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Te Hablaré, Te preguntaré, y Tú me Enseñarás…

Este nuevo diamante también es mujer, esposa y madre. De mayor edad que la anterior, pero de igual fuego y perseverancia. La primera de habla hispana y procedencia afin viviendo en los Estados Unidos de América. No es sencillo caminar en fe en el gran país del norte. Hay una profusa oferta donde se entremezcla todo y todo parecería estar al alcance del que lo desee. Sin embargo, de este testimonio, se desprende que, cuando el Espíritu Santo se dispone a tocar una vida, esa vida se modifica y cambia. Y cambia para bien, como debe ser dentro del Reino habitado por los hijos de Dios por adopción.
Mi primer encuentro con el evangelio fue cuando yo tenía doce años. En un programa de televisión por intermedio de un pastor joven, que predicaba en una casa. De ahí se fue a una biblioteca de la ciudad y luego a una pequeña bodega cerca de mi casa. Mis padres, no muy apegados a la religión, no me permitían asistir a la iglesia y yo salía a escondidas de mi casa para asistir. Después de un tiempo se dieron por vencidos y me dejaron en libertad para asistir a la iglesia, aunque con muchas restricciones.
En ese tiempo me casé, y pude asistir a las reuniones con libertad: Mi esposo y yo servíamos a la iglesia en la cocina. Éramos los cocineros oficiales, y teníamos bastante trabjo, ya que era una iglesia con muchas actividades y se organizaban cenas, comidas, desayunos, cafecitos para damas, etc. Fue una iglesia que en su momento, para los años 1990 en adelante abrazó el mover del Espíritu Santo que nos envolvió y nos cambio la vida.
Yo recuerdo haber sido sanada de una quebradura que no me permitía sentarme ni caminar bien, fue un milagro a la vista de todos los asistentes a esa reunión. Mi doctor preguntó que cómo había sucedido eso, estaban atónitos. Luego empezamos a trabajar en El Lagar, por dos años fuimos sumergidos en el poder del Espíritu Santo, junto con nuestros dos hijos. Eran experiencias que marcaron no solo nuestras vidas sino las de nuestros hijos, y también nos hicieron querer más de El. 
Creo firmemente que el Señor nos preparó para lo que luego había de venir. Durante el tiempo del Instituto Bíblico recuerdo que empecé a sentir una incomodidad muy grande, porque aunque se decía que el Espíritu Santo tenia toda la libertad, me di cuenta que la manipulación y la religiosidad eran parte importante en ese lugar. Éramos empujados a traer gente a como diera lugar, y de no hacerlo, eras castigado –decían- por no traer fruto.
Aunque la gente en las reuniones en casas empezaba a aprender y a crecer, se dividían para abrir más casas y traer «más gente al reino» y tú solo podías ejercer como un motivador. Se proyectaba un video que contenía las enseñanzas de algún líder y nada más; luego tomabas café y comías galletitas. Las ofrendas especiales eran cosa de cada año, y yo todavía no sé si la gente era generosa o tonta. Yo vi como personas ofrecían dinero mucho más allá de sus posibilidades y luego eran manipulados, diciéndoles que era una promesa al Señor y que se tenía que cumplir porque Dios no puede ser burlado.
Un pariente mío, vendió su casa para pagar la promesa al Señor. Imagínese!!! De ahí salían los hermanos que tenían posibilidades para liderazgo.  Yo, en ese tiempo, empecé a pedir dirección del Espíritu Santo porque sabía que algo no estaba bien. Que fue una iglesia que empezó verdaderamente bien pero que en algún momento se desvió y ahora nos encontrábamos que habíamos caído en esto.
Una vez, en una reunión, el Espíritu Santo me dio una palabra; discretamente se la di al pastor y me dijo, “-Si, si es una palabra de Dios. Escríbemela porque la iglesia no la va a entender, pero yo si-“. Yo no creo que la palabra fuera tan complicada o nosotros tan tontos como para no entenderla, Dios nos amonestaba por desviarnos y por supuesto que la íbamos a entender.
 Nuestro Señor nos abre el entendimiento cuando quiere explicarnos algo. Creo que la ignorancia es el arma más poderosa del infierno y el control más poderoso contra las personas. Enseñé a mis hijos la Palabra, nos la memorizamos en español y algunos versículos en Ingles. Todo iba bien hasta que ellos empezaron a cuestionar porque la Biblia decía algo y la iglesia lo hacía diferente. Causo una revolución porque en una ocasión mi hijo que en aquel tiempo tenia catorce años, le dijo a un líder que porque se les decía a los niños que el Antiguo Testamento eran solo historias lindas pero nada más, si no era así.
 El comenzó a hablar del Espíritu Santo, esto no causo ninguna gracia y mis hijos fueron expulsados de la reunión por rebeldes. Luego empezaron a decirle a mi esposo que yo no era buena para su ministerio, que lo estaba deteniendo de crecer. Que tal vez había cometido un pecado tan grande que Dios nos estaba castigando. Fue cuando desesperada le dije a Dios, como le dijo Job; Oye te ruego, te hablare, te preguntare y tu me ensenaras…
Ahí fue cuando me encontré con esta página de internet. Tiempo de Victoria, pese a que en aquel momento yo sentía que estaba en tiempo de desierto: Cuando empecé a leer, fue Luz entrando en mí. Muchas de las cosas que yo había pensado se estaban escribiendo ahí!!! Yo pensé, estos hermanitos están tan locos como yo!!! Al mismo tiempo que fui aprendiendo, yo misma tenia sueños, y revelaciones al leer su palabra que  luego compartía con la reunión de casa a la que asistía.
Los asistentes regresaban emocionados porque sentían que Dios les estaba hablando y aun traían sus dudas, las que exponíamos, luego orábamos y Dios nos respondía. La dueña de la casa no era parte de los asistentes felices y un día nos corrió. Luego el liderazgo de la iglesia nos consideró “no agraciados a su presencia”, por lo que fuimos relegados a la banca. Otro pastor más opresivo, pregunto si nos íbamos a ayudarle a él, por lo que nuestro pastor, alegremente, nos invitó a ir a ese lugar a bendecir a otros.
No voy a decir que no nos dolió, porque sí que nos dolió; sentimos que nos corrieron de una manera amable, pero nos corrieron… En un abrir y cerrar de ojos nos quedamos sin nada que hacer los domingos, se nos acabaron las actividades obligadas y, desde entonces, nuestro alimento viene del Cielo. Ahora, leemos los trabajos de esta página, luego toda la semana escudriñamos y en ocasiones vienen otras revelaciones que emanan de lo que hemos leído.
Es como si se nos diera una pauta y luego algo más se nos comunicara. Y así, pues, lo tomamos para ponerlo por obra. Hay veces que nos hemos sentido hasta mareados por las revelaciones que recibimos porque la verdad Néstor, usted dice lo que es y cómo debe ser sin temor, Así debe ser y yo lo tomo como ejemplo. Aun me he hecho muy selectiva con la «música» que escucho. En estos tiempos ha cambiado, y creo que los salmistas que están en mi lista para escuchar no son famosos pero si hay unción en lo que cantan. 
Hace unas semanas, mi compañera de trabajo me pidió que le ensenara lo que estaba aprendiendo de la Biblia, yo me preocupe un poco por las experiencias pasadas pero luego le dije, está bien, solo abróchate el cinturón porque esto te va a disparar a donde no te has imaginado antes. Y nada menos que esta semana, unas familias me dijeron, no tenemos dinero, no tenemos iglesia, pero podemos ir al parque y ahí nos enseñas lo que sabes y esa va a ser nuestro iglesia.
Sucede que mi primer idioma es el español, mientras que ellos hablan y leen solo en Ingles. Solo Dios puede ensenarles a esas personas en su idioma. Yo creo que mi única orden hasta el momento es pararme enfrente de ellos y esperar que el Espíritu Santo les hable a través de mi boca. Si alguien recibe alguna otra idea, bienvenida!!!
Isaías 61: 1) = El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel;
Esta confesión pública también tiene retazos de un alma castigada por las distintas inclemencias que se viven a diario bajo los techos de los templos. Sin embargo, ha quedado más que en claro que ninguno de esos avatares fue suficiente para frenar el avance de esta mujer y su familia, la que hoy se encuentra como la gran mayoría de todos nosotros: sabiendo muy bien lo que tiene que hacer en beneficio del Reino, pero en una ostensible soledad física muy distinta a esas enormes congregaciones de personas que, en el fondo, no siempre van detrás del mismo objetivo central, que es la extensión de ese Reino. Los lectores tienen la palabra, a nosotros se nos agotan las nuestras. Dios sigue hablando por medio de sus siervos, amigos e hijos.
 Néstor.-

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octubre 29, 2019 Néstor Martínez