dos testigos más.

(Génesis 3: 19)= (Aquí Dios está pronunciando su sentencia para con el hombre que ha caído) Con el sudor de tu rostro comerás el pan (Cierto; quien no trabaja, no come) hasta que vuelvas a la tierra (O sea: a la sepultura del cadáver, del cuerpo) porque de ella fuiste tomado (La creación de la carne del polvo de la tierra) pues polvo eres, y al polvo volverás. (Está claro. La carne es formada del polvo y al polvo debe volver, no interesa si es tumba, nicho, bóveda o panteón. Pero como del espíritu aquí no dice nada, necesitaremos otro testigo que lo confirme.)

(Eclesiastés 12: 7)= (Aquí Salomón habla de la muerte, a la que simboliza como una cadena de plata que se corta) Y el polvo (La carne) vuelva a la tierra (A la sepultura) como era (Antes de la creación) y el espíritu (Con minúsculas, aliento de vida) vuelva a Dios que lo dio.

Ahora sí estamos completos. El polvo de la tierra es la carne del hombre, que cuando muere vuelve a su origen, y el espíritu naturalmente vuelve a Dios que es su origen. Ahora vamos a la clave de todo esto:

(Génesis 3: 14)= Y Jehová Dios dijo a la serpiente: (Cuidado: la serpiente no es Satanás, es un animal; así se denota en el mismo pasaje cuando dice “bestia” y “animal del campo”, pero es un animal influenciado por el espíritu del maligno. Diablo, recuerde, no es una persona, es todo aquello (Persona o animal) influenciado por un espíritu satánico) por cuanto esto hiciste (Ser utilizada para llevar a la pareja real a la caída) maldita serás entre todas las bestias (Dice bestias, no espíritus) y entre todos los animales del campo; (A esto no hace falta comprobarlo. Salvo los pervertidos que se las anudan al cuello como parte de algún ritual o danza de dudosa procedencia, nadie muestra simpatías por una serpiente) sobre tu pecho andarás, (¿Cómo se desplaza una serpiente? Sobre su pecho. Tal cual) y polvo comerás todos los días de tu vida. (Esta es la clave: algunos interpretan esto como que será humillada. Cuidado: la serpiente no es humillada y si así hubiera querido decirlo Dios, pues lo hubiera dicho así y se acabó. Otros suponen que dice esto porque las serpientes comen animales y estos animales tienen polvo adherido. Dios también hubiera sido más claro aquí si se hubiera tratado de esto. De hecho, dice que comerá polvo y nadie ha visto jamás a una serpiente comer tierra. El polvo era la carne, recuerda? Conclusión: Satanás influye en la carne, no en el espíritu. Solución: andar en el Espíritu; sólo así podremos ser auténticos adoradores. No hablo de músicos, hablo de adoradores. Con música o sin música. Los adoradores del Siglo XXI, no pueden estar supeditados a una banda de música.)

Para ser adoradores en espíritu y en verdad, deberemos tener en cuenta doce aspectos. Uno por tribu, uno por apóstol, uno por mes si usted quiere verlo así.

1)= Ser dependientes de la voluntad revelada de Dios.

2)= Tener conocimiento de esa voluntad y de su Palabra.

3)= Poder gemir cuando así lo sentimos en el espíritu.

4)= Tener fortaleza en Cristo.

5)= Poder estremecernos y conmovernos en compasión.

6)= Tener propuestas alineadas con las propuestas del reino de Dios.

7)= Establecer ligaduras para el bien general.

8)= No ser fríos y asépticos legalistas.

9)= Tener fervor. Poner pasión en las cosas del Señor.

10)= Ser santos.

11)= Estar en unidad; no causar divisiones.

12)= Servir dando gloria a Dios y desconfiando de nuestra sabiduría humana.

Comentarios o consultas a tiempodevictoria@yahoo.com.ar

enero 1, 2015 Néstor Martínez