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Principios de un Engaño Legal

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     Hace algunos días, un hermano me hizo una pregunta que en primer momento, me descolocó un poco, pero que luego me encaminó, precisamente, a lo que es hoy este aporte. Me dijo: “Néstor, ¿Podemos decir que la Publicidad es satánica?” Un tanto influido carnalmente por años de periodismo compartido con publicistas, casi le respondo negativamente de inmediato, pero “algo” me hizo quedarme en silencio y meditar bien la consulta. De acuerdo, yo fui periodista y en esos tiempos trabajábamos codo a codo con los publicistas. Ellos cubrían la parte inferior de los periódicos, y nosotros la superior. De hecho, hoy no ocurre lo mismo y nadie sabe muy bien qué cosa es información y qué cosa es publicidad.

     Obviamente: el hecho que haya trabajado como periodista, no me convierte de ninguna manera en un experto en medios de comunicación, pero sí consigue otorgarme algunos puntos de conocimiento que están por encima de lo que mayoritariamente maneja el hombre de trabajo común y corriente. Puedo, con muy poco esfuerzo, y en diferencia con una gran parte de la población, detectar cuándo se está informando, cuando no se está informando o, lo más abundante en este tiempo, cuando se está desinformando. La diferencia es notable y clave. Si está lloviendo y yo digo que llueve, informo. Si está lloviendo y no digo nada, no informo. Pero si está lloviendo y yo digo que hay buen sol, entonces desinformo. Y desinformar, sin eufemismos simulados, es mentir. Y mentir, todos lo sabemos, no es de Dios, es de Satanás. Eso, creo, responde la pregunta de mi hermano.

     Lo que voy a transcribir para tu información, hoy, y prosiguiendo con la formación de opinión respecto a lo que se avecina en el plano mundial y, en específico, para el pueblo cristiano en general, es un trabajo titulado “Los Once Principios de la Propaganda”, que tiene directa relación con el que fuera famoso Ministro de Propaganda del gobierno de la Alemania de Adolfo Hitler, Paul Joseph Goebbels. Y lo haré porque en estos tiempos, ya lo comprobarás tú mismo, donde quiera que vivas, esto ya se está implementando para beneficio de la política partidista, pero entiendo que no pasará demasiado tiempo, sin que se utilice también para elaborar supuestos consensos y disensos en el plano de lo que el mundo secular (Y no pocos cristianos también), llaman La Religión.

Los Once Principios de la Propaganda

1 – Principio de simplificación y del enemigo único.
Adoptar una única idea, un único símbolo. Individualizar al adversario en un único enemigo.

2 – Principio del método de contagio.
Reunir diversos adversarios en una sola categoría o individuo. Los adversarios han de constituirse en suma individualizada.

3 – Principio de la transposición.
Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo el ataque con el ataque. Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan.

4 – Principio de la exageración y desfiguración.
Convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en amenaza grave.

5 – Principio de la vulgarización.
Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar. La capacidad receptiva de las masas es limitada y su comprensión escasa; además, tienen gran facilidad para olvidar.

6 – Principio de orquestación.
La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentarlas una y otra vez desde diferentes perspectivas, pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas. De aquí viene también la famosa frase: «Si una mentira se repite lo suficiente, acaba por convertirse en verdad».

7 – Principio de renovación.
Hay que emitir constantemente informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que, cuando el adversario responda, el público esté ya interesado en otra cosa. Las respuestas del adversario nunca han de poder contrarrestar el nivel creciente de acusaciones.

8 – Principio de la verosimilitud.
Construir argumentos a partir de fuentes diversas, a través de los llamados globos sonda o de informaciones fragmentarias.

9 – Principio de la silenciación.
Acallar las cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y disimular las noticias que favorecen el adversario, también contraprogramando con la ayuda de medios de comunicación afines.

10 – Principio de la transfusión.
Por regla general, la propaganda opera siempre a partir de un sustrato preexistente, ya sea una mitología nacional o un complejo de odios y prejuicios tradicionales. Se trata de difundir argumentos que puedan arraigar en actitudes primitivas.

11 – Principio de la unanimidad.
Llegar a convencer a mucha gente de que piensa «como todo el mundo», creando una falsa impresión de unanimidad.

     Ya lo tienes. Ahora sólo regístralo en tu mente y ten en cuenta cada uno de estos principios. Tanto como para que nadie te impulse psicológicamente a realizar lo que no tienes deseos de realizar, ni tampoco te lleve a pensar hasta de un modo opuesto a cómo debe pensar un hijo del Señor. Ahora tienes las armas de la comprensión en tus manos. Nadie te pide que las uses para agredir, sólo para defenderte y defender la fe y la convicción que anida en tu ser interior, justo allí donde también mora el Espíritu Santo de Dios. Y si debo declarar con honestidad aquella pregunta inicial, mi respuesta, es: no sé si la Publicidad es satánica, pero sí sé que no emana de una idea de Dios. Dios no necesita de la Publicidad ni la Propaganda de los hombres.

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octubre 2, 2018 Néstor Martínez