Estudios » Crecimiento

Dichos Profundos

C uando las leemos correctamente y sin contaminaciones religiosas, podemos ver que las parábolas tienen un mensaje de Dios global, uniforme y en general. Tienen un propósito y Dios nos está hablando a través de ellas. Parábola, tú lo sabes, es sinónimo de proverbio. Es un dicho profundo, una analogía, una comparación, una metáfora. Es algo que nos señala algo en el mundo natural, un ejemplo físico o histórico, existente. Una realidad natural compatible con el pueblo que lo está escuchando. Cuando se habla del sembrador, por ejemplo, ellos iban a entenderlo porque se les hablaba de una tecnología corriente en su tiempo y lugar.

Pero lo que señala es un principio espiritual mucho más profundo que el ejemplo que utiliza. Lo importante de entender, es que las parábolas no comienzan en Mateo; Dios siempre habló en parábolas. Parábola es algo que en el Antiguo Testamento se usaba muy a menudo. Dios habla proféticamente. Y proféticamente no se limita a señalar el futuro. Habla de dimensiones en el espíritu, que son señaladas a través de señales y símbolos. Todo el libro está escrito con imágenes proféticas, símbolos, tipologías, ejemplos, metáforas, imágenes proféticas o lenguajes poéticos.

Dios utiliza lo que sea necesario para que todas las mentalidades capten el mensaje. El problema que nosotros tenemos, es que nos quedamos en la superficie. Debatimos lo que la parábola está diciendo y no lo que está revelando. Abraham tuvo dos hijos. Y nosotros nos ponemos a debatir qué hijo fue el primero, cuántos años tenía, todo lo que no es importante sobre los hijos. Lo importante de los hijos y de las dos mujeres, es que son dos pactos. Entonces, todo el mensaje está en entender el pacto, y no en la familia de Abraham. Eso fue sólo un trampolín para llevarte a otra dimensión.

Nosotros, por lo regular, debatimos todo lo que la palabra dice: pan, pan, vino, vino. Y se nos olvida qué quiso decir a través de eso. Donde quiera que la palabra no tenga sentido natural y literal, es espiritual. Pero si la vamos a espiritualizar, tenemos que entender el principio de interpretación que la Biblia nos trae. Por eso es importante entender que, cuando leemos parábolas, estamos leyendo ejemplos. Estamos leyendo proverbios, dichos profundos, eso es lo que estamos leyendo.

(Mateo 13: 10) = Entonces, acercándose los discípulos, le dijeron: ¿Por qué les hablas por parábolas?

(11) Él respondiendo, les dijo: porque a vosotros os es dado saber los misterios del reino de los cielos; mas a ellos no les es dado. (Recuerda que Él solamente le habló a un solo pueblo. Sin embargo, aquí menciona a ustedes y a ellos, como si fueran dos grupos aparte, oyendo dos mensajes diferentes. Era un solo grupo, un solo mensaje.)

(12) Porque a cualquiera que tiene, se le dará, y tendrá más; pero al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado.

(13) Por eso les hablo por parábolas; porque viendo no ven, y oyendo no oyen, ni entienden.

(14) De manera que se cumple en ellos la profecía de Isaías, que dijo: de oído oiréis, y no entenderéis; y viendo veréis, y no percibiréis.

(15) Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado, y con los oídos oyen pesadamente, y han cerrado sus ojos; para que no vean con los ojos, y oigan con los oídos, y con el corazón entiendan, y se conviertan, y yo los sane.

(16) Pero bienaventurados vuestros ojos, porque ven; y vuestros oídos, porque oyen.

(17) Porque de cierto os digo, que muchos profetas injustos desearon ver lo que veis, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron.

¿Por qué las parábolas? ¿Cuál es la intención? Dios, a través de su mensaje, busca escoger a un pueblo que trae dentro de sí la determinación de someterse a lo que escucha. Cuando Dios dirige la palabra, hace dos cosas: separa y prepara. La palabra sale y te separa a todo aquel que no tiene intención de obedecerla. Ella sola. Cuando se predica como Él lo hacía, en parábolas. Cuando la palabra es entretenida y le agrada a todo el mundo sin confrontar a nadie, ahí no sé. ¡Hermoso mensaje, pastor; todo el mundo salió bendecido! Hummm. Porque en toda la Biblia, siempre que Dios habló, hubo una separación.

¿Por qué las parábolas? Él dice: que si no tienes entendimiento, el poco entendimiento que tienes, lo vas a perder. Al que tiene entendimiento, se le va a dar más, pero al que no tiene entendimiento, el poco que tiene, lo va a perder. ¿Qué significa eso? Las parábolas, hacen sabio al que no es entendido. Te preparan, te hacen trabajar mentalmente.

(Juan 8: 31) = dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; (32) y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.

Entiende: para conocer la verdad, tienes que permanecer. Eso es lo que necesitamos para conocer la verdad, permanencia. El día que tú, como iglesia, rehúsas a continuar con Dios, la verdad se va separando de la posición que tú tienes. Porque la verdad no es algo que ya es cierto; la verdad es aquello que se está revelando. Si permaneces y continúas, conocerás. Conocerás la verdad. Si no continúas, la verdad que Dios hable mañana, ya no la conocerás. Y tampoco serás libre en ese tiempo en que esa verdad es vigente. Es necesario continuar. Claro, si no continúas, la poquita verdad que tenías, según vaya pasando el tiempo la pierdes, porque ya no es relativa. De manera que, al que tiene, se le dará más, y al que no tiene, lo poco que tiene se le quitará.

Volvamos a Mateo 13. Dice el verso 13: Por eso les hablo en parábolas; porque viendo no ven, o sea: tienen ojos naturales, pero no ven. Es un pueblo que lo está observando con el ojo natural. Ellos tenían ojos naturales, pero no veían espiritualmente. Un ejemplo: oír estos mensajes en el orden natural, es terminar más confundido que lo que se comenzó. Esto es para oídos espirituales o para dejarlo para otro momento.

Hay tres condiciones por las cuales él habla en parábolas: 1).- Por la condición del corazón de ellos. Dice que el corazón estaba engrosado, estaba pesado. Tenían un corazón no apto para escuchar la palabra. El corazón andaba mal. 2).- Sus oídos no eran sumisos. Así lo dice el verso 15, que el corazón de ese pueblo se había engrosado y con sus oídos oían pesadamente. Los oídos no estaban correctos, tampoco. Porque después dice que han cerrado sus ojos. No fue que Cristo les cerró los ojos, ¡Ellos cerraron los ojos! Hay un pueblo que cierra los ojos espirituales, porque sabe que si ve con los ojos del espíritu, entendería todo, y tendría que arrepentirse y cambiar todas sus conductas.

Ya no podría llorar lágrimas de cocodrilo en el frente de una iglesia. Tendría que cambiar de postura o de dirección eclesiástica. Por eso mucha gente prefiere no ver, porque si ve tendría que cambiar y el precio es grande. Entonces, cierran sus ojos espirituales. Entonces a Dios no le da la gana que entiendan. Como Dios ya lo sabe todo, ¿Has visto? Te habla en parábolas, para que el que tiene un corazón correcto entienda, y el que no, entiende cada vez menos. Y así te va separando el grupo que va a usar. En un mensaje. Los verdaderos mensajes de Dios, siempre hacen eso. Te preparan un pueblo.

Ellos, deliberadamente no querían entender. ¿Por qué? Porque el arrepentimiento produce un cambio de dirección. Y el cambio de dirección, a veces es un enorme precio que hay que pagar. Apocalipsis dice lo siguiente: bendecido eres tú si lees y entiendes las palabras de este libro. Vamos a ir por un momento al Libro de los Proverbios. La palabra parábola, es la palabra proverbio. Vamos a ver qué hace un proverbio. ¿Qué estamos tratando de hacer? Tejer un mensaje común entre las parábolas.

(Proverbios 1: 1) = Los proverbios de Salomón, hijo de David, rey de Israel.

(2) Para entender sabiduría y doctrina,

¿Has ido tú alguna vez a una congregación, en la que el pastor le dice a un predicador de esos de peso completo: “predica livianito, porque mi gente es noble pero sencilla, no seas demasiado profundo?” Y las parábolas son profundas. Son tan profundas que todavía las estamos estudiando y no las entendemos. Son profundas, pero el proverbio hace a la gente entendida. ¿Te acuerdas cuando íbamos a la escuela y teníamos que estudiar matemáticas, historia, saber cuándo Colón pisó tierra en América, y tú pensabas para qué tengo yo que memorizar todo esto, si no me interesa en lo más mínimo cuándo llegó él a América?

A eso te lo hacían estudiar para que pudieras ejercitar ciertos músculos. Que son los mismos que ahora te ayudan a recordar cualquier otra cosa. Si tú no puedes recordar hoy el día del cumpleaños de tu esposa o cuándo se te vence el celular, es porque quizás nunca te obligaron a ejercitar tu memoria aprendiendo cuando Colón pisó tierra americana. O sea que te dan una cosa, para producir otra. Los proverbios ponen a la gente a pensar, y pensando te convierten en gente entendida. Cuando tú les das un mensaje masticado y digerido, la gente no crece. Tu podrás lucir muy bien, pero ellos no. Las parábolas son importantísimas para que el pueblo sea entendido. Así dice aquí, donde leímos: para entender sabiduría, y doctrina. O sea que la forma más rápida de aprender doctrina, es predicando profundo, no livianito.

…para conocer razones prudentes, (3) para recibir el consejo de prudencia, justicia, juicio y equidad; (4) para dar sagacidad a los simples, (¿Ves? ¡A este que es simple, dale parábolas! Y se convertirá en un hombre sagaz. Si le das algo sencillo, lo deja en su estado habitual de simplicidad. Sigue siendo simple.) y a los jóvenes (O sea; a los que vienen creciendo en el mundo del espíritu, a los que están creciendo en el Señor) inteligencia y cordura.

(5) Oirá el sabio, y aumentará el saber.

O sea que las parábolas, abrazan a la congregación entera, para que puedan crecer en el Señor. Pero si tu corazón anda mal y no tienes oído para oír, te cortan, y cada vez entiendes menos, te pierdes, abortas el mensaje, cuando vienes a ver ya no queda nada, y lo próximo que sabemos es que no participas de ninguna conferencia. Y sales diciendo que el predicador es un hereje simplemente porque no le entendiste nada.

(Mateo 13: 1) = Aquel día salió Jesús de la casa y se sentó junto al mar.

(2) Y se le juntó mucha gente; y entrando él en la barca, se sentó, y toda la gente estaba en la playa.

(3) Y les habló muchas cosas por parábolas, diciendo: he aquí, el sembrador salió a sembrar.

(4) Y mientras sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino; y vinieron las aves y la comieron.

(5) Parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra; (6) pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó.

(7) Y parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron, y la ahogaron.

(8) Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno.

(9) El que tiene oídos para oír, oiga.

Esta es una parábola que un día voy a explicarte o a interpretarte conforme lo que el Espíritu Santo quiera darnos al respecto. Lo que hoy quiero hacer, es comenzar a reflotar una enseñanza que oí de un enorme siervo del Señor, ya ausente en el cuerpo físico, y que tiene que ver con una relación directa que existe entre las siete parábolas de Jesús con las siete iglesias del Apocalipsis.

Ambos deberemos darle la gloria a Dios por haber conocido esto y poder compartirlo con quienes jamás lo oyeron. De este modo vamos a poder comprobar, una vez más, que Dios está hablando exactamente de lo mismo de tapa a contratapa de tu Biblia. Las siete iglesias no solamente tienen que ver con las siete parábolas, sino que además también tienen que ver con los siete días de la Creación.

Fíjate en el verso 4, donde dice que la semilla cayó en el camino, en la explicación de la parábola que Jesús da más adelante, nos encontramos con el verso 19 que habla de esto. Allí dice que cuando alguno oye la palabra del Reino y no la entiende, viene el malo y la arrebata. O sea que está hablando de un determinado tipo de palabra, la palabra del Reino, no cualquiera. Y dice que no la entendemos, por lo que el problema mayor en este caso es falta de entendimiento. ¿Por qué sucede eso? Porque no permitimos que el Espíritu nos revele la Palabra. La queremos interpretar conforme a nuestra sabiduría humana o conforme a como don Hermes, patrono de los ladrones, lo dispuso en su materia específica.

La palabra nos dice en Juan 16, que cuando Él venga, me refiero al Espíritu, nos va a guiar a toda verdad. ¡Ese es su trabajo! El trabajo del Espíritu Santo, es guiarnos hacia la verdad. El problema es que la verdad no es una letra, es una persona. Los judíos buscaban salvación en la letra. Entonces Cristo dijo: ¡Pero es que la letra testifica de mí! Entonces, cuando buscamos en la palabra para preparar un mensaje o un estudio, o para crear doctrina, no vamos a ver la dimensión de la que estoy hablando en este trabajo. Porque la dimensión que te quiero revelar, revela a una persona, no a un texto. La Palabra existía antes que el libro. La palabra es una persona. El libro es la ventana que nos lleva a entender a esa palabra, y conocerla. Es un espejo, más que una ventana. Porque habla de ti cuando la ves correctamente. Cuando miras la palabra correctamente y te dibuja a Cristo, a quien estás viendo es a ti.

Ahora bien; para dejar que la palabra nos enseñe a Cristo, tenemos que echar abajo las imágenes que tenemos grabadas. Porque la entrada de luz, ofende a las tinieblas. La verdad fresca, destruye previas interpretaciones. Tenemos que derribar lugares altos. Estoy refiriéndome a lugares que han sido tan altos en nuestra mente que no nos hemos atrevido a tocar esas áreas de lo que hemos dado en llamar La doctrina. Tenemos que dejar de adulterar con el propósito de Dios. El Espíritu nos quiere revelar, pero dice que el Espíritu es poderoso para derribar fortalezas y argumentos mentales, y todo lo que se exalta en contra del conocimiento de su palabra revelada.

Dios habla hoy. Dios sí que habla hoy. Cristo dijo yo soy la verdad, no dijo yo digo la verdad. La verdad es una persona. ¿Qué estamos haciendo? Apenas introduciéndote al ámbito de las parábolas, para que sepas cómo trabajan. La palabra dice en Apocalipsis 1:1, esta es la revelación ¿De quién? De Jesucristo Y esa palabrita, allí, la revelación de Jesucristo que se le dio a Juan, no es las revelaciones que Juan tuvo de Cristo. Porque a veces creemos que la palabra revelación se refiere al trance o a la visión que tuvo Juan. No, es la revelación de Jesucristo que recibió Juan. No es las revelaciones de Juan. Es el descubrir una persona. Toda la Biblia usa letra para traerte la imagen, para que tú seas transformado en ella. Ese es el propósito del libro y de las parábolas. Que veas en él, o a través de sus letras, la imagen de Cristo, para que lo veas como en un espejo y te transformes en Su imagen.

Pero cuando tú observas en la letra doctrina, te conviertes en un papagayo religioso que está lleno de doctrina pero que no tiene la imagen de Cristo. Si cada vez te pareces más a ese teólogo religioso que no representa la imagen de Cristo en nada, no estás leyendo correctamente tu Biblia. Porque si la lees correctamente, ella testifica de Él. Porque la idea es mirarnos en Él y ser transformados.

(2 Corintios 3: 18) = Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.

La gloria es la expresión exacta de Él. Es doksa, que además de peso, significa la exacta representación de otro. Cuando vemos en la letra la representación de Él, o el reflejo, la mera imagen, como en un reflejo, como la sustancia, dice la palabra; cuando vemos la gloria, pero cuando la vemos como si fuera un espejo, ¿Cuál es el efecto del espejo? Muestra nuestra propia imagen. Entonces, tenemos que usar la gloria que la Biblia nos refleja, como si fuese un espejo, y mirarnos con cara descubierta ahí, para ser transformados en lo que vemos. Esa es la forma de usar el libro. Quien redujo el libro a una iglesia, fue el hombre. El libro es el manual del ser humano. Quien le puso “santa biblia” en la tapa, fue el hombre, no fue Dios. Los subtítulos y todas esas cosas no fueron inspirados. Los traductores pusieron eso para ayudarnos a entenderla. Hoy en día andamos quitándole los subtítulos para entender mejor.

Esa es la que cae junto al camino. Luego dice –Mateo nuevamente- que algunas caen en lugares pedregosos, hay muchas piedras. Y que cuando vemos acá en la definición, dice en el verso 20 que fue sembrado en pedregales, este es el que recibe la palabra, y al momento la recibe con gozo; pero no tiene raíz en sí mismo. La palabra dice que estamos sembrados en la sepultura de Cristo. O sea: esta raíz de la cual habla la palabra aquí, es que no estamos fundados en la doctrina correcta. Muchos están fundados en la cruz, o fundados en la resurrección, pero es la muerte de Cristo la que trae la vida del último Adán a tu vida. Es la muerte, o el entendimiento de la muerte. Tenemos que estar sembrados en ese entendimiento. Pero el problema es que predicar ese entendimiento, requiere quebrar algunas doctrinas establecidas, y entonces el precio es que algunos se ofenden por la persecución.

Allí es donde prefieren y eligen no estar bien sembrados allí y quedarse en lo llano, y no proseguir. Porque cuando estás sembrado, cuando tienes raíces, llueva, truene o venga un tsunami, tú no te mueves de allí. De otra manera, sí seremos llevados de aquí para allá por cualquier viento, que son doctrina de hombres, y no nos atreveremos a establecer la verdad que entendemos. Escucha: si tú tienes un mensaje, es muy probable que alguien te lo quite. Entonces, nos tenemos que convertir en el mensaje. No es sabio ofenderse por el precio a pagar.

Luego habla de los espinos, que cayó entre espinos. Y nos dice el verso 22 que este es el que oye la palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra. Quiero que entiendas que no fueron las riquezas las que lo sacaron del camino, sino el engaño que las riquezas ofrecen. Las riquezas del mundo, en realidad no son riquezas, son engaños. Porque a menos que adelanten el propósito de Dios, terminan sacándote del camino. Se dice que lo que lo sacó del camino, fue el engaño que producen las riquezas. Y no es que no necesitemos dinero, sí necesitamos dinero. Pero cuando dejamos que el afán de la vida ahogue la palabra, entonces salimos. Apocalipsis lo dice de esta manera: Tú te creías rico y andas desnudo. Es lo mismo. Estamos hablando de lo mismo.

Te está mandando que vayas al desierto y purifiques tu fe, y a eso le llama riqueza. Y nosotros, mientras, pasamos por todo el mover carismático, que tenía que ver con todo lo que el creyente podía recibir de Dios, y medíamos el éxito y el propósito de Dios, de acuerdo con los bienes que teníamos. Apocalipsis dice que nos creíamos ricos, pero andábamos ¿Cómo? Desnudos. El que anda desnudo, es Adán. O sea que estábamos operando con mentalidad adámica. Ahí están los dos hombres en la tierra: o estás en Adán, o estás en Cristo.

Luego hay un buen terreno. El terreno bueno es aquel que depende del entendimiento. Tienes que entender. Ahora quiero, tal como lo escuché hace mucho tiempo, compararte esas siete parábolas, (Algunos mejores escudriñadores dicen que son ocho, pero yo he tomado estas siete porque de estas siete fue que lo oí), con las siete iglesias de Apocalipsis. Para poder comenzar a pensar en eso, vamos a tener que entender algunas cosas respecto a esas siete iglesias. Por ejemplo, que las primeras cuatro, están hablando de la muerte de Jesús, mientras que las últimas tres, hablan de su resurrección.

¿Por qué cuando Cristo les habló a las siete iglesias en el Apocalipsis, no lo hizo con las más importantes del Nuevo Testamento? ¿Qué hay de Jerusalén, Corinto, Antioquía? ¿Por qué Tiatira, Pérgamo o Filadelfia? ¿Por qué les habló a esas siete y no a otras más importantes? Pero ahí dice que son avances cronológicos de los tiempos de la iglesia. El único problema es que, si eso es verdad, el último estado de la iglesia, es el peor. Porque de la última iglesia, no se dice nada bueno. ¿Por qué tienen ese orden? ¿Por qué esas iglesias? Es un orden sistemático de establecer verdades. Pablo lo usaba en sus escritos, y muchos de los apóstoles, también. Hay un orden sistemático para introducir la verdad. La verdad no se dispara, se edifica. Y si nosotros, hoy, edificamos verdad de fuerza en fuerza, mucho más lo hacían ellos, que entendían lo que estaban haciendo. Es un orden sistemático.

Éfeso , significa “permitido”. Claro que tenía que ser lo primero, porque es un permiso, es como un certificado de matrimonio. Es una licencia, te es permitido. Claro que tenía que ser primero. Habla de la cruz, y la cruz nos da la licencia para todos los bienes de lugares espirituales. Éfeso es la primera, nos da el derecho de entrar y crecer. Es la licencia, el permiso.

La segunda iglesia es Esmirna. Esmirna significa “mirra”. Mirra tiene que ver con especias que usan para embalsamar. Habla de la muerte de Cristo. Antes veíamos la cruz, ahora vemos la muerte. O sea que es un mensaje progresivo de algo que ya aconteció. Acuérdate que Juan tuvo que volverse hacia atrás para ver lo que se le estaba diciendo. Aquello que se estaba comentando quedaba por detrás de Juan, no por el frente. No era algo futuro, sino algo ya consumado. Dice: escribe las cosas que has visto, las cosas que son, y las que han de ser después de estas.

Los primeros cuatro capítulos, te hablan de las cosas que has visto. Habla del camino terrenal de Jesús, de su crucifixión, su muerte, su entierro, su vivificación, su ascensión, su llegada al trono y, nosotros, juntamente con Él, crucificados juntamente con Él, así como fuimos muertos y sepultados juntamente con Él. Así como también sentados juntamente con Él en lugares celestiales. Y ahora, no mañana. En el hombre interior. Era lo que Él decía: tu espíritu ha nacido de nuevo. Ahora estamos trabajando con Eva. Para que se la presente a sí mismo y produzca el varón perfecto.

Él anda adentro, se la tiene que presentar a sí mismo. Lo que ocurrió es que Eva se despegó de Él. Por eso es que dice en 2 Corintios 11:3:Temo que como la serpiente engañó a Eva, Tus mentes. Eva, tus mentes. Eva, tus mentes. …vuestros sentidos sean de alguna manera extraviados de la sincera fidelidad. Allí tienes a tu árbol del conocimiento del bien y del mal. Y los dos producen muerte. La forma de vivir en la tierra no es juzgando entre el bien y el mal, sino sometiéndome a principios, aunque parezca que son malos al ejecutarlos. Mucha gente que no tiene oídos espirituales, juzga muchas cosas que hacen los que sí son espirituales, como malas. ¿Sabes cuál es el problema? Que a veces son líderes y tienen influencia. Pero Dios está en control de todo. Por eso, ¡Gloria a Dios!

Tú puedes ver a una nación que se destruye en el caos y sin embargo Dios todavía está allí. Y cuando nosotros juzgamos algo que entendemos está mal, Dios está mirándolo junto con nuestros ojos, y Él está viendo mucho más allá de lo que tú puedes ver. Porque si tú buscas el bien y el mal, el bien que tú buscas, es egocéntrico. Es TÚ opinión de lo que debe ser bueno o malo. Eso produce muerte, es ego. Toda nuestra justicia, son paños sucios. Por eso es que Esmirna habla de la mirra, que es muerte.

Número tres, Pérgamo. La primera raíz es per, que significa “mezcla”, y la segunda raíz es gamo, que significa “matrimonio”. Es un matrimonio mezclado. Ahí vemos el matrimonio con la prostituta, ahí vemos la mentalidad babilónica. Todavía no ha enviudado de Adán, pero se quiere casar con Cristo. Dice que no es viuda. Pero está ataviada exactamente igual que la iglesia, pero no es viuda. Está en Adán y se quiere casar. Babilonia es confusión, tiene dos aguas.

La cuarta, es Tiatira. Y esto tiene que ver con un altar de incienso de aflicción. Y este altar se enciende con los carbones encendidos del altar del sacrificio que representa la cruz. O sea: el altar de incienso que produce alabanza, la alabanza que produce ese incienso, es producida por el entendimiento del altar del sacrificio. Es decir que, cuando entendemos lo que pasó en la cruz, la alabanza es espontánea. No necesitamos una señorita bonita que nos dé latigazos y nos grite ¡Alaba! ¡Alaba! Cuando entendemos algo, es espontáneo. El entendimiento de los tesoros escondidos de la cruz, traen adoración espontánea a tu vida. Siendo tu estilo de vida, la forma más alta de la expresión de tu alabanza.

Luego viene la iglesia de Sardis, que significa “el rojizo”. Bermejo. La palabra ad-an, significa “rojizo en la cara”. Esta se identifica con el primer Adán, pero también con la resurrección del último Adán. Rojizo en la cara, tiene que ver con sangre en la cara. Es la vida de Cristo la que fue derramada, porque la sangre se derramó, pero en la sangre está la vida. Es la vida de un hombre la que te rescató. La sangre representa la vida, por eso es que la vida de Abel todavía habla. La sangre. Porque Él está vivo. Se nos hace más fácil ver sangre hablando, que entender que la sangre representa la vida.

Número seis, Filadelfia, significa “hermandad, amor”. Somos aceptos en el Amado. Él dijo que si yo fuese levantado de la tierra, atraeré ¿A cuántos hombres a mí? A todos. ¿Y los que están en Asia? ¿Y los que están en China? ¿Los que van a pecar mañana? ¿Y los que pecaron ayer? ¿Y los que están pecando, ahora, justo cuando estás escuchando esto? ¿Cuántos hombres fueron atraídos a la cruz? Entonces, todo el mundo es potencialmente salvo. ¿No? Ellos no se han enterado, todavía, claro, pero alguien debería ir a decírselos, ¿No es así? Cuando ellos se enteren, no es que son salvos, ya lo fueron antes. Cuando ellos se enteran, son trasladados. Del mundo de las tinieblas al cuerpo del último Adán. Pero la salvación ya fue. ¿A cuántos hombres atrajo la cruz? A todos. Entonces, ¿Quién murió en la cruz, Él o nosotros? Nosotros.

Se identificó contigo, se convirtió en tu pecado y te clavó en la cruz. Él no necesitaba ser clavado. Escucha: si lo vemos a Él como alguien que fue en tu lugar, o sea: Él fue pero tú no fuiste con Él, tenemos el mismo problema, que lo malísimo que eras, todavía lo eres. Es decir que, si yo tengo un asesino, que la corte juzga a muerte y me escapo a Orlando a vivir con el Pato Donald, y un amigo fiel va a la corte y pregunta cuál es mi sentencia, y al saber que es de muerte se ofrece voluntariamente a morir en mi lugar, la esposa de ese amigo me anda buscando para decirme que yo soy libre porque él pagó por mí, pero yo estoy viviendo como un fugitivo porque no lo sé.

Todo muy bonito y romántico, emotivo y lacrimógeno, pero tenemos un problema: aunque la ley ya no me esté buscando, yo todavía sigo siendo un asesino. Y eso es lo que la mayoría de la iglesia cree, que han sido perdonados. ¡Bueno! ¡Si te perdonaron está muy bien, pero todavía tienes al viejo hombre dándote problemas a cada momento! Cristo se convirtió en el viejo hombre, y lo mató. Él dijo: yo soy el Alfa y la Omega, pero también soy el primero. ¿Primero qué? El primero Adán. Y el último. ¿Cuándo se convirtió en el primer Adán? Cuando se convirtió en tu pecado, y lo clavó en la cruz. Tú ya no tienes naturaleza adámica. Lo que tú tienes son los recuerdos archivados de como operabas cuando eras regido por esa naturaleza.

Luego está Laodicea que significa “la justicia”. La justicia del hombre, y eso nos lleva a Romanos 3, donde dice que somos la justicia de Dios en Cristo Jesús. No dice que “vamos a ser” la justicia de Dios, dice que la somos. O sea que cuando alguien quiere ver la justicia de Dios, tiene que verte a ti. Y no es porque Dios tiene puestos unos lentes que tienen manchitas de sangre y por eso te ve hermoso. Porque así te enseñaron, que Dios te ve a través de la sangre. ¡Tú eres malísimo! Pero los lentes de Dios están tapados en sangre y Él no ve bien. Esa es la implicación de algunas de nuestras curiosas doctrinas.

¡Es que Dios no ve tu pecado porque te mira a través de la sangre! ¡Eres malísimo! ¡Eres casi horrible! Pero Dios no puede ver lo malo que eres, eso te están enseñando, eso te están predicando, eso te están diciendo. No es así; Dios te ve como si nunca hubieras sido pecador. Y si un día alguien viene a los archivos a buscarme por aquellos delitos, no me encontrará. Por eso Pablo decía: “¡Yo no le hecho mal a nadie! ¡Era otro! ¡Era Saulo de Tarso, no yo! Seguro te sonreíste, pero hasta hace poco andabas diciendo: “¡Por mu culpa, por mi culpa, por mi grandísima culpa!”

Estas no son diferentes edades de las iglesias; estas son siete condiciones que tiene la iglesia. Todas estas condiciones, tienen que ser vencidas. Si vemos la iglesia de acuerdo con el modelo que se le enseñó a Moisés en el monte, entonces tendríamos que comparar los tiempos de la iglesia con los tiempos del atrio, con los tiempos del Lugar Santo y con los tiempos del Lugar Santísimo. Ahora; sin explicar demasiado sobre el tabernáculo porque no es el tema, todo lo que te ofrece el Señor dentro de las siete iglesias del Apocalipsis, al que venza el problema. No al que venza su problema de salvación o no, a eso lo hizo Él por ti. Ahora es que estamos trabajando con temor y temblor la salvación de nuestras almas, porque el fin de nuestra fe, es la salvación de las almas, no el comienzo. Es el fin de nuestra fe salvar las almas, no el comienzo. ¿Cuántas almas fueron salvas en la campaña evangelística? Ninguna. Los espíritus fueron activados con Dios, pero ahora al alma hay que trabajarla.

Eso se hace con la palabra implantada. A Eva hay que redimirla. Y cuando se hace una con el Cristo que trae adentro, entonces es que llega la redención. Ahí es donde ves que las llaves están en tu mano, y no en las de una nación por allá lejos. Escucha: todo lo que le ofrece Cristo a las iglesias, se encuentra en la tercera dimensión. Si es que vamos a vencer los problemas de las siete iglesias, vamos a tener que encararlo frontalmente. ¿Y cuál es el problema? Pues que andas con Jezabel allí metida y tienes una falsa doctrina. ¿Y qué otro problema? Pues que andas con esa doctrina de los nicolaítas, y andas con mil personas en la iglesia, pero sólo vienen los domingos. Y tienes quince asalariados que hacen toda la función de la iglesia, y los demás vienen a recibir. Dios dice: detesto esa estructura. ¿Qué doctrina? La de Balaam de mercadería en la iglesia, vendiendo unciones y todo eso.

Cuando corrijas eso, cuando salgas de todo eso, al que venza eso, entonces le va a dar cosas que sólo existen cuando sales de la edad de la iglesia, que es el Lugar Santo, y pasas el velo al Lugar Santísimo, que no es un velo literal, sino el velo carnal de nuestra mente, porque en el Nuevo Testamento no hay velo. El velo es la carne, esto es: la mentalidad adámica; no naturaleza, mentalidad. ¡Es que se me despertó el hombre viejo! No, no y no: Tú ya no tienes ningún viejo hombre. Eso, claro está, si eres salvo, si has nacido de nuevo.

Cuando leemos lo del tabernáculo, tiene que ver con el árbol de vida? La vara de Aarón, se encuentra en la tercera dimensión. Al que venza le voy a dar el maná escondido. ¿Dónde está? En la urna, adentro del arca, en la tercera dimensión. Al que venza le voy a dar la corona de vida. ¿Dónde está? Ese es el labio que tiene el propiciatorio. Eso también está en el arca. Al que venza, le voy a dar que reine conmigo. Esto tiene que ver con los querubines que están mirando la sangre, por eso siempre están venciendo. Los querubines son los atributos de Dios. En Apocalipsis, los querubines cantan que han sido redimidos para Dios, y que reinarán sobre la tierra para siempre. ¡Gloria, gloria! ¡Santo, santo! ¡Al que vive para siempre y todos los siglos! Porque nos has redimido y nos has hecho reyes y sacerdotes. Si un querubín está cantando eso es porque nos representa a nosotros, porque los únicos seres que son redimidos, son los hombres.

Entonces habla de reinar y dominar. Porque la Biblia al único que le dice que hará eso es ¿A quién? Al hombre. A nosotros. Pero cuidado, es al hombre que camina con los atributos de Dios integrados en su alma, no a cualquiera. El velo del templo tenía a los querubines del templo integrados en el velo. Estaban tejidos de un lado al otro. Todo el techo, todo tenía querubines, entonces el hombre que va a caminar en esa dimensión de dominio y reinado en la tierra, es aquel que tiene entretejido en su alma los atributos de Dios. O sea: el que se miró en el espejo y se creyó a él mismo, que lo que veía era a sí mismo, y no a un ser que era tan superior que tú jamás podrás alcanzarlo. Escucha y entiende: si no podemos alcanzar al Señor, nunca terminaremos.

Porque la meta es la estatura del varón perfecto. Te habla de ropas blancas. Eso tiene que ver con la cerca exterior que tiene el Lugar Santísimo. Estaba de lino blanco, eso también tiene que ver con la ropa interior que usaba el sacerdote que entraba a la tercera dimensión. Cuando habla de columnas, también habla de los pilares que estaban en el arca, y los que se sientan con Él, claramente, en su trono, es el trono del propiciatorio. Los querubines y la mesa del propiciatorio, son uno. Vamos a hacer esta comparación.

Ahora que entiendes para qué y por qué están estas iglesias ahí, estas iglesias están ahí para revelarnos los problemas que tenemos, antes de que podamos ver un mensaje que se desata del trono en el capítulo 4 de Apocalipsis. Si resolvemos el problema de Jezabel, si resolvemos el problema de los nicolaitas, si resolvemos el problema de Balaam, si cambiamos la percepción de nosotros mismos y no nos creemos ricos cuando somos pobres, si resolvemos todos los problemas que identifican a las siete iglesias, en el próximo capítulo dice: después de esto, ¿Después de qué? Después de que resuelvan los problemas, entonces vas a ver el trono que es el epicentro del hombre, desatando un mensaje con entendimiento, por eso habla de trompetas claras. Las trompetas, siempre es un mensaje claro, en la palabra de Dios.

La primera parábola, es La Parábola del Sembrador. Habla de alguien que está sembrando la semilla. Yo comparo eso con la iglesia de Éfeso.

(Apocalipsis 2: 1) = Escribe al ángel de la iglesia en Éfeso; (Recuerda que el ángel, en el capítulo 1 y verso 20 dice lo siguiente: El misterio de las siete estrellas que has visto en mi diestra, y de los siete candeleros de oro: las siete estrellas son los ángeles de las siete iglesias, y los siete candeleros que has visto, son las siete iglesias. Y esta palabra, ángeles, aquí, es la palabra mensajeros. Y se refiere al que está llevando el mensaje de Dios a cada iglesia. Casi se instituyó a partir de esta enseñanza de que se trataba del pastor principal de cada congregación, pero esto no significa que en todos los casos lo sea. Una cosa es Dios, otra las estructuras religiosas. Recuerda que acá no son iglesias literales, sino condiciones de una misma iglesia. ¿Y por qué siete? Porque siete habla de la plenitud de la iglesia. Escribe esta carta a la iglesia, y dile que tiene estos siete problemas. Claro, él está usando iglesias como ejemplos, pero son parábolas. O sea: no está hablando con ellos, está hablando contigo. Tiatira no existe, es tu iglesia la que tiene el problema que leemos en la carta a Tiatira.) el que tiene las siete estrellas en su diestra, el que anda en medio de los siete candeleros de oro, (Nota que la voz del que habla sale de en medio de los siete candeleros, y el candelero es la iglesia) dice esto: (2) Yo conozco tus obras

Nota que él se introduce como el que tiene a los mensajeros en su mano. Vemos en la parábola del sembrador, cuando Cristo está en la tierra, un sembrador que siembra la semilla. Acá vemos sembradores en una forma corporal. Vemos ahora que la siembra es corporal. Todos ustedes que están allí del otro lado, son sembradores de la semilla del Reino. Dice que tiene siete estrellas en la mano derecha de Dios. Siempre que hablamos de la mano derecha de Dios, es igual que el libro del capítulo 5 de Apocalipsis, que está en la mano derecha de Dios. ¿Por qué? Hablando de la mano derecha, es la iglesia de los primogénitos. ¿Se acuerdan de José? José es tipología de la iglesia, ¿Cuántos sabían eso? O sea que, hablar de José, es hablar de la iglesia. Él tuvo once hermanos, diez de ellos, eran medios hermanos. Los diez medios hermanos, representan la ley. El número once, era de padre y madre, era completo, hermanos sanguíneos correctos.

Ese se llamaba Benjamín, que significa “hijo de la mano derecha”. Recuerda que José no hizo nada, ni reveló nada, ni bendijo a nadie, hasta que él, que representa a Cristo, no se unió con la mano derecha, que es Benjamín, que es la iglesia. Lo mismo que Cristo, hoy, no va a hacer nada si tú no te mueves. Somos la mano derecha de Dios, somos la diestra, somos el poder. Somos la iglesia Benjamín. (Busca un estudio escrito, luego, titulado “El Día de Benjamín”) La iglesia de los primogénitos. Benjamín es la iglesia más fuerte que existía en las tribus de Israel. Así que el mensajero, tenía la simiente en su mano, pero ahora el mensaje tiene que ser algo corporal. Todo lo que tú no compartas, lo vas a perder. Por eso es indispensable unirse en espíritu con otros, no por política religiosa, denominacional o ni siquiera de credo. Es por espíritu o no es. Todo lo que tú no compartas, pierdes. Eso es aplicable hasta en los negocios. Cuando te quieres quedar con todo en la mano, lo pierdes. Entonces, la parábola del Sembrador se compara con la iglesia de Éfeso, muy interesante. La segunda es la iglesia de Esmirna.

(Mateo 13: 24) = Les refirió otra parábola, diciendo: el reino de los cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo ; (¿En qué campo la sembró? En el tuyo.) (25) pero mientras dormían los hombres, (¡Despiértate!) Vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo, y se fue. (¿Dónde sembró la cizaña? Entre el trigo. Nosotros siempre creemos y decimos que el problema está afuera, ¿Verdad?) (26) Y cuando salió la hierba y dio fruto, entonces apareció también la cizaña.

(27) Vinieron entonces los siervos del padre de familia y le dijeron: Señor, ¿No sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues, tiene cizaña?

(28) Él les dijo: un enemigo ha hecho esto. Y los siervos le dijeron: ¿Quieres, pues, que vayamos y la arranquemos?

(29) Él les dijo: No, no sea que al arrancar la cizaña, arranquéis también con ella el trigo.

(30) Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega; y al tiempo de la siega yo diré a los segadores: recoged primero la cizaña, y atadla en manojos para quemarla; pero recoged el trigo en mi granero.

Esto quiere decir que hay una temporada en que el trigo y la cizaña, se parecen. Claro, si estamos comiendo del árbol del conocimiento, podemos juzgar mal. Lo que digo es que mientras la iglesia siga comiendo del árbol del conocimiento del bien y del mal, no puede arrancar a nadie. La gente a la cual la iglesia rotula como mala, en realidad es gente a la cual la iglesia no entiende, y porque no la entiende y no sabe de qué está hablando, lo más fácil que tiene para hacer es declararla como mala. Por eso juzgan mal y, en casos, se pierden hasta la visitación de Dios, porque no saben lo que están haciendo. Dice: deja que crezcan juntas. Caín y Abel vivieron juntos un tiempo, Ismael e Isaac, juntos un tiempo. Y todos fueron separados por lo mismo: madurez. Luego dijo: deja que crezcan juntas hasta que llegue el tiempo de la siega. El tiempo de la siega, es el tiempo de madurez.

(Apocalipsis 2: 8) = Y escribe al ángel de la iglesia de Esmirna; el primero y el postrero, el que estuvo muerto y vivió, dice esto: (9) yo conozco tus obras, y tu tribulación, y tu pobreza (pero tú eres rico), y la blasfemia de los que se dicen ser judíos y no lo son, sino sinagogas de Satanás.

Nota que dentro de lo que ellos creían ser iglesia, había algo que no era trigo, sino cizaña. Decían ser judíos, pero no lo eran. Se parecía al trigo, pero no lo era. Se parecía al trigo, pero eran de la sinagoga de Satanás. Impresionante. ¿Te imaginas eso? ¿Cuántos de ustedes creen ser de la sinagoga de Satanás? ¿Cuántos son judíos? La palabra dice que judío no es uno que es nacional, sino espiritual. ¿Cuántos son judíos? ¿No has leído Gálatas? ¿Cuántos son judíos? ¿Y cuántos dicen ser judíos? Dice que hay algunos dentro de la iglesia que, en verdad, no son de la iglesia, sino que pertenecen a la sinagoga de Satanás. Vamos a ver esto explicado por el mismo Señor.

(Mateo 13: 37) = Respondiendo él, les dijo: el que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre.

(38) El campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del reino, y la cizaña son los hijos del malo.

¡Uh! ¡Tengo un problema, ahí! ¿Cuál? Que Satanás es un espíritu y no se procrea. ¿Cómo puede, entonces, tener hijos? ¿De qué está hablando? Mira; cuando la palabra no tiene sentido en lo natural, es momento entonces de ir a los símbolos y las tipologías espirituales. ¡Satanás no puede tener hijos! ¡Pero Él mismo está diciendo ahí que sí los tiene! Dice que la cizaña son los hijos del malo. Mira Juan 8:37. Jesús está hablando allí con los líderes de la iglesia.

(Juan 8: 37) = Sé que sois descendientes de Abraham; pero procuráis matarme, porque mi palabra no haya cabida en vosotros.

Entiéndelo así. Esta gente, un grupo Equis, estaba persiguiendo a este ministerio, sólo porque no entendían la palabra del ministerio. ¿Te suena familiar? A mí me suena familiar. ¿Has visto algo parecido en lo que llevamos de este siglo veintiuno? Yo lo he visto. Esta gente quería matar e este ministerio sólo porque la palabra que ese ministerio portaba, no tenía cabida en ellos.

(Verso 38) = Yo hablo de lo que he visto cerca del Padre; y vosotros hacéis lo que habéis oído cerca de vuestro padre.

(39) Respondieron y le dijeron: nuestro padre es Abraham. (Claro, Abraham era el ícono de todos ellos) Jesús les dijo: si fuerais hijos de Abraham, las obras de Abraham haríais. (Aquí hijo no es el que es engendrado, sino por la calidad y familiaridad de las obras que hace. Y si tú andas presidiendo un ministerio que habla la verdad, eso te cataloga con la suficiente familiaridad como para ser considerado hijo del Reino, aunque del otro lado te llamen hijo del infierno. Digo porque lo leí por allí, no porque lo haya vivido.)

(40) Pero ahora procuráis matarme a mí, hombre que os he hablado la verdad, la cual he oído de Dios; no hizo esto Abraham.

(41) Vosotros hacéis las obras de vuestro padre. Entonces le dijeron: nosotros no somos nacidos de fornicación; un padre tenemos, que es Dios.

Fíjate: están cuestionando la forma en que Él nació. Como no pueden matar el mensaje, ahora tratan de descalificar al mensajero. ¿Suena familiar? Escucha: lo único que estoy haciendo es describir a los hijos del malo.

(42) Jesús entonces les dijo: si vuestro padre fuese Dios, ciertamente me amaríais; porque yo de Dios he salido, y he venido; pues no he venido de mí mismo, sino que él me envió.

(43) ¿Por qué no entendéis mi lenguaje? Porque no podéis escuchar mi palabra.

(44) Vosotros sois de vuestro padre el diablo; Y los deseos de vuestro padre queréis hacer. Él ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso,

¿Cuál es el lenguaje que Él habla y que ellos no pueden entender? La parábola. Y como no la entienden, viene el malo y se lleva la palabra, y entonces ellos persiguen al mensajero. Nota que la palabra, en primer lugar, no tiene lugar en ellos. En segundo término, no tienen la capacidad de escuchar la verdadera palabra.

(Verso 47) = El que es de Dios, las palabras de Dios oye; por esto no las oís vosotros, porque no sois de Dios.

Y te da una regla: si tienes la capacidad de oír la verdad presente, eres de Dios. En el momento en que ya no la oyes, ya te estás saliendo del propósito de Dios, por lo cual ya no lo eres. La verdad es progresiva. La verdad es una persona. Estamos creciendo en Él. Nuestra meta no es horizontal, es vertical. Estamos creciendo para arriba, no para el futuro. El fin, la finalidad de la iglesia, es un estado de ser, y no algo que vamos a hacer. Todo ministerio, toda canción, toda actividad, toda conferencia, todo mensaje debe producir un nivel de mentalidad, no entretenimiento. Porque el estado final de la iglesia, es un estado de ser. Esa es la meta de la iglesia: Llevarnos a manifestar algo que ya es real dentro de nosotros.

(Mateo 13: 39) = El enemigo que la sembró es el diablo; la siega es el fin del siglo; y los segadores son los ángeles. (Existe una palabra que te separa la cizaña.)

(40) De manera que como se arranca la cizaña, y se quema en el fuego, así será el fin de este siglo.

Ahora ya sabes cómo va a terminar este asunto. Todo lo que es hijo del malo, se elimina, para que lo que es hijo del bueno, resplandezca ante las naciones. Ese es el estado final. No una apostasía y nosotros huyendo en un rapto, porque el Anticristo se queda con la tierra.

(41) Enviará el Hijo del Hombre a sus ángeles, (Estos son los ángeles de Cristo, que dice en Apocalipsis que son mensajeros, no visiones espirituales. Los ángeles de Dios es una cosa, los de Cristo son otra, mensajeros. Y esos mensajeros, ¿Qué van a hacer?) y recogerán de su reino (Ojo: no del mundo, dice que de SU reino. ¿Por qué? Porque la cizaña fue sembrada entre el trigo.) a todos los que sirven de tropiezo, y a los que hacen iniquidad.

Oye: ¡Está hablando de gente, no de cosas abstractas! ¿Y cómo los van a recoger? Con la hoz y la espada de dos filos que corta y separa, según la parábola, el alma y el espíritu del que no quiere entender esto. Y luego dice que a los que hacen iniquidad. Y esa palabra, allí es proskoneo, significa: “alguien que está tan cercano a ti, que te produce una caída fuerte porque no la esperas”. Te sirven de tropiezo. Proskoneo. Pros, cercanía; koneo, caída fuerte. ¿Por qué caes fuerte? Porque no lo esperabas. ¿Y por qué no lo esperabas? Porque lo produce alguien muy cercano y de confianza. ¡Jamás lo hubiera esperado de él, o de ella!

Y claro, mientras estaban creciendo el trigo y la cizaña eran igualitos, pero cuando la verdad comienza a clarificar las cosas, los que sí la desean, no son víctimas del espíritu de engaño del cual se nos advierte. Y los que no se quieren comprometer con ella, se van edificando como un cuerpo aparte. Y después que haya esa separación, ese es el crecimiento de los últimos días. Una iglesia fuerte no es una iglesia numerosa. La fuerza de una iglesia tiene que ver con la sustancia y el entendimiento que tiene la gente. Y no con cuánta gente tiene. Dios nunca usa números para hablar de fuerza. Al contrario, envía a mucha gente de vuelta para su casa, y se glorifica en pocos. Así que nuestra medida tiene que cambiar.

(Mateo 13: 31) = Otra parábola les refirió, diciendo: el reino de los cielos es semejante al grano de mostaza, que un hombre tomó y sembró en su campo; (32) el cual a la verdad es la más pequeña de todas las semillas; pero cuando ha crecido, es la mayor de las hortalizas, y se hace árbol, de tal manera que vienen las aves del cielo y hacen nidos en sus ramas.

(Apocalipsis 2: 12) = Y escribe al ángel de la iglesia en Pérgamo; el que tiene la espada aguda de dos filos dice esto: (Nota que Cristo se introduce como la solución. Y para eso trae una espada de dos filos, recuerda a Hebreos 4:12. Y el problema de ellos es que andan engañados con Balaam. ¿Cómo lo van a resolver? Con la introducción del Señor. ¿Qué trae? Una espada que discierne hasta el tuétano del hueso y separa el alma del espíritu.)

(13) Yo conozco tus obras, y dónde moras, donde está el trono de Satanás; pero retienes mi nombre, y no has negado mi fe, ni aun en los días en que Antipas mi testigo fiel fue muerto entre vosotros, donde mora Satanás.

(14) Pero tengo unas pocas cosas contra ti; que tienes ahí a los que retienen la doctrina de Balaam, que enseñaba a Balac a poner tropiezo ante los hijos de Israel, a comer cosas sacrificadas a los ídolos, y a cometer fornicación.

(15) Y también tienes a los que retienen la doctrina de los nicolaítas, la que yo aborrezco.

Aquí vemos un árbol. Aquí tienes dos lados de esta simiente. Acuérdate que Pérgamo significa “matrimonios mezclados”. Para que entiendan lo que está pasando con este árbol, que tiene aves, vamos a ir a Ezequiel. Y vemos otra parábola en Ezequiel. Esto es un contexto negativo. Lo está comparando a Asiria, pero la está comparando con un cedro. Recuerda que la palabra dice que nosotros somos árboles, y Cristo te acaba de decir que somos como una semilla de mostaza.

(Ezequiel 31: 5) = Por tanto, se encumbró su altura sobre todos los árboles del campo, y se multiplicaron sus ramas, y a causa de las muchas aguas se alargó su ramaje que había echado.

(6) En sus ramas hacían nido todas las aves del cielo, y debajo de su ramaje parían todas las bestias del campo, y a su sombra habitaban muchas naciones.

(Ezequiel 17: 22) = Así ha dicho Jehová el señor: tomaré yo del cogollo de aquel alto cedro, y lo plantaré; del principal de sus renuevos cortaré un tallo, y lo plantaré sobre el monte alto y sublime.

(23) En el monte alto de Israel lo plantaré, y alzará ramas, y dará fruto, y se hará magnífico cedro; y habitarán debajo de él todas las aves de toda especie; a la sombra de sus ramas habitarán.

Esto es lo que estoy buscando. En este árbol, y este es el mensaje común de todas las parábolas, Dios está creando un reino, pero que no va a haber siega sin separación. El mensaje de todas las parábolas es que, dentro del ramaje del árbol, hay toda especie de aves. Y sabemos que dentro de las especies de todas las aves, las hay buenas y malas. Noé llegó a estar estacionado cuando las aguas de la tribulación bajaron. Fue salvado por las mismas aguas que juzgaron a aquellos que eran impíos. Aquello que trae el juicio al malo, es lo mismo que salva al bueno. Las plagas que mataron a Egipto, fueron las mismas que salvaron a Israel. Las aguas que ahogaron a todos los impíos del tiempo de Noé, fueron las mismas que lo salvaron a él.

Y cuando el arca vino a posar, posó en el Monte de Ararat, que significa “la maldición está revocada”. Y allí fue que envió dos pájaros. Uno llegó hasta los confines de la tierra, y nunca regresó. La vemos en Apocalipsis, revestida de la iglesia, diciendo que no será viuda. Pero la segunda paró en el Río Jordán y ¡Gloria a Dios! Levantó una hoja de olivo, Cristo Jesús salió del Jordán, y el Padre habló y dijo: Este es mi hijo en el cual tengo complacencia. Hay todo tipos de aves en la Biblia. El árbol de mostaza crece y se pone tan grande. ¡Tenemos mega-iglesias! Pero todo tipo de aves paran debajo de sus ramas. Es el mensaje común de todas las parábolas. Pensamientos. ¿Por qué? Porque dice que Balaam te obliga a sacrificar y a tener falsas imágenes y a fornicar, dice Apocalipsis. Te enseña a fornicar, te enseña a tener falsas imágenes, entonces la doctrina de Balaam te trae pensamientos contrarios al propósito de Dios.

(Mateo 13: 33) = Otra parábola les dijo: el reino de los cielos es semejante a la levadura que tomó una mujer, y escondió en tres medidas de harina, hasta que todo fue leudado.

Dice que una mujer tomó levadura. Recuerda que mujer, en la Biblia, siempre es iglesia. Una iglesia. Esta tiene dos caras, la puedes ver positiva o negativa, pero el mensaje sigue siendo el mismo. Dice que tomó una medida de levadura. La levadura, en la palabra, tiene que ver con pecado. Mira 1 Corintios 5. El pecado es el hombre de pecado. El hombre de pecado ¿Es quién? Adán, porque por un hombre entró el pecado al mundo, Romanos 5:12. Y si el pecado entró por un hombre, entonces el título de “hombre de pecado” le corresponde al que lo inició. Sólo hay dos hombres en la tierra: el primer Adán, y el último Adán. Porque dice: Adán fue el primer Adán y Cristo fue el último Adán. Adán el primer hombre y Cristo el segundo hombre. 1 Corintios 15:45 dice eso. Ahora vamos a 1 Corintios 5, vamos a ver qué cosa es la levadura esta.

(1 Corintios 5: 6) = No es buena vuestra jactancia. ¿No sabéis que un poco de levadura leuda toda la masa?

Aquí vemos que la levadura que está leudando las tres medidas de la masa, puede ser el egocentrismo, puede ser la mentalidad adámica o la vanidad personal. Mira Gálatas capítulo 5. No nos olvidemos en el camino que Cristo dijo respecto a los fariseos, que nos cuidáramos de su levadura. La política religiosa también puede llegar a leudar la tridimensionalidad del hombre. La masa que Dios tiene, es la masa del alfarero que está en su piedra.

(Gálatas 5: 2) = He aquí, yo pablo os digo que si os circuncidáis, de nada os aprovechará Cristo.

(3) Y otra vez testifico a todo hombre que se circuncida, que está obligado a guardar toda la ley.

(4) De Cristo os desligasteis, los que por la ley os justificáis; de la gracia habéis caído. (La ley se enseñorea por el juicio del hombre entre el bien y el mal)

(5) Pues nosotros por el Espíritu aguardamos por la esperanza de la justicia; (6) porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, sino la fe que obra por el amor.

(7) Vosotros corríais bien; ¿Quién os estorbó para no obedecer a la verdad? (Una vez más es coherente el mismo mensaje. La verdad, no la letra)

(8) Esta persuasión no procede de aquel que os llama.

(9) Un poco de levadura leuda toda la masa.

Aquí vemos que la levadura es cuando estás fundado en algo equivocado. Y la iglesia todavía anda muriendo diariamente y lidiando con el dios hombre. Escúchame: ¡Te estás desligando de la gracia! Adán murió. No tenía solución, Adán. No tenemos naturaleza adámica. ¡No! ¡Es que si yo pudiera orar más, sería más santo! Ese es el problema. Si no tenemos cuidado, cuando logramos ayunar cuarenta días, escribimos un libro. Y eso no glorifica a Dios. Porque empezamos a establecer doctrina. ¡Es que este es más ungido que aquel porque logró ayunar cuarenta días! Hay otro que anda enseñando que hay que orar ocho horas por día. ¿Sabes que pienso yo? Que ese señor vive de la iglesia, porque trabajar responsablemente como el resto de la gente, no puede. Fíjate que la gente que aparece en la Biblia, trabajaba. No vivía del aire.

Vamos a compararlo con Apocalipsis capítulo 2. Estamos hablando de la levadura. Claro, la otra manera de esto es que Cristo sembró en nosotros una semilla, y el que comenzó la obra la va a terminar y va a leudar toda la masa. Y puedes ver todas las escrituras positivas que te dicen que no importa qué tan pequeño comiences, que igual nos vamos a quedar con toda la tierra. Y te puedo llevar a Daniel, que dice que la roca comienza cortada sin manos y cuando comienza a rodar llena toda la tierra. Cada vez que la palabra habla de Reino, podemos ver positivamente que la semilla comienza insignificante, pero comienza a impactar en el mundo enero. No importa cuánta gente tengas en tu iglesia o cuán pequeña sea, si haces lo que debes, todo el mundo ya te teme.

(Apocalipsis 2: 20) = Pero tengo unas pocas cosas contra ti; que toleras que esa mujer Jezabel, que se dice profetisa, enseñe y seduzca a mis siervos a fornicar y a comer cosas sacrificadas a los ídolos.

Jezabel es una falsa doctrina que ha leudado toda la iglesia. Y dice que enseña y seduce a los líderes. No es una mujer que profetisa, esa es una mínima expresión de ese espíritu. No. Jezabel es algo que controla el destino de la iglesia engañándola, con algo que es tan parecido a la verdad, pero que niega el poder de terminar. Seduce a los líderes. Y los obliga a fornicar con el propósito de Dios. Y estamos para siempre teniendo actividades, pero nunca terminamos, porque no tenemos dirección. Porque en verdad, no sabemos para dónde vamos. Jezabel tiene que morir. Por eso Apocalipsis 4 dice que después de esto vio el trono. No vas a ver la dimensión de Dios si no tienes en tu vida la condición adecuada de iglesia.

Escucha y entiende de una vez: la iglesia no es aquella cosa que le dieron a tu pastor, la iglesia eres tú. Y la corrección es de él y de todos nosotros. Un líder, lo que hace, es guiarte. La madurez viene por la aceptación de responsabilidades que tú decidas tener. Escucho a miles echándole la culpa al pastor. Me dicen que si tuvieran otro pastor, las cosas andarían mejor. Si la iglesia fuera buena, tú la dañas al llegar.

(Mateo 13: 44) = Además, el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, el cual un hombre halla, y lo esconde de nuevo; y gozoso por ello va y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo. (A este tesoro escondido, yo lo comparo con la iglesia de Sardis.)

(Apocalipsis 3: 1) = Escribe al ángel de la iglesia en Sardis; el que tiene los siete espíritus de Dios, (Eso quiere decir Plenitud) y las siete estrellas, dice esto: yo conozco tus obras, que tienes nombre de que vives, y estás muerto.

Esto significa: ya no vivo yo, más vive ¿Quién? Cristo. Y la vida que sí vivo, no la vivo por mí sino en la fe de aquel que dio su vida por mí. Nota que este está muerto, pero vive. Está fundado en la verdad. No importa lo que te hayan enseñado. Esta iglesia, Sardis, tiene un tesoro en vasos de barro. Tiene la plenitud del Espíritu, sellado como arras. Cristo Jesús en vosotros, la esperanza de gloria. Fuimos sellados por el Espíritu por dentro, y según vamos quitando todo lo que es mentalidad adámica, se va revelando la plenitud de Cristo. Sardis tiene un tesoro escondido. El tesoro escondido es aquel que caminaba en medio del candelero, que es la iglesia. Anda dentro de nosotros, y la Biblia lo que intenta, es revelarlo o quitar las cosas que estorban, para que sea visto claramente.

¿Cuántos entienden que cuando el mundo mira lo que es el cuerpo eclesiástico, ve división, ve disensión, ve doctrinas, ve peleas, se confunden en cuanto a dirección, y si estás buscando para dónde ir, cuando invertir o cuando no invertir, ciertamente la iglesia no es de ayuda? Pero cuando comenzamos a destrozar los errores que vemos en estas iglesias del Apocalipsis, que son los mismos errores que señalaban las parábolas, vemos que el mensaje de la Biblia es el mismo. Él siembra un campo, comienzan a crecer las cosas, y después hay una separación, para que la verdad sea manifestada. ¿Por qué es tan difícil de entender eso? Porque a lo mejor el que se separa, es tu hermano, tú esposa, o tú esposo. Pero se separa para ser tratado por Dios, No te preocupes, toda rodilla se doblará. Por eso dice: “Bendito tú que creíste sin ver”. Pero tú quieres creer viendo. Toda rodilla doblará. Y Él siempre se sale con la suya; te ama hasta que lo haces. ¡No me ames tanto!

(Mateo 13: 45) = También el reino de los cielos es semejante a un mercader que busca buenas perlas, (46) que habiendo hallado gratis una perla preciosa, fue y vendió todo lo que tenía, y la compró.

La iglesia de Filadelfia dice que tiene una puerta abierta, ¿No es cierto? Cuando vemos a la ciudad y a la Nueva Jerusalén, todas las puertas son perlas. Todas las puertas de la ciudad son perlas. Y Filadelfia tiene la puerta abierta. Nota la comparación. El mensaje es el mismo, es constante en toda la Biblia. Filadelfia te habla, entonces, de comprar el campo. Es una posesión adquirida por Dios, sellado con el Espíritu Santo, hasta el día de la redención. Y la palabra redención significa: el desate de los sellos. ¿Qué están atando los sellos? Al que anda en medio del candelero y espera ser revelado. No se ve, hay que revelarlo. También podemos ver que el mercader que busca perlas, es aquel que busca la sabiduría de Dios. Y ahí está Eclesiastés, ahí está Proverbios, ahí están todos los salmos que nos hablan de la sabiduría.

(Apocalipsis 3: 10) = Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra.

La sabiduría produce esta perla. Ellos guardaron la palabra. Por eso en Proverbios dice. Hijo mío, guarda la sabiduría, porque es más preciosa que la plata y el oro. Entonces vemos que la perla se compara con las puertas de la ciudad, que son doce perlas. Y no es que son doce perlas literales. La perla es el animal que, para conseguir la entrada, hay que sacrificar. Hay que sacrificar el animal para extraer la perla. Cristo es la puerta. La perla se obtiene por la muerte de algo. No le puedes quitar la perla sin matarlo. Ya estás observando que el epicentro de las parábolas es transmitir el merismos de que sí es normal que en los últimos días haya una separación para que algo se trabaje más profundo. Recuerda que las bienaventuranzas fueron dadas a los doce discípulos, no a las multitudes. Las multitudes se quedaron en el llano, y sólo los doce discípulos subieron al monte. Cuando ellos bajaron del monte, volvieron las multitudes.

Hay ciertas cosas que las multitudes no quieren oír. Si aquel episodio hubiera tenido que ser titulado hoy, muy probablemente no le hubiéramos puesto “bienaventuranzas”, sino “Principios para Crecer en la Plenitud del Reino”. Pero eso lo tenían que hacer doce personas. Las multitudes todavía venían a decir: “¡Ayúdame que no sé hacer nada!”

(Mateo 13: 47) = Asimismo el reino de los cielos es semejante a una red, que echada en el mar, recoge toda clase de peces; (48) y una vez llena, la sacan a la orilla; y sentados, recogen lo bueno en cestas, y lo malo echan fuera. (¿Quién va para afuera? Lo malo.)

(49) Así será el fin del siglo; saldrán los ángeles, (¿Qué ángeles? Los que él había desatado en la otra parábola) y apartarán a los malos de (¿Dónde?) de entre los justos, (No habla de los malos que están afuera, esos se identifican solitos, no hay que separarlos.)

En muchas cosas malas casi existe un orgullo especial que los lleva a identificarse sin simulaciones. Al que hay que descubrir es al lobo vestido de oveja. Ese es el que no se sabe. Porque a veces son lobos por ignorantes. Por eso digo que toda rodilla dobla. Hay veces que el lobo es lobo y piensa que es oveja. Saulo andaba matando a la iglesia pensando que le hacía un favor a Dios. Y dice la palabra que fue llamado desde el vientre de su madre; él trabajaba para Dios. Dios le cambió el mensaje, eso fue lo que dijo. Y al cambiar el mensaje, sus actuaciones cambiaron. Tuvo que tener una revelación de letra, no de Cristo. No es doctrina, es que la palabra sea revelada a través de la letra.

A esto lo comparo con la última iglesia de Apocalipsis, la de Laodicea. Que te dice lo siguiente, escúchame. Una vez más, usando el modelo del tabernáculo, el atrio, frío; El Lugar Santísimo, caliente. Si estás en la era de la iglesia, en el mover carismático, estás tibio. En el momento en que tú dejas de transicionar con Dios, ya Dios te considera malo. Malo en el sentido de que, aquello que comenzó bien, ahora es piedra de tropiezo para otros. Si tú tienes una iglesia fuerte, y la gente te respeta como tal en la sociedad, y tú dejas de transicionar, confundes al pueblo. Porque como el resto de las otras iglesias comienzan a transicionar y tú anda ahí, todos dicen: “Bueno, ¿Será la verdad esta o aquella? Y, no; como aquí hay mucha gente, tiene que ser esta.” Y la verdad es que, en toda la Biblia, las multitudes eran las que se quedaban atrás, y no las que transicionaban. Así que, aunque tengas oposición, transiciona hasta llegar al otro lado del velo. Las parábolas te hablan del proceso sistemático de Dios, preparando un pueblo para glorificarse. Lo vemos en Apocalipsis y lo vemos en Mateo.

Comentarios o consultas a tiempodevictoria@yahoo.com.ar

enero 1, 2015 Néstor Martínez